Exposición

Filemón

Exposición de Filemón

TEXTO, EXPOSICIÓN Y AYUDAS PRÁCTICAS

I.     DIRECCIÓN DE LA CARTA, vv. 1-3

Pablo no se identifica como un apóstol, ni hace ninguna apelación a su autoridad, ni vindica su enseñanza. Se presenta como prisionero de Cristo Jesús (v. 1) por causa de sus labores en la extensión del evangelio. Pablo ve en este hecho, sus prisiones, la mano de Dios y deja el asunto de su autoridad y la gentileza de ser escuchado en su petición al criterio de Filemón.

La mención del hermano Timoteo es una cortesía de Pablo y no es remoto que durante la estancia de ambos en Efeso, Timoteo fuera conocido por los hermanos a quienes va dirigida la carta.

Filemón es un nombre no muy conocido en el NT; todo lo que sabemos de él se encuentra en esta epístola y en dos lacónicas oraciones en Colosenses. Una muy suscinta biografía de Filemón nos da el siguiente perfil.

(1) Filemón era un gentil que vivía en la ciudad de Colosas (Col. 4:9, 17). (2) Por la estrecha conexión entre los nombres de Apia y Arquipo es posible que ella fuera su esposa y éste el hijo de ambos. (3) Filemón era un convertido por el ministerio de Pablo (vv. 8, 9). (4) La iglesia se reunía en su casa (v. 2). (5) Era un hombre caritativo y dado a la hospitalidad para con otros (vv. 5, 6). (6) Pablo lo tenía en gran estima, pues lo llama amado y colaborador nuestro (v. 1).

Valor teológico de Filemón

Pablo, Filemón y Onésimo son personajes de un drama de la vida real con profundo significado social. Cada uno de ellos había enfrentado las demandas del cristianismo desde un trasfondo totalmente diferente. Pablo fue un vigoroso judío de la dispersión que avanzó en el judaísmo, adelantando a todos sus contemporáneos. Filemón era un prominente gentil asiático. Onésimo era la más despreciable de todas las criaturas, un esclavo fugitivo. Se encontraron de pronto unidos por el evangelio de Cristo. He aquí un ejemplo vivo de la declaración de Pablo en Gálatas 3:28: Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Fue en esta unidad que Pablo buscó una solución al problema presentado por la relación de Onésimo y Filemón.

Ni Pablo ni los demás escritores del NT promovieron la abolición de la esclavitud. Esto hubiera sido un acto suicida en ese momento del mundo antiguo. En su lugar, Pablo hace repetidas exhortaciones a la práctica del amor cristiano. Filemón no actuaría por obligación o deuda que tuviera con Pablo, sino siempre motivado por el amor cristiano. Fuera de esto, Pablo sugiere algo más que una simple reconciliación (v. 21).

La libertad de la esclavitud, como toda otra libertad, tiene que nacer del corazón de hombres inspirados por Cristo. Bajo esta compulsión, la esclavitud al final de cuentas tiene que morir.

Apia (v 2) como hemos sugerido posiblemente era la esposa de Filemón y Pablo dirige su carta a ella también, pues sin duda habría de ejercer enorme influencia en la decisión de su esposo sobre el motivo de la carta. Como dice la nota de la RVA algunos manuscritos antiguos dicen a la amada y sobre esa base algunas versiones traducen el giro como la amada hermana. Es lo mismo que cualquier pastor escribiría al referirse a la esposa de un hermano miembro de su iglesia: “Saludos para usted y la amada hermana...” La influencia que una esposa cristiana puede tener sobre las decisiones de su esposo es de incalculable valor.

En cuanto a Arquipo hay dos posibilidades. Algunos creen que era hijo de Filemón y Apia, mientras otros piensan que pudo haber sido el pastor de la iglesia a la cual estaba asociado Filemón. Al mencionarlo, Pablo está preparando el terreno para que todos den la bienvenida a Onésimo.

Semillero homilético

Elementos necesarios de una oración aceptable

v. 4

Introducción. En este pasaje encontramos las tres partes que constituyen una oración: acción de gracias, intercesión y petición. En realidad, estos elementos se dan incidentalmente en la plática de Pablo a Filemón. Sin duda, para Filemón fue una agradable sorpresa saber que el gran Apóstol le recordaba habitualmente en sus oraciones. De alguna manera, muchos cristianos están siendo ayudados, aun sin saberlo, por las oraciones de otros.

I.     Acción de gracias, una parte necesaria de la oración: Doy gracias siempre a mi Dios. Si se omite esta parte, se demuestra ingratitud y nuestra devoción será inaceptable delante de Dios.

1.     Debemos agradecer a Dios por su misericordia para con nosotros y otros en el pasado.

2.     Debemos reconocer lo que está haciendo hoy.

3.     Debemos dar gracias porque seguirá obrando en el futuro. Nuestro servicio no será realmente una devoción si hace falta este elemento.

II.     Intercesión por otros: Haciendo mención de ti en mis oraciones.

1.     Es nuestro deber cristiano interceder los unos por los otros. Es así que se demuestra la verdadera comunión.

2.     La intercesión no está limitada a nuestros seres más queridos ni a nuestros amigos más cercanos.

3.     La oración sin intercesión es egoísta. Puede ser que por esto muchas de nuestras oraciones no sean contestadas.

III.     Las peticiones personales

1.     El hijo de Dios tiene acceso a solicitar de Dios la satisfacción de sus necesidades.

2.     El peligro es que las peticiones personales lleguen a ser el centro de nuestras oraciones.

3.     A medida que el cristiano va madurando aprende a orar por la satisfacción de sus necesidades espirituales, no tanto por las temporales.

Conclusión. Una oración aceptable delante de Dios es aquella que incluye acción de gracias, intercesión y peticiones personales.

La iglesia que está en tu casa (v. 2). La casa de Filemón se encontraba en Colosas, ciudad de Frigia. Otra traducción podría ser, “el grupo de cristianos que se reúne en tu casa”. Es posible que la misma iglesia tuviera que usar varios hogares para celebrar sus reuniones. Durante los primeros tres siglos de nuestra era no hubo edificios destinados exclusivamente a la adoración a Dios y los hogares de muchos creyentes sirvieron de albergue a los cristianos que circundaban la casa de alguno que tenía a bien ofrecerla para tal fin. Otros ejemplos fueron Priscila y Aquila (Rom. 16:5); Ninfa en Laodicea (Col. 4:15); Gayo (Rom. 16:23).

Gracia a vosotros y paz (v. 3) es un saludo característicamente paulino, y la expresión nuestro Padre (v. 3) establece la base sobre la cual se edificaba la relación entre aquellos hermanos y Pablo. Todos eran hijos del mismo Padre y por lo tanto miembros de la misma familia espiritual.

II.     LA VERDADERA TRANSFORMACIÓN SOCIAL DEL PATRÓN, vv. 4-7

El aparente uso incidental de la forma personal y posesiva mi Dios (v. 4) expresa que Pablo mantiene presente en su pensamiento el pacto de fidelidad debido a Dios. Es una confesión de gracias por las bendiciones recibidas y por las relaciones fraternales que puede sostener con otros cristianos. Es motivo de felicidad y encanto el darnos cuenta cómo los hombres buenos tienen el privilegio de venir delante de Dios con sus oraciones y peticiones como mi Dios.

Semillero homilético

Los caminos para glorificar a Dios

vv. 5, 6

Introducción. El hombre es creado para la gloria de Dios y por consiguiente encuentra su más alta satisfacción en darle esa gloria. Hay cuatro maneras en que se demuestra esta actitud:

I.     El camino de las buenas obras.

1.     Motiva a otros a que glorifiquen a Dios. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, de modo que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mat. 5:16).

2.     Es de bendición para otros. La benevolencia mutua de los cristianos no sólo glorifica a Dios, sino que resulta en bendición para otros.

II.     El camino de la adoración.

1.     La adoración debe ser para Dios. El fin de nuestra adoración debe ser dar la gloria a Dios.

2.     Los motivos secundarios no glorifican a Dios. A veces buscamos la adoración para exaltar nuestras emociones.

3.     Los elementos de la adoración ayudan al hombre. Le proveen una visión de las realidades eternas.

III.     El camino de la obediencia.

1.     El hombre glorifica a Dios cuando llega a ser lo que Dios quiere que sea.

2.     Capta por obediencia el pensamiento de Dios, cuando dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

IV.     El camino de la práctica de la obediencia.

1.     No basta decir que somos obedientes.

2.     Se debe mostrar la obediencia.

Conclusión. Se podría levantar un templo más impresionante que el de Salomón, tener un culto lleno de sacrificios, cantar salmos constantemente y elevar una y otra vez aleluyas en su nombre. Pero no hay nada que se compare ni lleve mayor honor a Dios, que convirtamos nuestra alma en templo viviente, y que hagamos de ella la habitación de su gloria y perfección. A él no le agradan tanto los sacrificios como la obediencia, ni tanto los coros como los afectos celestiales, ni tanto las palabras como un alma que refleje su imagen divina.

Pablo da gracias a Dios y recuerda en sus oraciones al patrón de Onésimo por el amor y la fe que tiene en su corazón. La frase puede ser tomada de dos maneras: (1) Por el amor y la fe que Filemón expresa hacia los que le rodean; (2) por el amor y la fe que tiene hacia Dios. Si optaramos por esta segunda forma se estaría produciendo una figura de quiasmo igual que en Gálatas 4:4, 5. En ambas maneras estamos frente al hecho de que nuestra actitud hacia Dios incide decisivamente en la actitud y acción hacia las personas que nos rodean.

Un patrón cristiano se interesará no solamente por el bienestar físico y material de sus empleados, sino también les dará comunión (v. 6) de su fe para con el Señor Jesús. Ciertamente muchos empresarios y administradores cristianos hoy en día han intentado hacer esto, y lo han logrado con apreciable éxito, pero otros, por la negación de su fe a través de sus acciones injustas y deshonestas, no han logrado hacer partícipes de su fe a otros ni provisto el conocimiento de todo el bien que un hombre puede obtener en Cristo Jesús.

William Barclay dice que la expresión la comunión de tu fe es difícil porque el griego koinonía tes pisteós tiene tres posibles significados. (1) Koinonía puede significar un compartir en; que bien puede ser el compañerismo o sociedad en un negocio. (2) Koinonía puede significar compañerismo, y en este caso sería compañerismo cristiano. (3) Koinonía puede significar el acto de participar, con lo cual hace referencia a la caridad, a la generosidad cristiana. Nos parece que la suma de estos tres usos nos ayudan a comprender y explicar mejor la idea de este bello versículo.

Lo que Pablo y sus compañeros de prisión habían oído probablemente por intermedio de Epafras les daba consuelo y esperanza de que el esclavo que ahora volvía arrepentido fuera bien recibido. El término confortados (v. 7, paráklesis 3874) significa compasión, simpatía, misericordia, esto es, el afecto directo hacia otras personas (como en Col. 3:12), pero en los tres usos de esta palabra en la epístola (7, 12, 20) es evidente que el significado es el de un profundo sentimiento de compasión, la que como dice Oesterley “es una emoción receptiva tanto como una emoción expresiva”. La base de este profundo sentimiento hacia los santos es el amor que Filemón posee hacia Dios por medio de Cristo Jesús.

La expresión oh hermano (v. 7) es muy enfática. Habla del sentimiento del Apóstol hacia Filemón tanto como el colocarse ambos como hijos de un mismo Padre. Además es una adecuada preparación para la intercesión que a continuación va a expresar.

En la Reina-Valera de 1909 rezaba “han sido recreadas las entrañas de los santos”, que era una traducción literal. En los días de Pablo se sostenía que en las vísceras se encontraba el asiento de los afectos humanos. Hoy día, equivale a nuestro término simbólico corazón. Los santos, esto es los que constituían la iglesia, han sido confortados por medio del testimonio y actuaciones de Filemón. Vale la pena recordar aquí que la palabra santos en el contexto de la palabra griega indica los que han sido separados para el servicio a Dios.

Antes de dejar este punto en su construcción exegética es digno de tomar en cuenta que en el fondo de las palabras del Apóstol hay un sentido de amor y de comprensión capaces de inspirar a cualquier patrón, administrador o encargado de personal a ofrecer las mejores oportunidades a quienes trabajan bajo sus órdenes.

III.     LA VERDADERA TRANSFORMACIÓN SOCIAL DEL OBRERO, vv. 8-19

En este pasaje Pablo hace una cuidadosa intercesión en favor de Onésimo. A la vez que consideramos los elementos de su súplica, bien podemos descubrir algunos principios fundamentales que constituyen, al ser aplicados en el mundo contemporáneo, la verdadera transformación de aquellos que por su ubicación en la esfera social les corresponde trabajar bajo las órdenes de otra persona.

    1.     Intercesión en amor, vv. 8, 9

Pablo insinúa que por su autoridad apostólica y por sus relaciones de padre espiritual (v. 9), puede pedir de Filemón lo que moralmente conviene, o mandarle lo que debía hacer en este caso. Es como si Pablo estuviese diciendo: “Tengo el derecho de hablar para pedirte algo.” Sin embargo dice que no lo hace sobre ninguna de esas posibilidades; no habla como un Apóstol, sino como un amigo que suplica un favor de otro amigo.

En ciertas versiones la palabra traducida por anciano (v. 9, presbútes 4246) o viejo, se traduce por embajador. Traduciendo así tratan de evitar la connotación de que Pablo era ya un viejecito. W. Barclay nos ayuda en este punto al recordarnos que en los días de Pablo se usaba la palabra presbútes para referirse a las personas que contaban entre los cuarenta y nueve y los cincuenta y cinco años de edad. Sin embargo, hay que recordar que la palabra “embajador” es presbeúto cuya diferencia con presbútes es muy leve. Esta palabra presbeúto se encuentra en Efesios 6:20 donde Pablo dice soy embajador en cadenas. Dodd sugiere la posibilidad que en el caso de la carta a Filemón, Pablo equivocó la ortografía o que el error se produjo en la copia y transmisión de los manuscritos. Como quiera que sea, debemos recordar lo que Pablo ha dicho en el versículo anterior, que no se vale de su autoridad apostólica para ordenar a Filemón, sino que le recuerda que el pedido es de alguien que ha estado dedicado al servicio de Cristo y que ya tiene algunos años de hacerlo y por lo tanto ahora se encuentra cansado y apelando a una autoridad moral para su petición.

    2.     Transformación de su filosofía de vida, v. 10

Intercedo ante ti en cuanto a mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones (v. 10). Nótese que Pablo no presenta ninguna excusa a favor de Oné-simo. Admite que era alguien que no servía para mucho y un flojo de carácter, pero también observemos el afecto con el cual lo llama mi hijo espiritual. Refleja algo de lo que la gracia de Dios había hecho por el Apóstol mismo. El que había sido un puntilloso fariseo, un exclusivista judío, ahora habla a favor de un gentil y no de un gentil libre, sino de un esclavo sin valor para la sociedad romana como de un hijo. Es impresionante leer en Colosenses 4:9: Le envío con Onésimo, el fiel y amado hermano, quien es uno de vosotros (comp. Col. 1:2).

El nombre Onésimo se deriva de un verbo que libremente arreglado quiere decir “góceme yo de ti”. Fue su encuentro con Cristo el que le llevó a transformar su filosofía para la vida, le cambió de ser un fugitivo, sin motivos para gozarse e inútil, en un hombre que buscaba la vindicación de sí mismo y el correlacionar su nueva profesión de fe con la vida práctica.

    3.     Transformación de su concepto de servicio, v. 11

En otro tiempo él te fue inútil, pero ahora es útil, tanto para ti como para mí (v. 11). Es probable que cuando Filemón recordaba el nombre de Onésimo su mente le sugería a un energúmeno indigno. Pablo, en un gracioso y hábil juego de palabras, dice que Onésimo es útil a Filemón y a él. He aquí el juego de palabras de Pablo: “El cual, Onésimo (útil) en otro tiempo te fue inútil (no te fue Onésimo), más ahora a ti y a mí es útil (nos es Onésimo).”

Semillero homilético

De inútil a útil

v. 11

Introducción: El cuadro de Onésimo presentado en la epístola nos demuestra la transformación que puede efectuar el evangelio de Jesucristo.

I.     La inutilidad del pecador.

1.     Es inútil para sí mismo y para otros.

2.     El hombre es pecador y responsable por lo que hace con su vida.

3.     El pecador pagará por su pecado eternamente.

II.     ¿Puede un pecador ser útil a otros?

1.     En el tiempo pasado, Onésimo había sido inútil a Filemón. Había sucumbido a la influencia del pecado y al final de cuentas actuó en contra de sus propios intereses.

2.     Al convertirse, Onésimo se constituyó en una persona útil. Desapareció su inutilidad. Fue transformado por la gracia de Dios. La deshonestidad, egoísmo, falsedad (vicios comunes en los esclavos) fueron quitados por el poder de la verdadera libertad.

3.     Onésimo llegó a ser una persona confiable.

Conclusión: Cuando un pecador se arrepiente, su vida es transformada por el poder de Dios. Después de haber sido una persona inútil para sí mismo y para los demás, llega a ser de bendición para otros.

Con tal recomendación no es difícil imaginar la prestancia y el nuevo concepto de servicio que aprendió Onésimo. Sin duda estaba dispuesto a dar a Filemón el mismo cuidado y atención en servicios que voluntariamente había prestado a Pablo.

4.  Transformación de su concepto de relaciones, vv. 12-17

Te lo vuelvo a enviar (v. 12). Implica que lo está enviando físicamente, pero también que está poniendo en las manos de Filemón el destino y la vida misma de Onésimo. A él que es mi propio corazón, según la traducción de Moffat sería: “Separándome de mi propio corazón.” Devolver a Onésimo era para Pablo separarse de algo muy apreciado para él. Onésimo había llegado a ser parte de su misma vida.

La esclavitud en el primer siglo

"Hay tres clases de herramientas para el campo, las silentes (arados y carretas), las inarticuladas (el buey y la mula), y las que hablan (esclavos)." Así se refería Cato a la condición de los esclavos entre los romanos, pugnando porque fueran descartados como cualquier otro objeto cuando llegaran a estar viejos, enfermos o cansados.

La esclavitud formaba parte integral de muchas culturas antiguas, pero alcanzó su nivel más alto en el período anterior al y durante el Imperio Romano. Al comienzo del primer siglo, los esclavos llegaron a ser la mitad de la población. A finales del mismo siglo la ciudad de Roma tenía 400.000 esclavos, una tercera parte de la población. Un hombre rico podía tener tantos esclavos que ni siquiera llegaba a conocerlos a todos. Las campañas de César Augusto abastecían miles de esclavos, creciendo así rápidamente la esclavitud como institución. Cecilio, en el tiempo de Augusto, afirmaba tener 4.116 esclavos. En una operación, César vendió 63.000 galos como esclavos. Josefo (Guerras 6.9.3) declara que Tito trajo 97.000 judíos desde Jerusalén como esclavos en el año 70.

Había varias maneras de procurarse un esclavo. Algunas veces, por necesidad una persona podía ofrecerse a sí misma en esclavitud para pagar una deuda. Se podían dar los hijos en esclavitud. En el mercado, los esclavos eran vendidos o cambiados por otros esclavos, por ganado o por otra propiedad. Un regalo muy común entre familiares y amigos era un esclavo. Podían darse en herencia. Muchos esclavos lo eran desde su nacimiento. A aquellos que resultaban saludables y fornidos se les casaba con esclavas de las mismas características para buscar el mejoramiento de la especie.

La ley romana daba a los amos completo poder sobre la vida y muerte de sus esclavos. Un esclavo no podía tener propiedades; él mismo era una propiedad. Aun si hubiera podido adquirir bienes, legalmente todo pertenecía a su amo. No existía el matrimonio entre los esclavos, solamente la cohabitación. Las parejas se unían o separaban a voluntad de los amos.

Algunos esclavos prisioneros de guerra eran enviados a escuelas para gladiadores para usarlos en espectáculos públicos. Eran forzados a luchar unos contra otros, vestidos como animales. En la noche anterior al espectáculo los gladiadores eran "honrados" con un banquete donde eran vistos por los fanáticos y apostadores.

En el campo se castigaban las ofensas racionando la comida, con trabajo adicional, multas y cárcel. Azotar a los esclavos era cosa común, así como marcarlos con hierros al rojo vivo.

Los esclavos que huían eran encadenados o los dejaban morir como una lección para ofensores potenciales. Si un propietario de esclavos era asesinado, cada esclavo en esa casa era declarado responsable. En el tiempo en que Pablo escribió la carta a Filemón, Pedanius Secundus había sido asesinado por un esclavo, y todos los cuatrocientos restantes fueron ejecutados, considerados culpables por no prevenir la muerte de su amo.

Pablo no solamente enviaba a Onésimo, éste iba de retorno por su propia voluntad. Tenemos aquí algo realmente extraordinario: Un esclavo, un ladrón que retorna por su propia voluntad a su patrón del cual huyó sin saber la clase de recepción que recibiría. Recordemos que según las leyes de la época se imponía que Onésimo debía volver a su amo y que éste podía hacer con su esclavo lo que bien le pareciera, desde someterlo a severos castigos hasta quitarle la vida. Si bien las leyes imponían un gran sacrificio para Pablo al separarse de una parte de sí mismo, demandaba un valor y un riesgo no menor de parte de Onésimo. Sin embargo, su nuevo concepto de la vida y su nuevo concepto de relaciones interpersonales le urgían a volver a la casa de Filemón.

Yo deseaba retenerlo conmigo (v. 13), no era solamente un deseo egoísta por parte de Pablo, pues declara que tenía propósitos definidos hacia Onésimo. Lo necesitaba, requería sus servicios; había cosas que Onésimo podía hacer para Pablo que ninguna otra persona podía haber hecho. Pablo siempre aclaró el motivo por el cual se encontraba en la prisión y lo consideró como el resultado de su apostolado por el evangelio, como bien lo dijo: Mis prisiones por la causa de Cristo han sido conocidas... (Fil. 1:13).

A pesar del deseo claramente revelado de Pablo de retener a Onésimo, no lo haría sin el consentimiento de Filemón. En efecto dice, sin tu consentimiento no quise hacer nada” (v. 14). Es interesante hacer una comparación entre los verbos yo deseaba del v. 13 y no quise del v. 14. Al analizarlos encontramos que Pablo quiere decir: “Yo hubiera querido retener a Onésimo conmigo, pero tuve escrúpulos y así resolví definitivamente enviártelo.” El primero de los verbos indica deseo, el segundo determinación y resolución.

Verdaderamente libre

La libertad de la esclavitud era posible por diferentes medios. Había esclavos a quienes se les alquilaba una parte de tierra para que la cultivaran; cuando obtenían ganancias podían comprar su libertad. Al mismo tiempo que el amo daba libertad a un esclavo, con la paga compraba otro y aparte obtenía ganancias. Los esclavos confiables eran dejados en libertad al volverse viejos o enfermar. En otras circunstancias, la libertad era ganada por un servicio dedicado. En ocasiones, el amo en su lecho de muerte concedía la libertad a algunos esclavos en su último gesto de nobleza.

La pregunta que se hace con más frecuencia es: ¿Por qué el Nuevo Testamento no condenó la esclavitud? Algunos contestan que los cristianos primitivos esperaban el regreso inminente de Cristo y consideraban que no era necesario desafiar la institución de la esclavitud. Los esclavos eran atraídos por la nueva religión ya que en ella adquirían un nuevo sentido de dignidad y autoestima. Al pertenecer al cuerpo de Cristo, el esclavo consideraba que su posición quedaba en plano secundario. En Cristo, el esclavo era libre.

Pablo exhortaba a los amos cristianos a ser considerados y a los esclavos a ser obedientes (Ef. 6:5–9; Col. 3:22–4:1). En su carta a Filemón, Pablo le pidió que recibiera a Onésimo ya no como a un esclavo, sino más que esclavo, como a un hermano amado (v. 16). Algunos opinan que la promesa de pago hecha por Pablo a Filemón era una indicación de que se esperaba lograr la libertad de Onésimo.

Se han dado varias razones del porqué Pablo no debía proceder en contraposición al deber cristiano ni sin el consentimiento de Filemón: (1) Porque la ley romana imponía graves castigos para aquellos que recibían o retenían a esclavos fugitivos (comp. Rom. 13:1, 2, 5, 7). (2) Para que no pareciera que se quedaba con algo que pertenecía a Filemón perjudicándole, y por lo cual Filemón, quizá, se hubiera quejado. (3) Porque Onésimo mismo resolvió retornar, con el objeto de demostrar en forma concluyente que no había aceptado la religión cristiana para evadir la autoridad de su amo legal. (4) Para que el evangelio no fuera calumniado y acusado de que bajo su pretexto los esclavos podían separarse con impunidad de sus amos (ver 1 Cor. 7:20–22).

Para que tu bondad no fuera como por obligación, sino de buena voluntad (v. 14). Probablemente el término obligación se refiera a que Pablo podría haber mantenido a Onésimo con él y justificar su proceder en la convicción de que Filemón aprobaría tal conducta. Sin embargo, no lo hace, actúa como todo un honesto caballero cristiano, entrega lo que no le pertenece y debe devolver.

Semillero homilético

Los resultados del cristianismo

v. 16

Introducción: Onésimo, antes de convertirse a la fe, fue esclavo de Filemón; y después siguió siéndolo, pero llegó a ser algo más: su hermano en Cristo. De esto podemos aprender que:

I.     El cristianismo no establece diferencias de condición social.

     Veamos algunos ejemplos de esta enseñanza:

1.     El apóstol Pablo instruyó a los patrones o amos acerca de cómo tratar a sus empleados o esclavos y viceversa (Ef. 6:5, 9).

2.     También se instruyó a los gobernantes sobre cómo comportarse con sus gobernados (Rom. 13:3, 4, 6).

3.     A los gobernados, se les dijo cómo debían conducirse con los gobernantes (Rom. 13:1, 2, 5, 7).

II.     El cristianismo enseña la igualdad esencial de las personas.

1.     El evangelio considera a todos iguales (sin diferencia debida a su rango, riqueza o pobreza) y los evalúa en sus consideraciones de carácter moral (Gál. 3:28).

2.     Dios dio a su Hijo para morir por todos por igual.

III.     El cristianismo enseña la responsabilidad de los ricos hacia los pobres.

     Su autoridad, influencia y ejemplo producirán buenos o malos efectos en otros y son los elementos sobre los cuales serán evaluados en el día del juicio.

Conclusión: La persona que hace a Cristo su Señor y Salvador rectifica sus relaciones y las enriquece con la nueva escala de valores.

Pablo propone la posibilidad de la intervención de la Providencia en la fuga de Onésimo. Afirma que Dios es quien ha ordenado tales circunstancias para el cumplimiento de su voluntad y designio. Dios puede tornar las situaciones adversas de nuestra vida para llevar adelante su propio plan.

Para que lo recibas ahora para siempre (v. 15). La palabra “recibir” (apéco 568) se relaciona con el acto de recibir en la mano en forma de pago una suma de dinero. Filemón había perdido un esclavo, pero ahora recibe más que un esclavo, recibe a un hermano amado... tanto en la carne como en el Señor (v. 16). Eso es recibir muchísimo más que cualquier cantidad de dinero. Aunque Pablo no hace un pedido formal de libertad para Onésimo, ni siquiera porque ahora es un cristiano, sí sugiere que las relaciones entre el obrero y el patrón deben ser radicalmente modificadas. Ya que por las leyes terrenales Onésimo es una parte de la carne (familia) de Filemón, las relaciones entre ambos ahora deben ser distintas por cuanto tienen a un Amo común quien es el Señor de ambos.

Si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo (v. 17), como a un amigo íntimo, como a uno con igualdad de intereses, objetivos y esperanzas en el evangelio. Pablo, por así decirlo, arriesga su amistad con Filemón al hacer suya la situación de Onésimo. El precio que un hombre debe pagar con tal de mejorar las relaciones entre otros hombres no se puede cuantificar; por ello son un imperativo categórico las palabras del Maestro: nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos (Juan 15:13).

    5.     Transformación de su concepto de honestidad, vv. 18, 19

Yo lo pagaré (v. 19). Suponemos que estas palabras quedaron siempre en un futuro hipotético. Sin embargo, plantea una interesante pregunta: ¿Cómo podía Pablo prometer yo lo pagaré siendo que se encontraba en la prisión y ya anciano? Sabemos por sus aseveraciones que trabajó en hacer tiendas. También que la iglesia de Filipos le ayudó algunas veces, pero, ¿había ahorrado lo suficiente? ¿Alcanzaban las ofrendas de los hermanos para pagar una casa alquilada y sostener a todos sus compañeros y a las personas unidas con él?

Verdades prácticas de Filemón

1.     Hay elementos semejantes entre la esclavitud del primer siglo y las exigencias de los patrones hoy en día.

2.     Un patrón cristiano se interesará no solamente por el bienestar físico y material de sus empleados, sino que compartirá su fe en Cristo Jesús (v. 6).

3.     Las acciones justas y honestas de los administradores y empresarios cristianos serán la mejor puerta de entrada para compartir con sus empleados la fe en Cristo.

4.     Un empleado cristiano tiene la responsabilidad de demostrar el carácter de un seguidor de Cristo. Su trabajo honesto, su sentido de responsabilidad y su disposición de servicio serán elementos clave en la interpretación de la fe cristiana. Onésimo había sido transformado por su fe en el Señor Jesucristo y él de su propia voluntad estuvo dispuesto a volver con Filemón.

5.     Dios puede cambiar las situaciones adversas de nuestra vida para llevar adelante su propio plan.

6.     Los esclavos del tiempo de Pablo y los obreros de hoy en día reciben la enseñanza de que en las relaciones obrero-patronales debe privar un alto sentido de responsabilidad y honestidad en toda la extensión de la palabra.

7.     Las acciones que los cristianos realizan deben tener su motivación más importante en el amor.

8.     La tarea del cristianismo no es la confrontación de los sistemas políticos o sociales, sino la transformación del individuo y la sociedad por el poder del Espíritu Santo.

Algunos eruditos han sugerido la posibilidad de que Pablo hubiera heredado la fortuna de la familia y que con ella pudo respaldar las demandas económicas. La idea se fortalece por el hecho de que como prisionero de Roma y encadenado a un guardia romano, viviendo en una casa privada, personalmente podía responder económicamente, pues tales condiciones y modo de vida era concedido por los romanos sólo a aquellos que probaran que podían pagar puntualmente (R. L. Smith). El hecho de que Pablo se hiciese cargo de responder por los daños causados por Onésimo, dio a éste, lo mismo que a los obreros de todos los tiempos, la gran enseñanza de que en las relaciones entre obreros y patrones debe privar un alto sentido de responsabilidad y honestidad en toda la extensión de las palabras.

IV.     UN DIRIGENTE RARO, vv. 20-25

Sí, hermano, yo quisiera tener este beneficio de ti en el Señor (v. 20). Una expresión muy enfática con la cual Pablo se identifica estrechamente con la causa de Onésimo. Además hace referencia a lo dicho en el v. 7. En otras palabras, concederle la petición sería de gran aliento para Pablo en sus actuales circunstancias desfavorables y constituiría un estímulo para renovar sus esfuerzos en presentar a Cristo.

Las palabras sabiendo que harás aun más de lo que digo (v. 21) son una velada expresión de que Pablo esperaba que Filemón liberara completamente a Onésimo y, sin tratar de violentar la hermenéutica bíblica, diríamos que presenta la base para el derrocamiento de una de las instituciones más odiosas de la humanidad.

¡Qué dirigente más raro! ¿verdad? Primero no espera sacar beneficios personales, luego espera que sus seguidores hagan más de lo que pide. Como si fuera poco, desea cuando menos tres cosas más:

1. Prepárame... alojamiento (v. 22) Desea estar con el pueblo. La práctica de la hospitalidad no fue cosa extraña en el NT; al contrario, fue animada como una gran virtud (Rom. 12:13; 1 Tim. 3:2; Tito 1:8; Heb. 13:2 y 1 Ped. 4:9). Pablo esperaba y deseaba que en respuesta a las oraciones de la iglesia que se reunía en la casa de Filemón podría visitarles. Si tal deseo se cumplió o no es difícil saberlo.

2. Te saludan... mis colaboradores (vv. 23, 24). Desea ser totalmente honesto. Epafras, pastor de la iglesia en Colosas que por esos días visitaba a Pablo, es designado como mi compañero de prisiones por Cristo Jesús. Aristarco también es llamdo prisionero conmigo (Col. 4:10), mientras que aquí se le denomina como parte de los colaboradores del Apóstol. Uno se pregunta acerca del porqué de este juego de posiciones. La explicación es que a los amigos de Pablo que lo visitaban en la ciudad de Roma, se les permitía acompañarlo y vivir con él, con la condición que se sometieran a las mismas restricciones, guardia militar y demás.

Semillero homilético

Filemón: un cuadro ideal del perdón entre cristianos

Introducción: En esta carta se encuentran todos los elementos que intervienen para hacer necesario el perdón.

I.     La ofensa, vv. 11, 18.

II.     La compasión, v. 10.

III.     La intercesión, vv. 10, 18, 19.

IV.     La sustitución, vv. 18, 19.

V.     La restauración del antiguo favor, v. 15.

VI.     La elevación a una nueva relación, v. 16.

Conclusión: Es una lección práctica sobre la petición que tenemos en la oración modelo: Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores (Mat. 6:12).

Otros compañeros a quienes Pablo desea dar crédito por sus labores y ser honesto para con ellos son: Marcos, posiblemente el mismo que era primo de Bernabé (Col. 4:10), el compañero de Pablo en el primer viaje misionero. Demas es también mencionado en Colosenses 4:14 y 2 Timoteo 4:10. Lucas, el autor del Evangelio que lleva su nombre y del libro de Hechos, quien fuera médico y compañero fiel del Apóstol (2 Tim. 4:11).

3. La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu (v. 25). Desea lo mejor para todos. Es la bendición pastoral de Pablo para todos sus amigos y expresa el deseo de que la gracia de Cristo abunde en la vida de aquellos que han sido salvos por la fe en Jesucristo.

CONCLUSIÓN

El valor social de la epístola de Pablo a Filemón consiste en que presenta la actitud del cristiano hacia las relaciones obrero-patronales y hacia todas las instituciones no cristianas.

Podríamos resumir las enseñanzas de la carta en tres afirmaciones:

1. Que el cristianismo no es un movimiento político y por lo tanto no es antagónico con las formas de gobierno, aunque trata de hacer llegar hasta ellos la justicia y el reconocimiento de la instrumentalidad del gobierno en las manos de Dios.

2. Que el cristianismo no es revolucionario-compulsivo, más bien es transformador en sus métodos de cambio social.

3. Que Cristo es la fuerza transformadora más efectiva en el corazón del hombre que el mundo ha conocido jamás.

Unos cincuenta años después de que Pablo escribiera la carta a Filemón, Ignacio, el obispo de la iglesia cristiana en Antioquía, era llevado a Roma donde habría de sufrir el martirio por su fe. Durante su viaje escribió una carta a la iglesia de Efeso. En esa carta hace mención extensa del obispo de Efeso, cuyo nombre es Onésimo. Como alguien ha dicho, no estamos seguros de que Onésimo el obispo sea el Onésimo de esta carta, pero ¿por qué no?

Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. (1993-<1997). Comentario bı́blico mundo hispano Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, y Filemón (1. ed.) (326). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.