Arqueología 

Lucas

Arqueología de Lucas

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTE ANTIGUOS

Lucas 1. “César Augusto, emperador de Roma; el censo y Cirenio, gobernador de Siria”


El reinado de Augusto César Augusto era gobernador del imperio romano cuando nació Jesús (Lc 2:1). Él gobernó por 45 años, desde 31 a.C. hasta 14 d.C. Nacido como Cayo Octavio Turino, él fue adoptado por su tío materno, Julio César (100-44 a.C.), y, como era la costumbre, asumió el nombre de su padre adoptivo. De tal forma, que era conocido como Cayo Julio César Octaviano. El nombre Augusto, «el reverenciado», se le otorgó por el senado romano en 27 a.C.

Augusto puso un fin a las guerras civiles que habían ardido desde la dictadura de Julio César y estableció la Pax Romana («pax romana») a través del imperio. Por esto, él recibió honores espléndidos en Roma y alrededor del mundo romano. Herodes el Grande construyó la ciudad de Cesarea Marítima y reconstruyó a Samaria (la antigua capital del reino del norte) en honor a Augusto. El nombre griego para Samaria, Sebastos, significa «Augusto».

La paz que caracterizó el reinado de Augusto fue estropeada solamente por el desastre de la pérdida de tres legiones romanas en una batalla con las tribus alemanas en el bosque Teutónico en 9 d.C. Aparte de eso, Augusto usó la estabilidad de la época para llevar a cabo amplios proyectos de construcción en Roma. Algunas de sus estructuras han sido excavadas y pueden ser vistas hoy día, tales como el Foro de Augusto, el precioso altar de la Paz y el Mausoleo de Augusto, donde se colocaron sus cenizas.

Cirenio y el censo

Durante la época del nacimiento de Jesús, José y María estaban en Belén para ser contados como parte de un censo. Lucas documentó que el censo levantado cuando Jesús nació fue el primero que «se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria» (2:2). Publio Sulpicio Cirenio era una muy conocida figura militar y política romana quien fue nombrado para servir como gobernador de Siria en 6 d.C. Fue durante esta época que él llevó a cabo un censo en Siria y Judea. Este censo está documentado en los escritos del historiador judío del primer siglo, Josefo (Antigüedades, 18) y se menciona en Hechos  5:37. Un problema obvio es que el censo se llevó a cabo demasiado tarde para estar relacionado con el nacimiento de Jesús, ya que Jesús nació antes de la muerte de Herodes el Grande en 4 a.C. ¿De qué manera podemos resolver esta dificultad?

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Lucas 2. “Lugar de nacimiento de Jesús”


Belén' de Judá, ubicada en el actual Belén, ya era un lugar habitado durante la época del Antiguo Testamento. Génesis 35:19 y 48:7 mencionan que el sitio también se llamaba Efrata, un nombre preservado en la profecía de Miqueas 5:2. Este pueblo es el entorno principal para el libro de Rut, la bisabuela del rey David, así como el hogar de David (1S 16). Durante la vida de David, la ciudad a veces estuvo bajo el control filisteo (2S 23:14), aunque Roboán la fortificó después de la secesión de las tribus del norte (2Cr 11:5-6).

La arqueología de Belén se ha enfocado casi por completo en la tradición histórica de la Iglesia de la Natividad. Justino Mártir en el siglo II, identificó una cueva cerca del pueblo como el lugar del nacimiento de Jesús, y la iglesia se construyó sobre esta gruta. El emperador Constantino construyó la primera basílica ahí en aproximadamente 326 d.C. A pesar de que este edificio fue muy dañado en una revuelta samaritana (529), Justiniano reconstruyó la iglesia (reinó 527-565). La población cristiana de Belén disminuyó severamente después de la conquista musulmana, aunque el edificio de la iglesia fue restaurado hasta cierto nivel de su antigua gloria durante el periodo de las cruzadas. Cayó en ruina casi total de nuevo durante el periodo del gobierno turco, pero se hicieron reparaciones que se iniciaron en 1670. Hasta hoy día la iglesia continúa siendo un centro de tensiones políticas y religiosas.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Lucas 4. “Enfermedad y medicina en el mundo antiguo”


Los doctores en la antigüedad eran escasos, caros, sin conocimiento de tratamientos efectivos y, aunque educados para su época, aún bastante ignorantes y supersticiosos. Los templos para Asclepio, el dios greco-romano de la medicina, se encontraban por todas partes del mundo Mediterráneo. Estos templos eran algo parecido a los balnearios actuales; la terapia consistía más de descanso, masajes y una dieta modificada de lo que llamamos medicina hoy día. La religión también jugaba un papel importante. Un método de curación común era la «incubación», a través de la cual la persona enferma dormía dentro del templo de Asclepio con la esperanza de recibir una revelación-sueño del dios. Aquellos que habían sido curados hacían contribuciones especiales a los templos, lo cual a menudo incluía reproducciones hechas en yeso de cualquier parte de su cuerpo que había sido curado. Estas reproducciones se exponían como testimonios del poder curativo del dios.

El orador e inválido crónico del siglo II, Elio Aristides, en sus Discursos Sagrados, nos da un vistazo de la necesidad que tenía la gente de la curación y los métodos utilizados para ese resultado. Después de enfermarse durante un viaje a Roma y soportar una cirugía brutal a manos de doctores romanos, Arístides se convirtió en un devoto de Asclepio. Los remedios que se le recetaban en los sueños incluían bañarse en un río agitado durante el invierno, echarse yodo sobre sí mismo antes de sentarse en el patio del templo, caminar sin zapatos durante todo el invierno y la efusión de sangre de varias partes del cuerpo.

Fue en tal mundo que Jesús ejecutó su ministerio de sanidad. A diferencia de los doctores vinculados a los templos, Jesús curó sin cobrar y sin fanfarria. Él tampoco siguió ningún ritual específico que se pudiera considerar como la clave para utilizar algún poder curativo mágico. A veces él solo tocaba a la persona; en otras ocasiones él embadurnaba lodo en los ojos de un ciego (Jn 9:6) o simplemente decía una palabra (Mt 8:13). En pocas palabras, las curaciones de Jesús apuntaban al poder de Dios que moraba dentro de él; no animaban a las personas a buscar rituales de curación mágica, sino que eran parte de su proclamación del reino. La sanidad física siempre apuntaba a la restauración de la creación.

NOTAS CULTURALES,E HISTÓRICAS

Lucas 5. “La pesca en la época del Nuevo Testamento”

La pesca era una parte importante de la economía galilea, como se refleja en topónimos tales como Betsaida («lugar de pesca») y Tariquea («pueblo preservado de pesca». Los principales tipos de peces en el Mar de Galilea eran la tilapia, la carpa y las sardinas. La mayoría de la pesca se secaba para ser vendida o se hacía en salsa de pescado y se importaba a través del mundo mediterráneo. De esta manera, la pesca tomaba parte de la economía general del imperio romano.

En 1986, un bote pesquero de la época de Jesús se descubrió en la orilla noroeste del Mar de Galilea.' Hecho en su mayor parte de cedro y roble, el bote medía 8 m de largo, 2.3 m de ancho y 1,4 m de profundidad. Podía cargar aproximadamente 900 kg, ya sea cinco miembros de la tripulación y la pesca o la tripulación más diez pasajeros. Los pescadores pudieron haber usado una red de arrastre, la cual pudo haber sido de cientos metros de largo, o una red circular de aproximadamente 5, 7-8 m de diámetro. También se pudo haber usado una línea de anzuelos. Los pescadores galileos más frecuentemente eran empleados o socios en pequeñas compañías familiares. Las tormentas eran un peligro verdadero porque podían llegar de repente procedentes del Mediterráneo a través del túnel de viento formado por el paso Arbel.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Lucas 6. “El Qumrán y el Nuevo Testamento”

Los Manuscritos del Mar Muerto (encontrados en Qumrán) son los textos de una comunidad judía religiosa ahora llamada la comunidad de Qumrán. Muchos eruditos han señalado que existen varias similitudes entre las creencias y las prácticas de la comunidad de Qumrán y aquellas de los cristianos del Nuevo Testamento. Algunos hasta han considerado el cristianismo como una ramificación de la comunidad de Qumrán. No hay duda de que los Manuscritos del Mar Muerto proveen una ventana de observación al mundo del judaísmo temprano y de que su valor para entender el Nuevo Testamento es significativo, pero es posible exagerar la similitudes y pasar por alto las diferencias entre la comunidad de Qumrán y los primeros cristianos.

Para estar seguros, podemos encontrar ejemplos importantes de cómo la comunidad de Qumrán tiene paralelos con la iglesia del Nuevo Testamento:

un nuevo pacto con Dios a fines de la época.

Pero no debemos permitir que estas similitudes oculten algunas diferencias cruciales:

En resumen, los Manuscritos del Mar Muerto nos dan información de los tipos de cuestiones que eran preocupaciones para los judíos durante la época del Nuevo Testamento: la identidad del verdadero pueblo de Dios, preguntas de rituales y pureza y la búsqueda por una nueva palabra de revelación durante tiempos difíciles. Pero la comunidad que surgió de las enseñanzas de Jesús era radicalmente diferente de aquella en Qumrán. En muchas maneras Qumrán para nosotros representa «el camino no tomado» por los primeros cristianos.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Lucas 7. “La costumbre judía de besarse”

En el mundo bíblico, besarse podía ser algo de naturaleza erótica o no erótica, pero la variedad no erótica es la que más se menciona en la Biblia. En las narraciones del Antiguo Testamento, los familiares frecuentemente se besaban el uno al otro como saludo, especialmente después de una gran ausencia (Gn 27:26-27; 29:11,13; 33:4; 45:15; Éx 18:7). Besarse también era una señal de despedida antes de una partida prolongada (Gn 31:28; Rt 1:9; 1R 19:20). Amigos cercanos que no eran familiares también se saludaban besándose, tal como en el caso de David y Jonatán (1S 20:41), y era común besar a un huésped como señal de hospitalidad. Este ritual también podía demostrar homenaje o sumisión. En 1 Samuel 10:1, por ejemplo, Samuel ungió a David rey y lo besó como parte del ritual. De manera similar, en el Salmo 2:12 se les ordena a los reyes de la tierra que «besen (le) los pies» del Señor como una manera de rendirle homenaje al Mesías.

En contraste, besar por placer sexual se menciona en Proverbios 7:13 y Cantares 1:2. En tiempos bíblicos besarse en público era de naturaleza no erótica y se hacía entre amigos o familiares del mismo género o entre familiares del género opuesto. Besar al amante de uno o hasta a la propia pareja en público era tabú, porque tal acción podía fácilmente cruzar los límites entre lo no erótico y lo erótico (Cnt 8:1).

La literatura extra bíblica de la época también se refiere tanto a los besos eróticos como a

los que no lo son. Poesía de amor egipcia del siglo XIII a.C. habla de los placeres que sienten los hombres y las mujeres jóvenes al besarse. Las narraciones greco-romanas contienen muchos ejemplos del uso del beso como saludo, pero también sugieren que los griegos y los romanos se sentían incómodos con los besos en público.

La costumbre de besarse siguió siendo común entre los judíos a través del periodo del Nuevo Testamento. Fuentes judías antiguas sugieren que existían tres tipos de besos públicos aceptables: aquellos para saludarse, para despedirse o para expresar devoción. En la parábola de Jesús, el padre saluda a su hijo perdido con un beso (Lc 15:20). El acto de Judas de besar a Jesús (Mt 26:49; Lc 22:47) connotaba afectó al igual que, muy probablemente, devoción a él como maestro (por eso exclama Judas, «¡Rabí!»); es por lo tanto tenebrosamente irónico que esta fue la señal de su traición a Jesús. Un caso distinto es el de una mujer pecadora en 7:36-50, quien repetidamente besó los pies de Jesús aunque ella no era ni un familiar ni una amiga cercana. No obstante, sus besos no eran eróticos, sino que una señal de devoción y de arrepentimiento. De todos modos, sus acciones hicieron que algunos de los invitados se sintieran incómodos. Cuando Simón criticó las acciones de la mujer, Jesús señaló que su huésped había fallado en ofrecer el beso tradicional de bienvenida, mientras que la mujer no había dejado de darle besos de devoción.

Pablo regularmente llamaba a los cristianos a que se saludaran el uno al otro con un «beso santo», un término que parecer haber sido una innovación cristiana (Ro 16:16; 1Co 16:20; 2Co 13:12; 1 Ts 5:26). Es posible que el calificativo de «santo» fue agregado para aclarar que tales besos se daban de tal manera que no tenían connotaciones eróticas. Es concebible que tal beso se daba conjuntamente con la celebración de la Cena del Señor y por lo tanto era santo por virtud de su asociación con ese sacramento. Sabemos que por lo menos el gesto tenía la intención clara de reforzar el vínculo del amor entre los creyentes.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Lucas 8. El Problema Sinóptico y “Q”

La mayor parte del material documentado en Lucas 8, también aparece en Mateo y Marcos. A veces los autores usaron lenguaje que era casi idéntico (cf. Mt 8:27 con Mr 4:41; Lc 8:25). Mostraron más similitudes aún en el orden en que colocaron su material (cf. Mc 4:1-25 con Lc 8:4-18). Observaciones de este tipo han causado la reflexión sobre la relación precisa que existe entre los evangelios sinópticos (los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas). ¿Cómo se pueden explicar las similitudes en redacción y colocación? El «problema sinóptico» es el nombre que se le ha dado a la pregunta de estas relaciones.

Algunos explican los paralelismos en los relatos sinópticos con apelaciones a la exactitud histórica o a la inspiración por el la Espíritu Santo. Sin embargo, dos relatos del mismo incidente pueden ser ambos históricamente correctos sin tener que utilizar una redacción idéntica o casi idéntica. Además, al igual que los evangelios sinópticos fueron inspirados por el Espíritu Santo, también lo fue el evangelio de Juan, pero la palabras que utiliza éste y la manera en que ordena el material son bastante diferente de las de los autores sinópticos. La inspiración no requiere, o ni siquiera implica, la concordancia precisa de palabras o el orden similar del material.

Las historias de la vida y del ministerio de Jesús circularon extensamente durante el primer siglo, formando un cuerpo de  tradición oral. Sin duda, todos los evangelistas se inspiraron en esta corriente común de tradición al escribir sus evangelios. Aunque el papel de la tradición oral común no debería de ser subestimado, parece probable que los evangelios sinópticos comparten algún tipo de relación literaria y los posteriores autores de los evangelios usaron una o más de las escrituras tempranas como una fuente para sus obras. Varias hipótesis tratan de explicar la relación literaria precisa entre los evangelios sinópticos, aunque ninguna propuesta resuelve todas las dificultades.

Una solución ampliamente sostenida para el problema sinóptico es la hipótesis de dos fuentes. Estas dos fuentes se identifican como Marcos y «Q» (una fuente desconocida).

Aún, la mera existencia de «Q» es puramente hipotética y muy debatida, y se han propuesto explicaciones alternativas para la historia de la escritura de los evangelios sinópticos. No todos los eruditos del Nuevo Testamento creen en la originalidad de Marcos, y algunos insisten que se le debe prestar más atención al hecho de que Mateo fue un testigo ocular de muchos de los acontecimientos que él documentó.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Lucas 9. “Prácticas de entierro judías”

En la época del Nuevo Testamento, la muerte de un familiar requería atención inmediata, junto con un periodo de lamento después del entierro. Debido a que la ley judía prohibía que los cuerpos de los muertos permanecieran dentro de los muros de la ciudad de Jerusalén por la noche, era necesario enterrar el cadáver el mismo día en que la persona había muerto. Este tradición se practicaba a través de todo Judea. Los cadáveres inmediatamente se lavaban, se ungían con perfumes o aceites y se envolvían en lino. El lino era típicamente cortado en tiras aunque existe evidencia de que algunos cuerpos se envolvían en un solo pedazo de tela.

Los muertos eran llevados a su lugar de entierro en un féretro (Lc 7:14), típicamente acompañado por una gran procesión. Un elogiador podía preceder el cuerpo, mientras que coros fúnebres y gaiteros se unían a los dolientes. Dependiendo del nivel económico del difunto, el cuerpo era colocado ya sea en una tumba de tierra para ser cubierto con más tierra y piedras o colocado dentro de una tumba labrada de piedra. Tales tumbas con frecuencia, pero no siempre, se sellaban con rocas o piedras de molino. El entierro a menudo involucraba osarios, baúles en los cuales los huesos de los cadáveres descompuestos se juntaban para después ser enterrados otra vez.

Después del entierro, el lamento continuaba por siete días (aunque podía durar hasta 30 días), mientras la familia y la comunidad participaban en cantos fúnebres, llantos, la aplicación de polvo o ceniza sobre la cabeza o ayunos. Dentro del contexto de tales costumbres fúnebres, las palabras de Jesús fueron radicales; él insistió en que la búsqueda y la unión del reino de Dios toma precedencia hasta por sobre la lealtad a la familia y la convención social.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Lucas 14. “El valor histórico de Lucas - Hechos”

La precisión histórica de la obra en dos volúmenes, Lucas-Hechos, a menudo es deficiente. Los eruditos debaten cuestiones tales como la fecha del reinado de Cirenio (Lc 1:5; 2:2) y las referencias a la geografía palestina (4:44; 17:11) y formulan preguntas históricas adicionales acerca de los numerosos discursos en Hechos (p.ej., Hch 2:14-36) y la representación armoniosa de la antigua iglesia (Hch 4:32-35). La objeción histórica más crítica de Hechos tiene que ver con los detalles del ministerio de Pablo. Aunque ciertos pasajes sugieren que Lucas era un compañero de viaje para Pablo (Hch 16:10-17; 27:1-28:16), algunos eruditos consideran esta tradición insostenible en base a las dificultades percibidas en armonizar la vida y la perspectiva de Pablo como se presentan en Hechos, con los detalles acerca de su vida que se encuentran en sus cartas.

Muchas de estas dificultades percibidas, disminuyen cuando recordamos el propósito de los relatos de Lucas. Cuando compuso sus volúmenes, Lucas no tenía la intención de documentar una historia exhaustiva, sino ofrecer un relato histórico selecto para cumplir con una necesidad pastoral de garantía de fe (Lc 1:4). Lucas reconoció el uso de fuentes (1:2), las cuales él investigó rigurosamente para poder componer un relato ordenado (1:3). Donde es posible verificar el uso de fuentes de Lucas, encontramos que el escritor del evangelio las siguió meticulosamente. Además, Lucas fue preciso con los títulos de oficiales y municipios en varios pueblos (Hch 13:12; 17:6; 18:12; 19:31, 35), detalles que revelan el compromiso del autor con la exactitud.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Lucas 15. “Monedas y numismática”

Aunque la plata y el oro eran sumamente valorados en el intercambio comercial desde tiempos muy antiguos, a través de la mayor parte del periodo del Antiguo Testamento los metales preciosos se medían por peso y no se acuñaban en monedas: La primera acuñación probablemente vino del oeste de Anatolia (Turquía) alrededor del siglo VII a.C. La práctica se pudo haber Iniciado por comerciantes en vez de por las autoridades gubernamentales, pero la mayoría de los expertos sugieren que el reino de Lidia fue el primero en acuñar la plata y el oro.

El uso de monedas ganó aceptación general cuando el imperio persa estableció las monedas estandarizadas. Pronto reyes y emperadores se dieron cuenta de que las monedas eran una herramienta efectiva para la propaganda; la imagen del rostro del rey fue sellada en las monedas, después de lo cual fueron diseminadas a través de todos sus territorios y fuera de ellos. Las monedas eran especialmente útiles para los fenicios ya que su economía se basaba en el comercio.

Las monedas se introdujeron a Israel alrededor del siglo V a.C. Monedas judías antiguas del periodo persa y el helenístico a menudo tienen la inscripción Yehud («Judá») y se les llama «monedas Yehud». Es sorprendente observar que algunas de ellas también tienen una imagen de la cabeza de Palas Atenea, la diosa griega, en el anverso y la imagen de una lechuza, el pájaro sagrado de Atenea, al reverso.

Después de la revuelta de los macabeos, cuyo éxito les permitió a los judíos derribar el gobierno griego en Jerusalén, los judíos desarrollaron una moneda más autóctona que reflejaba sus sensibilidades religiosas. Existe controversia en cuanto a si fue Alejandro Janeo (103-76 a.C.) o Juan Hircano I (135-104 a.C.) el primer gobernante hasmoneo en acuñar monedas. La mayoría de los gobernante judíos de este periodo evitaron sellar la imagen de su rostro en las monedas ya que tales monedas no eran bien recibidas por los judíos piadosos.

La administración hasmonea al final condujo a un gobierno herodiano. Las monedas de Herodes el Grande y de sus hijos hicieron uso de una cantidad de símbolos (la granada, el racimo de uvas, la proa de una nave, el casco o el trípode) pero usualmente respetaban la costumbre judía de no exhibir las imágenes de sus rostros. Una gran variedad de monedas estaba en uso en la Tierra Santa durante el periodo del Nuevo Testamento. El siclo era autóctono del lugar. El lepton, una moneda de cobre de poco valor, pudo haber sido el prutah de cobre, una moneda barata acuñada durante el período hasmoneo, pero aún usada durante la vida de Jesús.

El denario de plata de Roma circuló a través del imperio debido en gran parte a la presencia universal del ejército romano. La moneda dada en tributo a Roma durante la época de Jesús tenía la imagen del emperador Tiberio César en el anverso y la de su madre Livia en el reverso. Por lo tanto, cuando Jesús preguntó de quién era la imagen que estaba en la moneda, la respuesta obvia era «del césar» (Mt 22:20-21).

Un solo denario era equivalente al sueldo de todo un día; por lo tanto la pérdida de una sola moneda era importante (Lc 15:8). Otras monedas, tales como el ciclo de cobre, se remontaban a un periodo más antiguo, pero aún pudieron haber estado en circulación durante la época de Jesús. Monedas de los gobernantes hasmoneos y de los antiguos gobernantes herodianos también se mantuvieron en circulación. La variedad de monedas y la inconsistencia de su peso hizo al cambista una necesidad práctica de la vida económica.

La numismática, el estudio científico de las monedas, es una de las herramientas más útiles para los arqueólogos debido a las ventajas particulares ofrecidas por las monedas como artefactos:

No obstante, los académicos necesitan tener cuidado ya que algunas monedas supuestamente del mundo antiguo, en realidad son falsificaciones modernas.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Lucas 18. “El sacerdocio judío y la vida religiosa en el siglo 1 d.C.”

Según la tradición bíblica, el sacerdocio estaba encomendado a los herederos descendientes levíticos de Aaron. Durante la época salomónica, el sumo sacerdocio pertenecía a la familia de Sadoc (2S 15:24), la cual, junto con los otros cargos ungidos de profeta y rey, ejerció liderazgo sobre la nación. En el período persa, Judea fue reconstituida como un templo-estado bajo la exclusiva hegemonía política y religiosa de los sumos sacerdotes, quienes eran subordinados solamente del rey de Persia. La casa de Sadoc, de la cual probablemente surgió el nombre saduceos, controló el cargo hasta 174 a.C., cuando Jasón efectivamente compró el sumo sacerdocio del rey seléucida Antíoco IV, que controlaba a Judea en esa época. Esto causó un cambio fundamental de la sucesión hereditaria, a la situación sin precedentes de un gobernante pagano que nombra al sumo sacerdote en Israel, casi siempre a cambio de promesas de lealtad y pago de dinero.

Corno resultado del éxito macabeo contra la dinastía seléucida, la familia hasmonea se estableció como el clan de los sacerdotes-reyes aunque no eran descendientes ni de la familia saducea ni de la línea real de David. Su estatus cuestionable produjo tremenda disputa entre ciertas facciones dentro del judaísmo, especialmente los fariseos, quienes apelaron a que renunciaran al sumo sacerdocio y se conformarán con gobernar al pueblo. Los romanos finalmente les prohibieron a los reyes hasmoneos usar el título de rey y restringieron su influencia en el control político de Judea y la autoridad religiosa sobre los judíos en todas partes.

En 37 a.C., Herodes el Grande recibió a Judea corno un reino satélite de César Augusto. Él de inmediato asesinó a Aritóbulo, el último sumo sacerdote hasmoneo, y trasladó el cargo a la familia de Boetus. Desde la inauguración del reinado de Herodes hasta la destrucción del templo en 70 d.C., se nombraron 28 sumos sacerdotes diferentes. El único que sirvió durante un periodo de tiempo significativo fue José Caifás (18-36 d.C.), quien se conoce de los relatos del Evangelio (Mt 26:57; Lc 3:2; Jn 11:49; 18:13).

A pesar de fluctuaciones considerables en el sacerdocio durante el periodo del Segundo Templo, el cargo continuó disfrutando de prestigio e influencia tremenda. El sumo sacerdote servía como el más alto funcionario religioso en la liturgia del templo, y solamente él tenía acceso al Lugar Santísimo en el día anual de la Expiación. Él también presidía como el presidente del consejo judiciario supremo, el Sanedrín, compuesto por destacados miembros aristocráticos de la sociedad (cf. Ex 24:1; Mt 5:22; Mr 14:55; Lc 22:66; Jn 11:47; Hch 4:15; 5:21; 6:12; 22:30).

Bajo la autoridad directa del sumo sacerdote estaban los sacerdotes líderes: el tesorero del templo y el resto de los sacerdotes comunes y los levitas. Durante el siglo 1 d.C. habían aproximadamente 7.200 sacerdotes comunes, divididos en 24 grupos o divisiones. Los miembros de cada grupo se llamaban de sus hogares para que sirvieran en el templo de Jerusalén durante una semana (Lc 1:8; Josefo, Antigüedades, 7.14.7). El resto de los deberes del templo se cumplían por aproximadamente 9.600 levitas, quienes también se dividían en grupos semanales (Antigüedades, 7.14.7).

La vida religiosa de los judíos durante el primer siglo se orientaba alrededor del templo, el cual era admirado por paganos, y una fuente de orgullo para los judíos (Lc 21:5). Mientras que las grandes fiestas de peregrinaje demarcaban el año litúrgico, la piedad individual se cultivaba y se demostraba a través de la práctica diaria, tal como las oraciones matutinas y vespertinas, los diezmos, la participación en los ayunos privados y públicos, el estudio y el cumplimiento del Sábado. Los judíos mantuvieron su identidad única a través de la circuncisión, las leyes alimenticias y una determinación permanente a evitar matrimonios mixtos. Las sinagogas también servían como centros comunales de oración, estudio y la repetición de las obligaciones de la vida judía. Aunque su importancia se extendió después de la destrucción del templo en 70 d.C., el origen de las sinagogas se remonta a un periodo mucho más antiguo. Jesús habló con frecuencia en sinagogas (Mt 4:23; 9:35; Jn 18:20), igual que lo hizo Pablo (Hch 9:20; 17:10; 19:8). Según el Talmud existían alrededor de 480 sinagogas en Jerusalén antes de la destrucción del templo.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Lucas 19. “Trabajadores religiosos y magos en el siglo 1 d.C.”

Algunos historiadores han argumentado que Jesús solo era uno de los muchos hacedores de milagros que existieron durante el siglo I d.C. Aunque el propio Jesús admitió que existían exorcistas judíos efectivos, y tenemos unos cuantos reportes aislados de rabinos que ejecutaban milagros, la evidencia de hacedores de milagros al mismo nivel que Jesús es mínima. Por ejemplo, Apolonio de Tiana, un sabio del primer siglo, a veces se alega que fue el equivalente de Jesús en este aspecto. En el relato más completo de su vida (publicado mucho tiempo después de su muerte), Apolonio es acreditado con unas cuantas hazañas asombrosas, que generalmente involucraban su habilidad para prever el futuro o para percibir actividad demoníaca. Su «milagro» más asombroso, resucitar a una niña de su ataúd, se dudó hasta por sus más leales seguidores, quienes sospecharon que la niña no estaba muerta en realidad, sino que Apolonio la había reanimado antes de que muriera.

Habían ciertos «magos» tanto dentro como fuera del judaísmo durante el primer siglo. Los arqueólogos han descubierto varios papiros y amuletos con fórmulas mágicas para obtener el amor de un hombre o mujer, para vengarse de un enemigo o hasta para ganar en las carreras de caballos. Frecuentemente estos magos usaban objetos naturales durante la realización de sus actos de magia. Algunos críticos han sugerido que el uso de saliva y lodo por parte de Jesús en unas cuantas de sus curaciones (Mr 8:33; Jn 9) apunta a rituales mágicos. Pero esta conjetura interpreta mal lo que estaba haciendo Jesús. Por ejemplo, el uso de lodo en Juan 9 tenía la intención de recordar que usando polvo fue como Dios creó a la humanidad: Jesús estaba simbólicamente recreando los ojos de este hombre. En términos de cantidad y magnitud de sus milagros, Jesús sin lugar a dudas es único en el mundo antiguo.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNADORES ANTIGUOS

Lucas 20. “Tiberio César, el césar del ministerio de Jesús”


Tiberio César es generalmente referido simplemente como «César» en los Evangelios. Gobernó desde 14 hasta 37 d.C., fue emperador durante la adolescencia y edad adulta de Jesús. En 18 d.C., Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande y gobernador de Galilea, fundó la ciudad de Tiberias en honor al emperador. Estaba ubicada en el sitio de las fuentes termales en el límite sur del Mar de Galilea y permanece ahí hoy día. En 26 d.C., Tiberio nombró a Poncio Pilato gobernador de Judea, una posición que tuvo hasta que Tiberio lo destituyó de la posición en 36. Lucas presenta el comienzo de la predicación de Juan el Bautista, y por lo tanto el principio del ministerio de Jesús, «en el año quince del reinado de Tiberio César» (Lc 3:1). Hay un desacuerdo sobre la interpretación exacta de esta observación cronológica, resultando en fechas que oscilan entre 25 y 29 d.C.

La más famosa referencia bíblica de Tiberio es con respecto al pago de los impuestos romanos (Mt 22:15-21; Mr 12:13-17; Lc 20:20-26). Cuando los líderes religiosos trataron de engañar a Jesús con el asunto del pago de impuestos, Jesús, refiriéndose a un denario de plata, dio su conocida respuesta: «denle al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios» (v. 25). La moneda tenía la imagen de Tiberio y estaba inscrita como «Tiberio, hijo del divino Augusto» (Augusto había sido el emperador anterior). El punto de Jesús era que la gente, la cual se creó en la imagen de Dios, han de entregarse solamente a Dios.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Lucas 22. “El benefactor”

En Lucas 22:25 Jesús habló de cómo a los gobernadores gentiles les fascinaba llamarse así mismos «benefactores». La palabra griega para «benefactor» es euergetes, y los eruditos de los estudios clásicos hablan de «euergetismo», un fenómeno social del mundo greco-romano en el cual los gobernantes y las personas adineradas se ganaban una reputación de filántropos del pueblo mediante actos públicos de generosidad. Esto se volvió sumamente importante durante la república romana, cuando los senadores lucharon por éxito en el cursos honorum («el camino de los honores»), la carrera política que llevaba a un ciudadano a través de varios puestos públicos a la cima del poder romano, el rango de cónsul. Para poder ganar popularidad y votos, un senador patrocinaba juegos públicos y espectáculos, construía parques y templos y llevaba a cabo otros trabajos de servicio público. Julio César, por ejemplo, fue generoso como benefactor público durante su ascenso al poder. Los gobernantes romanos también obtenían apoyo de las provincias mediante el patrocinio de mejoras públicas alrededor del mundo romano. La región del Mediterráneo contiene miles de inscripciones conmemorando la generosidad pública de tales individuos.

El uso de la palabra «benefactor» por parte de Jesús, obviamente tenía la intención de ser irónico, y con buena razón. Aunque existen ejemplos de generosidad real de tales donantes, la práctica era frecuentemente inspirada por el interés personal o financiada por los impuestos despiadados de las provincias y otras prácticas corruptas. Además, tales benefactores a menudo demandaban la sumisión de aquellos que habían supuestamente ayudado.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Lucas 23. “Poncio Pilato”

Pilato fue el gobernador romano de Judea de 26 hasta 36 d.C. Gobernando desde Cesarea en la costa mediterránea, él era principalmente responsable de mantener la paz y de recoger los impuestos. Aún existen varios artefactos del gobierno de Pilato en Judea:

El juicio de Jesús probablemente fue llevado a cabo en el palacio de Herodes, el pretorio (Mt 27:27; Mr 15:16; Jn 18:28, 33;19:9), porciones del cual han sido excavadas. La única mención de Pilato en el Nuevo Testamento, aparte de en el juicio de Jesús, está en Lucas 13:1. Ahí, Jesús fue informado de «como Pilato había dado muerte a unos galileos cuando ellos ofrecían sus sacrificios». Esto encaja bien con lo que leemos de Pilato en las obras de los antiguos escritores judíos Josefo y Filón de Alejandría, quienes lo presentan como cruel y corrupto. Pilato fue retirado a Roma después de haber masacrado a un grupo de samaritanos.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Lucas 24. “Emaús”

El problema de incertidumbre sobre la ubicación de Emaús se agrava por la dificultad textual en Lucas 24:13 que dice «60 estadios» en algunos manuscritos griegos pero «160 estadios» en otros (un estadio equivalía a 625 pies romanos o más o menos 190 m). Por lo tanto, 160 estadios eran alrededor de 30,4 km. La lectura de «60 estadios» (11,4 km) en el versículo 13 es casi sin duda correcta y es la traducción adoptada por casi todas las versiones modernas. Los lectores de la patrística (los padres de la iglesia), sin embargo, preferían «160 estadios» y ubicaban a Emaús en Emaús-Nicópolis (la actual Khirbet lmwas), como 32 km al oeste de Jerusalén. Sin embargo, Lucas 24 indica que los discípulos caminaron con Jesús desde Jerusalén hasta Emaús, comieron al mediodía y luego regresaron a Jerusalén esa misma tarde. Si Emaús era Emaús-Nicópolis, ¡esto hubiera sido un viaje de 60,8 km en un solo día!

Al adoptar la figura de 60 estadios, un buen candidato para la ubicación de Emaús es el-Qubeibeh, ubicado como 11,3 km al noroeste de Jerusalén. Los cruzados favorecían este sitio, y ahí se han excavado los restos de un pueblo del primer siglo. Sin embargo, no hay un consenso académico, y la ubicación real de Emaús permanece como un asunto pendiente.

(Biblia de Estudio Arqueológica. Vida. p. 1705)