(Ex 34:10-17; Dt 20:17; Jos 3:10; 9:1; 24:11)
1525 Nacimiento de Moisés
Dios mandó a Josué a llevar a los israelitas a la tierra prometida (también llamada Canaán) y conquistarla. Esto no fue un acto de imperialismo ni agresión, sino un acto de castigo. He aquí algunos pasajes de la Biblia donde Dios prometió dar esta tierra a los israelitas y las razones por las cuales lo hizo.
1. La preparación y la entrada a Canaán (1:1-5:12)
2. Conquista de la tierra (5:13-12:24)
A. Jericó y Hai (5:13-8:35)
B. Gabaonitas, amorreos y ciudades sureñas (9-10)
C. Reyes norteños (11)
D. Lista de reyes derrotados (12)
3. La división de la tierra entre las tribus (13-21)
4. Despedida y muerte de Josué (22-24)
A. Entrada a la tierra prometida (1:1-5:12)
1. Josué dirige la nación
2. Cruzan el Jordán
B. Conquista de la tierra prometida (5:13-12:24)
1. Josué ataca la región central
2. Josué ataca a los reyes del sur
3. Josué ataca a los reyes del norte
4. Resumen de las conquistas
C. Distribución de la tierra prometida (13:1-24:33)
1. Las tribus reciben sus tierras
2. Se apartan ciudades especiales
3. Las tribus del este regresan a casa
4. Discurso de despedida de Josué a los líderes
Josué demostró su fe en Dios al aceptar el reto de ser líder de la nación. Los israelitas reafirmaron su compromiso con Dios al obedecer y pasar el Jordán para poseer la tierra prometida. Cuando vivimos la vida cristiana, debemos pasar de la antigua vida a la nueva, despojándonos de nuestros deseos egoístas y siguiendo adelante para poseer todo lo que Dios planeó para nosotros. Como Josué e israel, necesitamos una fe valiente para vivir la nueva vida.
Josué y su ejército fueron de ciudad en ciudad, limpiando la tierra de su maldad al destruir toda huella de adoración idolátrica. El conflicto con el mal es inevitable y debemos ser tan inclementes como Israel al destruir el pecado de nuestras vidas.
Josué instó a los israelitas a seguir al Señor y a adorarlo sólo a Él. El pueblo vio cómo Dios los libró de muchos enemigos y de manera milagrosa suplió todas sus necesidades, pero tenía la tendencia a descarriarse del Señor. Aunque hemos visto la mano de Dios actuando en nuestras vidas, también debemos renovar continuamente nuestro propósito de obedecerlo sobre cualquier otra autoridad y adorarlo solo a Él.