Definición de Observación

Definición de Observación



Es lógico que el paso inicial del estudio metódico de la Biblia sea la observación, ya que el principio mismo del proceso inductivo es destacar los detalles. 


Observación es el acto o facultad de advertir o tomar nota; el acto o resultado de considerar o seguir con atención. El Dr. H.T Kuist define la observación como "el arte de ver las cosas tal como son". También tiene, según él, el significado de ver "imparcial e intensamente, sin temor".  


Debemos subrayar aquí que en realidad observar es estar mentalmente alerta de lo que uno ve. La observación va más allá de la visión puramente física; comprende también la percepción. Así, por ejemplo, uno puede notar un término en particular usado en la oración que precede, a saber, "percepción". Pero a menos que uno esté consciente de que este término tiene ciertas connotaciones peculiares y de que debemos tratar de descubrirlas, uno no habrá en realidad observado su presencia. Observación es. por tanto, básicamente estar alerta.      


En vista de este significado, la función general de la observación es permitir al individuo que se sature de los detalles de un pasaje, de tal manera, que esté totalmente consciente de la existencia y necesidad de explicación de los mismos. La observación es el medio por el cual los datos de un pasaje llegan a convertirse en parte de la inteligencia del estudiante. Suministra la materia prima sobre la cual la mente podrá trabajar en el proceso interpretativo. 


Este es, pues, el plan del recorrido que seguiremos en este estudio; pero todo depende de los propios ojos del viajero y de la actitud que aporte  a la labor de exploración. "Buscad y hallareis" es tan cierto en la historia como lo es en la religión.  


La falta de interés en la observación lleva muy pronto al cansancio y al sueño. El deseo de observar — visión impulsada por una fuerza ejecutiva— está repleto de discernimiento y continuamente realiza nuevos descubrimientos que mantienen la mente alerta e interesada. La mirada animada por la voluntad es como una interna que en lo hasta ahora familiar y común revela repentinamente insospechados tesoros. 


El eminente médico Sir William Osler trató siempre de recalcar a sus alumnos la importancia de la observación de los detalles. En cierta ocasión, mientras conversaba con sus alumnos sobre este tema, indicó una botella que había en su escritorio. "Esta botella contiene una muestra para hacer un análisis — dijo él —, es posible determinar la enfermedad que padece el paciente simplemente probándolo." Acto seguido mojó su dedo en el líquido y se lo llevó a la boca. "Ahora — continuó él — yo voy a pasar esta botella entre ustedes. Cada uno pruebe este líquido como yo lo hice y digame si puede hacer un diagnóstico en este caso". Dicho esto, la botella fue pasada de mano en mano, cada estudiante puso apenas su dedo en el líquido y valientemente mojó sus labios. Finalmente, Osler volvió a tomar la botella en sus manos y dijo: "Señores, ahora comprenderán lo que quiero decir cuando hablo de detalles. Si ustedes hubieran observado bien mis acciones podrían haber notado que yo mojé mi dedo índice en la botella y me llevé a los labios el dedo del medio".


Mirando en la niebla gris

Que cubre de la bahía la superficie,

Nada ve, excepto un manto

De niebla en cada vela.

De pronto, frente al cabo

Una forma silenciosa se perfila,

Una nave contra la costa, se destaca

Donde a mis ojos nada antes aparecía

Quien va en pos de la verdad

mira  la niebla por días y días; 

Seguro puedo estar de que allí

Nada existe, excepto la niebla gris.

Ante sus ojos, súbitamente

Una forma hay, que antes nos veía.

Cuántos descubrimientos se pierden cada día, 

Por muy pronto dejar de observar. 

— Clarence Edward Flynn


Las cuatro partes fundamentales que podemos encontrar en cualquier pasaje bíblico son: los términos, las relaciones e interrelaciones entre términos y estructura, la forma o formas literarias en general, y la atmósfera. Estas partes constituyen, pues, los objetivos del observador. 

Un término es una palabra dada, como aparece usada en un texto determinado. Es por esto que tiene un solo significado, no obstante que la misma palabra pueda tener varias acepciones. Por ejemplo, la  palabra "tronco" puede significar: "tallo fuerte y macizo de los árboles y arbustos", "conducto o canal principal del que salen o al que concurren otros menores", "cuerpo humano o de cualquier animal prescindiendo de la cabeza". Aunque en todos estos casos hemos usado la misma palabra, "trono"es un término cuando se emplea como "conducto o canal principal"y un otro completamente diferente cuando nos referimos äl tronco de un árbol". 

El término es componente básico de la comunicación literaria y, como tal, cada uno debe ser cuidadosamente anotado por el estudiante observador. Sin embargo, si el proceso de observación ha de ser eficaz, especialmente desde el punto de vista de anotar lo que uno ve, es preciso hacer una distinción entre aquellos términos que se usan de rutina y aquellos que no. 


En la primera categoría podemos incluir términos corrientes cuyo significado es tan obvio que no son muy importantes para la compresión de un pasaje. Por ejemplo, aunque de vez en cuando un artículo puede tener especial significado, la mayoría de ellos caen dentro de esta categoría. Sería, desde luego, una pérdida de tiempo anotar cuidadosamente la presencia de todos y cada uno de los artículos que podemos encontrar en un pasaje determinado. Por otra parte, hay vocablos o términos que requieren ser destacados  especialmente y que deben ser anotados, ya que habrán de necesitar mayor consideración. Son t[erminos que no se usan rutinariamente y podemos dividirlos en tres clases: primero, los difíciles de comprender; segundo, los términos culminantes de un pasaje y los que, sin ser culminantes, son de gran importancia para la comprensión de lo expresado en el pasaje; y por último, los que expresan ideas o conceptos profundos. Los términos "transfiguró" y "apareció" en Marcos 9:2, 4 pueden ser considerados como no rutinarios. 


Debe destacarse que esta distinción entre términos rutinarios y no rutinarios no tiene como finalidad desalentar los propósitos de una observación cuidadosa y esmerada; más bien quiere decir que debemos proceder con discreción y, mientras mayores sean los poderes de discreción que tengamos, mayor será el número de términos que encontraremos que necesitan mayor atención. De esta manera llegaremos a un poder de observación más agudo y perspicaz.   


Términos literales son aquellos que deben ser interpretados al pie de la letra puesto que se emplean en su sentido primario o acostumbrado. El vocablo "árbol" en Génesis 1:12 es literal. Términos figurados son aquellos que se usan como símbolos, y expresando una idea secundaria totalmente distinta de su significado original. El término  "olivo" en Romanos 11:24 pertenece a esta categoría de términos figurados. 


Muy a menudo podemos determinar a primera vista si un término está o no usado en sentido figurado. Pero existen casos en que esto no puede determinarse hasta haber completado — o, por lo menos, parcialmente efectuado — el segundo paso de la interpretación. De todos modos, es muy importante estar al tanto de esta distinción y  aplicarla adecuadamente si es que deseamos arribar a una interpretación válida. 



 Los diferentes términos en un pasaje pueden ser identificados mediante el uso de las siguientes categorías gramaticales: nombres, pronombres, verbos, adjetivos, adverbios, preposiciones, conjunciones, interjecciones, y artículos. El observador debe reconocer estas categorías y conocer sus diferentes funciones. 

A la capacidad de poder identificar estos términos debemos añadir la habilidad de advertir sus inflexiones. Una inflexión es un cambio de forma efectuado en el término para indicar el caso, género, número, tiempo, persona, situación, voz, etc. Dichas inflexiones son especialmente significativas en relación con los hombres, pronombres, verbos, y adjetivos. 


Ejercicio:

Observe todos los términos en Marcos 10:13-52 y Romanos 6. Trate de determinar si cada término es rutinario o si no lo es, literal o figurado. Advierta toda inflexión que pueda tener algún significado, Trate de indicar por qué los términos que no son rutinarios han de merecer especial consideración. 




Como ya hemos dicho, el componente básico de la expresión literaria es el término; pero para poder expresar nuestras ideas los términos deben estar relacionados e interrelacionados de acuerdo con ciertas normas mentales, lingüísticas, y literarias. Estas relaciones forman lo que conocemos bajo el nombre de "estructuras". Por ende, en un sentido general, la estructura comprende todas aquellas relaciones e interrelaciones que unen los términos, formando una unidad literaria, desde la más pequeña hasta la más amplia, desde la más insignificante hasta la de mayor importancia. En un sentido más restringido la palabra "estructura" puede aplicarse al marco o armazón de un pasaje, es decir, a sus relaciones básicas. En nuestras explicaciones la palabra "estructura" se usará bajo sus dos acepciones.  



Las diferentes unidades estructurales pueden definirse como sigue: