Arqueología

Tito

Arqueología de Tito

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Tito 2. “Los apócrifos”

Conforme la iglesia primitiva se desarrollaba, los creyentes gentiles necesitaban que se les enseñara la «sana doctrina» (Tit 2:1). Aunque Pablo y los apóstoles usaban exclusivamente el Antiguo Testamento como su Biblia canónica, los gentiles también encontraron muchos otros textos religiosos judíos entre los rollos griegos de las Escrituras.

Muchos creyentes gentiles sin duda aceptaron estos textos como acreditados, y el debate sobre su lugar en las iglesias ha cambiado desde entonces.

El término «apócrifos» (que significa «escondido») se refiere generalmente a un conjunto de libros que no pertenecen al canon bíblico. Sin embargo, la colección comúnmente llamada «los apócrifos» se limita a 14 o 15 documentos que en su mayor parte se escribieron durante los últimos dos siglos a.C. y el siglo I d.C. Los apócrifos en realidad representan solo una pequeña porción de la literatura judía existente de este periodo, que no pertenece al canon. Segunda de Esdras 14:45-46 se refiere explícitamente a una gran cantidad de dicho material conocido en esa época. En este pasaje se hace una distinción entre los libros canónicos del Antiguo Testamento hebreo, para ser publicados para todo el mundo y «los setenta libros que se escribieron después», para ser reservados para los sabios entre el pueblo.

Los primeros manuscritos de la Biblia griega (la Septuaginta) incluyen los libros ahora conocidos como los apócrifos. Durante los primeros siglos cristianos, los textos apócrifos fueron ampliamente leídos y algunos llegaron a considerarlos canónicos (cf. Agustín, La Ciudad de Dios, 18:36). Sin embargo, los estudiosos cristianos estaban conscientes de las discrepancias entre la Biblia griega y la Biblia hebrea. Cuando Jerónimo publicó su traducción latina de la Biblia (la Vulgata), trabajó directamente desde la Biblia hebrea y distinguió cuidadosamente entre lo que consideraba que eran escritos canónicos y el grupo de escritos que primero había designado como «los apócrifos». Martin Lutero (siglo XVI d.C.), se opuso a ciertos pasajes apócrifos, como 2 Macabeos 12:45-46, el cual había utilizado la Iglesia Católica para apoyar la doctrina del purgatorio y la venta de las indulgencias. En su traducción al alemán de 1534, Lutero imprimió los libros de los apócrifos juntos en un apéndice separado, en lugar de intercalarlos entre los libros canónicos. El Concilio católico romano de Trento en 1546 rechazó la diferenciación de Lutero, y decretó que los libros de los apócrifos eran «Deuterocanónicos» (pertenecientes al «segundo canon»). Los libros Deuterocanónicos de la Iglesia Católica Romana, que permanecen como una parte del canon del Antiguo Testamento católico, más o menos equivalen a los apócrifos de la iglesia protestante.

Varios libros de los apócrifos son seudónimos, lo que significa que pretenden haber sido escritos por una personalidad importante del Antiguo Testamento, como Jeremías, pero de hecho fueron escritos mucho tiempo después de la época del supuesto autor.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Tito 2. "Los libros apócrifos"

Los libros apócrifos son los siguientes:

(Biblia de Estudio Arqueológica. Vida. p. 2020)