Comentario 

2 Samuel

Comentario de 2 Samuel

El Reino de David

David, Cabeza de una Dinastía Eterna de Reyes

Capítulos. 1 al 6

    David Lamentaba la Muerte de Saúl. Es hecho rey sobre Judá. Siete años de guerra contra Isboset hijo de Saúl. David es hecho rey sobre todo Israel. Hace de Jerusalén la capital de la nación. Trae el arca a Jerusalén   

Cap. 7 Dios promete a David un Trono Eterno

    El Antiguo Testamento es el relato del modo de obrar de Dios para con la nación hebrea con el fin de bendecir algún día a todas las naciones.

Conforme se desarrolla el relato, se explica que la nación hebrea sería de bendición para todas las naciones a través de la familia de David.

    Progresando aún más la historia, se revela que la familia de David traería bendición al mundo por medio de un gran Rey que algún día nacería en esa familia, que viviría para siempre, y que establecería un reino que duraría para siempre. 

    Aquí, en este cap. 7 de 2 Samuel comienza la larga sucesión de promesas de que la familia de David reinará para siempre sobre el pueblo de Dios; es decir, que descendería de David una eterna sucesión familiar de reyes, la cual culminaría en un solo Rey Eterno.

    Estas son algunas de las promesas:

    De esta manera, la promesa de un Rey eterno, que se levantaría en la familia de David, se repetía una y otra vez; a David mismo, a Salomón, y repetidamente en los Salmos y por profetas Amós, Isaías, Miqueas, Jeremías y Zacarías, a través de un período de unos 500 años.

    Más adelante, en la plenitud del tiempo, el ángel Gabriel fue enviado a Nazaret, a María, que era de la familia de David, a quién dijo:

    En este Niño tuvieron su cumplimiento las promesas davídicas. 

Capítulos 8, 9, 10. Victorias de David

    Después de la muerte de Saúl, David fue hecho rey sobre Judá, en Hebrón como capital. Siete años después, fue hecho rey sobre todo Israel. Tenía 30 años cuando fue hecho rey. Reinó sobre Judá 7 1/2 años, y sobre Israel 33 años o sean 40 en total (5:3-5). Murió a los 70 años.  

    Poco después de hacerse rey sobre todo Israel, David hizo de Jerusalén su capital. Desde los días de Josué, solamente Jerusalén había desafiado el poder de Israel. Ubicada en un sitio inexpugnable, y respaldada por la tradición de Melquisedec el sacerdote del Dios Altísimo, David la creyó el mejor lugar para la capital de la nación. La tomó, llevó allí el Arca de Dios, y planeó el Templo (caps 5, 6, 7). 

    David tuvo gran éxito en sus guerras. Subyugó completamente a los filisteos, moabitas, sirios, idumeos, amonitas, amalecitas y a toda nación enemiga entre Egipto y el Eufrates. "Jehová dio la victoria a David por dondequiera que iba" (8:6). 

David tomó a una nación insignificante, y en pocos años hizo de ella un reino poderoso. En el suroeste el imperio mundial egipcio había caído. Allá al este, los imperios mundiales asirio y babilonio aún no habían surgido. Y aquí sobre la ruta entre ambos, bajo la mano de David. el reino de Israel casi en una noche había llegado a ser, no un imperio mundial, pero probablemente el reino más poderoso del mundo en aquel momento.    

Capítulos 11, 12. David y Betsabé

    Esta es la mancha más negra en la vida de David: el adulterio, y el asesinato para encubrir el adulterio. Su remordimiento le convirtió en un hombre quebrantado. Dios le perdonó, pero pronunció la terrible sentencia, "No se apartará jamás de tu casa la espada" (12:10); así fue. David cosechó exactamente lo que había sembrado, y con creces; una cosecha larga, dura y amarga. Su hija Tamar fue violada por Amnón hermano de ella, quien a su vez fue muerto por Absalón hermano de ambos. Absalón encabezó una rebelión contra David su padre, y fue muerto en la lucha. Las esposas de David fueron violadas en público, tal como él había en secreto con la esposa del caballeroso Urías. De esta manera el glorioso reinado de David fue nublado, en sus últimos años, por males incesantes. !Que lección para aquellos que piensan que pueden pecar y pecar, y quedar impunes!. 

    Sin embargo, este era el hombre "conforme al corazón de Dios" (1 Sam 13:14; Hech 13:22). La reacción de David ante su propio pecado mostró que él era justamente eso. Alguno de los Salmos, tales como el 32 y el 51, nacieron de esta amarga experiencia. 

Capítulos 13 al 21. Los Males de David.

    La violación de Tamar. El asesinato de Amnón. La huida de Absalón, y su regreso.

    El complot de Absalón, capítulos 15-19. Absalón probablemente sabía que Salomón era destinado a ser sucesor de David como rey, y de aquí este intento de arrebatar el trono a David su padre. A juzgar por lo extenso del relato, debe de haber sido una de las pruebas más grandes de David. Involucró la traición de algunos de los consejeros de su mayor confianza, y quebrantó completamente su corazón. Pero por fin Absalón fue muerto, y David fue reafirmado sobre el trono.

    Luego vino la rebelión de Seba (cap. 20) Probablemente había debilitado bastante el dominio de David sobre el pueblo, el intento de Absalón, al que Seba quiso imitar, pero pronto fue derrotado. Luego los filisteos levantaron cabeza nuevamente; y nuevamente David fue victorioso.    

Capítulo 22. Canto de alabanza de David

    Aquí, tal como en tantos de los Salmos, David muestra su inalterable confianza en Dios, y su gratitud ilimitada por SU constante cuidado.

Capítulo 23. Últimas Palabras de David

     Es decir, su último Salmo. Revela lo que había en la mente de David en el ocaso de su vida gloriosa aunque agitada; la justicia de su actuación como rey; su creación de los Salmos; su devoción a la Palabra de Dios; el pacto de Dios con él, de una dinastía eterna; y la destrucción final de los impíos.

Capítulo 24. El Censo del Pueblo

    Es difícil ver en qué consistía el pecado de hacer un censo nacional. Dios mismo había ordenado tal censo a comienzos de los 40 años en el desierto, y nuevamente al terminarse éstos (Núm 1:2; 26:2). Quizás es este caso , sea indicio de que David, que de manera tan consistente durante toda su vida había confiado en Dios, comenzara a apartarse de El,  tendiendo a fiarse de la grandeza de su reino. El censo de idea de Satanás (21 Cr 21:1). Quizás Satanás haya visto en ello una oportunidad para apartar a David de la confianza en Dios, a que se fiara de sí mismo. De todas maneras, Dios veía el acto como pecado que debía castigarse. 

    El censo reveló una población de cerca de millón y medio de guerreros, sin contar a Leví ni a Benjamín (1 Cr 21:6), o sea una población total de quizás cinco millones. 

    En castigo, Dios envió al ángel de la plaga a que destruyera a Jerusalén. En el lugar en donde se detuvo la mano del ángel, David levantó un altar (v.25). Donde David levantó el altar, allí Salomón edificó el Templo (2 Cr 3:1).

David

    En general, David fue de un carácter magnífico; intensamente humano, impulsivo, de lama íntegra, y generoso aun hasta el extremo. Cometió algunos actos malos, pero para un rey oriental era un hombre sumamente notable. Estaba entregado a Dios y a Sus caminos en corazón y alma. En un mundo idólatra, y en una nación que de continuo caía en la idolatría, David permanecía firme como una roca de parte de Dios. En toda circunstancia de su vida recurría directamente a Dios, en oración, en alabanza o en acción de gracias. Sus dos hazañas mayores fueron: la creación del reino israelita, y los Salmos