Arqueología 

Jueces

Arqueología de Jueces

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Jueces 1. “Período de los Jueces”

El periodo de los jueces se extendió desde finales de la conquista, alrededor de 1400 a.C., hasta que Saúl fue ungido como rey de Israel aproximadamente en 1050 a.C. Un documento egipcio, el papiro Anastasio 1, describe la Canaán de la época, como algo parecido al «salvaje oeste» norteamericano, con rutas casi intransitables por carros que auguraba peligros siempre presentes de animales salvajes y ladrones. Durante esta época, Israel funcionaba como una sociedad tribal guiada por líderes llamados jueces, y su centro religioso estaba en Siló (Jos 18:1)

Para finales del siglo XIII a.C., los israelitas eran el poder político principal en la región. Eso cambió, sin embargo, con la invasión de los filisteos a principios del siglo XII a.C.2 Los israelitas estuvieron casi continuamente en guerra con los filisteos por los próximos dos siglos, hasta que David finalmente sometió este molesto adversario de una vez y por todas.

Un cambio socioeconómico importante se dio en la región este del Mediterráneo durante el periodo de los jueces. Las ciudades-estado que habían predominado en la Edad de Bronce Tardío fueron destruidas a finales del siglo XIII y principios del XII a.C., acomodándose en la Edad de Hierro. Los pastores rurales como los israelitas, no podrían depender durante más tiempo de las ciudades-estado para producir y fueron obligados a establecerse y convertirse en agricultores para sobrevivir. De esta manera, mientras los israelitas eran pastores, que dependían en su mayor parte de rebaños y manadas para su seguridad económica (Gn 46:32-34; 47:3; Éx 12:38; Jue 5:16) y moraban en carpas (20:8) al principio del periodo de los Jueces, para los días de Gedeón, alrededor de 1190 a.C., al menos algunos de ellos se habían vuelto agricultores y vivían en pueblos (6:3-4, 11,27-30,37).

Muchos eruditos afirman que el registro de la conquista en Josué es idealista, con un relato más realista, detallado en Jueces 1. No obstante, ambos libros identifican la misma lista de ciudades que no pudieron ser conquistadas (Jos 13:3-4; 15:63; 16:10; 17:11-12,16; Jue 1:27-36). El enfoque en Josué no es en aquellos fracasos, sino en las victorias que resultaron al permanecer fieles al Señor. Por otra parte, Jueces hace énfasis en los fracasos de Israel durante una época cuando el pueblo de Dios siguió el camino pagano de las naciones alrededor de ellos.


PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Jueces 2. “Las cartas de Amarna y los habiru”

Unas pocas décadas después de la conquista, a mediados del siglo XIV a.C., un reformador y visionario llamado Amenhotep IV llegó al trono en Egipto. Instituyó cambios generalizados en los campos del arte, la política y especialmente la religión. Amenhotep IV rechazó el panteón tradicional de las deidades egipcias y adoró solamente a «Atón», el disco solar. Amenhotep cambió su nombre por Ajenatón, «uno que es útil a Atón», y edificó una nueva capital a la que llamó Ajetatón, «el horizonte de Atón», en Amarna cerca de 403 km al norte de Tebes, la capital original. La vida en la nueva capital se centró en la adoración a Atón. A continuación del reinado de Ajenatón durante 17 años, los egipcios conservadores pronto volvieron a sus antiguas costumbres, trasladaron la capital de nuevo a Tebes y restablecieron sus dioses tradicionales.

En 1887, una mujer beduina descubrió, entre las ruinas de Ajenatón, una cantidad de tablillas de arcilla con escrituras en ellas. Cuando se supo que las tablillas eran de valor, los nativos del lugar excavaron varios cientos de ellas y las vendieron a varios museos y a particulares. Unas pocas más fueron luego halladas en excavaciones restringidas de manera oficial. En total, se recobraron 382 tablillas, casi todas ellas son correspondencia diplomática y por esa razón han sido llamadas las Cartas de Amarna.

Las cartas están escritas en acadio (Babilonio), el lenguaje internacional de la época, en lugar de jeroglíficos' egipcios. Estas cartas abarcaron un periodo de aproximadamente 20 años a media• del siglo XIV a.C. Un ladrillo marcado identificaba el edificio donde las tablillas fueron encontradas, como el «lugar de la correspondencia del faraón». Unas pocas de estas cartas están como correspondencia para despachar, pero la gran mayoría son mensajes diplomáticos recibidos de todo el antiguo Cercano Oriente. Alrededor de 106 de ellos son de reyes vasallos egipcios en Canaán y de esta manera son de gran interés a los que estudian la Biblia.

Las cartas de Canaán proporcionan un vistazo poco frecuente a las condiciones presentes a mitad de siglo más o menos luego de la conquista. Esto sucedió al inicio del periodo de los jueces, cuando tribus individuales consolidaban sus posesiones con la tierra. El relato bíblico es parecido a la situación reflejada en las Cartas de Amarna. Los gobernantes de la ciudad-estado reportaron hostilidad a través de todo Canaán. Se quejaron, particularmente, acerca de un grupo de personas llamado Habiru. La cartas lo advirtieron, que si el faraón no tomaba acción, todo lo de Canaán sería tomado por este pueblo. El rey de Jerusalén se lamentó, <da guerra contra mí es severa... Habiru ha saqueado todas las tierras del rey». Pero, ¿quiénes eran estos habiru?

Los habiru son mencionados en textos provenientes de varios lugares en el Cercano Oriente de aproximadamente entre 1750 y 1150 a.C. Estos textos indican que eran miembros de una tribu nómada o fugitivos que se habían introducido en zonas urbanas y estaban provocando problemas a las poblaciones metropolitanas. Es posible que exista una conexión lingüística entre el término «habiru» ye! nombre bíblico «hebreo». Algunos habiru en las tierras montañosas de Canaán, a mediados del siglo XIV a.C. pudieron haber sido los israelitas, pues-to que la Biblia los identifica como un pueblo que estuvo en esa zona durante esa época. A pesar de que tener la certeza de que no todas las personas llamadas habiru eran israelitas, los pueblos indígenas de Canaán pudieron también haber apodado así a los israelitas, y el nombre pudo haber permanecido como hebreos.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Jueces 3. “El Palacio de Eglón”

Eglón, rey de Moab,' dirigió una coalición de moabitas, amonitas y amalecitas del este del Mar Muerto y el valle del Jordán y sometió a las tribus israelitas durante la segunda mitad del siglo XIV a.C. (Jue 3:12-14). Estableció su centro de operaciones en Jericó, la Ciudad de las Palmeras (cerca de 13 km al nor-este del Mar Muerto), y desde allí recolectaba tributo de los israelitas. Cuando el arqueólogo británico John Garstang excavó Jericó en 1933, descubrió una estructura enorme que él identificó como el palacio de Eglón. Él lo apodó el «edificio medio» puesto que se encontraba en medio de estructuras de la Edad de Hierro por encima y de la ciudad destruida de la Edad de Bronce por debajo.' Había sido construido en algún momento de la segunda mitad del siglo XIV a.C., exactamente en la época de Eglón.

El edificio medía 11.9 ro por 14.6 m y tenía adentro mucha alfarería pintada, tanto de la región como importada. Una tablilla cuneiforme, un hallazgo insólito en Palestina, atestiguaba que su dueño había estado involucrado en actividades administrativas de algo rango. Ningún otro edificio de esa época fue descubierto, de manera que es evidente que no existía una comunidad local. La única estructura que fue excavada había sido ocupada por poco tiempo y luego abandonada. Esto calza con la situación en Jueces 3. Aparentemente Eglón viajaba a Jericó de manera periódica a recoger el tributo de los israelitas. Allí, construyó un pueblo lujoso, como se menciona en el capítulo 3. Sin embargo, este edificio fue en efecto, abandonado luego de 18 años cuando Eglón fue asesinado por Aod y los moabitas huyeron hacia el otro lado del río Jordán.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Jueces 4. “Débora y Barac y la destrucción de Jazor”

Después de 20 años de opresión, Débora y Barac reunieron seis tribus israelitas y derrotaron al ejército de Jabín, rey de Canaán, en el río Quisón (Jue 4:15). Sísara era jefe del ejército de Jabín. Débora y Barac continuaron su ofensiva «hasta que destruyeron» a Jabín, que gobernaba a Jazor. De acuerdo a los datos cronológicos en el Antiguo Testamento, este acontecimiento podría haber ocurrido durante la segunda mitad del siglo XIII a.C.

Excavaciones en Jazor, efectivamente, han revelado evidencia de una destrucción masiva en esta época, tan severa que la ciudad no fue reconstruida hasta la época de Salomón, en el siglo X a.C. Un aspecto intrigante de la destrucción es que las cabezas y manos de las estatuas tanto de deidades y como de dignatarios fueron intencionalmente quebradas (cf. 1S 5:4). Los arqueólogos sugieren que esto podría haber sido la obra de los israelitas, llevando a cabo los requerimientos de Moisés de «derribaran sus ídolos y borrarán de esos lugares los nombres de sus dioses» (Dt 12:3).


Al primer vistazo parecería una extraña coincidencia que Jabiri fuera el nombre tanto para el rey de Jazor derrotado por Débora y Barac, como el del rey de la misma ciudad derrotado por Josué (Jos 11). Sin embargo, una carta real de Jazor del siglo XVIII o XVII a.C,, las tablillas de Mari3 del siglo XVIII y texto egipcio del siglo XIII, todos se refieren a reyes en Jazor con el nombre Jabín. Es claro que Jabín era un nombre dinástico en Jazor (de modo similar que los gobernantes egipcios individuales fueron llamados faraón), y la Biblia refleja este hecho histórico de manera precisa.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Jueces 5. “Los relatos de la batalla de Cades: el Boletín y el Poema”


Jueces 4 registra en prosa la derrota de Sísara, capitán del ejército de Jabín, a manos de una mujer quenita. Esto continúa en el capítulo 5 mediante una narración poética del mismo acontecimiento. Diferencias de estilo y detalles entre ambas versiones han llevado a muchos eruditos a descartar la veracidad una de las dos versiones. Por ejemplo, el capítulo 4 menciona solo las tribus de Neftalí y Zabulón como las involucradas en la batalla (4:6-10), mientras, el capítulo 5 incluye a Efraín, Benjamín, Manasés e Isacar (5:13-18) Algunos sostienen que ambas versiones provienen de fuentes separadas que más tarde fueron combinadas por el antiguo editor del libro de Jueces. Esta conclusión, sin embargo, es innecesaria, ya que las aparentes discrepancias pueden ser explicadas por otros medios.

El hecho de que las narraciones en prosa y poéticas de los mismos acontecimientos ocurrieran juntas en la antigüedad, pueden ser demostradas por la obra literatura egipcia. En el quinto año del reinado de Ramsés II de Egipto (1275 a.C.);el ejército egipcio peleó contra Muwatalli II de los hititas en el sitio de Cades cerca del río Orontes. El triunfo egipcio es representado en un par de paredes en relieve que fueron esculpidas en numerosos templos egipcios, siempre acompañadas por inscripciones dobles que narraban el papel heroico de Ramsés II en la victoria (aunque la victoria no fue tan completa como lo sugerían las inscripciones).

Uno de los dos relatos que aparecen con las escenas de la batalla se conoce como el Poema, una descripción poética de la batalla completa con una sección ocasional en prosa. Un texto en prosa (conocido Como el Boletín) provee información complementaria, a saber una narración del faraón interrogando a dos exploradores hititas. Así como Jueces 4 y 5, el Boletín y el Poema contaban de nuevo acerca de una victoria militar de diferente manera: una en prosa, la otra poética. Además, ninguno de los dos trabajos, repite la misma información con precisión sino que se complementan la una con la otra, además el Poema es la narración más completa o universal de la batalla. La presentación de estos dos segmentos, junto con los correspondientes dos relieves de batalla en muchos templos, indica que estaban previstos para ser leídos juntos y habían sido encargados y elaborados al mismo tiempo.

Por lo tanto, el hecho de que Jueces 4 cons-tituye un informe narrativo de la batalla contra Jabín y Sísara, mientras que Jueces 5 es una interpretación poética del mismo acontecimiento, no es una señal de que uno de los reportes sea menos veraz que el otro. Era común que los acontecimientos importantes se conmemoraran de manera literaria y poética, a la vez que se registraba en una prosa más común. Mientras que la narración el Boletín de información más precisa con respecto a acontecimientos específicos en la batalla de Cades; Jueces 4, muy probablemente se enfoca en las dos tribus que proveían las fuerzas militares más influyentes aunque otras tribus ayudaron en la batalla.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Jueces 6 “El descenso de Ishtar”

Los lectores cristianos modernos de Jueces 6, pueden quedar asombrados al aprender cuán rápidamente, y al parecer casi despreocupadamente, las familias israelitas caían en la adoración de dioses paganos y erigían altares en honor a ellos. Es útil ver la manera tan generalizada y universal en la que estos mitos de los dioses paganos eran aceptados. Por ejemplo, existen varias versiones del Descenso de la diosa lnanna (también llamada Ishtar) al infierno.

Una versión sumeria inicia con la diosa Inanna decidida a visitar el infierno, quizá para gobernar allí. Ella consigue la admisión pero debe pasar a través de siete puertas para entrar al infierno. En cada puerta es despojada de sus símbolos de prestigio y divinidad: su corona, sus joyas y sus prendas de vestir. El proceso es un símbolo de muerte, y así Inanna llega desnuda como lo hacen los muertos cuando entran al infierno. Entonces Inanna es condenada por su acción de entrar al infierno y su cadáver es colgado.

El siervo de Inanna, Ninsubur, ruega a los dioses, y Enki, el dios de la sabiduría, crea dos criaturas las cuales entran al infierno y reviven a Inanna. A ella se le permite regresar al mundo exterior, pero debe conseguir un sustituto para que ocupe su lugar. Ella decide no tomar a nadie que haya guardado luto por ella, pero está enojada al descubrir que su antiguo amante Dumuzi va ataviado con ropas espléndidas en lugar de ropas de luto. Geshtinanna, la hermana de Dumuzi, suplicó por él y se hizo un acuerdo por medio del cual Dumuzi y Geshtinanna pasarían cada uno, medio año en el infierno. Esos ciclos de descenso a la muerte y de nuevo ascensión, simbolizaban las estaciones y la aparente muerte de la vegetación anual (en la versión acadia, no crecería ninguna planta sobre la Tierra mientras Inanna/Ishtar estuviera en el infierno).

Variantes de este mito pueden ser hallados a lo largo del antiguo mundo. Dumuzi se menciona en la Biblia bajo el nombre de Tamuz. El homólogo cananeo a la lnanna sumeria o a la Ishtar acadia es Astarté (o algunas veces Anat). La diosa egipcia Isis, juega un papel similar. Aunque difiere en los detalles, hay alusiones aquí también a los mitos griegos de Perséfone. Mediante estos mitos los pueblos antiguos intentaron conciliar los temas de la fertilidad, las estaciones, la sexualidad y la muerte. Debido a que los mitos eran mantenidos casi universalmente y porque parecían ayudar al pueblo-a comprender los problemas fundamentales de la vida, era difícil para el israelita promedio evitar sucumbir a sus encantos. A pesar de que a todos se les había dicho lo contrario, muchos israelitas creían que ellos podían adoptar estos mitos y los dioses y diosas detrás de ellos, y aún así permanecer fieles a su Dios, Yahveh, y a su pacto.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Jueces 7. “Cambios en Canaán”

Durante el periodo de los jueces (aprox. 1400-1050 a.C.), importantes cambios políticos, sociales y económicos que impactaban las tribus israelitas tuvieron lugar a lo largo de la región mediterránea. Cuando los israelitas entraron a Canaán encontraron ciudades-estado fortificadas. La noche anterior a su entrada, Moisés les advirtió que se enfrentarían a grandes ciudades fortificadas «hasta el cielo» (Dt 9:1). Israel logró dominar las zonas montañosas, dejando aquella región casi desprovista de población urbana. Los centros urbanos, sin embargo, permanecieron intactos en las tierras bajas.

A finales del siglo XIII a.C., por razones no del todo comprendidas, las culturas urbanas a lo largo del Mediterráneo comenzaron a colapsar. A principios del siglo XII a.C., apareció una nueva cultura en Canaán: pequeños pueblos agrícolas y sin amurallar, dispersos a través de todo el paisaje. Los arqueólogos se refieren a este periodo como la Edad de Hierro.

Estos centros agrícolas proveen la primera evidencia arqueológica tangible de la presencia de Israel en Canaán. Evidencia de la presencia de Israel en la tierra antes del siglo XII a.C., es prácticamente imposible de encontrar. Tampoco contamos con ningún registro en la Biblia o en alguna otra parte, del encuentro del pueblo de Dios con las fuerzas egipcias que algunas veces avanzaron a través de Canaán durante la Edad del Bronce Tardío. El primer encuentro documentado, de hecho, no ocurre hasta la época de Mer-nepta a fines del siglo XIII.

Por lo tanto, un grupo de eruditos cree que Israel no existió en la tierra, sino hasta alrededor de 1200 a.C. Algunos sostienen que la nación israelita surgió de la población indígena cananea de esta época. Esta teoría descarta por completo como no históricos: el registro bíblico de los patriarcas, la permanencia egipcia, el éxodo, el peregrinaje en el desierto,' la conquista y el periodo temprano de los jueces.

Mientras que es cierto que hay escasa evidencia de los israelitas en la tierra de Canaán durante la edad del Bronce Tardío, numerosos factores identificables pudieran narrar esto de manera razonable:

Hay límites en cuanto a lo que la arqueología puede decirnos acerca del inicio de Israel. Sin embargo, la información que provee esta disciplina, coincide muy bien con una lectura cuidadosa del relato bíblico.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Jueces. “La estela de Merneptah”


La estela de Merneptah es una losa con inscripciones descubierta en el templo mortuorio del faraón Merneptah en Tebas, Egipto, en 1896 (Merneptah algunas veces es escrita como Merenptah). Este monumento es el registro extrabíblico más antiguo de Israel y contiene la única mención de Israel en los registros egipcios. Esta referencia aparece en una corta sección donde se describe una campaña militar en Canaán dirigida por Merneptah durante los primeros años de su reinado, alrededor de 1210 a.C. Ésta afirma que «Israel se echó a perder, pero no su semilla; y que Hurru se convirtió en viu-da por causa de Egipto».

Como sucedía en la mayoría de los casos de los registros antiguos, el texto exagera los logros de Merneptah. De hecho, él no aniquiló a Israel como lo afirma la estela. La mención de Israel en la lista de ciudades-estado y naciones supuestamente derrotadas por este faraón, avala que Israel era una entidad importante en los días de Merneptah, si se asume que a él no le habría interesado alardear acerca de la derrota de un desconocido o indefenso grupo de gente.

No obstante, la verdadera importancia de la estela de Merneptah es difícil de exagerar:

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Jueces 9. “Abimelec en Siquén”

Abimelec, el hijo de Gedeón, intentó convertirse en rey de Israel con la toma de control de Siquén' (véase «Mapa 3»), un importante centro comercial y político. Él recibió fondos «del templo de Baal Berit» (Jue 9:4), también conocido como «Baal del pacto». Baal fue el dios cananeo de la tormenta y de la fertilidad. Referencias adicionales al «templo de su dios» (v. 27), la «torre de Siquén» (vv. 46-47) y el «templo de El Berit» (vv. 46) parecen referirse todas al mismo templo. Muchos hallazgos arqueológicos en Siquén se relacionan directamente con Jueces 9.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Jueces 10. “Amón”

Excavaciones de Rabbá Amón, la capital del antiguo Amón, indican niveles de ocupación que datan de la Edad de Bronce Temprana.' Aunque esta parece haber sido una ciudad importante en la Edad de Bronce Medio, experimentó una disminución en la población lo que fue una característica del periodo de Bronce Tardío de la región. Aparecen de nuevo las fortificaciones de la Edad de Hierro, lo que sugiere que Amón una vez más se convirtió en un estado poderoso. La Biblia indica que los amonitas estaban relacionados tanto con los moabitas como con los israelitas (Gn 19:37-38). Para la época del éxodo, los amonitas y moabitas ocupaban juntos el sur de Transjordania. Cuando los israelitas pasaron a través de este territorio en su camino a la tierra prometida, se les prohibió específicamente, por esta relación, la conquista de la tierra de los amonitas (Dt 2:19,37).

Durante el periodo de los jueces los amonitas y amalecitas ayudaron a los moabitas a recuperar la tierra perdida de Israel (Jue 3:13), sin embargo, el Señor levantó a Aod para liberar a su pueblo. Más tarde, Jefté derrotó a los amonitas que estaban oprimiendo a Israel, especialmente a las tribus transjordanas (10:6--11:33). Basándonos en las imponentes fortificaciones de piedra del siglo XVII a.C. que han sido descubiertas allí, es evidente que Amón se había convertido en una fuerza impresionante por esta época. Cuando Najás ascendió al trono amonita aproximadamente en 1020 a.C., intentó restablecer el control sobre las tribus de Transjordania, atacando a Jabés de Galaad (1S 11:1). El rey Saúl encabezó 33.000 soldados para rescatar al pueblo y masacrar las fuerzas de Najás (1S 11:4-11).

Najás y David llegaron a un acuerdo amistoso mientras que David huía de Saúl. Cuando Najás murió, David envió sus condolencias a su heredero, Janún, sin embargo Janún avergonzó a la delegación que David había enviado, de ese modo incitó a la guerra (2S 10:1-6). El ejército de David derrotó a los mercenarios de Janún, y Rabá, la capital amonita, fue finalmente derrotada por Joab (2S 11:1; 12:26-31).

Más tarde, los amonitas declararon su independencia de Israel luego de que el faraón egipcio, Sisac, invadió la región que fue llamada Palestina mucho tiempo después. A mediados del siglo IX a.C., Basá, el rey amonita se unió a la alianza que detuvo a Salmanasar III mientras se dirigía hacia el mar Mediterráneo. Esta alianza, mencionada en los anales asirios, estaba encabezada por Nadad Ezer de Damasco y Acab de Israel. Poco tiempo después, los amonitas, moabitas y meunitas atacaron a Josafat (2Cr 20:1-30), tal vez ante el temor que Judá estaba creciendo poderosamente bajo su gobierno. Sin embargo, los miembros de la alianza transjordana se volvieron los unos contra los otros y dejaron de amenazar a Judá (2Cr 20:22-23).

El rey Uzías de Judá fue capaz de recobrar el control sobre Amón a principios de del siglo VIII. Cuando los amonitas intentaron una revuelta contra Jotán, el sucesor de Uzías, fueron rápidamente derrotados y luego obligados a enviar un tributo anual a Jotán (aprox. 740 a.C.). Tiglat Piléser, el rey asirio, redujo todos los estados de la zona a un simple vecindario de vasallos alrededor de 732 a.C., incluyendo a Israel, Judá y Amón.' Muchos reyes amonitas son mencionados en los anales asirios posteriores, como reyes que pagaron tributo a Senaquerib y a Asaradón,8 y parece que Amón disfruté de (jeto grado de prosperidad bajo el gobierno asirio.

Cuando el imperio asirio cayó ante los babilonios en 612 a.C., los amonitas se trasladaron al territorio que una vez ocupado por Judá. Nabucodonosor II de Babilonia protegió a los amonitas de la invasión de las fuerzas árabes, mientras usaba las fuerzas amonitas para acosar al pueblo de Judá en Transjordania (2R 24:2).» No obstante, según aumentaba la opresión babilónica, Amón se unió a una conspiración en contra de Babilonia, encabezada por Judá. Cuando esto fracasó, como Jeremías había advertido que ocurriría, muchos sobrevivientes huyeron hacia Amón mientras Nabucodonosor aplastaba a Jerusalén. Más tarde, Amón fue aniquilada a medida que Nabucodonosor atacaba Rabá (aprox. 581 a.C.). A pesar de que los amonitas vivían aún en la zona en el momento en que los exiliados regresaron de su cautiverio (Neh 2:10), nunca más disfrutaron de autonomía.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Jueces 11. “La virgen”

La petición de la hija de Jefté de que se le permitiera ir a las montañas y llorar por su virginidad (Jue 11:37) desarma a los lectores modernos casi hasta lo incomprensible. ¿Por qué una joven que estaba a punto de morir como sacrificio humano, enfocarla su atención en su virginidad?' Para comenzar a entender esto, es necesario reconocer la inmensa importancia que se le atribuía a la virginidad en las culturas antiguas, especialmente en Israel. Unos pocos ejemplos lo aclararán:

Dados estos antecedentes culturales, es claro que la hija de Jefté, como la mayoría de las jóvenes israelitas, debió haber considerado la conservación de su virginidad hasta el matrimonio como primordial para su identidad. Esta joven mujer nunca obtendría la meta de llegar al matrimonio como una novia casta.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Jueces 12. La confiabilidad de Jueces”

El libro de Jueces es con frecuencia considerado como una fusión de historia, leyenda y simple ficción. Sin embargo, los hallazgos arqueológicos han demostrado que tenemos buena razón para mantener la exactitud de los relatos conservados en este libro. Si extraemos los datos esenciales, podemos resumir la evidencia que apoya la lectura de Jueces como un relato fidedigno:

Los relatos de Jueces no son leyendas o mitos, sino narraciones valientes y con frecuencia trá-gicas de los caprichos del pueblo de Dios. La evidencia arqueológica respalda fuertemente la aceptación evidente de los relatos.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Jueces 13. “La arqueología de Filistea”

El texto egipcio sugiere que los filisteos eran parte de un migración a gran escala de varias tribus del Egeo, referidos como Pueblos del Mar, quienes intentaron entrar a Egipto. Mientras iban de camino por tierra y mar por la costa baja del Mediterráneo, dejaron tras de sí una franja de destrucción. Las tribus llegaron a la frontera de Egipto alrededor de 1177 a.C. pero fueron rechazados por Ramsés III. Ellos se retiraron a Canaán' y se establecieron en zonas previamente conquistadas.

Los filisteos tomaron una de las partes más importantes, la zona costera sureste, la cual fue conocida como Filistea. Los filisteos tuvieron cinco centros importantes: Gaza, Ascalón, Asdod, Ecrón y Gat (1S 6:17). Excavaciones en estos sitios han revelado un patrón común de asentamiento filisteo: la ciudad anterior era destruida violentamente y en su lugar se construía una ciudad fortificada, más grande y mejor planificada. Los filisteos trajeron consigo su cultura nativa egea en forma de arquitectura, alfarería, objetos religiosos, metalurgia (2S 13:19-22), costumbres fúnebres y lenguaje.

Pronto los filisteos se extendieron hacia el este y dominaron a los israelitas (le 13:1). La tribu de Dan fue impactada directamente, ya que sus tierra estaba en el sector norte de Filistea. Sansón fue el primer líder militar israelí en contrarrestar la opresión filistea, probablemente en la última parte de el siglo XII a.C. (v. 5).

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Jueces 14. “Timnat”

Josué 15:10-11, nos informa que Timnat estaba ubicada entre Bet Semes (Tell er-Rumeilah) y Ecrón (Tel Micine; véase también «Mapa 4»). El único sitio importante entre estos dos lugares es Tel Batash. La alfarería filistea desenterrada en las excavaciones allí efectuadas, confirma aún más la identificación de Tel Batash como la bíblica Timnat. Tel Batash está ubicada en la llanura costera, en la parte oeste del fértil valle de Sorec, 26 km de la costa mediterránea y 32 km al oeste de Jerusalén.

Timnat estaba en la frontera este del territorio filisteo, junto con las dos ciudades más grandes de la confederación filistea, Ecrón y Ascalón, 5.6 km al oeste y 48 km al sureste, respectivamente (Jue 14:19;). Sansón mismo vivió en Majané Dan, el «campamento de Dan», en las afueras de las montañas israeli-tas, 9:6 km al este de Timnat. La declaración bíblica de que Sansón “descendió a Timnat” (v. 1) es literal; existe una diferencia de nivel de 244 m entre el área del hogar de Sansón y la ciudad de Tell Batash.

Las excavaciones fueron hechas en Tell Batash entre 1977 y 1989. El pueblo en los tiempos de Sansón, era un centro urbano fortificado de alrededor de cinco acres de tamaño, bien planificado y con una gran densidad de población. Los edificios estaban construidos con paredes de ladrillo de barro sobre cimientos de piedra. Un frasco de almacenaje con una carta grabada en la agarradera demuestra que existía conocimiento de la escritura en el pueblo. Un bulla de arcilla (un bloque de arcilla con inscripciones en él) fue encontrada, lo que indica que alguna de las escrituras fue hecha en papiro.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Jueces 16. “Sansón y el templo de Dagón”

Solo un número limitado de excavaciones se han emprendido en Gaza, por lo que tenemos poca idea de cómo era la ciudad en tiempos de Sansón. Sin embargo, casas dedicadas a moler (Jue 16:21) y un templo (vv. 23-30) similar al aquéllos mencionados en Jueces 16 han sido desenterrados en otros sitios. Las casas destinadas para moler, conocidas tanto de los textos antiguos como de las muestras desenterradas, fueron lugares donde los prisioneros molerían grano para sus amos. Las herramientas eran simples, piedras para moler a mano: una piedra con forma de barra de pan, en la parte superior y una más grande y ligeramente cóncava en la parte inferior llamada metate.

Sansón pasó sus días arrodillado enfrente de un metate, presionando una piedra de acá para allá, moliendo cereal para convertirlo en comida.

La mayor hazaña de Sansón fue la destrucción del templo de Dagón. Los únicos temples evidentemente filisteos, son !os hallada; hasta la fecha en Tel Qasile, en las afueras de la moderna Tel Aviv. Tres templos, cada uno más grande que el anterior, fueron construidos en el mismo lugar en un periodo de 150 años. El último, del siglo XI a.C. aproximadamente la época de Sansón, medía 7.8 m por 14.6 m. Dos columnas sostenían el techo, al igual que el templo de Dagón descrito en Jueces en bases de piedra puestas en el suelo. Habría sido posible desplazar la columna central en el templo de Tel Qasile, puesto que se mantenía sobre la base de piedra únicamente por el peso del techo. Un hombre alto con sus brazos extendidos podría haber abarcado los 2.1 m de distancia entre las dos columnas. Es también concebible que las columnas del templo de Dagón estuvieran más cerca una de la otra que aquellas del templo de Tel Qasile.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Jueces 17. “Las tumbas en el antiguo Israel”

La característica más importante de los entierros en el antiguo Israel está reflejada en el sepelio de Sansón en la tumba de su padre. Otros individuos de los que se especifica que fueron enterrados en las tumbas de sus padres, incluyen a Gedeón (Jue 8:32), Asael (2S 2:32) y Ajitofel (2S 17:23). El primer entierro de este tipo conocido en la Escritura es el de Abraham, enterrado en la tumba de Sara, su esposa, y más tarde seguido por sus hijos y nietos. Generalmente se utilizaban cuevas para este tipo de tumbas. Solamente los más acaudalados tenían la capacidad de adquirir una tumba excavada en la roca; el profeta Isaías condenó a Sebna el mayordomo real, por su arrogancia, a construir tal monumento para su entierro (Is 22: 15-16). Los pobres no podían pagar una tumba tallada en roca y eran enterrados en tumbas comunes cavadas en la tierra (cf. 2R 23:6; Jer 26:23).

Las tumbas de los pobres por lo general no se han preservado, de donde su estudio arqueológico ofrece pocos frutos. Las excavaciones han desenterrado muchos ejemplos de sepulturas de familia en cuevas y en tumbas talladas en roca del periodo del Antiguo Testamento, con casos de hasta 100 personas enterradas en una sola tumba. Estas tumbas consistan de una cámara cuadrada o en algunos casos más elaborados, hasta de nueve cámaras para miembros de la familia extendida. Cada cámara generalmente contenía tres bancos que llegaban a la altura de la cintura y estaban alineados en cada lado del aposento, a excepción de la entrada. El difunto era expuesto en estos bancos inmediatamente luego de su muerte, junto con los regalos fúnebres, que incluían vasijas para comida, perfumes, lámparas de aceite, armas y joyería. Los bancos incluían rebordes para prevenir que se cayeran estos regalos, y el reposacabezas era con frecuencia esculpido en la roca para sostener la cabeza del difunto. Luego de que el cuerpo se hubiera descompuesto, los huesos se recogían junto con los regalos y se colocaban en un depósito labrado debajo de uno de los bancos fúnebres. De esta manera, los depósitos estaban llenos de los huesos y objetos de varias generaciones de la familia. Este proceso de entierro deja claro que la frase bíblica «murió toda aquella generación» (p.ej., Jue 2:10) era más que metafórica.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Jueces 18. “La migración de los danitas”

La tribu de Dan era incapaz de ocupar su territorio asignado al oeste de Benjamín (Jos 19:40-46); Jue 1:34). Los danitas escogieron emigrar a Lais, la cual ellos renombraron como Dan. Esto tomó lugar luego de los tiempos de Débora a finales del siglo XIII a.C., alrededor de la época de la destrucción de Siló, aproximadamente en 1100 a.C. (18:31).2 La incursión de los filisteos en las planicies costeras del suroeste aproximadamente en 1177 a.C. pudo haber precipitado la migración.

Lais/Dan ha sido identificada como Tell el Qadi, ahora llamada Tel Dan, al pie del monte Hermón, aproximadamente 40 km al norte del mar de Galilea. Las excavaciones han revelado una próspera ciudad de la Edad del Bronce Tardío que fue destruida con fuego a principios del siglo» a.C., muy probablemente por los danitas (v. 27). Lais tenía una conexión importante, tal vez como socio en comercio internacional con la costera Sidón, aproximadamente 45 km al noroeste 1w. 7,28): El descubrimiento más impresionante en la destruida ciudad de Lais fue una tumba que contenía cerámica importada de Grecia.

Después de la destrucción, una cultura nómada o seminómada ocupó el sitio. Esta cultura sobresale por el uso de fosos aparentemente timados para almacenar el grano. Grandes vasijas de almacenamiento, muy conocidas en las tierras altas donde estaban asociados con asentamientos israelitas, fueron halladas en los fosos. Las vasijas estaban construidas con un tipo de arcilla que no pertenecía a la zona de Tel Dan, lo que indicaba que los nuevos colonos la habían traído de otro lugar. Los arqueólogos han identificado esta nueva cultura como la de los danitas. No obstante, esta tribu pronto se modernizó, y construyó una gran cantidad de ordenadas estructuras domésticas e industriales a través del lugar (v. 28). Este estrato fue destruido en un terrible incendio a mediados del siglo XI a.C., posiblemente a manos de los filisteos en la misma época que fue destruida Siló.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Jueces 19. “Guibeá”


El nombre Guibeá («lomas) indica diferentes lugares en el Antiguo Testamento. El Guíbeá de Jueces 19-21, no obstante, nombrado de primero en este pasaje y luego a lo largo del Antiguo Testamento, está asociado específicamente con la tribu de Benjamín. Este particular Guibeá, fue destruido por el resto de los israelitas durante el periodo de los jueces (20:40). Guibeá fue aparentemente habitado de nuevo un tiempo después; el rey Saúl vino de esa ciudad (1S 10:26). y, de hecho, peleó contra los filisteos en la región y parece que hizo de Guibeá su centro de operaciones (15 15:34; 22:6; 23:19). Más tarde leemos que David escogió tres de sus treinta poderosos hombres de esta ciudad (2S 23:29; 1Cr 12:3).

Siglos más tarde, el profeta Oseas citó a la antigua Guibeá como un ejemplo de maldad (Os 9:9;10:9). Oseas parece haber estado refiriéndose a los hechos de Jueces 19-20, al ilustrar el gran impacto de este episodio tan terri-ble en la psique de la nación. Guibeá llegó a ser conocida como un lugar de corrupción y juicio; nada diferente de Sodoma y Gomorra.

A pesar de las frecuentes referencias bíblicas a Guibeá, su ubicación ha sido una fuente de gran disputa entre los eruditos. El debate se enfoca en si Guibeá estaba cerca de la moderna Jeba o en la impresionante Tel el Ful, ubicada sobre la carretera divisoria, poco más de 4.8 km al norte de Jerusalén. W. F. Albright hizo excavaciones en Tel el Ful en 1922-23 y de nuevo en 1933. Encontró rastros de un pueblo de la Edad de Hierro" que había sido destruido, así como restos de una resistente fortaleza que había sido construida poco después. La fortaleza medía aproximadamente 34 m por 52 m y estaba construida de piedras grandes y sin tallar que habían sido unidas de una forma bastante primitiva. Las paredes tenían un grosor de cerca de 1.5 m. Albright dató la capa de la destrucción del pueblo al siglo XII a.C. y la fortaleza a finales del siglo Xl a.C. La secuencia de estos restos encaja con la cronología bíblica: destrucción durante el periodo de los jueces y fortificación durante la vida de Saúl.

Paul Lapp dirigió una operación de rescate en 1964, justo antes de que el rey Hussein de Jordania nivelara Tel e! Ful para construir un palacio (en este tiempo la zona estaba bajo el control de Jordania). Lapp concluyó que el primer período de habitación debía ser datado aproximadamente a 1200-1150 a.C., mientras que la fortaleza debía ser asignada al período de aproximadamente 1025-950 a.C. Estas fechas aún más precisas coinciden con los relatos del Antiguo Testamento. El estudio del registro de la cerámica por parte de Lapp, confirmó una brecha de habitación entre el pueblo previo y la fortaleza) Nosotros esperaríamos ver semejante calma luego de la destrucción a gran escala descrita' en Jueces 20. Lapp también descubrió evidencia de posteriores asentamientos importantes en el sitio en la edad de Hierro. Las conclusiones de Albright y Lapp a favor de la identificación de Tel el Ful como Guibeá son todavía aceptadas por la mayoría de los eruditos.

Una minoría que se hace oír, sin embargo, sostiene que Jeba es un mejor candidato para la antigua Guibeá. Un argumento es que Tel el Ful está localizada en una colina sobre una gran llanura; por lo tanto es improbable que sus habitantes hubieran sido emboscados por guerreros israelitas escondidos, como lo describe 20:29. Esta posibilidad es más convincente en Jeba una región escarpada y llena de cañones. El asunto queda pendiente. La destrucción de Tel el Ful fue un percance considerable, y aun en Jeba no se ha hecho suficiente trabajo arqueológico. En este punto, podemos confirmar que el patrón de habitación en Tel el Ful concuerda con la cronología bíblica, mientras que tal ajuste debe ser aún demostrado en Jeba.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Jueces 20. “Mizpa”

Aproximadamente 11 km al noroeste de Jerusalén se encuentra Tel en Nasbet, un montículo de casi de 260 m de largo por 130 m de ancho, que abarca una superficie de alrededor de 7.7 acres. Muchos eruditos identifican este sitio con el Mizpa bíblico. Se conoce poco acerca de Mizpa durante el periodo premonárquico porque la ciudad se menciona pocas veces en los textos y se ha descubierto pocos restos arqueológicos de esta era. Las excavaciones de 1926 y 1935, desenterraron tres tumbas, dos cuevas y varios fragmentos de alfarería de los periodos Calcolítico Tardío y Bronce Temprano 1, los cuales anteceden a cualquier referencia bíblica.

Jueces identifica a Mizpa como el punto de encuentro para una fuerza militar israelita combinada que atacó a los benjaminitas en Guibeá (Jue 20:1). La céntrica ubicación de Mizpa, sobre la carretera divisoria entre Ramá y Betel, la hubieran hecho un punto natural de reunión, aun cuando no existan registros arqueológicos de asentamientos importantes de ese periodo. El ejército entonces se trasladó hacia el norte, a Betel,' para preguntar al Señor antes de lanzar su ataque, y Mizpa no tuvo un papel más allá en este relato.

Durante el tiempo de Samuel, Mizpa se había convertido en un centro regional importante. El profeta convocó a todos los israelitas allí para buscar perdón por su idolatría. Mientras los israelitas reunidos estaban ayunando ante el Señor, los filisteos lanzaron un ataque, pero Dios intervino con truenos y los dispersó (1S 7:5-11). Luego de esto Samuel, que ejercía como juez de Israel, regresaba a Mizpa cada año como parte de un recorrido que incluía también a Betél y Guilgal (15 7:16). Fue también en Mizpa que Samuel reveló a Saúl como el primer rey de Israel (15 10:17-21).' Filistea y otra alfarería local, junto con restos de cisternas y casas trabajadas en piedra, dan testimonio del resurgimiento de una población alrededor de la época de Samuel, como lo sugiere el texto bíblico.

Durante la monarquía dividida, Mizpa era una ciudad fronteriza entre Israel y Judá. Aproximadamente en 895 a.C., el rey Basá de Israel impulsó su territorio hacia el sur hasta Ramá y construyó allí una fortificación (1R 15:17-22; 20 16:1-6). Esto cortó la principal ruta por tierra de Judá hacia la llanura costera. El rey Asá de Judá respondió sobornando a los arameos para que atacaran a Israel desde el norte. Basá tuvo que desviar su ejército hacia este frente norte y Asá aprovechó la oportunidad para desmantelar la fortificación israelita en Ramá. Entonces él usó los materiales para construir fortalezas más al norte en Milpa y Gueba.

Excavaciones en Tel en Nasbet, han revelado los restos de una enorme construcción han reve. defensiva de principios del siglo IX a.C. uta pared de piedra construida y enyesada de manera rústica alcanzaba una altura de cerca de 14 m y estaba reforzada por una serie de diez torres. Un glacis de piedra (declive en la base de un muro de fortificación) terminaba en un foso seco de 5 m de ancho por 2 m de profundidad, mientras que una compleja puerta doble protegía la entrada de la ciudad. Es la única fortificación de este tipo en la región. las casas fueron construidas contra la parte interna del muro. Restos de lagares y contenedores de almacenamiento del periodo también han sido desenterrados, junto con un cementerio en una loma justo fuera de la ciudad. Estos hallazgos confirman que Asá gastó recursos considerables en el fortalecimiento de esta importante ubicación defensiva.

Después de la destrucción babilónica de Jerusalén y la mayor parte de Judá en 586 a.C., Mizpa llegó a ser la residencia de Guedalías, el nombrado gobernador babilonio de Judá (2R 25:23; Jer 40:1-41:16). La permanencia de Guedalías fue efímera, pues Ismael, hijo de Netanías, y algunos otros insurgentes políticos lo asesinaron menos de seis meses después de su llegada a Mizpa. La ciudad continuó al servicio como la capital regional hasta al menos la época de Nehemías. Durante este tiempo de control babilónico, casas privadas y edificios públicos más grandes y elaborados, reemplazaron las pequeñas casas de la época de Asá.  

Las posteriores referencias bíblicas a Milpa son pocas y breves. Aun así, numerosos ejemplos de sellos persas y marcas de sellos, pedazos de cerámica griega y romana y otros artículos, sugieren virtualmente una continua habitación en el montículo durante toda la antigüedad. El cementerio en Mizpa permaneció en uso hasta el período bizantino, cuando una iglesia cristiana fue construida cerca.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS JABÉS GALAAD

Jueces 21. “Jabés Galaad”

Jabés Galaad estaba ubicada en el territorio de Manasés al lado este del río Jordán (,<Mapa 4»). Sin embargo, se desconoce su ubicación exacta. Jueces no provee información específica en cuanto a la ubicación exacta de la ciudad, la topografía o características que la rodeaban. Jueces 21, declara que sus habitantes fueron masacrados por 12.000 guerreros israelitas porque Jabés Galaad no había enviado soldados para el ataque a los benjamitas luego de la atrocidad en Guibeá (caps 19-20). Solo 400 vírgenes fueron respetadas. Estas desafortunadas jóvenes fueron designadas para los hombres benjamitas, puesto que los otros israelitas habían jurado no entregarles a sus propias hijas como esposas.


Jabés Galaad es mencionada de nuevo en el contexto de Saúl. De acuerdo con 1 Samuel 11, Najás el amonita, sitió la ciudad y demandó como condición de paz, el derecho a extraer el ojo derecho de cada habitante. La ciudad envió mensajeros al recién ungido Saúl y suplicó por ayuda. Saúl rápidamente reunió una fuerza considerable completamente israelita y devastaron al ejército de Najás. Los residentes de Jabés Galaad no olvidaron esta liberación. Más tarde, cuando Saúl y sus hijos murieron en el monte Guilboa, los filisteos colgaron sus cuerpos en el muro de Betsán como trofeos. Los hombres de Jabés Galaad viajaron por la noche a Betsán, reclamaron los cuerpos y los trajeron de regreso a Jabés Galaad para cremarlos y enterrar los (15 31).' Ellos entonces hicieron duelo por Saúl y ayunaron durante siete días. Cuando David supo de esta desafiante acción, envió mensajeros especiales a llevar una bendición para la ciudad (2S 2:4-7).

Los eruditos han intentado acercarse a la ubicación de Jabés Galaad basándose en el hecho de que estaba a un viaje de noche de Betsán. Nuestra otra pista viene de Eusebio, un historiador cristiano del siglo IV d.C. Si la información de Eusebio es correcta, la moderna colina Tel Maqlub tenía que ser la ubicación de la bíblica Jabés Galaad. Investigaciones superficiales han dado corno resultado cerámica de la Edad de Hierro 1,3 lo cual sugiere que su historia de habitación concuerda con la cronología bíblica. El sitio se encuentra a solo 16 km de Betsán, de manera que un viaje de una noche a Betsán a pie es bastante razonable. Tell Maqlub permanece sin excavar.