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FILEMÓN: Esclavitud en el mundo greco-romano

La esclavitud se practicaba a lo largo del mundo greco-romano, y había varias categorías de esclavos:

Las personas caían en esclavitud de varias formas y por diversas razones. Como se menciona anteriormente, las deudas pendientes podían llevar a esta condición. Grandes cantidades de personas se convertían en esclavos a través de la conquista. Los ejércitos victoriosos podían vender a los capturados como esclavos y, comúnmente, estas almas miserables no volvían a ver sus tierras natales nunca más. Frecuentemente, los traficantes de esclavos simplemente raptaban personas, las llevaban muy lejos y las vendían. Los antiguos piratas regularmente practicaban esto, y el gobierno romano de la época buscaba limpiar los mares de flotas de piratas. Además, los hijos de las esclavas nacían en esclavitud, sin importar el estatus del padre. La esclavitud no se basaba en razas, aunque generalmente las personas preferían no esclavizar a individuos de su mismo grupo étnico (p.ej. los griegos generalmente esclavizaban a quienes consideraban «bárbaros»,esto es a los no griegos).

El grado de sufrimiento relacionado con la esclavitud también variaba considerablemente. Sin duda alguna, la peor parte caía sobre los esclavos que trabajaban en minas y en actividades de intensa labor. Ligeramente mejor era la situación de los campesinos-agricultores con esclavos para labores domésticas, que experimentaban una calidad de vida un poco mejor. La posición más deseable para un esclavo era la de maestro, escriba o ser utilizado en el comercio, pero incluso esa situación podía ser miserable si el amo era cruel. A los esclavos no se les consideraba personas, por lo tanto no disfrutaban de derechos, incluyendo la privacidad o el control sobre sus propias vidas sexuales. No sorprendentemente una enorme cantidad de esclavos escapaban, particularmente si no tenían esperanza de obtener la libertad. Entonces, la huida del esclavo de Filemón, Onésimo, no fue un acontecimiento peculiar. Ocasionalmente ocurrían rebeliones absolutas, siendo el ejemplo más espectacular la revuelta del esclavo Espartaco del 73 a.C. La resistencia pasiva (p.ej. trabajar lentamente) era más común.

El Nuevo Testamento no condenó la esclavitud francamente, ni demandó que los amos de esclavos emanciparan a sus esclavos. Por otro lado, la presión que Pablo ejerció sobre Filemón para que liberara a Onésimo fue ejemplar, y Pablo en otras ocasiones instó a los esclavos cristianos a obtener la liberación total si era posible (1 Co 7:21). Pablo socavó los cimientos de la esclavitud, la noción de que los esclavos eran meramente sujetos, cuando hizo la declaración de que en Cristo no hay distinción entre esclavos y libres (Gá 3:28).

(Biblia de Estudio Arqueológica. Vida. p.-2027)