Comentario 

Levítico

Comentario de Levítico

Sacrificios

El Sacerdocio

Fiestas Sagradas

Leyes Varias

     La palabra "Levíticos" significa "de los levitas," o sea el libro que contiene el sistema de leyes administrado por el sacerdocio levítico bajo el cual vivía la nación hebrea. Estas  leyes fueron  dadas principalmente en el monte Sinaí, con adiciones, repeticiones y explicaciones posteriores durante los años en el desierto.

    Los levitas una tribu de entre las doce, fueron puestos aparte para la obra de Dios. Dios los tomó en lugar de los primogénitos de todo Israel, pues Él reclamaba como Suyo todo primogénito tanto de los hombres como de sus ganados. Eran mantenidos por el sistema de diezmos, y se les asignaron 48 ciudades (Núm 35:7; Josué 21:19).

    Una familia de los levitas, la de Aarón y sus hijos, fue apartada para el sacerdocio. Sus deberes eran el cuidado y el acarreo del tabernáculo, y más tarde, el cuidado del templo; y eran maestros, escribas, músicos, oficiales y jueces.  

Capítulos 1-5. Varias clases de Ofrendas

Capítulos 6-7. Detalles Adicionales sobre los Sacrificios

    Además de las ofrendas ya enumeradas, las había de bebidas o libaciones, ofrendas mecidos y agitadas; accesorios de otros sacrificios.

    La forma del sacrificio era esta: Se presentaba el animal en el tabernáculo; quien lo ofrecía ponía sobre él las manos, constituyéndolo en representante suyo. Era degollado; la sangre se rociaba sobre el altar, y se derramaba al pie del mismo; y la parte especificada por la ley era quemada.

    Frecuencia de los sacrificios: Los había diarios, de un cordero cada mañana y tarde, y de los sábados. El primero de cada mes había sacrificios adicionales. En las fiestas de la Pascua, de Pentecostés y de los Tabernáculos, se ofrendaban grandes cantidades de animales, y también en el Día de Expiaciones. Además de estos sacrificios regulares nacionales, había ofrendas para ocasiones especiales, de individuos, por el pecado, votos, ofrendas de gratitud, etc.   

Consagración de Aarón

    Y de sus hijos, al sacerdocio. Antes del tiempo de Moisés,ofrendaban sacrificios cada cabeza de familia. Pero ahora, con la nación organizada, un lugar puesto aparte para el sacrificio, y un ritual promulgado para ello, se instituye en una ceremonia solemne una orden especial hereditaria de hombres para este servicio. Aarón y sus descendientes primogénitos en sucesión directa eran los sumos sacerdotes. El sacerdocio se mantenía del diezmo de los diezmos recibidos por los levitas, y de parte de ciertos sacrificios. Se les dieron trece ciudades (Josué 21:13-19).

    Las vestiduras del sumo sacerdote. Cada detalle era prescrito por Dios (Ex 28): Un Manto de azul, con campanillas en el ruedo, que sonarán mientras ministra en el tabernáculo.

    Un efod, especie de capa, corta de dos piezas, una por delante y otra por detrás, de oro, azul, púrpura, escarlata y lino fino, unidas en cada hombro con un ónice, cada uno de los cuales tenía grabados los nombres de seis de las doce tribus. 

    Un pectoral de unos 25 cms. en cuadro, de oro, azul, púrpura, escarlata y lino fino, doble, abierto arriba como una bolsa, y colgado del efod con cadenas de oro, adornado de doce piedras preciosas teniendo cada una el nombre de una tribu. Contenía el Urim y Tumim, que se usaban para saber la voluntad de Dios, pero no se sabe qué eran éstos. 

El Sistema Sacrificial, de Origen Divino 

    Este fue instituido por Dios como centro y corazón mismo de la vida nacional judaica. Sean cuales hayan sido su aplicación e implicaciones para los Judíos, los sacrificios incesantes de animales, y el resplandor incesante del fuego del altar, fueron sin duda propuestos por Dios para grabar en la conciencia de los hombres la convicción de su propia pecaminosidad, y para ser un cuadro perdurable del sacrificio venidero de Cristo, hacia Quien señalaban y en Quien fueron cumplidos.

El Sacerdocio Levítico 

    Fue ordenado divinamente para mediar entre Dios y la nación hebrea en el ministerio de sacrificio de animales. Estos sacrificios luego fueron cumplidos en Cristo, y ya no son necesarios ni éstos, ni tampoco los sacerdotes. Cristo mismo es el Gran Sumo Sacerdote del hombre, y único mediador entre Dios y los hombres (Heb 8, 9, 10).

    Los ministros cristianos no son sacerdotes. En ninguna parte del Nuevo Testamento se les llama "sacerdotes". Solamente en 1 Pedro 2:5, 9. Apoc 1:6 y 20:6, se aplica la palabra a cristianos, y esto a todos los cristianos; pero a los ministros cristianos como tales, nunca.

    "El daño más grande que jamás se le hizo al cristianismo fue cuando los ministros cristianos adoptaron el título y el oficio de sacerdotes." La presunción arrogante del sacerdocio romanista el interponerse entre Dios y el hombre, ha sido la principal agencia del diablo para corromper el cristianismo, y la calamidad más grande que jamás haya azotado a la iglesia.   

Capítulo 10. Nadab y Abiú 

    Su castigo pronto y terrible fue una amonestación contra todo abuso arbitrario de las ordenanzas de Dios, inclusive el de aquellos dirigentes eclesiásticos que deforman el evangelio de Cristo con toda clase de tradiciones humanas.       

Capítulo 11. Animales limpios e inmundos 

    Aun antes del diluvio había una distinción entre animales limpios e inmundos (Gn 7:2). Moisés elevó a ley esta diferenciación. Se basaba en parte, en sus cualidades saludables como alimento, y en parte en razones religiosas calculadas para constituir una de la señales de la separación de Israel de entre las demás naciones. Jesús abrogo la distinción en Marcos 7:9, "haciendo limpias todas la viandas". Hechos 10:12-15 implica que la distinción ya no existía, y que los gentiles ya no eran "inmundos" para los judíos. 

Capítulo 12. Purificación de la Madres

    El período de separación era de 40 días en el caso de niños varones, y de 80 días en el caso de las niñas. Se cree que el propósito puede haber sido ayudar a mantener la igualdad de números entre los sexos, ya que los hombres, debido a las exigencias de la guerra, eran sujetos a mayores riesgos de mortalidad que las mujeres.

Capítulos 13, 14. Indicaciones de Lepra

    Estos reglamentos tenían como objeto controlar el contagio de lo que era en aquel tiempo una de las enfermedades más asquerosas y más temidas.   

Capítulo 15. Impureza ceremonial

    El sistema complejo de especificaciones de cómo la persona llegaba a ser ceremonialmente "inmundo" y los requisitos de la limpieza parecen haber sido para promover la limpieza personal y también el reconocimiento continuo de Dios en todos los aspectos de la vida. La pena era el ser separado del tabernáculo y de entrar la congregación, y la purificación era en parte por agua y en parte por sacrificios.  

Capítulo 16. Día Anual de la Expiación 

    Era el 10 del mes séptimo. Era el día más solemne de todo el años; el día en que el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo para expiar los pecados de la nación. Esta remoción de pecados era solamente de un años (Heb 10:3), pero señalaba hacia adelante a una remoción eterna (Zac 3:4, 8, 9; 13:1; Heb 10:14).

    Algunos creen que "Azazel" (v.8) haya sido un nombre de Satanás. Otros lo traducen "enviar" o "reparar". Luego de ser muerta la víctima expiatoria, el Sumo Sacerdote ponía sus manos sobre la cabeza del animal vivo y confesaba sobre él los pecados del pueblo. Entonces era enviado lejos al desierto, "alejando" del pueblo sus pecados (Salmo 103:12). Esta ceremonia, así como el sacrificio anual del cordero pascual, era uno de los cuadros divinos que prefiguraban la futura expiación del pecado humano en la muerte de Cristo. ¿Qué otra cosa podría significar?     

Capítulo 17. Manera de Ofrecer los Sacrificios

    La ley exigía que los animales fueran presentados a la puerta del tabernáculo. Comer sangre era estrictamente prohibido (3:17; 7:26, 27; 17:10-16; Gn 9:4; Dt 12:16, 23-25) y todavía lo es (Hch 15:29).

Capítulo 18. Abominaciones Cananitas

    Si nos extraña que algunas de estas cosas: incesto; homosexualidad, y la cohabitación con animales - siquiera se nombre, es porque eran prácticas corrientes de las naciones vecina de Israel, a quien se prevenía contra tales cosas.  

Capítulos 19, 20. Leyes Varias

    Días de descanso. Idolatría. Sacrificios voluntarios. Espiga y Rebusca. Robo. Blasfemia. Jornales. Equidad. Chismes. Amor Fraternal. Cruzamientos de Animales y Plantas. Adulterio. Arboles Frutales. Agoreros. Desfiguración de la persona. Prostitución. Respeto hacia los Ancianos. Bondad hacia los Extranjeros. Pesos y Medidas. Culto de Moloch. Hechicería. Respeto a los Padres. Incesto. Sodomía. Animales. Limpio e Inmundo.     

Amarás a tu Prójimo como a Ti mismo, 19:18

    Esta es una de las notas sobresalientes de la ley mosaica. Debía guardarse mucha consideración hacia los pobres. Los jornaleros se pagaban al día. Era prohibida la usura. Debían hacerse préstamos y regalos a los necesitados. En los campos segados debía dejarse para los pobres la espigada o rebusca. En todo el Antiguo Testamento, sin alentar en ninguna parte el ocio, se insiste constantemente en la bondad hacia las viudas, los huérfanos y los extranjeros. 

Concubinato, Poligamia, Divorcio y Esclavitud.

    Eran tolerados, pero muy restringidos (19:20; Dt 21:15; 24:1-4; Ex 21:2-11). La ley de Moisés elevaba el matrimonio a un nivel muy superior al que existía entre las naciones vecinas. La esclavitud se rodeaba de reservas humanitarias, y nunca existió entre los judíos en gran escala, ni con las crueldades y horrores prevalecientes en Egipto, Asiria, Grecia, Roma y otras naciones.  

La Pena de Muerte.

    Ofensas capitales lo eran:

Estas Leyes eran la Ley de Dios

    Algunas son similares a las leyes de Hamurabi, con las cuales Moisés estaría bien familiarizado. Pero aunque Moisés haya estado sujeto a la influencia de su educación egipcia y de la tradición babilónica, sin embargo repite una y otra vez, "Así ha dicho Jehová", indicando así que estas leyes eran promulgadas directamente por Dios mismo.

    Algunas de ellas quizás nos parezcan severas. Pero si no fuera posible transportarnos al mundo de Moisés, probablemente no nos parecerían suficientemente severas. En general, la ley de Moisés,"en su insistencia en la moralidad e igualdad personales, en sus miramientos para con ancianos y niños, esclavos, enemigos y animales, y en sus reglamentos sanitarios y alimenticios, era mucho más pura, más razonable, humana y democrática que cualquier otra legislación antigua, sea babilónica, egipcia, o de dondequiera, y muestra una sabiduría mucho más avanzada que cualquiera de ellas". Era el "milagro moral" del mundo pre-cristiano.

    La ley mosaica fue propuesta por Dios como "nuestro ayo,  para llevarnos a Cristo" (Gá 3:24). Algunas de sus disposiciones condescendían a la "dureza de vuestro corazón" (Mt 19:8); para "niños" en estado de siervos; vistos a la luz del Evangelio cristiano eran, como lo revelan las epístolas de Gálatas y Hebreos, solamente "débiles y pobres rudimentos".      

Capítulos 21, 22. Sacerdotes y Sacrificios

    Una ampliación de las disposiciones de los capítulos 1 al 9. Los sacerdotes debían ser sin defecto físico, y no podían contraer matrimonio sino con una virgen. Los animales destinados debían ser sin defecto, y tener cuando menos ocho días de edad. 

Capítulos 23, 24. Días de Fiestas; el Candelero; el Pan de la Proposición; Blasfemia

    Acerca de las fiestas, véase bajo Dt 16. La lámpara debía arder perpetuamente. Los panes se cambiaban cada sábado. La blasfemia se castigaba con la muerte. El principio de "ojo por ojo" (24:19-21) era parte del código civil y perfectamente justo. Véase bajo Mat 5:38 y Lucas 6:27. 

Capítulo 25. Año Sabático y Año de Jubileo 

    Cada séptimo año era de reposo. La tierra de dejaba descansar. No se sembraba ni se cosechaba, ni se podaban los viñedos. Lo que nacía de sí se dejaba para los pobres. Dios prometía darles en el sexto año lo suficiente para dos años. Las deudas entres judíos debían ser canceladas.

    El año de Jubileo era cada 50 años, después del séptimo año sabático, de manera que había dos años de descanso sucesivos. Comenzaba con el Día de Expiación. Todas las deudas se cancelaban, los esclavos se libertaban, y las tierras que se habían vendido volvían a sus dueños. Jesús parece considerarlo como una representación del gran jubileo que El vino a proclamar (Lv 25:10; Lc 4:19).

La Propiedad de la Tierra

    Canaán fue dividida en tres las doce tribus; y dentro de las tribus, entre las familias. Con ciertas excepciones, la tierra no podía venderse a perpetuidad fuera de la familia. Una venta equivalía a un arriendo hasta el año de jubileo, en que volvía a la familia original. Este era el plan de Dios para evitar que unos pocos acumularan las riquezas de la nación.   

El Número Siete

    El sistemas levítico de épocas sagradas se constituyó sobre un ciclo de sietes:

 

Capítulo 26. Obediencia y Desobediencia

    Este capítulo de admirables promesas y tremendas advertencias, es como Dt 28, uno de los grandes capítulos de la Biblia. Léalo a menudo.

Capítulo 27.  Votos y Diezmos

    Los Diezmos: Gn 14:20; 28:22; Lv 27:30-32; Nm 18:21-28; Dt 12:5, 6, 11, 17, 18; 14:23, 28, 29; 26:12. La décima parte del producto de la tierra y del aumento del ganado debía entregarse a Dios. 

    Se mencionan tres diezmos: levítico, de fiestas, y para los pobres cada tercer año. Algunos creen que había solamente un diezmo, del que una parte se usaba para las fiestas y otra para los pobres cada tercer año. Otros creen que el diezmo para las fiestas se calculaba sobre los nueve décimos que quedaban después de apartar el diezmo levítico.

    El diezmo existía mucho antes de los días de Moisés. Abraham y Jacob pagaron diezmos. Entre los judíos el diezmo se empleaba para el sostenimiento de los levitas, y éstos se ocupaban no solamente en asuntos religiosos sino también en el gobierno civil (véase bajo 1 Cr 23). Ciertamente los cristianos debieran estar dispuestos a dar para la obra del Evangelio tanto como dieron los judíos, y aún más.   

    Primicias. Dios reclamaba como Suyos no solamente los diezmos sino también los primogénitos de todas las familias (a cambio de los cuales tomó la tribu de Leví) y de todo el ganado, y las primicias del campo. Las primicias del campo se ofrendaban en la fiesta de la Pascua, y ninguna parte de la nueva cosecha podía utilizarse hasta que esto se hubiera hecho (Lv 23:14). La primera cosecha de una nueva arboleda ( la del cuarto año) era de Dios, y no podía utilizarse ninguna parte de su fruto hasta que esto se hubiera hecho, pues se tenía por inmundo hasta que el producto se dedicaba a Dios. La lección era que se le diera a Dios el primer lugar en la vida.