Comentario
Zacarías
Comentario de Zacarías
Reconstrucción del Templo
Predicciones de un Templo Futuro Mayor
Visiones del Mesías Venidero y de Su Reino Universal
Zacarías fue contemporáneo de Hageo. Mientras Hageo parece haber sido muy anciano, Zacarías quizás haya sido muy joven, pues era nieto de Iddo, que había vuelto a Jerusalén 16 años antes (Nehemías 12:14, 16). Hageo ya había estado predicando dos meses, y se había iniciado la obra del Templo, cuando Zacarías comenzó. El ministerio escrito de Hageo fue de poco menos de cuatro mese, y el de Zacarías, de dos años. Pero sin duda estuvieron presentes durante los cuatro años enteros para exhortar, animar y ayudar, trabajando hombro con hombro para la terminación del Templo.
El libro de Zacarías es bastante más extenso que el de Hageo. Está repleto de vislumbres mesiánicos, y menciona literalmente muchos detalles de la vida y obra de Cristo.
1:1-6. El cautiverio, resultado de la desobediencia
Este mensaje inicial de Zacarías vino entre el segundo y el tercero de Hageo, entre los versículos 9 y 10 de Hageo 2, cuando el trabajo del Templo llevaba apenas un mes de iniciado y su manifiesta insignificancia descorazonaba al pueblo. Zacarías les advierte contra su tendencia creciente de volver a los camino de sus desobedientes padres, caminos que habían sido causa de su presente estado lastimero. Luego procede a animarles mediante visiones que Dios le había dado de un porvenir magnífico.
1:7-17. Visión de los caballos
La única mención de un fecha, desde aquí hasta el final del capítulo 6 es en 1:7, cuando el trabajo del Templo había avanzado unos cinco meses. Suponemos pues que las visiones se sucedieron una tras otra, y fueron sin duda escritas conforme su presentaban.
Los mensajes de los profetas generalmente se daban mediante el influjo directo de Espíritu de Dios sobre la mente del profeta. Pero aquí se dan por conducto de un ángel, con el cual conversa el profeta. Véase bajo la nota en cuanto a ángeles, bajo Mat 4:11.
Esta visión de los caballos significaba que el mundo entero estaba reposado y quieto bajo la mano férrea del imperio persa, cuyo rey Daría estaba bien dispuesto hacia los judíos, y había decretado que el Templo se construyera, de manera que el momento era propicio para continuar la obra.Esta visión termina afirmando que Jerusalén será nuevamente una ciudad grande y próspera (véase bajo cap. 2).
1:18-21. Visión de los cuernos y los carpinteros
Los cuatro cuernos representaban a las naciones que habían destruido a Israel y a Judá. Los cuatro carpinteros representaban a los destructores que Dios tenía dispuestos para aquellas naciones. Era una forma simbólica de decir que las potencias mundiales entonces dominantes serían quebrantadas, y Judá nuevamente exaltado. Dios es más poderoso que los potentados terrenos. El está sobre el trono, aun cuando Su pueblo se vea temporalmente vencido.
2. Visión del cordel de medir
Un gran capítulo. Es una predicación de una Jerusalén tan populosa, tan próspera y tan segura que rebasará sus muros, siendo Dios mismo su defensa. La obra del templo, ya en su quinto mes, avanzaba bien, y el pueblo sin duda hacía planes para reconstruir el muro de Jerusalén, el cual sin embargo no se hizo sino 75 años después. Pero los planes de ellos proveen el fondo para este cuadro. La visión se ensancha para incluir un llamamiento poético a los cautivos aún en Babilonia, a que regresen; y termina previendo el día en el cual "muchos pueblos, y fuertes naciones" de todas las lenguas de la tierra, vendrían al Dios de los judíos. Véase bajo el cap. 8.
3. Visión de Josué el sumo sacerdote
Una anticipación de la propiciación de Cristo. Josué el sumo sacerdote aparece en ropas inmundas que tipifican los pecados del pueblo. Satanás trata de inducir a Dios a que deseche a Su pueblo en vista de su pecaminosidad. Pero el pueblo de Dios, un "tizón arrebatado del incendio" (2) o sea el remanente rescatado del cautiverio, Le es muy precioso. A Josué se le quitan las vestiduras inmundas, significando que sus pecados son perdonados y son aceptados por Dios. Es un cuadro del tiempo en que los pecados de la humanidad serían quitados "en un día" (9), cuando el futuro Renuevo de la casa de David (el Mesías) es "traspasado" (12:10) y es abierto "manantial para el pecado" (13:1). Véase bajo 13:1-9.
4. El candelero y los olivos
Una visión para animar a Zorobabel a que continuara el edificio, a pesar de su aspecto insignificante y las dificultades de la obra. Lo que aquí se dice era directamente para Zorobabel y el edificio que él estaba construyendo. Pero hay una referencia inequívoca a una casa posterior y más gloriosa, que sería levantada por un descendiente de Zorobabel denominado el Renuevo, con la ayuda del Espíritu y sobre la doctrina de la gracia (véase notas sobre 6:12-15 y Hageo 2). Es una exhortación a que nos animemos, en los días de los pequeños comienzos, manteniendo puesta la mira en la grandeza de su terminación. El candelero era una representación simbólica de la casa de Dios o de las cualidades de porta-lumbrera de ella. Estuvo en el Tabernáculo, y en el Templo. En Apoc 1:20 representa a la Iglesia. Los dos olivos parecen representar a Josué y Zorobabel, por medio de quienes el Espíritu de Dios dirigía la obra. En el cap. 3 la visión era especialmente para Josué; aquí es especialmente para Zorobabel. El simbolismo de este pasaje aparece de nuevo en la visión de los dos testigos de Apoc 11.
5:1-4. El rollo volante
Un rollo como un gran mapa de pared, de 9 metros de largo y 4.50 de ancho, lleno de maldiciones contra el robo y la mentira, que recorre sobre la tierra como una gigante ave, destruyendo a los culpables y limpiando de pecado l tierra mediante la destrucción de los pecadores.
5:5-10. El Efa volante
Otra representación de la remoción del pecado, como la visión de las vestiduras inmundas de Josué (3:3-8) y el manantial para el pecado (13:1). Es una de las repetidas predicaciones de Zacarías, de la muerte propiciatoria de Cristo. Una efa era un canasto para medir granos, de unos 34 litros. Puesto que este contenía una mujer, cubierta con un talento de plomo, debe de haber sido un canasto más grande, con el aspecto de una efa. Aunque una mujer tipifica el pecado, es también por una mujer que se le quita (9). ¿Será esta una intimación profética de que el Renuevo venidero, que había de quitar el pecado del hombre en un día (3:8-9) sería traído al mundo por una mujer sin concurso de varón? El simbolismo de este pasaje es algo semejante al del macho cabrío de Levíticos 16, enviado al desierto después de haber sido puestos sobre su cabeza los pecados del pueblo.
6:1-8. Los cuatro carros de guerra
Mensajes de los juicios de Dios, que patrullaban la tierra con ojo vigilantes, defendiendo a Israel contra cualquier mal portento y ejecutando los decretos de Dios contra los enemigos de Israel. Es un ensanchamiento del pensamiento de la visión de los cuernos y los carpinteros (1:18-21).
6:9-15. Coronación de Josué
Este es un acto profético simbólico que amplifica la visión del "Renuevo" (3:8-9) y la de Zorobabel (4:6-9). El "Renuevo" (12) era el nombre del Mesías venidero en la familia de David, que había de ser llamado el "Nazareno" (véase bajo Mat 2:23), Isa 4:2; 11:1, 10; Jer 23:5, 6; 33:15-17; Apoc 5:5; 22:16. Zorobabel el gobernador era el representante entonces viviente de la familia de David, a través de quien se comunicaban las promesas mesiánicas. Era nieto del rey Joaquín (Jeconías) que había sido llevado a Babilonia, y era heredero del trono de David. Si la Judea hubiese sido entonces un reino, él habría sido el rey. Lo que se dice de Zorobabel se refiere en parte a él mismo personalmente, y en parte a su familia; es decir, la de David, y especialmente a aquel Gran Representante de la familia de David, el Mesías venidero (el Renuevo).
A la familia de David Dios había entregado, entre otras cosas, la tarea de edificar Su casa. A David mismo Dios dio, de Su propia letra, los planos y especificaciones del Templo (1 Crón 28:11, 19). Salomón hijo de David construyó el Templo conforme a aquellas especificaciones (2 Crón 2-7), el edificio más magnífico de todo el mundo de aquel entonces. El templo de Salomón, después de existir unos 400 años, fue destruido por los babilonios en 586 A.C. Ahora en 520-516 A.C. Zorobabel, descendiente de David, se ocupaba en reconstruir el Templo. Se le da la seguridad de que lo terminará (4:6-9), juntamente con alusiones místicas a todavía otro Templo que será edificado por el "Renuevo", con la ayuda de muchos "de lejos" (6:12-15). Véase bajo Hageo 2.
El "Renuevo" había de ser de la familia de Zorobabel (de David), la familia real. Pero aquí se le corona a Josué el sumo sacerdote, y se le representa como el "Renuevo", sentado sobre el trono de David (6:12-13); todo lo cual entremezcla simbólicamente los dos oficios de Rey y Sacerdote en la persona del Mesías venidero (el Renuevo).
7, 8 . Consultas sobre el ayuno
Esto fue unos dos años después de las visiones anteriores (1), cuando el templo ya estaba como a medio terminar. Durante 70 años el pueblo había estado ayunando en los meses 4, 5, 7 y 10 (8:19), lamentando la destrucción del Templo. Ahora que parecía que pronto tendrían nuevamente un templo, se levantó la pregunta de si debían seguir ayunando. En contestación, Zacarías les recuerda que había habido razón de ayunar, en penitencia por su desobediencia y la aflicción que ella les había traído; pero que ahora sus ayunos habían llegado a ser un simple medio de exhibir su santidad propia, y sus fiestas religiosas para su propio deleite.
Luego, siguiendo la costumbre profética de alternar escenas de padecimiento presente y de gloria futura. Zacarías presenta un cuadro de la edad Mesiánica venidera, en la cual los ayunos serán vueltos fiestas de gozo (8:19).
Los judíos, en un tiempo una nación poderosa, y con tradiciones de antaño de que habían sido designados por Dios para ser el primer pueblo del mundo, pero ahora un remanente insignificante y despreciado, lastimeramente desanimados, existían en su propia tierra solamente por la tolerancia de los reyes persas. Zacarías, bajo la dirección del Espíritu de Dios, se esforzaba para animarles repitiendo una y otra vez que no siempre sería así; que más adelante el poderoso imperio que entonces predominaba seria quebrantado, y el pueblo de Dios aún entraría en posesión de los suyo.
El cuadro de Zacarías de una Sión próspera y pacífica, dominada por un espíritu de justicia, bondad y verdad, sus calles llenas de felices niños y niñas, viejos y viejas (8:3-5), centro de la civilización del mundo, en la cual todas las naciones de la tierra vendrían a los judíos para aprender de su Dios (8:22-23) se halla también en otros pasajes (1:17; 2:4, 11; 14:8, 16). La actual república de Israel (1955) no controla la antigua Sión. Sea cual sea la intención original de estos pasajes, el lenguaje es ciertamente un cuadro notable de lo que ha estado sucediendo durante siglos; influencias que emanan de Jerusalén, en el nombre del cristianismo, moldeando el curso de la historia y trayendo las naciones del mundo al Dios de los Judíos. Y aún no es el fin.
9-10. Juicios de Dios sobre naciones vecinas
Los capítulos 9-14 contienen declaraciones que se refieren tan claramente a las guerras griegas, que sucedieron 200 años después de Zacarías, que los críticos que hayan difícil creer que los profetas de Dios eran capaces de predecir lo por venir asignan estos capítulos a otro autor posterior. Los eruditos conservadores y los creyentes cristianos en general los aceptan como parte íntegra del libro de Zacarías.
El capítulo 9 parece ser una predicción de las luchas de Judá contra Grecia. Alejandro Magno, en su invasión de Palestina, 322 a.C., asoló las ciudades de los versículos 1-7, en el orden en que aquí se nombran, y sin embargo perdonó a Jerusalén (8). Los versículos 13-17 parecen referirse a la continuación de la lucha de Judá contra los Tolomeos y los Seléucidas griegos hasta el período macabeo.
Un cuadro del Rey venidero de Sión (9:9-10) se coloca aquí en medio de escenas de la lucha feroz de Judá con Grecia. En el Nuevo Testamento se cita el versículo 9 como refiriéndose a la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén (Mat 21:5; Juan 12:15). Seguidamente (10) el profeta se proyecta adelante hasta el tiempo del triunfo final; un vislumbre del comienzo del reino del Mesías, y otro de su culminación.
El capítulo 10 es una profecía de la restauración del pueblo disperso de Jehová. Cuando esto se escribió, solamente una pequeña fracción había vuelto.
El capítulo 11 es una parábola de pastores. El rebaño de Dios había sido dispersado y diezmado porque sus pastores habían sido falsos. En esta acusación de los falsos pastores hay un cuadro de su rechazamiento del Buen Pastor (12-13). Juzgando solamente del contexto, quizás no relacionaríamos este pasaje con la traición de Judas Iscariote, si no fuera que en el Nuevo Testamento así se le cita (Mat 26:15; 27:9-10); véase bajo Marcos 14:10-11). El hechos de que se le cita en tal sentido de la clave de la intención de Dios en el pasaje.
Su rechazamiento del Pastor Verdadero es acompañado del quebrantamiento de los cayados simbólicos que representan el pacto del cuidado protector de Dios, y la postergación de su reunión en la tierra. Luego son entregados a un pastor insensato, o inútil (15-16). Se cree que esto se refiere a la destrucción de Jerusalén por los romanos, poco después de la muerte de Cristo, y la dispersión consiguiente de los Judíos; o posiblemente sea una personificación de la lista entera de los perseguidos de los Judíos desde el período macabeo hasta los días de la Bestia de Apoc 13.
12:14. Visión del futuro de Israel
Así como los capítulos 9-11 son la "carga" contra las naciones vecinas, los 12-14 son la "carga" de Israel. Los dos pasajes son bastantes similares. Ambos son una continuación de pensamientos de las visiones de los primeros 8 capítulos, en que las mismas ideas reaparecen repetidamente bajo nuevas formas.
12:1-6. La lucha venidera de Judá contra todas las naciones de la tierra. La descripción de esta lucha se continúa en 14:1-8. Algunos consideran el lenguaje como una representación simbólica de la lucha de Jehová durante toda la era cristiana. Otros la aplican más literalmente al tiempo del fin, al avance del Anticristo, y a la batalla de Armagedón.
12:7-13:9. Duelo de la casa de David. Aquí los pensamientos se agrupan muy claramente alrededor de la casa de David. Aunque el lenguaje es difícil, y hay alusiones que aún no conocemos, sin embargo claramente representa alguna tragedia en la casa de David, una ocasión de gran duelo, en la cual algún personaje prominente de la familia sería herido (13:7); sus manos serían horadadas (12:10; 13:6), y sería abierto un manantial por el pecado.Esto sucedería cuando "la casa de David" sería "como el ángel de Jehová" (12:8). Solamente de un miembro de la familia de David-Jesús-pueden usarse tales palabras. Esto identifica a la persona de quien se habla aquí, con el "Renuevo" de 3:8, el que había de "quitar el pecado de la tierra en un día" (3:9), "edificar la casa de Jehová" (6:12) y reinar de mar a mar (véase bajo 6:9-15). Es una predicación sorprendente de la muerte de Jesús, de ninguna manera aplicable a ninguna otra persona conocida. Así pues, la muerte del Renuevo de la casa de David sería la fuente del poder de Jehová contra las naciones (12:2-4) y su eficacia se manifestaría en la remoción final de ídolos y falsos profetas de la tierra (13:2-5). Los "dos tercios" de 13:8 quizás sea la mayor parte de la nación que cayó en la destrucción de Jerusalén en 70 d.C., después de su rechazamiento de Cristo; y el otro "tercio" de 13:9 el remanente que creyó y que fue perseguido por su fe.
14:1-2. Lucha de Judá contra las naciones. Véase bajo 12:1-6
14:3-21. Triunfo y Reino Universal de Jehová. El gran cumplimiento de los sueños proféticos, el día del regreso del Señor, y la inauguración de Su reino eterno. Algunos eruditos bíblicos creen que según los versículos 4-8, Jesús en Su regreso asentará literalmente Su trono sobre el monte de los Olivos; que el monte se dividirá literalmente en dos, que fluirán aguas literales desde Jerusalén a oriente y a occidente, y que Jerusalén será literalmente un centro de peregrinación de las naciones (20-21). Otros ven en el lenguaje una representación figurativa de los nuevos cielos y nueva tierra, bajo la figura de un reino terreno benigno, próspero y todopoderoso, así como Apoc 21 describe el cielo bajo la figura de una magnífica ciudad terrestre.
Resumen de las Vislumbres de Cristo en Zacarías
Su muerte expiatoria para quitar el pecado, 3:8-9; 13:1.
El edificador de la Casa de Dios, 6:12.
Su reino universal como Rey y Sacerdote, 6:13: 9:10.
Su entrada triunfal a Jerusalén, 9:9 (Mat 21:5; Juan 12:15).
Entregado por 30 piezas de plata, 11:12 (Mat 27:9, 10).
Su deidad, 12:8.
Sus manos y costados traspasados, 12:10; 13:6 (Juan 19:37).
El Pastor herido, 13:7 (Mat 26:31, Marcos 14:27).
Aquí tenemos incorporadas en los cuadros que da Zacarías de las futuras luchas y triunfos de Israel, declaraciones claras que predicen en lenguaje específico e inequívoco, no solamente las grandes doctrinas de la muerte expiatoria del Mesías venidero por el pecado humano, Su deidad y Su reino universal, sino también incidentes detallados de Su vida, tales como Su entrada a Jerusalén montado sobre un pollino, Su entrega por 30 monedas de plata que luego se usan para comprar un campo de alfarero, y las heridas en Sus manos. Como arriba se indica, cuatro de estos pasajes de citan de manera directa en el Nuevo Testamento.
(Compendio Manual de la Biblia, por Halley. p.338)