Arqueología
Esdras
Arqueología de Esdras
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Esdras 1. “Ciro el Grande”
Ciro II (Ciro el Grande, 559-530 a.C.) fue un célebre conquistador y estadista que fundó el imperio persa. Nuestra información acerca de él proviene de La historia según Heródoto, así también de otros historiadores griegos, textos persas y archivos babilónicos. Ciro heredó el gobierno de un territorio pequeño llamado Pars en el sur de Irán, al norte del golfo Pérsico. Entre 553 y 540 a.C. él dominó Media en el centro de Irán, el reino de Lidia en el occidente de Anatolia (Turquía moderna) y territorios al este, hasta que su reino abarcó desde el mar Egeo hasta el río Indo. Isaías profetizó la libertad de los judíos a manos de Ciro, llamándolo el «ungido» del Señor (Is 45:1).
Las predicciones de Isaías, al igual que aquellas de Jeremías (Jer 25:12; 29:10), se cumplieron en 539 a.C. cuando Ciro capturó a Babilonia.2 Según la crónica de Babilonia, el ejército de Ciro entró a Babilonia, sin pelear ni una sola vez, el 12 de octubre de 539 a.C. El propio Ciro entró a la ciudad 17 días después, el 29 de octubre. Con la adición del imperio Neo-babilónico, él ahora controlaba todo Mesopotamia, Anatolia y el Levante mediterráneo (Siria-Palestina). Ciro fue un rey caritativo que le permitió a pueblos cautivos regresar a sus patrias y restaurar sus lugares de adoración; esto también se aplicaba a los judíos que vivían en Babilonia. Ciro no era un devoto del Dios de Israel (en el cilindro de Ciro, él demuestra gran reverencia hacia Marduc de Babilonia) pero su política de tolerancia para las regiones de poblaciones locales funcionó para ventaja de los judíos.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Esdras 2. “Los idiomas en el mundo del Antiguo Testamento”
EL antiguo Cercano Oriente involucraba un gran número de idiomas diferentes, de los cuales los más importantes eran el sumerio, el egipcio, el acadio, el ugarítico, el arameo y el hebreo. El entendimiento de estos lenguajes ha aumentado considerablemente nuestra comprensión del ambiente social, económico, político y lingüístico de Israel.
Sumerio: El primer idioma escrito de la historia (aprox. 3100 a.C.), el sumerio, usaba dibujos (llamados pictogramas) para representar palabras o ideas. Se necesitaban miles de pictogramas para escribir en sumerio, pero éstos con el tiempo llegaron a ser escritos abstractamente en forma cuneiforme, caracteres en forma de cuña cortados en arcilla con un estilete puntiagudo hecho de caña. Aunque el idioma sumerio no tenía ninguna relación con los antiguos lenguajes semíticos del Cercano Oriente (como el hebreo), muchos idiomas semíticos adoptaron el uso de la escritura cuneiforme.
Egipcio: Como el segundo idioma escrito de la historia (también aprox. 3100 a.C.), el egipcio produjo una escritura pictográfica única llamada jeroglíficos, la cual se encuentra en inscripciones en las pirámides. Aunque no es semítico, el egipcio sí estaba relacionado con los idiomas semíticos y compartía algunas características con ellos.
Acadio: Un lenguaje semítico, el acadio cae dentro del mismo grupo del hebreo. Usado desde por lo menos el siglo XVII a.C. hasta el primer siglo d.C., era un idioma semítico mesopotámico del noreste que tomó prestado vocabulario sumerio. El acadio se hablaba tanto en Babilonia como en Asiria,2 y miles de tablillas acadias preservan historiales de la vida económica, religiosa, real y legal de estas sociedades. El dialecto babilónico se convirtió en el lenguaje internacional de comunicación durante la Edad del Bronce Tardío.3 El conocimiento del idioma acadio frecuentemente ayuda a clarificar el significado de una palabra oscura en el hebreo bíblico.
Ugarítico: Este idioma ha mejorado significativamente nuestro entendimiento de la gramática y el vocabulario hebreo. Este también era un idioma semítico del noroeste muy relacionado al hebreo y similar al lenguaje de los cananeos (por comparación, el acadio era un idioma semítico del noreste y un tanto más distante del hebreo). El ugarítico utilizaba un alfabeto cuneiforme (i.e., usaba símbolos cuneiformes para representar letras individuales) y está preservado en aproximadamente 1.300 documentos administrativos, económicos y religiosos desde el siglo XIV hasta el XIII a.C.4
Arameo: Este idioma abarca por lo menos los últimos 3.000 años del periodo del Antiguo Testamento. Igual que el hebreo y el ugarítico, era un idioma semítico del noroeste. El arameo utilizaba un alfabeto de 22 letras tomado prestado del idioma fenicio. s Se convirtió en el idioma internacional de comunicación para los asirios, babilónicos y persas durante el primer milenio a.C. El arameo «estandarizado» del imperio persa ha sido apodado arameo imperial, el dialecto del mensajero gubernamental en Esdras 4. Los libros de Esdras y Daniel fueron parcialmente escritos en arameo, y rastros de arameo están dispersos a través del Antiguo Testamento.
Hebreo: El hebreo usa el mismo alfabeto que el arameo. Atestiguado fuera de la Biblia desde el siglo X a.C., era el idioma de los israelitas y de la mayoría del Antiguo Testamento. Aunque el actual Antiguo Testamento se presenta principalmente en el hebreo bíblico estándar, trazas de antiguos dialectos hebreos son evidentes en el texto (p.ej., Jue 12:6). Durante el período intertestamentario el arameo fue gradualmente reemplazado por el hebreo como el idioma oral de los judíos (Jesús hablaba arameo; p.ej., Mt 27:46). Los israelitas hablan una versión moderna de hebreo hoy en día, pero es muy diferente a la forma clásica.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Esdras 4. “Una maldición en el restablecimiento de una ciudad del imperio hitita”
Un documento hitita demuestra los resultados duraderos que la insurrección contra su propio soberano podía producir en el antiguo Cercano Oriente. Inmediatamente después de la muerte del rey hitita Pithana, varias ciudades se rebelaron mientras que Anitta, el heredero de Pithana, trataba de consolidar su control. El rey Anitta, sin embargo, comprobó ser un gobernante poderoso y capaz de derrotar las ciudades rebeldes durante su primer año de reinado (el primer año parcial de su reinado). Él diezmó totalmente los pueblos desobedientes y aniquiló a sus habitantes, y proclamó una maldición sobre cualquier rey futuro que quisiera reconstruir las ruinas. Los restos quedarían como un recuerdo de lo que les había ocurrido a aquellos que habían desafiado al rey hitita.
Una preocupación similar existía en el imperio persa posterior. Cuando los exiliados judíos que regresaban comenzaron a reconstruir el templo de Jerusalén, sus enemigos redactaron una carta difamatoria al rey Artajerjes, en la que le recordaban las rebeliones previas de Jerusalén y sugerían que si la ciudad era reconstruida, sería un semillero de resistencia al gobierno persa. Sus tácticas fueron exitosas; los israelitas fueron forzados a desistir de trabajar en el templo hasta el reinado de Darío.
En el mundo antiguo los reyes siempre estaban atentos a señales de rebelión. Reportes de que una ciudad estaba a punto de rebelarse podrían ser desastrosos para esta ciudad. La acusación falsa contra los judíos fue más que una molestia: pudo haber provocado un holocausto.
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Esdras 5. “Darío I”
Los judíos que habían regresado del cautiverio babilónico comenzaron a reconstruir el templo en 536 a.C.' La construcción se detuvo, sin embargo, por causa de la oposición de adversarios locales de Judá.2 Dieciséis años después, el 21 de septiembre, 520 a.C., la obra se reinició cort el estímulo de los profetas Hageo y Zacarías (Esd 4:24; 5:1-2; Hag Los judíos fue-ron de nuevo retados, esta vez por Tatenay, gobernador de la provincia persa al oeste del río Éufrates (Esd 5:3-5). Él es descrito como un gobernador local bajo el sátrapa de Babilonia y la zona al oeste del río Éufrates. Tatenay le expresó preocupación al rey persa Darío I acerca de la reconstrucción. Sin embargo, después de localizar una copia de un decreto hecho por Ciro, Darío le ordenó a Tatenay que apoyara totalmente la reconstrucción e incluso que proveyera fondos gubernamentales (6:1-12).3 El templo se completó el 12 de marzo de 515 a.C.
Darío! («el Grande») gobernó el imperio persa desde 521 hasta 486 a.C. Él era un experto comandante militar, constructor monumental y administrador astuto' quien es conocido tanto por fuentes clásicas como por documentos contemporáneos a su reinado. El documento más famoso del reinado de Darío es la inscripción de Behistún, que decoraba la cima de un acantilado en el occidente de Irán. Esta declaración describe el ascenso al poder de Darío en tres idiomas y ha proveído la clave para descifrar el lenguaje acadio de Mesopotamia. El palacio de Darío I ha sido excavado en el centro real de Persépolis en el sur de Irán;6 su tumba, esculpida en una roca, está ubicada 4,8 km al norte de la ciudad.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Esdras 6. “El cilindro de Ciro”
Cuando el trabajo en el templo se reanudó en 520 a.C., el gobernador persa Ta-tenay pidió que se buscará el decreto que Ciro había expedido en 538 a.C. autorizando a los judíos a reconstruir su templo (Esd 5:6-6:1).' Un memorándum asociado con el decreto fue descubierto en el archivo real en Ecbatana, una de las tres capitales imperiales. Este memorándum, el récord de la tesorería de una subven-ción hecha por Ciro para la reconstrucción del templo, está citado en 6:3-5 en arameo, el idioma oficial del imperio persa. El decreto de Ciro, documentado en su totalidad en 1:2-4, junto con una versión abreviada en 2 Crónicas 36:23, ambos en hebreo, eran una proclama al pueblo judío, que les permitía volver a su patria y reconstruir su templo. Tal generosidad por parte de Ciro contrasta tajantemente con la práctica común de la antigüedad. De todos modos, los descubrimientos arqueológicos dejan claro que esta fue en efecto la política oficial de Ciro.
El cilindro de Ciro, una inscripción en un barril de arcilla fue descubierto en Babilonia en 1879,4 documenta la política de tolerancia religiosa y de liberación de Ciro, Igual que la mayoría de las inscripciones de reyes antiguos, el cilindro de Ciro es jactancioso (Ciro se declaró a sí mismo ser el gran rey de Babilonia, Sumer, Acad, y los cuatro rincones de la tierra) y paga-no (se proclamó a sí mismo como el amado de los dioses Bel, Nebo y Marduc). Por otra parte, Ciro estaba determinado a ser un gobernante benévolo en vez uno de mano dura: Él señaló que después de su conquista de Babilonia él no le permitió a sus tropas aterrorizar la ciudad.' El récord de Ciro corrobora por completo esta generosa y tolerante actitud. Él devolvió imágenes a sus santuarios, y, en sus propias palabras, «reunió a todos los habitantes y (los) regresó a sus moradas».
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Esdras 7. “Artajerjes I, Rey de Persia”
Artajerjes I (también llamado «Longímano»), hijo de Jerjes I y Amestris y nieto de Darío I, gobernó el imperio persa desde 464 hasta 424 a.C. Su dominio incluía la mayor parte del mundo civilizado, extendiéndose desde Egipto hasta el límite occidental de India. Según Diodoro Sículo en Biblioteca histórica, 11.69, Artajerjes ascendió al poder después de que Artabano, un cortesano, asesinó a Jerjes. Entonces Artajerjes mató a su hermano mayor, Darío, y derrotó a su otro hermano, Histaspes, sátrapa de Bactrina. Se dice que Artajerjes entonces mató a Artabano en combate cuerpo a cuerpo.
Como la mayoría de los gobernantes persas Artajerjes tuvo que luchar para mantener el imperio. La guerra más significativa durante su reinado tuvo que ver con una rebelión egipcia en contra la autoridad persa que se complicó por el apoyo ateniense que recibieron los egipcios. La guerra duró desde 460 hasta 454 a.C., pero los ejércitos persas bajo el mando de Megabizo, sátrapa de Siria, al final prevalecieron.
Artajerjes jugó un papel prominente en la comunidad judía postexílica, pero la cronología de los acontecimientos es algo difícil de desenmarañar. Antes de 445 a.C. los judíos en Jerusalén comenzaron a reconstruir las defensas de la ciudad, pero los adversarios le informaron al rey y el trabajo fue detenido (Esd 4:7-23). Aún, en 458 a.C. Artajerjes I le permitió a Esdras, que se bailaba en exilio en Babilonia, regresar a Judá como líder espiritual del pueblo judío (cap 7). Mientras tanto, Nehemías sirvió como copero para Artajerjes I en Susa,3 la capital administrativa del imperio (Neh 1:1,11). En 445 a.C., Artajerjes comisionó a Nehemías como gobernador de Judá, una posición que mantuvo por 12 años (Neh 2:1-6; 5:14). El rey le dio a Nehemías permiso para reconstruir las paredes de Jerusalén, una hazaña que el pueblo judío llevó a cabo en sólo 52 días (Neh 6:15). Restos fragmentarios de la pared de Nehemías han sido descubiertos en el borde oriental de la Ciudad de David, al sur del monte del templo. Hallazgos arqueológicos indican que Esdras y Nehemías establecieron a Judá como una provincia económicamente viable. Antes de su llegada Judá había sido un estado pobre y ruinoso como resultado de la conquista babilónica de 586 a.0 .4
Artajerjes I fue enterrado en una tumba elaborada, cortada en la pared de un acantilado 4,8 km al norte de Persépolis, la capital religiosa del imperio persa.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Esdras 8. “El escriba”
Los escribas ocupaban una posición importante como una clase profesional en la sociedad del mundo antiguo.' Las artes amanuenses de leer, escribir e interpretar documentos escritos, les aseguraban un papel vital en los asuntos personales, de estado y de santuario. La escritura era típicamente efectuada en forma de dictado (Jer 36:32), usando una pluma de caña afilada frecuentemente con un «estilete de escriba>, (Jer 36:23). El entrenamiento para ser escriba se adquiría en escuelas y era visto a veces como un oficio de familia (1Cr 2:55). Varios personajes importantes de la Biblia fueron escribas: Safán, que le leyó el Libro de la Ley al rey Josías (28 22:10);> Baruc, que documentó las palabras del profeta Jeremías (Jer 36:4);4 Esdras, que copió y leyó los decretos de reyes persas y la Ley de Moisés (Esd 7:6-11) y el evangelista Mateo, que aplicó su entrenamiento de escriba en la composición del primer Evangelio canónico (Mt 8:19; 13:52).
La Biblia presenta a los escribas adecuadamente como registradores reales que preservaban la voluntad de los reyes (1Cr 24:6; Est 3:12). Ellos ocupaban puestos importantes dentro del ejército (2R 25:19; Jer 52:25) y frecuentemente se les representa como a los sumos sacerdotes en función de consejeros cercanos de los reyes (2R 12:10; 18:18, 37; Mt 2:4). Muchos escribas eran a su vez sacerdotes y estaban encargados de la preservación, interpretación y exposición de la Escritura (Neh 8:9; Mt 17:10; 23:2). Es, por lo tanto, comprensible que los escribas llegarán a ser ampliamente considerados hombres de gran sabiduría y conocimiento. Se dice que el tío de David, Jonatán, era un «escriba inteligente... consejero del rey» (1Cr 27:32).
Todos estos ideales se unie-ron y enfocaron en Esdras. Fue una figura importante en el judaísmo tradicional que representó el modelo ideal para el sabio rabínico como un hombre fiel de conocimiento, erudición, consejo y servicio. Debido a su importancia y responsabilidad como preservadores de la tradición, los escribas también estaban sujetos al escrutinio de la crítica profética. Jeremías acusó a «la pluma engañosa de los escribas» que había abandonado a la ley del Señor (ler 8:8), y el propio Jesús pronunció una lista extensa de juicios negativos contra los escribas y los fariseos (Mt 23).