Arqueología
Jeremías
Arqueología de Jeremías
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Jeremías 4. “Jerusalén”
La evidencia de habitación de Jerusalén se remonta al período calcolítico, pero parece que la ciudad fue fortificada por primera vez durante la edad del Bronce Medio. Primera de Crónicas 11:4 sugiere que la ciudad pre-israelita fue llamada también Jebús. Aun así, el nombre «Jerusalén», o algo parecido, parece ser muy antiguo. Un texto imprecatorio egipcio del siglo XVIII a.C. menciona a Rash-lamem, y este parece haber sido Jerusalén. La ciudad jebusea de 4.8 hectáreas capturada por los hombres de David estaba ubicada al sur de lo que sería el monte del templo y limitaba al este con el valle de Cedrón (o de Josafat) y al oeste con el valle Tiropeón. Estaba rodeada, durante la edad de Bronce Tardío y la edad de Hierro, por muros difícilmente modificados hasta la época de Nehemías. La ciudad estaba irrigada por el manantial de Guijón, loca za do debajo de una torre protectora justo afuera del muro noreste. Enroguel, un manantial fuera de la ciudad al lado sur, también proveía agui.
Salomón amplió la ciudad a 12.9 hectáreas. La trilladera de Arauna, sobre una segunda colina justo al norte de la ciudad de David, sirvió como plataforma para el complejo templo-palacio construido por Salomón y fue encerrado dentro de un nuevo muro. La depresión entre las dos colinas y los recién construidos muros de contención en los lados este y oeste se rellenó; esta zona fue conocida tal vez como Ofel («inflamado»). Pocos indicios permanecen, si es que los hay, del templo de Salomón, el cual fue destruido por los babilonios. El templo de Zorobabel, construido sobre la misma base, fue más tarde considerablemente mejorado y ampliado por Herodes,5 luego destruido por los romanos en 70 d.(.6 La Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa actualmente ocupan el monte del templo.
Con el pasar del tiempo la ciudad la ciudad creció al añadir nuevas torres, puertas y conductos para agua. Uzías fortaleció los muros con torres a lo largo de la pared oeste y el monte del templo (2Cr 26:15). La torre de Jananel, en la esquina noroeste del monte del templo, también existía durante este periodo. Jotán construyó la puerta superior del templo (2R 15:35).
La población aumentó debido a una afluencia de refugiados, provenientes del norte, luego de la caída de Samaria en 722 a.C. y la ciudad creció a 50.5 hectáreas. Ezequías expandió los muros hasta rodear una colina al oeste, conocida como la Mishneh («segundo cuarto») y construyó un túnel para asegurar el flujo de agua desde el manantial de Guijón hasta un estanque inferior? (2Cr 32:30); un antiguo túnel llevaba el agua hasta un “viejo” o superior estanque. Estas mejoras ayudaron a proteger la ciudad del asedio de Senaquerib en 701 a.C.
Manasés construyó un segundo muro cerca del manantial de Guijón (2Cr 33:14). Dieciséis puertas se nombran en las descripciones de la Jerusalén preexílica y del siglo V a.C. y otras tres en las descripciones de la Jerusalén de Nehemías; las otras podrían haber ya existido. Algu-nas reciben su nombre de caminos, o por estar asociadas con características geográficas, mientras que otras reflejan las actividades de los ciudadanos (p.ej., la Puerta de Pescador, la Puerta de las Ovejas, la Puerta del Agua).
Nabucodonosor destruyó a Jerusalén en 586 a.C., sin embargo, el templo y los muros fueron reconstruidos durante el periodo persa que siguió a medio siglo sin ocupación. No obstante, la zona recién habitada abarcaba únicamente aposentos originales davídicos y salomónicos. Un periodo de paz bajo los ptolomeos y luego los romanos permitieron que Judea prosperará. Con los asmoneos, Jerusalén se expandió a 66.7 hectáreas, luego a 93 hectáreas bajo Herodes, quien construyó un enorme y fortificado palacio a lo largo del muro oeste, protegido por tres torres en la esquina noroeste. Otra fortaleza protegía al complejo del templo al norte, aunque esta área y la parte baja de la ciudad fueron los primeros en caer al ataque de los romanos bajo Tito en 70 d.C.
Jerusalén es sagrada para los judíos, los cristianos y los musulmanes y ha estado habitada casi permanentemente desde los tiempos antiguos. Estos factores han asegurado que mucho haya sido preservado, aunque también mucho se ha perdido. Cuando las generaciones posteriores reconstruyen sobre sitios antiguos, la evidencia arqueológica desaparece para siempre. A veces los miembros de una religión destruyen deliberadamente lo que fue sagrado para otra. También, los arqueólogos modernos tienen limitaciones para excavar en la ciudad por la simple razón de que está ocupada actualmente. Además, aunque Jerusalén es la ciudad más importante de la Biblia, muchas preguntas continúan sin respuesta.
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Jeremías 6. “Los últimos días de Jerusalén”
Después de 30 meses de asedio, Jerusalén cayó bajo el control del rey babilonio Nabucodonosor el 18 de julio de 586 a.C. Escritos contemporáneos de Jeremías, Ezequiel, la Crónica babilónica, las Cartas de Laquis y los registros egipcios proveen todos detalles de este periodo.
Los judíos esperaban por la restauración del rey Joaquín, exiliado en Babilonia junto con 10.000 soldados judíos y artesanos desde 597 a.C. Tablillas de racionamiento babilónicas reportan las distribuciones a Joaquín desde 595 hasta 570 a.C.2 Un luda debilitado, gobernado por Sedequías, luchaba contra presiones de ambos lados: las ambiciones del faraón Apries (también conocido como Hofra) de tomar el control sobre el Levante mediterráneo (Siria-Palestina) y el interés de Babilonia en mantener el control del mismo territorio.
Sedequías fue llamado a Babilonia, tal vez a proclamar su lealtad, pero pronto se involucró en una alianza anti-babilónica con Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón. Cuando él retuvo su tributo anual, Nabucodonosor respondió imponiendo asedio a Jerusalén el 15 de enero, 588 a.C. Un año más tarde, Sedequías proclamó la liberación de los esclavos hebreos en la ciudad, probablemente para añadirlos a las escasas tropas de los defensores de la ciudad. Los babilonios impusieron asedio a Laquis y Aseca provocando una inútil intervención egipcia en Laquis. Nabucodonosor rompió el asedio de Jerusalén durante un mes para negociar con los egipcios, urgiendo a Sedequías a revocar su orden para la liberación de los esclavos hebreos. Algunos judíos utilizaron la ocasión para huir o para entregarse a los babilonios„ siguiendo el consejo de Jeremías.
El asedio rápidamente continuó, y la muralla de Jerusalén fue traspasada el 18 de julio, 586 a.C. Debido a una hambruna en la ciudad, la oposición fue débil. Sedequías huyó pero fue capturado y dejado ciego poco después de ser forzado a presenciar la muerte de sus propios hijos. Jerusalén fue saqueada, el templo fue quemado y muchos fueron exiliados a Babilonia. Otros huyeron a Egipto luego del asesinato de Guedalías, el gobernador babilonio.
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Jeremías 7. “La destrucción de Siló”
Localizada en el centro del país montañoso de Israel, Siló fue la primera ciudad santa de la nación.
Al final de la conquista, alrededor de 1400 a.C.,' Josué erigió el tabernáculo en Siló, de ese modo se establecía este sitio como V centro religioso de Israel (Jos 18:1). A partir de entonces, anualmente peregrinos llegaban a Siló para adoración y sacrificio (Jue oP, 21:19; 1S 1:3,21; 2:19).2 Permaneció como santuario central de Israel por más de 300 años, hasta que la ciudad fue destruida, 50 supuestamente por los filisteos, al principio del siglo XI a.C. Luego de eso, Israel permaneció sin lugar religioso principal por , más de un siglo, hasta que Salomón construyó el templo en Jerusalén alrededor de 966-959 a.C. (1 R 6:37-38).
A principios del siglo XI a.C. los filisteos derrotaron a Israel en Ebenezer y el arca del pacto fue capturada (1S 4:1-11).» Aunque esto no está específicamente declarado en la Escritura, parece que los filisteos continuaron su victoria al destruir a Siló (Sal 78:58-61; Jer 7:12-14; 26:6). De una u otra forma, es claro que Siló desapareció aproximadamente en esta época, después de Ebenezer esta ciudad no se nombra más en la Biblia. Por lo tanto, cuando los filisteos regresaron el arca, fue trasladada a Bet Semes en lugar de llevarla a 586.» Luego de la derrota en Ebenezer, Samuel aceptó vivir en Ramá y ministraba en Betel, Guilgal y Mizpa (1S 7:16-17).
Siló fue habitada por primera vez durante el periodo del Bronce Medio II. Para ese tiempo, este sitio pre-israelita abarcaba una área de cerca de 1.6 hectáreas y estaba rodeado por un muro de piedras recogidas en el campo y un glacis de tierra. Este lugar fue destruido en el siglo XVI a.C., allí se desenterraron grandes contenedores de almacenamiento, armas de bronce y joyas de plata. Restos del periodo del Bronce Tardío I sugieren que este lugar era un centro para culto o ritos, sin embargo, al no hallarse mampostería de este periodo, puede ser que no fuera propiamente un asentamiento en ese tiempo.
Excavaciones en Siló revelaron un complejo importante de edificaciones del periodo de Hierro I, que nos lleva hasta la época de Elí. Las excavaciones del periodo de Hierro dieron como resultado catorce silos y dos edificaciones de almacenamiento, con habitaciones llenas de enormes cántaros con un reborde debajo del cuello (un tipo de alfarería usada por los israelitas). Este período de habitación terminó con un terrible incendio, probablemente obra de los filisteos alrededor de 1050 a.C.
No se ha descubierto ninguna evidencia del tabernáculo, sin embargo, las circunstancias de las edificaciones de almacenamiento sugieren que estas eran parte de un enorme complejo en la cumbre, que constituía un centro de almacenaje público, con técnicas de construcción sofisticadas que incluían columnas hechas con tambores de piedra, columnas de madera y pisos enlosados. El lecho rocoso fue cortado para nivelar el piso y para excavar una cisterna que luego se encerraba. Dentro, los arqueólogos descubrieron la más rica colección de cerámica alguna vez hallada desde finales del siglo XII hasta principios del siglo XI a.C., incluyendo más de 20 enormes cántaros de almacenamiento. El fuego que destruyó este complejo dio como resultado una capa gruesa de ceniza que contenía vigas del techo carbonizadas y ladrillos quemados hasta un tono amarillo rojizo. Siló finalmente llegó a ser proverbial para el juicio divino sobre un santuario apóstata (Jer 7:12). El descubrimiento de material del periodo de Hierro II, verifica que el lugar fue utilizado al menos de manera esporádica luego de la destrucción, probablemente por pueblos nómadas, puesto que no existe evidencia de asentamientos permanentes de este periodo.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jeremías 9. “El poblado y hogar israelita”
El pueblo típico israelita siguió el mismo diseño básico a lo largo de la edad de Hierro' (1200-600 a.C.). Al examinar su distribución, un occidental podría sentirse desconcertado por una evidente colocación desordenada de las paredes y calles. Sin embargo, esto no era un laberinto; los senderos y paredes primordialmente unían familias y solo de manera secundaria conectaban todas las familias en una sola comunidad.
Cada casa albergaba probablemente una unidad familiar pero también era parte de un conjunto familiar extendido. Esta estructura familiar, una unidad social patriarcal basada en una descendencia por línea paterna, se basaba en el concepto de «casa del padre» (hebreo bet av). la unidad familiar más grande consistía de la cabeza paternal, junto con su esposa, sus hijos y sus esposas, los nietos y finalmente los esclavos.' Cuando David era un joven, sus hermanos mayores eran aún parte del bet av de lsaí de Belén (1S 16). De manera similar, en Génesis 12:1, Dios le ordenó a un ya anciano Abram a dejar su bet av.
La casa de cuatro habitaciones era el tipo más común de vivienda israelita. Muchas eran estructuras rectangulares de dos pisos, pero la característica distintiva era la distribución de las habitaciones. Al piso principal se ingresaba a través de una puerta ubicada en el centro de la pared frontal (baja), la cual conducía a un largo vestíbulo custodiado a ambos lados por otras habitaciones parecidas a corredores. De un extremo al otro de la parte trasera de la casa estaba la cuarta habitación. En realidad, los cuatro aposentos podían ser subdivididos a su vez en un número de diferentes configuraciones. Aun así, este diseño básico, junto con una versión modificada llamada la casa de tres habitaciones, impuso el estándar para la arquitectura israelita.
Tales casas tenían por lo general, columnas de piedra o madera. las paredes estaban compuestas de ladrillos de barro secados al sol (con yeso en las paredes externas) y eran construidas sobre cimientos de unas pocas capas de piedra. Las vigas de madera servían como base para el segundo piso, así como de cielo raso para el primer piso. El techo consistía de ramas empastadas con lodo que se colocaban comprimidas sobre vigas de madera y revestidas con yeso, una combinación que necesitaba constante mantenimiento. Las ventanas eran probablemente rendijas en las paredes, necesarias para ventilación, puesto que no se usaban las chimeneas, aunque aún se mantenían pequeñas para propósitos de seguridad. Los anexos o subdivisiones localizados por los arqueólogos dentro de algunas de estas casas pueden haber sido «habitaciones para las viudas», para las abuelas. Los sirvientes compartían el complejo familiar.
La función de la casa de cuatro aposentos, dentro de la cultura israelita, permanece en discusión, pero era muy apropiada para la naturaleza agrícola de la sociedad israelita. Las tres habitaciones pata. lelas pueden haber sido inspiradas por la necesidad acomodar compartimentos para animales domésticos. Durante los meses más fríos, los animales permanecerían en estos compartimentos, que proveían algo de calor no solo para los animales, sino también para la familia del segundo piso. La habitación ubicada de un extremo al otro en la parte trasera, probablemente funcionaba como un compartimento para almacenaje (una casa que se excavó en Siguen incluía un foso de almacenamiento en esta área). El techo plano servía como un tipo de patio de verano (cf. Hch 10:9), mi como un lugar para bañarse (2511:2).
Muchas ciudades estaban rodeadas por un muro para seguridad. Muchas tenían doble muro o pared casamata, por lo general con casas esta. Algunas veces la parte trasera de las casas sin lo como pared defensiva exterior de la ciudad, una colocación muy común durante el periodo de Hierro II, la entrada principal en la pared exterior no era simplemente por donde el pueblo podía entrar y salir, sino también el lugar principal de reunión. los habitantes continuamente se verían unos a los otros yendo y viniendo y se encontrarían allí luego de un dia de trabajo. los mercaderes ambulantes encontraban a la gente de la ciudad en la entrada, lugar que se convirtió el mercado de la ciudad. Allí también se discutían los temas legales. Existen incontables referencias a «la puerta» en la Biblia como un centro social, comercial y judicial de una ciudad (p.ej., Rt 4:1; 2R 7:1; Sal 127:5).
El diseño de los pueblos y casas israelitas en muchas maneras reflejaba los valores y costumbres israelitas. Estas estructuras tradicionales perduraron a través de muchos cambios históricos lamentablemente, los restos de estas ciudades por lo general dan fe de la violenta destrucción y de los caóticos trastornos que trajeron interrupciones constantes y confusión a una sociedad establecida y agrícola.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jeremías 11. “Incienso”
El incienso ritual en el antiguo Israel era una mezcla aromática de resinas e incienso finamente pulverizada, la cual se salaba para producir una nube visible de humo de dulce aroma (Ex 30:34-35). El incienso se adquiría de Siria y Arabia a través de las antiguas rutas de comercio de especias (Jer 6:20), su valor y fragancia lo volvían un producto valioso y una ofrenda digna para el Señor.
El incienso se quemaba como un sacrificio habitual al amanecer y de nuevo al crepúsculo sobre un altar de oro y plata de 0.9 m de largo ubicado frente al Lugar Santísimo (Éx 30:7-8). La nube aromática era la única entidad física que penetraba el velo que separaba la Presencia divina del sacerdocio que ministraba. Por lo tanto se convirtió en una señal de hechos terrenales de devoción que ascendían al lugar de habitación de Dios, semejante en las Escrituras Incienso a la oración que se eleva al cielo como una nube de humo se levanta en el cielo (Sal 141:2; Ap 5:8; 8:3-4). El incienso podía también ofrecerse en incensarios portátiles, que eran como copas unidas al final de una vara larga o tazones colocados sobre pedestales. El día anual de la Expiación era una ocasión cuando el sumo sacerdote llevaría un brasero con carbones encendidos a la parte de atrás del velo. Mi, él rociaría la mezcla de especias sobre los carbones, produciendo de esta manera una expansiva nube de incienso para ocultar de la vista a la Presencia divina (Lv 16:12-13).
Al ser consagrado para el uso ritual, el incienso era «sagrado para el Señor» (Éx 30:37). Se preparaba de acuerdo a una fórmula específica y se ofrecía en épocas prescritas por el apropiado personal del templo.' Aquellos que lo quemaran de manera ilícita o indignamente, 'Véase «El día de la Expiación» en la p. 185. 'Véase «Los levitas y los sacerdotes» en la p. 673. eran abatidos por la ira divina (Ly 10:1-2; Nm 16:35; 2026:19). Un Israel idólatra exhibió su devoción a otros dioses al ofrecer incienso a ellos en sus casas, en las calles públicas de la ciudad, en los jardines sagrados e incluso en el templo mismo (Is 17:8; Jer 32:29; Ez 8:10-11).
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jeremías 14. “La ostraca de Arad”
Este capítulo refleja el pánico y la consternación del pueblo mientras buscaban conservar su vida y su casa ante las amenazas militares abrumadoras. Vemos evidencia de las mismas condiciones reflejadas en una serie de notas escritas en pedazos de arcilla de este periodo.
El lugar de Arad, una antigua fortaleza desértica de Judea, ha reportado aproximadamente 200 ostraca (tiestos de arcilla con inscripciones en tinta) del hebreo e inscripciones arameas que constituyen la mayor colección de textos escritos recuperados de los tiempos bíblicos. Estos fragmentos de cerámica rota preservan la historia de la ciudadela y dan un breve vistazo a la vida de sus habitantes durante las últimas décadas del reino de Judá.
La mayoría de los fragmentos, escritos en hebreo antiguo, son comunicados militares que se remontan aproximadamente a 600 a.C. Estos escritos estaban dirigidos al comandante de la fortaleza, Eliashiv ben Eshiyahu, con instrucciones de racionar la harina, el vino y el aceite a los soldados que servían en el Néguev, así como también al «Quitim», un estimado de 25 soldados mercenarios egeos que servían en la milicia de Judea. Una porción de la ostraca contiene listas de nombres, muy posiblemente usados para registrar la distribución de las raciones. El ostracon #24 habla de una inminente invasión edomita. En esta carta, el comandante solicitaba que se enviaran tropas de refuerzo desde Arad y desde la más pequeña fortaleza de Qinah a Ramat-Néguev, un pueblo a 10 km de distancia, para repeler la amenaza edomita.
En las cercanías del santuario de Arad, se descubrieron ostracones (fragmentos de cerámica con inscripciones) con nombres individuales personales, personales, posiblemente usados para decidir los deberes sacerdotales. Entre aquellos representados está Pasur y Meremot (Esd 8:33; Jer 20:1), así como “los hijos de Coré” (2Cr 20:19; Sal 84:1) y todas las familias sacerdotales mencionados en la Biblia. El ostracon 18 contiene la mención extra bíblica más antigua acerca del templo como “la casa de Yahweh”. Aparte de su valor histórico, esta ostraca contribuyó enormemente al estudio de la ortografía hebrea (deletreo de palabras convencionales o estandarizado) y su desarrollo.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jeremías 17. “Las inscripciones Kuntillet Ajrud: ¿El Aserá del Señor?
La palabra hebrea Asherim (imágenes de Aserá) en Jeremías 17:2 denota ya sea a la diosa cananea llamada Aserá (la forma singular de la palabra) o algún objeto asociado con la adoración pagana en Israel y Judá. De las 40 apariciones del término en el Antiguo Testamento, solo cuatro se refieren al nombre propio que se le dio a la diosa; todos los demás usos significan algo construido de madera o plantado. Podemos asumir que un objeto de madera, tal vez un árbol o un poste, fue usado para simbolizar a la diosa en la religión cananea. Los pasajes que hablan de Asherim como un ser «construido» puede referirse a figuras de madera representando a la diosa.
Las primeras traducciones de la Biblia (la Septuaginta y la Vulgata)» así como un comentario antiguo (la Mishná judía), comprendieron Asherim como la referencia a un grupo de árboles.
La diosa cananea Aserá está bien avalada en los textos de la antigua ciudad de Ugarit» donde ella es representada como !a cónyuge, o compañera, de El y la madre de otros dioses. La condenación de la idolatría en Judá por parte de Jeremías, particularmente del tipo asociado con el Asherim, es aclarada por un almacén de inscripciones que se encontró en un lugar llamado Kuntillet Ajrud, localizado a 50 km al sur de Cades Barnea en el norte del Sinaí. Especialmente instructivos son tres textos de este lugar que dicen, «Yo te bendigo por Yahveh de Samaria y por su Aserá», «Yo te bendigo por Yahveh de Temán y por su Aserá» y «a Yahveh de Temán y a su Aserá». El Aserá que se menciona en Kuntillet Ajrud puede ser el mismo objeto de madera para uso en el culto que se menciona tan frecuentemente en la Biblia. Es muy probable, sin embargo, que el uso del término aquí provea evidencia de primera mano de una fusión idolátrica con la fe ortodoxa yahvista y es una referencia no a un ídolo sino a una diosa, una supuesta cónyuge de Yahveh. Esto es paganismo cananeo, precisamente el tipo de idolatría y sincretismo que Jeremías estuvo intentando combatir.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jeremías 18. “Alfarería en los tiempos bíblicos”
Los arqueólogos han descubierto una gran cantidad de evidencia relacionada con la fabricación de cerámica en el antiguo Israel, incluyendo los restos de talleres, tomos de alfarero, herramientas, vasijas crudas, arcilla preparada y hornos. Una amplia área de producción se excavó por ejemplo en Meguido del periodo Bronce Tardío y la Edad de Hierro. Generalmente el proceso de producción seguía el siguiente método:
Después de que se extraía la arcilla de la tierra, se llevaba al taller y se preparaba. Se quitaban las partículas extrañas y se agregaba agua como agente suavizador.
La arcilla se «compactaba» (se presionaba para eliminar el aire) mediante un proceso de amasar o pisar la arcilla (cf. ls 41:25).
Algunas veces los alfareros utilizaba la levigación, un método para remover impurezas mediante la suspensión en agua.
Agentes de revenido se utilizaban para endurecer la arcilla o para evitar su tendencia a las rajaduras. Entre los aditivos utilizados en varias épocas fueron paja, arena, sal, estiércol de animal y grog (pedazos triturados de cerámica quebrada).
Una vasija recién moldeada se dejaba secar al aire hasta que adquiriera la dureza como de cuero. Donde fuera posible, la cerámica se secaba dentro de cuevas; donde la temperatura más fresca permitía un secado lento y parejo.
Una vasija podía decorarse con engobe (una capa delgada y coloreada de arcilla mezclada con agua) o con un dibujo tallado.
Las vasijas se colocaban en un horno y se horneaban. El horno debía estar lo suficientemente caliente para que la cerámica resplandeciera con un color rojizo, alrededor de 800 grados centígrados, una temperatura que tenía que mantenerse durante dos o tres días.
Durante el periodo neolítico se desarrollaron técnicas básicas. El descubrimiento de tecnología de fabricación de cerámica fue una importante revolución del mundo antiguo; de hecho, las investigadores hacen una diferencia entre fases neolíticas “pre-cerámica” y “cerámica”. Principios fundamentales funcionaron durante esta época, incluido la selección de arcillas apropiadas, el uso de agentes útiles para dar flexibilidad a la arcilla y el desarrollo de técnicas apropiadas de cocimiento. Hubo algunas innovaciones importantes tiempo después, aunque muchas de las diferencias visibles fueron simplemente asunto de estilo.
Los primeros alfareros comprendieron la importancia de girar la arcilla para formar vasijas, sin embargo, una innovación del periodo de Bronce Medio, el “tomo de pie”, permitía a los alfareros crear delicada cerámica. Dado que el tono giraba más rápido mediante el pie, esto permitía al alfarero usar ambas manos para moldear. Ellos podían “lanzar” la arcilla, formando una sola masa sobre la rueda con la ayuda de la fuerza centrífuga. También comenzaron a usar arcillas finas que eran resbaladizas y plásticas o flexibles. Las arcilla más finas requerían procesos de secado y horneado más controlados, ya que las vasijas hechas de tales arcillas podrían encogerse y agrietarse con más facilidad.
Hacia finales de la Edad de Bronce Medios, los alfareros aprendieron a decorar las vasijas con engobe y pintura. Mientras la arcilla se seca, las sales suspendidas en el agua forman una capa en la superficie. Puesto que esta capa de “suciedad” evita que las pinturas sean absorbidas de manera apropiada y distorsionan sus colores, se aplicaba una capa horneada de engobe blanco. Esta se adhería a la vasija de manera que las decoraciones con pintura roja o negra no serían afectadas por la suciedad.
La Edad del Bronce Tardío vio un descanso en las destrezas para la fabricación de cerámica. Los alfareros del Bronce Tardío regresaron al uso de la arcillas menos maleables y más gruesas con las que era más fácil trabajar; eran menos propensas a agrietarse, y se facilitaba la tarea de pegar manijas. El uso de esta arcilla menos fina dio como resultado un tipo de cerámica más pesada y más gruesa. El uso del torno a alta velocidad puede haberse extinguido; el engobe, si se aplicaba del todo, era una capa más delgada; y era menos probable que las vasijas se pintaran.
Durante la Edad de Hiero, la calidad de la fabricación de cerámica mejoró notoriamente. El torno de pie se volvió a usar, y las técnicas se desarrollaron para acelerar la producción y para fabricar vasijas con paredes delgadas pero bases resistentes. Los alfareros usaban una cuerda para separar las vasijas del resto de la arcilla sobre el torno (“cuerda para cortar”); algunas veces ellos sacaban parcialmente las vasijas y luego las cortaban antes de hornearlas. Esto era posible en la cerámica liviana pero resistente. Las vasijas pequeñas, como las tazas, eran generalmente “lanzadas”, sin embargo los utensilios más grandes eran elaborados usando la técnica del arrollado.
Cuando Jeremías “bajó a la casa del alfarero” (Jer 18:3), él descendió de Jerusalén al valle de Hinón, a los lados oeste y sur de la ciudad, donde se ubicaban los barrios de los alfareros (19:2). Él descubrió al alfarero fabricando una vasija en un rápido torne de pie. Esto le proveyó a Jeremías un perfecto ejemplo acerca de la soberanía de Dios, quien forma y moldea al pueblo y a los acontecimientos como él desea (18:5-6).
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jeremías 21. “El deseo de justicia en el cuento del “Campesino elocuente”
El deseo por justicia fue un tema importante en muchos de los escritos antiguos. El cuento egipcio del «Campesino elocuente» (del Imperio Medio) es un ejemplo excelente. Un hombre empobrecido, que viaja a Egipto en busca de alimento fue golpeado por un terrateniente llamado Nemty-nakht que le robó sus provisiones. Cuando Nemty-nakht se negó a devolverle las posesiones al hombre pobre, el campesino suplicó al máximo administrador del distrito. los comentarios elocuentes del campesino, en cuanto a la justicia y equidad, fueron reportados posteriormente al rey, quien, esperando provocar más discursos del campesino, le ordenó al máximo administrador no responderle, sino documentar secretamente todos sus discursos elogiando la justicia y amonestando en contra de la parcialidad. El campesino tomó el silencio del administrador como una señal de corrupción, por lo que pronunció nueve discursos fantásticamente elaborados en relación a los deberes de un juez justo y a la malignidad de los oficiales corruptos. El rey estaba tan complacido con la elocuente descripción de justicia del campesino que no solo ordenó que le devolvieran los bienes robados al hombre, sino que aparentemente lo recompensó también con las posesiones de Nemty-nakht.
El clamor por justicia era cambien un tema común entre los profetas de Israel. Jeremías le advirtió a la casa de los reyes que liberara a los pobres del opresor que les había estado robando a ellos (Jer 21:11-14). Negarse a ejecutar la justicia enfrentaría a la ira de Dios. Sin embargo, Dios también prometió una cura para los gobernantes corruptos de su pueblo: El elevaría una rama justa de la línea de David para que reinara como rey y para que impartiera justicia. Este salvador prometido sería llamado «El Señor es nuestra salvación» (23:6). De este modo, la Israel bíblica compartió con otras antiguas culturas un deseo por justicia, pero recibieron como respuesta la promesa de una única respuesta a ese deseo.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Jeremías 22. “Ramat Rajel”
Ramat Rajel, estaba localizada entre Jerusalén y Belén, fue fortificada durante el siglo VIII a.C. y habitada, con algunos periodos de descanso, hasta el siglo VIII d.C. Era una ciudadela israelita durante finales del siglo VII a.C., incluía un palacio y edificios administrativos. Los arqueólogos han descubierto pequeños y decorativos capiteles (la parte superior de las columnas que soportan el peso) y columnas con rastros de pintura roja que formaba la barandilla y la verja de una ventana. Se hallaron capiteles más grandes con huecos en la parte superior para las vigas del techo, las que por lo general eran hechas de madera de cedro. Estos descubrimientos concuerdan sorprendentemente con la descripción del palacio de Joacim en Jeremías 22:13-15; de hecho, Ramat Rajel puede haber ser-vido como palacio veraniego del rey (cf. Jer 36:22).
Además, se descubrieron allí numerosas asas de vasijas. De esas, 145 estaban estampadas con la palabra hebrea 110, que significa ya sea «(perteneciente) al rey» (que indicaba que ellos pertenecían al almacén real) o «(certificado) por el rey» (que especificaba que ellos se ajustaban a los estándares de pesas y medidas). Otra asa se halló estampada con las palabras hebreas para «perte-neciente a Eliaquín, mayordomo de Jeconías».
Este Eliaquín puede haber sido un subordinado de Jeconías, el hijo de Joacaz, que fue exiliado a Babilonia en 597 a.C.3 Asas de vasijas posteriores, selladas con «Jerusalén», «Judá», «Judá, el Gobernador», etc., indican que este lugar se usaba como un centro administrativo durante el período persa.
La evidencia sugiere que Ramat Rajel, puede ser identificada con Bet Haqueren, que significa «casa del viñedo» (Neh 3:14; Jer 6:1). Restos herodianos incluyen monedas que datan hasta el 69 d.C., un año antes de la destrucción del templo de Herodes.
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Jeremías 25. “Los 70 años de cautiverio”
La expresión profética que describe la época del cautiverio de Judá como «setenta años» (Jer 25:11,12; 29:10) ha motivado la especulación a través de la historia de la interpretación.
Los sistemas numéricos del antiguo Cercano Oriente fueron predominantemente sexagesimales (basados en grupos ascendentes de seis), y el número más alto que podía calcularse con facilidad era 60. El número 70 puede haber sido utilizado para representar simbólicamente un valor numérico de proporciones asombrosas o tal vez la cantidad de años que representan una generación (Sal 90:10; Is 23:15). El número 70 puede haber sido utilizado de la misma manera en Jeremías 25, como en el anuncio de Isaías de que Tiro sería desolada durante 70 años (Is 23;15,17), y un uso parecido puede ser reflejado en la Piedra Negra de Asarhaddón, en la que Marduk decretó disgusto contra Babilonia durante 70 años. ♦
El contexto original de la palabra profética fue el cuarto año de Joacim de Judá y el primero de Nabucodonosor (605 a.C.).' «Hasta el día de hoy» (Jer 25:3) Jeremías anticipó un periodo de devastación y juicio durante el cual Judá serviría a Babilonia.2 Una vez terminado este intervalo, el profeta esperaba que el juicio divino visitaría a Babilonia (vv. 12-13) y Judá y que Jerusalén sería restaurada (29:10- 14).
El rey Joacim comenzó a servir a Babilonia me ndeian6t0e4 a.C. una consignación política de Judá como un estado vasallo 24:1). Casi 70 años más tarde, Babilonia fue capturada por los persas, dando lugar al fin de la soberanía de Babilonia sobre Judá e iniciando el proceso del retorno de los exiliados bajo Ciro el Grande (539/538 a.C.).4
La interpretación del lapso de Jeremías de 70 años de cautividad, como el periodo aproximado entre 604-539/538 a.C. se indica más explícitamente en textos bíblicos posteriores. Según 2 Crónicas 36:20-21, el juicio divino fue ejecutado contra el pueblo de Judá por el rey babilonio en que «fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el establecimiento del reino persa... hasta que se cumplieron setenta años». Ambos, el cronista (2Cr 36:22) y Esdras (Esd 1:1), interpretaron el edicto de Ciro, el cual autorizaba el regreso de los exiliados y la reconstrucción del templo en Jerusalén (Esd 1:2-4; 6:1-2), como el cumplimiento de la palabra profética de Jeremías.
Un cálculo diferente de los «setenta años de cautiverio» parecen servir de fundamento para Zacarías 1:12 y 7:5. Allí, esto simboliza el intervalo entre la destrucción física del templo (586 a.C.) y su rededicación (515 a.C.).
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Jeremías 29. “El problema de Jeremías en la Septuaginta”
El libro de Jeremías ha llegado a nosotros en dos versiones diferentes: la versión griega, conocida como la Septuaginta, y la versión hebrea, conocida como el Texto Masorético. Hay importantes diferencias entre ambas en términos de redacción, estructura y extensión.
Redacción: La versión Septuaginta de Jeremías le faltan aproximadamente 2.700 palabras cuando se compara con el Texto Masorético. A la vez, el texto griego contiene alrededor de 100 palabras que no se encuentran en el hebreo.
Estructura: En la versión Septuaginta, los capítulos de Jeremías no siguen el mismo orden que en el Texto Masorético. El ejemplo más sorprendente de colocación divergente tiene que ver con los oráculos contra las naciones extranjeras. En el texto hebreo éstos aparecen en los capítulos 46-51. En la Septuaginta estos mismos oráculos aparecen a la mitad de Jeremías, entre 25:13 y 25:15, en donde se omite el versículo 14.
Además, el orden de los oráculos es diferente. La secuencia hebrea es Egipto, Filistea, Moab, Amón, Edom, Damasco, Cedar, Elam y Babilonia. La Septuaginta, por otro lado, se dirige a Elam, Egipto, Babilonia, Filistea, Edom, Amón, Cedar, Damasco y Moab, en ese orden.
Extensión: Las extensiones totales de ambas versiones son diferentes. El texto de Jeremías de la Septuaginta, es casi un octavo más corto que la versión hebrea: el equivalente de siete a ocho capítulos.
Varios manuscritos parciales en hebreo de Jeremías, que fueron hallados entre los Manuscritos del Mar Muerto en la Cueva 4 pueden dar luz sobre este tema complejo. Dos importantes manuscritos concuerdan con el Texto Masorético, pero otro texto, un fragmento que contiene Jeremías 9:22-10:18, puede reflejar la redacción de la Septuaginta. Esta evidencia sugiere que el libro de Jeremías puede haber circulado en dos diferentes ediciones hebreas, una de ellas la vemos a través de la traducción de la Septuaginta y la otra como la versión tradicional del Texto Masorético. Aunque la Septuaginta refleja el hecho de que el libro temprano y que por un largo periodo de tiempo, ambas circularon entre los judíos. El libro de Jeremías en sí, sugiere una más bien complicada historia (véase cap 36). Jerusalén estaba destruida y el pueblo diseminado, con algunos que se dirigían a Babilonia, pero otros, incluido el mismo Jeremías, viajaban hacia Egipto. A la luz de la confusión de estos tiempos, no sorprende que hubieran diferentes colecciones de los mensajes proféticos. Las dos antologías de sus sermones y escritos pudieron haber circulado desde muy temprano y a pesar de eso, ser ambas, auténticas colecciones de las profecías de Jeremías. Es importante, entonces, observar que la Septuaginta está basada en una versión diferente del mismo libro, todo lo contrario a ser un libro diferente.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jeremías 32. “Baruc, escriba de Jeremías”
Baruc, una figura ampliamente conocida en el libro de Jeremías, era el secretario, el representante y consejero de Jeremías, con un título oficial de «escriba» (Jer 36:26,32). La evidencia sugiere que él era un escriba de la realeza, de una familia prominente involucrada en esta profesión. Jeremías 32 describe cómo Baruc redactó y archivó una escritura de compra para el profeta (vv. 6-15). Jeremías también dictó sus profecías a Baruc, quien las escribió con tinta en rollos de cuero (36:4,18). Baruc fue obligado a esconderse con Jeremías debido a la oposición oficial a las profecías de Jeremías (36:26). Curiosamente, después de la caída de Jerusalén, cuando Jeremías les dijo a los judíos que habían sido dejados atrás en Judá, que Dios les prohibió a ellos huir a Egipto, los judíos furiosos culparon a Baruc por ese mensaje (42:1-43:7, especialmente 43:3). Jeremías 45, nos da un vistazo de Baruc, el hombre. Él estaba angustiado por todo lo que había ocurrido y se preguntaba qué pasaría con él, sin embargo, Dios le respondió de ambas maneras: con una amonestación y con una promesa.
Dos impresiones del sello de Baruc, ambas hechas con el mismo sello, se adquirieron en el mercado de antigüedades en Israel. Uno de ellos está en exhibición en el Museo de Israel. La inscripción de tres líneas en cada una de ellos dice, «Perteneciente a Berekyahu, hijo de Neriyahu, el escriba». Berekyahu es una forma larga del nombre Baruc; incluye el elemento divino «Yahu», o Yahveh. El otro sello, que incluye una huella digital (sin duda la de Baruc mismo) se mantiene en una colección privada.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jeremías 34. “El ritual hitita de pasar entre los pedazos del sacrificio”
Jeremías 34:18-20 remite al pacto de Sedequías con Dios, en el que el pueblo pasó entre los pedazos de un novillo que habían cortado en dos. Una ceremonia similar se describe en Génesis 15. ¿Cuál era el significado de pasar entre los pedazos de un animal que habían dividido en dos? Los textos antiguos nos proveen varios paralelismos para el rito bíblico:
Un texto del Reino Medio hitita, describe una ceremonia de purificación. Esta ceremonia requería que los soldados derrotados marcharan entre las mitades cortadas de un ser humano, un macho cabrío, un cachorro de perro y un lechón, con fuegos ardiendo a cada lado. Las tropas primero realizaban el ritual cerca de un río, donde se rociarían con agua a sí mismos mientras marchaban; entonces ellos hacían la representación de manera similar en la planicie.
En un tratado arameo del siglo VIII a.C. entre Ashur-nirari V y su vasallo Matilu de Arpad, Matilu y sus hijos son semejantes a un cordero al que se le coloca su jarrete en la boca de su separada cabeza, para que él no pueda «pecar» en contra del tratado con su señor.
Asarhaddón de Asiria (680-669 a.C.), declaró en un tratado que su vasallo y los hijos del vasallo, si él fuera a romper el pacto del rey asirio, deberían ser tratados de la misma manera como los animales que yacían muertos y destripados delante de ellos.
El ritual hitita es similar a su equivalente bíblico, sin embargo, los textos asirios pueden ayudarnos a comprender su verdadero significado. Esencialmente, estos ritos sirvieron como juramentos de autoimprecatorios, mediante los cuales el pueblo atraía maldiciones sobre su propia cabeza si fracasaba en guardar la parte del pacto que solemnemente había ratificado. El ritual era una manera de decir, «Que lo que le sucedió a estos animales nos suceda a nosotros si quebrantamos este pacto». El pacto de Sedequías simbolizaba lo que le ocurre a los quebrantadores de pactos. En este caso, Sedequías y su pueblo quebrantaron el pacto, y la muerte y destrucción que promulgó el ritual, fueron efectivamente las consecuencias.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jeremías 34. “La ostraca de Laquis”
En 1935 se hallaron 18 ostracas (piezas de cerámica quebrada utilizada para la escritura) en un aposento de la guardia ubicado bajo la puerta de la torre dentro del muro exterior en Laquis, una fortificada ciudad que protegía el sur del país montañoso de Judea, y en 1938 se encontraron otras tres. En tanto que unas pocas de las ostracas son ilegibles, y cuatro son listados administrativos, el resto son cartas que datan del periodo desde 597 hasta 587 a.C. Son en extremo importantes, no solo por su valor para el estudio del desarrollo de la gramática y sintaxis hebrea, sino también por su aclaración de la situación política y confusión general mientras Judá se preparaba para el inevitable ataque por parte de Nabucodonosor.
Las cartas más importantes son las número 3, 4 y 6. La número 3 procede de Hoshaiah, un oficial subordinado que le escribe a Yaosh, probablemente el gobernador o comandante militar de Laquis. Él reportó que Conías, hijo de Elnatán, había viajado a Egipto para obtener ayuda militar. Jeremías 37:6-8 indica que el rey Sedequías creyó que el ejército egipcio vendría en su ayuda, pero el Señor lo había declarado de otra manera: El ejército del faraón no evitaría el violento ataque babilónico. Algunos sugieren que Elnatán podría haber sido el oficial de Sedequías que se menciona en 26:22 y 36:12,25. La carta concluye con un mensaje de advertencia de un profeta anónimo.
En la carta número 4, el autor parece decir que él estaba esperando las señales de fuego de laquis; ya que las de Azeca no eran visibles. Esto puede indicar que Azeca ya se había entregado para la época en que el ostracon fue inscrito. Azeca era la única otra ciudad fortificada además de Laquis que permanecía aún en Judá justo antes de la caída de Jerusalén.
La carta número 6, tiene que ver con las palabras de algunos príncipes y oficiales que trataban de desmoralizar a las tropas que enfrentaban una inminente guerra. Se menciona a un profeta, pero su nombre es ilegible excepto por la terminación «-yahu» (i.e., “Yahweh”). Puede ser que el profeta fuera ya sea Urjas o Jeremías (ambos nombres en hebreo terminan en «-yahu»), aunque por supuesto no podemos saberlo. Jeremías ya había profetizado que Dios entregaría Jerusalén a Babilonia; así muchos lo habían considerado como un traidor y como una mala influencia en el pueblo.
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Jeremías 35. “La Septuaginta y el Masorético”
La mayor parte del Antiguo Testamento fue originalmente escrito en hebreo, y por consiguiente esperaríamos que la actual versión hebrea sea la mejor evidencia que tenemos de estos libros en su forma inicial. Sin embargo, algunos eruditos creen que la versión griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta, es una evidencia superior de lo que los profetas escribieron.
La Septuaginta es la antigua traducción griega del Antiguo Testamento hebreo. No obstante, no debemos pensar es una traducción uniforme y consistente como la NVI. Todo lo contrario, la Septuaginta fue traducida por muchos eruditos con diferentes niveles de habilidad y diferentes filosofías de traducción, y fue también revisada muchas veces. La primera sección que se tradujo fue el Pentateuco en el siglo III a.C. El resto fue completado sobre los próximos dos siglos, y el corpus completo fue sometido a continuas revisiones durante cientos de años. Una copia moderna de la Septuaginta es realmente una amalgama de manuscritos y fragmentos, el cual incluye inevitablemente, muchas revisiones introducidas por escribas posteriores (aun cuando los editores modernos se esfuerzan por recuperar la versión más antigua, llamado el texto «Griego Antiguo»). Sin embargo, una realidad es clara: En algunos puntos, el texto de la Septuaginta es diferente de lo que vemos en el Antiguo Testamento hebreo estándar, el Texto Masorético:
Algunas veces las variantes griegas fueron de naturaleza interpretativa, como en el malentendido de un término o frase hebrea. Por ejemplo, la frase hebrea traducida como «Al director musical» en los títulos de muchos salmos (p.ej., Sal 4)1 se traduce de manera un tanto curiosa en la Septuaginta como «Para el final».
Algunas veces, sin embargo, parece que un traductor en particular estaba trabajando con un original hebreo del Antiguo Testamento que era un tanto diferente al que ahora vemos en la Biblia hebrea estándar, el Texto Masorético. Por ejemplo, Oseas 13:4 en el Texto Masorético dice, «Pero yo soy el Señor tu Dios desde que estabas en Egipto. No conocerás a otro Dios fuera de mí, ni a otro Salvador que no sea yo». La interpretación de la Septuaginta de este versículo, sin embargo, es significantemente más extensa: «Yo soy el Señor tu Dios quien estableció el cielo y creó la tierra; y no te los mostré para que los siguieras. Y te permití subir desde Egipto y no debes reconocer a otro Dios sino a mí. No existe otro Salvadora excepción de mí». Es obvio que la Septuaginta traducida aquí se basó sobre un original que incluía palabras que no se hallaban en la versión estándar hebrea, sin embargo, es un asunto pendiente si estas palabras adicionales son originales del libro de Oseas o reflejan una adición posterior.
En ninguna otra parte del Antiguo Testamento, las diferencias entre la Septuaginta y el Texto Masorético son tan marcadas como en el libro de Jeremías. Esto sugiere que durante un tiempo circulaban dos versiones hebreas diferentes de Jeremías, una reflejaba el Texto Masorético y la otra el de la Septuaginta? Aun así, no tenemos razón para dudar que el Texto Masorético es en general la mejor evidencia que tenemos del texto original del Antiguo Testamento. En una gran mayoría de casos donde el Texto Masorético y la Septuaginta difieren, el primero es intrínsecamente más probable que el segundo. Traducciones modernas del Antiguo Testamento están basadas de manera justa en el Texto Masorético hebreo y no en la Septuaginta griega.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jeremías 36. “Guemarías, el oficial y Jeramel, el hijo del rey”
Durante el cuarto año dei rey Joacim (605 a.C.), Dios le indicó a Jeremías que registrara en un rollo las profecías contra las na-dones y particularmente contra Jerusalén y Judá (Jer 36:1-3)) Baruc, el secretario de Jeremías,' documentó las profecías y más tarde las leyó en la sala de Guemarías, hijo de Safán el cronista (vv. 4-10). Cuando Micaías, hijo de Guemarías notificó a los oficiales del rey acerca del rollo, ellos le solicitaron a Baruc que les leyera su contenido (vv. 11-19), luego de lo cual le confiscaron el rollo y se lo leyeron al rey (vv. 20-21). Mientras el rollo iba siendo leído, cada sección leída se cortaba y se quemaba, aunque Guema-rías y otros le suplicaron al rey no hacerlo (vv. 22-25). Las profecías enojaron tanto al rey que él envió a su hijo Jeramel y a muchos otros a arrestar a Baruc y a Jeremías, «Pero el Señor los había escondido» (v. 26; cf. v. 19). Entonces Dios indicó a Jeremías que duplicará el primer rollo, que incluyera en el nuevo, las acusaciones adicionales contra Joacim (vv. 27-32).
Una impresión de un sello de arcilla de Gue-marías fue hallado en Jerusalén en excavaciones que corresponden al 587 a.C.3 Esta impresión di-ce, «Perteneciente a Guemarías (hijo de) Safán». Los investigadores tienen en su posesión un sello y una impresión de Jeramel, que adquirieron en un mercado de antigüedades, el cual dice, «Perteneciente a Jeramel, el hijo del rey».
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jeremías 38. “Pozos, cisternas y acueductos en el mundo antiguo”
El clima semiárido de la cuenca del Mediterráneo hacía la adquisición y el almacenamiento del agua una tarea difícil.
Pozos
Un pozo es un depósito profundo abastecido por la percolación, a través de la tierra, del agua de una fuente o por el agua de escorrentía del suelo. La parte más profunda es generalmente excavada en roca impermeable o construida con roca y luego cubierta con una capa gruesa de yeso de cal, que evita la filtración. Es posible también dar con una fuente natural o cavar profundo hasta el nivel de agua subterránea. Los arqueólogos fechan la utilización de yeso por primera vez, a alrededor de 1200 a.C.
Un pozo muy antiguo en Jerusalén, conocido como «el pozo de Job» tiene casi 40.2 m de profundidad. El agua era recogida bajando un recipiente atado a una cuerda. La gran concentración de ostracon que se encontró en los pozos del Cercano Oriente sugiere que las vasijas de arcilla se utilizaron con este propósito, aunque baldes de madera que se encontraron en el ágora de Atenas (mercado) parece haber servido para la misma función. Los pozos se cavaban por lo general en zonas rurales para proveer agua para los rebaños y manadas (Gn 26:18; 2Cr 26:9-10). Un bloque de piedra o un tablón de madera cubría la boca del pozo cuando no estaba en uso para evitar que las Personas o animales cayeran dentro y para minimizar el riesgo de contaminación con los desechos de la superficie (véase Gn 29:10; Ex 21:33-34).
Cisternas
Una cisterna es una cámara de recolección de líquidos. Las cisternas generalmente tienen forma de botella o campana, con la parte superior angosta Para evitar la evaporación. Todo su interior está cubierto de yeso, de forma que se conserve cada gota de agua. El agua se saca de la cisterna de la misma manera que se hace de un pozo. Las casas podían tener cisternas privadas (véase 2818:31; Pr 5:15); de hecho, excavaciones en Tell en-Nasbeh, un lugar al norte de Jerusalén que por lo general se identifica como el Mizpa bíblico, rebeló 50 cisternas del siglo IX a.C.2 Las ciudades tenían cisternas públicas y más grandes. En el área del templo de Jerusalén, por ejemplo, los excavadores descubrieron 37 cisternas grandes, de las cuales la más grande se conoce como «Gran Mar». Mide aproximadamente 13 m de profundidad y ¡puede contener más de 7.5 millones de litros de agua! También en Jerusalén está el estanque de Siloé, construido por Ezequías (2Cr 32:30) y embellecido por Herodes, el estanque superior de Isaías 7:3. Para asegurar un abastecimiento de agua continuo y seguro a esta reserva, Eze-guías asumió la construcción de un canal subterráneo que viaja más de 500 m a través de roca sólida desde el manantial hasta la cisterna. Las cisternas vacías también sirvieron como cárceles (Gn 37:22- 24; Jer 38:6).
Acueductos
Los primeros acueductos (canales artificiales de agua parecidos a las tuberías de distribución) eran simples canales excavados en la tierra. Al final, los canales se hacían enyesando piedras del campo y cubriendo el acueducto con losas de piedra para evitar la contaminación. Se consumían recipientes de manera intermitente en aguas poco profundas, para permitir que el sedimento más pesado saliera del agua. Con frecuencia se ponían estanques y embalses a lo largo del acueducto para controlar el flujo de agua. El acueducto importante más antiguo que se conoce, de principios del siglo VIII a.C., está en Urartu, en Turquía. El rey asirio Senaquerib construyó un acueducto de 55 km hacia Nínive. Los excavadores han encontrado numerosas inscripciones a lo largo del recorrido del conducto elogiando a Senaquerib por esta impresionante proeza.
Sin embargo, los maestros en la construcción de acueductos fueron los romanos. Hasta el día de hoy, el paisaje de muchos países mediterráneos está adornado con los restos de estas obras maestras de ingeniería. La antigua Roma era abastecida por 11 acueductos, de los cuales los más largos eran el Marcia y el Anio Novus. En general, los 11 acueductos proveían a la capital con la cantidad de agua más grande llevada a cualquier ciudad antigua.
Los romanos son también famosos por su habilidad para transportar agua a través de terrenos difíciles. Los valles se cruzaban en una de las dos formas. Si la distancia para instalar un sistema para el suministro de agua desde el lugar propuesto has-ta el valle era menos de 50 m, se construía un puente de arcos, que tenía un canal a lo largo de su parte superior. El acueducto se construía de manera que el agua corría cuesta abajo en una pendiente suave. El acueducto de este tipo más alto es el Pont do Gard en el sur de Francia. Se eleva 49 in sobre el valle y suple el agua a Nimes desde el 19 a.C. Pérgamo fue la primera ciudad importante en Asia Menor (oeste de Turquía) en establecer una alianza con Roma y construir acueductos estilo romano. Suplir el agua a la parte alta de la ciudad era un desafío constante, no obstante, los ingenieros resolvieron el problema con un complejo sistema de sifón.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jeremías 39. “Nabuzaradán, capitán de la guardia”
Cuando Sedequías, rey de Judá, se rebeló contra el gobierno babilónico en 588 a.C., Nabucodonosor respondió rápidamente, capturando a Jerusalén el año siguiente. Nabuzaradán, un oficial de alto rango en el ejército babilónico, fue responsable de supervisar la quema de la ciudad, de destruir las defensas, de deportar 832 cautivos a Babilonia, de saquear el templo y de reunir a los oficiales de Judá para que aparecieran frente a Nabucodonosor (2R 25:8-21; Jer 39:8-9; 52:15-27).
Nabucodonosor dejó a Nabuzaradán con instrucciones específicas para que de manera amable se ocupará de Jeremías, el cual había sido encarcelado junto con aquellos que iban a Babilonia (jer 39:11-14; 40:1). Nabuzaradán liberó al profeta y le dio la oportunidad de irse a Babilonia o de permanecer en Judá (40:2-4). Jeremías eligió permanecer en Judá y se unió al recién nombrado líder de Judá, Guedalías, en Mizpa (39:14; 40:5-6). Cinco años después, Nabuzaradán regresó a Jerusalén y deportó a otras 745 personas a Babilonia (5230).
Durante las excavaciones del palacio de Nabucodonosor en Babilonia se encontró un prisma de arcilla enumerando oficiales de cor-te. Entre los nombres está el de Nabuzaradan, junto con el título «Canciller». Se cree que el prisma se remonta a alrededor de 570 a.C. y que por lo tanto refleja un nombramiento político para Nabuzaradán después de su carrera militar.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jeremías 40. “Guedalías, gobernador de Judá y Balís, rey de Amón”
Nabucodonosor nombró a Guedalías, quien venía de una familia de administradores reales, como gobernador de Judá en 587 a.C. (2R 15:11). Guedalías trató de reconstruir el país después de la destrucción de Jerusalén a manos de los babilonios (Jer 40:9-12). Desafortunadamente, él se convirtió en una víctima de las fuerzas políticas del día cuando Balís, rey de Amón, reclutó a Ismael para que lo asesinara (vv. 13-14; 41:7-2). Ismael, de la línea de David (2R 25:25), pudo haber tenido propósitos para el liderazgo del país, y Balís pudo haber querido un rey marioneta a quien él pudiera controlar.
Los arqueólogos han encontrado una bula de Guedalías sobre la superficie en Laquis, 44 km al suroeste de Jerusalén. La inscripción dice «Perteneciente a Guedalías, capataz (de) la casa (real)», un título que designaba al administrador principal del palacio real. Los individuos que llevaban este título se encargaban de importantes responsabilidades del estado y estaban activos en los asuntos políticos y diplomáticos. Evidentemente, Guedalías tuvo este puesto antes de la caída de Jerusalén.
También se han descubierto un sello y una impresión de un sello con el nombre de Batís.
El sello, adquirido en el mercado de antigüedades, le pertenecía al propio Balis. Porta una esfinge con alas con las palabras «Perteneciente a Balís» encima, las letras de «rey» en ambos lados e «Hijos de Amón» (i.e. amonitas) abajo.
La impresión de sello se desenterró en Tell el-tjmeiri, justo al sur de Amán en Jordania. Dice «Perteneciente a Milkomor sirviente de Balís».
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Jeremías 43. “La comunidad elefantina”
La isla Elefantina está situada junto a la frontera sur de Egipto, cerca del actual Asuán. Este sitio funcionó como un importante puesto de avanzada militar a través de su larga historia. Mientras que sus soldados eran frecuentemente egipcios, otros grupos étnicos incluyendo a judíos, se emplazaban periódicamente en esta guarnición. Ya para la época en que comenzó el dominio persa en 525 a.C., no solo existía una comunidad judía en Elefantina sino que también existía un templo oficial y próspero a Yahveh. Nos damos cuenta a través de Jeremías 43, que una porción de los judíos de Judá huyeron a Egipto antes de la invasión babilónica. Algunos eruditos asumen que parte de este grupo llegó a ser la fuente de la población judía elefantina. Otros argumentan a favor de una inmigración más temprana de judíos al área.
La evidencia indica que el templo elefantino era un santuario en uso en donde se realizaban sacrificios de animales. Aunque este templo existió por siglos junto con templos para los dioses egipcios, los sacerdotes de Plum, el dios con cabeza de carnero; convencieron a las autoridades egipcias en 410 a.C. de que destruyeran el templo (aparentemente porque la práctica judía de sacrificar a ovejas era ofensiva para los devotos de Jnum). Poco tiempo después, la colonia judía dejó de existir.
El conocimiento que tenemos de esta pequeña y antigua comunidad proviene de una serie de papiros encontrados en la región. La mayoría de estos textos están escritos en arameo, el idioma internacional del imperio persa. Mientras que estos documentos revelan mucho acerca de la vida cotidiana, las costumbres y el sistema legal de estas personas, lo más relevante para nosotros son los archivos de las cartas escritas entre los judíos de Elefantina y los judíos de la región hoy día conocida como Palestina. En estas cartas, la comunidad elefantina solicitó y obtuvo permiso y ayuda para reconstruir su templo. Aún no está claro, sin embargo, si se llegó a cumplir esta meta.
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Jeremías 44. “Hofra, rey de Egipto”
Hofra (conocido por los egiptólogos por la forma griega de su nombre, Apries), el cuarto rey de la dinastía XXVI (Saíta), reinó en Egipto de 589 hasta 570 a.C. Se excavó su palacio en Menfis.' Cuando Nabucodonosor invadió Judá en 588 a.C., Sedequías pidió ayuda de Egipto (Ez 17:15), y Hofra respondió mandando tropas. Esto dio como resultado que Nabucodonosor levantara el asedio de Jerusalén para encargarse de la amenaza egipcia (Jer 37:5,11). El alivio fue efímero, sin embargo, porque Nabucodonosor rápidamente expulsó a los egipcios y regresó para capturar a Jerusalén (2R 25:1-21; Jer 37:6-10; 39:1-10; 52:1-29).
Después de que Guedalías, el nuevo gobernador de Judá, fue asesinado en 586 a.C.,3 el resto del liderazgo de Judá huyó a Egipto, llevándose a Jeremías con ellos (41:16-43:7). Mientras en Egipto, el profeta declaró que Dios entregaría a Hofra a los enemigos de éste (44:30). Efectivamente, las palabras de Jeremías reflejan un desdén de Hofra. En 46:17 él declaró, «Allí gritan, "¡El faraón es puro ruido! ¡el rey de Egipto ya perdió su oportunidad!"». (Esto también podría traducirse, «Allí llamarán al faraón, rey de Egipto, "El ruidoso ha perdido su oportunidad"»). El hebreo para «ya perdió» en este versículo suena como el nombre Hofra.
La caída de Hofra sugiere un grado de ineptitud. En 570 a.C., él mandó una fuerza de egipcios contra una colonia griega en Cirene en el lado oriental de Libia. El ejército egipcio fue derrotado, lo que condujo a una revuelta de soldados contra el liderazgo de Hofra. Hofra mandó a su general Amasis a sofocar la rebelión, pero en vez de hacer-lo, Amasis se unió a ella! Forzado por Amasis al exilio, Hofra logró hacerse parte de la corte de Nabucodonosor 11.4 Regresó tres años después con el ejército babilónico para tratar de recuperar el trono pero fue derrotado y perdió su vida en el proceso. Sin embargo, Amasis lo enterró con todos los honores en el cementerio real en Sais, en el delta occidental de Egipto.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Jeremías 44. “La Reina del Cielo”
En la Biblia, el título enigmático «Reina del Cielo» aparece solamente en Jeremías 7:18, 44:17-19, 25, pero títulos similares se dan a través del antiguo Cercano Oriente y se aplican a varias diosas. Anat es llamada «Señora del Cielo», y la cananea Astarté y su equivalente mesopotámico, Ishtar, también llevan el título de «Reina del Cielo».' Estas diosas se asocian con la alabanza del planeta Venus; la alabanza astral era particularmente popular durante el séptimo siglo a.C. (2R 21:3; 23:11).
Los exiliados de Judá concibieron a esta reina como una diosa de la fertilidad (Jer 44:17-18), en cuya imagen las mujeres hacían «tortas» (v. 19). Esta práctica de culto también se puede indicar por un descubrimiento en Mari de un molde de repostería en la forma de una mujer desnuda con las manos sosteniendo sus pechos, un motivo de la fertilidad bien conocido. Además, la palabra de Jeremías para estas tortas se deriva del acadio para un tipo de pan que a menudo se le presentaba a Ishtar. Jeremías describió cómo una familia recogía madera, hacía un fuego, preparaba el pan, ofrecía libaciones y quemaba incienso (7:18; 44:18). Los textos religiosos dedicados a Ishtar relatan pasos muy similares. El pueblo de Judá aparentemente estaba siguiendo las prácticas asociadas con la mesopotámica lshtar y la cananea Astarté (1 R 11:5). La Reina del Cielo ejemplificaba el sincretismo religioso que afligió a Israel por siglos y finalmente condujo al juicio de Dios sobre su pueblo.
Aún hoy día, los creyentes en el Dios de la Biblia son prudentes al estar en guardia de una asimilación gradual de conceptos no bíblicos y hasta paganos. El concepto de la «Reina del Cielo» solo era una asimilación.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Jeremías 46. “Menfis”
Para proclamar la condenación de Dios sobre Egipto, Jeremías llamó a heraldos para que anunciaran un mensaje de juicio en Menfis. Esta ciudad (de Men-neferu, que significa «la bondad perdura») estaba situada en el Nilo en la frontera entre el norte y el sur de Egipto. Fue fundada por Menes, el primer rey de las uni-das «Dos Tierras», y era sagrada para el dios Ptah. Sus fortunas cambiaron a través de los siglos pero se mantuvo como una ciudad importante y un centro religioso.
Menfis, la capital del Imperio Antiguo, era la ubicación del gran templo de Ptah.
Sirvió como una ciudad real de los hicsos durante la época en que el sur de Egipto estuvo bajo el control de estos gobernantes extranjeros (siglo XVIII a.C.).
Era una residencia favorita de los faraones del Imperio Nuevo (siglos XVI — XI a.C.), muchos de los cuales construyeron templos, palacios u otros edificios allí. Menfis servía como base militar para las campañas contra Siria-Palestina conducidas por el gran guerrero-faraón de esta época, Tutmosis III (1479-1425 a.C.). Comerciantes y mercenarios sirios y fenicios que llegaron durante el periodo del Imperio Nuevo construyeron templos ahí para Baal, Astarté y otras deidades cananeas.
La ciudad era el centro para el culto de los «toros de Apis», los cuales se creían eran representantes vivientes del dios Ptah. Cada vez que uno de estos toro moría, se embalsamaba y se enterraba en la tumba llamada Serapeum. Este santuario se benefició de la atención del faraón Sisac, quien tomó cantidades enormes de botín de Israel. Él construyó un depósito de cadáveres y una casa para embalsamar (aprox. 910 a.C.) para el toro Apis en Menfis.
Conforme Egipto se iba debilitando, Menfis cayó en las manos de una variedad de gobernantes extranjeros. La ciudad fue capturada por el etíope Pi-Ankhy (aprox. 717 a.C,); por los asirios Asarhaddón (671 a.C.) y Asurbanipal (666 a.C.); y por el persa Cambises (525 a.C,).5 Menfis a veces servía como el cuartel general para gobernantes extranjeros. Por ejemplo, Tolomeo I, fundador de - la dinastía griega que gobernó sobre Egipto después de las conquistas de Alejandro el Grande, la convirtió en su ciudad capital.
Refugiados judíos entraron a la ciudad después de la destrucción babilónica de Jerusalén (587 a.C.; Jer 44:1).6 4. El emperador cristiano Teodosio ordenó que los templos de Menfis fueran destruidos en 395 d.C., y la ciudad fue desmantelada durante el periodo árabe (después de 642 d.C.), después de lo cual se construyeron Fustat y Cairo en el mismo sitio o muy cerca. Restos arqueológicos incluyen muchos templos, dos estatuas colosales de Ramsés II, una necrópolis grande (cementerio antiguo) palacios y un grupo cercano de pirámides.
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Jeremías 50. “Heródoto y la caída de Babilonia”
El historiador griego Heródoto (aprox. 480-425 a.C.) produjo uno de los libros más famosos de la Grecia antigua, las Historias. Su enfoque es la serie de guerras entre Persia y los griegos que duraron de aproximadamente 490 hasta 479 a.C. Heródoto dedicó bastante atención a los antecedentes de las guerras y en el proceso presentó un vistazo amplio del mundo mediterráneo oriental durante los siglos VI y V a.C.
La palabra griega historial (literalmente «investigaciones») acertadamente describe de qué manera Heródoto reunió y archivó información acerca de las costumbres y las historias de las pueblos que se encontraba. Él es considerado el padre de la escritura de la historia occidental porque intentó limitarse a los acontecimientos humanos y a evitar los mitos.
A veces, sin embargo, las alegaciones que hace Heródoto son cuestionables. Es incorrecto afirmar, como lo han hecho algunos, que Heródoto simplemente se inventó las historias. Sin embargo, él sí incluyó rumores, leyendas y chismorreo en sus historias y a veces pudo haber malinterpretado sus fuentes.
El relato que hace Heródoto de la caída de Babilonia (Historias,1.189-191) en 539 a.C. está relacionado con el relato profético en Jeremías 50-51, así como a la indicación de Daniel de que Babilonia cayó de la noche a la mañana durante un festival (Dn 5:30-31). Heródoto comenzó con un cuento fantástico de cómo se ahogó el caballo de Ciro en el río Gyndes y como él, para castigar al río haciéndolo menos profundo y más débil, obligó a su ejército a pasar un verano desviándolo a 360 canales. Al llegar a Babilonia, Ciro enfrentó la posibilidad de un asedio prolongado. Babilonia era suficientemente grande para almacenar comida por muchos años, así que un intento de causar hambruna en la ciudad para someterla, hubiera sido inútil.
Sin embargo, observó Heródoto, la ciudad tenía una característica peculiar: el río Éufrates corría por el medio de Babilonia y la dividía en dos partes. Ciro decidió que los canales bajo los muros proveían la única oportunidad de obtener entrada, pero el volumen de agua y la fuerza de la corriente eran demasiado poderosos. Aún así, el rey persa tramó un plan ingenioso: Apostó soldados en los puntos donde el Éufrates entraba y salía de la ciudad y les ordenó que cruzaran a través del río cuando este pudiera ser vadeado. Mientras tanto, los no combatientes caminaron corriente arriba y desviaron la mayoría del río hacia un pantano artificial. Cuando el nivel del agua había disminuido lo suficiente, los soldados persas pudieron entrar y capturar la capital de Babilonia.
¿Qué tanto debemos creer de este relato? La mayoría de los historiadores creen que la versión de Heródoto de estos acontecimientos es al menos hasta cierto grado confusa y engañosa. En la conquista real de Babilonia, las fuerzas de Ciro procedieron desde el norte y rápidamente vencieron la resistencia. Un segundo frente se lanzó contra Babilonia por un tal Gobrias, gobernador de Gutium. Gobrias procedió a capturar Babilonia en nombre de Ciro con velocidad asombrosa, y el propio Ciro entró a la ciudad poco después.
Varios factores pudieron haber contribuido a la victoria persa. Primero, Ciro pudo haber mantenido la mayor parte de las fuerzas babilónicas ocupadas con su ejército mientras que Gobrias entraba por la parte de atrás. Segundo, el régimen babilónico no era popular, y el pueblo parece haber acogido con agrado a Ciro como libertador. Tercero, Gobrias parece haber entrado a Babilonia mediante un subterfugio (como se refleja en la versión de la historia acerca de la desviación del Éufrates).
Es seguro, sin embargo, que Babilonia cayó de repente. Heródoto tiene razón en declarar que el Éufrates dividía la ciudad, y la Crónica de Nabonido confirma que cayó sin batalla. Así que, el relato acerca de la desviación del Éufrates puede ser cierto. Ambos, Daniel 5 y Heródoto, indican que Babilonia cayó durante un escandaloso festival. Heródoto afirmó: «Debido al tamaño de la ciudad, cuentan los habitantes, aquellos en la periferia fueron capturados sin que los del centro se enteraran».
Daniel 5 cuenta la historia del festival de Belsasar y puede ser considerado como un testigo independiente. Heródoto, en este relato y en otras partes, es pintoresco y no siempre fiable, pero parece haber preservado algo de (y tal vez bastante) de la verdadera historia.
TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS
Jeremías 51. “Seraías el intendente”
Un sello adquirido en el mercado de antigüedades dice «Perteneciente a Seraías (hijo de) Nerías». Este Seraías es conocido del texto bíblico. Su linaje se da como «hijo de Nerías y nieto de Maseías» (Jer 51:59). Este es del mismo linaje que el de Baruc, el escriba de Jeremías (32:12),' lo que indicaba que Seraías era hermano de Baruc.
Seraías era el intendente real durante el reinado de Sedequías, rey de Judá de 597 a 586 a.C. (51:59). En el cuarto año de Sedequías (594 a.C.) Seraías acompañó al rey en una misión a Babilonia, posiblemente para reafirmar la lealtad de Judá a Nabucodonosor, el rey babilónico. El viaje hubiera tomado cuatro meses de ida y otros cuatro de regreso (Esd 7:9; 8:31). Solo cinco años después Sedequías se rebeló, lo que resultó en la caída del reino.
Dios le reveló a Jeremías su juicio venidero sobre Babilonia (Jer 50-51), y la profecía se documentó en un rollo (51:60). Jeremías aprovechó el viaje de Seraías solicitándole que llevará el rollo consigo y lo leyera en voz alta en Babilonia, después de lo cual tenía que lanzarlo en el río Éufrates para ilustrar el destino porvenir de Babilonia (vv. 61-64). Las profecías de Jeremías se cumplieron 55 años después, cuando Ciro el Grande conquistó Babilonia en 539 a.C.
PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Jeremías 52. “Joaquín en cautiverio y Evil Merodac”
Joaquín reinó sobre Judá solo por tres meses y después, a la edad de dieciocho años, fue llevado cautivo a Babilonia en 597 a.C. (2R 24:8-15). Durante excavaciones en Babilonia, aproximadamente 300 tablillas de arcilla conteniendo archivos administrativos, se encontraron en un edificio adyacente al palacio de Nabucodonosor.' Cuatro de ellas resultaron ser sumamente importantes para los estudios del Antiguo Testamento ya que mencionan a Joaquín. Remontándose al lapso entre 595 y 570 a.C., las cuatro son recibos de raciones de aceite distribuidos a Joaquín y a su séquito. Se refieren a Joaquín como «Joaquín rey de la tierra de Judá». Tres de las tablillas listan aceite para los cinco hijos de Joaquín (cf. 1Cr 3:17-18), y aceite también se les entregó a cinco personas de Judá nombradas y a ocho anónimas.
Evil Merodac sucedió a Nabucodonosor al trono, pero reinó solo por un año, de 561- 560 a.C. Él liberó a Joaquín de la prisión y le permitió comer a la mesa del rey (Jer 52:31-34). Inscripciones encontradas en Babilonia demuestran que Evil Merodac continuó los proyectos de construcción de su padre. Él fue destronado, y tal vez asesinado, sin embargo, por su cuñado Nergal Sarézer, un ex-oficial militar (39:3,13).