Ayudas Históricas y Gramaticales
Ayudas Históricas y Gramaticales
La información que se ofrece en esta sección le proporcionará elementos adicionales para su estudio inductivo de la Palabra de Dios.
Para familiarizarse con el contenido esencial de estas páginas hay que dedicar un poco de tiempo. Conviene hacerlo, ya que de ese modo sabrá con qué ayudas cuenta cuando las necesite.
El Arca del Pacto
El objeto más santo para los judíos es el arca del pacto. La información que a continuación se ofrece le ayudará a comprender la importancia que ésta tiene para los judíos y por qué los judíos ortodoxos aún siguen buscándola.
El arca medía 1.2 m. de largo por 75 cm. De ancho y 75 cm. de alto. Estaba hecha de madera de acacias, y recubierta de oro por dentro y por fuera. A nadie se le permitía tocarla, ya que simbolizaba la presencia de Dios. En la parte inferior del arca había cuatro anillos de oro, a través de los cuales pasaban dos varas de madera de acacia recubiertas de oro, con las que se podía llevar el arca de un lugar a otro (Ex 25:10-22). La tarea de transportar el arca estaba reservada únicamente a los coatitas (una de las familias de los levitas).
Cuando el arca se hallaba en el tabernáculo, la nube que indicaba la presencia de Dios se movía sobre el propiciatorio (Lv 16:2; 1S 4:4). El propiciatorio, que estaba hecho de oro puro y tenía un querubín en cada uno de sus extremos, cubría el arca del pacto. En el día de la expiación el sumo sacerdote rociaba la sangre del sacrificio sobre el propiciatorio para expiar los pecados del pueblo. (El término hebreo para propiciación es kapporeth, “cubierta”.)
Dentro del arca estaba el testimonio, es decir, las tablas de piedra con los Diez Mandamientos (Éx 40:20; Dt 10:2). Durante algún tiempo también estuvieron en el arca la vara de Aarón, la cual floreció (Nm 17:10), y una urna de oro con maná (Heb 9:4).
EL tabernáculo, que era donde residía el arca en el Lugar Santísimo, y el mobiliario habían sido hechos conforme al modelo del trono de Dios en el cielo. Dios reveló a Moisés este modelo cuando le dio instrucciones para la construcción del tabernáculo (Heb 8:1-5).
El arca iba delante de los israelitas en su peregrinaje del Sinaí a Canaán. Los precedió cuando cruzaron el río Jordán y conquistaron Jericó. Reposó en Gilgal, Siquem, Betel y Silo. Luego, en Eben-ezer, los filisteos la capturaron y la tuvieron en su poder durante siete meses. La llevaron a Afec, Asdod, Gat y Ecrón. De Ecrón la enviaron a Bet-semes, donde 50.070 personas murieron por asomarse en su interior. De allí la llevaron a Quiriatjearim, a la casa de Abinadab, donde permaneció durante veinte años.
Cuando David llegó al trono, tuvo el deseo de llevar el arca a Jerusalén, pero los israelitas quebrantaron las órdenes de Dios al transportar el arca en una carreta en vez de llevarla sostenida con varas. Cuando el arca estuvo por caerse de la carreta, un hombre llamado Uza tocó el arca y Dios le quitó la vida. Esto ocurrió en la era de Nacón (o Quidón; véase 2S 6:6-7; 1Cr 13:9). El arca permaneció tres meses en la casa de un hombre de Gat, llamado Obed-edom, hasta que David ordenó a los coatitas llevarla a Jerusalén. Una vez allí, el arca permaneció en medio de una tienda (2Cr 1:4).
Cuando Salomón llegó a ser rey y construyó el templo, el arca fue llevada de la tienda al templo, el cual fue construido sobre la era de Ornán (1Cr 21:18; 2Cr 3:1). Allí el arca fue colocada en el Lugar Santísimo (1R 8:6; 2Cr 5:2-14).
No se sabe del paradero del arca desde el año 586 a.C., cuando los babilonios destruyeron el templo. La última mención que se hace del arca es en Apocalipsis 11:19: "Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo."
Introducción al Gnosticismo
Como muchos en la iglesia de nuestros días, hubo en la iglesia primitiva creyentes en Cristo que cayeron bajo el influjo de la filosofía dominante de su tiempo. Mientras todavía se estaba escribiendo el Nuevo Testamento, la iglesia en Asia se vio amenazada por el gnosticismo, corriente filosófica que en la iglesia apostólica primitiva se convirtió en gran opositora del evangelio.
El familiarizarse con las enseñanzas del gnosticismo le ayudará a entender y apreciar mejor algunas de las advertencias y enseñanzas que se encuentran en las epístolas.
Muchos miembros de la iglesia primitiva tenían sed de conocimientos y fácilmente eran engañados por los maestros gnósticos, que los desviaban de la devoción pura y sencilla a Cristo. Había quienes abandonaban la iglesia para formar su propia comunidad y enseñar un evangelio distinto al proclamado por los apóstoles. Tal alejamiento de la iglesia suscitaba dudas, entre los que se quedaban en cuanto a la verdad. De este modo nacía la confusión.
El término gnosticismo proviene de la palabra griega gnosis, que significa “conocimiento”. El gnosticismo era una corriente filosófica centrada en la búsqueda de un conocimiento superior. Los gnósticos enseñaban que tal conocimiento no era simplemente intelectual sino que era difícilmente accesible al cristiano común y corriente. Según el pensamiento gnóstico, al alcanzar el creyente tan extraordinario conocimiento, alcanzaba “la salvación”.
Aunque la filosofía gnóstica tenía múltiples aspectos, todos ellos extraños y divergentes, había dos axiomas fundamentales de su enseñanza:
La primera doctrina fundamental del gnosticismo era la supremacía del conocimiento.
Ø Ciertos pneumatikoi, o “espirituales”, decían poseer un conocimiento especial de la verdad.
Ø Los cristianos comunes y corrientes no poseían, ni podían llegar a poseer, este secreto del conocimiento superior.
La segunda doctrina fundamental del gnosticismo era la separación de espíritu y materia.
Ø Toda materia se consideraba mala y fuente de mal.
Ø El espíritu se consideraba bueno e invulnerable. Nada que hiciera el cuerpo (la materia) podía afectar la pureza del espíritu.
El gnosticismo afirmaba tener un supuesto conocimiento superior al revelado por Dios en Jesucristo y a través de los profetas. Tenía sus orígenes en las filosofías de los griegos y de los romanos, en las religiones orientales, especialmente las de Persia y la India. Mientras el cristianismo mantuvo sus raíces judaicas, estuvo a salvo de tales herejías. Sin embargo, al extenderse el cristianismo al mundo de los gentiles, la religión filosófica oriental intentó formar alianza con el cristianismo.
Muchos gnósticos interpretaban el Antiguo Testamento de manera alegórica y no se ceñían a sus enseñanzas literales. Se apartaron de la veracidad de la Palabra, que habría sacado a la luz el error de sus enseñanzas en cuanto a la creación, el pecado y la restauración de todas las cosas. Un pudieron comprender cómo Dios supremo, puro en espíritu y esencialmente bueno, podía haber creado un universo material al que consideraban malo.
Cuando los gnósticos abrazaron el cristianismo, se dividieron en multitudes facciones en torno al tema de la deidad de Jesucristo. Las dos facciones principales enseñaban lo siguiente:
1. Los gnósticos docetistas negaban la humanidad de Jesús. El término docetista proviene del verbo griego doko, que significa “parecer”. Según los docetitas, era imposible que Dios, que como espíritu era bueno, en la persona de Jesucristo se hubiera hecho hombre, que como materia era malo. Creían que Jesucristo era un fantasma, que no tenía cuerpo ni era de carne y hueso, sino que sólo parecía tener cuerpo.
2. Los gnósticos cerintianos (seguidores de Cerinto) distinguían entre el hombre Jesús y el aeon, es decir, el poder de Cristo. Creían que en el bautismo de Jesús, cuando la paloma descendió sobre Él, lo que había venido a reposar sobre el hombre Jesús era el poder de Cristo, y que Jesús había perdido tal poder antes de su muerte en la cruz. De modo que quien había muerto era “el hombre Jesús” y no Jesucristo el Dios encarnado.
Estas herejías gnósticas negaban que Dios se hubiera encarnado y que, en la persona de Jesucristo, hubiera andado por este mundo para traer redención y salvación al género humano. Al eliminar a Jesucristo como el único camino a Dios, los gnósticos creían que podían encontrar su propio camino a Dios mediante la investigación y el conocimiento. La fe y las obras no se consideraban importantes para la salvación ni para la vida del creyente.
El comprender los fundamentos del gnosticismo y las distintas formas de razonamiento que éste adoptó en los primeros tiempos de la iglesia cristiana le ayudaría a comprender mejor le herejía doctrinal que algunos de los escritores del Nuevo Testamento procuraban corregir.
Figuras Retóricas
Aunque la Biblia ha de interpretarse literalmente, conviene recordar que, como cualquier otro escrito, contiene figuras retóricas que deben ser interpretarse como tales y a la luz de su propósito original. Al tratar de interpretar fielmente la Palabra de Dios, encontrará que le servirán de ayuda las siguientes definiciones de las distintas figuras retóricas.
Las figuras retóricas son palabras, frases o expresiones que se usan de manera figurada, más bien que en su sentido literal.
En la interpretación bíblica es muy importante reconocer el uso del lenguaje figurado. Por ejemplo, ha habido gran controversia en la iglesia en torno a las palabras de Jesús con relación al pan durante la última cena:
“Y tomó pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, por vosotros es dado” (Lc 22:19).
Hay quienes creen que el pan realmente se convierte en el cuerpo de Cristo (doctrina de la transubstanciación, mientras que otros creen que Jesús sólo está empleando una metáfora, y que el pan es símbolo de su cuerpo.
Los tres principios que deben observarse al estudiar el lenguaje figurado son:
1. Comprobar que el autor está, en efecto, empleando lenguaje figurado.
2. Identificar el tipo de lenguaje figurado que ha usado el autor: símil, metáfora, hipérbole, etc.
3. Seguir las pautas pertinentes para la interpretación de lo que el autor quiso decir mediante su uso de esa figura retórica en particular.
En su estudio de las Escrituras, le servirá de mucho poder identificar las figuras retóricas usadas por el autor. A continuación se ofrecen definiciones breves de los diferentes tipos de lenguaje figurado que se emplea en la Biblia.
* El símil: es una comparación expresada de dos cosas o ideas diferentes, y ocurre a términos comparativos (como, tal… como, así también, semejante a, se parece a). Por ejemplo, Apocalipsis 1:14: “Sus ojos como llama de fuego.”
* La metáfora: Implica una comparación entre dos cosas diferentes. La metáfora no recurre a términos comparativos (como, tan… como, así como… así también, semejante a, se parece a), sino que afirma la relación de identidad, como en Juan 6:48, donde Jesús dice:”Y soy el pan de vida.”
* La hipérbole: es una exageración deliberada qué procura recalcar algo. La hipérbole puede hallarse en todos los idiomas y es muy común en las lenguas semíticas. Por ejemplo: “Me he consumido a fuerzas de gemir; todas la noches inundo de llanto me lecho, riego mi cama con mis lágrimas” (Sal 6:6)
* La metonimia: es una figura de asociación que ocurre a la mención de algunos objetos para referirse a otros objetos o ideas de alguna manera relacionados entre sí. Un ejemplo de metonimia lo constituye el siguiente anunciado: “Salían a él toda la provincia de Judea.” La metonimia consiste en el uso de “provincia”, ya que no era la provincia la que salía a él, sino la gente que habitaba en la provincia. Note, de paso, la hipérbole presente en la frase “toda la provincia”.
* La sinécdoque: es una figura de asociación en la que se designa un todo con el nombre de una de sus partes, o viceversa. Así se usa con frecuencia la ley para referirse al Pentateuco (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento), a los Diez Mandamientos o a todo el Antiguo Testamento.
La sinécdoque ocurre también cuando se usa un singular en lugar de un plural, o viceversa. Ejemplo de ello es Jeremías 25:29, donde Dios dice que va a traer “espada… sobre todos los moradores de la tierra”. El singular “espada representa muchas espadas.
* En la prosopopeya, o personificación: se atribuye a los objetos inanimados características propias de los seres animados, por ejemplo, cuando los árboles aplauden y los montes cantan de alegría (Is 55:12)
* La ironía: consiste en una afirmación cuyo sentido latente es todo lo contrario de lo que parece afirmarse, y se usa para recalcar algún punto. Cuando no resulte fácil discernir si la afirmación es irónica, considere primero si su sentido literal encaja con el contexto; examínela luego como ironía figurada. Si tiene sentido y encaja en el contexto, entonces es realmente una expresión irónica. De lo contrario, considérela como una afirmación verídica.
Estos son dos ejemplos de lo que es la ironía:
1. En 1 Reyes 22:1-23, un profeta verdadero le dice al rey lo que éste espera escuchar, aunque en realidad está mintiendo. Resulta evidente que está hablando en tono irónico, ya que el rey le ordena dejar de profetizar con falsedad y decir la verdad.
2. En 1 Corintios 4:8, Pablo les dice a los corintios: “Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojala reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros!” Cuando se lee esto, resulta evidente que los corintios no son reyes, y que tampoco Pablo desea reinar con ellos.
La Parábola
Es un relato ficticio que, no obstante, es un reflejo de la vida cotidiana y procura enseñar alguna verdad o lección moral. Cada detalle de la parábola refuerza el tema principal, pero no se debe tratar de ver en cada punto alguna aplicación un significado espiritual específico.
En sus enseñanzas Jesús recurría con frecuencia a las parábolas, por dos razones: para revelar la verdad a los creyentes, y para ocultar esa misma verdad a quienes la rechazaban o se obstinaban en no recibirla.
Para interpretar una parábola correctamente, haga lo siguiente:
Determine el momento en que se emite la parábola. Puesto que las parábolas aclaran o recalcan una verdad, vea por qué se contó la parábola. ¿Qué dio pie a que se contará?
Averigüe la intención de la parábola. Algunas veces el sentido se expresa explícitamente. En otros casos puede deducirse analizando la aplicación que tiene para los oyentes.
No imponga ningún sentido a la parábola más allá de lo que claramente dice, o de lo que quien la contó quiso decir a sus oyentes.
Identifique la idea central de la parábola. Cada parábola tiene una idea o énfasis central. Los detalles secundarios no deben interpretarse independientemente de la intención principal de la parábola en su conjunto.
Puesto que la parábola siempre tiene un punto de énfasis central, identifique los detalles más sobresalientes. Cuando uno trata de encontrar en la parábola sentidos ajenos a su contexto o poco pertinentes a su énfasis central, ésta pierde su sentido. Los detalles tienen importancia sólo si refuerzan el punto central de la parábola.
¿Cuántos sermones ha escuchado en torno a la parábola del hijo pródigo? Muchos maestros tergiversan el contexto y el sentido de esta parábola al atribuir los más variados sentidos a cada detalle del relato. Jesús contó esta parábola porque quería que los fariseos reflexionaran sobre sí mismos y examinaran su propio corazón cuando murmuraban: "Este a los pecadores recibe, y con ellos come" (Lc 15:2). A fin de recalcar lo que quería decir, Jesús cuenta tres parábolas consecutivas acerca de tres cosas que se habían perdido: una oveja, una moneda y un hijo. En cada una de ellas Jesús repite las siguientes palabras: perdido, encontrado (hallado), pecador (pecar), y gozo (regocijarse). En la parábola del hijo pródigo, Jesús les muestra a los fariseos la bondad del padre frente a la dureza del hermano mayor. De esta manera les muestra a los fariseos que su corazón es como el del hermano mayor y no el del Padre.
Interprete la parábola en el contexto de la cultura de los tiempo bíblicos, y no en el contexto de la cultura de nuestros días. Por ejemplo, en la parábola de las vírgenes prudentes y las vírgenes necias el punto central es: "Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora" (Mt 25:13). El conocer las tradiciones relacionadas con las bodas en el Medio Oriente le proporcionaría nuevas perspectivas para entender la parábola, a la vez que le ayudaría a entender por qué algunas jóvenes estaba listas y otros no.
No establezca ninguna doctrina basada en una parábola como la principal o única fuente de la enseñanza. Las parábolas pueden servir para ampliar o afirmar una doctrina, pero no para establecerla.
La Alegoría
En la alegoría se describe una cosa en función de la imagen de otra. Se trata de un relato con un sentido latente que difiere de los hechos que a primera vista revela el relato. Hay quienes entienden la alegoría como una metáfora amplificada, lo que significa que la alegoría implicaría también una comparación entre dos cosas diferentes. La alegoría es un relato, verosímil o no, cuyo propósito es enseñar una o más verdades que pueden o no estar relacionadas entre sí.
El diagrama comparativo de parábolas y alegorías le ayudará a distinguir las unas y las otras.
Al interpretar una alegoría, siga estas pautas:
Haga una lista de las características de la alegoría.
Tome nota de cualquier interpretación que el texto mismo haga de la alegoría.
Estudie las características de la alegoría en conformidad con los sanos principios de la exégesis bíblica. No contradiga la enseñanza diáfana de la Palabra de Dios interpretando un detalle no explicado de una alegoría de una manera que sea contraria a otras verdades.
No trate de identificar todas las particularidades de una alegoría
La Parábola
La Alegoría
Tiene un punto central
Enseña una sola verdad
Cada detalle de importancia refuerza el tema central o el énfasis.
Puede tener detalles de poca importancia; no es necesario identificar todas sus facetas.
Por lo general el relato es independiente de su interpretación y aplicación.
La aplicación sigue a la parábola.
Puede tener más de un punto central.
Puede enseñar varias verdades.
Puede tener múltiples y variados detalles relacionados con más de un tema.
Puede tener detalles de poca importancia; no es necesario identificar todas sus facetas.
El relato y su significado se entrelazan.
La aplicación se halla en la alegoría misma.
El Tipo
Un tipo es un símbolo profético designado por Dios. La palabra tipo proviene del griego tupos, y significa la marca que queda cuando se golpea o se hace una impresión en un objeto, creando una figura o imagen. Un tipo prefigura algo, o alguien que está por venir. Lo prefigurado recibe le nombre de antitipo.
Un tipo puede prefigurar un solo antitipo, aunque puede tener paralelos con el antitipo en varios puntos. El tabernáculo es un buen ejemplo, ya que es un tipo de la redención del hombre. Según Hebreos 10:20, el velo que separaba el Lugar Santísimo prefiguraba la carne de Jesucristo.
Aun cuando los tipos no estén identificados explícitamente como tales, debe haber alguna confirmación divina que los vincule con sus correspondientes antitipos. Por ejemplo, Romanos 5:14 dice:"No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir." Aquí tenemos la palabra tupos traducida como figura. Adán era tipo, o figura, de Cristo, quien había de venir. En 1 Corintios 15:45 se habla de Cristo como "el postrer Adán". Si la Biblia no designa algo como un tipo, el expositor del texto bíblico debería limitarse a mostrar los paralelos sin llamarlos tipos.
El Símbolo
Un símbolo es algo que representa otra cosa. Por ejemplo, los siete candelabros que se mencionan en Apocalipsis 1:20 representan las siete iglesias a las que se refieren los capítulos 2 y 3 del mismo libro.
Al observar algún símbolo, hay que tener presente lo siguiente:
El objeto usado como símbolo puede simbolizar distintas cosas. Por ejemplo, el agua es símbolo de la Palabra de Dios (Ef 5:26) y del Espíritu Santo (Jn 7:37-39).
Aunque un símbolo puede representar distintas cosas, cuando es símbolo de algo en un pasaje específico, su intención es establecer un solo paralelo. Por ejemplo, Juan 7:37-39 el agua es símbolo del Espíritu Santo, no de la Palabra.
Los símbolos deben interpretarse a la luz del contexto y de la cultura de la Biblia, y no del contexto y la cultura del intérprete contemporáneo.
Los símbolos no tiene limitación de tiempo, y pueden representar algo pasado, presente o futuro.
Normas de Composición
Una composición escrita consiste en una serie de pensamientos ordenados de tal manera que comunica determinado sentido al lector. El conocer las normas de composición le ayudará a captar lo que el autor procura comunicar.
Las siguientes normas de composición pueden resultarle útiles en su estudio de la Palabra de Dios.
La comparación establece similitudes. Es la asociación de cosas semejantes.
El contrastes establece diferencia. Es la asociación de dos cosas opuestas entre sí.
La repetición es el uso reiterado de la misma palabra o frase.
La progresión es la prolongación de un tema específico en toda una porción de las Escrituras. Muchas veces, al avanzar en su escrito, el autor se explaya en lo que está diciendo, o agrega algo a lo ya dicho.
El clímax es el punto máximo de una progresión que va de lo menor a lo mayor. El clímax es simplemente la extensión de las normas de progresión, llevadas a su máxima intensidad.
La transición es el cambio o giro que hace que los elementos de uno y otro lado difieran de alguna manera. Hay una transición en Juan 11:54 cuando Jesús deja de ministrar al pueblo en general y decide ministrar a sus discípulos. En Génesis 12 hay también una transición cuando el autor cambia el enfoque del relato de los grandes acontecimientos a los grandes personajes.
La convergencia se da cuando hay un punto del que se derivan, o hacia dónde se dirigen otras verdades. Un ejemplo de convergencia puede verse en 1 Corintios 15, donde todas las verdades en ese capítulo apuntan a la resurrección.
El intercambio se da cuando por lo menos dos pensamientos, temas o características principales alternan consecutivamente. Esto puede verse claramente en el Evangelio según San Lucas, quien comienza anunciando el nacimiento de Juan el Bautista y, de pronto, cambia el tema y anuncia el nacimiento de Jesús, para volver nuevamente al nacimiento de Juan el Bautista, y otras vez al nacimiento de Jesús. Eso se llama alternancia, o intercambio.
De lo general a lo particular (o viceversa) cuando el autor pasa del tema general a los detalles o aspectos específicos. Un bello ejemplo de esto lo encontramos en Génesis 1 y 2: en el capítulo 1 tenemos un panorama bastante amplio de la creación, incluso la creación del hombre y de la mujer en el día sexto; en el capítulo 2 Génesis pasa de lo general a lo específico, al concentrar su atención en los detalles de la creación de la mujer.
En causa y efecto (o viceversa) se va del origen de algo a sus consecuencias. Ejemplo de esto es el capítulo 11 de Juan: el versículo 4 afirma que la causa de la muerte de Lázaro, el querido amigo de Jesús, había sido la glorificación del Hijo; el efecto se ve en el versículo 45, cuando la gente cree en Jesús luego de ver su poder al resucitar a Lázaro. Este mismo efecto puede verse también en Juan 12:17-18, donde una vez más el Hijo es glorificado.
La explicación o el análisis, es la presentación de una idea o acontecimiento, seguido por la explicación. Nuestro Señor nos brinda un excelente ejemplo en Juan 6, donde multiplica los peces y los panes, y luego pronuncia su discurso en el que afirma que Él es el pan de vida.
La interrogación se plantea una pregunta seguida de su respuesta. En la carta a los Romanos, el apóstol Pablo hace un uso magistral de esta técnica: percibe los cuestionamientos u objetivos de sus lectores, los plantea en forma de preguntas, y pasa luego a dar respuesta a esas preguntas. No debe confundirse esta técnica con la interrogación retórica, figura mediante la cual se plantea una pregunta no con el fin de pedir respuesta o manifestar duda, sino de afirmar indirectamente o dar más vigor y eficacia a lo que se dice. También en Romanos hay bellos ejemplos de esta figura (Rom 11:34-35 y 14:10).
La preparación, o introducción, es la presentación de antecedentes que preparan al lector para lo que sigue. El propósito del Evangelio según San Juan es preparar al lector para que crea que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. En Juan 1:1-18 el autor presenta de lleno su tema y prepara al lector para el resto del evangelio.
En La recapitulación se vuelven a señalar o resumir los puntos principales, para reafirmar brevemente algunas verdades específicas. Moisés hace esto en los capítulos 1 al 4 de Deuteronomio cuando repite ante los israelitas todo cuanto sucedió a partir del éxodo de Egipto. El capítulo 7 de Hechos presenta, en labios de Esteban, una magistral recapitulación de la historia de Israel.
Tiempo, Voz y Modo del Verbo Griego
Hoy en día contamos con muchos textos excelentes que pueden ayudar al estudioso de la Biblia a profundizar en el texto bíblico. Abundan los análisis de temidos griegos. Para quienes deseen avanzar más en este campo de los estudios neotestamentarios, hay gramáticas sencillas pero bien documentadas, como la Gramática del Griego del Nuevo Testamento, por Nora Colmenares de Martínez.
La siguiente explicación del tiempo, de la voz y del modo del verbo griego, ayudará a quienes, aunque no sepan griego, deseen comprender mejor las consecuencias del tipo de acción señaladas por leo verbos.
Los verbos son acción. Por lo tanto, son el elemento más importante en la expresión del pensamiento. Comprender el verbo griego significa tener unas de las claves para interpretar y aplicar las Escrituras debidamente. (La clave más importante de la interpretación y la aplicación es el contexto, ya que las palabras cobran su significado a partir de éste.) Las principales características de los verbos griegos son el tiempo, la voz y el modo.
Parte de la belleza del idioma griego es que la construcción del verbo muestra claramente quién ejecuta la acción, si se trata de una orden o de una sugerencia, y si el pasaje tiene que ver con realidades o posibilidades.
Bastará con dedicar un poco de tiempo a una explicación breve y sencilla del tiempo, de la voz y del modo, para que a los ojos del lector se abran nuevas perspectivas. Lo que sigue es un resumen simplificado e incompleto en torno a un tema bastante complejo. Esta información tiene como objetivo presentar una visión general de ciertos términos que aparecen con frecuencia en los comentarios de índole más técnica.
Tiempo
(Señala el tiempo y el tipo de acción realizada) Los Tiempos verbales del griego, tales como los del español, pueden distinguirse no sólo el tiempo de la acción sino el tipo de acción.
Ø Acción que continúa. Tiempo presente: acción continua. Se trata de una acción fundamentalmente progresiva y lineal, y que denota que la acción sigue realizándose. Por ejemplo: Jaime está estudiando la Biblia. Juan 15:4 “Como el pámpano no puede llevar (seguir llevando) fruto por sí mismo, si no permanece (sigue permaneciendo) en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis (seguís permaneciendo) en mi.”
Juan 15:6 "El que en mí no permanece (sigue permaneciendo)..."
Tiempo imperfecto: acción continua, e el pasado. Por ejemplo:
Jaime leía la Biblia.
Juan 18:18 "los siervos y los alguaciles que habían encendido un fuego ... se calentaba..."
Ø Acción completa con efectos continuos.
Tiempo perfecto: acción concluida en el pasado con resultados que
continúan en el presente. Por ejemplo:
Jaime está cambiando por haber estudiado la Biblia.
Juan 15:3 "Ya vosotros estías limpios por la palabra que os he hablado."
Juan 15:10 "Así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre..."
Tiempo pluscuamperfecto: acción concluida en el pasado con resultado
que aún continúan en el pasado. Ejemplo:
Jaime cambió porque había estudiado la Biblia.
Juan 9:22 "Por cuanto los judíos ya habían acordado..."
Ø Acción completa
Tiempo aoristo: acción concluida. El tiempo aoristo indica una acción ya realizada, sin tomar en cuenta su duración. Comparado con el tiempo presente, el tiempo aoristo sería semejante a una fotografía, en tanto que la acción del tiempo presente sería como una película. Por ejemplo:
Jaime estudió la Biblia.
Juan 15:16 "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros ..."
Tiempo futuro: acción indefinida que va a tener lugar en el futuro. Indica acción continua o concluida en el futuro. Por ejemplo:
Jaime estará estudiando la Biblia.
Juan 15:7 "Os será hecho."
Juan 15:8"... y seáis así mis discípulos."
Voz
(Muestra la relación del sujeto con la acción)
Ø Voz activa: indica que es el sujeto quien realiza la acción. Por ejemplo:
Jaime bañó al perro.
Juan 15:2 "Y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará.
Ø Voz pasiva: indica que la acción recae sobre el sujeto. Por ejemplo:
El perro es bañado por Jaime.
Juan 15:8 "En esto es glorificado mi Padre."
Ø Voz media: indica una acción reflexiva, en el que el sujeto realiza la acción y participa de sus efectos.
(Esta voz es propia de la construcción griega.) Ejemplos:
Jaime se bañó
Juan 15:16 "El Espíritu de verdad, el cual procede del Padre."
Es importante notar que cuando se busca algún verbo en un léxico griego, las voces media y pasiva tienen formas idénticas. Sin embargo , el contexto determina si la acción recae sobre el sujeto (voz pasiva), o si el sujeto realiza la acción y participa de sus efectos (voz media).
Hay también algunos verbos conocidos como deponentes, lo que significa que en los léxicos aparecerán entre los verbos de voz pasiva o media, aunque su función o acción es activa. Por lo general, los léxicos indicarán que se trata de verbos deponentes.
Modo
(Muestra cómo se relaciona la acción a la realidad, desde el punto de vista del que habla)
Ø Modo indicativo: modo declarativo o aseverativo. Es la afirmación de un hecho que, desde el punto de vista del que habla, se da como una realidad. Este modo simplemente afirma la realidad de hechos. Por ejemplo:
EL estudio de la Biblia ha cambiado la vida de Jaime
Juan 15:6 "... será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden."
Ø Modo imperativo: por lo general se trata de una orden o invitación. El modo imperativo impone a la voluntad de otro, u otros, la obediencia a la orden. Se usa para denotar prohibición y autoridad. Por ejemplo:
Jaime, haz tu tarea.
Juan 15:4 "Permaneced en mí"
Juan 15:9 "Permaneced en mi amor"
Juan 15:20 "Acordaos de la palabra que yo os he dicho."
En su estudio de la Palabra de Dios le resultará muy provechoso entender la combinación del tiempo presente con el modo imperativo, cuando este último expresa una prohibición u orden negativa. La prohibición imperativa presente exige la suspensión de cualquier acción que se esté realizando. Por ejemplo:
Juan 20:17 "Jesús le dijo: No me toques."
(Lo que en realidad le dice Jesús a María, que se había asido de Él, es: "Deja ya de seguir asida de mí")
Ø Modo subjetivo o de probabilidad. Implica cierta duda en cuanto a la realidad de la acción desde el punto de vista del que habla.Expresa la incertidumbre o una acción que pudiera o debiera realizarse. Este modo se emplea en oraciones condicionales, sugerencias categóricas y órdenes "amables". Por ejemplo:
Tal vez haya terminado Jaime su tarea.
Juan 15:2 "... para que lleve más fruto."
Juan 15:4 "Como el pámpano no puede llevar frutos por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecen en mí"
Juan 15:6 "El que en mí no permanece, será echado fuera ..."
Juan 15:19 "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo."
Algo más que le será provechoso en el estudio de la Palabra de Dios es el entender la combinación del tiempo aoristo con el modo subjuntivo que indica una prohibición u orden negativa. La prohibición del subjuntivo aoristo advierte o exhorta contra algo que aún no se ha realizado. Por ejemplo:
Juan 13:8 "Pedro le dijo: No me lavarás los pie jamás."
Es decir, Pedro está diciéndole a Jesús que ÉL no debe lavarle los pies, cuando Jesús aún no ha empezado a hacerlo.
Ø Modo optativo o desiderativo. Este modo muestra un deseo, por parte del que habla, de que se realice la acción. (No se usa tanto como los otros modos.) POr ejemplo:
Me gustaría que Jaime estudiara la Biblia
2 Tesalonicenses 3:5 "Y el Señor encamine vuestros corazones..."
(Biblia de Estudio Inductivo. p.1477 - 1488)
Tiempo, Modo y Voz del Verbo Griego
Tiempo
Son de importancia tanto el tipo de acción como el tiempo.
Modo
El modo expresa la relación que existe entre la acción y la realidad, desde el punto de vista del que habla
Voz
La voz expresa la realidad del sujeto con la acción
Prohibiciones
Casos en que el que habla da una orden negativa