Arqueología 

Éxodo

Arqueología de Éxodo

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Éxodo 1. “Las ciudades de almacenaje de Pitón y Ramsés”

Durante su estadía temporal en Egipto, el faraón forzó a los esclavizados israelitas a construir las ciudades de almacenamiento de Pitón y Ramsés (Éx 1:11). Los eruditos han discutido largo tiempo sobre sus ubicaciones, y esta disputa es importante. Este conocimiento ayudaría a fechar el éxodo, pero la incertidumbre sobre el tema ha conducido a algunos historiadores a llegar tan lejos como sugerir que este acontecimiento fundamental nunca sucedió.

Note que algunas, pero no todas, de las posibles ubicaciones de estas ciudades discutidas a continuación se localizan en un mapa de Egipto.

Posibles sitios de la ciudad de Pitón

El moderno Tell er-Retaba, la localización más probable, se encuentra enfrente del Sinaí. Está asentada en el margen oriental del delta del Nilo en el Wadi Tumilat, aproximadamente 97 kilómetros al este-noreste del Cairo. La única ciudad importante y fortificada en el área, Tell er-Retaba estuvo ocupada durante mucho tiempo, incluyendo el periodo del Nuevo Reino de Egipto, generalmente concebida como la época de la opresión y el éxodo de Israel.

El Tell el-Maskhuta moderno, unos pocos kilómetros más al este, es considerado por algunos eruditos como el sitio del antiguo Pitón. Pero eso es imposible, debido al hecho de que la ciudad fue ocupada solo después, durante los siglos decimoctavo al decimosexto a.C., durante la última parte del reino Medio egipcio y el Segundo periodo intermedio temprano. Alfarería desenterrada en este sitio deja poco duda de que verdaderamente los semitas ocuparon esta ciudad, pero probablemente estuvieron relacionados con los hicsos, quienes dominaron parte de Egipto durante un tiempo.   

Tell el-Maskhuta evidentemente permanece abandonada desde el siglo decimosexto a.C. hasta aproximadamente el año 610 a.C., cuando tuvo lugar la reconstrucción bajo el faraón Necao II.

El Heliópolis moderno, otro sitio propuesto, está en la región sur del delta de Egipto, también es una ubicación improbable para Pitón. En el Antiguo Testamento, Heliópolis se conoce como On (Gn 41:50; Ez 30:17; se le llama Beth Shemesh, en otro lugar), pero no tenemos razón de sospechar que se le hubiera llamado Pitón en Éxodo 1:11.

Posible sitios de la ciudad de Ramsés

Ramsés II quien vivió desde los años 1279-1213 a.C., nombra a esta ciudad, mucho tiempo después de la fecha generalmente aceptada para el éxodo. Es altamente probable que la mención de este nombre en la Biblia sea anacrónica (la ciudad pudo no haberse conocido por este nombre cuando los israelitas vivieron allí), Escritores bíblicos posteriores pudieron haberse referido a esta como Ramsés debido a que sus lectores la conocían como tal.

Qantir es la ubicación más probable para el antiguo Ramsés. Textos egipcios documentan que esta ciudad posterior estaba localizada en las “aguas del Ra”, el brazo Pelusiaco, el más oriental del río Nilo. Tanis se encontraba en el brazo Tanitico justo al oeste del Pelusiaco.

Qantar, la cual presume una larga historia, se encontraba en los alrededores del moderno Tell ed-Daba. Asimismo, es el posible sitio de la primera capital de los hicsos, Avaris. Muchos semitas, a quienes los egipcios llamaban asiáticos, vivían en esta zona. Así, este puede haber sido un centro de ocupación para los israelitas, quienes abarcaban parte de la población semita. Si este fuera el caso, la mano de obra esclava israelita hubiera estado fácilmente disponible cuando el faraón de la opresión decidió construir sus ciudades de almacenamiento.

Tanis fue considerada una vez la mejor candidata para la ubicación de Ramsés, en gran parte debido al hecho de que muchas estatuas que fechaban de la época de Ramsés II se han descubierto allí. Durante mucho tiempo, los intelectuales creyeron que Ramsés II había conducido un programa de reconstrucción masivo en Tanis. Si esto fuera verdad, y los israelitas hubieran estado involucrados en la reconstrucción de la ciudad luego renombrada Ramsés, habrían trabajado bajo Ramsés II alrededor del año 1250 a.C., y se necesitaría una fecha mucho más posterior para el éxodo.

No obstante, recientes descubrimientos arqueológicos derrumban la sugerencia de que Tanis podría haber sido el sitio de Ramsés. Se ha descubierto que Tanis fue la residencia principal de faraones que vivieron durante las DInastías vigésima primera y vigésima segunda, después de la época de Ramsés II y mucho después del éxodo. El estatuario de Ramesside encontrado en Tanis ahora se comprende que habría sido trasladado hasta aquí desde Qantir mucho tiempo después de la vida de Ramsés II.         


TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Éxodo 2. “Tomados de un río: La leyenda de Sargon y la historia de Moisés”

Descubierta en el archivo asirio en Nínive, la leyenda de Sargon narra en un lenguaje fantástico el nacimiento, el ascenso y el gobierno de Sargon de Acad, quien estableció su imperio en Mesopotamia alrededor del año 2300 a.C. Sargon 11(721-705 a.C.), un rey asirio posterior que buscó imitar este ascenso meteórico de su homónimo al poder, probablemente ordenó la redacción de esta leyenda.

La leyenda de Sargon resuena con una cantidad de características también encontradas en la narración del nacimiento de Moisés (Éx 2:1-70). la madre de Sargon era una alta sacerdotisa (recordativo del linaje levítico de Moisés). Después de su nacimiento secreto, Sargon fue colocado en una «canasta de caña», la cual fue «sellada con brea» y dejada a la deriva en un río. «Agqi, el aguador,» rescató al niño, lo adoptó y lo crió para que fuera agricultor. Con el tiempo, este halló gracia ante la diosa lshtar y lo coronaron rey.

Los relatos de los nacimientos de Moisés y Sargon emplean un tema literario antiguo común, en el cual un héroe es expuesto-a la muerte durante la infancia, para luego ser rescatado y para que alcance grandeza. La trama de la leyenda de Sargon enfatiza la naturaleza abrumadora, y a menudo milagrosa, del ascenso de un héroe de la oscuridad al honor. En el caso de Sargon II, el uso de ese recurso pudo haber sido un intento deliberado tras el hecho de legitimar su propia toma del poder. No obstante, la narración bíblica incluye muchas características únicas, como la amenaza de un genocidio nacional, el intento de ocultar al niño y su regreso temporal con la madre. Aunque la relación entre las narraciones sargónicas y mosaicas aún se discute, los detalles del nacimiento de Moisés incuestionablemente significan su heroico papel en el plan de Dios. Es útil recordar que el relato ficticio comisionado por Sargon II fue escrito mucho tiempo después que la narración real y bíblica de los primeros años de la vida Moisés.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Éxodo 3. “YHWH: El nombre de Dios en el Antiguo Testamento”

Conocido por muchos títulos en las Escrituras, el Dios de Israel tenía solamente un nombre personal: YHWH (el escrito original en idioma hebreo no contenía vocales). Este nombre es comúnmente mencionado como el Tetragrammaton, el cual se deriva de una palabra griega que significa «cuatro letras». Virtualmente, cada aspecto de YHWH (su pronunciación, origen y significado) es ampliamente discutido.

La pronunciación exacta de YHWH es desconocida, pero muchos actualmente prefieren «Yahveh». Esta conclusión se basa en nombres teofóricos, nombres que contienen todo o parte de un nombre divino. Ejemplos incluyen Jehoshaphat («YHWH [Jeho] jueces [shaphatl») y Adonijah («mi Señor [adoni] es YHWH [jah]»). Aunque ampliamente aceptada, la pronunciación «Yahveh» permanece en duda.

En Éxodo 3:14, Dios se refiere a sí mismo como «YO SOY». La palabra hebrea traducida «Yo SOY», la tercera persona del verbo para «ser o estar», es ehyeh, la cual se parece a YHWH y puede haber sonado como tal nombre. Como consecuencia, muchos lingüistas argumentan que el nombre YHWH se derivó de este verbo. A partir de esta premisa, algunos intelectuales continúan argumentando que YHWH significa «él es», «él será», o «él hace que sea». No obstante, es improbable que Dios pretendiera revelar la etimología (origen lingüístico) de su nombre en este versículo. Un nombre divino en hebreo es raras veces meramente una inflexión Nombre de un verbo, cómo sería el caso si este argumento fuera cierto.

Frecuentemente, los textos hebreos usan juegos de palabras o retruécanos. Algunos pasajes bíblicos, por ejemplo, crean su punto en base a sonidos similares de palabras en el idioma original (esto sucede a menudo cuando Dios es quien habla). Estos retruécanos no pretendían ser divertidos, ingeniosos o despreocupados, tampoco daban a entender que el origen de una palabra se estaba divulgando. En Jeremías 1:11-12, por ejemplo, Dios le preguntó a Jeremías qué había visto, y el profeta contestó que había visto una rama de almendro (shaqed en hebreo). Dios respondió asegurando que estaba alerta (shoqed en hebreo) a su palabra (su revelación en las Escrituras). Este juego de palabras no sugiere que las palabras shaqed (»rama de almendro») y shoqed («estar alerta») estén lingüísticamente relacionadas. En un orden de ideas similar, es posible que la similitud entre la palabra traducida «Yo SOY» (tehyeh) y YHWH/Yahveh represente un juego de palabras deliberado, aun cuando no intentaba referirse al origen del nombre YHWH/Yahveh.

El contexto de Éxodo 3 sugiere adicionalmente que la etimología no era el énfasis deseado de Dios. Moisés estaba preocupado por su respuesta si los hebreos le preguntaban con respecto a su conversación con Dios: «¿Y cómo se llama?» (v. 13). Su ansiedad implica que los israelitas tendían a ser escépticos y sugiere que se habrían inclinado a disminuir a YHWH al ni-vel de otros dioses, cada uno de los cuales tenía un nombre distintivo. «YO SOY EL QUE SOY» era una afirmación de que YHWH es el único e incomparable Dios verdadero.

Tan tempranamente como el periodo del Segundo Templo siguiente al regreso de Israel del exilio, el nombre YHWH llegó a ser considerado tan santo que decirlo en público era prohibido.

Cuando los lectores se toparan con el nombre, dirían ya fuera shema («el nombre» en arameo, o adonai («mi Señor» en hebreo). Siguiendo la convención dentro del judaísmo de decir «Mi Señor, cuando los lectores se encontraban con el nombre divino, los intérpretes judíos de la Septuaginta (primera traducción griega del AT) tradujeron el nombre divino YHWH como kuriost, palabra griega para «Señor». Esta tradición continúa en muchas traducciones inglesas modernas, donde YHWH se traduce como «SEÑOR».


PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Éxodo 4. “Madián”

Los madianitas eran descendientes de uno de los seis hijos que Cetura le dio a Abraham algún tiempo después de la muerte de Sara (Gn 25:1-2). Nuestro primer encuentro bíblico con este grupo de personas ocurre en Génesis 37:25-36, cuando los mercaderes madianitas compraron a José a sus hermanos y lo dejaron en la cautividad en Egipto. El texto intercambia los términos madianitas e ismaelitas, y sugiere ya sea una conexión cercana entre los dos grupos o la posibilidad de que los madianitas abarcarán un pequeño grupo dentro de la estructura tribal ismaelita mayor (cf. la sustitución aparentemente casual de estos términos en un pasaje posterior, Jue 8:22-26).

Cuando Moisés huyó por primera vez de Egipto, se estableció en Madián y se casó con Séfora, la hija del sacerdote madianita llamado Reuel (Ex 2:15-21). Más tarde Reuel, (también conocido como Jetro), le aconsejó a Moisés que organizara a los israelitas en grupos de «mil, de cien, de cincuenta y de diez personas» (18:21) con el propósito de delegar responsabilidades administrativas y judiciales, quizás representativo de la estructura organizacional de la cultura madianita. Muchos quenitas, probablemente del clan madianita al que Jetro pertenecía, se unieron a los israelitas y se integraron discretamente en su sociedad (Nm 10:29-33; Jue 1:16; 4:11).

Con todo, no todos los encuentros de Israel con Madián fueron cordiales. Cuando los israelitas intentaban cruzar a través del Transjordan durante su viaje hacia la tierra prometida, los líderes de Moali y Madián enviaron una delegación al profeta Balán, y le pidieron que maldijera al grupo de viajeros' (Nm 22:1-7). Poco después, las mujeres moabitas y madianitas sedujeron a los hombres israelitas para que adoraran a Baal de Peor y para involucrarlos en inmoralidad sexual (Nm 25:1-6). Como castigo por su traición, el Señor ordenó a Moisés declararle la guerra a los madianitas (Nm 25:16-18; 31:1-18). Todos los cinco reyes madianitas nombrados en Números 31:8 (cf. Jos 13:21), aparecen como antiguos nombres arábigos y genuinos en la literatura extrabíblica de la época.

Durante el periodo de los jueces, los madianitas y los amalecitas oprimían a los israelitas al dirigir incursiones en su territorio durante sus cosechas (Jue 6:3-6).

Los madianitas usaban camellos domesticados para moverse rápidamente, con todo éxito, durante tales incursiones militares. La derrota milagrosa de Gedeón a Madián (Jue 7), la cual fue recordada durante mucho tiempo en Israel, proporcionó una base sólida para la confianza en la liberación futura del Señor a su pueblo de otros enemigos poderosos (cf. Sal 83:9-12; Is 9:4; 10:26; Hab 3:7).

La ubicación de Madián

Génesis 25:6 nos dice que Abraham envió a los hijos de Cetura «a las regiones orientales», aunque este texto no define los límites de Madián. Los pasajes que relacionan a los madianitas con los moabitas, no obstante, sugieren que ambos grupos vivieron en la zona sur del Transjordan. Los soldados madianitas también huyeron en esta dirección después de la victoria de Gedeón. La evidencia de eruditos antiguos como Ptolomeo, Josefo y Eusebio, así como la información de geógrafos arábigos clásicos y medievales, indica que la tierra natal de los madianitas estaba en el golfo de Agaba. Esto colocaría a Madián en el noroeste de Arabia, un sitio propuesto para el Monte Sinaí.

Arqueología de Madián

Excavaciones en el este del golfo de Agaba han revelado grandes ciudades amuralladas y numerosos pueblos que datan de la edad del bronce tardía' y de la edad del hierro tempranas. Una variedad diferente de alfarería a dos colores con motivos similares a los encontrados en cerámica micénica, parece haber sido manufacturada localmente durante los siglos décimo tercero al décimo segundo a.C. Este tipo de cerámica distintiva ha sido desenterrada en Timna, una zona minera pocos kilómetros al norte del golfo; un santuario madianita se descubrió en el mismo sitio.

En tanto que los motivos pintados sugieren una conexión entre los madianitas y el mundo griego, el método de manufactura se compara con el utilizado en Egipto. Basados en este y otros factores, los intelectuales han conjeturado que, en vez de ser un pueblo empobrecido, desorganizado y nómada, los madianitas parecen haber desarrollado una sociedad bien organizada, que negociaba con naciones extranjeras y que se involucraba productivamente en minería de cobre, fundición, y producción de cerámica.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Éxodo 5. “El jeroglífico de Soleb”

En Éxodo 5:2, el faraón dijo con burla: «¿Y quien es el SEÑOR para que yo le obedezca y deje ir a Israel?» No está claro si este faraón nunca había escuchado de Yahveh o si simplemente lo desechaba como el dios insignificante de un pueblo en esclavitud.

No obstante, una de las primeras referencias de Yahveh además de las que encontramos en la Biblia, sorprendentemente se ha descubierto en un templo egipcio.

El faraón de la decimoctava Dinastía Amenhotep III (aprox. 1390-1352 a.C.) construyó este templo en Soleb, en la alta Nubia, junto a la ribera occidental del Nilo. Este templo fue dedicado a Amenhotep III, a quien se le consideraba un rey divino asociado con el dios Amon. Sus jeroglíficos conmemoran la dominación de Amenhotep III sobre pueblos extranjeros; a los pueblos subyugados se les retrata con los brazos atados detrás de sus espaldas. La veracidad histórica de sus afirmaciones es dudosa, debido a que los faraones egipcios rutinariamente se jactaban de ese modo, fuera o no verdad. Aunque longevo y por lo demás exitoso, Amenhotep III no era un guerrero insigne.

A pesar de eso, una extraordinaria inscripción en el templo Soleb habla de la «tierra de los shasu (aquellos de) Yhwh. El término shasu que se refiere a los pueblos beduinos del levante (la región que abarca Siria y el área ahora conocida como Palestina). Casi universalmente, los eruditos reconocen que Yhwh se refiere á Yahveh, el Dios de Israel. ¿Pero cuál podría ser el significado de esta inscripción para los estudios del Antiguo Testamento?

Evidentemente, Amenhotep III estaba consciente de una tierra en el Levante poblada por «shasu», que adoraban a Yahveh. Esto no implica que todos los shasu fueran israelitas; el faraón pudo haber utilizado un término genérico o taquigráfico.

Si los shasu de la inscripción eran verdaderamente israelitas, la implicación es que el éxodo de Egipto al Levante (Siria-Palestina) ocurrió antes de la época de Amenhotep III. La fecha tradicional para el éxodo se considera que es aproximadamente en el año 1445 a.C., o un poco más de mitad de-siglo antes del fei-. nado de Amenhotep III. Sin embargo, al igual que con otros descubrimientos, es bueno tratar esta «evidencia» prudentemente. La inscripción de Soleb no se refiere con claridad a los israelitas, y algunos han argumentado que los shasu que adoraban a YHWH fueron simplemente un pequeño grupo de beduinos.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Éxodo 7. “Los sacerdotes egipcios y sus serpientes”


La Biblia registra frecuentemente acontecimientos particulares sin explicar cómo sucedieron. Éxodo 7, por ejemplo, revela que los magos egipcios imitaron la transformación de Moisés de su vara en una serpiente «mediante sus artes secretas» (v. 11). Esto podría significar que emplearon poderes sobrenaturales y que verdaderamente transformaban varas en serpientes. No obstante, la Biblia no declara explícitamente si agentes sobrenaturales, ya sea divinos (Nm 22:21ss.) o demoníacos (Dt 18:10-11; Job 2:7), estuvieron involucrados.

La mayoría de los estudiosos creen que los egipcios usaron simplemente trucos en esta ocasión, A lo largo y a lo ancho del mundo antiguo, los sacerdotes paganos regularmente engañaban a personas ingenuas (p.ej. un sacerdote podía esconderse en un ídolo grande y hueco y hablar por el dios). De este modo, los egipcios pudieron haber usado la prestidigitación (similar a los magos de escenario modernos que realizan trucos con animales). La evidencia también revela que los egipcios regularmente practicaban un método de encantamiento de serpientes que les permitía poner a estos animales en un tipo de catalepsia, por lo cual permanecían tan rígidas como un palo

hasta que despertaban. Este truco todavía se practica en Egipto actualmente.

Es útil reconocer que el propósito de este texto bíblico no era desenmascarar a los magos egipcios, sino mostrar que el poder del Dios de Israel era más grande que cualquier poder que Egipto poseyera. Cuando la serpiente de Moisés se tragó a las serpientes de los egipcios, el acontecimiento predijo un desastre para el faraón. Una serpiente representativa del Dios de Israel había derrotado a uno de los símbolos nacionales de Egipto, la serpiente, un animal considerado sagrado en el Bajo Egipto donde sucedió el enfrentamiento de Moisés con el faraón.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Éxodo 8. “El faraón del Éxodo”

La Biblia describe el éxodo con grandes detalles, pero omite la mención de un hecho que hubiera sido muy útil, que uniría el acontecimiento a un periodo de tiempo particular en la historia de Egipto: el nombre del faraón reinante. La mayoría de los investigadores creen que el faraón de la opresión y del éxodo tuvo que haber sido cualquiera de estos, Ramsés II (aprox. 1279-1213 a.C.), Thutmose III (aprox. 1479-1425 al.) o Amenhotep II (aprox. 1427-1400 a.C.)


Ramsés II

Ramsés II sigue siendo un candidato popular, principalmente porque las primeras evidencias de los establecimientos israelitas en Tierra Santa provienen de comienzos del siglo décimo segundo al. Asimismo, el nombre de la ciudad de almacenaje de Ramsés (Éx 1:11) encaja bien con el faraón por su nombre.

Sin embargo, poca evidencia sugiere una conquista de Canaán durante este periodo. Y las fechas para Ramsés II son demasiado tardías para una lectura convencional del Antiguo Testamento que ubica el éxodo aproximadamente en el año 1445 a.C.2 Asimismo, el uso bíblico del nombre Ramsés para la ciudad de almacenaje puede ser anacrónico, el texto puede usar un nombre posterior para el sitio, conocido por una audiencia posterior.


Thutmose III

Thutmose III fue un niño faraón que durante sus primeros años estuvo protegido por la influencia de la princesa Hatshepsut, quien actuaba como su regente y que, en efecto, se encargó personalmente del papel del faraón. Algunos han identificado a Hatshepsut como la hija del faraón, la que descubrió a Moisés en el Nilo (2:5-6), pero esto es pura especulación. Después de la muerte de Hatshepsut, Thutmose III demostró ser un guerrero formidable, que condujo 17 campañas militares y consolidó el control egipcio sobre el Levante (Siria-Palestina). Thutmose mantuvo sobre los muros del templo de Karnak, en Tebas, un registro de acontecimientos desde su primera campaña. Algunos historiadores han sugerido que pereció con su compañía de carros mientras perseguía a los israelitas en el Mar Rojo.

Amenhotep II

Amenhotep II heredó de Thutmose III un reino en el apogeo de su poder. Amenhotep sobresalía en las carreras, renio, tiro al arco, la competencia de carruajes y las artes ecuestres, se hace alarde en la Estela Elefantina (un monumento de piedra grabado) que su fuerza era mayor que la de cualquier rey que hubiera vivido. Del mismo modo, era experto en operaciones militares y demostraba una valentía temeraria en batalla. Amenhotep recibió tributo de Mitanni y Babilonia, así como también de los hititas.' Una breve campaña en Galilea durante su noveno año como faraón es su última operación militar documentada.

Las fechas más ampliamente aceptadas para el reinado de Amenhotep (1427-1400 a.C.) son demasiado tardías para un éxodo de aproximadamente 1445 a.C. Algunos historiadores proponen que Thutmose III fue el faraón de la opresión, debido a que se dice que fue el primer faraón en construir una ciudad de almacenaje en el sitio sólo más tarde conocido como Ramsés. Si es así, su hijo Amenhotep II aún podría haber sido el faraón del éxodo.

Otros formulan una hipótesis de que la falta de actividad militar de Amenhotep durante la última parte de su rei-no pudo haber sido producto de una catástrofe militar durante el éxodo. Y algunos historiadores especulan que debido a que el sucesor de Amenhotep II (Thutmose no era su primogénito o presunto heredero, su primer hijo pudo haber muerto durante la plaga final.

La evidencia arqueológica para la conquista de Canaán durante los reinados tan-to de Thutmose III como de Amenhotep II es escasa. De hecho, algunos argumentan que la época del final de la edad del bronce media° (aprox. 1550 a.C.) parece mucho más prometedora como el escenario para la conquista de Canaán, aunque este paradigma ubicaría al éxodo mucho antes de lo que la Biblia parece indicar, y es difícil reconciliarlo con nuestra comprensión actual de la cronología egipcia. Es imposible ser dogmático con respecto a la identidad del faraón del éxodo, pero Thutmose III y Amenhotep Il permanecen como los candidatos más probables.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Éxodo 8. “Los hicsos y el Éxodo”

Los hicsos, gobernantes foráneos en Egipto desde aproximadamente los años 1637 hasta el 1529 a.C., eran de origen semítico y por ello estaban relacionados con los israelitas. Por esta razón, algunos historiadores bíblicos han intentado establecer una conexión entre los hicsos y los israelitas. Tres teorías diferentes buscan ligar la historia de los hicsos directamente con el registro bíblico de Israel en Egipto.

Teoría Uno: Un faraón de los hicsos ascendió a José

Los proponentes de esta teoría aseguran que los hicsos gobernaron Egipto durante el tiempo en que a José lo vendieron como esclavo. Suponen que los hicsos, al estar étnica y lingüísticamente relacionados con José, se habrían inclinado a empatizar con él y a promoverlo al poder. Esta teoría impacta la estructura de fechas propuesta para las vidas de los patriarcas, quienes convencionalmente se ha considerado que vivieron a finales del tercer milenio y a principios del segundo milenio a.C. Se necesitan partidarios para apoyar la «fecha tardía» para el éxodo (edad de bronce III tardía, aprox. 1250 a.C.)2 , a fin de construir con suficiente tiempo la estancia temporal de Israel en Egipto.

Aparte de los problemas básicos con esta fecha en términos del éxodo, esta teoría parece incompatible con la narrativa bíblica. La Biblia documenta solo que el faraón promovió a José debido a la habilidad excepcional del joven; su etnicidad nunca se menciona como un factor, Igualmente, la Biblia representa la clase gobernante como egipcios que instintivamente reaccionaban con desprecio hacia los pastores extranjeros (véase Gn 46:28-34).


Teoría dos: Uno de los hicsos fue el faraón de la opresión

Los partidarios de esta teoría proponen que un faraón de los hicsos esclavizó a los israelitas. Aunque apoyada por algunos estudiosos, quienes lo consideran como un buen ajuste cronológico con el relato bíblico, esta presunción tiene poco sentido. Los hicsos, como extranjeros semíticos, sin duda alguna estuvieron agudamente conscientes de su control escaso sobre una gran población egipcia nativa. ¿Por qué habrían de perseguir a un grupo al que consideraban como aliados naturales? Éxodo 1:8-10 en efecto muestra que el faraón de la opresión compartía el odio de los egipcios hacia los semitas en general.

Teoría tres: La expulsión de los hicsos y el éxodo israelita son un único suceso

Finalmente, los egipcios expulsaron a los hicsos después de una campaña prolongada, a finales del siglo decimosexto a.C. La teoría del éxodo basada en esta realidad asegura que la historia de la expulsión de los hicsos es simplemente la versión egipcia del relato del éxodo de los israelitas (i.e., los dos relatos narran los mismos acontecimientos desde perspectivas totalmente opuestas, cada una presenta la partida de Israel de Egipto como una victoria de su lado.) Esta perspectiva, la cual necesita una fecha muy temprana para el éxodo, funciona bien con la cronología de Jericó, en que se ha considerado ampliamente que esta ciudad sufrió la mayor destrucción al final de la edad del bronce me-dia, no mucho tiempo después de la expulsión de los hicsos.

A pesar de todo, esta posición está abierta a un serio desafío. Las historias de la expulsión de los hicsos y la del éxodo de los israelitas no tienen nada en común, excepto que en ambos casos un gran grupo de extranjeros partió de Egipto. Los egipcios expulsaron a los hicsos durante una prolongada campaña militar, mientras que el éxodo bíblico ocurrió durante un periodo de semanas, y no se vio involucrada la acción militar en absoluto hasta el mismo final, después de que los israelitas habían partido de Egipto.

Cualquier intento de ligar a los hicsos directamente a la historia bíblica finalmente se tambalea. Con toda probabilidad, el gobierno de los hicsos se relaciona con la historia de Israel solo indirectamente, en que esta le dio a los egipcios una buena razón aparente para odiar a todos los semitas y desconfiar de ellos.

TEXTO Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Éxodo 9. “La piedra de Roseta y el descifrador de jeroglíficos”

En 1799, los soldados de Napoleón descubrieron una piedra grabada, cerca de la ciudad de Roseta, en el delta del Nilo. Conocida como la piedra de Roseta, esta estela ayudó a resolver el misterio del sistema de escritura egipcia conocido corno jeroglífico, y por consiguiente, proporcionó una clave para comprender gran parte de la historia y cultura egipcia registrada en monumentos antiguos.

Originalmente inscrita para honrar a Ptolomeo V Epífanes (203-181 a.C.), esta piedra se divide en tres secciones llamadas registros, cada uno de los cuales contiene el mismo texto, pero en un sistema de escritura distinto (jeroglífico, demótico y griego). En el momento de su descubrimiento, solo el fondo, el registro griego, pudo leerse.

Este describe cómo un sacerdote egipcio, en gratitud por el modo en que Tolomeo había dotado su templo, lo declaró dios y gobernante de Egipto por siempre. Pronto, varios intelectuales separaron los nombres reales mencionados en los jeroglíficos de la piedra en base a sus equivalentes en griego. No obstante, el avance más emocionante en descifrar los jeroglíficos de la estela ocurrió cuando un historiador llamado J.F. Champollion descubrió que la escritura incluía símbolos no solo para letras, sino también para sonidos silábicos y hasta para palabras enteras.

Champollion anunció en 1822 que había resuelto sustancialmente el acertijo. Desde entonces, los egiptólogos han enriquecido regularmente nuestro conocimiento de los jeroglíficos, y, como consecuencia, del antiguo Egipto.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Éxodos 10. “El Palacio de Ramsés”

Durante su estadía temporal, los israelitas vivieron en Ramsés, ya sea que a la ciudad se le llamará por este nombre o no en esa época o solo posteriormente (Gn 47:11; Éx 1:11; 12:37). Varias referencias bíblicas sugieren que una residencia perteneciente a la realeza estaba localizada cerca:

Los críticos una vez creyeron que la residencia real estaba localizada en Menfis, la capital administrativa de Egipto aproximadamente 121 kilómetros al suroeste del sitio de Ramsés.

Sin embargo, las excavaciones han revelado que la región donde Ramsés estuvo probablemente localizada, funcionó como un importante centro comercial y militar. Durante los descubierto un enorme complejo real en la ribera sureña del brazo oriental del Nilo. Utilizado durante toda !a decimoctava Dinastía (aprox. 1550-1300 a.C.), el complejo estaba compuesto por una fortaleza y un palacio. La fortaleza estaba construida sobre una plataforma de 61 m x 46 m, aproximadamente a 30.5 m de la ribera. Una rampa en el lado este conducía a una puerta en el muro fortificado, lo que proporcionaba un acceso rápido al río. El palacio, al sur de la fortaleza, ostentaba paredes   gruesas, arsenales (áreas para guardar armas), corredores y hasta baños. Ambas estructuras estaban localizadas en el interior de un complejo amurallado que incluía un templo, talleres y un campo militar. Probablemente, Moisés caminaba por los pasillos de estas edificaciones, y es muy posible que el faraón movilizará sus 600 carros desde este lugar para perseguir a los israelitas (14:7).

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Éxodo 11. “Un desglose de la antigua historia egipcia”

Para comprender la historia del antiguo Egipto es útil dividir su muy prolongada duración en segmentos más cortos y manejables. Siguiendo la guía de un historiador egipcio llamado Manetho del tercer siglo a.C., la historia egipcia se divide típicamente en 30 dinastías.

Egipto pre-dinástico (antes del año 3000 a.C.)

Durante esta era, las sociedades regionales y culturales empezaron a emerger. La agricultura, la confección de alfarería y la construcción de monumentos de piedra se establecieron bien al final de este periodo. Las confederaciones poco aglutinadas eventualmente le abrieron camino a un poder más centralizado.

Egipto arcaico (Dinastías primera y segunda; 3000-2700 a.C.)

Meni (o Menes), un gobernante semi-legendario del sur de Egipto, estableció la primera Dinastía. Menfis se convirtió en la ciudad capital, y los faraones estaban preocupados por mantener unido su extenso reino. Los jeroglíficos, el estilo de escritura característico en arte y escritura, alcanzaron su consolidación.

Periodo del Antiguo Reino (Dinastías tercera a sexta; 2700-2160 a.C.)

Las pirámides y la gran esfinge fueron construidas, el estudio de la medicina floreció y se produjeron trabajos como los Proverbios de Ptahhotep. Los faraones se aventuraron fuera de Egipto en campañas militares al Sinaí y Libia.


Primer periodo intermedio (Dinastías séptima a décima; 2160-2010 a.C.)

La autoridad central colapsó, las dinastías competían y los señores locales se tambalea-ban en varias áreas. Este periodo produjo obras significativas de literatura pesimista.

Periodo del Reino Medio (Dinastías undécima a duodécima; 2106-1786 a.C.; con traslape con el Primer periodo intermedio)

Los faraones restablecieron la autoridad central y la administración de José acumuló gran cantidad de tierras bajo el control directo del faraón (Gn 47:13-26). De hecho, algunos historiadores sugieren que José jugó un importante papel en el derrumbe del poder feudal egipcio.

Segundo periodo intermedio (Dinastías decimotercera a la decimoséptima; 1786— 1550 a.C.)

La autoridad centralizada nuevamente colapsó. Las Dinastías decimoquinta a la decimosexta fueron de los hicsos (jefeados por gobernantes semíticos que tomaron control del bajo Egipto, la región norteña. La relación de los hicsos con el éxodo es ampliamente debatida.

Periodo del Nuevo Reino (Dinastías decimoctava a vigésima; 1550-1069 a.C.)

Establecida por Ahmose, quien expulsó hasta el último de los hicsos, el poderoso Nuevo Reino se convirtió en un imperio que llegaba hasta Canaán, Siria. Cada uno de los grandes faraones de esta época, Thutmose III (aprox. 1479-1425 a.C.) y Ramsés II (aprox. 1279-1212 a.C.) han sido sugerido como el faraón del éxodo. Aunque Thutmose III encaja razonablemente bien con la cronología bíblica (Jue 11:26; 1R 6:1), Ramsés apareció demasiado tarde para este esquema.

Tercer periodo intermedio (Dinastías vigésima primera a la vigésima quinta; 1069-656 a.C.)

Un Egipto considerablemente debilitado entró en esta era. En ocasiones hubo faraones rivales, y en otras instancias gobernaron extranjeros. Sin embargo, llegaron al poder gobernantes vigorosos, incluyendo al faraón libio Sheshonk I (aprox. 945-924), el Sisac en 1 Reyes 14:25

Los restantes períodos históricos egipcios antiguos incluyen el periodo Saita-Persa (Dinastía vigésima lexIa a la trigésima; 654-332 a.C.; a veces se incluye una «Dinastía trigésima primera»), el periodo Ptolemaico (332-30 a.C.) y el periodo Romano (después del año 30 a.C.).

Durante el periodo Romano, el poder egipcio ascendió brevemente, de nuevo, bajo gobernantes saítas (quienes gobernaban desde Sais, en el delta occidental). Con la esperanza de reprimir el creciente poder de los babilonios y los medos, el salta Necao II (aprox. 610-595 a.C.), condujo a su ejército al norte a través de Israel, derrotando y asesinando al rey Josías de Judá en el proceso' (2R 23:29). Nabucodonosor de Babilonia derrotó a Necao II en Carchemish (605 a.C.) y lo rechazó hasta Egipto. Egipto ya no sería más un formidable poder por mucho tiempo, Cambises anexó a Egipto al Imperio Persa en el año 525 a.C. La caída ulterior del Imperio Persa ante Alejandro Magno condujo a que los griegos tomaran Egipto en el año 332 a.C. Después de la muerte de Alejandro en el año 323 a.C., Ptolomeo I (un general griego) tomó Egipto, y su dinastía gobernó hasta la muerte del último gobernante Ptolemaico, la famosa Cleopatra (aprox. 52-30 a.C.). Después de eso, Egipto se convirtió en una provincia romana.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Éxodo 12. “La fecha del éxodo”

De acuerdo a 1 Reyes 6:1, la construcción del templo empezó durante el cuarto año del reinado de Salomón (convencionalmente fechado aprox. 965 a.C.),' la cual es también especificada en 480 años después del éxodo de Israel de Egipto. En base a esta fecha, el éxodo habría sucedido alrededor del año 1445 a.C. (el punto de vista de la «fecha temprana»).

En contraste, algunos historiadores fechan al éxodo en aproximadamente el año 1260 a.C. (el punto de vista de la «fecha tardía»). Creen que el número 480, arriba, simboliza 12 generaciones, cada una promediando 40 años de duración. Al sustituir 25 años por 40 años, lo que es una cantidad más realista para una única generación, se reducen el intervalo de 480 a aproximadamente 300 años. Varias otras fechas para el éxodo se han sugerido, pero la mayoría han obtenido poco apoyo entre los estudiosos. Varias líneas de evidencia bíblica apoyan el punto de vista de la fecha temprana:

Los oponentes de la fecha temprana argumentan que la evidencia arqueológica en sitios claves que datan del siglo decimoquinto a.C. no encajan con lo que la Biblia documenta acerca de la, conquista. La mayoría de los arqueólogos incluso argumentaron que hay poca evidencia que coloque a Israel en la tierra de Canaán antes del siglo décimo segundo a.C. Por otro lado, los proponentes del éxodo del siglo decimoquinto a.C., objetan que es necesaria alguna reinterpretación de datos arqueológicos. A pesar de todo, la evidencia arqueológica que apoya una fecha posterior para el éxodo y la conquista es ampliamente considerada como escasa. Desafortunadamente, ni una sola teoría armoniza completamente la evidencia arqueológica con las afirmaciones bíblicas. Hasta que interpretaciones más definitivas de descubrimientos arqueológicos surjan, lo mejor es sostener, como la mayoría de los historiadores lo hacen, una fecha temprana para el éxodo en base a tifla cronología bíblica descrita anteriormente.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Éxodo 13. “La ruta del éxodo: Teoría de la ruta del norte”

El itinerario de los viajes de Israel desde Egipto al Monte Sinaí (Éx 14-19; Nm 33) es para nosotros un poco más que una lista de nombres de lugares poco conocidos. Sabemos que el grupo se trasladó de Ramsés a Sucot, luego a Etam en el margen del desierto antes de avanzar a Pi Ajirot, cerca de Baal Zefón y Migdol.

Desde allí, la procesión atravesó el Mar Rojo, y más adelante se detuvo en Mara y Elim; a un lado del Mar Rojo nuevamente; al costado del Desierto de Sin; en Dofcá, Alús y Refidín; y en la región del Monte Sinaí. Tan específico como es este itinerario, interpretarlo es mucho más difícil porque nadie conoce la identidad de muchos de estos nombres de lugares antiguos. Además, existe confusión sobre el punto en el cual el contingente cruzó el Mar Rojo, ¡así como la identidad del mismo mar! Se han propuesto numerosas rutas.

Una teoría aboga por una ruta del éxodo más hacia el norte, y sugiere que el «mar» que realmente cruzaron los israelitas fue el lago Sirbonis en la costa Mediterránea y que el Monte Sinaí estaba localizado en el norte de la península de Sinaí, quizás sinónimo de uno de los montes ahora llamados Jebel Helal, Jebel Kharif o Jebel Magharah. Pero Dios les había prohibido explícitamente dicha ruta (Ex 13:17), la cual hubiera conducido a la costa Mediterránea en Filistea. Esta teoría no es muy apoyada en esta época.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Éxodo 13. “La ruta del éxodo: Teoría de la ruta del sur”

Un punto de vista ampliamente aceptado de la ruta del éxodo sostiene que Israel escapó de Egipto cerca de lo que es ahora Wadi Tumilat y se encaminó al sur, a la península de Sinaí. Sin embargo, antes de considerar la viabilidad de esta ruta, 91) es útil considerar dos realidades sobre el delta oriental durante , el periodo del Nuevo Reino.

De las tres rutas mencionadas (véase los artículos en las otras dos teorías), ésta es la mayormente apoyada, pero también tiene una cantidad de dificultades serias.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Éxodo 13. “La ubicación del Mar Rojo”

La identidad del Mar Rojo se discute. El nombre hebreo para este cuerpo de agua es yam suph. La palabra yam significa «mar» y suph significa «caña». La Septuaginta (la primera traducción griega del Antiguo Testamento), no obstante, traduce suph como «rojo». De este modo, no está claro si la referencia es del Mar Rojo o del Mar Caña.

Aún más, no existe evidencia de que las personas hayan llamado alguna vez a algún cuerpo de agua Mar Rojo en la región de Suez. El único uso específico de yam suph en el Antiguo Testamento se encuentra en 1 Reyes 9:26, donde la referencia es para el golfo de Agaba en el lado oriental del Sinaí. Algunos historiadores argumentan que los israelitas consideraban que todos estos cuerpos de agua en conjunto (i.e., el golfo de Agaba; el moderno Mar Rojo; el golfo de Suez; y la cadena de cuerpos de agua que se extienden hacia el norte desde el Suez, incluyendo los lagos amargos y el lago Timsah) eran el yam suph. Si es así, el lago entre el Suez y el Mar Mediterráneo se hubiera considerado parte del yam suph mayor.

Sin embargo, esto podría ser una suposición sin base debido a que no existe evidencia de que los israelitas consideran que estos diversos cuerpos de agua juntos constituían el yam suph.

Actualmente, muchos creen que el candidato más probable para el Mar Rojo parecería ser el lago Timsah, aunque otros lagos y la punta norte del golfo de Suez también son otras posibilidades. Con todo, existen problemas significativos con esta interpretación, y un punto de vista alternativo coloca al yam suph en el mismo lugar que 1 Reyes 9:2610 ubica: en el golfo de Agaba.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Éxodo 13. “La hipótesis de la acción del viento”

El paso del Mar Rojo es un extraordinario milagro del Antiguo Testamento. La narración bíblica descansa en que las aguas estaban bastante bajas debido a que un poderoso viento del este que sopló toda la noche pudo hacerlas retroceder, pero tenían la suficiente profundidad como para que los conductores de los carros que los perseguían se ahogaron cuando las aguas finalmente se cerraron. La Biblia registra específicamente que Dios usó la naturaleza (el viento del este) para llevar a cabo este milagro, y cualquier explicación creíble debe contar en ese fenómeno natural.

Un pantano poco profundo (como algunos han propuesto) no hubiera bastado, porque incluso si una noche de viento pudiera haberlo secado de modo que los carros se hubieran quedado atascados en el lodo, nadie se hubiera ahogado en un agua tan poco profunda.

El físico Colin Humphreys sugiere que existe un fenómeno conocido que satisface el relato bíblico. Esto ocurre cuando un viento fuerte y constante sopla a lo largo de un cuerpo de agua alargado que es suficientemente largo con respecto a su anchura. El nivel del agua desciende significativamente en la dirección desde la cual el viento sopla, mientras que una pared de agua es empujada hacia la dirección opuesta. Si el viento continúa soplando a través de la longitud del mar, el arrastre del agua produce una separación que llega a abrirse y a exponer el suelo del mar. El fenómeno se observa actualmente en varios cuerpos de agua alrededor del mundo cuando las condiciones del viento y la disposición del agua son las correctas.

Entre los candidatos para una posible ubicación del Mar Rojo, únicamente el golfo de Agaba pudo haber permitido que dicho fenómeno eólico ocurriera, debido a que el cuerpo de agua necesitaba ser largo y estrecho con respecto a su longitud para que este fenómeno sucediera. El viento del este que la Biblia describe pudo haber sido tanto un viento del noreste como del sureste (los antiguos hebreos no tenían una palabra específica para ninguno). Debido a que el golfo de Agaba está orientado del noreste al sureste, un viento del noreste habría empujado las aguas a todo lo largo del Agaba.

Asimismo, Humphreys también sugiere que el nombre Mar Rojo podría ser justificado por los corales rojos que crecen en el golfo de Agaba, mientras que el nombre Mar de Cañas podía explicarse por el crecimiento de cañizales alrededor de la costa norte. En contraste, los lagos del norte del golfo de Suez son demasiado pequeños para que un gran viento originara tal fenómeno, y el golfo de Suez está orientado en la dirección incorrecta. Hubiera sido necesario un viento del noroeste para que ocurriera tal acontecimiento en el Suez.

* MODELOS DE RELACIONES ENTRE LA CIENCIA CON LA TEOLOGÍA Y LA BIBLIA

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Éxodo 13. “La ruta del éxodo: Teoría de la ruta Árabe”

La perspectiva de que los israelitas viajaron a través de Arabia está fundamentada en dos suposiciones: que el Monte Sinaí no estaba en la península de Sinaí, sino en Arabia y que el único cuerpo de agua claramente identificado en el Antiguo Testamento como el Mar Rojo o yam suph es el golfo de Agaba.

Esta teoría concuerda con la hipótesis de la «ruta del sur» de que Ramsés era Qantir y que Sucot era Tell el-Maskhuta. No obstante, desde ese punto, las rutas propuestas son completamente diferentes.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Éxodo 14. “Caballos y carros en la guerra antigua”

El uso de caballos y carros revolucionó los combates en el antiguo Cercano Oriente. Los eruditos generalmente concuerdan en que el caballo fue introducido en el área durante el tercer milenio tardío a.C. y se había vuelto importante en Canaán durante el segundo milenio temprano.

Pronto siguió el desarrollo del carro, pero los eruditos discrepan sobre la historia de este invento. Los caballos y los carros se mencionan en la tablillas de Mari (siglo decimoctavo a.C.) y los Kasitas y el pueblo de Mitanni (siglo decimoséptimo a.C.) eran bien conocidos por la crianza de caballos y la tecnología de carros. De hecho, los kasitas desarrollaron un vocabulario especializado y preciso para los componentes de los carros.


Con toda probabilidad, extranjeros introdujeron los caballos y los carros a Egipto (mencionados en el cap. 15) durante el periodo de los hicsos (siglo decimoctavo al decimosexto a.C). Durante el siguiente período del Nuevo Reino (siglo decimosexto al décimo primero a.C.) se usaban con frecuencia carros halados por caballos en batallas y en procesiones religiosas, y en ocasiones incluso servían como tronos portátiles. Relieves y pinturas de Egipto retratan a Seti I y a Ramsés III de pie en carros, mientras apuntaban sus arcos contra sus enemigos . Asimismo, se han encontrado carros entre   reliquias en las tumbas de la decimoctava Dinastía como aquellas preservadas en relación con el rey Tutankamón.

El primer diseño de los carros permitía que dos personas de pie, el conductor y el arquero, ocuparan la pequeña plataforma. El eje estaba hecho de madera, y el correaje de cuero crudo mantenía firme el conjunto. Las ruedas estaban sujetadas al eje con pasadores de madera o bronce.

El mástil del tiro que se extendía hasta la parte de atrás del carro, se sujetaba con amarras de cuero crudo y se ataba al yugo del caballo con correas.

Debido a que los caballos se usaban principalmente en tiempos antiguos para jalar carros, el término jinete mencionado en Éxodo 15:1 probablemente se refería al conductor del carro. La jactancia del cántico de que el Dios de Israel había lanzado los carros y los jinetes al mar describe dramáticamente la manera en la cual el poder de Dios había vencido la máquina de batalla más adelantada tecnológicamente y disponible de esa época.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Éxodo 16. “Teorías alternativas acerca del Éxodo”

El éxodo de los israelitas desde Egipto es un enfoque en el Antiguo Testamento, así como un componente y vital de la historia de la salvación bíblica. La importancia de este acontecimiento histórico se confirma una y otra vez a lo largo del canon bíblico. Numerosos pasajes, ya desde el Pentateuco, se refieren a este suceso fundamental del trato de Dios con su pueblo. Por ejemplo:

En adición, la salida de Israel de Egipto hacia la tierra prometida, junto con los numerosos milagros relacionados con ese suceso, sirvió como base para el llamado de la nación a la santidad (Nm 15:40-41) y para la evaluación de sus acciones (Dt 6:20-25), el tema principal de muchos salmos (Sal 78:80; 81; 105; 106; 136) y una inspiración subyacente a muchas de sus esperanzas proféticas más profundas (Is 11:16; Jer 11:3-5; 23:7-8). de modo más profundo, este acontecimiento proporciona el fundamento mismo para la vida espiritual y nacional de Israel.

A pesar de la importancia de este evento, permanecen una cantidad de problemas. La fecha exacta, así como la ubicación precisa y la ruta del éxodo, se discuten. El silencio de los registros literarios de los egipcios con respecto a este acontecimiento trascendental, así como las circunstancias que lo motivaron, es desconcertante, pero innegable. Debido a que la evidencia arqueológica para el éxodo es fragmentaria y limitada, y contiene grandes agujeros, algunos estudiosos llegan tan lejos como cuestionar la historicidad del éxodo y sugerir teorías alternativas acerca de los orígenes de Israel. No obstante, ninguna de estas hipótesis puede demostrarse arqueológicamente o puede alardear de bases bíblicas aun pequeñas. Las teorías que se han propuesto incluyen lo siguiente:

A pesar de todas la conjeturas, muchos hechos apoyan la realidad del relato del éxodo. El registro bíblico le otorga una importancia sin paralelos al acontecimiento, y numerosos detalles se adaptan bien  la situación cultural y política en Egipto durante el periodo del Nuevo Testamento. Por ejemplo, la Biblia describe fielmente las condiciones laborales conocidas, los hombres apropiadas, las estructuras gubernamentales, la teología de la realeza, la geografía, las prácticas de magia, la artesanía, y las convenciones artísticas de Egipto durante los siglos décimo cuarto al décimo tercero a.C. Aunque estos hechos no pueden por sí mismo verificar la realidad del éxodo, definitivamente apoyan el propio testimonio bíblico antiguo de Dios a través de su siervo Oseas: “Desde que Israel era niño, yo lo amé; de Egipto llamé a mi hijo” (Os 11:1).

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Éxodo 17. “Los amalecitas”

Los amalecitas, con quienes los israelitas se encontraron por primera vez en Canaán (Éx 17:18), son un grupo de personas relativamente poco conocido en el Antiguo Testamento. A diferencia de otros grupos mencionados allí, no se ha encontrado ninguna referencia de esta nación en ningún material extrabíblico. Todo lo que se sabe de este pueblo proviene de la Biblia.

De acuerdo al registro genealógico (Gn 36:12), Amalec fue hijo de Elifaz y el nieto de Esaú. En Números 24:20 Balán el adivino se refirió a los amalecitas usando el enigmático título de “el primero de las naciones”. Su alcance geográfico era enorme, se extendía desde el valle de Jezreel hasta el Arabah. Esto sugiere que eran un pueblo migratorio. Debido a la crueldad de los amalecitas con Israel, Dios le ordenó a su pueblo en Deuteronomio 25:19 que borraran el recuerdo de Amalec de debajo del cielo (esta es la única nación así condenada en la Biblia). A pesar de esta condenación divina, los amalecitas reaparecieron intermitentemente a lo largo de la historia de Israel:

En contraste, David trató a los amalecitas con dureza (1S 27:8-9). Estos invadieron su campamento en Siclag, pero el se hizo presente para derrotarlos en la confrontación (1S 30:1-20).   

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Éxodo 18. “Los hicsos y el Antiguo Testamento”

Los hicsos, cuyo nombre significa «gobernantes de países extranjeros» se filtraron en Egipto durante la edad del bronce media cuando la autoridad egipcia era débil y descentralizada. Entraron en Egipto durante la última parte del periodo del Reino Medio egipcio (aprox. 1800 1650 a.C.) y se establecieron en la región este del delta. No se conoce nada sobre su origen, pero su identidad racial era mixta (mayormente semítica).

Durante el siglo decimoctavo a.C., los hicsos capturaron la capital administrativa egipcia en Menfis y pronto establecieron su propia capital en Avaris (identificado como el moderno Tell ed-Dab' a. Sin embargo, en el Alto Egipto (el sur), el poder de los hicsos permaneció limitado porque el príncipe egipcio mantenía el control de Tebas.

De acuerdo con el sacerdote e historiador Manetho (siglo tercero a.C.), los hicsos establecieron las Dinastías decimoquinta y decimosexta. Los gobernantes hicsos, quienes controlaron la mayor parte del Bajo Egipto (del norte) por aproximadamente cien años, usaban títulos egipcios, y su cultura reflejaba una mezcla de culturas egipcias y semíticas. Los hicsos introdujeron innovaciones militares a Egipto, quizás incluyeron d arco compuesto, así como nuevos tipos de dagas, espadas y las hachas de guerra. Usaban caballos y carros, y también pudieron haber introducido los carros de guerra a Egipto.

El faraon Secienenra de la Dinastía egipcia decimoséptima (cuya capital era Tebas' en el Alto Egipto (sur) intentó eliminar el gobierno de los hicsos, pero fue herido mortalmente en combate (su momia muestra que su rostro recibió el golpe de un hacha de guerra). Su sucesor, Kamose, dirigió una campaña en el delta este y atacó la capital de los hicsos, Avaris; pero, aparentemente fracasó y no pudo tomar la ciudad. Tres años después, Ahmose, el hermano menor de Kamose, ascendió al trono y expulsó exitosamente a los hicsos de Avaris (Un templo en Abydos retrataba en sus paredes pintadas escenas de la victoria de Ahmose sobre los hicsos). Ahmose estableció la poderosa Dinastía decimoctava y unificó el Alto y el Bajo Egipto.

Interesantemente, a los hicsos no se les menciona en la Biblia, tampoco hay ninguna conexión conocida entre este grupo de personas y los patriarcas bíblicos. A pesar de todo, es razonable asumir que los israelitas vivieron en el delta este (i.e., Gosén) durante el periodo de la dominación de los hicsos. El odio que los egipcios sentían por los semitas después de la expulsión de los hicsos ha servido como un contexto apropiado para esclavitud de los israelitas semitas y el trabajo duro resultante al que se les forzó.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Éxodo 19. “La ubicación del monte Sinaí”

Los estudiosos continúan discutiendo la ubicación del Monte Sinaí, y proponen argumentos en apoyo de las siguientes ubicaciones:

Ubicación del Sinaí en el sur

El sitio tradicionalmente reconocido del Monte Sinaí es Jebel Musa («monte de Moisés») en el sur de la península de Sinaí. Esta identificación fue hecha primero en el siglo cuarto d.C. en el diario de viaje de un hombre llamado Egeria.

Cerca se encuentra una amplia llanura llamada er-Raha, el único lugar en el sur del Sinaí que pudo haber hospedado a todos los israelitas emigrantes. Pero esta zona tiene poca agua.

Ubicación del Sinaí en el norte

Aquellos que creen que el Monte Sinaí se encontraba en el norte de la península de Sinaí ofrecen dos argumentos principales:

Pero Deuteronomio 1:2 revela que el viajero promedio podía completar este viaje rápidamente. Esto sugiere una ubicación considerablemente más alejada que los 97 kilómetros. Ubicaciones de campamentos junto a rutas de comercio tradicionales, a menudo se encontraban separadas por más de 48 kilómetros. De hecho, Deuteronomio 1:2 excluye la localización del Monte Sinaí a menos de 320 kilómetros desde Kadesh Barnea.

La ubicación en Arabia

Una tercera posibilidad es que el Monte Sinaí está en la península de Arabia. La mayoría de los traductores han descartado durante mucho tiempo esta teoría, pero Colin Humpreys recientemente la reavivó y la hipótesis ofrece posibilidades fascinantes. Los principales argumentos son:

Un monte volcánico en el oeste de la península de Arabia, Hala al Bedr (monte Bedr), según esta teoría, es un candidato particularmente prometedor para el antiguo Monte Sinaí. Este se encuentra aislado y pudo haber sido descrito en Éxodo 19:12. Volcánicamente activa durante ese periodo, la montaña está situada en un extremo de una gran montaña de forma de mesa, de aproximadamente diez kilómetros de diámetro, llamada Tadra.

Tadra, que es lo suficientemente grande para haber alojado al campamento israelita (v. 2), se encuentra en un valle fértil llamado al-Gaw, con numerosos pozos y con una flora relativamente exuberante. La estadía de once meses de los israelitas (Nm 10:11) hubiera sido imposible a menos de que el área tuviera acceso al agua (véase también Ex 19:14).

Otros argumentos que apoyan esta teoría son:

Como siempre, la precaución es necesaria. La arqueología no es una ciencia exacta, y los arqueólogos no han investigado de lleno la posibilidad de una ubicación en Arabia para el Sinaí.

NOTAS CULTURALES CULTURALES E HISTÓRICAS

Éxodo 20. “Altares antiguos”

En el mundo antiguo, los altares desempeñaban un papel clave en las prácticas religiosas de muchos grupos de personas. Cualquier superficie consagrada para el propósito de hacer ofrendas sagradas se hubiera considerado un altar. Los altares bíblicos son de especial interés en el contexto de estas notas (las características de los altares a otros dioses eran a menudo similares [p.ej. los cuernos eran comunes], pero la discusión de dichos elementos está más allá del alcance de este breve artículo).

El sustantivo hebreo mizbeah, traducido «altar», se deriva de la raíz verbal zbh (que significa «matar»). Frecuentemente, el pueblo de Dios construía altares en el sitio de una teofanía o de una aparición divina (p.ej. Gn 12:7; 35:1,7). Teológicamente, los altares proporcionaban un lugar de reunión entre Dios y la humanidad, una intersección entre el cielo y la tierra. Estos definían los espacios en los cuales Dios hacía que su nombre habitará y en los cuales los seres humanos podrían, consecuentemente, invocar ese nombre (Gn 13:3-4; 26:25; Dt 12:11; 1R 8:22-54).

La santidad especial de los altares israelitas se refleja en la instrucción bíblica de construirlos con piedras sin tallar (Ex 20:25). Esta santidad también se refleja en el hecho de que a los altares al Dios de Israel se ascendía a través de una rampa inclinada en vez de una serie de escalones, con el fin de evitar su profanación con la exposición de la desnudez humana durante el ascenso sacerdotal (v. 26). Note que, aunque Aarón y sus descendientes servían en altares escalonados (véase Lv 9:22; Ez 43:17), estos sacerdotes habían recibido instrucciones de usar ropa interior de lino (véase Ex 28:42-43; Lv 6:10; 16:3-4; Ez 44:17-18)

Construidos principalmente de piedra, tierra, madera o metal, los altares antiguos de todos los tipos se clasifican desde los relativamente simples hasta los de compleja elaboración. Personajes destacados en las narrativas bíblicas, incluyendo Noé (Gn 8:20), Abram (Gn 13:4), Isaac (Gn 26:25), Jacob (Gn 33:18-20) y Moisés (Éx 17:15), al parecer construyeron altares de piedra sencillos. Los altares complejos se construyeron en conjunción con santuarios más elaborados, ya fueran portátiles (p.ej. el tabernáculo) o fijos (p.ej. el templo).

Durante el periodo del Antiguo Testamento, la matanza de animales en el contexto israelita sucedía cerca del altar, no sobre el mismo (nótese la excepción de Gn 22:9). Aún más, ciertos altares israelitas se usaban para ofrecer grano, vino, aceite e incienso, algunas veces agregados al sacrificio de animales.

El tabernáculo (aún no construido en el tiempo representado por Ex 20), contenía un altar de bronce y otro de oro. El altar de bronce estaba construido de madera de acacia y revestido de bronce. Este permanecía en el patio y se usaba específicamente para los holocaustos, y tenía las siguientes dimensiones: 2.3 m de largo por 2.3 m de ancho por 1.4 m de alto (27:1-8). El altar de oro (construido de madera de acacia y recubierto de oro; véase 30:1-3) se usaba para la ofrenda de incienso dentro del santuario y tenía estas dimensiones: aproximadamente 0.5 m de largo por 0.5 m de ancho por 0.9 m de alto.

El altar de bronce debía ser hueco y estar provisto con cuatro anillos y dos pértigas o varas, lo que lo hacía ligero y portátil. Aparentemente, ambos altares debían llenarse temporalmente con tierra y piedras en cada campamento israelita (cf. 20:24-25).

Cuatro cuernos, que sobresalían desde las cuatro esquinas del altar de bronce, debían servir como los sitios en los cuales debía aplicarse la sangre del animal para efectuar la purificación de pecados (cf. 29:12). Similarmente, los sacerdotes debían aplicar sangre en los cuernos del altar de incienso de oro para purificarlo (Lv 4:7). Al parecer, según Amós 3:14 la eliminación de estos cuernos invalidaría el altar. Debido a su santidad intrínseca, los cuernos de los altares se usaban para proporcionar asilo a aquellos que buscaban refugio, excepto en caso de homicidio intencional (cf. Ex 21:14; 1R 1:50-51; 2:28-34).

Un altar de incienso de oro y un altar permanente de bronce de 9.1 m x 9.1 m x 4.6 m, también eran aditamentos prominentes en el templo de Salomón (1 R 6:22).


NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Éxodo 21. “La esclavitud y la ley de trabajo en el antiguo Cercano Oriente”


La práctica de la esclavitud se remonta hasta el cuarto milenio a.C. y se confirma ampliamente a lo largo de casi todos los periodos de tiempo documentados del antiguo Cercano Oriente. Probablemente, la institución se originó cuando los pueblos antiguos tomaban prisioneros de guerra, y luego se extendió en otras formas, como la esclavitud por deudas o por haber cometido un crimen. Los esclavos, al igual que el ganado, se consideraban una forma de propiedad y se daban en prenda, en dote, y se pasaban a herederos.

Las leyes que regulan la esclavitud se han preservado desde muchas culturas antiguas (incluyendo las de Sumer, Nuzi, Babilonia, Asiria e Israel). El código babilónico de Hammurabi (siglo decimoctavo a.C.), revela mucho sobre dichas leyes. De acuerdo a este código, los esclavos recibían algunos derechos, pero claramente mantenían un estatus disminuido comparado con el resto de la sociedad. Este código limitaba la deuda de esclavitud a tres años y permitía que la esclavitud fuera impuesta sobre hacendados negligentes y hasta sobre esposas derrochadoras! Los ciudadanos libres y los esclavos podían casarse entre sí, de acuerdo a la antigua ley babilónica. La evidencia que data del primer milenio a.C. también revela que algunos esclavos en realidad poseían casas y tierra.

Cuando comparamos las leyes de la esclavitud en el extenso Cercano Oriente con las de la Biblia, surgen tanto similitudes como diferencias. El Antiguo Testamento regulaba la esclavitud, pero la institución misma nunca fue cuestionada (lo mismo aplica para el Nuevo Testamento). Aún así, las limitaciones impuestas a la esclavitud estaban enraizadas en la experiencia personal de los israelitas como esclavos en Egipto (Dt 15:15):

Dichas leyes demuestran la alineación de la Biblia con la idea cultural de la esclavitud extendida en el Cercano Oriente; mientras, en la mayoría de los casos, definió de manera única los límites de la práctica con el fin de garantizar un trato más humano de los esclavos en Israel.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Éxodo 23. “El festival zukru”

Éxodo 23:14-19 describe los tres principales festivales anuales de Israel. Los defensores de la hipótesis documentaria han argumentado que los israelitas de la edad del bronce tardía no habrían sido lo suficientemente sofisticados para haber organizado celebraciones tan elaboradas como las descritas en el Pentateuco. Más bien, estos eruditos sugieren que las descripciones de estos festivales provienen de fuente sacerdotal desarrollada durante el período postexílico (algún tiempo después del año 536 a.C.). No obstante, los arqueólogos poseen una compleja obra literaria de la ciudad siria de [mar que contradice esta teoría.

Una gran tablilla de Emar, que se anticipa a las descripciones del Pentateuco de los festivales, describe de muriera compleja los festivales zukru de la ciudad. Esta elaborada celebración conmemorativa, la cual debía celebrarse cada siete años, ¡requería un año completo de preparación! Estas tablillas dan instrucciones detalladas en lo que compete a ofrendas específicas a las 70 deidades de las ciudades: cuáles animales debían ofrecerse a cuales dioses, cuántos animales debían sacrificarse, quién debía donar cada animal, la fecha precisa de cada ofrenda y la forma en que debía presentarse. Se incluían las instrucciones para las procesiones de las estatuas de las deidades, con un enfoque particular en Dagón (el dios principal de Emar).

De este modo, sabemos que los pueblos antiguos se adherían a instrucciones complicadas y escritas para los rituales de culto durante la edad del bronce tardía! Las descripciones bíblicas y las instrucciones con respecto a las fiestas de Israel encajan bien en este escenario.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Éxodo 28. “Urim y Tumim”

Dios usó varios métodos para guiar a los antiguos israelitas, incluyendo el Urim y el Tumim. El sumo sacerdote llevaba estos objetos en su «pectoral para impartir justicia» y los usaba para buscar la voluntad de Dios (Éx 28:29-30). La confianza en estos medios únicos de revelación (Nm 27:21; Dt 33:8) parece haber cesado después del reinado de David, aunque se dio un intento de reavivar la práctica durante el período postexílico, en el siglo quinto a.C. (véase Esd 2:63; Neh 7:65).

El Urim y el Tumim deben haber sido pequeños objetos de metal o piedras o palos inscritos con símbolos, posiblemente las 22 letras del alfabeto hebreo, en base en el hecho de que la primera letra del Urim (alep) y la primera letra de Tumini (tau) son a primera y la última letra de este alfabeto, respectivamente.

Muy probablemente, tal como lo sugieren los pasajes bíblicos, el Urim y el Tumim eran tirados al azar con el fin de obtener respuestas, de! tipo si o no, de Dios. Echar suertes es una expresión declarada en la Biblia (cf. Lv 16:8; Nm 33:54; Pr 16:33; Hch 1:26). Pero dos pasajes sugieren que hacerle a Dios una serie de preguntas y usar un proceso de eliminación para determinar sus respuestas suministraba una revelación más sutil, como el lugar de escondite de una persona o una estrategia de batalla compleja (véase 15 10:20-22; 2S 5:22-24). Algunos historiadores bíblicos creen que el sumo sacerdote revelaría un oráculo y que el Urim y el Tumim se usarían para confirmar su verdad.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Éxodo 29: La consagración de sacerdotes en Emar y en Israel

Las tablillas de arcilla con caracteres cuneiformes que datan del siglo decimocuarto al decimotercero a.C. detallan los rituales para la consagración de las altas sacerdotisas del dios tormenta en Emar, una ciudad de la edad del bronce en Siria. Cuando una alta sacerdotisa anterior moría, se escogía mediante el azar a la hija de una familia local para reemplazarla. A esta joven se le ungía con aceite sagrado, y al día siguiente seguían cánticos festivos y sacrificios de animales en el templo del dios tormenta. Rasuraban su cabeza en la entrada del patio del templo y todos los diversos dioses de la ciudad eran vueltos a consagrar.

Al continuar con su consagración, en el tercer día, la alta sacerdotisa recién iniciada participaba en una procesión ceremonial por los lugares sagrados en todo Emar, recibiendo en el proceso joyería de oro, un tocado sagrado, especias y alimentos en abundancia. Los sacrificios relacionados con el dios tormenta y las fiestas continuaban durante siete días: y culminaban con la presentación de la alta sacerdotisa como la novia del dios tormenta.

De manera similar, a los nuevos sacerdotes se les ungía con aceite y recibían ropas sagradas para que las usaran. Acompañada por múltiples sacrificios, la ceremonia de consagración de cada nuevo sacerdote israelita y del altar también ocurría en un periodo de siete días.

Existían, sin embargo, diferencias significativas entre los rituales de consagración sacerdotal de las dos culturas. Mientras que a la alta sacerdotisa de! dios tormenta recientemente consagrada la rapaban es la entrada del templo, a Ios sacerdotes principiantes de la Biblia los lavaban ceremonialmente en la entrada de la Tienda de reunión: Y, a diferencia de los rituales de Emar, las instrucciones bíblicas prohibían abiertamente cualquier reconocimiento de otras deidades.

Sin embargo, la diferencia más notable entre las dos tradiciones era la naturaleza hereditaria del sacerdocio bíblico. En lugar de seleccionar sacerdotes sucesivos según la suerte, el Dios de Israel designó personalmente que Aarón y sus descendientes varones lo representaran perpetuamente como sus sacerdotes.

Aunque el antiguo Israel compartió en muchas maneras, con naciones circunvecinas, un ambiente cultural común, sus rituales y leyes sacerdotales únicos marcaron a los israelitas como un pueblo único y especial, el pueblo escogido, el pueblo del pacto del Dios Creador!

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Éxodo 31. “Artesanía antigua”

Desde tiempos prehistóricos, los artistas usaban tanto recursos naturales como materiales adquiridos comercialmente para crear objetos hermosos y luego transmitir sus técnicas a otros. Conforme progresaba la antigua tecnología, los materiales usados incluían lo siguiente:

Aun en los primitivos tiempos neolíticos (aprox. 8000 a.C.), los artesanos del barro creaban alfarería trabajada al fuego. El invento de la rueda del alfarero, aproximadamente en el año 4000 a.C., permitió que la alfarería se difundiera de tal modo que los arqueólogos tienen la capacidad de deducir fechas de los estratos arqueológicos basándose únicamente en los diseños y las características de los materiales de depósitos de tiestos.

La preciada «Inscripción de Siloam » celebra el logro sorprendente de los canteros que cavaron un túnel a través de una roca para desviar las aguas del Guijón en Jerusalén (cf. 2Cr 32:30).

Asimismo, los artesanos trabajaron con piedras preciosas y semipreciosas para crear sellos cilíndricos (cilindros de piedra grabados al intaglio: figuras grabadas o talladas en piedra bajo el nivel de la superficie de tal modo que la impresión producía una imagen en relieve, y se usaba en la antigua Mesopotamia para dejar impresiones en barro mojado), amuletos (talismanes u ornamentos a menudo inscritos con conjuros mágicos o símbolos para protegerse contra el mal), pendientes e incrustaciones. Las piedras ornamentales eran típicamente acabadas en forma redondeada, con sus lados lisos, pulidos y grabados (Éx 28:11,21).

Las dos técnicas más comunes en el trabajo del metal eran la fundición y el martilleo. Se prefería la fundición para la elaboración de múltiples objetos similares tales como herramientas. Los metales derretidos se vertían en un molde, el cual tomaba la forma del molde cuando se solidificaba. El martilleo se utilizaba para moldear aretes, aplicaciones, recubrimientos de lámina e ídolos (Is 44:12).

Las plantas eran la fuente de la mayor parte de los colorantes (p.ej. índigo para azul y alheña para rojo), pero el colorante más famoso y caro, la púrpura fenicia, estaba hecha del pigmento del caracol múrex. Las telas como las usadas por el sumo sacerdote estaban ricamente recamadas (Ex 28) y algunas veces terminadas con flecos (Nm 15:38; Mt 23:5). Agujas de metal almacenadas en cajas de marfil encontradas en Jazor y Meguido son testimonio de las artes de costura y bordado.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Éxodo 32. “El becerro de oro”

En el arte y la leyenda los dioses eran representados frecuentemente por animales concebidos para que simbolizaran los atributos de una deidad particular. En la experiencia religiosa global del antiguo Cercano Oriente, por ejemplo, los toros y becerros se asociaban con la fuerza, la virilidad y la realeza. El toro se consideraba como la forma o representación terrenal del dios celestial, y encarnaba la fuerza fí-sica y el poder procreador encontrado en la naturaleza.

Varios cultos religiosos en Egipto (el de Apis era el más prominente), adoraban al toro y al becerro. La deificación de un toro vivo y «sagrado» se inició durante la primera Dinastía egipcia y continuó durante toda la larga historia del antiguo Egipto. Los cultos al toro del delta del Nilo, los cuales existieron en el mis-mo tiempo y lugar de la estadía temporal de los israelitas en Egipto, eran dedicados a Horus, el «dios del cielo».

Los cananeos también veneraban toros. El, el dios principal del panteón cananeo (la lista oficialmente reconocida de dioses), se le aplicaba la denominación del «toro celestial». Baal, el dios tormenta, estaba igualmente asociado con el toro por causa de la fertilidad de ese animal. Las tradiciones artísticas de Canaán retratan dioses que montaban sobre toros, los cuales se llegaron a convertir en pedestales vivientes emblemáticos de la realeza y el poder sobre la naturaleza.

El becerro de oro fue la primera incursión de Israel en el sincretismo, la combinación de la fe en el Dios verdadero con las tradiciones paganas. Al dar este paso, el pueblo elegido de Dios cambió su gloria, la presencia de Dios verdadera y manifiesta, por la imagen de un toro, una representación falsa de la presencia de Dios (Sal 106:19-20) Trágicamente, el pueblo israelita había caído presa de las influencias culturales de Egipto (de donde habían partido) y Canaán (en donde se establecerían). Inconscientemente, el pueblo de Dios estaba asociando a su Dios con los dioses de las naciones..

Es importante reconocer, como se sugirió anteriormente, que los israelitas creían que estaban actuando con piedad. Todo lo que veían en el mundo que les rodeaba les insinuaba que Dios encontraría dicha adoración de ídolos aceptable y agradable. En sus mentes, el pueblo de Dios intentaba honrarlo al representarlo como el principal de los dioses. Pero la realidad era que estaban comprometiendo su condición de pueblo único e incomparable, una tendencia que continuaría persiguiéndolos hasta su regreso eventual de la cautividad en Babilonia. La naturaleza de Dios no pueden representarla objetos inanimados ni nada más en toda la creación (Dt 4:15-19; Is 46:5-9). El clamor de liberación del éxodo: «¿Quién Señor, se te compara entre los dioses?» (Éx 15:11), sería contradicho una y otra vez por la idolatría... la gigantesca piedra de tropiezo de Israel.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Éxodo 33. “Anatolia y los hititas”

Éxodo 33:2 incluye a los hititas en la lista de grupos de pueblos que Israel iba a conquistar (cf. Dt 7:1; Jos 3:10). Esto les da la impresión a los lectores que los hititas comprendían una cultura local en Canaán. En realidad, el término hititas usualmente se refiere a un grupo de pueblos asentados en Anatolia central (Turquía actual), quienes controlaron un gran imperio durante el segundo milenio a.C. A pesar de haber entrado en Anatolia alrededor del año 2300 a.C., los hititas eran indoeuropeos (al igual que los griegos), no semitas (como los israelitas, asirios y la mayoría de los cananeos).

Los hititas vivieron en Canaán en época tan temprana como la de los patriarcas (cf. Gn 23:10) y aún habitaron la región en tiempo tan posterior como el de David, tal como lo indicó la presencia de Urías, el hitita, en el ejército de David (2S 11-12). Posiblemente, los hititas «palestinos» fueron simplemente miembros dispersados, de la clase baja, de los hititas de Anatolia. Por otro lado, podrían haber sido dos pueblos «hititas» separados en el Antiguo Testamento: una población indígena cananea en la región mucho tiempo después conocida como Palestina y los remanentes del imperio hitita en Anatolia (cf.2R 7:6). De hecho, estos dos grupos pueden no haber tenido relación alguna y el uso de un nombre común pudo ser meramente una coincidencia.

La ciudad capital y el centro del poder hitita se encontraban en Turquía central, en Boghaz-koy (llamado Hattusa por los hititas). Allí se ha descubierto un gran archivo que contiene tablillas en acadio, hitita y otros idiomas. Esta biblioteca de documentos contiene una amplio variedad de materiales, incluyendo cartas, instrucciones militares y leyes.' Además, la oración hitita y los textos rituales revelan mucho sobre su religión.

La historia hitita puede dividirse en tres periodos distintos:

los hititas siguieron preocupados por sus enemigos, particularmente aquellos del norte.

El poder hitita menguó y finalmente desapareció aproximadamente en el año 1200 a.C., como resultado de calamidades desconocidas que atacaron repentinamente gran parte del mundo al final de la edad del bronce:

En la cima de su poder, los hititas ejercieron control sobre una inmensa área, extendiéndose desde la costa del mar Egeo hasta Damasco (cf. Jos 1:4). Aunque no ejercían una influencia directa sobre Tierra Santa, Israel habría sentido la presencia de los hititas en Canaán debido a que las realidades geopolíticas situaban a la región como una zona de amortiguamiento entre los egipcios y los hititas.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Éxodo 34. “El ritual hitita de establecer un nuevo templo para la diosa de la noche”

Los antiguos textos cuneiformes antiguos certifican que los hititas adoraban a cientos, y quizás a miles, de deidades.' Uno de estos textos, una tablilla a cuatro columnas descubierta en el sureste de Anatolia y que data de la edad del bronce tardía, contiene instrucciones para el ritual hitita de establecer un nuevo templo para la diosa de la noche.

Interesantemente, aspectos de este ritual son similares a aquellos que Dios estableció con respecto a la construcción del santuario (Ex 25-40). Por ejemplo:

A pesar de estos paralelos, un número de diferencias ilustraban aspectos únicos de las prácticas religiosas israelitas. El texto hitita les ordenaba a los trabajadores moldear una estatua de su diosa. Los sacerdotes recibieron instrucciones de tentar a la diosa para que ingresara al templo, con alimentos y regalos, y se emprendió esfuerzos para santificar al ídolo. En contraste, Yahweh:

A pesar de todo, es importante reconocer que los israelitas seguían costumbres comunes de su época. Esto nos ayuda a mantener la Biblia en perspectiva como un libro antiguo escrito dentro de un contexto histórico (y que expresa la realidad, como se vivía en este contexto). Esto también nos asegura que las reglas sacerdotales en el Antiguo Testamento son verdaderamente antiguas (segundo milenio a.C.), contrario a que son relativamente tardías (alrededor del siglo cuarto a.C., como algunos estudiosos argumentan).

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Éxodo 40. “El tabernáculo y el arca”

El tabernáculo, un santuario portátil que servía como centro para la adoración israelita hasta la construcción del templo de Salomón, era conocido por varios términos en las Escrituras. Cada nombre realzaba un aspecto de su función:

El diseño y la construcción del tabernáculo se asemejan a los antiguos quioscos portátiles y a los campamentos militares de Egipto. En el Monte Sinaí, Dios le había encargado a Moisés un diseño arquitectónico para su santuario portátil (25:9), y un artesano lleno del Espíritu Santo ejecutaría la obra precisamente como se le especificaría (31:1-11; Heb 8:5).

Un recinto rectangular de cortinas de lino blanco formaba un atrio exterior (Ex 27:9ss) en el cual los sacerdotes ofrecían sacrificios en un altar de madera de acacia recubierto de bronce, con cuatro cuernos.' Todos los utensilios para el mismo fueron hechos de bronce, al igual que el lavamanos, una vasija en una base, en el cual los sacerdotes lavaban sus manos y pies (30:17-21).

La tienda empezó como una armazón de madera enrejada, lo que permitía armarla o desarmarla fácilmente (véase 26:15-30), sobre la cual estaban depositadas cubiertas de varias capas de fino tejido azul, púrpura y escarlata bordadas con representaciones de querubines (figuras angelicales). Una capa de pelo de cabra cubierta por una doble capa de pieles de cuero curtidas formaban una cobertura de protección a modo de techo (40:1-14). La estructura completa era de 13.7 m de largo, por 3m de ancho, por 3 m de alto.

Dentro de la tienda había dos áreas separadas por un velo: el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. El interior del Lugar Santo estaba adornado con artículos de mobiliario. Todos fueron confeccionados con anillos a través de los cuales pértigas podían ajustarse para ser transportados, con la finalidad de eliminar la posibilidad de que estos objetos santos fueran profanados por el contacto con los seres humanos.

Se colocaba una mesa cubierta de oro con 12 hogazas de pan para que los sacerdotes comieran una vez a la semana, y así tener comunión con Dios y disfrutar de su hospitalidad a favor de Israel (Lv 24:8-9). Frente a la mesa se encontraba un candelabro de oro, de cuya base se extendían siete brazos que sostenían lámparas en forma de botones de almendra. Botones de almendra, pétalos y cálices (las espirales verdes de las flores) ornamentaban cada brazo. El diseño arbóreo y el adorno floral del candelabro, el cual se mantenía ardiendo perpetuamente (Ex 27:20), recordaban a la zarza ardiente a través de la cual Dios se había manifestado a sí mismo a Moisés (3:2-3). Marcando el límite de la ministración sacerdotal en el velo, se encontraba un altar de incienso, recubierto de oro, en el cual ardía un sacrificio perpetuo de incienso aromático (30:1-.10).

Separado del Lugar Santo y cubierto por un velo con un bordado de un querubín estaba el Lugar Santísimo, el santuario interior que alojaba el arca del pacto (26:31-34). El querubín simbolizaba el jardín del Edén, donde se les había colocado a dichas criaturas angélicas para que guardaran el camino al árbol de la vida (Gis 3:24). El arca, un cofre de madera de acacia cubierta por dentro y por fuera con oro, medía aproximadamente 0.9 m de largo, por 0.6 m de ancho, por 0.6 m de alto. Una moldura de oro adornaba su cubierta. En ambos extremos de su cubierta se levantaban dos querubines hechos de oro batido. Estas figuras estaban una enfrente de la otra y sus alas se extendían para abrigar el arca como si estuviera debajo de un refugio. El arca representaba el estrado de los pies de Dios (1Cr 28:2) y el querubín su trono (1S 4:4; Is 37:16).

Dentro del arca estaban colocadas las tablas de piedra del pacto (Ex 25:21), una vasija con maná (16:33) y la vara de Aarón (Nm 17:10). Las tablas de la ley le recordaban al pueblo que Dios haría cumplir los términos de su pacto con ellos. En el día anual de la expiación, la sangre de animales sacrificados debía rociarse sobre la cubierta del arca, cubriendo las tablas que definían los términos que el pueblo había transgredido (Lv 16:14-16;30).' Después de que el artesano completó la obra en el tabernáculo, la gloria de Dios que había descansado sobre el Monte Sinaí descendió para llenar el santuario y llevar a Israel a la tierra prometida (Éx 40:34-38). El tabernáculo funcionaba como un «Sinaí portátil» desde cuyo interior Dios continuó habitando entre su pueblo (29:45-46).