Aplicación

Job

Aplicación de Job

Aplicación de Job

    1. Compare el final de Job con su principio, y luego reflexione con detenimiento si el sufrimiento de Job valió la pena. ¿Qué piensa usted de su propio sufrimiento? ¿En que redundaría si respondiera usted de la manera adecuada? ¿Y cual es la manera adecuada? ¿Que ha aprendido usted de Job?

    2. De la lectura de este libro, ¿qué ha aprendido acerca de Satanás y de la relación que tenía este con Dios? ¿Cómo pueden estas nuevas perspectivas infundirle ánimo?

    3. Lea Job 31 una vez más y, si acaso no lo ha hecho ya, marque de manera distintiva el condicional si. Piense en cómo Job apelo a su propia integridad en varios aspectos de su vida. Examine esos aspectos con mucho cuidado. ¿Cuan íntegro es usted cuando encara casos semejantes? ¿Que debe recordar, hacer, retener, soltar, comenzar, concluir?


Aplicación final de Job

    1. ¿Cuáles son las verdades básicas de Job?

    2. ¿Cómo se aplican estas verdades a mi vida?

    3. ¿En vista de estas verdades, qué cambios deberían hacer en mi vida?.

    4. ¿Cómo pienso llevar a cabo estos cambios?

    5. ¿Cuál será mi oración personal referente a esta verdad, y los cambios que debería efectuar en mi vida?


Aplicación práctica

    El Libro de Job nos recuerda que hay un “conflicto cósmico” sucediendo tras bastidores, del que usualmente desconocemos todo acerca de él. Con frecuencia nos preguntamos por qué Dios permite algo, y cuestionamos o dudamos de la bondad de Dios, sin haber visto el panorama completo. 

    El Libro de Job nos enseña a confiar en Dios bajo todas las circunstancias. Debemos confiar en Dios, no solo CUANDO no entendemos, sino PORQUE no entendemos. El salmista nos dice “En cuanto a Dios, perfecto es su camino.” (Salmo 18:30). Si los caminos de Dios son “perfectos”, entonces podemos confiar en que cualquier cosa que Él hace – y cualquiera que Él permite – también es perfecta. 

    Esto pudiera no parecer posible para nosotros, pero nuestra mente no es la mente de Dios. Es verdad que no podemos esperar entender Su mente perfectamente, como Él nos lo recuerda “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:8-9). Sin embargo, nuestra responsabilidad hacia Dios es obedecerlo, confiar en Él y someternos a Su voluntad, ya sea que la entendamos o no.

Temas de Aplicación