Malaquías
Malaquías
מלאכי
"Dios envía su mensajero"
Malaquías en varias versiones:
Tiempo de Lectura= 0:15 / Contiene: 4 capítulos, 55 versículos y 1.782 palabras.
MÉTODO CRÍTICO
1) ¿QUIÉN ESCRIBIÓ EL LIBRO? Malaquías
2) ¿CUÁNDO FUE ESCRITO? 450- 400 a.C. (?)
3) ¿A QUIÉN FUE ESCRITO? A los israelitas en Judá después del cautiverio babilónico.
4) ¿DE DÓNDE FUE ESCRITO? Jerusalén
MÉTODO HISTÓRICO
1) ¿CUÁL ES EL TRASFONDO HISTÓRICO DEL LIBRO? Malaquías fue el último de los profetas del Antiguo Testamento. Él vivió la época posterior a la reedificación del templo y a la restauración de la adoración, pero vio al pueblo volviéndose de nuevo a su vieja vida de pecados. Además de reprenderlos por su condición espiritual, predijo también la venida del Mesías.
La fecha exacta de Malaquías no se sabe. Se acepta generalmente que vivió cerca de 100 años después de Hageo y Zacarías, y que participó en las reformas de Esdras y Nehemías. Un remanente había regresado del cautiverio en el 536 a.C. Bajo la dirección de Hageo y Zacarías habían reedificado el templo, 520-516 a.C. Luego 60 años después, 457 a.C., Esdras había venido de Babilonia a Jerusalén para ayudar en reorganizar y reconstruyó el muro. Así, en los días de Malaquías, los judíos habían estado de regreso de Babilonia cerca de 100 años; curados de su idolatría, mediante el cautiverio, pero dados a descuidar la casa de Dios. Los sacerdotes se habían vuelto indiferentes y degenerados. Los sacrificios eran inferiores, se descuidaban los diezmos. El divorcio era común. El pueblo había vuelto a su práctica antigua de matrimonios mixtos con sus vecinos idólatras.
MÉTODO LITERARIO
1) ¿QUÉ GÉNERO DE LITERATURA ES EL LIBRO? Profecía
MÉTODO PANORÁMICO
1) ¿CUÁL ES LA IDEA PRINCIPAL DEL LIBRO? En su estilo literario, Malaquías hace un uso continuo de preguntas de Dios y su pueblo (ejemplo 3:7, 8)
2) ¿CUÁL FUE LA RAZÓN PRINCIPAL POR LA CUAL SE ESCRIBIÓ ESTE LIBRO? Enfrentar al pueblo con su pecado y restaurar su relación con Dios
PALABRAS CLAVE DE MALAQUÍAS (RV 1960): Jehová de los ejércitos, dijisteis (decís, diréis) profanar, mi nombre (o tu nombre), sacerdote (s), sacrificio (s) (ofrenda), maldición (maldecir) pacto.
ÉNFASIS: Jehová es un Dios que guarda el pacto y requiere lo mismo de su pueblo; el pueblo de Dios muestra desdén a Dios por su apatía y por la declinación moral y religiosa; Dios juzgará a su pueblo en justicia por su obediencia renuente.
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: En su estilo literario, Malaquías hace un uso continuo de preguntas de Dios y su pueblo (3:7, 8).
CÓMO LEER MALAQUÍAS
La crisis pasó y los israelitas cayeron en rituales que mataron la pasión. El asombro de haber regresado del exilio a su tierra se desvaneció y se sumieron en rutinas de actividad religiosa. Las preguntas de Dios expusieron lo vacías que eran sus costumbres cotidianas.
Al escuchar su diálogo, tal vez te quieras preguntar lo siguiente: «¿Creo realmente que Él me ama? ¿Tiene Él mi amor y obediencia de todo corazón? ¿O estoy solamente viviendo una fe rutinaria?». Quizá estas preguntas pueden sacarte a ti también de cualquier rutina monótona y encender en ti una nueva pasión por Dios.
El nombre Malaquías significa «mensajero» en hebreo. Es el mensaje de Dios para aquellos que desean ser mensajeros de Él. El formato pregunta/respuesta utilizado entre Dios y su pueblo resalta algunos aspectos importantes en la vida de los mensajeros de Dios: su relación con Él, su vida familiar, su uso del dinero, su actitud hacia el ministerio, la forma en que tratan a otros y su motivación en el servicio a Dios. Las preguntas nos llevan a revisar nuestro propio compromiso hacia una fe sin barreras, obediencia y adoración.
Nota que en este intercambio verbal, Dios definitivamente no está haciendo las cosas por obligación. Observa la pasión con la cual Él se comunica, nos ama y cuida de manera apasionada. Ese amor —no deber religioso— necesita ser el fundamento de nuestra intimidad con Él. Dios desea que seamos recíprocos en ese amor, mostrando fidelidad en las relaciones humanas, siendo personas de integridad y pureza, y asegurando que el motivo de nuestro servicio religioso es el deseo de honrarlo y no un esfuerzo para alcanzar algún bienestar personal.
Malaquías no solo evalúa acciones externas, sino que nos lleva a explorar el funcionamiento interno de nuestro corazón. Por esta razón Malaquías puede ser muy inquietante, dejándote sin pretextos ni lugar donde esconderte. O puede ser altamente transformacional, a medida que permites que Dios use sus palabras para exponer las raíces de actitudes de impiedad y cambie los propósitos de tu corazón.
TÍTULO: El título se deriva del autor de la profecía, Malaquías. Con esta última obra de los profetas menores, Dios cierra el canon del AT histórica y proféticamente.
TEMAS:
Infidelidad de Israel. Malaquías reprendió al pueblo de Israel por hundirse en la infidelidad. Los sacerdotes habían mostrado menosprecio por el nombre de Dios al ofrecer animales enfermos o imperfectos (1:6-14) y por violar el pacto (2:1-9). Los hombres de Israel se habían casado con mujeres idólatras y habían quebrantado los pactos matrimoniales al divorciarse de sus esposas israelitas (2:10-16) y el pueblo no estaba honrando a Dios con el diezmo (3:8-12). Malaquías demostró que Dios demanda lo mejor de su pueblo (1:7-8), tanto en su servicio como en su estilo de vida.
El juicio. Dios juzgará a quienes practiquen el mal (2:17-3:5; 4:1) pero salva y recompensa a quienes lo honran (3:16-18; 4:2-3). El servicio fiel a Dios serà recordado (3:13’18).
Estructura de Malaquías
Titulo: “Mensaje final a Israel desobediente”
Versículo Clave: 3:1 “He aquí yo envío mi mensajero el cual preparará el camino delante de mí y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis y el ángel del pacto a quien deseáis vosotros. He aquí viene ha dicho Jehová de los ejércitos.”
Época de Malaquías
Autor y fecha
Algunos han sugerido que le libro fue escrito de manera anónima, notando que el nombre, que quiere decir "mi mensajero" o "el mensajero de Jehová", podría ser un título en lugar de un nombre propio. Se señala que el nombre no ocurre en ningún otro lugar en el AT, ni se provee material de contexto alguno del autor. No obstante, debido a que todos los demás libros proféticos históricamente han identificado a su autor en el encabezamiento de introducción, esto sugiere que Malaquías fue de hechos el nombre del último profeta del AT que escribió en Israel. La tradición judía lo identifica como un miembro de la Gran Sinagoga que colectó y preservó las Escrituras.
Mirando únicamente la evidencia interna, la fecha de la profecía apunta a la última parte del siglo quinto a.C., con mucha probabilidad durante el regreso de Nehemías a Persia 433-424 a.C. (Neh 5:14; 13:6). Los sacrificios estaban siendo ofrecidos en el segundo templo (1:7-10; 3:8), el cual fue terminado en el 516 A.C. (Esd 6:13-15). Muchos años habían pasado desde entonces conforme los sacerdotes se habían vuelto más y más corruptos y estaban satisfechos con su estado espiritual (1:6-2:9). La referencia de Malaquías a "príncipe" (1:8) habla del tiempo del dominio persa en Judá cuando Nehemías estaba visitando Persia de nuevo (Neh 13:6), mientras que su énfasis fue en la ley (4:4) coincide con un enfoque similar por parte de Esdras y Nehemías (Esd 7:14, 25, 26; Neh 8:18). También compartieron otras preocupaciones, tales como matrimonios con mujeres extranjeras (2:11-15; Esd 9-10; Neh 13:23-27), retener los diezmos (3:8-10; Neh 13:10-14) e injusticia social (3:5; Neh 5:1-13). Nehemías llegó a Jerusalén en el 445 a.C. para reconstruir el muro y regresó a Persia en el 433 a.C. Más tarde regresó a Israel (424 a.C.) para lidiar con los pecados que Malaquías describió (Neh 13:6). Entonces es probable que Malaquías fue escrito durante el período de la ausencia de Nehemías, casi un siglo después de que Hageo y Zacarías comenzaron a profetizar. Semejante a Apocalipsis 2, 3 donde Cristo escribe lo que piensa de las condiciones de las iglesias, aquí Dios escribe a través de Malaquías para imprimir en Israel sus pensamientos de la nación.
Contexto Histórico de Malaquías
Solo cincuenta mil exiliados habían regresado a Judá de Babilonia (538-536). El templo había sido reconstruido bajo el liderazgo de Zorobabel (516 a.C.) y el sistema de sacrificios renovado. Esdras había regresado en el 458 a.C., seguido por Nehemías en el 445 a.C. Después de esta de regreso en la tierra de Palestina por solo un siglo, el ritual de la rutina religiosas se los judíos llevó a dureza de corazón hacia el gran amor de Dios por ellos y a una separación de su ley por parte tanto del pueblo como de los sacerdotes. Malaquías reprendió y condenó estos abusos, condenando fuertemente al pueblo y llamándolos al arrepentimiento. Cuando Nehemías regresó de Persia la segunda vez (ca. 424 a.C.), vigorosamente los reprendió por estos abusos en el templo y el sacerdocio, por la violación del reposo en el día de reposo, y por divorcio ilegal de sus mujeres judías para que se pudieran casar con mujeres gentiles (Neh 13).
Conforme más de dos milenios de historia del AT desde Abraham concluyeron, ninguna de las promesas gloriosas de los pactos abrahámico, davídico y del nuevo pacto habían sido cumplidas en su sentido definitivo. Aunque habían habido algunos pocos puntos cumbre en la historia de Israel, p.ej, Josué, David y Josías, los judíos al parecer habían perdido toda oportunidad por recibir el favor de Dios desde menos de cien años después de haber regresado de la cautividad, ya se habían hundido en una profundidad de pecado que excedía las iniquidades anteriores que trajeron las deportaciones Asiria y Babilonia. Más allá de esto, el Mesías que se había estado esperando por mucho tiempo no había llegado y no parecía estar a la vista.
Entonces, Malaquías escribió la profecía de cierre del AT en la cual él entregó el mensaje de Dios de juicio sobre Israel por su pecado continuo y la promesa de Dios de que un día en el futuro, cuando los judíos se arrepintieran, el Mesías sería revelado y las promesas de pacto de Dios serían cumplidas. Hubo más de cuatrocientos años de silencio divino, con solo las palabras de Malaquías resonando condenación a sus oídos, antes que otro profeta llegará con un mensaje de Dios. Este fue Juan el Bautista predicando: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mt 3:2). El Mesías había venido.
Detalles de Malaquías
La fecha exacta de Malaquías no se sabe. Se acepta generalmente que vivió cerca de 100 años después de Hageo y Zacarías, y que participo en las reformas de Esdras y Nehemías. Su fecha se estima alrededor del 450-200. A.C.
Un remanente había regresado del cautiverio en 536 A.C. Bajo la dirección de Hageo y Zacarías habían reedificado el templo, 520-516 A.C. Luego, 60 años después, 457 A.C., Esdras había venido de Babilonia a Jerusalén para ayudar en reorganizar y restablecer la nación, 13 años después, 444 A. C., vino Nehemías y reconstruyó el muro.
Así, en los días de Malaquías, los judíos habían estado de regreso de Babilonia cerca de 100 años; curados, mediante el cautiverio, de su idolatría, pero dados a descuidar la casa de Dios. Los sacerdotes se habían vuelto indiferentes y degenerados. Los sacrificios eran inferiores. Se descuidaban los diezmos. El divorcio era común. El pueblo había vuelto a su práctica antigua de matrimonios mixtos con sus vecinos idolatras (Esdras 9).
En tales condiciones los judíos, favorecidos de Dios por encima de toda otra nación, desanimados por su debilidad y entregados a sus pecados, se habían resignados de manera letárgica a esperar la venida del Mesías prometido. Malaquías les aseguró que el Mesías vendría, al tiempo determinado, pero que esto traería juicio para tales como ellos.
(Compendio Manual de la Biblia. por Henry H Halley p.344)
Retos de Interpretación
El significado de Elías siendo enviado "antes que venga el día de Jehová, grande y terrible" (4:5) ha sido debatido. ¿Fue esto cumplido en Juan el Bautista? o es aún un evento futuro? ¿Reencarnará Elías? Parece mejor ver la profecía de Malaquías como una referencia a Juan el Bautista y no a un Elías que literalmente regresa. No solo anunció el ángel que Juan el Bautista iría "delante de él con el espíritu y el poder Elías" (Lc. 1:17), sino que Juan el Bautista mismo dijo que él no era Elías (Jn. 1:21). De esta manera Juan fue como Elías, internamente en "espíritu y poder", y externamente en áspera independencia e inconformidad. Si los judíos hubieran recibido al Mesías, entonces él sería el Elías de quien se habló (Mt. 11:4; 17:9-13); si rechazaban al rey, entonces otro profeta como Elías sería enviado en el futuro, quizá como uno de los dos testigos (Ap. 11:1-19)
Temas históricos y teológicos
Repetidamente el Señor se refirió a su pacto con Israel (2:4, 5,8, 10, 14; 3:1), recordándoles, desde sus palabras de apertura, de su infidelidad a su relación de amor – matrimonio con ellos (1:2-5). El amor de Dios por su pueblo inunda el libro. Al parecer las promesas hechas por los profetas anteriores del Mesías venidero que traería la liberación final y las bendiciones que durarían toda una época y el aliento de las promesas recientes (500 a.C) de Hageo y Zacarías, solo habían hecho al pueblo y a sus líderes que estuvieran más determinados a su satisfacción espiritual. Pensaban que esta relación de amor podía ser mantenida únicamente por medio del ritual extremo, sin importar cómo vivieran. En una reprensión penetrante tanto de sacerdotes (1:6-2:9) como el pueblo (2:10-16), el profeta les recuerda que la venida del Señor que estaban buscando (3:1) sería en juicio para refinar, purificar y limpiar (3:2, 3). El Señor no solo quería conformidad externa a la ley, sino también una aceptación interna (Mt. 23:23). El profeta ataca la corrupción, impiedad y la seguridad falsa al dirigir sus juicios hacia su hipocresía, infidelidad, compromiso, divorcio, adoración falsa y arrogancia.
Malaquías estableció su profecía en forma de una disputa, empleando el método de pregunta y respuestas (Diatriba). Las acusaciones del Señor en contra de su pueblo fueron frecuentemente encontradas por preguntas cínicas por parte del pueblo (1:2, 6, 7; 2:17; 3:7, 8, 13). En otros momentos, el profeta se presentó a sí mismo como el abogado de Dios en una demanda, presentando preguntas retóricas al pueblo basadas en su crítica desafiantes (1:6, 8, 9; 2:10, 15; 3:2).
Malaquías condenó a los sacerdotes y al pueblo por lo menos en seis áreas de pecado deliberado:
1. Repudiar el amor de Dios 1:2-5
2. Negarse a darle a Dios el honor que se merece 1:6-2:9
3. Rechazar la fidelidad de Dios 2:10-16
4. Redefinir la justicia de Dios 2:17-3:6
5. Robar las riquezas de Dios 3:7-12
6. Maldecir la gracia de Dios 3:13-15
Hay tres interludios en lo que Malaquías pronunció el juicio de Dios:
1. A los sacerdotes 2:1-9
2. A la nación 3:1-6
3. Al remanente 3:16-4:6.
Vista Panorámica de Malaquías
La verdad y el amor de Dios son cuestionados. Los líderes espirituales fallan. La sociedad se vuelve secular y el pecado abunda. Estas condiciones caracterizaron los tiempos del profeta Malaquías, quien inmutablemente afrontó tal situación de su día.
Se sabe muy poco respecto a Malaquías. Su nombre significa “mi mensajero,” que tal vez no sea un nombre, sino simplemente una descripción. La palabra hebrea malaki aparece en Malaquías 3:1, y se ha traducido mi mensajero.
Malaquías predicó en una época cuando no había autoridad en la nación. El dijo sus profecías entre el tiempo en que Nehemías fue gobernador de Judá, en los años 432–420 a.C., y cuando fue llamado a que volviera a Babilonia. El libro de Malaquías es diferente de los otros libros proféticos porque no da sermones como tales, sino que presenta líneas de argumento. El libro indica que hubo mucha respuesta de la audiencia a los mensajes de Malaquías en forma de preguntas, excusas y objeciones.
Malaquías comienza su mensaje con la alarmante declaración del Señor: yo amé a Jacob, y aborrecí a Esaú (1:2b–3a). El verbo hebreo traducido “amar” significa una relación positiva con todas las decisiones, acciones, actitudes, pensamientos, respuestas, y con los sentimientos que caracterizan tal relación. La palabra hebrea “aborrecer” indica carencia de relación. Cuando Malaquías acusa a los sacerdotes de despreciar al Señor, se refiere a que ellos lo niegan firmemente. Malaquías describe los pecados de Judá: traición contra sus hermanos, disolución de la vida matrimonial y la religión insincera. Después de una predicción acerca de Juan el Bautista, la lista de pecados concluye con la acusación de Malaquías de que el pueblo robaba a Dios. Después que el profeta declaró juicio sobre el pecado, pasa a hablar del juicio final en el Día del Señor, y concluye su libro con la predicción de que Elías vendrá antes de tal día. En un tiempo cuando la vida familiar se ha erosionado drásticamente y las responsabilidades son tomadas a la ligera, el mensaje del profeta Malaquías debe ser proclamado con fuerza y autoridad.
Los dieciséis profetas escritores llamaron a sus generaciones a arrepentirse, a cambiar sus caminos, a volver al Señor en humildad y fe (Is 1:16–20; Jer 3:12–14; Ez 18:30–32; Dn 4:27; Os 14:1–2; Jl 2:12–13; Am 5:4; Abd 1:17; Jon 3:4–5; Mi 7:7; Nah 1:7; Hab 2:4; Sof 2:3; Hag 1:5, 7; Zac 1:3; Mal 3:16–18). Malaquías fue la última voz de Dios hasta que Juan el Bautista rompió el silencio 400 años después con el llamado, Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mt 3:2). Por medio de Malaquías el Señor vuelve a mencionar su pacto con su pueblo (2:4, 5, 8, 10; 3:1). Mientras Dios había permanecido fiel a sus promesas, Israel se hundía más y más en la complacencia y el pecado, dudando del amor de Dios (1:2), deshonrando su nombre (1:6), siendo infieles a El (2:13), degradando sus normas santas (2:17), defraudando sus recursos (3:8) y despreciando su gracia (3:13).
Sólo un Dios que ama incondicionalmente puede restaurar a tal clase de gente (3:6) a una posición de favor con El. Esta promesa con la que el Antiguo Testamento concluye, aún proporciona esperanza a todo el que se arrepiente de sus pecados y acude al Señor por medio de la fe (Hch 3:19; Ap 2:5, 16).
Referencias Proféticas
Malaquías 3:1-6 es una profecía concerniente a Juan el Bautista. Él era el mensajero del Señor, enviado para preparar el camino (Mateo 11:10) para el Mesías, Jesucristo. Juan predicó el arrepentimiento y bautizó en el nombre del Señor, preparando así el camino para la primera venida de Jesucristo. Pero el Mensajero que “vendrá súbitamente a su templo” es Cristo Mismo en Su segunda venida, cuando venga en gran gloria y poder (Mateo 24). En aquel tiempo Él “limpiará a los hijos de Levi” (v.3), significando que aquellos que ejemplificaban la Ley Mosaica, necesitaban ellos mismos ser purificados del pecado a través de la sangre del Salvador. Solo entonces estarían en condición de ofrecer “una ofrenda de justicia” porque sería la justicia de Cristo imputada a ellos a través de la fe (2 Corintios 5:21).
Importancia en la Biblia
La profecía de Malaquías se caracteriza por la manera vívida en que expresa el amor y el poder de Dios. Israel necesitaba que se le recordaran estas verdades en momentos como aquellos en que la duda generalizada había causado desánimo en cuanto a la expectativa de la llegada del Mesías.
Carácter de Dios en Malaquías
1. Dios es amoroso: 1;2, 3
Cristo en Malaquías
Las últimas palabras proféticas del AT siguen revelando la esperanza en la venida de Cristo, el Mesías. Malaquìas habla de dos mensajeros: el mensajero que precederá a Cristo, a quien el NT identifica como Juan el Bautista (Mt 3:3; 11:10, 14; 17:12; Mr 1:2; Lc 1:17; 7:26, 27; Jn 1:23) y Cristo, "ángel del pacto" (3:1). El libro de Malaquías cierra al Antiguo Testamento y marca el inicio de cuatrocientos años de silencio profético. Pero Malaquías deja a los lectores con una proclamación impactante "He aquí viene" (3:1)
Los 10 motivos de oración en Malaquías
Arrepentimiento personal y colectivo: Que podamos reconocer y arrepentirnos de cualquier desobediencia a Dios (Malaquías 1:6-14).
Renovación espiritual: Que Dios renueve nuestro corazón y nos ayude a ofrecer sacrificios de alabanza y servicio sinceros (Malaquías 3:3).
Entendimiento de la fidelidad de Dios: Oremos para comprender la fidelidad de Dios a pesar de nuestra infidelidad, como se destaca en el libro (Malaquías 3:6).
Generosidad y mayordomía: Pidamos la gracia de ser generosos y buenos mayordomos con nuestros recursos, reconociendo que todo proviene de Dios (Malaquías 3:8-10).
Protección contra la injusticia: Oremos para que Dios proteja a los oprimidos y quebrante cualquier forma de injusticia en nuestras vidas y comunidades (Malaquías 3:5).
Integridad en el liderazgo espiritual: Que los líderes espirituales sean íntegros y modelen la justicia y el temor de Dios (Malaquías 2:5-7).
Temor reverente a Dios: Busquemos el temor reverente a Dios en nuestras vidas, reconociendo su grandeza y santidad (Malaquías 1:14; 3:5).
Reconciliación en relaciones rotas: Oremos por la reconciliación en relaciones fracturadas, siguiendo el ejemplo de cómo Dios busca restaurarnos a través de su gracia (Malaquías 4:6).
Protección contra la arrogancia: Pidamos protección contra la arrogancia y la autosuficiencia, reconociendo nuestra dependencia total de Dios (Malaquías 4:1).
Preparación para la venida del Señor: Oremos por preparación y anticipación en nuestros corazones para la venida del Señor, como se menciona al final de Malaquías (Malaquías 4:5-6).
Documentos
Malaquías recuerda al pueblo de Dios que deben tomar en serio su relación con el pacto y que despuntará un nuevo día para ellos son la venida de Elías (Juan el Bautista) que precederá al Señor (Jesucristo).