Aplicación
Juan
Aplicaión de Juan
Aplicación de Juan
1. ¿Cree usted realmente que Jesús es Dios? ¿Vive de acuerdo con esa realidad?
2. ¿Puede usted guiar a otros a través de las Escrituras y mostrar que Jesús es Dios?
3. ¿Reconocen los demás que usted es un discípulo de Jesucristo en razón del amor que usted tiene por sus semejantes y por la Palabra de Dios?
4. ¿Busca usted el apoyo y el consuelo del Espíritu Santo de Dios? ¿Da el Espíritu Testimonio por medio de usted? ¿Está realizando el Espíritu la obra de Dios por medio de usted? ¿Está el Espíritu guiándolo a toda verdad?
5. ¿Ve usted a otros creyentes en Cristo y se pregunta por qué Dios lo trata a usted de una manera diferente? ¿Necesita que se le repitan a usted las preguntas de Jesús a Pedro: “Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú” (Ju 21:22) ¿Está dispuesto a seguir a Jesús a donde Él lo lleve, aun cuando tenga que seguirlo solo? ¿Está hablándoles a los demás acerca de Jesucristo?
Aplicación final de Juan
1. ¿Cuáles son las verdades básicas de Juan?
2. ¿Cómo se aplican estas verdades a mi vida?
3. ¿En vista de estas verdades, qué cambios deberían hacer en mi vida?.
4. ¿Cómo pienso llevar a cabo estos cambios?
5. ¿Cuál será mi oración personal referente a esta verdad, y los cambios que debería efectuar en mi vida?
Aplicación practica
El Evangelio de Juan continúa cumpliendo su propósito de contener mucha información valiosa para el evangelismo (Juan 3:16 es tal vez el verso más conocido, aún si no es entendido apropiadamente por muchos), y con frecuencia utilizado en estudios bíblicos. En los encuentros registrados entre Jesús y Nicodemo, y la mujer en el pozo (capítulos 3-4), podemos aprender mucho del modelo del evangelismo personal de Jesús. Sus palabras de consuelo a Sus discípulos antes de Su muerte (14:1-6,16, 16:33) aún son de gran consuelo en las ocasiones cuando la muerte reclama a nuestros seres amados en Cristo, como lo es Su “oración como sumo sacerdote” por los creyentes en el capítulo 17. Las enseñanzas de Juan concernientes a la deidad de Cristo (1:1-3,14; 5:22-23; 8:58; 14:8-9; 20:28, etc.) son muy útiles en la lucha contra las falsas enseñanzas de algunos de los cultos que ven a Jesús como menor a la plenitud de Dios.