Arqueología

Hageo

Arqueología de Hageo

Hageo 2. ¿Condujo Hageo una rebelión mesiánica?

El libro de Hageo es uno de los documentos más cortos en la Biblia, consta de cuatro mensajes con un total de unas 600 palabras. Asimismo, es uno de los libros fechados con más precisión en todas las Escrituras. Está documentado que el profeta recibió los cuatro oráculos en un periodo de tiempo de 15 días durante el otoño del segundo año del rey persa Darío I, quien reinó desde 521-486 a.C.

Durante este periodo, Judá existió como parte de un gran distrito administrativo o satrapía del Imperio Persa llamado abar naharah (Más allá del Río), cf. Esd 4:10; Neh 2:7. Cada satrapía contribuía con el tributo anual y estaba gobernada por un gobernador persa. No obstante, la política imperial persa, empezando con Ciro el Grande y continuando con Darío impulsaron un grado importante de autonomía local. Una extensión de esta política condujo al respaldo persa para la construcción de templos y santuarios locales (2Cr 36:23; Is 44:26-28). la preocupación principal de Hageo dentro de su contexto histórico era promover la reconstrucción total del templo en Jerusalén. Sus mensajes estaban dirigidos a los líderes principales de la comunidad de Jerusalén, Zorobabel, el gobernador, y Josué, el sumo sacerdote.

Ciertos aspectos del imaginario de Hageo han llevado a muchos a concluir que este profeta no solo esperaba reconstruir el templo, sino también la restauración de la monarquía davídica. En su oráculo final, Hageo empleó títulos elevados para referirse a Zorobabel, hijo de Salatiel y nieto del último rey davídico, Joaquín:

Surgen dos preguntas: ¿Creía Hageo que Zorobabel era el Mesías? ¿Llamó a una rebelión contra el gobierno persa?

En realidad, Hageo no exhortó a Zorobabel para que reclamara la posición de Mesías, ni tampoco instó a los judíos a rebelarse contra Persia.' Nada en el libro sugiere que Hageo esperaba que las promesas de la exaltación final de Sión se cumplieran inmediatamente o que Zorobabel fuera el agente de su cumplimiento.

Por el contrario, Zorobabel simplemente recibió la exhortación de realizar la tarea de reconstruir el templo como anticipación de un futuro mayor que vendría. Zorobabel fue llamado a vivir conforme a la herencia que fue transmitida de su ancestro David, pero aparte de la reconstrucción del templo no se le demandaron otras acciones específicas.

Es verdad que el libro de Hageo refleja la esperanza, común de todos los profetas, de la gloria futura de Sión:

(Biblia de Estudio Arqueológica. Vida. p.1558)