Lectura
Salmos
Lectura de Salmos
Tiempo de Lectura= 4:40 / Contiene: 150 Capítulos, 24.61 versículos.
Datos de Orientación de los Salmos
Contenido: 150 salmos de rica diversidad, que en su actual arreglo sirvieron como el "himnario" para el judaísmo postexílico (segundo templo).
Fecha: de composición: los salmos mismos datan desde la primera monarquía hasta el tiempo después del exilio (aprox. año 1000 a 400 a.C.); la colección en su forma presente puede ser parte del movimiento de reforma reflejado en Crónicas y Esdras-Nehemías.
Énfasis: confianza en Jehová y alabanza a él por su bondad; lamento por la maldad y las injusticias; Jehová como rey del universo y las naciones; el rey de Israel como representante de Jehová en Israel; Israel (y los israelitas individualmente) como pueblo del pacto de Dios; Sion (y su templo) como el lugar especial de la presencia de Jehová en la tierra.
Panorama del Libro de los Salmos
Las 150 piezas que forman el libro de Salmos eran originalmente 147 salmos diferentes (uno ocurre dos veces: 14 y 53, dos a su vez están repartidos en dos: 9 y 10, 42 y 43). Cada uno fue compuesto independientemente, por eso, cada uno tiene integridad y significado propio. Sin embargo, los salmos no fueron coleccionados al azar, más bien, han sido ordenados y agrupados en tal manera que todo el conjunto lleva un significado que enriquece más las afirmaciones que o que cada uno hace por sí mismo. Por eso, en el Salterio se puede buscar significado en los salmos, individuales y también en su relación ordenada uno con el otro. Esto último es lo que destacamos en este capítulo y alentamos al lector a estar pendiente conforme avanza en su lectura.
Aunque el actual arreglo del Salterio viene del período postexílico, también mantiene la integridad de las colecciones más pequeñas que ya estaban en uso como parte de la historia de Israel en curso. Además, de las tres colecciones de salmos davídicos (3-41; 51-70; 138-145) también hay dos colecciones de salmos de "Asaf/hijos de Coré" (42-50; 73-88), más cuatro colecciones temáticas (reinado de Dios, 93-100; salmos de alabanza, 103-107; cantos de ascenso gradual [cantos de peregrinaje], 120-134; y salmos de Aleluya, 111-113 y 146-150).
La colección en su forma presente fue recopilada cono cinco libros, probablemente con el Pentateuco en mente (de aquí "David" corresponde a "Moisés"):
El lector notará que cada libro concluye con una doxología similar (41:13; 72:18, 19; 89:52; 106:48; y el total de 150). En los primeros cuatro casos no son una parte del salmo original, más bien son la obra del compilador final y tiene como función concluir los libros mismos. También es importante observar que. aunque la gran mayoría de los salmos son dirigidos a Dios, dentro de muchos de ellos hay palabras que se dirigen a las personas (suponiendo así un marco colectivo), aunque algunos de los salmos funcionan primordialmente como instrucción (especialmente los salmos de Torá-Sabiduría; ej. 1; 33; 37). A este respecto, compare Colosenses 3:16 y Efesios 5:19 (himnos acerca de Cristo cantados como acción de gracias y que también funcionan para instruir).
Recomendaciones Específicas para la Lectura del Libro de los Salmos
Los salmos fueron escritos antes que para otra cosa para ser cantados, uno por uno y no necesariamente en su orden canónico. Ésta es también la manera en que más frecuentemente son leídos: como cantos. El presente capítulo, entonces, buscará: 1) ayudar al lector a encontrar el sentido del arreglo canónico del Salterio, 2) ofrecerle una guía mínima para leer los salmos como parte de la historia bíblica. Al mismo tiempo. el lector deberá estar constantemente consciente de las suposiciones teológicas, juzgadas en términos de la manera en que los salmos encajan en la historia. La analogía sería la del himnario cristiano, el cual no tiene el propósito de que sea leído de principio a fin, sino que de hecho está cuidadosamente arreglado, ya que sigue usualmente las líneas teológicas y temáticas del año eclesiástico.
Es importante estar consciente de que, aunque la mayoría de los salmos son preexílicos, la colección tal como la tenemos era el himnario del judaísmo del segundo templo (postexílico). Cuando se recuerda el énfasis en Crónicas y en Esdras-Nehemías sobre los músicos asociados con el templo, puede fácilmente imaginarse el actual Salterio tomando forma durante ese período y ver que el arreglo mismo tenía significado para ellos.
Los cinco libros están cuidadosamente arreglados de modo que reflejan la historia de Israel, desde el tiempo de David hasta después del exilio. Los libros 1 y 2 básicamente dan por sentado el tiempo de la monarquía temprana, cuando David habla palabras del lamento y alabanza, tanto para sí mismo como para el pueblo, basado en la interminable bondad y justicia de Jehová. Juntos son enmarcados por dos salmos de coronación (2 y 72) que exaltan al rey como el ungido de Dios para el bien de su pueblo. En el libro 2, especialmente en la colección de Coré, inserta al principio, el lector encontrará también un buen número de himnos reales y de Sion (que se concentran en el rey), pero que ahora resaltan especialmente a Jerusalén y su templo como el lugar de la presencia y el reino de Dios. Por eso, ambos libros se concentran en David como rey bajo el reinado final de Jehová.
El libro 3, por otra parte, solamente tiene un salmo de David; en lugar de eso, por la presencia de algunos lamentos prominentes tanto exílicos como postexílicos, da sentada la caída de Jerusalén. Repite la nota triste del Salmo 44, los salmistas preguntan repetidamente: "¿por qué?" y "¿hasta cuándo?", en relación con el rechazo hacia Jehová por parte de ellos. Este libro entonces empieza con un salmo de sabiduría que se pregunta en voz alta acerca de "la prosperidad de los impíos" (73:3), termina primero con el salmo "más sombrío" del Salterio (Sal 88), cuya única nota de esperanza es el sobrescrito introductorio ("Oh Jehová Dios de mi salvación") y luego con un conmovedor lamento sobre el presente final (aparente) del pacto davídico (Sal 89).
En respuesta, el libro 4 empieza retrocediendo hasta Moisés con un salmo que le recuerda a Israel que Dios ha sido su lugar de morada por todas la generaciones. Luego, después de los salmos de confianza y agradecimiento (91-92), viene la colección del reinado de Jehová (93-100). A pesar del presente estado de la monarquía davídica, "Jehová reina! Este libro termina con salmos de alabanza (101-106), cuya última palabra es ruego para que Jehová reúna a los exiliados (106:47).
El libro 5 comienza con un salmo de alabanza que asume la reunión de los exiliados (107:2, 3) seguido por el salmo 108 que aclama el gobierno de Dios sobre todas las naciones. El resto de este libro, más heterogéneo que los otros, mira hacia adelante en una variedad de maneras al gran futuro de Dios para con su pueblo. Están incluidos algunos salmos reales (110: 118) que eran usados en anticipación a la gran venida del futuro rey, de modo que es de sorprenderse por el papel importante que esos salmos jugaron en el más temprano entendimiento de Cristo por parte de los cristianos. De la misma manera, los salmos de ascenso gradual habrían sido usados para peregrinaciones presentes (y en anticipación a futuras) del pueblo de Dios a Sion, aunque los cinco finales "!Aleluyas!" (146-150) les recuerdan la soberanía final de Dios sobre todas las cosas. Por eso, en el arreglo final de las cosas los tres primeros libros, contienen mayormente lamentos, aunque los últimos dos son predominantemente de alabanza y acción de gracias.
A la luz de este arreglo general, el lector deseará leer estando consciente de las bases teológicas seguras sobre las cuales estos poemas (cantos, oraciones y enseñanzas) fueron escritos. Primero, aunque muchos de ellos son lamentos individuales o himnos de alabanza, la colección misma da por sentado que hasta estos tiene una dimensión de "pueblo de Dios" para ellos: el individuo siempre es consciente de ser parte de la gente que junta pertenece a Dios en una relación de pacto y que comparte la misma historia.
Como en cualquier otra parte, Jehová es el centro de todo, y los salmistas están completamente consciente de que sus propias vidas son predicadas sobre su relación de pacto con Jehová. Por esto, sus cantos regularmente recuerdan a los que los cantan que Jehová es el creador de todo lo que hay, y por tanto, es el Señor de toda la tierra, incluyendo todas la naciones. Estos son recordatorios que usualmente afirman también el carácter de Jehová, especialmente su amor y su fidelidad (Éxo 34:4-6), pero también su misericordia, su bondad y su justicia. Al mismo tiempo, los salmistas evocan repetidamente los momentos importantes en su historia sagrada como pueblo de Dios. De hecho, varios salmos relatan la misma historia más general, ya sea en parte o completa y por diferentes razones (Sal 78; 105-106; 136). De modo que conforme avanza en la lectura, busque estas afirmaciones acerca de Dios (incluyendo las maravillosas metáforas) y las evocaciones de la historia misma: la creación, le elección, la liberación, la guerra santa, la herencia de la tierra, el papel de Sion/Jerusalén como el lugar de la presencia de Dios y morada de su vicerregente rey, y el papel de Israel en la bendición de las naciones.
Finalmente, es importante darse cuenta de que los Salmos 1 y 2, los cuales no tienen título y están enmarcados por le expresión: "Bienaventurado..." (1:1; 2:12) sirven para introducir todo el Salterio. El Salmo 1 (un salmo de la Torá/Sabiduría) tiene lugar de privilegio porque establece la presuposición teológica básica sobre la cual descansa todo lo demás, es decir, que Dios bendice a los que se deleitan en la ley y por tanto se comprometen a ser leales al pacto, mientras que lo opuesto predomina para los malvados. Esto sirve como base para la mayor parte de los lamentos, y también para los cantos de alabanzas y de acciones de gracias, puesto que es verdad, aun cuando la experiencia personal sugiere otra cosa. El Salmo 2 introduce entonces el papel del rey, quien como "Ungido" e "Hijo" de Dios (Israel como hijo de Dios, Éxo 4:22, 23, ahora se concentra en su rey) es protector del pueblo de Jehová. El Salmo 2, por tanto, sirve como base no solamente para las dimensiones de Sion y del reino, del Salterio - sin mencionar la agonía del Salmo 89 - sino que eventualmente llega a ser la clave para el mesianismo del NT a medida que se reconoce que estos salmos tienen su cumplimiento en Jesucristo.
Un Recorrido por el Libro de los Salmos
LIBRO 1 (1-41)
Salmos 1-2
Introducción al Salterio
Aunque estos dos salmos introducen todo el Salterio (ver comentario anterior), el salmo 1 también introduce la acometida principal del libro 1 en particular, mientras que el Salmo 2 introduce los asuntos principales del libro 2.
Salmos 3-7
Cinco lamentos (súplicas de ayuda)
Puesto que el libro 1 es predominantemente un lamento, es apropiado que tres declaraciones de confianza vespertina y matutina (3:5; 4:8; 5:3) estén al principio de la colección. Singularmente, estos lamentos combinan la oración a Jehová con afirmaciones acerca de Jehová y de la confianza que tenemos en él, y también el tema de sobreescribir para otros en el Salmo 4:2-5 (6:8, 9). Los Salmos 3, 5 y 7 suplican liberación de los enemigos, mientras que el Salmo 4 pide alivio en tempo de sequía y el Salmo 6 sanidad. Fíjese también en las presuposiciones teológicas (el papel de Dios en la guerra santa, la presencia de Jehová en Sion, 3:4; 4:5; 5:7, el carácter de Dios: misericordioso, justo) y que cada una de ellas corrobora lo que se asume en él.
Salmo 8
Alabanza al Creador
Este himno se goza en Jehová y en su majestad como Creador, a la vez que se maravilla en su condescendencia hacia la humanidad y en su papel en el orden creado, evocando por tanto a Génesis 1 y 2.
Salmas 9-13
Lamento por la liberación de "los pobres justos"
Juntos, estos cinco (o cuatro) salmos son de igual longitud que los cinco primeros lamentos (3-7). Los salmos 9 y 10 juntos forman una oración acróstica de liberación, donde cada línea empieza con letras sucesivas del alfabeto hebreo (ver 119). La primera mitad (Sal 9) es un ruego de liberación de las naciones malignas, las segunda mitad (Sal 10) asume la postura del pobre justo, la persona desamparada que recibe la injusticia social (Éxo 22:22-27; Amós; Isaías y Miqueas). Después de una afirmación de confianza en el gobierno justo de Jehová (Sal 11), dos lamentos más piden ayuda y liberación (12;13). Conforme lee, observe las diversas afirmaciones expresadas y asumidas acerca de Dios que marcan estos salmos.
Salmo 14
La necedad de la humanidad (ver salmo 53)
Note la manera en que este salmo sirve para concluir este segundo juego de lamentos, así como el Salmo 8 lo hizo al principio, al señalar la absoluta necedad y maldad de la humanidad que no reconoce a Dios (evocando así Génesis 3), mientras al justo justo pobre
Salmo 15-24
Sobre el acceso al templo
Juntos esta serie de salmos forman un diseño en forma de quiasmo. En el marco exterior los Salmos 15 y 24 se hacen la misma pregunta básica: ¿quién tiene acceso al templo de Jehová? (15:1; 24:3). La respuesta, por supuesto, es que aquellos que son justos al guardar al Salmo 1 (note cómo cada uno afirma diferentes aspectos de la ley). En el siguiente marco los Salmos 16 y 23 expresan confianza en Jehová, los dos concluyen en una nota de gozo por estar en la presencia de Jehová (16:11; 23:6). Los Salmos 17 y 22 son entonces ruegos de liberación, que especialmente expresan confianza en Jehová. En el marco interior, los Salmos 18, 20 y 21 juntos expresan oración y alabanza por la liberación del rey de sus enemigos (retomando el Salmo 2). El punto central en el grupo es el Salmo 19, que se deleita en la creación (Sal 8) - especialmente el sol de verano conforme se mueve a través del cielo - y en la ley (Sal 1). Nuevamente, conforme avanza en la lectura, busque las afirmaciones teológicas básicas (el amor de Jehová, Jehová como el guerrero divino, etc) y los ecos de la historia de Israel (la ley, le herencia de la tierra, le elección [el punto de 22:22-31], su papel entre las naciones, etc.).
Salmo 25-33
Oración, alabanza y confianza en el Rey de la Creación
Como con la agrupación anterior, se puede detectar el diseño en forma de quiasmo también aquí. En el marco exterior (acrósticos los dos), el Salmo 25 ofrece oración y alabanza por las misericordias del pacto de Jehová, mientras que el Salmo 33 (sin título) es un himno de alabanza por el gobierno misericordioso de Jehová. En el siguiente marco, el Salmo 26, es la oración de uno "sin culpa" ante la ley del pacto de Jehová, mientras que el Salmo 32 expresa la beatitud de aquel a quien Jehová ha perdonado. Los Salmos 27 y 31 apelan a Jehová contra falsos acusadores (note cómo concluyen con amonestaciones casi idénticas: "esfuérzate, y aliéntese tu corazón"). En el siguiente marco, el salmo 28 es la oración de uno que "desciende a la fosa" (2), mientras que el Salmo 30 es alabanza de uno que ha sido librado de "descender a la fosa" (3). Como con el grupo anterior, el punto central (Sal 29) alaba al Rey de la creación, esta vez a la luz de una tormenta. Nuevamente se marcan las diversas afirmaciones teológicas expresadas en estos himnos.
Salmos 38-41
Cuatro lamentos: oración y confesión de pecado
Estos lamentos finales en el libro 1 tienen un cuádruple común denominador: 1) El salmista está en un profundo problema (enfermedad en tres casos), que él percibe como resultado del pecado (de nuevo Sal. 1), 2) él es ridiculizado por sus enemigos, 3) mientras suplica misericordia confiesa su pecado, y 4) el ruego se basa en su confianza en Jehová. Es de interés que en la colección davídica original, el salmo 51 debiera ser el siguiente en el orden, el cual presente el tema de la confesión de pecado.
LIBRO 2
(Salmos 42-72)
Este libro a Sion, al templo y al rey, todos ellos en relación a Jehová, que mora en el templo en Sion y cuyo reinado sobre Israel es representado por el rey humano. Sin embargo, el lector se dará cuenta en este libro que el nombre genérico "Dios" (Elohim) ocurre con mayor frecuencia que Jehová ("Señor"). Esta sección empieza y termina con una serie de tres oraciones seguidas por un salmo real (42-44 y 45; 69-72), cuya armazón interior es una colección de salmos de Sion (46-48) y el maravilloso salmo que celebra la propia entronización de Jehová en el templo en Sion (68).
Salmos 42-45
Tres oraciones y un salmo real
El lector observará que los Salmos 42 y 43 son como uno (note el refrán repetido tres veces en 42:5; 42:11; 43:5). Su lugar al principio del libro 2 está con el anhelo del salmista de unirse a la peregrinación a Sion (42:4; 43:3, 4), mientras que el Salmo 44 anticipa el libro 3al lamentarse por una derrota nacional de proporciones considerables (pero sin mención de la devastación de Jerusalén como el Salmo 74). Fíjese especialmente en las apelaciones a la historia de Israel y a la lealtad al pacto. El salmo real que sigue (45) fue compuesto para celebrar la boda del rey.
Salmos 46-48
Celebración de Sion
Este trío de salmos de Sion es central en el libro 2, al celebrar la seguridad del pueblo en Sion (46 y 48) y el reinado de Jehová sobre toda la tierra (47). No importa lo que puedan haber sentido acerca de la dinastía davídica, los cantores de Israel recordaban bien que el "palacio" verdadero en Sion era el templo de Jehová Todopoderoso.
Salmos 49-53
Sobre la posición adecuada ante Dios
El lector deberá estar pendiente de las evocaciones del gobierno de Jehová desde Sion en este grupo de Salmos (50:1-15: 51:18, 19; 52:8, 9; 53:6), aun cuando ellos se enfocan en otros asuntos. Un grupo de ellos contrasta los acercamientos apropiados e inapropiados a Dios, no confiar en la riqueza (49), sino traer sacrificios basados en la lealtad al pacto (50), especialmente un espíritu penitente (51) porque Dios rechaza al malvado (52) y expone su necedad (53)
Salmos 54-59
Seis lamentos: oraciones y ayuda
Fíjese en lo que es común a estos lamentos, es decir , asumen la presencia del rey en Jerusalén, así como la presencia de Jehová en Jerusalén, quejas contra los enemigos, y el que el arma principal de sus ataques e la boca (calumnias, mentiras, etc).
Salmos 60-64
Cinco oraciones con temas comunes
Estos cinco salmos están cercados por un lamento común (60) y un lamento individual contra los enemigos (64). Fíjese en la manera en que todos continúan algunos de los temas anteriores: todos son pronunciados por el rey, la presencia de Jehová en Sion está en el corazón tanto de la oración como de la alabanza, ellos esperan en Jehová para protección y liberación de sus enemigos.
Salmos 65-68
En alabanza a las obras y presencia asombrosa de Dios
El tema principal del libro 2 entra con pleno enfoque con este grupo de himnos y acciones de gracias que exaltan el reino de Jehová al recordar sus obras "asombrosas", primero en favor de toda la tierra (65 y 67) y luego en favor de Israel (66 y 68). El salmo 68 es especialmente crucial, tanto para el libro 2 como para toso el Salterio, y que celebra la entronización de Jehová en Sion. Note cómo se han mudado de Sinaí a Sion y por tanto, es rey sobre Israel y sobre las naciones, sin mencionar toda la Tierra. El salmo 72, que concluye el libro 2, debe ser leído a la luz de este salmo.
Salmos 69-72
Tres oraciones y un salmo real
El libro 2 concluye ahora de manera similar a como empezó, con tres ruegos de ayuda que terminan con un salmo real. Fíjese en la menar en que el ruego en el salmo 69 da por sentado especialmente el papel de David como rey en relación al pueblo. Note además que los Salmos 70 y 71 elaboran nuevamente o repiten porciones de los Salmos 40:13-17 y 31:1-5. El salmo final (72) es crucial a los intereses mayores del Salterio: un salmo de entronización atribuido a Salomón, el hijo de David, que funciona con el salmo 2 para enmarcar la dimensión real de los libros 1 y 2; al mismo tiempo, resalta vigorosamente en la conclusión del libro 3 (89), que lamenta la desaparición de la dinastía davídica.
LIBRO 3
(Salmos 73-89)
Los varios lamentos notables exílicos y postexílicos en esta colección (incluyendo varios lamentos de la comunidad) reflejan el tiempo después de que Sion había sido desechado, el templo profanado y la dinastía davídica, con su "pacto eterno" (2 Sam 7:14-16) estaba sin un rey, Así, hasta los salmos preexílicos (76; 78; 83; 84; 87) se entienden mejor a la luz de esto, es decir, que contienen la memoria que ahora lamenta los salmos circundantes.
Salmos 73-78
Sobre el rechazo y esperanza para Sion
Como en el libro 1, es un salmo de sabiduría el que abre el libro 3, reflexionando en el enigma de la prosperidad de los malvados y así estableciendo el todo para lo que sigue. Junto con el Salmo 78 (otro salmo de sabiduría), enmarca dos oraciones (74; 77) que claman la cuestión básica del libro 3 (¿Por qué nos has desechado para siempre?, ¿acaso nos desechará el Señor para siempre?). Estos a su vez enmarcan una acción de gracias y un salmo de Sion (75-76), que resalta las razones de los lamentos. Note que el salmo 78 es uno de cuatro salmos que relatan la historia de Israel con algún detalle (105; 136), en este caso recordando rebeliones pasadas y sus consecuencias directas como una advertencia de lo que podría suceder de nuevo - y sucedió - en una escala todavía más grande.
Salmos 79-83
Sobre el rechazo y esperanza de Sion nuevamente
Este grupo de cinco salmos está enmarcado por dos juego de salmos que expresan de nuevo los temas básicos del libro 3. Aunque los Salmos 79 y 80 reflejan dos diferentes tiempos (después y antes de la caída de Jerusalén), tienen en común la cuestión básica de "¿Hasta cuándo?" (79:5; 80:4). De la misma manera, los Salmos 82, 83 tienen en común el ruego que concluye el primero (82:8) y empieza el segundo (83:1): ""Levántate!" y "No guardes silencio". Juntos encierran una exhortación a Israel que sugiere la razón de su caída (81)
Salmos 84-89
En celebración de Sion y lamento por su desaparición
Este grupo final está en dos juegos de tres, cada uno con un diseño similar. Empiezan (84) con una celebración de los atrios de Jehová y un anhelo ardiente por los atrios de Jehová. Es seguido por otro salmo que hace la pregunta tema ("¿Estarás airado con nosotros para siempre?", 85:5), que es seguido a su vez por el salmo davídico en el libro 3 (Sal 86), un ruego de misericordia basado en la gran revelación de Jehová en Sion, que es "compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad" (15; Éxo 34:4-6).
El segundo juego sigue el mismo diseño, empezando con una celebración de Sion (Sal 87), seguida por el oscuro lamento del Salmo 88 y concluye con un salmo en tres partes (89), que evoca las preocupaciones del Salmo 86. La primera parte (89:1-18) celebra el amor y la fidelidad de Jehová para con su pueblo, evidenciados especialmente por el pacto de David (19-37), juntos éstos se vuelven en la base para el lamento por la presente desaparición de la dinastía davídica (38-51). Note que la sección final del Salmo 89 contiene la pregunta tema: "¿Hasta cuándo, oh Jehová?" (46).
LIBRO 4
(Salmos 90-106)
En respuesta directa a la devastación de Jerusalén y al presente vacío de la dinastía davídica, el libro 4 empieza recordándonos que Jehová ha sido el "refugio" de Israel por todas las generaciones. El corazón de esta colección, por tanto, es la serie de salmos que celebran el reinado de Jehová sobre Israel y también sobre todas las naciones. El libro termina con una serie de respuestas al reino de Jehová, concluyendo con dos que recuentan la historia de Israel desde diferentes perspectivas.
Salmos 90-92
Jehová nuestro refugio
Retrocediendo al salmo titulado "de Moisés", el coleccionista colocó este salmo a la cabeza del libro 4, con su garantía inicial de que Dios ha sido "refugio" de Israel "de generación en generación". Este es seguido por un salmo de confianza de que "al Altísimo, has puesto como tu morada", como su punto central (91:9), y por un salmo de alabanza al "Altísimo" (92:1) por sus muchos beneficios, incluyendo la derrota de su adversarios.
Salmos 93-99
Jehová reina, regocíjese el pueblo
El tema común de este grupo de salmos es su celebración - en una variedad de maneras y razones - de que Jehová reina sobre Israel, las naciones y sobre toda la tierra. La única excepción aparente (94) da por sentado, no obstante, el reino de Jehová cuando clama por justicia sobre los que rechazan la Ley de Jehová. Note también la advertencia inherente en 95:7-11, que toma inquietudes del Salmo 78 y anticipa el salmo final de este libro (106), y que es la base para la exhortación en Hebreos 3:7-4:11.
Salmos 100-106
En alabanza de Jehová y esperanza de la restauración
Este grupo final en el libro 4 forma una especie de minisalterio, ya que estos salmos reflejan varias respuestas al reino de Jehová: celebración (100), una promesa de vivir fielmente (101), una oración por la reconstrucción futura de Sion (102, note especialmente el v.12 que da por sentado el reino de Jehová, pero que suplica que él también regrese a Sion), alabanza por el gran amor de Jehová (103) y alabanza de Jehová como Creador (104). Los dos salmos finales vuelven a narra la historia de Israel desde dos puntos de vista: un llamado a recordar todas sus misericordias en esa historia (105) y una advertencia a no repetir el lado de la rebelión de la historia (106). Note la manera en que el libro 4 termina con una oración de liberación desde el exilio (106:47, que refleja Deut 30:1-10).
LIBRO 5
(Salmos 107-150)
Este libro final en el Salterio es mucho más variado, tanto en forma como en contenido, que los anteriores. Empieza con un salmo de acción de gracias que abre (107:1-3) en respuesta directa a la oración en el Salmo 106:47 y termina con los cinco salmos de Aleluya. Además del papel central del Salmo 119, que evoca las iniquidades del Salmo 1, la mayor parte está compuesta de tres juegos de salmos:
1)110-118, que empieza y termina con salmos que, en este marco al menos, esperan la renovación del reinado davídico.
2) 120-134, los cantos de ascenso gradual, ahora cantados en el contexto del segundo templo, pero templo, pero también con una orientación futura.
138-145, una colección davídica que funciona como un tipo de estribillo, evocando los libros 1 y 2, concluyendo en la nota de la naturaleza eterna del reino de Dios y su fidelidad a sus promesas (145:11-13).
Así, en suma, le libro contiene salmos que reflejan la situación predominante y los anhelos futuros del judaísmo postexílico.
Salmos 107-109
Alabanzas al rescate de Dios de su pueblo y dos lamentos davídicos
Aunque no escrito con el regreso de la comunidad exiliada en mente, el himno de acción de gracias por la liberación empieza con el motivo de la "congregación" (107:1-3) y por tanto, sirve para introducir el libro 5. Note cuán rápidamente el Salmo 108 responde a esto, combinando alabanza (1-5) con un ruego a Jehová para que dé ayuda contra los enemigos de Israel (6-13) - un salmo elaborado de 57:7-11 y 60:5:12 - mientras que el Salmo 109 recoge este ruego, pronunciando los pecados del enemigo con gran detalle y pidiendo del mismo modo el juicio divino por justicia.
Salmos 110-118
El futuro rey y festival de salmos
Este grupo de salmos está enmarcado por dos salmos reales (110, 118), que en el judaísmo postexílico fueron reconocidos como mesiánicos, lo que explica por qué juntos jugaron un papel tan importante en el propio ministerio de Jesús (Mar 11:4-12:12, 35-37) y en la iglesia primitiva (Sal 110 en particular; Hech 2:34, 35; Rom 8:34; 1 Cor 15:25; Col 3:1; Heb 1:13) Ellos rodean una serie de salmos (exceptuando el 114) que empiezan o terminan con "!Aleluya!" y que eran usados en las grandes fiestas de Israel. El Salmo 114 muestra una de las grandes celebraciones de Israel por el éxodo, con maravillosas figuras (el mas "lo vio y huyó", "los montes brincan como carneros")
Salmo 119
En celebración de la ley, la palabra fiel de Jehová
El gran poema en celebración de la ley forma el punto central de interés del libro 5 , haciéndonos retroceder al Salmo 1 introductorio. Un acróstico alfabético (ocho líneas de poesía por cada letra del alfabeto hebreo), fue compuesto para alguien que reconocía los beneficios del don del pacto de Dios con su pueblo y se gloriaba en él.
Salmos 120-134
Cantos de ascenso gradual
Esta colección, toda titulada, pertenece a la tradición de hacer la peregrinación a Sion para las tres fiestas anuales. En el marco del judaísmo postexílico, seguramente llevaba también una dimensión futurista. Esté atento a los diferentes temas teológicos y de la "historia de Israel" que se encuentran en estos salmos
Salmos 135-137
En respuesta a los ascensos graduales
Los salmos 135 y 136, aunque tan diferentes, dan por sentado la llegada de los peregrinos al santuario de Jehová para adorar. Note la manera en que el primero lo adora por la creación y elección (sobre aquellos cuyos dioses son ídolos), y el segundo es otra nueva narración de la historia de Israel, con respuesta antifonal. El último salmo (137) lamenta la realidad del exilio cuando la peregrinación no era posible.
Salmos 138-145
La colección davídica final
El cuerpo principal del Salterio concluye apropiadamente con una colección final de los salmos atribuidos a David. Empiezan con alabanza (138), avanzan a un reconocimiento de la grandeza de Jehová como el omnisciente y omnipresente Dios - expresado con asombro, no con temor (139) - seguido por cinco oraciones por liberación (140-144). Concluyendo con otro acróstico alfabético (145) alabando a Jehová por sus obras maravillosas y por su carácter: bondad, compasión, fidelidad, justicia. Note especialmente los versos 11-13, que anticipan el reino eterno de Dios.
Salmos 146-150
Aleluya quíntuple
Estos "aleluyas" finales acentúan el punto principal del Salterio: Dios debe ser alabado, por ser el ayudador del desvalido (146), como Creador y Restaurador de su pueblo (147, note la manera en que esos dos temas se entretejen); del cielo arriba y de la tierra abajo (148), con danza, con sus gargantas y con espada en la mano (149), y con llamamiento a alabar con toda clase de música y danza (150). Este último salmo parece haber sido compuesto deliberadamente para concluir el libro 5 y todo el Salterio. Hacemos bien en atender este llamado de manera continua. Dios es digno. !Aleluya!
Esta colección de salmos, que es la voz del pueblo de Dios cantando en alabanza y oración, sirve también para recordarles -- y a nosotros también -- el papel central de la adoración en la historia bíblica, adoración que se enfoca en el Dios vivo recordando su bondad y amor esenciales así como sus obras asombrosas a favor de ellos.