Lectura 

Deuteronomio

Lectura de Deuteronomio

Tiempo de Lectura= 2:35 / Contiene: 34 capítulos, 959 versículos y 28.461 palabras.

Datos de Orientación de Deuteronomio

Panorama del Libro de Deuteronomio

    Al igual que con el libro de Génesis, en el libro de Deuteronomio son evidentes dos clases de estructuras simultáneas. En primer lugar, hay una estructura (quiástica) que mira hacia atrás al principio y hacia adelante al final. Así:

    A- La estructura externa: una mirada hacia atrás (caps. 1-3).

        B- La estructura interna: la gran exhortación (caps. 4-11).

            C- El núcleo central: las estipulaciones del pacto (caps. 12-26).

        B* La estructura interior: la ceremonia del pacto (caps. 27-30).

    A* La estructura exterior: una mirada hacia adelante (caps. 31-34).

    Note cuán fácilmente se podría leer cada una de las dos partes de ambas secciones como un narración continua: capítulos 1-3-y 31-34; capítulos 4-11 y 27-30. La primera parte de la estructura exterior (A) repite la narración esencial del libro de Números, hasta donde a Moisés se le prohíbe entrar a la tierra. La segunda parte (A*) la recoge justo en este punto y concluye en la designación de Josué, el canto de Moisés, su bendición y su muerte. La estructura interna (B), que llama a Israel a la dedicación absoluta a Dios, concluye con el anuncio de que Dios está poniendo delante de ellos "la bendición y la maldición" (11:26). La segunda parte (B*) continúa en ese punto al ofrecer al contenido de las maldiciones y bendiciones. 

    En entendimiento de la manera en que Deuteronomio se halla formado también destaca su segundo rasgo estructural, el que el libro de Deuteronomio presenta su reinstalación del pacto de Dios (para la nueva generación) en el estilo de un traslado-convenio soberano del Cercano Oriente (ver "Recomendaciones específicas para la lectura del libro de Éxodo"), con preámbulo, prólogo, estipulaciones, cláusulas del documento, sanciones y testigos. Estos tres últimos completan y también reiteran los tres elementos finales del pacto de Éxodo 20 - Levíticos 27).

    Por tanto, como una reinstalación del pacto, Deuteronomio empieza con un  preámbulo y con un prólogo histórico (caps. 1-4), que miran tanto al pasado como al futuro. Dios ha sido fiel en el pasado, recompensando a Israel por su fidelidad y de la misma manera castigandolo por su infidelidad. Ahora ellos deben comprometerse nuevamente a ser un pueblo. Las estipulaciones (caps. 5-26) empiezan con la nueva declaración de los Diez Mandamientos, mientras que las leyes en los capítulos 12-26 tienden a seguir su orden vertical / horizontal, teniendo primero que ver con una relación individual con Dios y luego del uno con el otro.Las cláusulas del documento, recordatorio de los términos del pacto, se encuentran principalmente en los capítulos 27 y 31, unidos inmediatamente por una lista larga de bendiciones y maldiciones (en prosa en los caps. 28, 29 y en poesía en los caps. 32, 33) que sirven como sanciones del pacto. Finalmente, hay tres clases de testigos del pacto: los cielos y la tierra (4:26; 30:19, 20), el canto de Moisés (31:19; 31:30-32:43) y las palabras de la ley misma (31:26).

       

    En esta lectura, la muerte de Moisés y la sucesión de Josué al liderazgo (cap. 34) forman una clase de epílogo, no de parte del pacto propiamente dicho, sino una narración que conecta el libro de Deuteronomio con el libro de Josué que le sigue.  

Recomendaciones Específicas para la Lectura del Libro de Deuteronomio 

    El libro de Deuteronomio ha tenido tal vez más influencia en el resto de la historia bíblica (tanto del AT como del NT) que ningún otro libro de la Biblia. La continuación de la historia de Israel (Josué-Reyes) fue escrita mayormente desde su perspectiva, de modo que esta parte de la historia ha llegado a ser llamada la historia deuteronómica. El libro de Deuteronomio igualmente ha tenido influencia considerable en los profetas de Israel y de Judá, especialmente Isaías y Jeremías y mediante ellos ha influenciado en las figuras principales del NT (especialmente en Jesús y Pablo). 

    Al leer descubrirá lo que conduce a Deuteronomio del principio al fin: un monoteísmo intransigente aparejado con una igualmente profunda preocupación por una lealtad inquebrantable de Israel hacia Jehová (el "Señor") su Dios. Esto se ve en numerosas maneras, pero su primer momento es en el llamado "Shema" (6:4, 5), que llegó a ser la marca distintiva del judaísmo y que fue identificado por Jesús como "el primer mandamiento"; "Escucha, Israel: Jehová nuestro Dios; Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas". La razón por la que se debe amar a Jehová de está manera es porque él los amó primero, cuando ellos eran esclavos y eran tenidos en muy poco: "No porque vosotros seáis más numerosos que todos los pueblos, Jehová os ha querido y os ha escogido...Es porque Jehová os ama y guarda el juramento que hizo a vuestros padres que...os ha rescatado de la casa de esclavitud" (7:7, 8; 4:37). Así, todo lo que se predica es cobre el amor y la fidelidad de Jehová y sus acciones que fluyen de ese amor y esa fidelidad. 

    Esta preocupación a su vez explica los otros rasgos distintivos presentes en el libro, tres en particular que están íntimamente vinculados con éste. Fíjese en lo siguiente:

    ¿Por qué son tan importantes estos asuntos? Porque toda la historia bíblica depende de ellos. La cuestión no es sencillamente una decisión entre Jehová y un Baal, aunque eso también está envuelto, sino el sincretismo. Es decir, pensar que Jehová puede ser adorado junto con o en la misma forma de Baal y Astarté (Asera) los dioses cananeos de la fertilidad. Puesto que Jehová es un Señor, no muchos, como lo son los dioses paganos, no debe ser adorado en los lugares altos donde Baal y Astarté eran adorados. Puesto que Jehová hizo  solamente  a los seres humanos para llevar su imagen (Gén 1:26, 27), y Dios no tiene "forma" como tal (el segundo mandamiento), ellos no deben pensar que pueden darle alguna forma en semejanza a ellos mismos (ver especialmente Deut 4:15-20). El lector se dará cuenta de la manera en que este asunto se repite a través de todo el resto de la historia, hasta 2 Reyes, y continúa como un asunto predominante en los profetas.

    Hay dos asuntos finales: el amor de Dios por su pueblo al redimirlo y hacerlo suyo, y luego darles "esta buena tierra" (9:6). Estos asuntos también están presentes en la naturaleza especial del Código de la Ley en Deuteronomio (12:1-26:19). Esté atento a la manera en que el código sigue el curso de los Diez Mandamientos, empezando con los requerimientos que tienen que ver con amar a Dios (caps. 12, 13) y continuando con varias leyes que tienen que ver con los días sagrados y con amar al prójimo (caps. 14-26). Pero fíjese especialmente cuán a menudo el pueblo de Dios se le exige incluir "al que es pobre y al que es necesitado" (15:11; 24:14), que en el libro de Deuteronomio toma específicamente la forma de el "forastero, el huérfano, la viuda" y algunas veces incluye "al levita" (26:13). Su común denominador es que ellos no poseen tierra entre un pueblo que será de cultura agrícola.

    Conforme avanza en la lectura, observe cuán a menudo estas leyes están vinculadas al carácter de Dios o a la redención de Israel.

    Finalmente, no pierda de vista otra característica importante del libro de Deuteronomio, a saber, su fuerza impulsora hasta el final, que incluye no solamente a la generación inmediata, que lleva la responsabilidad de tomar posesión de la tierra, sino también a las generaciones futuras (4:9, 40). Este tema en particular crea tensión a través de todo el libro entre la bondad de Dios al introducirlos a "esta buena tierra" y la conciencia de Dios de que el pueblo de Israel, no obstante, fallará. Por consiguiente, tanto el principio como al final, hay profecías de que las maldiciones vendrán finalmente sobre ellos, de que su fracaso por guardar el pacto resultará en la pérdida de la tierra y en el exilio (4:25-28; 30:1; ver 29:19-28 y 32:15-25), pero que el amor perdurable de Dios traerá como resultado que sean restaurados a la tierra mediante un "segundo éxodo" (4:29-31; 30:2-10; 32:26, 27, 36-43). Al leer de aquí en adelante, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, verá cuán a menudo se repite este tema.  

Un Recorrido por el Libro de Deuteronomio

1:1-3:29

Prólogo histórico 

    El lector reconocerá que mucho de este prólogo es un recuento detallado y cuidadosamente diseñado de partes narrativas del libro de Números. Fíjese en la manera en que el preámbulo (1:1-5) lo introduce al formato del libro de Deuteronomio, un discurso de Moisés por el cual Dios habla a su pueblo. 

    La historia se relata en tres partes, cada uno con vista al resto del libro: 1) la designación de líderes, porque Moisés no va a entrar a la tierra (1:6-18), 2) un recordatorio de una oportunidad desperdiciada y la rebelión de Cades (1:19-46) y 3) un recordatorio de la presencia de Dios con ellos a pesar de todo y el traerlos a donde ahora están (2:1-3:29).


4:1-43 

Introducción a la gran exhortación 

    Note cómo esta introducción establece el énfasis del resto del libro: Dios pronunciando su pacto directamente al pueblo en forma de los Diez Mandamientos (12-14). La singularidad de Dios, en cuanto a su carácter y contra los ídolos, que no pueden hablar no escuchar (15-31). La elección de Israel por parte de Dios para que sean su pueblo especial (32-38). La profecía del fracaso eventual de Israel y su restauración (25-31).


4:44-11:32 

La gran exhortación 

    Observe ahora mientras los temas introducidos en 4:1-43 se desarrollan en este elocuente discurso. Empieza con los Diez Mandamientos (5:1-21), porque éste es el código que será descifrado en los capítulos 12-26. Esto es seguido por un recordatorio del papel mediador de Moisés en Horeb / Sinaí (5:22-33), pero aun aquí el énfasis está en Dios y su anhelo de obediencia de los israelitas. Luego viene el mandamiento principal de todos, a saber, que deben amar a Jehová totalmente (6:1-25), con énfasis en que: 1) Jehová es el único Dios que hay, 2) que él los redimió para hacerlos su pueblo, y 3) su benigno regalo de una tierra abundante. Enseguida viene la necesidad de que los israelitas destruyan a los pueblos paganos que ahora habitan la tierra prometida para que Israel no sucumba a la idolatría sincretista (7:1-26), seguida por la exhortación de Moisés de no olvidarse de Dios en medio de su abundancia (8:1-20), acompañada por el recordatorio de que el regalo de la tierra abundante no tenía nada que ver con la propia justicia de ellos (9:1-6). De hecho, Israel tiene una historia de obstinación (9:7-29). La sección final (10:1-11:32) anticipa lo que viene, al recordar al pueblo el papel central del arca del pacto y exhortarlo a temer y obedecer a Dios. La decisión es de ellos en cuanto a si será bendición o maldición (11:26-32).    


12:1-26:19 

El código deuteronómico 

    El segundo otorgamiento de la ley (deutero-nomos = "segunda ley") es el corazón del libro de Deuteronomio. Hacia el fin es llamado "este libro de la ley" (27:21; 30:10; 31:26), un término repetido cinco veces en Josué para referirse al libro de Deuteronomio (como lo aclara la ceremonia de renovación del pacto en el monte Ebal, Jos 8:30-35 con referencia a Deut 11:29, 30 y 27:12, 13).

    Leyes que gobiernan la adoración (12:1-16:17). Note cómo empieza el código específico de la ley en el libro de Deuteronomio: con el futuro reemplazo del tabernáculo por un santuario central como el lugar donde Dios escogerá poner su nombre (12:4-32, que con el tiempo llegará a ser Jerusalén). Esto está rodeado por recordatorios de destruir los lugares altos idolátricos (12:1-3) y de evitar todo vestido de idolatría (13:1-14:2). Estos son seguidos por los estatutos de limpieza e impureza (14:3-21; Lev 11) En este caso, limitados a los que la gente come, puesto que esto también distingue a Israel de las naciones circundantes. Estas leyes llevan a reglamentos acerca del diezmo del producto del campo y de los primogénitos de los animales, que deben ser comidos en el santuario central y compartidos con los levitas (Deut 14:22-29; 15:19-23). Estas dos últimas leyes rodean los estatutos relacionados con al cuidado de los pobres (15:1-18), que debían ser recordatorios constantes de su propia liberación de la esclavitud. La adoración incluye el ciclo anual de las fiestas, cuyos reglamentos también incluyen recordatorios de la redención de los israelitas y de su necesidad de cuidar a los pobres (16:1-17).

    Leyes que gobiernan el liderazgo (16:18-18:22). Note que muchas de las siguientes series de leyes retoman el tema del  "liderazgo después de Moisés" del prólogo (1:9-18). A su vez, estas leyes tienen que ver con jueces (16:18-20: 17:8-13, que rodean otra prohibición de idolatría en 16:21-17:7), con reyes (17:14-20), con sacerdotes y levitas (18:1-8) y con profetas (18:15-22).  A los últimos dos circundando también otra prohibición de prácticas idolátricas en 18:9-13. Note especialmente el énfasis en la justicia social en la parte de los líderes, que son fundamentalmente para los dos asuntos esenciales en la obediencia del pueblo a Dios, es decir: detestar la idolatría y promover la justicia social (Isaías; Oseas; Amós; Miqueas).  

    Leyes que gobiernan la vida comunitaria (19:1-25:19). Observe aquí  que gran parte de lo que queda del código trata con asuntos de la segunda mitad de los Diez Mandamientos y se enfoca especialmente en relaciones personales y comunitarias. Fíjese cómo varios temas siguen repitiéndose. Por ejemplo , las leyes que gobiernan la guerra (20:1-20)muestran especial cuidado por los hombres y sus familias (5-10) y hasta por los árboles (19, 20), mientras que al mismo tiempo repiten el mandamiento de destruir naciones idólatras (10-18). Asegúrese de observar la preocupación recurrente acerca de la justicia, especialmente la del cuidado de los pobres y los necesitados. 

    Conclusión (26:1-19). Observe cómo terminan las leyes específicas del libro de Deuteronomio: con recordatorios a los israelitas de que deben siempre poner a su Dios primero (primicias y diezmos, 1-15) y con un requerimiento final a la obediencia.     

        

27:1-30:20 

La ceremonia del pacto 

    Conforme el libro de Deuteronomio regresa a la estructura interna,  recuerde lo que se dijo antes (y en el libro de Éxodo) acerca de los tratados soberanos. Aquí en secuencia se encuentra las cláusula del documento (27:1-8), un cuadro de la manera en que Israel debe preservar las leyes para el futuro y sus sanciones en forma de maldiciones y bendiciones (27:9-28:68). La parte final de la ceremonia del pacto contiene un último encargo de Moisés, que anticipa la futura rebelión y el exilio  del pueblo de Israel y también cómo Dios los restaura una vez más a la tierra prometida (caps. 29, 30).  


 31:1-34:12

La mirada al futuro 

    La conclusión de la estructura externa de Deuteronomio está llena de anticipación acerca del futuro. La sección mayor (caps 32, 33; donde se encuentra la expresión poética de las sanciones del pacto) ofrece el canto de Moisés (una palabra profética acerca de la rebelión y restauración futuras) y la bendición de las doce tribus por Moisés (José en Gén 49). Éstos están encerrados dentro de los dos asuntos esenciales de transición: 1) la sucesión de Josué, incluyendo otra predicción de la rebelión futura (Deut 31), y 2) la muerte de Moisés, con una elegía final (cap.34). Fíjese e el encargo de Jehová para Josué: "!Esfuérzate y sé valiente!" (31:23). que es la manera en que principia el libro de Josué (Jos 1:6, 7, 9, 18). 


El libro de Deuteronomio trae al Pentateuco a una conclusión con su constante recordatorio del amor y la fidelidad de Dios a pesar de la constante rebelión del pueblo, pero la palabra final  es de esperanza al saber que Dios finalmente prevalecerá con su pueblo.