Lectura 

Josué

Lectura de Josué

Tiempo de Lectura= 2:10 / Contiene: 24 capítulos, 658 versículos y 18.858 palabras.

Datos de Orientación de Josué

Panorama del Libro de Josué

    Después de los cinco libros de Moisés, el libro de Josué inicia la segunda gran sección de la Biblia hebrea conocida como los Profetas Anteriores (del libro de Josué al libro de 2 Reyes exceptuando Rut). Más tarde los eruditos han llamado historia deuteronómica a este grupo de libros. Ambas designaciones están llenas de discernimiento. Esta sección del AT tiene el propósito de ser profética, en el sentido de que registra la historia de Israel con el propósito de instruir y explicar desde la  perspectiva divina el cómo y por qué las cosas ocurrieron así.  Son deuteronómicas porque ellas cuentan la historia desde el mismo punto de vista que el libro de Deuteronomio. Así pues, por ejemplo, el discurso de despedida de Josué en el capítulo 23 repite el lenguaje de exhortación presente en la despedida de Moisés relatada en Deuteronomio 7, pero ahora desde la perspectiva posterior a la conquista. Al mismo tiempo, José exhorta a la obediencia al "Libro de la Ley de Moisés" (Jos 8:31), un término que ocurre solamente en el libro de Deuteronomio en el Pentateuco y que aparecerá de nuevo al fin de los Profetas Anteriores en 2 Reyes (2 Rey 14:6; 22:8, 11; 23:2).

    Josué mismo relata la historia de la manera en que una segunda generación de antiguos esclavos triunfó al invadir a Canaán y poseerla, heredando de esta manera la tierra que Dios había prometido a Abraham y a su simiente de años antes (Gén 12 y 15). La historia es narrada en cuatro partes:    

Recomendaciones Específicas para la Lectura del Libro de Josué      

    El lector se dará cuenta de que la historia en el libro de Josué se cuenta desde la perspectiva de un tiempo posterior, conforme al narrador menciona repetidamente ciertas clases de recordatorios que "están allí hasta el día de hoy" (4:9; 5:9; 7:26; 8:28, 29; 10:27), así como también están muchos de los pueblos cananeos (13:13; 15:63; 16:10). Los primeros sirven como recordatorios de la fidelidad de Dios en el pasado, los últimos, como recordatorios de lo que no se ha hecho.

    Tanto la estructura del libro como las palabras iniciales de Dios a Josué (12:2-9) revelan las tres principales preocupaciones. 

    Primero, está el compromiso con la guerra santa. Fíjese cómo el énfasis está siempre en la iniciativa y participación de Dios ("estaré contigo", 1:5). De esta manera, la batalla inicial (Jericó) es de Dios solamente; después de esto, los israelitas mismos participan militarmente, pero siempre con Dios peleando por ellos (8:1; 10:14; 23:10). Como David lo diría después: "de Jehová es la batalla" (1 Sam 17:47). Ésta es la guerra santa de Dios, no solamente para darle a Israel la tierra, sino especialmente para librar la tierra de la idolatría (falsos dioses). Todo esto para que Jehová more como rey en medio de un pueblo que debe reflejar su semejanza y seguir sus caminos. A este respecto esté pendiente también de los varios casos cuando el autor habla del regalo del "reposo" después de la guerra santa (Jos 1:13, 15; 14:15; 21:44; 22:4; 23:1), un tema retomado negativamente en el Salmo 95:11 respecto a la generación del desierto y luego en Hebreos 4:1-11 como advertencia y seguridad.

    Segundo, aunque los capítulos 13-21 no son una buena lectura como tales, son profundamente importantes para la historia, porque aquí al final está el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham y su simiente de que ellos algún día heredarían esta misma tierra. Debía ser su territorio especial, de modo que Dios pudiera desarrollar un pueblo que, al honrarlo y servirlo bendijera a las demás naciones.

    Tercero y más importante, todo tiene que ver con la lealtad al pacto de los israelitas ante el único Dios. Éste es el elemento clave en el discurso de apertura del libro de Josué ("Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él", 1:8). Éste es el factor central en la derrota de Hai (7:11, 15). También explica la inserción temprana de la renovación del pacto en el monte Ebal (8:30-35) y la renovación final del pacto en Siquem con la que termina la narración (24:1-27).

    El lector verá fácilmente cuándo de todo esto retoma y lleva adelante las preocupaciones del libro de Deuteronomio:la guerra de Dios contra los dioses falsos; la promesa de la tierra por parte de Dios; y la preocupación por la lealtad al único Dios contra las demás formas de idolatría. 

    Dos cosas más pudieran ayudar al lector mientras avanza en la lectura del libro de Josué: Primera, lea con mapas a la mano. Esto le dará un entendimiento de la geografía mencionada a través de todo el libro. Segunda, puede ayudarle sobre que, en el tiempo de la invasión de Israel, Canaán no estaba ocupada por una superpotencia, como lo había estado antes por los egipcios y los heteos. Por esto, Israel no tuvo que enfrentar esa clase de oposición poderosa. Más bien, la tierra estaba organizada en forma de ciudades-estado. De modo que cada ciudad importante y sus villas circundantes tenían su propio rey, cada uno de los cuales era políticamente independiente. Tal arreglo significaba que los israelitas, aunque ellos mismos eran un pueblo pequeño, pudieran luchar separadamente contra cada estado o pequeña agrupación de estados (9:1, 2; 10:5-27; 11:1-9) y de esta manera poseer gradualmente parte de la tierra. 

Recorrido por el Libro de Josué

1:1-18 

Introducción

    Este capítulo introduce todos los temas importantes: Dios como protagonista de la historia. El llamado de Josué y el reconocimiento de su papel como el verdadero sucesor de Moisés. Que Josué dirigiría al pueblo a heredar la tierra que Dios había prometido a sus ancestros. La preocupación central por la lealtad al pacto. Nótese la repetida exhortación de Jehová a Josué: "esfuérzate y sé valiente" (6, 7, 9) que es repetida al final del capítulo por el pueblo (18), y por Josué al ejército, al principio de la campaña del sur (10:25). Note también el principio del tema del "reposo" (1:13, 15). 


 2:1-5:12

Preparación y entrada a la tierra prometida

    Estos capítulos describen, por medio de varias narraciones, la preparación del pueblo para la conquista de la tierra prometida. La primera narración es militar (cap. 2): el envío de espías a Jericó, quienes, protegidos por Rajab, se dan cuenta del terror que sus victorias anteriores (Núm 21:21-35) han despertado en la gente. La segunda narración es el cruce milagroso del Jordán (Jos 3, 4), que evoca el cruce anterior del mar Rojo durante el éxodo. Las dos narraciones finales son espirituales: la renovación del rito de la circuncisión y la celebración de la Pascua. Israel solamente puede poseer la tierra prometida como un pueblo circuncidado (recuerde Gén 17:9-14), con "la afrenta de Egipto" quitada (Jos 5:9), y ahora sí la Pascua puede ser celebrada de nuevo (después de una interrupción de 39 años. Ver Éxo 12:25 y Núm 9:1-14), cuando cesa la provisión del maná (Jos 5:10-12).

    Note el papel importante que Gilgal jugará en el resto de la conquista ( 5:9; 9:6; cap 10). Más tarde se convertirá en uno de los sitios sagrados de Israel (1 Sam 7:16; 11:14) y eventualmente en un lugar de idolatría sincretista (Ose 4:15; 9:15; 12:11; Amós 4:4; 5:5).    


 5:13-8:35

 Jericó y Hai

    Fíjese en la manera en que empieza la conquista: con el encuentro de Josué con "el Jefe del Ejército de Jehová" (Jos 5:13-17). Ya en la escena para hacerse cargo de la conquista, él es la seguridad para Josué (y de Israel) de que el ejército celestial está encargado de la conquista. Una conquista de la cual Josué y su ejército son el contingente terrenal. Esta parte está llena de evocaciones y contrastes importantes, como el encuentro de Moisés con Jehová en la zarza ardiente (Éxo 3:1-4:17). 

    Observe cuán íntimamente están ligadas las dos historias  de Jericó y de Hai, ambas en la narración presente y posterior (Jos 9:3; 10:1). Las dos puestas juntas exponen las condiciones bajo las cuales Israel puede conquistar y luego retener la posesión de la tierra. No pase por alto los rasgos importantes del conocido relato de la caída de Jericó: el hecho de que la victoria es totalmente de Dios y que, excepto por las trompetas, el papel del ejército de Israel no es militar.  Que Jericó es la primicia de la victoria y que por eso todo en la ciudad pertenece a Jehová (la misma ciudad es quemada como una cosa "consagrada ...a Jehová", 6:19. Sus piedras preciosas y sus metales irán a la casa de Jehová). Que Rajab y su familia son librados porque ella había confesado que el futuro pertenece a Jehová (2:8-13).  

    La primera parte de la historia de Hai (cap.7) retoma el tema de las "cosas consagradas" del capítulo 6, y se enfoca en la derrota de Israel por causa de la desobediencia al pacto de un hombre (7:11, 15; 22:18-20). Note la importancia de Acán, un hombre de Judá cuya historia puede ser leída en contraposición al relato de Rajab la prostituta (Acán y su familia perdieron toda herencia en la tierra, mientras que Rajab la extranjera y su familia ganaron herencia).   

    La segunda parte de la historia de Hai (cap 8) narra la manera en que Dios capacitó a Israel por medio de una astuta estrategia militar para derrotar y destruir la ciudad de Hai. Estas dos victorias con decisivas en el punto de entrada, la una milagrosa y la otra mediante instrumentos humano. Que sean narradas en detalle sugieren al lector la manera de entender el resto de las historias que no son narradas en detalles. Así que en este punto se incluye la renovación del pacto en el monte Ebal (8:30-35; ver Deut 27:4-8). 

   

 9:1-10:43

La estratagema gabaonita y sus consecuencias

    El primer relato después de la ceremonia de la renovación del pacto es otro rompimiento del pacto. Esta vez por el mismo Josué: "...no consultaron a Jehová" (9:14), note que los gabaonitas son heveos (9:7; 11:19), unos de los siete grupos de pueblos cananeos que debían ser destruidos completamente  (9:1; Deut 7:1, 2). No obstante, su engaño lleva directamente a la derrota de los cinco "reyes de los amorreos", quienes intentaban subyugar a Gabaón, pero que ellos mismos resultaron derrotados (Jos 10:1-28). Esto, a su vez, lleva a la narración de la conquista de las ciudades-estados del sur (10:29-43). Note que el ejército inmediatamente se dirige a las ciudades de los reyes que habían sido asesinados.     

 

 11:1-12:24

La conquista del norte y un resumen de los reyes derrotados

    Igual que anteriormente, aquí la derrota de los reyes del sur dirige a su vez a la derrota de muchos en el norte (cap.11). Luego , al capítulo 12 resume a todos los reyes y sus ciudades-estados que fueron destruidas.   


 13:1-21:45

La distribución de la tierra

    Aunque esta parte de Josué no es una lectura emocionante, es necesario que el lector esté consciente de su importancia para el resto de la historia bíblica, porque aquí está el verdadero cumplimiento  del regalo de la tierra prometida hecho a Abraham y su simiente.Observe especialmente la importancia dada a ciertas partes de la narración, tanto por su colocación como por el espacio que se les dedica.

    El relato empieza con un recordatorio de lo que todavía es necesario hacer (13:1-7), que se convierte en importante el leer tanto el libro de Jueces como el libro de 2 Samuel 5 y 8, donde David finalmente tiene éxito al someter a estos pueblos. Después de repetir la asignación dada a Gab, a Rubén y a la mitad de Manasés (13:8-32; Núm 32), el enfoque está antes que en cualquier otra cosa en Caleb y en la tribu de Judá (caps. 14, 15), y luego en las dos tribus de José (Efraín y la mitad de Manasés, Jos 16, 17). Un claro intervalo (18:1, 2), acentuando por la aparición del tabernáculo de reunión en Silo, separa estos dos relatos del resto que sigue (18:3-19:48). Observe además que estas últimas empiezan con Benjamín que incluye Jerusalén (18:28), aunque todavía no ha sido conquistada. La narración de la distribución misma concluye con la asignación de Josué (19:49-51) de modo que Caleb y Josué terminan esta narración (ver los comentarios en Núm 9:15-14:45).

    Adjunta a la narración de la distribución hay otros dos asuntos sobre la tierra que son importantes: provisión para los homicidios no intencionales (cap 20) y provisión para los levitas (cap.21). Estos se repiten en Números 35, pero en orden inverso: condensado uno y extendiendo el otro.      


 22:-24:33

      Epílogo      

    Los tres capítulos con que finaliza Josué tiene relatos sobre la lealtad a Dios y al pacto como su denominador común. El casi inicio de guerra por un altar construido por las tribus del este tuvo que ver con el temor de que ellas hubieran roto su fe con el Dios de Israel (22:16). Los dos discursos de despedida de Josué tiene como único tema la lealtad al pacto. Observe cómo gran parte de estos discursos repiten el énfasis en las preocupaciones del libro de Deuteronomio.

    El libro concluye con la nota de aliento de que no solamente Josué y Eleazar son sepultados en la tierra prometida, sino que los huesos de José, primero sepultado en Egipto (Gén 50:26; Éxo 13:19), también son sepultados en Siquem, en las tierras tribiales de Efraín, el hijo de José. !De esta manera Dios cumple su pacto con su pueblo! Desafortunadamente, el siguiente capítulo en la historia (Jueces) cuenta del repetido rompimiento del pacto con Dios por parte de Israel.   



Josué contribuye a la historia de Dios acerca de la redención al traer el cumplimiento de la promesa del pacto de la tierra hecha en Génesis (y a lo largo de todo el Pentateuco), poniendo así el escenario para las fases siguientes de la historia.