Comentario
2 Pedro
Comentario de 2 Pedro
"Predicación de la Apostasía"
El Autor
La epístola específicamente afirma ser obra de Simón Pedro (1:1). El escritor habla de sí mismo como presente en la transfiguración de Cristo (1:16-18), y advertido por Cristo acerca de su propia muerte (1:14). Esto significa que la epístola o es producto legítimo de Pedro, o es obra de alguien que profesaba ser Pedro. Aun cuando tardó en ser recibida al canon del N.T., fue reconocida por la Iglesia primitiva como escrito genuino de Pedro, y a través de las edades ha sido reverenciada como parte de la Sagrada Escritura. Algunos críticos modernos la consideran obra seudónima de fines del siglo segundo, escrita por algún desconocido que se apropió del nombre de Pedro cien años después de la muerte de éste. Para una mente común, esto sería una burda falsificación, una ofensa contra la ley civil y moral, y contra toda ética. Sin embargo, los críticos una y otra vez insisten en que nada hay de indebido en semejante falsificación de un nombre ajeno.
Los Destinatarios
A diferencia de la mayoría de las Epístolas, ésta no menciona lugar alguno. Sin embargo, era la "segunda carta" (3:1) de Pedro a las mismas personas. Aun cuando Pedro puede haber escrito muchas cartas que no nos han sido conservadas, se presume que estas palabras aluden a la que comúnmente conocemos como su "Primera Epístola", la cual se dirigía a las iglesias de Asia Menor (1Ped 1:1), a las cuales también había escrito Pablo (2 Ped 3:15).
Fecha
Si 1 Pedro fue escrita durante la persecución bajo Nerón, y si Pedro sufrió el martirio durante aquella persecución, luego esta Epístola habrá sido escrita muy poco antes de su muerte, probablemente alrededor del 67 d.C.
Propósito
Amonestar contra la apostasía que se avecinaba, en la cual dirigentes de las iglesias, por interés de lucro, permitirían el libertinaje y la maldad en general, apostasía en la cual la Iglesia dejaría de esperar la venida del Señor; y para intimarles que aquella venida pudiera demorarse por largo tiempo.
2 Pedro y Judas
Se parecen tanto en algunos pasajes, que muchos eruditos piensan que uno de ellos habrá copiado del otro, aun cuando difieren en cuanto a cuál de ellos copió. No es de ninguna manera necesario pensar que lo haya hecho ninguno de los dos. Los apóstoles a menudo viajaban juntos, y continuamente se oían unos a otros predicando los mismos temas a diferentes congregaciones. de esta manera, ciertas expresiones e ilustraciones de las Escrituras llegaron a formar parte de un vocabulario cristiano común.
Capítulo 1. Grandes y preciosas promesas
"Esclavo" de Cristo (1). Tal es el significado de la palabra que se traduce "siervo". En su primera epístola, Pedro se dice "apóstol." Ahora añade, "esclavo". Cuando más se acerca al fin, tanto más humilde se vuelve Pedro. Así también hablaron de sí mismos Pablo, Santiago y Judas.
"El conocimiento" (2) se subraya como medio de gracia, de paz y de todo cuanto pertenece a la vida y a la piedad (3), y uno de los medios por los cuales podemos asegurarnos de nuestro llamamiento y elección (5, 10), y por el cual se vencen las contaminaciones del mundo (2:20). Es la exhortación final de la Epístola (3:18). Significa el conocimiento de Cristo mediante Su Palabra. Así, pues, la amonestación de despedida de Pedro era, "No descuidéis la Palabra de Dios."
Las "preciosas promesas" (4) incluyen no solamente la glorias externas del reino eterno (11) sino también una naturaleza cambiada, divina, dentro de nosotros mismos, la cual Dios por Su gracias nos concederá y la cual nosotros por nuestra parte hemos de esforzarnos para alcanzarla (5-11)
Siete Cualidades Divinas (5-11). Virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal, y amor. Tales son los "frutos" (8) de la "fe preciosa" (1) que hemos de "añadir" (5) a las bendiciones que Dios nos ha "multiplicado" (2). Son pasos del cielo a la tierra, comenzando con la fe y culminando en el amor en el eterno hogar de Dios.
Presentimiento de Pedro, de su próximo martirio (14, 15). Esto parece referirse a lo que Jesús le había dicho unos 37 años antes (Juan 21:18, 19). O puede ser que Jesús se le haya aparecido por antes; quizás la aparición tradicional del "Quo Vadis". "Dejar mi tabernáculo" (14) es una hermosa figura escritural de la muerte. Moffatt traduce, "doblar mi tienda." Así habló Pablo (2 Corintios 5:1-4).
La Seguridad de Pedro, acerca de Cristo y la Gloria Venidera (16-21). Lo que él había visto en la Transfiguración borró de su mente para siempre toda duda acerca de la realidad de un Cristo viviente y que volvería; especialmente con la evidencia adicional de la profecía. Está seguridad le preparaba para el martirio. Cuando más se acercaba el fin de este mundo, tanto más seguro estaba del venidero. "Interpretación" (20); quizás "origen" sería una traducción mejor. "Fábulas artificiosas" (16); así llamaban a los Evangelios algunos precursores de los modernos críticos.
Capítulo 2. Los falsos maestros
La Venida de Falsos Maestros. (1-22) se anuncia una y otra vez en el N.T.
Jesús habló de ellos (Mat 7:15; 24:11, 24)
Pablo (1 Tim 4:1-3; 2 Tim 3:1-9)
Juan (1 Juan 4:1)
Judas (Judas 4-19)
Los Falsos Maestros (2:1-22). Se les nombra como futuros (1), pero parte del lenguaje implica que ya estaban presente. Las expresiones que aquí se usan no se refieren al mundo sino a dirigentes dentro de la Iglesia. "Introducirán herejías destructoras." "negarán al Señor", "seguirán disoluciones", harán que el Camino sea blasfemado", "con palabras fingidas harán mercadería de vosotros", "siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia", "despreciarán la potestad", "atrevidos, contumaces, dicen mal de las potestades", "bestias brutas, hechas para presa y destrucción", "aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores", "ojos llenos de adulterio, que no saben cesar de pecar", "seducen a las almas inconstantes", "tienen el corazón habituado a la codicia", "hijos de maldición"; "fuentes sin agua", "nubes llevadas de la tormenta", "hablan palabras infladas y vanas"; "seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones", "esclavos de corrupción".
Es un cuadro lamentable. La licencia, el libertinaje, el decaimiento de la moral, y la blasfemia, habían alcanzado en la Iglesia proporciones considerables aun durante la generación apostólica. Luego siguieron los largos siglos de la corrupción papal. Y aun ahora, en nuestro propio siglo de luces, en muchas partes del mundo la dirección organizada de la iglesia es un parásito inútil de la sociedad humana. !Cómo ha olvidado la Iglesia que aun cuando ha de estar en el mundo, no ha de ser del mundo!
La Destrucción de los Impíos. (3-9). Es un tema incesante de la Escritura, aun cuando los impíos se vistan de mando de la Iglesia. Tomen ellos nota de los sucedido a los ángeles caídos (4), al mundo de los días de Noé (5) y a Sodoma y Gomorra (6). Su propia destrucción es inevitable. Sin embargo, por severa que sea la destrucción, la liberación del pueblo de Dios es segura.
Capítulo 3. Tardanza de la venida del Señor
El Tiempo de Su Venida (1-15). Jesús había dicho algunas cosas que pudieran entenderse como de Su regreso en aquella generación (Mat 16:28; 24:34). Los apóstoles usaban expresiones que indicaban Su próximo regreso (Rom 13:12; Heb 10:25; Sant 5:8; Apoc 1:3). Sin embargo, Jesús, en la parábola de los Talentos, intimó que Su regreso pudiera ser "después de mucho tiempo" (Mat 25:19). En la parábola de las diez vírgenes, sugiere que las "prudentes" eran aquéllas que se precavían contra una "demora" en el regreso del esposo (Mat 25:4). Pablo amonestó contra una certeza excesiva del regreso inmediato del Señor, y dijo expresamente que no sería sino después de "la apostasía" (2 Tes 2:2-3). En este capítulo Pedro sugiere que comparado con la expectación humana pudiera ser en la proporción del mil años por un día (8), dando así a entender la posibilidad de que pudiera faltar aún miles de años. Dios no mira el tiempo como lo ve el hombre. Para Él. mil años como el día de ayer (Sal 90:4). Cumplirá Su promesa conforme a la cronología Suya y no a la del hombre. Reunidos estos pasajes, parece indicar que Dios quería que cada generación sucesiva viviera aguardando la venida del Señor.
¿Qué efecto tendrá esto, después de 2.000 años de demora, sobre la actitud nuestra hacia la venida del Señor? ¿Hemos de abandonar la esperanza? Jamás. Cuando menos, Su venida está ya 2.000 años más cerca de los estaba entonces. La "preciosa promesa" quizás esté más cerca de cumplirse de lo que nosotros pensemos. ¿Quién sabe si el tren del Señor no se acerca ya, por fin, a la gran Estación Terminal?
La causa de la demora (9). Este versículo parece significar que la oportunidad de salvación terminará con la venida del Señor. La demora, pues, es en la esperanza de que la cosecha del Evangelio sea lo más abundante posible.
El Fuego (7, 10). La venida del Señor se compara con el Diluvio. Pedro había oído a Jesús decirlo así (Met. 24:37-39; Luc 17:26, 27). La tierra fue destruida por agua; la próxima vez lo será por fuego. ¿Fuego literal? El Diluvio fue de agua literal. Entonces solamente se destruyó la superficie, pero quedó la misma tierra. ¿Se destruirá por fuego solamente la superficie? ¿O será una explosión, o un choque con otro cuerpo celeste? Los astrónomos nos dicen que ambas cosas suceden. Hay tales cosas como "novas," estrellas nuevas, que aparecen de pronto, aumentan rápidamente en brillo, y luego decaen y desaparecen. Son causadas por la explosión de una estrella muerta, o sea una que se ha enfriado. La tierra es ahora una de estas, o más bien un fragmento de una, despedida alguna vez del sol en forma de masa candente. Cuando maduren los planes de Dios, puede nuevamente, mediante explosión interna o choque contra otro cuerpo celeste, estallar en una masa de llama ardiente. De los "nuevos cielos y nueva tierra" (13) resultantes, nos preguntamos si será esta misma tierra renovada por el fuego, u otra diferente.
"Nuestro amado hermano Pablo" (15) había escrito a estas mismas iglesias. Probablemente se refiere a Gálatas, Efesios y Colosenses. En Gálatas 2:11-21, sus lectores habían sabido de cómo Pablo resistió a Pedro cara a cara en Antioquía, años antes. Pero esto en nada había afectado la admiración y la devoción que Pedro sentía hacia Pablo. "Todas sus epístolas" (16) implica que algunas iglesias tenían no solamente las dirigidas a ellas mismas, sino una colección de las epístolas de Pablo dirigidas a otras iglesias. "Todas" indican que la colección estaba ya completa. "Las otras Escrituras" indica que Pedro consideraba las epístolas de Pablo como "Escrituras." Este pasaje indica que la formación del canon del N.T se inició bajo la supervisión directa de os apóstoles. "Algunas cosas difíciles de entender" (16), aun para Pedro. Puede referirse esto especialmente a la exposición que Pablo da la segunda venida del Señor, en Tesalonicenses.