Lectura 

Levítico

Lectura de Levítico

Tiempo de Lectura= 2:30 / Contiene: 27 capítulos, 859 versículos y 24.546 palabras.

Datos de Orientación de Levítico

Panorama del Libro de Levítico

    El título de este libro (tomado del griego levitikon) significa "relativo a los levitas", no solamente describe adecuadamente su contenido básico sino que también da un indicio del por qué a menudo apela tan poco a los lectores contemporáneos, por no decir que tiene tan poca narración (caps. 8-10; 24:10-23 son las excepción). Pero con un poco de ayuda se puede llegar a tener un entendimiento básico de su contenido y también de su lugar en la narración del Pentateuco. Aunque por la naturaleza de las leyes, y por razón de ellas, algunas puedan escaparse (para esto sugerimos que consulte un buen comentario; p. ej., Nuevo Comentarios Bíblico Siglo Veintiuno, Casa Bautista de Publicaciones). 

    Es importante darse cuenta de que el libro de Levíticos empieza precisamente donde termina el libro de Éxodo, con el Señor que habla a Moisés "desde el tabernáculo de reunión" y le dice: "Habla a los hijos de Israel y diles...". Desde ese punto en adelante, el movimiento de una sección a otra es señalada por la frase: "Jehová habló a Moisés diciendo" (4:1; 5:14; 6:1, 8; etc). Entonces no es de sorprender que la primera parte del libro (caps. 1-16, comúnmente conocido como el Código Levítico), tenga que ver principalmente con reglamentos relacionados directamente con el tabernáculo, tanto para el pueblo como para los sacerdotes, que aparecieron al final del libro de Éxodo (caps. 25-31; 35-40).    

    Este código se bosqueja fácilmente. Empieza con las ofrendas del pueblo (1:1-6:7), seguidas por instrucciones para los sacerdotes  (6:8-7:38), las que están seguidas (lógicamente) por la institución del sacerdocio Aarónico (caps. 8-9) y por el juicio a dos de los hijos de Aarón que pensaron que podían hacerlo a su propia manera (10:1-7), e instrucciones adicionales para los sacerdotes (10:8-20). La siguiente sección (caps 11-15) empieza con una nueva rúbrica: "Jehová habló a Moisés y a Aarón" (11:1). Ver también 13:1; 14:33; 15:1, pero en ninguna otra parte más en Levíticos). Aquí se encuentra leyes que tratan especialmente con la limpieza ritual (pureza), con el propósito de evitar lo que les sucedió a los hijos de Aarón.

    Aparece también por primera vez el importante mandato de: "Seréis santos, porque yo soy santo" (11:44-45). Esto es seguido, apropiadamente, por la institución del día de la Expiación (cap. 16).

    La que sigue (caps. 17- 25) comúnmente es conocido como el Código de Santidad, que es gobernado por el repetido mandato de  "Sed santos, porque yo, Jehová vuestros Dios, soy santo" (empezando en 19:2 y hasta el fin). Pero ahora una parte importante de ser santo es: "amarás a tu prójimo como a ti mismo..." (19:18). Por consiguiente, esta sección es una colección de diversas leyes que tratan con la relación del individuo con Dios y con los demás. Al final hay requerimientos para los años sabáticos y del jubileo (cap. 25), mientras que el libro concluye con bendiciones y maldiciones del pacto (cap. 26), que proveen una conclusión formal para la estructura del pacto que empezó en Éxodo 20. El libro concluye con un apéndice sobre votos y diezmos (Lav 27).

Recomendaciones Específicas para la lectura del Libro de Levítico

    Para obtener el mayor provecho al leer este libro, el lector necesita recordar dos cosas:

    En cuanto a este segundo punto se debe notar que así como las porciones legales del libro de Éxodo tiene lógica cuando se ve su lugar en la narración general, de la misma manera, se necesita ver el libro de Levíticos como una expresión más grande de la misma narración que se resume en el libro de Números. Es esencial el hecho de que Israel todavía está acampado al pie del Sinaí (una zona desértica) donde pasará todo un año siendo moldeado como un pueblo, antes de que Dios lo guíe a la conquista de Canaán. Ellos necesitarán una doble protección: de enfermedades de varias clases y !de unos contra otros! Por eso, para que esto individuos que crecieron en esclavitud sean formados como pueblo de Dios, hay necesidad de que ellos tengan en orden dos clases de relaciones: con Dios y entre ellos. Observe, entonces,. que el libro de Levíticos continúa con el mismo orden de cosas encontradas en los Diez Mandamientos (primero el orden vertical y luego el horizontal).

    Es aspecto relacionado con el pacto de esas diversas leyes es el rasgo más importante. Recuerde las partes del pacto mencionadas en nuestro capítulo acerca del libro de Éxodo. Dios ha libertado soberanamente a este pueblo de la esclavitud y lo ha traído al Sinaí; aquí él ha prometido hacer de ellos su "pueblo especial" de entre todas las naciones de la tierra (Éxo 19:5), el que por tanto será para el un "reino de sacerdotes y una nación santa" (Éxo 19:6). Es decir, su papel como "reino" es servir como sacerdotes de Dios para l mundo, y para serlo deben tener su semejanza ("sed santos, porque yo, Jehová vuestro Dios, soy santo"). Por lo tanto, Dios pacta con ellos al bendecirlos (Lev 26:1-13) y lo que requiere de ellos es que, aunque ellos sean su posesión preciada, mantengan un temor santo y obediente hacia él. Fíjese a este respecto cuán a menudo, especialmente en los capítulos 18-26, al mandamiento es puntualizado con las palabras: "Yo, Jehová" o "Yo soy Jehová, vuestro Dios".    

    Así pues, el primer conjunto de leyes en Levíticos tiene que ver con que ellos "lo hagan apropiadamente" cuando vengan ante Dios con diversos sacrificios. Notará que no se les dice lo que significan  los sacrificios (lo que ellos ya sabían), sino la manera de hacerlos apropiadamente, aunque de esas descripciones podemos inferir algunas cosas. La naturaleza de pacto de estos sacrificios aparece en tres manera: Primera, el sacrificio constituya un regalo por parte de los adoradores a su Señor del pacto. Segunda, algunos de los sacrificios implican compañerismo con Dios por parte del adorador. Tercera, los sacrificios a veces funcionan para restaurar una fractura en la relación, una forma de expiación. 

    De igual manera con las leyes de la pureza. Aquí la preocupación nuevamente es que el pueblo tenga un apropiado sentido de lo que significa para Dios el estar presente entre ellos (15:31). La discusión es quién puede estar en la campamento, donde Dios mismo mora en el centro, y quien debe permanecer fuera (porque son impuros). Se encuentra incluida la separación  de ciertos animales y insectos que son limpios o inmundos. El corazón de todo esto es el hecho de que "Dios es santo" y por esto su pueblo también debe ser santo.

    Pero la santidad no tiene que ver sencillamente con ritos y con estar limpio. La santidad de Dios se ve especialmente en su amorosa compasión que hizo de los israelitas su pueblo. Por eso, las leyes, particularmente en el Código de Santidad, demandan que el pueblo de Dios tenga la semejanza de Dios a este respecto. Puesto que los israelitas fueron puestos (en una manera ordenada, "por supuesto!) en este estrecho campamento donde Dios mora en medio de ellos, ellos por su parte deben demostrar el carácter de él en su trato unos con otros. Por consiguiente, aunque este código contiene leyes más detalladas de la "relación con Dios", se preocupa principalmente de la manera en que las personas en la comunidad se tratan entre sí. Esto incluye tratarlos justa y misericordiosamente, que es la razón por la que incluye al final los años sabáticos y de jubileo, de modo, que también la tierra puede "reposar" y pueda haber un tiempo para "proclamar libertad para todos" el sábado de los años sabáticos (25:10)

    Si el lector busca estos momentos del pacto al leer estas leyes, se puede dar cuenta que son una experiencia mucho más interesante de lo que se podría haber esperado. 

Un Recorrido por el Libro de Levítico

1:1-7:38 

Instrucciones para las cinco ofrendas 

    Es necesario saber que las ofrendas de Israel (sacrificios) regularmente eran elementos esenciales en comidas simbólicas. Una parte del sacrificio era quemado sobre el altar como la porción de Dios, pero el resto era para los adoradores y sacerdotes tuvieran una comida de compañerismo, una comida en la casa de Dios, en presencia de Dios (Deut 14:22-29), con Dios el anfitrión (Sal 23:5, 6; "la mesa del Señor" en 1 Cor 10:21). Esto es especialmente importante cuando se lee estas leyes sobre las ofrendas, puesto que lo se describe no es su función o su significado sino solamente su apropiada preparación. No todos eran sacrificios por los pecados, algunas ofrendas eran para compañerismo y tenían diferentes funciones de pacto, en conjunto.

    Fíjese en que solamente la ofrenda quemada (el holocausto, cap.1) era dedicada completamente a Dios y por lo tanto quemada enteramente como una expiación por el pecado. Una vez más, el principio era este: si uno va a vivir, algo debe morir en lugar de uno (Éxo 12:1-20). Levíticos cap. 2 describe la ofrenda vegetal (varias opciones para aceite e ingredientes de harina dentro de una comida balanceada). El capítulo 3 trata de la ofrenda de compañerismo (RVA traduce como "ofrenda de paz"), que era la ofrenda de un animal con el propósito de mantener al ofrendante en compañerismo con Dios. El sacrificio por el pecado, también "purificación" (4:1-5:13), proveía expiación por el pecado accidental, puesto que "trasgresión" no se limita a la desobediencia intencional. Finalmente, el sacrificio por la culpa (algunas veces "restitución") en 5:14-6:7 proveía un medio de enmendar la trasgresión. El resto de la sección (6:8-7:38) revisa el papel de los sacerdotes en la supervisión de las cinco ofrendas, como también en el establecimiento de su parte del animal sacrificado.         


8:1-10:20

El inicio del sacerdocio 

    Puesto que los sacerdotes representaban especialmente a Dios ante el pueblo y al pueblo ante Dios, Aarón y sus hijos fueron ordenados para estos trabajos (caps. 8-9) y se enumeran los primeros sacrificios  oficiales de Aarón. Fíjese en que los hijos de Aarón fracasaron en seguir las reglas claras y por esto murieron, lo que muestra la importancia que Dios puso sobre la adoración apropiada, completamente exaltada en varios mandamientos de Moisés (cap. 10).    


11:1-16:34

 Sobre la limpieza y la inmundicia 

    Es necesario saber que aquí, limpio significa aceptable a Dios en la adoración. Inmundo significa no aceptable a Dios o prohibido en el tabernáculo, o algunas veces (en el caso de enfermedades de la piel) del campamento mismo. Esta mezcla de comida, salud, limpieza y leyes rituales tiene el propósito de ayudar al pueblo del pacto a mostrar que pertenecen a Dios y refleja su pureza (santidad, 11:44, 45). Las leyes parecen ser parcialmente un asunto de simple higiene y parcialmente de obediencia simbólica, pero siempre a la luz de la presencia divina (15:31).

    Por lo tanto, ciertos animales, por razones que no se dan, son considerados inmundos (cap.11). El haber dado a luz (cap. 12) y algunas enfermedades (cap. 13) requieren de una limpieza ritual (cap.14) antes de que el individuo sea restaurado a la pureza. Los israelitas debían considerar cualquier flujo del cuerpo como inmundo (cap. 15, tal vez porque en general éstos son antihigiénicos). El día de la Expiación (cap. 16) era un día especialmente solemne de perdón que no solamente limpiaba al pueblo de su pecado sino que también purificaba el tabernáculo mismo y mantenía el lugar santo para la adoración.      


17:1-25:55

 El código de santidad

    La primera parte (17:1-20:27) se concentra en la santidad personal y social de la vida diaria. Empieza con prohibiciones respecto a sacrificios no regulados y a beber sangre (17:1-16), dirigidas especialmente a oponerse a prácticas cananitas (idolatría y beber sangre en un intento por captar su fuerza vital; Hech 15:20, 29; 21:25), seguidas por reglas para la conducta sexual (Lev 18) y para las buenas relaciones interpersonales, lo que significa preocuparse verdaderamente por otros, no solamente por los que viven cerca (cap. 19). Aquí ocurre por primera vez el segundo mandamiento de amor: "amarás a tu prójimo como a ti mismo" (19:18), retomado por Jesús (Mar 12:28-34 y paralelos) y por sus seguidores (Rom 13:8-10). Fíjese cómo los castigos para los delitos serios en Levíticos 20 responden directamente a las prohibiciones en el capítulo 18.

    En el capítulo 21 se da un retroceso a la santidad en asuntos de observación religiosa: reglas para los sacerdotes (cap. 21); para las ofrendas apropiadas y para comer los sacrificios (cap. 22); para la observación de las fiestas religiosas, tanto las semanales (sábado) como las anuales (cap. 23); para el aceite de la lámpara y para las ofrendas de pan en el tabernáculo (24:1-9).

    Finalmente, en 24:10-23 se llega a otra narración (acerca del castigo por blasfemia de maldecir a Dios) que se usa para introducir prescripciones para diversos delitos. Al fin de Levíticos hay leyes concernientes a los años séptimo (sabático) y quincuagésimo (jubileo), que provee liberación para los que están en deuda o esclavitud (cap. 25), y también un sabático para la tierra.  


26:1-46

 Sanciones del pacto

    Estas sanciones (bendiciones y maldiciones como incentivos para guardar el pacto) concluyen el pacto Sinaítico y también anticipan la conclusión del pacto en Deuteronomio 27-28.    


 27:1-34

 Leyes de redención

    Este apéndice trata con el costo de redimir a las persona que han sido prometidas a Dios y con el de redimir los diezmos (cosas materiales que pertenecen a Dios)


Levíticos es la parte de la historia de Dios en la que los Israelitas reciben instrucciones sobre cómo ser santos, cómo ser verdaderamente aceptables a Dios y cómo estar en buena relación unos con otros, lo que no podrían lograr son su provisión especial.