Aplicación de cada libro de la Biblia

Aplicación de cada libro de la Biblia


1.      ¿Qué aprendió de la vida de los personajes mencionados en Génesis, partiendo de Adán y Eva hasta José? Recuerde que lo que está escrito en el Antiguo Testamento se escribió para enseñarnos, a fin de que mediante la paciencia y la consolación de las Escrituras tengamos esperanza (Romanos 15:5.)  ¿Cuáles son las bendiciones de la obediencia, y cuáles las consecuencias de la desobediencia?

2. ¿Que ha aprendido acerca de Dios, de su carácter y atributos, y de su modo de actuar en la vida de hombres y naciones? Puesto que Dios nunca cambia, ¿puede usted confiar en Él? ¿Puede depender de la Palabra de Dios, y de lo que ella nos revela acerca de Dios, aun cuando no comprenda plenamente sus caminos? 

3. Jesús aceptó el significado literal del libro de Génesis. Al estudiar los evangelios verá que Jesús habló de la creación de Adán y Eva, del diluvio y de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Habló también de Satanás, al que llamó “homicida desde el principio”. Jesús nunca contradijo las enseñanzas del Génesis; antes bien, las afirmó. ¿Aceptara usted el significado literal de la Palabra de Dios y creerá en ella, como creyó Jesús, o atenderá a filosofías humanas? ¿Seguirá a hombres de mente finita, que critican a Dios y su Palabra, o aceptara que la Biblia es la Palabra de Dios y, or consiguiente, razonará y vivirá de acuerdo con ella?


1.      En Daniel 11:32b se nos dice: “Más el pueblo que conoce a su Dios se esforzara y actuara.” ¿Que ha aprendido usted acerca de Dios, de su carácter y de sus caminos? ¿Que ha visto de su poder y de su soberanía? Cuando decimos que Dios es soberano, queremos decir que Él reina sobre todo. ¿Cómo ha visto usted manifestarse en Éxodo la soberanía y el poder de Dios? Medite en lo que ha aprendido, y hágalo motivo de oración, para aplicarlo luego a su vida.

2.      Puesto que la Biblia es una revelación progresiva de la verdad, tenga presente lo que haya observado acerca de la redención y la Pascua. Prefiguran la salvación que ofrecería el Señor Jesucristo; por lo tanto, prefiguran verdades que debe aplicar a su vida (1Co 5:6-8.) ¿Es usted todavía esclavo del pecado? Jesucristo le ofrece redención del pecado mediante su sangre. ¿Ha sido usted redimido?

3.      ¿Que ha aprendido de la vida de Moisés?  ¿Cómo trato a las personas y las situaciones difíciles que enfrentó? ¿Cuál fue la pasión de su vida? ¿Que ha aprendido de la relación de Moisés con Dios, que pueda aplicar hoy a su propia vida?


 

1.      Repase todo lo que ha aprendido de la vida de Moisés, y ore luego por ver cómo puede aplicar esa enseñanza a su propia vida.

2.      Recuerde que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Si carácter no cambió entre el Antiguo Testamento y el Nuevo. Reflexiones en lo que ha aprendido acerca de Dios en el libro de Números. ¿Está viviendo de acuerdo a eso?

3.      ¿Siente usted envidia de que los hijos de Israel hayan sido guiados por una nube? ¿Está consciente de que el Espíritu Santo mora en usted con el propósito de guiarlo? ¿Ha buscado el Espíritu de Dios, y le ha pedido que lo lleve de la mano y lo guié tal y como guío a los israelitas? ¿Qué puede aprender de los israelitas, a fin de no cometer los mismos errores?

 

1.      Ahora que estamos bajo el nuevo pacto de la gracia, ¿cuál es nuestra relación con los mandamientos de Dios? ¿Cree usted que la gracia nos permite continuar en pecado y desobediencia, sin ninguna consecuencia o castigo de parte de Padre?

2.      ¿Qué clase de fidelidad exige Dios de Israel? ¿Cree usted que Él espera menos de la iglesia, que es el cuerpo del Señor Jesucristo?

3.      ¿Qué ha aprendido de la paciencia de Dios y de su bondad hacia el pueblo con el que estableció su pacto?

4.      ¿Cómo pueden los hijos de Dios demostrar su amor por el Señor?  

 

1.      ¿Tiene por costumbre consultar al Señor y su Palabra, y actuar luego conforme e ella?

2.      Josué recibió la exhortación de esforzarse y ser valiente. ¿Cuál cree usted que sea el significado de esa exhortación? Lea Apocalipsis 21:8 y tome nota de lo que allí se dice en cuanto a los cobardes.

3.      ¿Ha decidido usted a quién seguir? ¿Ha considerado lo que pudiera costar? ¿Qué lo llevaría a contemporizar con el mundo? ¿Será posible hacerlo y no sufrir las consecuencias? ¿Valdrá la pena pagar el precio?

 

1.      ¿Qué ha aprendido del libro de los Jueces en cuanto a escuchar atentamente al Señor y obedecer sus mandamientos?  ¿Qué consecuencias ha visto que tiene el hacer lo que a uno mismo le parece correcto?  ¿Qué consecuencias ha visto que tiene el hacer lo que  uno mismo le parece correcto?  ¿Qué relación de semejanza piensa que hay entre los pecados cometidos en Jueces 17 al 21, y los que hoy día se cometen? ¿A qué conclusión lo lleva esto?

2.      ¿Por qué no se rompió el ciclo del pecado en tiempos de los Jueces? ¿Es su propia vida un ciclo de pecado que lo tiene atrapado? ¿Qué puede hacer para interrumpir el ciclo?

3.      ¿Qué ha aprendido de su estudio de la vida de los Jueces? Repase atentamente la hoja de trabajo de la página 293 que ha llenado respecto a ellos, y piense en las lecciones que de allí se derivan para su propia vida.

 

1.      ¿Qué le enseña la historia de Rut en cuanto a la lealtad? ¿Qué significa ser fiel a Dios, a su pueblo y sus preceptos, y creer que Dios cumplirá sus promesas?

2.      Al pensar en Booz como redentor de Rut, recuerde que en el Señor Jesucristo tiene un redentor cercano. Piense en el hecho de que el Señor, mediante su encarnación, actuó en favor de usted, cual pariente cercano, para redimirlo de sus pecados y vencer a la muerte (Hebreos 2:14-15.) No olvide que fue redimido de su vana manera de vivir, no con plata ni oro sino con la sangre preciosa del Cordero de Dios, cordero sin mancha ni defecto (1P 1:18-19)

3.      Los últimos versículos de este libro dejan constancia de que Rut llegó a formar parte de la genealogía de David y, por lo tanto, del linaje humano de nuestro Señor Jesucristo. Dios, en su soberanía, no sólo incluyó en la genealogía de su Hijo a Rahab, que era una prostituta, sino también a Rut, que no era israelita. A diferencia de sus contemporáneos, estas dos mujeres optaron por confiar en Dios. Considere cómo el ejemplo de ellas pudiera aplicarse a la vida de usted.

4.      En el libro de los Jueces, los israelitas abandonaron al Dios verdadero para volverse a los ídolos, mientras que en el libro de Rut sucede todo lo contrario: una extranjera desecha a los ídolos para servir el único Dios verdadero. ¿Con cuál de los dos casos se identifica usted?

 

 

 

1.      ¿Ha experimentado usted la bondad y la paciencia de Dios? El no procura “devolver el golpe”, sino que más bien nos lleva al arrepentimiento y a la obediencia. ¿Qué reacción provoca eso en su corazón? ¿Cómo debe conducirse cuando Él  es el Señor de su vida?

2.      ¿Ha observado cómo “empezar bien es de muchos y acabar me l es de todos” cuando se trata de caminar con el Señor?  ¿A qué le atribuye usted esto? ¿Qué puede hacer para que su propia vida no termine así? Haga un repaso de lo que ha anotado en los márgenes en cuanto a los reyes y su relación con Dios. ¿Qué lecciones puede aplicar usted a su propia vida?

3.      ¿Se dio cuenta de la soberanía de Dios? ¿De cómo Dios convierte los corazones, dirige a los espíritus, entroniza y derroca a reyes y a otros, para que se cumpla sus propósitos y su voluntad? ¿Vive usted a la luz de esta verdad en cuanto a Dios?

4.      ¿Ha tenido usted la idea de que debe ser absolutamente perfecto antes que Dios lo pueda usar? ¿Se ha dado cuenta de que Elías “era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras” (Santiago 5:17), y que no obstante Dios lo usó? ¿Qué ha aprendido de 1 Reyes? ¿No es verdad que, al llegar a su fin la vida de David, Dios dijo de él que era un hombre conforme a su corazón? A pesar de sus debilidades, David era un hombre de Dios porque le era fiel y le obedecía

 

 

1.      2 Timoteo 2:13 dice: “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo.” ¿Qué ha aprendido de la fidelidad de Dios en el libro de 1 Crónicas?  ¿Qué seguridad le da saber eso?

2.      En la última sección marcó la palabra corazón. Repase sus observaciones acerca del corazón en el capítulo 29. Repase también sus observaciones cuando David bendijo al Señor. Reflexiones ahora en cuanto a usted mismo: ¿Cómo es su corazón con relación al Señor? ¿Cómo puede convertir la bendición de David en una oración al Señor?

3.       Al pensar en todo lo que ha aprendido acerca de los sacerdotes y sus obligaciones, y al considerarse a sí mismo y a otros creyentes en Cristo como un reino de sacerdotes para Dios (Apocalipsis 1 y 5), ¿puede ver algo que se aplique a usted y a sus responsabilidades como sacerdote para Dios?

 

 

 

 

 

 

1.      Cuando se sienta desanimado, confundido, temeroso o herido; cuando sienta la necesidad de hablar con Alguien que lo entienda, acuda a los Salmos. Haga a un lado sus luchas y, a la manera del salmista, espere en Dios. Él actuara en su favor.

2.      Piense en el valor práctico de los Salmos, y permita que sea este libro su primer recurso cuando busque consejo, sabiduría y comprensión. Recuerde que es bienaventurado el que no anda en consejos de malvados, sino que se deleita en la ley del Señor, y en ella medita de día y de noche (véase Salmo 1.)

3.      ¿Ha pensado en terminar cada día como termina el libro de Salmos, es decir, con un salmo de alabanza? “Regocíjese los santos por su gloria, y canten aun sobre sus camas. Exalten a Dios con sus gargantas… Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya” (Salmo 149:5-6; 150:6.) Haga la prueba, y verá lo que Dios puede hacer.

 

1.      ¿Lleva usted una vida en el temor del Señor? Temer a Dios significa mostrar un profundo respeto hacia Él y tener confianza reverente en su Palabra y en su carácter, así como llevar una vida íntegra.

2.      ¿Resuelve usted los problemas cotidianos según su propio entendimiento, o le pide a Dios que le dé sabiduría?

3.      A la vez de las nuevas perspectivas  y de la sabiduría  recibidas de estos proverbios, ¿qué decisiones piensa usted que debe tomar?

4.      En vista de que los capítulos de este libro son 31, hay quienes leen un capítulo diario, mes tras mes. No esta mal hacerlo así, siempre y cuando no se pasen por alto otras porciones de la Palabra de Dios, sin dejar de dedicar tiempo suficiente a meditar en estos  proverbios.

a)      Después del capítulo 9, muchos de los proverbios están compuestos de sólo dos a cuatro versos poéticos. Tal vez usted quiera limitarse a reflexionar en uno o dos proverbios al día, evaluando a la luz de ellos su vida y sus relaciones humanas.

B)     También pudiera seleccionar algún tema que haya marcado en todo el libro, y hacer luego una lista de todo lo que aprendió en conjunto, a fin de meditar en torno a ese tema. Por ejemplo, pudiera meditar en lo que aprendió acerca de la lengua, o de la diligencia frente a la pereza.

 

 

 

 

 


 

En 2 Corintios 11:2, Pablo escribe: “Os celo con celo d Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.”

 

 

 

 

 

 

 

 

1.    El día de Jehová también se menciona en el Nuevo Testamento, por ejemplo, en 1 Tesalonicenses 5:1-11. Si el día de Jehová está aún por venir, ¿qué preparativos debiera estar haciendo usted para la llegada?

2.  ¿Qué ha aprendido en cuanto a la nación de Israel y su futuro? ¿Está recurriendo usted a estas verdades al tratar con los judíos – que son el pueblo de Dios – el tema de las buenas nuevas de Jesucristo?

3. Reflexione un poco en cuanto a lo que haya aprendido en Sofonías acerca de Dios, y en cómo ese conocimiento debiera afectar su manera de vivir.

 

 

 

1.      De la palabra de Dios a los sacerdotes, ¿qué puede aplicar a su propia vida? Lea toda la lista que recopiló en torno a “los sacerdotes”, teniendo presente que usted también forma parte de quienes son reyes y sacerdotes para Dios, si de veras pertenece al Señor Jesucristo. ¿Qué clase de sacerdote es usted? ¿Cree, en principios, que Dios espera menos de usted como creyente en Cristo? Por ejemplo, ¿qué  le ofrece usted al Señor de su tiempo y talentos, diezmos y ofrendas? ¿Instruye usted a otros según la palabra del Señor, o según la filosofía en boga de este mundo?  ¿Y qué de su pacto de fidelidad con su cónyuge?

  2. ¿Se ha cansado ya usted de servir a Dios? ¿Teme a Dios? Si es así, ¿en qué  promesa de Dios puede confiar?



 

 

 

 

 

 

1.      ¿Qué propósito tiene la aflicción?  Cuando usted necesita consuela, ¿acude a las personas o a Dios?

2.      ¿Acaso siempre es malo sentirse triste, afligido o quebrantado de corazón? ¿Acaso es siempre malo entristecer a alguien, afligirlo o quebrantarle el corazón?

3.      ¿Cómo trata usted a sus opositores? ¿Cómo atiende a quienes se encuentran en medio de un conflicto y no saben a quién creer?

4.      Pablo era tan humano como nosotros, y tenía sentimientos como los tenemos nosotros. ¿Qué podemos aprender de él en cuanto a cómo vivir y responder, a pesar de lo que sintamos?

5.      ¿Está usted listo para comparecer Ante el tribunal de Cristo?

6.      ¿Qué importancia tiene en su vida el ministerio de la generosidad?

7.   Si usted hiciera un examen de sí mismo, ¿comprobaría que está llevando una vida cristiana genuina?

 

1.      ¿Vive usted bajo la gracia o bajo la ley?  ¿Acaso ha aceptado la salvación de Dios por gracia, pero en la vida diaria sigue sujeto a la ley?

2.      Según Gálatas 5:16-21, si vive bajo la gracia y bajo el control del Espíritu de Dios, ya n o puede llevar una vida controlada por la carne, que produce las obras de la carne. Evalúe su propia vida a la luz de esos versículos.

3.      ¿En que sé gloria usted?

4.      Al observar la vida de Pablo, ¿qué ha aprendido que pueda serle de provecho en su propia vida

 

1.      Deténgase ahora y repase todo lo que ha observado y anotado en cuanto a su posición como hijo de Dios. Vuelva al capítulo y tome nota de todo lo que Dios ha hecho por usted. No pase por alto el pronombre él. Note también los adverbios según y conforme, y el sustantivo voluntad. Piense en lo que Dios ha hecho por usted, y en por qué lo ha hecho. Déle gracias y dígale que desea vivir como Él quiere que viva.   

2. Efesios 2:8-10 con versículos sumamente importantes. Piense en lo que Dios le está diciendo, y pídale que le haga ver si, para llegar al cielo, está confiando en la gracia de Él o en sus propias obras. Pero no se detenga allí. Piense en la relación que hay entre las buenas obras y la vida del creyente. ¿Còmo anda usted con Cristo? Memorice estos versículos

3. ¿Vive en su hogar conforme a lo que dice Efesios 5:18 al 6:4?

4. ¿Se está manteniendo usted firme o está dejando que lo derroten las artimañas del diablo? No olvide dónde está sentado con Cristo (2:6). Piense en la armadura de Dios. ¿La tiene puesta? ¿Está firme en la verdad, la justicia, la paz, la salvación y la fe? ¿Sabe usar la Palabra de Dios para arremeter contra el enemigo? 

 

1.      ¿Qué ha aprendido de Filipenses en cuanto a sufrir  como seguidor de Cristo? ¿De qué modo afectará su manera de afrontar el sufrimiento?

2.      ¿Puede afirmar, como Pablo: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia?” De no ser así, piense en lo que está ocupando el lugar en su vida que le corresponde sola a Cristo.

3.      ¿Qué ha aprendido del ejemplo de Cristo, que pueda aplicar a su propia vida? ¿Tiene el mismo  sentir de Cristo con respecto a Dios y a los demás?  ¿Considera a los demás como superiores a usted mismo (2:3)?

4.      ¿Permite que las circunstancias de la vida le roben la paz? ¿Hay algo que le impida disfrutar de la paz de Cristo?  De  su lectura de Filipenses 4, ¿ha aprendido algo que le ayude a vencer las preocupaciones de la vida?

5. ¿Qué ha aprendido en cuando a lo que usted necesita y en cuanto a la generosidad hacia los necesitados?

 

 

 

 

 

 

1.      La vida que lleva el mundo es una negación. En la vida que usted lleva, ¿renuncia a la impiedad y a los deseos mundanos?  ¿O satisface usted los deseos de la carne?

2.      Definitivamente no es fácil tratar a todos con consideración. ¿Recuerda la última vez que usted falló en este aspecto?  ¿Está dispuesto a ser amable y apacible, incluso en las situaciones más difíciles y con las personas más exasperantes? No olvide que sus hechos hablan más alto que sus palabras.

3.      Su salvación no se originó en lo que usted hizo sino en la gracia y en la misericordia de Dios. ¿De que lo ha salvado a usted su Padre celestial? Reflexione sobre la bondad de Aquel que lo llamo a usted de la muerte a la vida, y del reino de las tinieblas al reino de su luz admirable. ¿Le ha dado gracias últimamente por aun amor y su misericordia? Si no lo ha hecho recientemente, ¿por qué no lo hace ahora? ¿Por que no ora por los seres queridos que aún no han experimentado la gracia salvadora de Dios?   

 

1.      ¿Está usted dispuesto a defender a otra persona, es decir, a hacer las veces de abogado?

2.      ¿Que ha aprendido del modo en que Pablo se dirigió a Filemón para abogar por Onésimo?

3.      ¿Hay alguna persona a quien usted deba perdonar y brindarle una renovación de la amistad que tenía con ella?

4.      ¿Se puede apelar al carácter de usted para que haga lo que es justo, o se le tiene que obligar a hacerlo mediante reglas, leyes o algún tipo de “soborno?” 

  

 

 

1.      ¿Que ha aprendido en cuanto a la manera como debe vivir? ¿Cómo debe responder a los demás, aun cuando ellos no vivan rectamente ni lo traten bien a usted? ¿Que ejemplo nos ha dejado Cristo, según 1 Pedro 2:21-25? ¿Esta dispuesto a seguirlo?

2.      Al pensar en los sufrimientos de los creyentes contemporáneos de Pedro, ¿cree que deba sorprenderle a usted si le sucede lo mismo? ¿Qué efecto tendría en su vida el sufrimiento?

3.      Aun cuando no haya ningún Nerón que lo amenace a usted, ¿anda su adversario el diablo como león rugiente, buscando a quien devorar? Según 1 Pedro, ¿qué debe hacer usted?

4.      Cuándo vuelva nuestro Señor Jesucristo, ¿lo hallara a usted firme en la gracia que le ha concedido? ¿Qué debe usted hacer, o qué debe cambiar, a fin de estar listo para verlo cara a cara?

 

 

 

 

 

 

Capítulos 1- 3

1.      Luego de examinar el mensaje del Señor a cada iglesia, ¿considera usted que esos mensajes tienen vigencia para la iglesia de hoy? Vuelva a leer los mensajes de Jesucristo  a las iglesias en los capítulos 2 y 3 y tome nota de lo que el Espíritu Santo le está diciendo al que  “tiene oído”. ¿A quién se está refiriendo el Espíritu Santo? ¿Qué quiere que oiga o que haga usted?

2.      Reflexione sobre lo que ha aprendido de estos tres capítulos respecto a Jesucristo, y luego dedique tiempo para adorarlo por lo que Él es.

3.      ¿Es usted un vencedor? ¿Cómo puede saberse? ¿Hay algo que usted no está haciendo, pero que debe hacer para no quedar avergonzado cuando se manifieste Jesús?

 Capítulos 4-22

1.      Apocalipsis revela el juicio de Dios contra los malvados por causa de lo que adoran, y también nos da una vislumbre de cómo adoran los justos. ¿Se asemeja en algo la adoración que se observa en Apocalipsis y la que usted rinde al Señor? Le convendría volver a estudiar en Apocalipsis las escenas en las que se adora a Dios, para tomarlas como modelo de adoración.

2.      Ahora que comprende mejor la ira que se cierne sobre los incrédulos, ¿cuánta importancia debe darle a hablarles a los demás acerca del evangelio? ¿Se le da prioridad en su iglesia al evangelio personal? ¿Es el evangelio personal una prioridad en su vida?

3.      ¿Está seguro usted de que es hijo de Dios? De no ser así, ¿está dispuesto a reconocer como Dios al Señor Jesucristo, recibir su perdón y permitir que tome control absoluto de su vida? A estas alturas ya se habrá dado cuenta de que el Señor es digno de gloria, y de confianza.

¿Qué ha aprendido usted acerca de su Dios? En vista de eso, ¿aguarda usted con esperanza la venida del Señor?