Lectura de Cantares Datos de Orientación de Cantares
Panorama del Cantar de los Cantares El cantar de los Cantares es un libro bíblico singular. Sin hacer una mención de Dios y escrito en una forma poética maravillosa, lleno de imágenes evocativas y vividas, es una celebración del amor sexual y de la fidelidad marital entre una mujer y un hombre. Aunque puede haberse originado en varios poemas de amor separados, su título, Cantar de los Cantares (singular), indica que en su forma canónica fue escrito para ser leído como varios episodios/escenas de un poema, por tanto, es "narrativo" sólo en el sentido de que tal poesía está tratando de crear un cuadro o una imagen. Recomendaciones Específicas para la Lectura del Cantar de los Cantares Crucial para una buena lectura del Cantar de los Cantares es reconocer que éste llega a los lectores básicamente a través de tres voces:la mujer, que desempeña el papel principal a través de la obra; el hombre, que celebra especialmente la belleza de la mujer y su amor por ella; y el cortejo nupcial, o sea las acompañantes, amigas de la mujer, llamadas las "hijas de Jerusalén". Los encabezados que aparecen en la RVA "el amado" (el hombre), "la amada" (la mujer) y "el cortejo nupcial" (las acompañantes de la mujer) no aparecen en el texto hebreo y son un intento por ayudar al lector a saber cuando hay un cambio de interlocutor. Otros personajes están presentes, básicamente como apoyo para la narración: los pastores 1:7, 8; los guardias de la ciudad 3:3; 5:7; los hermanos de la mujer 1:6; 8:8, 9. Lo que es más difícil de determinar es el papel que Salomón desempeña. Aunque es posible deducir en 3:6-11 que el hombre en el poema es Salomón mismo y que este párrafo lo presenta como el amado, no es necesario sostener esta postura para apreciar el mensaje del libro. De hecho, no hay mucho más que apoye esta postura, además de la posibilidad de que "sulamita", el título de la mujer en 6:13 signifique algo como "las señora de Salomón". La inscripción de 1:1 es muy ambigua en el hebreo, puesto que la preposición "le" podría ser posesiva (como en RVA) o forma de dedicatoria a Salomón como el comisionado original del Cantar para una de sus bodas, pero con la intención de que pudiera ser usado para fomentar al amor puro en cualquier matrimonio. Al mismo tiempo, 3:6-11 es distintivo y único de este poema (la descripción de una tercera persona), y la alusión a su harén en 6:8 y 8:11, mientras que la "viña" de la mujer es propiedad de ella (8:12). Esta ambigüedad ha creado varias interpretaciones diferentes del texto; la que se ofrece aquí asume un contraste intencional, sugiriendo que el Cantar nunca tuvo la intención de ser aplicado sólo a Salomón, sino el de hacer que toda pareja de casados se vean como "rey" y reina" el uno al otro. Es decir, que el "amado" en la mayor parte del libro, no es específicamente Salomón, quien como rey oriental no invitaría a amar, sino que lo tomaría como el privilegio de su posición. Es más difícil imaginar a la mujer, en su papel primario, participando como si fuera parte de su harén. Por otra parte, factores tales como la asociación explícita con Salomón y la naturaleza proverbial de la conclusión (8:6, 7), hicieron posible su inclusión en la tradición de la Sabiduría judía. El constante cambio entre los interlocutores y la riqueza de la poesía pueden dificultar el discernimiento de la estructura. La clave parece estar en algunos estribillos repetidos con los que concluyen varias de las escenas (la admonición a las hijas de Jerusalén, 2:7; 3:5; 8:4). La poesía en sí misma está llena de imágenes poderosas que llevan la intención de evocar la imaginación. Cubren una amplia esfera de la actividad humana: el mundo de la naturaleza (jardines, montañas, bosques, animales, plantas, especias, etc.), arquitectura (torres, murallas, ciudades etc.), vestidos/joyería objetos de guerra. La mujer, cuyo cuerpo y amor son descritos tres veces en las palabras que le habla su amado (4:1-5; 6:4-7; 7:1-9) es vista especialmente en términos de un jardín y una viña llenos de especias preciosas y de vino para el placer del hombre. El cuerpo del hombre es descrito sólo una vez (por la mujer a las hijas de Jerusalén) con una amplia gama de imágenes (5:10-16). La naturaleza franca y evocativa de estas descripciones ha sido históricamente un punto de dificultad para muchos, especialmente para los lectores/interpretes varones, tanto judíos como cristianos. El resultado generalmente ha sido el de alegorizarlas, tanto así que un concilio eclesiástico primitivo (año 550 d.C.) prohibió cualquier interpretación que no fuera alegórica. Pero tal interpretación parece ser una capitulación a la caída humana y a la manera en que el amor sexual ha sido frecuentemente torcido para convertirse en instrumento de explotación, manipulación y destrucción, hasta nuestros días. Este poema debe ser leído a la luz de Génesis 1 y 2, después del mandato: "Sed fecundados y multiplicaos..." (Gén 1:28). Dios plantó un jardín (2:8) en el cual puso al hombre y a la mujer que había creado a su propia imagen. La narración concluye con las palabras: El hombre ...se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban (2:23, 25). El cuadro del amor sexual en este libro vuelve a capturar esta escena, donde la mujer y el hombre disfrutan de absoluto deleite y placer el uno con el cuerpo del otro, y lo hacen sin ninguna vergüenza. Ésta es, por tanto, la manera que Dios usa para recobrar tanto la fidelidad como la unión y la intimidad del matrimonio que el enemigo ha tratado de robar a los hijos de Dios por medio de hacerlo parecer atractivo fuera del matrimonio, como algo vergonzoso o que no debe mencionarse dentro del matrimonio. Este autor inspirado tiene un punto de vista muy diferente. Un Recorrido por El Cantar de los Cantares
Libro: "Cómo leer la Biblia libro por libro" por Gordon D. Fee y Douglas Stuart |