Comentario

Miqueas

Comentario de Miqueas

La Caída Inminente de Israel y de Judá

Nacimiento del Mesías en Belén 

    Miqueas profetizó en los reinados de Jotam (749-734 A.C.), Acaz (741-726 A.C.) y Ezequías fueron buenos reyes, pero Acaz fue malo en extremo, de manera que Miqueas presenció la apostasía del gobierno y su reforma. Su hogar fue en Moreset, sobre la frontera filistea y cerca de Gat, cerca 50 km. al suroeste de Jerusalén. Fue contemporáneo de Isaías y de Oseas, y predicaba en el oeste de Judá lo que predicaba Isaías en Jerusalén y Oseas en el reino del norte. 

    El mensaje de Miqueas fue para ambos pueblos. Israel y Judá, y se dirigía principalmente a sus capitales respectivas, Samaria y Jerusalén. Sus tres ideas principales fueron:

    Estos conceptos se hallan entremezclados en el libro, con alteraciones abruptas entre el asolamiento presente y la gloria futura.  Muchas frases parecen inconexas. Los mismos pensamientos reaparecen a menudo, en cuadros variados y con nuevos detalles. 

1. La destrucción de Samaria

    Samaria era la capital del reino del norte. Sus gobernantes eran directamente responsables de la corrupción nacional reinante (5). Desde que apostataron de Jehová 200 años antes, habían adoptado el culto del becerro de oro, el de Baal, y otros ídolos y prácticas idólatras cananitas, sirias y asirias. Para apartarles de los ídolos Dios había enviado a Elías, Eliseo y Amós, pero en vano. Casi había llegado la hora del golpe de muerte. Miqueas vivió hasta ver cumplidas sus palabras (6). En el 734 A.C. los asirios llevaron cautivos a todo el norte de Israel, y en 721 Samaria fue hecha "manojos". Los lugares mencionados en 10-15 se hallan al oeste de Judá y a lo largo de la frontera filistea, cerca del hogar de Miqueas mismo. Fueron invadidos y devastados por los asirios juntamente con su conquista del reino del norte. 

2. Brutalidad de los gobernantes

   Además de su idolatría (1:5-7), las clases gobernantes eran inmisericordes en su trato con los pobres; apoderándose de sus campos y aun de sus ropas. echando de sus hogares a mujeres y niños, y sobre todo esto, amontonado para sí falsos profetas que disimulaban sus prácticas injustas y crueles (6, 11). Luego de hablar de su cautiverio (1:16), Miqueas presenta ahora en forma abrupta su restauración, marchando Dios a la cabeza de ellos (2:12-13).

3. Brutalidad de los gobernantes

    Sigue denunciando la crueldad desenfrenada e inhumana de las clases gobernantes, con referencias especial a Jerusalén, y en particular a los caudillo religiosos (5-7, 11). Esta profecía debe de haberse pronunciado en el reino del malvado Acaz, aunque probablemente aùn en los tiempo mejores de Jotam y de Ezequías estos males estarían suprimidos solamente en parte. Como clímax de esta denuncia de sus pecados, Miqueas pronuncia la sentencia de destrucción sobre Jerusalén (12) tal como había hechos (1:6) con Samaria.

 4. Reinado universal de Sión   

    Capítulo 3 , la brutalidad, la violencia, la degradación y el asolamiento de Sión. Capìtulo 4, una visión de un mundo sin guerras, feliz, próspero, temeroso de Dios y con Sión a su cabeza. !Qué contraste! Los versículos 4:1-3 son iguales a Isaías 2:2-4; palabras sublimes, grandiosas y sobradamente dignas de repetición. De pronto, en medio de esta rapsodia del porvenir, el profeta retrocede a sus propios tiempos dificultosos y a la destrucción de Jerusalén que ya había anunciado (3:12), para afirmar que los habitantes serían llevados cautivos a Babilonia (4:10). Es una profecía sorprendente. En aquel momento era Asiria la que todo lo arrasaba . Faltaban cien años para que se levantara el imperio babilónico. Sin embargo, Jerusalén sobrevivió la embestida asiria y vivió hasta que ésta fue derrocada por Babilonia, a cuyas manos Jerusalén cayó en el 606 a.C., siendo llevados sus habitantes a Babilonia.      

 5. El rey venidero de Sión

    Capítulo 4, Sión a la cabeza del mundo. Capítulo 5, de Belén se levanta un Señor que reinará en Sión. En 4:1-8 , el glorioso porvenir. En 4:9-10,  nuevamente se contempla el cautiverio. En 4:11-12 se retrocede hasta los días del profeta mismo, y al sitio asirio de Jerusalén que aun entonces estaba en progreso. En 4:13 nuevamente el porvenir; y en 5:1 de nuevo el sitio de Jerusalén. Este es el escenario para la presentación del Libertador en Belén 2-5. En el horizonte de Miqueas era un libertador del yugo asirio (5-6); pero más allá de aquel horizonte, en lontananza, se levanta la figura majestuosa del Rey Mesiánico venidero, cuyo advenimiento de en medio de la eternidad (2) se realiza en Belén. La liberación de Sión del poder asirio mediante el ángel de Dios (Isa 37:33-37) era, en algunos aspectos, un cuadro profético de una liberación mayor, que haría el Salvador de los hombres. Muchas profecías antiguo-testamentarias de Cristo eran veladas por la niebla de alguna situación histórica de los tiempos del profeta mismo, y sin embargo son tan claras que no pueden equivocarse. Sin duda alguna, el Señor Eterno que saldría de Belén (2) se identifica con el Niño Admirable de Isaías 9:6-7. Este es el único lugar del A.T. en donde se declara de manera específica que el Cristo había de nacer en Belén (Véase Mateo 2:22).    

 6. Controversia de Jehová con su pueblo 

    Nuevamente los pecados de los días de Miqueas: la ingratitud hacia Dios; la simulación religiosa; el engaño; la idolatría; y el castigo ineludible. 

 7. triunfo final de Sión 

    Miqueas lamenta la perfidia, la violencia y la sed de sangre prevaleciente, y vuelve a vaticinar el castigo. Termina con una visión del porvenir, cuando Dios y Su Pueblo reinarán supremos, y la promesa dada a Abraham será plenamente cumplida.

(Compendio Manual de la Biblia. por Halley. p. 328)