Aplicación de 1 Pedro
1. ¿Que ha aprendido en cuanto a la manera como debe vivir? ¿Cómo debe responder a los demás, aun cuando ellos no vivan rectamente ni lo traten bien a usted? ¿Que ejemplo nos ha dejado Cristo, según 1 Pedro 2:21-25? ¿Está dispuesto a seguirlo?
2. Al pensar en los sufrimientos de los creyentes contemporáneos de Pedro, ¿cree que deba sorprenderle a usted si le sucede lo mismo? ¿Qué efecto tendría en su vida el sufrimiento?
3. Aun cuando no haya ningún Nerón que lo amenace a usted, ¿anda su adversario el diablo como león rugiente, buscando a quién devorar? Según 1 Pedro, ¿qué debe hacer usted?
4. Cuando vuelva nuestro Señor Jesucristo, ¿lo hallara a usted firme en la gracia que le ha concedido? ¿Qué debe usted hacer, o qué debe cambiar, a fin de estar listo para verlo cara a cara?
APLICACIÓN FINAL DE 1 PEDRO 1. ¿Cuáles son las verdades básicas de 1 Pedro? 2. ¿Cómo se aplican estas verdades a mi vida? 3. ¿En vista de estas verdades, qué cambios deberían hacer en mi vida?. 4. ¿Cómo pienso llevar a cabo estos cambios? 5. ¿Cuál será mi oración personal referente a esta verdad, y los cambios que debería efectuar en mi vida?
APLICACIÓN PRÁCTICA
La seguridad de la vida eterna es dada a todos los cristianos. Una forma de identificarnos con Cristo, es compartiendo Sus sufrimientos. Para nosotros, eso significaría soportar insultos y calumnias de parte de aquellos que nos llaman “aleluyas” o “santurrones.” Esto es tan poco, comparado con lo que Cristo sufrió por nosotros en la cruz. Permanece firme en lo que sabes y crees que es lo correcto, y regocíjate cuando seas el objetivo del mundo y Satanás para lastimarte.
Temas de Aplicación
Tema | Explicación | Importancia |
Salvación | Nuestra salvación es un don bondadoso de Dios. Él nos escogió porque nos amó. Mediante su muerte, Jesucristo pagó el castigo de nuestro pecado, y el Espíritu Santo nos purificó cuando creímos. La vida eterna es un privilegio maravilloso para quienes confían en Cristo. | Nuestra seguridad está en Dios. Si ahora experimentamos gozo al relacionarnos con Cristo, cuánto más será nuestro gozo cuando Él vuelva y lo veamos cara a cara. Dicha esperanza debe motivarnos a servir a Cristo con gran entusiasmo. |
Persecución | Pedro les da consuelo y esperanza a los creyentes fieles. Debemos esperar que se nos ridiculice y rechace y que suframos por ser cristianos. La persecución nos hace mucho más fuertes porque purifica nuestra fe. Si dependemos de Él, podemos enfrentarnos victoriosamente a la persecución como lo hizo Cristo. | Los cristianos todavía sufren por sus creencias. Debiéramos esperar persecución, pero sin atemorizarnos. El hecho de que vamos a vivir eternamente con Cristo debe darnos la confianza, paciencia y esperanza que nos mantenga firmes aun al ser perseguidos.
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Familia de Dios | Somos privilegiados al pertenecer a la familia de Dios, una comunidad con Cristo como el fundador y el fundamento. Todos en esta comunidad están relacionados, todos somos hermanos, a todos Dios nos ama por igual. | Como Cristo es el fundamento de Nuestra familia, debemos ser devotos, leales y fieles a Él. Al obedecerle, mostramos que somos sus hijos. Debemos aceptar el llamado a vivir de manera diferente a la sociedad que nos rodea. |
Vida familiar | Pedro anima a las esposas de los incrédulos a someterse a la autoridad de ellos a fin de ganarlos para Cristo. Exhorta a todos los miembros de la familia a tratar a los demás con simpatía, amor, compasión y humildad. | Debemos tratar a nuestros familiares con amor. Aunque eso no es fácil, la disposición para servir es la mejor manera de influir en nuestros seres queridos. Para ganar fortaleza se requiere autodisciplina y sumisión; se debe pedir en oración la ayuda de Dios. |
Juicio | Dios juzgará a todos con perfecta justicia. Todos nos enfrentaremos a Dios. El castigará a los obradores de iniquidad y a los que persiguen al pueblo de Dios. Quienes lo aman serán premiados con vida eterna en su presencia. | Como todos somos responsables delante de Dios, podemos dejar en sus manos el juicio a los demás. No debemos odiar ni resentirnos con quienes nos persiguen. Tomemos en cuenta que seremos responsables por la forma en que hemos vivido cada día.
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