Lamentaciones
Lamentaciones
איכה
"Dios llora"
Lamentaciones en varias versiones:
Tiempo de Lectura: 0:20 / Contiene: 5 capítulos, 154 versículos y 3.415 palabras.
MÉTODO CRÍTICO
1) ¿QUIÉN ESCRIBIÓ EL LIBRO? Jeremías
2) ¿CUÁNDO FUE ESCRITO? 626 a 586 a.C.
3) ¿A QUIÉN FUE ESCRITO? Judíos
4) ¿DE DÓNDE FUE ESCRITO? Jerusalén
MÉTODO HISTÓRICO
1) ¿CUÁL ES EL TRASFONDO HISTÓRICO DEL LIBRO? En este libro, Jeremías, de pie en medio de las ruinas de Jerusalén y del templo tres capítulos nos dan un relato de los problemas domésticos de Israel. Tienen el propósito de mostrarnos los pecados de Israel y el amor de Dios. El resto del libro contiene denuncias contra el pueblo por su idolatría y su pecado.
El último capítulo de Jeremías, acerca del incendio de Jerusalén y el comienzo del exilio Babilónico, debe leerse como introducción a este libro. Torres Amat toma de la Septuaginta este prefacio: “Después que Israel fue llevado cautivo y quedó Jerusalén desierta, estaba sentado el profeta Jeremías llorando, y endecho sobre Jerusalén con la siguiente lamentación, y suspirando con amargura de ánimo y dando alaridos, dijo”. Se piensa que este prefacio pudo haber estado en el ejemplar hebreo de donde hicieron su traducción los setenta.
MÉTODO LITERARIO
1) ¿QUÉ GÉNERO DE LITERATURA ES EL LIBRO? Poesía Hebrea / Acrósticos
MÉTODO PANORÁMICO
1) ¿CUÁL ES LA IDEA PRINCIPAL DEL LIBRO? Tres ramas de pensamiento hebreo se agrupan en Lamentaciones: la profecía, el ritual y la sabiduría. Lamentaciones se escribió en el ritmo y estilo de los antiguos cánticos o cantos fúnebres judíos. Contiene cinco poemas que corresponden a los cinco capítulos.
2) ¿CUÁL FUE LA RAZÓN PRINCIPAL POR LA CUAL SE ESCRIBIÓ ESTE LIBRO? Enseñar al pueblo que desobedecer a Dios provoca el desastre, y mostrar que Él sufre cuando su pueblo sufre.
PALABRAS CLAVE EN LAMENTACIONES (RV1960): cómo, Sión (Jerusalén, la ciudad), furor (ira, enojo), rebeliones (pecado, iniquidad, maldad), destruir, (quebrantar, quebrantamiento), aflicción (afligir) asolado (desolado).
FECHA EN QUE FUE REDACTADO: Desconocida. probablemente inmediatamente después de la caída de Jerusalén (586 a.C.).
ÉNFASIS: El profundo sufrimiento personal y agonía espiritual experimentada por la caída de Jerusalén; la justicia de Dios al llevar a cabo el derrocamiento de Sion; la esperanza descansa finalmente sólo en el carácter de Dios.
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: Tres ramas del pensamiento hebreo se agrupan en Lamentaciones: la profecía, el ritual y la sabiduría. Lamentaciones se escribió con el ritmo y el estilo de los antiguos cánticos o cantos fúnebres judíos. Contiene poemas que corresponden a los cinco capítulos.
CÓMO LEER LAMENTACIONES
Ira, desesperación, miedo, soledad, desesperanza... ¡Jerusalén acaba de caer en las manos de sus enemigos! En medio de este episodio devastador, Jeremías fue la voz de la ciudad en agonía. Despojado de todo, excepto de su esperanza en Dios, Jeremías lidió con la realidad del dolor y el sufrimiento. En la desesperanza y el desastre de Jerusalén, él se enfrentó cara a cara con la angustia y trajo una palabra de esperanza basada en el carácter de Dios.
Cada uno de los cinco capítulos de Lamentaciones tiene un tema ligeramente diferente que gira alrededor del capítulo central en que se exalta la compasión y fidelidad de Dios. Él renueva su misericordia cada día. Aunque el juicio es merecido, se exhibe mucho más que justicia aquí, porque Dios es un Dios de gracia y misericordia constante.
Al leer Lamentaciones busca el contraste de temas como desesperación y esperanza, arrepentimiento y renuevo para individuos, ciudades y naciones. Nota también la cuidadosa construcción del libro. Jeremías utilizó un acróstico alfabético para componer estos poemas que expresan la magnitud de su dolor y tristeza como si hubiera querido incluir todo, desde la A hasta la Z. A medida de que cada una de las veintidós letras del alfabeto hebreo dan comienzo a cada línea, entendemos mejor el cuidado con el que Jeremías expresa su pasión. Esta historia desgarradora es el fruto de una profunda meditación, no solo acerca de las circunstancias trágicas, sino también del carácter maravilloso de Dios.
TÍTULO: "Lamentaciones" se derivó de una traducción del título tal como se encontraba en la traducción de la Vulgata latina (Vg.) de AT griego, la Septuaginta (LXX), y expresa la idea de "clamores fuertes". La exclamación hebrea ekah ("Cómo", la cual expresa "desmayo"), usada en el 1:1; 2:1 y 4:1, le da al libro su título hebreo. No obstante, los rabinos comenzaron a llamar al libro desde una época temprana "clamores fuertes" o "lamentaciones" (Jer 7:29). Ningún otro libro entero del AT contiene únicamente lamentos, como lo hace esta endecha de sufrimiento, marcando el funeral de la que una vez fue la hermosa ciudad de Jerusalén (2:15). Este libro mantiene viva la memoria de esa caída y enseña a todos los creyentes cómo enfrentar el sufrimiento.
TEMAS:
Juicio. Dicho simplemente el pecado tiene consecuencias. Lamentaciones demuestra que Dios frecuentemente usa agentes humanos para llevar a cabo su juicio (1:14-15; 2:1-8:17; 22:4-11).
Respuesta apropiada al juicio. La respuesta apropiada al juicio es el arrepentimiento (3:40-42) y una súplica por perdón y restauración (5:21-22). Los israelitas habían pecado (1:8, 14, 18; 2:14; 4:13) pero apelaron a Dios que los ayudará, esperando que él los perdonará y los restaurara.
El carácter de Dios. Dios es justo, pero también es el Dios de la esperanza (3:21, 24.25), el amor (3:22), la compasión (3:22), la fidelidad (3:23) y la salvación (3:26).
Estructura de Lamentaciones
Título: “El dolor de Dios por consecuencia del pecado”
Versículo Clave: 3:31-33 “Porque el Señor no desecha para siempre; antes si aflige también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres”
Estructura del libro
Consta de cinco poemas en forma de endechas o lamentos fúnebres, de los cuales los cuatro primeros forman un acróstico; cada línea empieza con letras sucesivas del alfabeto hebreo (cf. Sal 119). Esto sirvió no solo para facilitar la memorización, sino para expresar más plenamente la totalidad del dolor, a lo cual contribuye también el ritmo de las líneas breves y plañideras del capítulo 3 y el constante contraste entre la brillante situación anterior y aquella humillante en que la desgracia lamentada ha sumido a la ciudad (1.1; 4.1, 2).
Autor y fecha
El autor de Lamentaciones no se nombra en el libro, pero hay indicaciones internas e históricas de que fue Jeremías. La LXX introduce Lamentaciones 1:1 "Y sucedió, después de que Israel había sido llevado cautivo...Jeremías se sentó llorando (3:48, 49, etc.) ... lamentó ... y dijo..."Dios le había dicho a Jeremías hiciera que Judá lamentara (Jer 7:29) y Jeremías también escribió lamentos para Josías (2 Cr 35:25).
Jeremías escribió Lamentaciones como un testigo ocular (1:13-15; 2:6, 9; 4:1-12), posiblemente con la ayuda de Baruc como secretario (Jer 36:4;5:1), durante o poco después de la caída de Jerusalén en el 586 a.C. Era mediados de julio cuando la ciudad cayó y mediados de agosto cuando el templo fue quemado. Es muy probable que Jeremías vio la destrucción de los muros, torres, hogares, palacios y templo. Él escribió mientras el acontecimiento permaneció dolorosamente fresco en su memoria, pero antes de su partida forzada a Egipto 583 a.C. (Jer 43:1-7). El lenguaje usado en Lamentaciones es un paralelo cercano del que uso Jeremías en gran parte de su libro profético (1:2 con Jer 30:14; 1:5 con Jer 8:21; 1:6 y 2:11 con Jer 9:1, 18; 2:22 con Jer 6:25; 4:21 con Jer 29:12.
Rasgos Literarios
El libro es totalmente poético. Cada uno de los cinco lamentos contiene 22 versículos (excepto el tercero, que tiene 66 versículos - 3 veces 22), reflejando el número de letras del alfabeto hebreo. Además, los primeros cuatro son acrósticos alfabéticos (1:1; 2:1; 3:1; 4:1). Los primeros tres lamentos son iguales en longitud; cada versículo en el primero y el segundo (excepto 1:7) tiene tres líneas hebreas, mientras que en el tercero cada uno de los 66 versículos tiene una línea hebrea. El cuarto es más corto (cada uno de sus 22 versículos tiene dos líneas hebreas), y el quinto es aún más corto (cada versículo tiene una línea hebrea). El uso del alfabeto como estructura formal indica que, aun siendo estos lamentos apasionados, están compuestos con cuidadoso estudio.
Contexto Histórico de Lamentaciones
Las semillas proféticas de la destrucción de Jerusalén fueron sembradas a través de Josué ochocientos años por adelantado (Jos 23:15:16). Ahora, por más de cuarenta años, Jeremías había profetizado el juicio venidero y había sido objeto de burla, por parte del pueblo por predicar juicio (645-605 a.C.). Cuando este juicio vino sobre el pueblo incrédulo por parte de Nabucodonosor y el ejército babilónico, Jeremías aún respondió con gran tristeza y compasión hacia su pueblo obstinado y en sufrimiento. Lamentaciones se relaciona muy de cerca con el libro de Jeremías, describiendo la angustia por la recepción de Jerusalén del juicio de Dios por pecados de los que no se arrepintieron. En el libro que lleva su nombre, Jeremías había predicho la calamidad en los capítulos 1-29. En Lamentaciones, él se concentra en más detalles del sufrimiento amargo y quebramiento de corazón que fue sentido por la devastación de Jerusalén (Sal 46: 4, 5). Tan crítica fue la destrucción de Jerusalén, que los hechos son registrados en cuatro capítulo del AT por separado: 2 Reyes 25; Jeremías 39:1-11; 52; y 2 Crónicas 36:11-21.
Los ciento cincuenta y cuatro versículos han sido reconocidos por los judíos como parte de su canon sagrado Junto con Rut, Ester Cantar de los cantares y Eclesiastés, Lamentaciones es incluido entre los libros del AT del Megillot o "cinco rollos", los cuales eran leídos en la sinagoga en ocasiones especiales. Lamentaciones es leído el noveno día de Ab (julio-agosto) para recordar la fecha de la destrucción de Jerusalén por mano de Nabucodonosor. Es interesante notar que, esta misma fecha más tarde marco la destrucción del templo de Herodes por mano de los romanos en el 70 d.C.
Detalles de Lamentaciones
Los lamentos de Jeremías sobre la ciudad para cuya salvación se había esforzado hasta lo último, no sin fe de que ella se levantará de nuevo de las ruinas (3:21, 31, 32) nos recuerda el lamento de Jesús sobre la misma ciudad (Mat. 23: 37, 38; Luc. 19:41-44). Jerusalén resucitó, y dio su nombre a la capital de un mundo redimido y de eterna gloria (Heb. 12:22; Apo. 21:2).
Una Apéndice de Jeremías
El último capítulo de Jeremías, acerca del incendio de Jerusalén y el comienzo del exilio babilónico, debe leerse como introducción a este libro. Torres Amat toma de la Septuaginta este prefacio: “Después que Israel fue llevado cautivo y quedó Jerusalén desierta se estaba sentado el profeta Jeremías llorando, y endechó sobre Jerusalén con la siguiente lamentación, y suspirando con amargura de, ánimo, y dando alaridos, dijo:” Se piensa que este prefacio pudo haber estado en el ejemplar hebreo de que hicieron su traducción los Setenta.
Sin embargo, en el Antiguo Testamento hebreo este libro no se halla después de Jeremías, sino entre el grupo de la “Hagiógrapha” o Escrituras; Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés, Ester. Se copiaban en rollos separados, porque se leían en diferentes fiestas. Hasta el día de hoy, en todo el mundo, dondequiera que hay judíos, el libro de Lamentaciones se lee en las sinagogas el día 9 del cuarto mes (Jer. 52:6) en recuerdo de la destrucción de Jerusalén. Es un himno de dolor, “escrita cada letra con una lágrima, cada palabra al sonido de un corazón quebrantado.”
La “Gruta de Jeremías”
Es el nombre dado a l lugar, apenas fuera del muro norte de Jerusalén, en donde según la tradición Jeremías derramó sus amargas lágrimas y compuso esta dolorosa elegía de la ciudad que tanto se había esforzado por salvar. Esta gruta se halla al pie de la colina ahora llamada “Gólgota,” la misma colina donde se levantó la cruz de Cristo. De esta manera, el profeta llorón donde más tarde el Salvador padeció y murió.
Un Acróstico Alfabético
El libro consta de cinco poemas, cuatro de lo cuales son acrósticos; es decir, cada uno comienza con una letra del alfabeto hebreo, en orden alfabético. Era una forma favorita de la poesía hebrea, usada para ayudar a la memoria. Los capítulos 1, 2 y 4 tienen 22 versículos cada uno, un versículo para cada letra. El capítulo 3 tiene 66 versículos, 3 para cada letra; y el capítulo 5 tiene 22 versículos, pero no en orden alfabético.
Su Uso Inmediato
Debe de haberse escrito este libro durante los tres meses entre el incendio de Jerusalén y la huida del remanente a Egipto (Jer. 39:2; 41:1, 18; 43:7), durante cuyo tiempo la sede del gobierno estaba en Mizpa (Jer. 40:8), unos 10 Km. al norte de Jerusalén. Probablemente se hicieron varios ejemplares, de los cuales unos habrán sido llevados a Egipto, y otros enviados a Babilonia, para que los cautivos pudieran aprenderlo de memoria y cantarlo.
Retos de Interpretación
Ciertos detalles presentan dificultades. Entre ellos están:
1. Oraciones imprecatorias de juicios sobre otros pecadores (1:21-22; 3:64-66)
2. La razón por la que Dios no oye la oración (3:8)
3. La necesidad de un juicio que es tan severo (1:1, 14; 3:8)
Temas históricos y teológicos
En enfoque principal de Lamentaciones es el juicio de Dios en respuesta al pecado de Judá. Este tema puede ser seguido a lo largo del libro (1:5, 8, 18, 20; 3:42; 4:6, 13, 22; 5:16). Un segundo tema que sale a la superficie es la esperanza en la compasión de Dios (como en 3:22-24, 31-33; cp. Sal 30:3-5). Aunque el libro lidia con desgracia, se vuelve a la gran fidelidad de Dios (3:22-25) y cierra con gracia conforme a Jeremías pasa de lamentación a consolación (5:19-22).
El juicio soberano de Dios representa un tercer tema del libro. Su santidad fue tan ofendida por el pecado de Judá que finalmente Él trajo la calamidad destructiva. Babilonia fue escogida para ser su instrumento humano de ira (1:5, 12, 15; 2:1, 17; 3:37, 38; cp. Jer 50:23). Jeremías menciona a Babilonia más de 150 desde Jeremías 20:4 a 52:34, pero en Lamentaciones él no menciona ni una vez de manera explícita a Babilonia o a su rey, Nabucodonosor .Solo el Señor es identificado como el que lidió con el pecado de Judá.
En cuarto lugar, debido a que el juicio que arrasó con todo pareció ser el fin de toda esperanza de salvación para Israel y el cumplimiento de las promesas de Dios (3:18), gran parte del libro aparece como oración:
1:11, lo cual representa una confesión con llanto por el pecado (v. 18)
3:8, con su angustia cuando Dios "cerró los oídos a mi oración" (cp. Jer 7:16; Lm 3:43-54)
3:55-59, donde Jeremías clama a Dios por alivio; o 3:60-66, donde busca recompensa para los enemigos (la cual Jer 50, 51 garantiza)
5:1-22, con su apelación al cielo por misericordia restauradora (la cual Jer 30-31 asegura), basada en la confianza de que Dios es fiel (3:23).
Un quinto tema se relaciona con Cristo. Las lágrimas de Jeremías (3:48, 49) se comparan con las lágrimas de Jesús por la misma ciudad de Jerusalén (Mt 23:37-39; Lc 19:41-44). Aunque Dios fue juez y ejecutor, traer esta destrucción fue motivo de tristeza para Él. La afirmación: "En toda angustia de ellos él (Dios) fue angustiado" (Is 63:9) fue verdadera en principio. Un día Dios enjugará toda lágrima (Is 25:8; Ap 7:17; 21:4) cuando ya el pecado no será más.
Un texto tema es una advertencia implícita a todos los que leen este libro. Si Dios no vaciló en juzgar a su pueblo amado (Dt 32:10), ¿qué hará alas naciones del mundo que rechazan su Palabra?
Vista Panorámica de Lamentaciones
La caída de Jerusalén en el año 586 a.C. fue uno de los más dolorosos acontecimientos del Antiguo Testamento. Eso está íntimamente ligado al alma de Israel; se menciona muchas veces en la Palabra de Dios. Pero los gritos de más intenso dolor sobre este evento se encuentran en Lamentaciones. Este libro consiste de cinco poemas llenos de angustia y horror. Expresa el papel que el pecado tuvo en la destrucción de Jerusalén, a lo que le acompaña una confesión sincera. El título del libro en la Biblia hebrea es Ekah (Cómo), la cual es la primera palabra del libro; el Talmud lo llama Qinoth, que significa “Lamento” y la Septuaginta griega, Trenoi, que significa “Cantos de lágrimas.” En la Vulgata Latina se llama Lamentationes, de donde se toma el título para el español.
Lamentaciones es uno de cinco libros cortos que los hebreos llaman Meguilot, o “rollos,” los cuales son leídos en ciertas fiestas anuales. El Cantar de los Cantares se lee durante la Pascua, la celebración más importante; Rut, en Pentecostés para celebrar la cosecha; Lamentaciones, en el noveno día del cuarto mes, que conmemora la destrucción de Jerusalén (Jer 52:16); Eclesiastés, en la fiesta de los Tabernáculos y Ester, en Purim.
La forma literaria de Lamentaciones es muy particular. Los primeros cuatro poemas son acrósticos alfabéticos; es decir, cada sección comienza con una declaración que se inicia con una letra sucesiva de las 22 del alfabeto hebreo. En los capítulos uno y dos cada vers. se compone de tres líneas, y la primera palabra de cada vers. comienza con una letra sucesiva del alfabeto hebreo. En el tercer capítulo cada vers. es una sola línea y cada grupo de tres vers. comienza con la misma letra en hebreo. Los vers. uno al tres comienzan con la primera letra hebrea, alef; los vers. cuatro al seis comienzan con la segunda letra, bet, y así sucesivamente. El capítulo cinco no es un acróstico, aunque tiene 22 vers., que es el total de letras del alfabeto hebreo.
Indudablemente, Lamentaciones es el libro de la Biblia que expresa más dolor; sin embargo, aun aquí hay esperanza expresada. Relegado al centro de Lamentaciones (3:22–26) se halla la siguiente expresión llena de esperanza en el Señor: …las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad! El Señor es mi porción, dice mi alma, por eso en El espero. Bueno es el Señor para los que en Él esperan, para el alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor.
A la salida de Jerusalén hay un lugar conocido como “Gruta de Jeremías” donde se dice que el profeta lloró amargamente y escribió este canto de tristeza. El lugar también es conocido como Gólgota, el sitio de la crucifixión de Jesús (Mt 27:33). Tal vez el sufriente Jeremías lloró su amargura donde siglos después el sufriente Jesús murió. Su muerte fue la solución definitiva al problema del pecado humano. Los que confían en Cristo para su salvación, obtienen una relación de vida con el Señor.
Referencias Proféticas
Jeremías fue conocido como “el profeta llorón” por su profunda y permanente pasión por su pueblo y su ciudad (Lamentaciones 3:48-49). Este mismo dolor por los pecados del pueblo y su rechazo de Dios, fue expresado por Jesús, mientras se aproximaba a Jerusalén y veía a futuro su destrucción a manos de los romanos (Lucas 19:41-44). A causa del rechazo de los judíos a su Mesías, Dios usó el asedio romano para castigar a Su pueblo. Pero Dios no disfruta el tener que castigar a Sus hijos y Su oferta de Jesucristo como una expiación por el pecado, muestra Su gran compasión por su pueblo. Un día, por Cristo, Dios secará todas las lágrimas (Apocalipsis 7:17).
Carácter de Dios en Lamentaciones
Dios es fiel: 3:22-25; 5:19-22
Dios es bueno: 3:25
Dios es misericordioso: 3:22-23, 32
Dios se aíra: 1:5, 12, 15, 18; 2:1, 17, 20-22; 3:37-39
Cristo en Lamentaciones
Las lágrimas de Jeremías surgían del profundo amor que le tenía al pueblo de Israel (3:48-49). De igual modo, Cristo mismo lloró por la ciudad de Jerusalén, diciendo: "!Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisistes!" (Mt 23:37-39; Lc 19:41-44). Si bien Cristo ha de juzgar a los que se rebelan contra él, también siente gran pena por perder a su amado pueblo
Los 10 motivos de oración en Lamentaciones
Petición por consuelo en medio de la aflicción personal o nacional: Oremos por consuelo en medio de la aflicción, tomando inspiración en las expresiones de dolor y esperanza en Lamentaciones 3:19-26.
Confesión de pecados personales y nacionales: Confesemos nuestros pecados personales y busquemos la misericordia de Dios para el perdón, reflexionando sobre las conexiones entre el sufrimiento y el pecado en Lamentaciones 1:8-9.
Petición por restauración espiritual y física: Oremos por restauración espiritual y física en nuestras vidas y en la sociedad, tomando inspiración de las oraciones de restauración en Lamentaciones 5:21-22.
Confesión de cualquier falta de compasión y petición por un corazón compasivo: Confesemos cualquier falta de compasión y pidamos a Dios un corazón compasivo hacia los que sufren, basándonos en las expresiones de compasión en Lamentaciones 2:11-12.
Petición por discernimiento espiritual en medio de la oscuridad: Oremos por discernimiento espiritual en medio de la oscuridad, tomando inspiración en la búsqueda de entendimiento en Lamentaciones 3:39-41.
Confesión de cualquier falta de arrepentimiento y petición por un espíritu contrito: Confesemos cualquier falta de arrepentimiento y pidamos a Dios un espíritu contrito, basándonos en las llamadas al arrepentimiento en Lamentaciones 3:40-42.
Petición por la renovación de la adoración y devoción a Dios: Oremos por la renovación de la adoración y la devoción a Dios en nuestras vidas y comunidades, tomando inspiración en las lamentaciones por la interrupción del culto en Lamentaciones 2:6-7.
Confesión de cualquier falta de confianza en la fidelidad de Dios: Confesemos cualquier falta de confianza en la fidelidad de Dios y pidamos una fe firme, basándonos en las expresiones de confianza en Lamentaciones 3:22-24.
Petición por esperanza y restauración en medio de la desolación: Oremos por esperanza y restauración en medio de la desolación, tomando inspiración en las oraciones por renovación en Lamentaciones 5:19-21.
Agradecimiento por la misericordia de Dios que se renueva cada mañana: Agradezcamos a Dios por Su misericordia que se renueva cada mañana, inspirados en la declaración de la bondad de Dios en Lamentaciones 3:22-23.
Apuntes de Lamentaciones
El libro de las Lamentaciones refleja un significativo giro decisivo en la historia bíblica, la caída de Jerusalén, recordándonos así que Dios es fiel a su palabra acerca de su postura contra la infidelidad, al mismo tiempo que ofrece esperanza para el futuro basado en su carácter.