1. ¿Ha sido usted “tardo de corazón” para creer todo lo que Moisés y los profetas escribieron acerca de Jesucristo? ¿Ve usted a Jesús como el Hijo del Hombre y como el Cristo, el Hijo de Dios? ¿Lo ve como el cumplimiento de la profecía? ¿Se ha rendido usted a Él, reconociéndolo como Señor de su vida?
2. Jesús buscó a los afligidos, a los pecadores y a los rechazados. Los visitó en sus hogares, y siempre estuvo dispuesto a responder a su llamado. ¿Cuál es la actitud de usted? ¿Se conmueve al ver a esa gente? ¿Vive para sí mismo, o invierte su vida en el bienestar de sus semejantes? Al ver a Jesús responder al llamado de los demás, ¿qué ha aprendido usted que pueda aplicar a su propia vida?
3. Con frecuencia Jesús necesitaba ir a solas a un lugar solitario para orar. ¿Qué hace usted? ¿Tiene la oración un lugar prioritario en su vida? ¿Entiende usted los principios que en cuanto a la oración Jesús enseña en el Evangelio según San Lucas? ¿Los ha hecho suyos?
1. ¿Cuáles son las verdades básicas de Lucas?
2. ¿Cómo se aplican estas verdades a mi vida?
3. ¿En vista de estas verdades, qué cambios deberían hacer en mi vida?.
4. ¿Cómo pienso llevar a cabo estos cambios?
5. ¿Cuál será mi oración personal referente a esta verdad, y los cambios que debería efectuar en mi vida?
Lucas nos muestra un hermoso retrato de nuestro compasivo Salvador. Jesús no se sentía “incomodado” por los pobres y los necesitados; de hecho, ellos eran un importante objetivo en Su ministerio. En los tiempos de Jesús, Israel era una sociedad muy consciente de sus clase sociales. Los débiles y los oprimidos eran literalmente incapaces de mejorar su suerte en la vida, y estaban especialmente abiertos al mensaje de “el reino de Dios se ha acercado” (Lucas 10:9). Este es un mensaje que debemos llevar a todos aquellos a nuestro alrededor que necesitan desesperadamente escucharlo. Aún en países comparativamente prósperos –tal vez especialmente por ello- la necesidad espiritual es tremenda. Los cristianos deben seguir el ejemplo de Jesús y llevar las buenas nuevas de salvación a los espiritualmente pobres y necesitados. El reino de Dios se ha acercado y el tiempo se acorta cada día.