Arqueología
Josué
Arqueología de Josué
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Josué 1. “Las tablillas de Ugarit y la religión cananea”
La tierra a la que Dios le ordenó a Josué que entrara era la de los cananeos." Aunque el Antiguo Testamento nos provee con alguna información acerca de este pueblo no israelita y su religión, obtenemos la mayoría de nuestro conocimiento de las escrituras de un pueblo no tan distante de los mismos cananeos. Ugarit, una ciudad en el norte de Siria, ha producido un gran archivo de tablillas que datan de aproximadamente 1400 a.C.3 Aunque no está ubicada en el propio Canaán, Ugarit (actual Ras Shamra) compartía muchos vínculos culturales con los cananeos, incluyendo un sistema religioso y un idioma similares.
El idioma en que se escribieron las tablillas de Ugarit, hoy en día simplemente se llama ugarítico. Está emparentado cercanamente con el hebreo y esto es de gran valor ya que ayuda a los eruditos a entender mejor el antiguo hebreo. Estas tablillas incluyen textos de varios tipos e incorporan un gran número de elementos mitológicos y rituales religiosos. Las deidades que mencionan constituyen el panteón (lista de dioses oficialmente reconocidos) de Ugarit y del pueblo cananea.
La deidad más alta era El, el anciano padre dios. Su cónyuge o compañera era Athirat, una diosa del mar también conocida en el Antiguo Testamento como Aserá. El participante principal del más importante texto mitológico de Ugarit es Baal (posiblemente el nieto de El), el poderoso dios de las tormentas y deidad de la fertilidad que es figura tan prominente en muchos de los libros históricos y proféticos del Antiguo Testamento. En las batallas representadas en el periodo de Baal, este conocido dios derrotó a las deidades Yam (del mar) y Mot (de la muerte). Sus cónyuges eran Anat, una diosa guerrera quien también era su esposa-hermana, y Astarté.8 Otras características de la religión cananea atestiguadas en Ugarit incluyen sacrificios de animales, fiestas de temporada y la creencia en la vida después de la muerte. El sacrificio de niños, un tema permanente de la religión cananea en el Antiguo Testamento, no se menciona en los textos ugaríticos.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Josué 2. “La casa de Rajab”
Los espías israelitas le ordenaron a Rajab reunir a su familia dentro de la casa, donde permanecerían seguros durante la calamidad porvenir (Jos 2:18-19). Después, Rajab y los miembros de su familia fueron rescatados como había sido prometido (6:17,22-23). Josué 2:15, indica que la casa de Rajab estaba ubicada dentro de las fortificaciones de Jericó. Traducido literalmente, el hebreo lee, «Su casa estaba contra la superficie vertical de la muralla de la ciudad, y en la muralla vivía ella». ¿Por qué no se derrumbó la casa cuando cayó la muralla? Increíblemente, la arqueología provee una respuesta.
Excavaciones realizadas por un equipo alemán de 1907-1909 en la sección norte del sitio, descubrieron una sección de la parte baja de la muralla de la ciudad que no cayó como lo había hecho el resto. La sección aún en pie era de casi 2.5 ni de alto con casas que estaban construidas contra ellas, aún intactas. Una segunda muralla en, la Orilla del dique reveló que estas casas en particular estaban estaban entre las murallas superiores e inferiores de la ciudad y estaban, por eso, «en la muralla de la ciudad». Ya que la muralla inferior también constituía la pared de fondo de las casas, una abertura (ventana) en la muralla hubiera proveído una ruta de escape conveniente para los espías. Desde esta ubicación norteña, era una distancia corta hacia las colinas del desierto de Judá, donde se escondieron los espías por tres días (2:16,22).
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Josué 3. “El cruce del río Jordán”
La Biblia describe el milagro del cruce del río Jordán con un lenguaje gráfico: «éstas dejaron de fluir y formaron un muro que se veía a la distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a la fortaleza de Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó» (Jos 3:16).
El pueblo de Adán (ahora un sitio llamado Tell ed-Damiyeh) estaba aproximadamente 26 km al norte del sitio en el cual la procesión israelita cruzó el Jordán, localizado en un punto donde el río corría cerca de las márgenes más altas. El valle del Jordán, parte del gran valle del Rift, es una región inestable donde ocurren terremotos frecuentemente. En varias ocasiones a través de la historia, los terremotos han desplazado las riberas en las inmediaciones de Adán, resultando en una represa del río Jordán. El suceso más reciente fue el terremoto de 1927, durante el cual un terraplén de 46 m de alto al lado occidental del río se derrumbó, bloqueando completamente el agua durante más de 21 horas.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Josué 4. “El campamento en Gilgal”
Después de que habían cruzado el río Jordán,' los israelitas establecieron un campamento en Gilgal (Jos 4:19). Ahí, Josué erigió 12 piedras del río como un monumento conmemorativo (vv. 20-24). Todos los varones israelitas nacidos después del éxodo fueron circuncidados ahí (5:2-9),2 y también se celebró la primera Pascua en la tierra prometida (v. 10). Gilgal se convirtió en la base de operaciones para los subsiguientes seis años de la conquista.
Después de la conquista, Josué estableció el principal centro religioso israelita de la época en Siló (18:1). Después de que los filisteos destruyeron Siló (véase Jer 7) el centro religioso fue trasladado de nuevo a Gilgal (1S 10:8; 11.14-15; 13:15-18; 15:10-33), donde permaneció hasta que David trajo el arca a Jerusalén (2S 6).-5 Gilgal siguió siendo un prestigioso centro religioso en Israel, desafortunadamente también se convirtió en un centro para la apostasía (Os 12:11). Durante la época Bizantina se construyó una iglesia en el sitio tradicional de Gilgal. Está representada en el mapa Madaba, un mapa-mosaico del siglo sexto que se encuentra en el piso de la iglesia San Jorge en Madaba, Jordania y que retrata la Tierra Santa.
Josué 4:19, afirma que Gilgal estaba ubicado «al este de Jericó». La ubicación más probable para este sitio es un grupo de montículos pequeños y antiguos que se encuentran 1.6 km al noreste de Jericó. Esta área encaja con los requisitos del historiador judío Josefo y con los de otros escritores antiguos, y se halla en el lugar exacto en que se representa la iglesia de Gilgal en el mapa Madaba.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Josué 5. “La conquista de Canaán”
Después de derrotar a las naciones al este del Jordán, Israel se enfocó en la tierra prometida al oeste del valle del Jordán. Los cananeos ocupaban las áreas costeras y los valles y los amorreos las áreas montañosas (Nm 13:29). Datos cronológicos del Antiguo Testamento (Jue 11:26; IR 6:1) sugieren que la conquista tomó lugar al final de siglo XV a.C.: FI proceso entero, incluyendo la toma de Transjordania, duró más o menos siete años, la mayoría de este tiempo se pasó conquistando Canaán (Dt 2:14; Jos 14:6-10). tos arqueólogos no están de acuerdo acerca de la fecha de la conquista, y apoyan una de la siguientes posibilidades:
Conquista durante la Edad del Bronce II tardío
Esta opinión, que colocaba el éxodo durante el reinado del faraón Ramsés II y la conquista al final del siglo XIII a.C., fue en otro tiempo casi universalmente aceptada. Se dice que ciudades como Debir, Laquis, Betel, y Jazor fueron destruidas alrededor de 1220 a.C. por el violento ataque israelita. Pero hoy muchos eruditos han abandonado esta tesis:
Actualmente se cree que estas ciudades fueron sorprendidas durante épocas diferentes por varios ejércitos.
La estela de Merneptah (una losa de granito inscrita) sugiere que Israel ya estaba establecido en la tierra.
Pocas ciudades amuralladas de esta época han sido descubiertas (cf. Dt 1:28).
Es imposible colocar la caída de Jericó en esta época.
Conquista durante la Edad del Bronce I tardío
Esta posición argumenta por una conquista alrededor de 1400 a.C., apoyada por un entendimiento moderno de la cronología bíblica. La perspectiva:
La captura de Jericó les dio a los israelitas un punto de apoyo. Desde su campamento en Gilgal lanzaron ataques hacia las montañas del oeste. Después de apoderarse de Hai subyugaron a la parte sureña del país (Jos 10).6
Josué no atacó a Siquén, considerada una ciudad importante durante esta época, sino que atacó a una coalición de reyes norteños en Jazor (11:1-15). Siquén, en las montañas centrales cerca del monte Ebal y el monte Guerizín, separaba las ciudades-estados sureñas de las norteñas. Josué no pudo haber evitado a Siquén (8:30-33)/ y algunos eruditos hasta sugieren la cooperación de Siguen con Israel
Problemas con una conquista durante la Edad del Bronce l tardío
Canaán que estaba escasamente poblado; carecía de las grandes ciudades que menciona la Biblia.
La mayoría de los intérpretes fechan la destrucción de Jericó al final de la Edad del Bronce Medio, más de 100 años antes.
El libro de Josué en ninguna parte cita a Siquén como una ciudad poderosa.
Dios le ordenó a Israel exterminar a los cananeos (Dt 7:1-2). Josué 9, menciona el truco gabaonita, pero esto sólo destaca la falta de voluntad por parte de Josué de cooperar con ciudades cananeas y contradice la noción de que Siquén cooperó con Israel.
Conquista durante el final de la Edad del Bronce Medio
Ciudades estaban muy bien fortificadas.
El fin de esta época atestiguó un gran colapso social y la destrucción de varias ciudades, incluyendo a Jericó. La población pudo haber caído en picada hasta en un 80 por ciento. La mayoría de los eruditos han atribuido esta destrucción a los egipcios, una premisa ahora extensamente cuestionada por falta de evidencia.
Problemas con una conquista durante el final de la Edad del Bronce Medio
Se considera que este periodo terminó alrededor de 1550 a.C., demasiado temprano para la cronología de la Biblia.
Es difícil encontrar relación entre la cronología egipcia y una conquista de 1550 a.C. Ningún faraón apto reinó durante la época.
Soluciones propuestas para los problemas con una conquista durante el final de la Edad del Bronce Medio
Eruditos han tratado de correlacionar el éxodo con la expulsión de los hicsos de Egipto." Esta solución no es convincente, y aún existe el problema de la discrepancia con la cronología bíblica
Algunos historiadores sugieren volver a fechar el final de la Edad del Bronce Medio. Si la fecha fuera reducida por 150 años, hasta alrededor de 1400 a.C., esta edad pudiera haber terminado en la fecha tradicional para la conquista. Pero esto también requeriría un cambio de fechas en la cronología egipcia. La mayoría de los intérpretes consideran esta opinión poco convincente y muy excéntrica.
Los arqueólogos rutinariamente modifican conclusiones antiguas y, al parecer, bien establecidas. La interpretación de los datos en Palestina está cargada con dificultades; hasta las interpretaciones bien recibidas pueden estar desarrolladas sobre bases débiles. Dada esta incertidumbre, sería asombroso si los investigadores fueran capaces de conseguir evidencia concluyente acerca del tiempo y las circunstancias de la conquista.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Josué 6. “Los muros de Jericó”
El Jericó del Antiguo Testamento ha sido sometido a cuatro excavaciones: por Charles Warren (1867-1868); Ernst Sellin and Carl Watzinger (1907-1909); John Garstang (1930-1936); y Kathleen Kenyon (1952-1958). Desafortunadamente, las primeras tres excavaciones usaron métodos que los arqueólogos modernos consideran primitivos y poco fiables, y el sitio ha sufrido de erosión.
Watzinger concluyó que Jericó no estuvo ocupado durante la Edad del Bronce Tardío, cuando se supone que fue destruido por Josué, mientras que Garstang determinó que la bien fortificada ciudad fue destruida al final de este periodo. No obstante, Kenyon argumentó que fue aniquilada al final de la Edad del Bronce Medio, alrededor de 1550 a.C., después de lo cual era, en el mejor de los casos, un establecimiento exiguo durante el periodo de Bronce Tardío, algo que no hubiera dejado una ciudad fortificada para que Josué la destruyera.
Aparte de los problemas con la fecha, la mayoría de los datos arqueológicos corresponden con el relato bíblico:
La prominencia (Jos 5-6) y la riqueza (7:21) de Jericó evocan una gran ciudad. Algunas excavaciones han demostrado que Jericó tenía grandes defensas. Sutell (un montículo formado por la acumulación de restos de asentamientos sucesivos) estaba rodeado por un terraplén de tierra estabilizado por un muro de piedra de 4.6 m de alto. Encima del muro de contención se encontraba un muro de ladrillos de barro de más o menos 1.8 m de grueso y tres o cuatro veces más de alto. Un muro similar coronaba el dique.
Los muros de ladrillo de barro de Jericó se colapsaron en la base del muro de contención (6:20). Los arqueólogos sugieren que ocurrió un terremoto' y que los ladrillos caídos formaron una rampa por la cual los israelitas superaron el muro de contención.
Una capa de cenizas de .9 m de alto verifica un incendio masivo (v. 24).
Existen indicaciones de una plaga en Jericó antes de su caída (cf. Nm 25:8-9).
Josué 3:15, afirma que Israel vadeo el Jordán durante el periodo de cosecha. La evidencia incluye el acto de Rajab de secar lino en su techo (2:6)° y la celebración israelita de la Pascua (un festival de primavera justo antes de la cosecha) inmediatamente antes de la batalla (5:10).
Tinajas llenas de cereal recién cosechado confirman la brevedad del asedio (6:15).
Es extraordinario que el cereal de Jericó fuera quemado, sugiriendo que los invasores tenían una razón excepcional para dejarlo intacto (véase vv. 17-19).
Los detalles que rodean la destrucción de la Ciudad IV de Jericó paralelar, de esta manera tan estrecha lo que leemos en la Biblia. Desafortunadamente, la fecha de la caída de esta ciudad continúa siendo un problema. Si Jericó cayó alrededor de 1550 a.C., como lo argumentaban Watzinger y Kenyon, no hubiera existido ninguna ciudad importante ahí, a la llegada de Josué alrededor de 1400 a .C. No obstante, aunque uno lidia con el problema cronológico, hay mucho acerca de la Ciudad IV para fomentar en el lector cristiano la veracidad del relato en Josué 6.
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Josué 7. “Jericó y la fecha de la conquista”
¿Quién fue el culpable de la destrucción de la Ciudad IV de Jericó?. La «fecha temprana» de la conquista de esta ciudad coloca la destrucción alrededor de 1400 a.C., mientras que la «fecha tardía» la coloca alrededor de 1220 a.C. Existen por lo menos tres maneras diferentes en que los intérpretes han tratado de correlacionar la caída de la Ciudad IV con la «fecha temprana»:
Una teoría de la conquista en la Edad del Bronce tardío 12 afirma que Jericó fue conquistada por Josué en la última parte de la Edad del Bronce 1 Tardío, alrededor de 1400 a.C. Esta teoría está basada en la presencia de cerámica de ese periodo encontrada en el sitio. También han sido encontrados ahí, escarabajos de los faraones egipcios Hatshepsut, Tutmosis III y Amenhotep III. Estos escarabajos indican que el sitio estuvo habitado durante la dinastía XVIII de Egipto, o durante la Edad del Bronce I Tardío. Todo esto sugiere que la destrucción catastrófica de la Ciudad IV de Jericó se llevó a cabo al final de la Edad del Bronce I Tardío, alrededor de 1400 a.C. En contra de esta opinión, otros han presentado los siguientes argumentos:
El Bronce 1 Tardío no encaja bien con la conquista israelita. Habían muy pocas ciudades grandes y amuralladas en Canaán durante este periodo, en contraste con las afirmaciones de la Biblia de que los israelitas se sentían intimidados por las ciudades amuralladas que los confrontaban (Dt 1:28).
Un grupo de eruditos creen que una ocupación en pequeña escala de Jericó durante la Edad del Bronce Tardío no tenía muros y no pudo haber sido la ciudad que encontró Josué. La cerámica del periodo de Bronce 1 Tardío encontrada ahí, puede relacionarse con esta pequeña ocupación, no con la Ciudad IV, y la cerámica del periodo de Bronce 1 Tardío en Jericó, puede que no tenga ninguna relación con la conquista de Josué.
El escarabajo de Amenhotep III plantea un obstáculo para argumentar a favor de esta perspectiva. Si el Jericó del Bronce I Tardío fue en efecto destruido por Josué, entonces el escarabajo de Amenhotep III obviamente tuvo que haber llegado ahí antes de que cayera la ciudad. Las fechas del reinado de Amenhotep casi siempre se establecen de 1390-1352 (o 1386-1349), demasiado tarde para la victoria de Josué, la cual casi siempre se considera ocurrió alrededor de 1400 a.C.
Con sus nuevas fechas, la teoría de la conquista durante el periodo de Bronce Medio encaja con la creencia general de que la destruccIón de la Ciudad IV de Jericó ocurrió al final de la Edad del Bronce Medio. Sin embargo, esta perspectiva cambia la fecha de la Edad del Bronce Medio y afirma que la cronología de Egipto y de la Edad del Bronce Medio necesita ser modificada por 150 años hacia atrás. Bajo esta premisa Jericó Ciudad IV en efecto cayó al final del periodo de Bronce Medio, alrededor de 1400 a.C., no 1550 a.C. Dos hechos están a favor de esta opinión, pero existe un problema con estos también:
La mayoría de los intérpretes creen que la Ciudad IV cayó al final de la Edad del Bronce Medio, así que esta teoría no tiene la carga de tener que revocar esa conclusión.
Una conquista de Canaán encaja bien con lo que se sabe acerca del fin de la Edad del Bronce Medio. Las ciudades del área estaban fortificadas con muros altos durante esta época, pero en el próximo periodo, Bronce I Tardío, las ciudades eran, en su mayor parte, sitios exiguos con poca o ninguna fortificación. Es concebible que la conquista israelita contribuyó materialmente en traer la cultura del Bronce Medio a su fin.
La mayoría de los intérpretes, sin embargo, consideran radical e injustificada la modificación de la fecha del fin de la Edad del Bronce Medio por 150 años. Existe actualmente un movimiento en algunas partes para reducir dramáticamente la cronología convencional de Egipto y de tal manera modificar tantien laucha del límite entre Bronce Medio y Bronce Tardío, pero la egiptología establecida, aún no ha aceptado esta perspectiva.
La teca.la convencional de conquista durante el Bronce Medio se alinea tanto con una fecha de Bronce Medio para Ciudad IV, como también con la cronología convencional. Argumenta que el éxodo se llevó a cabo durante la Edad del Bronce Medio y que Josué llegó a Jericó alrededor de 1550. Esta perspectiva, sin embargo, tiene muy pocos seguidores:
Está en directa oposición de la propia cronología de la Biblia, la cual fuertemente indica una conquista alrededor de 1400.
Enreda, de una manera poco convincente, el relato del éxodo con la historia de los hicsos.
Es sumamente difícil, desde el punto de vista arqueológico, explicar la presencia de Israel en la tierra tan temprano como el año 1550. Así que, la arqueología de Jericó como la entendemos actualmente es imposible de reconciliar con la «fecha tardía» de la conquista (aprox. 1220 a.C.).
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Josué 8. “Hai”
Localizar los lugares bíblicos es una de las cosas más complicadas de la arqueología bíblica. Los arqueólogos profesionales debaten puntos minuciosos, y agudas personas que no son expertas frecuentemente se sienten desconcertadas por las referencias a tantos sitios desconocidos de la Tierra Santa, todos con nombres árabes. El localizar el an-tiguo Hai con precisión ilustra este dilema, lo que se ha comprobado es un problema engorroso en los estudios del Antiguo Testamento. A veces estas cuestiones al parecer un poco oscuras pueden tener consecuencias graves. Debido a las preguntas acerca de la ubicación de Hai, por ejemplo, muchos eruditos argumentan que la historia entera acerca de la conquista de esta ciudad es simplemente una leyenda.
Josué 7:2 afirma que Hai estaba al este de Betel, cerca de Bet Avén. Betel se identifica frecuentemente como la actual Beítin, aunque esto no es seguro. Corno alternativa, pudo haber estado localizada en el actual El-Bireh, con Bet Avén como el actual Beitin.
Por un artículo influyente publicado en 1924 y escrito por WS. Albright, el «padre» de la arqueología bíblica, casi todos los eruditos han aceptado el sitio extenso de et-Tell como Hai. Pero esto plantea un problema, ya que et-Tell no estaba ocupado durante la época de Josué. Sin embargo, sí había gente viviendo ahí durante la Edad del Bronce Temprano (período patriarcal antiguo),' y este lugar es, en efecto, probablemente la ubicación original de Hal (Gn 12:8). Ya que la Biblia afirma que el Hai capturado por Josué era pequeño (Jos 7:3; 10:2), es posible que una fortificación cerca del actual et-Tell se llamaba Hal durante la época de Josué.
En 1838, el erudito inglés Edward Robinson fue informado de una tradición en la Tierra San-ta de que Hai estaba ubicado en el actual Khirbet el-Maqatir. En 1899, el erudito alemán Ernst Sellin se enteró de está misma noción. Desde 1995, Bryant Wood ha llevado a cabo excavaciones en Khirbet el-Maqatir, determinando que una pequeña fortaleza que fecha del siglo XV a.C. en efecto se encontraba ahí, y que satisface todos los requisitos bíblicos del Hai de Josué.
Geográficamente, Khirbet el-Maqatir encaja con la descripción en Josué 7 y 8, aunque las ubicaciones disputadas de otros lugares también afectan la perspectiva. Khirbet el-Magatir está localizado casi 1.6 km al sureste de Bet Avén (7:2) si se acepta Beitin como la ubicación de Bet Avén. Está a 3.2 km este-noreste de Betel (v. 2), Si se acepta El-Bireh como la ubicación de Betel.
Además, Khirbet el-Magatir encaja también con la narrativa de Josué 8. Entre este lugar y El-Bireh se encuentra un valle profundo, el Wadi She-ban, el cual fácilmente pudo haber escondido a un grupo de emboscada igual al que está descrito en Josué 9. Josué 8:11, menciona a los hombres de Josué que ascienden al norte de Hai y establecen un campamento. Jebe Abu Ammar, 1.6 km al norte de Khirbet el-Maqatir, es la colina más alta de la región, y provee una vista extensa del área de batalla. Un valle bajo ubicado al norte de este sitio, el Wadi el Gayeh, se localiza entre Khirbet el-Maqatir y Jebel Amu Ammar; desde aquí el rey de Hai pudo haber visto a Josué y a sus hombres (v. 14).
Khirbet el-Maqatir también encaja con los requisitos arqueológicos para ser identificado como el Hai de Josué. Una pequeña fortaleza en el área (7:3,5; 10:2), de aproximadamente tres acres-de` tamaño, ha presentado cerámica del siglo XV a.C. Aunque 8:25 afirma que el pueblo tenía 12.000 habitantes, existe razón para creer que la corrupción del texto ha aumentado el número por más de diez veces (i.e., debería de decir 1.200). Según Josué 7:3, los israelitas calcularon que no más de 3.000 soldados constituiría una fuerza suficiente para conquistar al pequeño Hai.
La puerta de la fortaleza está ubicada al lado norte, correspondiendo a la identificación en la Biblia de una entrada al norte de la fortaleza (8:11). Ceniza abundante en el sitio, junto con cerámica quemada, piedras y cimiento, es evidencia de una destrucción por fuego (cf. v. 28).
En conclusión, el sitio de el-Tell, identificado como Hai por Albright, es la muy probable la ubicación de Hai en el periodo antiguo patriarcal. Durante la época de Josué, sin embargo, la fortaleza evidentemente había emigrado un poco al oeste, hacia Khirbet el-Maqatir. ¿Cual es el significado? La toma de Hai por Josué y sus fuerzas fue un acontecimiento histórico: una conclusión con implicaciones profundas para la aceptación de la Biblia entera como la verdad infalible e inspirada de Dios.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Josué 9. “Gabaón”
Gabaón está ubicado en el pueblo moderno de el-Jib, 9.6 km al nor-oeste de Jerusalén. La cerámica y dos escarabajos egipcios (escarabajos de piedra usados como talismanes, adornos o símbolos de resurrección) indican ocupación durante la época de la conquista,' pero ninguna arquitectura de este periodo ha sido desenterrada aún. Solo una parte pequeña del sitio ha sido excavada, sin embargo, queda mucho aún por investigar.
Gabaón era «más importante y más grande que la ciudad de Hai» (10:2). Reinaba por sobre una alianza pequeña de ciudades que incluía Catira, Berot y Quiriat Yearín (9:17). Cuando los gabaonitas llegaron a Gilgal, casi 26 km al este, engañaron a los israelitas al comentar sobre la condición de sus odres: «Estos odres estaban nuevecitos y repletos de vino, y ahora, tal como pueden ver, están todos rotos» (v. 13).
Durante el periodo de la monarquía dividida, la viticultura era una industria importante en Gabaón.3 La gente usaba tanto los odres como las jarras, como recipientes para el vino. Las asas de las jarras se inscribían con el nombre de la ciudad, junto con aquel del viñatero. Se han encontrado aquí como 31 asas de jarras inscritas con e! nombre «Gabaón», lo que identifica el sitio de una manera segura: una rareza grata en la arqueología de Palestina.
Cuando Josué descubrió el engaño de los gabaonitas los consignó a «sirvientes del templo de mi Dios, responsables de cortar la leña y de acarrear el agua» (v. 23). La característica más llamativa de Gabaón es, de hecho, su abundante suministro de agua: un manantial principal y siete más pequeños. La «estanque de Gabaón» se menciona en 2 Samuel 2:13' y el «gran estanque que está en Gabaón» en Jeremías 41:12.
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Josué 10. “El Sol se detiene”
La batalla del «día largo de Josué» se llevó a cabo en el valle de Ayalón (Jos 10:12), una estratégica ruta de comercio a través del área norteña de Sefela (un área de colinas bajas localizada entre la costa y el área montañosa de Judá). La ciudad de Ayalón se menciona fuera de la Biblia en las cartas Amarna y, siglos después, por los antiguos historiadores judíos Josefo y Eusebio. No se conoce con seguridad la ubicación precisa de Ayalón.
Existen varias explicaciones propuestas para el «día largo» de los versículos 12-13. La opinión tradicional mantiene que el Señor detuvo la rotación de la tierra, de tal forma que el sol y la luna permanecieron inmóviles desde la perspectiva de los soldados. Algunos partidarios de esta teoría insisten que hay evidencia astronómica para apoyar este día largo, pero tales alegaciones no han sido comprobadas. Otros eruditos más conservadores (?) leen el pasaje en un sentido figurativo. Los argumentos a favor de una lectura en sentido figurado son los siguientes:
Este es uno de solo dos pasajes de poesía en Josué, y la poesía similar en Jueces 5:20 y Habacuc 3:10-11 es probablemente figurativa.
Se podría traducir la palabra hebrea para «se detuvo» como «silenciado», lo que podría sugerir que el calor del día fue disipado para darle a los soldados (de ambos lados) un descanso agradable del sol ardiente. Interpretar el hebreo para que simplemente signifique que la temperatura bajó. sin embargo, es una premisa dudosa.
Algunos argumentan que el sol deteniéndose se refiere a una oscuridad prolongada en vez de a una extensión de la luz diurna. El ataque aparentemente se llevó a cabo durante o antes del amanecer (Jos 10:9), y el versículo 12 parece indicar que el sol y la luna estaban cerca uno del otro en el horizonte cuando Josué oró. La granizada (v. 11) sugiere condiciones oscuras. Contra esta perspectiva, el versículo 13 parece decir que el sol estaba suspendido en un solo lugar.
El hecho de que un texto tenga formato de poesía no implica necesariamente que el hecho descrito es figurativo o metafórico. Si lo que ocurrió fue un milagro, por supuesto que la evidencia arqueológica o astronómica no podría explicarlo. A pesar de la interpretación, podemos estar de acuerdo en el punto crucial de este pasaje: El Señor escuchó la petición de Josué y le otorgó a Israel una derrota milagrosa de los amorreos.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Josué 11. “Jazor”
Jazor era la ciudad-estado más grande de Canaán durante la época de la conquista, y extendía su dominio sobre la región superior de Galilea. Este sitio antiguo, localizado en la esquina del suroeste del valle de Hula, aproximadamente 14 km noreste del Mar de Galilea, estaba constituido por una «ciudad superior» (acrópolis) de aproximadamente 26 acres y una «ciudad inferior» de más o menos 162 acres. Estaba bien fortificado con muros de piedra y de ladrillos de barro de un ancho de hasta 7.3 m. Uno de los descubrimientos más importantes en Jazor fue hecho por un turista en 1962: una tablilla de arcilla inscrita con el nombre de la ciudad.
Después de que los ejércitos de la coalición norteña cananea fueron derrotados en Merón, lo más probable Tell el-Khureibeh, 14.5 km al oeste de Jazor, Josué capturó a Jazor y lo quemó. Evidencia de destrucción por fuego durante la época de la conquista (finales del siglo XV a.C.) se ha descubierto en varios lugares del sitio. Tres templos del mismo periodo han sido excavados: el Templo Largo, rectangular alargado, en la ciudad superior y el Ortostato y los templos cuadrados en la inferior. Los tres habían sido violentamente destruidos, cumpliendo con la orden de Dios, «derriba sus altares, y haz pedazos sus piedras sagradas y sus imágenes de la diosa Aserá» (Éx 34:13). Dos de los templos, el Templo Largo y el Templo Cuadrado, fueron tan severamente dañados que nunca fueron reconstruidos.
Poco después de su destrucción, sin embargo, la ciudad entera fue restaurada. El gobernante de Jazor fue el único líder referido como rey en las cartas de Amarna, correspondencia entre los gobernantes cananeos y el faraón de Egipto, a la mitad del siglo XIV a.C.3 Este reconocimiento demuestra la importancia de Jazor en comparación con las otras ciudades-estados naneas, al igual a que la exactitud de la frase bíblica «cabecera de todos aquellos reinadas, (Jos 11:10). El Jazor cananeo llegó a su fin cuando Débora y Barac destruyeron la ciudad al final del' siglo XIII a.C.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Josué 12. “Canaán”
La tierra de Canaán, la cual el Señor había prometido darle a Abraham (Gn 17:8), fue reconocida como una unidad geopolítica en los textos Nuzi (siglo XV a.C.), en las cartas Amarna de Egipto (siglo XIV a.C.) y en otras fuentes antiguas del Cercano Oriente. La cultura y la religión cananea se reflejan en la literatura de Ugarit (Biblos) de la Edad del Bronce Tardío (siglo XVI al XII a.C.) en Siria. La adoración de Baal como el dios de guerra y de productividad agrícola es prominente en esta literatura.
La derivación del nombre Canaán es incierta. Puede provenir de la raíz semítica que indica «estar bajo» (p.ej., tierras bajas) o estar relacionada con un tinte púrpura producido por los moluscos nativos de la región. También se ha sugerido que la palabra originalmente significaba «comerciantes», por en su uso en algunos textos Mari y egipcios, al igual que en ciertos pasajes bíblicos en los cuales la palabra para «cananeo» también puede ser traducida como «comerciante».
El idioma cananeo era una mezcla de varios dialectos relacionados, aunque parece que existía un estilo literario superior, que todos los cananeos compartían. El hebreo antiguo es esencialmente una variedad de los dialectos cananeos relacionados, mientras que el hebreo bíblico estándar está probablemente relacionado con la forma literaria cananea.
La frontera norte de Canaán se extendía hasta Tiro y Sidón (Is 23:11), girando tierra adentro (véase en particular Nm 34:2-12). La frontera oriental estaba justo al este del Mar de Galilea y a lo largo del río Jordán hacia el Mar Muerto. La frontera sur pasaba por el Mar Muerto a través de Cades Barnea en la península norteña de Sinaí, y el Mar Mediterráneo constituía su frontera occidental.
De esta forma, Canaán ocupaba la tierra central entre Egipto, Siria, Anatolia y Meso. potamia, y estaba abierta a los pueblos occidentales a través de su costa. Los puertos principales eran Tiro, Sidón, Beirut y Biblos en el presente Líbano. Los barcos de estos puertos llevaban madera de cedro, aceite, vino y otros bienes a Egipto, Creta y Grecia. Traían de vuelta lino de Egipto y cerámica fina de Chipre y Grecia. Se cargaba papiro de Egipto a Biblos; cuando los griegos vieron por primera vez los rollos de papiro, los llamaron biblia, «cosas de Biblos», dándonos la palabra «Biblia». El área tiene una historia larga como campo de batalla entre grandes potencias, al igual que de una región en la cual grupos diversos de personas vivieron lado a lado.
Los territorios transjordanos de los reyes Sijón y 0g, aunque capturados y restablecidos por tribus israelitas, no estaban incluidos en la promesa original que le hizo Dios a Abraham, ni considerados una parte de Canaán (aunque ambos, los moabitas y los amonitas, estaban relacionados con los cananeos y hablaban un dialecto cananeo).
Los israelitas de la conquista encontraron una mezcla de grupos de personas en Canaán, la mayoría de ellos enumerados en el «cuadro de las naciones» como descendientes de Canaán, hijo de Cam, hijo de Noé (Gn 10:15-19). La Biblia identifica a más de 25 ciudades como ciudades cananeas, incluyendo Guilgal, Hebrón, Siló, Meguido y Jazor. Estas «ciudades-estado», cada una con su propio rey, estaban pobremente organizadas, pero fácilmente formaban alianzas durante tiempos de crisis militar.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Josué 15. “Tell Beit Mirsim”
Tell Beit Mirsim, ubicado a 9.3 km al suroeste de Hebrón, fue excavado a finales de la década de los veintes y principios de la década de los treinta. W.F. Albright, uno de los excavadores principales del sitio, creía que era el Debir bíblico. Esta identificación es ahora extensamente rechazada; actualmente se considera a Khirbet Rabud como un mejor candidato para Debir, y nadie sabe el nombre por el cual Tell Beit Mirsim era conocido en los tiempos bíblicos. Aun así, la excavación cuidadosa de Tell Beit Mirsim que condujo Albright ha ayudado a definir la ciencia moderna de la arqueología. El relato de Tell Beit Mirsim, un sitio particularmente informativo, nos ayuda a entender lo esencial de los métodos arqueológicos.
Al excavar un sitio, es importante poder distinguir la estratificación del sitio. Estratos se refiere a las capas formadas por las ocupaciones sucesivas de un lugar. A través de la historia de una ciudad, se construyen nuevos niveles de ocupación encima de los más antiguos (i.e., los niveles de las ocupaciones antiguas están más abajo, y los niveles más recientes más cerca de la superficie). Por ejemplo, pudo haber existido una ciudad en un lugar particular durante el siglo XII a.C., hasta que fue incendiada por un enemigo. La reconstrucción pudo haber ocurrido algún tiempo después, sólo para ser destruida de nuevo. La presencia, claramente definida, de capas quemadas en Tell Beit Mirsim, por ejemplo, han ayudado a los arqueólogos a distinguir entre varios estratos de ese sitio.
La cerámica ayuda a fechar la estratificación en un sitio. El uso de la cerámica para establecer una fecha para un estrato se ie conoce corno Amación por cerámica» Se recogieron muestras de cerámica de Tell Beit Mirsim y se compararon con otras muestras de otros sitios en Palestina. La clasificación cuidadosa de cerámica excavada en Tell Beit Mirsim ayudó a refinar y establecer el sistema de datación por cerámica.
Tell Beit Mirsim fue algo inusual al presentar restos de diez niveles de ocupación diferentes, que abarcaban los periodos del Bronce antiguo, Bronce Medio, Bronce Tardío así como también del Hierro. El sitio también dio ejemplos excelentes de material cultural de un pueblo judío del periodo monárquico (cuando Israel y Judá eran gobernados por reyes). Esta evidencia es útil para hacer comparaciones entre restos físicos de otros sitios, especialmente aquellos relacionados con la arqueología del antiguo Israel.
De vez en cuando, las herramientas de la arqueología necesitan ser refinadas. Como ejemplo, Albright atribuyó la última destrucción de Tell Beit Mirsim a los babilonios en 539-587 a.C. Investigaciones recientes, sin embargo, han indicado que su desaparición ocurrió, probablemente en manos de los asirlos, como parte de la campaña de Senaquerib en 701 a.C. Basándose en la nueva evidencia que apoya este ajuste de fecha, se les ha hecho necesario a los arqueólogos hacer ajustes menores en la cronología de la cerámica,
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Josué 17. “Las repisas para culto en Tanac”
Ocupada desde el tercer milenio a.C. hasta el siglo decimocuarto d.C. (aunque no de manera continua), la ciudad de Tanac está ubicada unos pocos kilómetros al sureste de Meguido en las estribaciones sobre el valle de Jezrel. Junto con otros artículos usados en la adoración de las deidades, dos repisas para culto del siglo X a.C. han sido recuperadas intactas de este sitio. La primera fue desenterrada durante las excavaciones de 1902-1904 y mide unos 89 cm de alto. La segunda, descubierta cuando se reanudaron las excavaciones a finales de los años sesenta, es un poco más pequeña, de unos 60 cm de alto.
Ambas repisas contienen paneles de figuras esculpidas rodeando un centro hueco. La repisa más grande muestra dos paneles decorados con criaturas parecidas a los grifos o a las esfinges, al igual que las cabezas sobresalientes de otros animales y figuras humanas. La más pequeña está decorada en cuatro paneles: El del fondo es de una figura femenina sosteniendo a dos leones: que sigue es de un espacio abierto flanqueado por grifos (animales míticos que combinaban las características físicas de águilas y leones); el tercero, un árbol sagrado con una íbice (cabra montés) a cada lado, cada una rodeada por criaturas parecidas a leones; y la de más arriba un disco de sol alado en la espalda de un caballo o toro. Este disco de sol alado puede representar al dios cananeo Baal, mientras que la figura femenina con los leones puede representar a su cónyuge o pareja, Aserá. Estos eran dioses a quienes acudían los israelitas cuando caían en apostasía.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Josué 20. “Ciudades de refugio”
Las ciudades de refugio, seis ciudades distribuidas uniformemente a través de la tierra de Israel, eran centros de asilo designados para «cualquier persona que mate a otra», aproximadamente el equivalente del individuo en nuestra cultura declarado culpable de homicidio, la persona que había matado a otro ser humano sin intención previa o premeditación (Jos 20:3). Estas ciudades servían como sitios para un juicio justo e imparcial para determinar la intencionalidad de un criminal o crimen (v. 9). Cada una de estas ciudades debían de convertirse en un asilo para que el individuo pudiera refugiarse del «vengador del delito de sangre», el pariente más próximo de la víctima, cuya obligación de familia era vengarse por la pérdida de vida dentro de su clan (Dt 19:6).
Los códigos de ley típicos en el antiguo Cercano Oriente trataban la pérdida de vida en términos económicos: El crimen de asesinato se reparaba con un pago a la familia de la víctima por los daños. La ley israelita, sin embargo, con su elevado concepto de la santidad de la vida humana, estrictamente prohibía la compensación monetaria por una vida (Nm 35:31). Cuando un israelita era asesinado, un débito de sangre tenía que ser vengado (contrarrestado por un «crédito» de sangre). Si esta condición no se cumplía, la tierra y la comunidad eran profanadas (Nm 35:33; Dt 21:9). La regla para el castigo por homicidio era inequívoco: «vida por vida»(Éx 21:12,23). En el caso de homicidio sin intención, debía de haber un pago sustituto de sangre, la provisión por el cual se haría cuando muriera el sumo sacerdote por causas naturales (Jos 20:6). Así que, el asesino que había matado sin intención debía buscar asilo hasta la muerte del sumo sacerdote; si no lo hacía, podía ser asesinado con impunidad.
La ciudad de refugio era a la vez un refugio seguro y una forma de exilio, que protegía al asesino de la venganza de sangre mientras efectivamente lo sentenciaba a la pena de muerte si salía de la ciudad prematuramente (Nm 35:26-28). Aunque el individuo no era culpable de asesinato premeditado, aún era responsable por causar la pérdida de una vida humana. En una situación comparable a nuestro arresto domiciliario, este individuo cumplía con algo equivalente y que guardaba una analogía lo más cercana con una temporada en la cárcel.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Josué 21. “Pueblos levíticos”
A la tribu de Leví no se le otorgó una parcela independiente de tierra como sucedió con las otras tribus ancestrales, porque el Señor mismo era su terreno: «yo soy tu porción; yo soy tu herencia entre los israelitas» (Nm 18:20; cf. Dt 18:1-2; Jos 13:33). Sin pose-sión de tierra y sin obligaciones de atender ningún terreno, los levitas se consagraron al Señor y quedaron libres para cumplir con sus deberes sacerdotales.' Según Números 35:1-8, Dios le ordenó a las demás tribus que donaran de sus propias parcelas cuarenta y ocho «pueblos levíticos» amurallados, seis de los cuales debían de servir como ciudades de refugio.' Cada pueblo levítico estaba rodeado por un área de tierra en la cual los levitas podían pastorear sus rebaños y ganados (Nm 35:2-5). Junto con las ofrendas y diezmos de la gente (Nm 18:21), estas provisiones mantenían a los levitas económicamente.
La distribución real de los pueblos levíticos está delineada en Josué 21:1-42 yen 1 Crónicas 6:54-81; el número promedio de pueblos que provenían de cada una de las 12 tribus era más o menos cuatro. Esta distribución casi pareja de pueblos levíticos a través de los territorios tribales habría de servir para proveer centros de instrucción religiosa a través de la tierra (2Cr 17:7-9).
La tierra levítica estaba sujeta a una colección de leyes distintivas. En el antiguo Israel una familia en deuda podía vender su propiedad para obtener dinero en efectivo, de hecho podía empeñar la tierra, ya que la propiedad de la familia después podía ser redimida y reclamada por sus dueños originales (Lv 25:32). Los terrenos levíticos de tierra de pasto, sin embargo, no se podían vender (Lv 25:34). La existencia histórica de los pueblos levíticos ha sido tema de investigación académica. La Biblia parece indicar que !a distribución de estas ciudades se llevó a cabo durante el pujo-do de la conquista, pero eruditos han sugerido una variedad de explicaciones para la lista de ciudades levíticas en base de que los arqueólogos han encontrado poca evidencia de que todas estas ciudades estaban de hecho ocupadas por levitas.
W.F. Albright propuso que las listas de pueblos levíticos realmente se remontan al período de la monarquía unida (siglo X a.C.), ya que fue el único momento de la historia en el que se sabía con seguridad que todas las ciudades citadas, eran parte de los límites territoriales de Israel. Algunos argumentan que David estableció a los levitas en estas ciudades a través de Israel para utilizar el clero para fortalecer su dominio de la lealtad de su pueblo.
Otros eruditos datan las listas a mucho tiempo después durante la monarquía, algunos sugieren que fueron compuestas en una época tan reciente como el siglo VIII a.C., siglos después de la conquista bajo Josué.
Aún otros hacen referencia a estas listas al período postexílico. Muchos de estos intérpretes, de hecho, las consideran fantasías utópicas creadas bien tarde en la historia israelita y proyectadas hacia atrás, a una era idealizada pero no histórica. Es importante entender, sin embargo, que la lista de Josué 21 no está acompañada por una afirmación explícita de que cada una de estas ciudades estaba en efecto habitada por levitas durante este periodo. Por el contrario, la lista parece tener la intención de designar (algunas posiblemente futuras o proyectadas) ciudades levíticas. A la tribu de Dan, recordamos, fue inicialmente otorgada una parcela de tierra en la parte suroeste del país (19:40-46) pero en realidad se trasladó al norte cuando los danitas fallaron en obtener control de su asig-nado territorio. Solo el hecho de que los pueblos estaban designados como ciudades levíticas no requiere que todos hayan servido ese propósito durante la época de Josué.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Josué 24. “Siquén”
La ciudad de Siguen es tal vez mejor recordada por los lectores de la Biblia como el lugar en que los hijos de Jacob, Simeón y Leví, llevaron a cabo la terrible matanza de la población local para vengar la violación de su hermana Dina (Gn 34). Siquén está localizado en el país montañoso de Efraín, en un paso con el monte Ebal al norte y el monte Guerizín al sur. Desafortunadamente, hay muchas preguntas sin contestar acerca de su historia, particularmente en su relación con la Biblia.
Se sabe que la ocupación más antigua de Siguen ocurrió durante el periodo calcolítico, de aproximadamente 4000 — 3500 a.C. Niveles de ocupación del sitio durante el tercer milenio a.C. no son evidentes del todo, aunque si surgió una ciudad ahí durante la Edad del Bronce Medio (aprox.1900 —1550 a.C.). Esta ciudad sufrió una aniquilación desastrosa al final de este periodo: una gran cantidad de escombros de destrucción se encontró en este nivel. Siguen fue reconstruida de nuevo durante la Edad del Bronce Tardío. Un gran templo encontrado ahí probablemente fue el de El Berit, mencionado en Jueces 9:46-49, el sitio donde Abimelec mató a más o menos mil personas. Siguen parece haber sido una ciudad bastante modesta durante la mayor parte de la Edad del Hierro y el período postexílico. Primera de Reyes 12:25 menciona que Jeroboán hizo de Siquén su residencia durante un tiempo, y Siquén también está mencionado en Jeremías 41:4-8.
La situación de Siguen durante el periodo de Bronce Tardío presenta los retos más grandes para los arqueólogos. Muchos creen que la ciudad fue reconstruida aproximadamente en 1450 a.C. (después de haber sido completamente destruida al final del periodo Bronce Medio). Una opinión comúnmente aceptada es que un grupo de personas llamado Labaya dominaba el país central montañoso, y osaba a Siquén como base durante la Edad del Bronce II Tardío, desde aproximadamente 1400 a 1300 a.C. (también llamado la «Edad de Amarna» por las cartas de Amarna, correspondencia diplomática entre Canaán y Egipto durante este periodo).
Un problema aquí es la referencia bíblica a la reunión que condujo Josué de Israel en Si-guen para las ceremonias del pacto en las inmediaciones del monte Ebal y el monte Gueri-zín (Jos 8:30-35; 24:1).' Nunca se menciona en este contexto un encuentro con la ciudad o la gente de Siquén, aunque hubiera sido inevitable si el sitio hubiera estado ocupado por un poder regional durante esa época. Algunos historiadores sugieren que los siquenitas cooperaron con los israelitas, pero esto es sumamente improbable, dada la estipulación de Dios de que los israelitas debían exterminar a los cananeos, no negociar concesiones con ellos (Dt. 7:1-2).
La cronología y la historia del Siquén de la Edad del Bronce Tardío están lejos de ser resuelta,. La idea de que Labaya dominaba el pass mentoso desde Siquén es especulativa.También existe incertidumbre acerca de cuándo fue construida la primera ciudad del periodo Bronce Tardío en Siquén. Pudo haber ocurrido después de la conquista; Josué 8 y 24 parecen implicar con su silencio, que no hubo ninguna ciudad cananea importante ahí durante la época de Josué. Josué 24, sí menciona un lugar con este nombre, pero nunca alude a un encuentro con los habitantes cananeos de la ciudad. La evidencia bíblica y arqueológica de Siquén es difícil de formular en una historia coherente, y este dilema se agrava con otras cuestiones que tienen que ver con la fecha de la conquista. Los investigadores son sabios, como siempre, al actuar con prudencia antes de sacar conclusiones.