Comentario

2 Tesalonicenses

Comentario de 2 Tesalonicenses

"Instrucción Adicional Acerca del Regreso del Señor"

    Escrita probablemente alrededor del año 52 d.C., solamente pocas semanas o meses después de la primera epístola. En aquélla, Pablo había hablado de la venida del Señor como algo repentino e inesperado. En ésta explica que no vendrá sino después de la apostasía. 

Capítulo. 1 El Día del Señor

    El aspecto especial de la venida del Señor a que se da prominencia en este capítulo, es que será un día de terror para los desobedientes.

    En 1 Tes. 4, Pablo había dicho que El descendería del cielo, y que a la voz del arcángel la iglesia sería recogida para estar por siempre con el Señor.

    Aquí añade que el Señor vendrá "con los ángeles de su poder, en llama de fuego" (7), para venganza sobre los desobedientes. Jesús había hablado del "fuego eterno" (Mat. 25:41) y de "fuego que no puede ser apagado" (Mar. 9:43).  En Heb. 10:27 se habla de "hervor de fuego" en relación con el día del juicio. En 2 Ped. 3:7, 10,  se dice que la tierra será "quemada" con fuego.  

Capítulo 2. La Apostasía

    El propósito especial de esta epístola era advertir a los tesalonicenses que la venida del Señor no estaba todavía inminente; no sería sino después de la apostasía.

    

¿Que es la Apostasía? 

    Es un alejamiento de la fe, en el cual una persona a quien se le llama el "hombre de pecado" en el templo de Dios se profesa ser Dios y se exalta contra Dios (3, 4). Sería una iglesia falsa, encabezada por un impostor.

    Los primeros padres unánimemente esperaban un anticristo personal, el cual se manifestaría después de la caída del Imperio Romano. 

    Los reformadores protestantes, que estaban con contacto directo con la espantosa corrupción de la iglesia de la Edad Media, creían que el papado, institución encabezada por una persona, que se arrogaba autoridad que pertenece solamente a Cristo, y que era responsable ella misma de la corrupción prevaleciente, era una manifestación del hombre de pecado.   

    En nuestros propios tiempos, después de 2.000 años de historia de a iglesia, todavía hay grandes diferencias de opinión. Muchos hay que creen que se refiere a un periodo inmediatamente anterior a la venida del Señor. 

    El espíritu de ello ya obraba aun en los días de Pablo (7). La historia de la Iglesia en general, aun hasta el día de hoy, presenta un cuadro lamentable. Dando una mirada amplia a la Iglesia visible, tal como ha existido desde el primer siglo hasta los días presentes, no sería inexacto llamarla una iglesia apóstata, de la cual el Papado ha sido hasta ahora la peor manifestación.  Cómo será su culminación final, aún está por verse. 

    "Lo que impide" (6), los primeros padres creían que era el Imperio Romano. Algunos creen que sea el Espíritu Santo.  

El Concepto de Pablo de la Segunda Venida

    Entre ciertas clase de críticos, es muy común el decir que Pablo "tuvo que reformar sus ideas acerca de la segunda venida del Señor", y que "su primer y más crudo concepto" contradice sus ideas posteriores. Esto es del todo incorrecto.  El primer concepto de Pablo fue su concepto único, al principio, al final y en todo tiempo. Las epístolas a los tesalonicenses son sus primeros escritos hoy existentes. En ellas declara de manera específica que él no esperaba la aparición inmediata del Señor, y que no sería sino después de la apostasía que en los días suyos apenas comenzaba a obrar. Quizás no le haya sido revelado a Pablo, cómo sería la apostasía. Pero sea cual haya sido su concepto de ella, esto no excluía la posibilidad de que el Señor viniera en sus propios días, tal como lo evidencia la frase de "nosotros los que vivimos" (1 Tes 4:15; 1 Cor 15:52). Desde principios y hasta el final, Pablo esperaba la venida del Señor como consumación gloriosa, aun cuando mientras tanto contemplara la posibilidad de que por medio de la muerte partiera "para estar con Cristo" (Fil 1:23); pues no le importaba grandemente que él estuviera en el cuerpo o fuera de él, en el momento de aquella venida. En las últimas palabras que escribió, 2 Timoteo 4:6, 8, cuando ya su "partida" estaba cercana, tenía el pensamiento puesto en la "venida" del Señor.      

Capítulo 3. Los Ociosos

    "Orad por nosotros" (1-2),  para que seamos librados de "hombres malos y perversos." En aquel tiempo, Pablo estaba en dificultades en Corinto.  La oración de ellos fue contestada (Hechos 18:9-10)

    

    Los Ociosos (6-15) eran algunos que aprovechándose del espíritu caritativo de la iglesia (1 Tes 4:9-10), y haciendo de la esperanza de la venida inmediata del Señor una excusa para abandonar sus labores habituales, reclamaban el derecho de ser mantenidos por los hermanos más pudientes.

    Pablo, aun cuando abogaba fervientemente a favor de la caridad hacia los verdaderamente necesitados, y aun cuando él mismo dedicó bastante tiempo a recoger ofrendas a favor de los pobres, sin embargo no escatimaba palabras para condenar a los físicamente capaces que podían trabajar pero no querían hacerlo. En estos versículos ordena positivamente a los hermanos, que no mantuvieran a tales personas, y aun manda a la iglesia que suspenda la comunión con ellos.  

    Nada hay en las enseñanzas de Pablo, o Cristo, o en parte alguna de la Biblia, que estimule el dar a mendigos de oficio físicamente capaces de trabajar pero perezosos.