Comentario

Hechos

Comentario de Hechos

Formación y Extensión de la Iglesia

    Este libro narra el extendimiento del Evangelio de Cristo desde Jerusalén hasta Roma. Dentro de la generación apostólica, el Evangelio se extendió en todas direcciones hasta alcanzar a toda nación del mundo conocido (Col. 1:23). Sin embargo, el N.T. se limita al relato de su expansión a través de Palestina, hacia el norte hasta Antioquía, y luego al occidente a través de Asia Menor y Grecia a Roma, abarcando así la región que constituía la médula del Imperio Romano.     

    El libro se titula los Hechos de los Apóstoles. Es en su mayor parte, los hechos de Pedro y de Pablo, y en especial de último. Pablo era el apóstol de los gentiles, o sea de las naciones no Judías. Uno de los temas principales del libro, si no el principal de todos, en su relación al plan general de los libros de la Biblia, es el extendimiento del evangelio a los Gentiles.

    El A.T. es el relato de los tratos de Dios para con la nación hebrea a través de los siglos, con el fin de bendecir por medio de aquella nación a todas las naciones. Los profetas del A.T. soñaron una y otra vez, y relataron en lenguaje divino sus sueños, acerca del día en que por medio de la nación hebrea, Dios haría una obra grande y maravillosa entre todas las naciones.

    En este libro de los Hechos, por fin comienza aquella grande y maravillosa obra entre las naciones. En este libro la familia de Dios pasa de ser asunto nacional a asunto internacional, y se convierte en institución mundial.

    El Autor de los Hechos. A diferencia de las epístolas de Pablo, el autor de Hechos no se identifica a sí mismo.  El uso de la primera persona ("hable") en sus palabras iniciales es evidencia de que los primeros en recibir el libro sabían de donde venía. Este libro y el tercer evangelio han sido reconocidos desde el comienzo como obra indiscutible de Lucas.  

    Fecha. Cerca del año 63 d.C., después de dos años del encarcelamiento de Pablo en Roma (Hech 28:30). Parece increíble que el escritor no mencionara el resultado del juicio de Pablo, si ya se hubiera efectuado. Algunos piensan que posiblemente unos de los usos inmediatos para los cuales Lucas destinaba el libro, era su lectura a manera de memorial en el juicio de Pablo. Algunos críticos modernos asignan a la paternidad literaria del libro una fecha posterior, basándose principalmente en que fue escrito después del Evangelio de Lucas; el cual, dicen ellos, debe de haberse escrito después de la caída de Jerusalén en el año 70 d.C., por cuanto las palabras de Lucas 21:20-24 no podían haberse escrito sino después de la caída de la ciudad. Tales razonamientos no tienen pero alguno entre los cristianos creyentes por dos razones: la primera, que no nos inclinamos a creer que Lucas, 40 años después de la muerte de Jesús, Le atribuyera palabras que ÉL no dijo; y la segunda, que no tenemos dificultad alguna en creer que Jesús podía predecir eventos futuros.  

    Lucas. Poco se sabe de Lucas. Se le menciona por nombre solamente tres veces en el N.T. En Col 4:14 se le llama "el médico amado", y se le clasifica como gentil (v.11). Los otros dos lugares son Filemón 24 y 2 Tim 4:11. Es el único autor gentil de la Biblia. Eusebio dice que era nativo de Antioquía. Ramsey, uno de los más grandes eruditos paulinos, cree que haya sido de Filipos. Era hombre de cultura y de educación científica, y dominaba el hebreo y el griego clásico. Puede haber estudiado en la universidad de Atenas. Se unió con Pablo en Troas (Hech 16:10, "nos"), Quedó en Filipos (16:40, "se fue ron") hasta que Pablo volvió allí unos seis años después, cuando se le unió nuevamente (20:5-6, "nos"), y le acompañó hasta el fin. Siendo médico, era especialmente útil a Pablo.   

    Cronología. En un relato corrido como el del libro de los Hechos, es de desearse conocer el orden de la ilación de los sucesos, porque en algunos casos, ciertos eventos podrán tener determinado significado según hayan acontecido antes de otros sucesos relacionados, o después de ellos.

    No hay informes suficientes para formar una cronología exacta, pero sí los suficientes para poder aproximar la mayoría de las fechas. Tomando el año 30 d.C. como punto de partida, juntamente con la muerte de Herodes, mencionada en el cap. 12, en el 44 d.C., el nombramiento de Festo (24:27) en el 60 d.C., y ciertas frases de Hechos y de Gálatas, puede formarse una cronología y aproximada para todo el libro.

    La principal dificultad se refiere a los 3 años de Gálatas 1:18, y los 14 años de Gálatas 2:1; si los 14 incluyen a los 3 o si son además de ellos; y si la visita a Jerusalén mencionada en Gál 2:1 se refiere a la de Hech 11:27-30, o a la del cap. 15:2

    El siguiente esquema de fechas puede considerarse como probablemente correcto dentro de un límite de uno o dos años de más o de menos. 

Capítulo 1. La Ascensión de Cristo

    Teófilo (v.1), a quién se dirige o se dedica el libro, era probablemente un distinguido ciudadano romano, posiblemente de Grecia. Nada se sabe de él, sino solamente que le fueron dedicados dos de los libros más importantes del N.T. El "primer tratado" es el Evangelio de Lucas. "Comenzó" (1), implica que lo relatado en Hechos es también obra de Jesús. 

    Los 40 Días (3). Durante los 40 días transcurridos entre Su resurrección y Su ascensión, Jesús se había aparecido a Sus discípulos individualmente o en grupos, diez u once veces que se nos cuentan, para desvanecer de sus mentes cualquier duda acerca de Su existencia continuada como Persona viviente.

    "Restituir el Reino a Israel" (6) La independencia política se Su nación, y un lugar destacado en el mundo, es lo que ellos esperaban del Mesías. Jesús con tacto les dice que hay algunas cosas que ellos no han de saber. 

    "Hasta lo Último de la Tierra" (8). Esta fue Su última palabra, antes de traspasar las nubes. Ellos no la olvidaron. Dice la tradición que la mayor parte de ellos murieron como mártires en países lejanos. 

    "Así vendrá" (11). Partió desde las colinas de Betania (Lucas 24: 50). Vendrá en forma visible para todo el mundo (Mar 24:27-28). La esperanza de Su regreso era el alma del mensaje de los apóstoles. 

    "El Aposento Alto" (12-14). Posiblemente el mismo sitio en donde Jesús había tomado la Última Cena (Luc 22:12). Quizás el hogar de María la madre de Marcos (Hechos 12:12). Aquí permanecieron en oración durante diez días. Pueden haber presentido que el día de Pentecostés fuera el plazo señalado (8).

    Las Mujeres (14). Esta es la última mención de María la madre de Jesús. Santa, hermosa y honrada como era, sin embargo los Apóstoles no parecían sentir la necesidad de la mediación de ella entre ellos y Cristo, tal como la hacían después la iglesia apóstata.

    La Elección del Sucesor de Judas (15-26). Desde luego que Jesús, al colocar los cimientos de la Iglesia, quería que el apostolado se complementará hasta el número de "doce", debe de haber en el número algún significado que armonice con el conjunto del simbolismos bíblico. Judas "adquirió un campo" (18). En Mat 27:7 se dice que los sacerdotes compraron el campo para Judas, con el dinero de él. NO hay contradicción; Judas adquirió el campo por intervención de los sacerdotes. "Colgándose, reventó por medio" (18). Dice Mat. 27:5 que se ahorcó. Nuevamente, no hay contradicción. Colgó hasta que el cuerpo en descomposición cayó y reventó. Matías fue electo para cumplir la profecía (20), y para completar el simbolismo (Apoc 21:12-14). Nada más se sabe de él.   

Capítulo 2. Fundación de la Iglesia

    Pentecostés, 30 d.C., 50 días después de la crucifixión de Jesús, y 10 días después de su ascensión. Se cree que en este años fue en el primer día de la semana. La fiesta de Pentecostés también se llamaba la Fiesta de las Primicias, o de las cosechas, porque en este día se presentaban a Dios los primeros frutos de la cosecha. También conmemoraba la promulgación de la Ley sobre el monte Sinaí. ! Cuán apropiado, pues, que fuera también el día de la promulgación del Evangelio y de recogerse los primeros frutos de la cosecha mundial del Evangelio !

    "Lenguas, como de fuego" (3). Una milagrosa manifestación visible de la presencia del Espíritu Santo. Las "lenguas" no eran "jerigonzas estáticas" ,sino los idiomas de los pueblo allí representados (8), y comprendidos como tales por sus nacionalidades.

    La Profecía de Joel (16-21; Joel 2:28-32). Lo sucedido aquel día no debe considerarse como un cumplimiento total, sino solamente el comienzo de una era grande y notable. Algunas de estas profecías se refieren a su conclusión. 

    La Resurrección de Jesús (24-36). Esta se hizo el punto central y tema invariable de la predicación de los Apóstoles

    Los 3.000 Creyentes (34-37). Un testimonio de la evidencia inequívoca de la resurrección de Jesús. "El don del Espíritu Santo" (38); es decir el Espíritu Santo mismo. "Bautícese" (38) , véase nota bajo Hechos 8:38. "Todas las cosas en común" (44), véase nota bajo 4:32. "Maravillas y señales" (43), véase nota  bajo 3:7.

Capítulo 3. Saneamiento del cojo

    Los Milagros del Libros de los Hechos. El lugar que se les da a los milagros en este libro es sencillamente asombroso. 

    Quítese de los Hechos los milagros, y bien poco queda. Por más que los críticos menosprecien el valor evidencial de los milagros, permanece el hecho de que Dios hizo uso abundante de ellos en la iniciación del cristianismo en el mundo.    

    "Todos los profetas" (18: 24). ¿En dónde? Gén 3:15; 12:3; Núm 21:9 (Juan 3:14); Deut 18:15, 19 (Juan 1:45; 5:46); 2 Sam 7:12-16; Isa 7:14 (Mat 1:23); Isa 9:1 (Mat 4:15); Isa 42 (Mat 12:18); Isa 53 (Mat 8:17; Luc 22:37); Dan 7:13 (Mat 24:30); Miq 5:2 (Mat 2:6); Zac 9:9 (Mat 21:5).

Capítulo 4. Encarcelamiento de Pedro y Juan

    La Resurrección de Jesús (2). Era la proclamación de la resurrección de Jesús de entre los muertos, lo que atrajo sobre los apóstoles la ira de los que Le habían crucificado. Nótese el énfasis incesante sobre la resurrección, a través de todo este libro. 

    El Crecimiento Rápido de la Iglesia (4). 

La Vida Comunal de la Iglesia (32-35; 2:44-47). Esto parece haber sido un ejemplo extraordinario que ilustra los principios fundamentales de la Iglesia, pero no con el propósito de que constituyera un factor normal o permanente, así como tampoco lo fueron los milagros diarios de los apóstoles o el herir de muerte a futuros Ananías y Safira. Era voluntario, temporal y limitado, y  no obligatorio. Solamente daban los que querían hacerlo. Fue un acompañamiento de la magna manifestación milagrosa que acompañó a la introducción del cristianismo en el mundo; destinado, nos parece, a hacer resaltar de manera impresionante lo que el Espíritu Santo de Cristo podía hacer para la humanidad.

    Barnabás (36-37). Esta es la primera vez que se le menciona. Era de Chipre, tío de Marcos (Col 4:10). Era varón bueno lleno del Espíritu Santo (11:24). Fue él quien persuadió a la iglesia de Jerusalén a que recibiera a Pablo (9:27); quien fue enviado para recibir a la iglesia gentil de Antioquía (11:19-24); y quien fue a Tarso para hallar a Pablo e iniciarle en la obra (11:25-26). Acompañó a Pablo en su primer viaje misionero. Más tarde él y Pablo convinieron en trabajar por aparte. Nos sorprende que se dejara llevar de la "simulación" en Antioquía (Gál 2:13).  

Capítulo 5.  Los Apóstoles nuevamente encarcelados

    Ananías y Safira (1-11). La mentira de ellos fue la de pretender dar todo, cuando solamente daban una parte. Querían tener mayor renombre entre los hermanos, del que merecían. Su muerte fue un acto de Dios, no de Pedro. Así como la muerte de Acán (Josué 7), se propuso como ejemplo permanente del desagrado de Dios, del pecado de la codicia y de la hipocresía religiosa. No nos hiere de muerte cada vez que incurramos en él. Si lo hiciera, caería gente muerta en las iglesia todo el tiempo. Pero el incidente indica la actitud de Dios hacia un corazón maleado; y aquellos que a pesar de la paciencia y la longanimidad de Dios, persisten en tal actitud, pueden esperar al fin una suerte peor. Luego también, puede haber sido no solamente para castigo de Ananías y Safira, sino también para el efecto saludable de la iglesia (11). Recordemos además, que su muerte no significa necesariamente la pérdida de sus almas. Dios conocía sus corazones, y puede haber hecho cualquier reajuste que el caso merecía al usarlos como ejemplos disciplinario. Puede haber habido centenares de otros tan culpables como Ananías y Safira.    

    Segundo Encarcelamiento de los Apóstoles (12-42). Nótese la sorprendente influencia y popularidad de los apóstoles (12-16). Los enfermos de toda la región de alrededor venían en multitudes, y todos eran sanados. Se parece al relato del ministerio de Jesús allá en Galilea. Dios ciertamente estaba haciendo Su parte para dar a conocer que El estaba con los apóstoles y en el movimiento que ellos dirigían. Pero los gobernantes estaban frenéticos. De no ser porque temían al pueblo, y por la influencia moderadora de Gamaliel, habrían apedreado a los apóstoles. Gamaliel era el rabino más célebre de sus días. Era fariseo. Había considerable hostilidad entre los fariseos y saduceos. Los sacerdotes y los saduceos formaban la mayoría del Concilio. Detestaban la idea de una resurrección de entre los muertos. Gamaliel, aun cuando no era creyente cristiano, parece haber simpatizado con los cristianos más bien que con los saduceos. Nótese la osadía de Pedro en desafiar a los gobernantes (4:8-13; 5:29-32).  Este era el mismo Pedro que pocas semanas antes se había acobardado ante la mofa de una mujer, y había negado a su Maestro. Nótese también, que en lugar de quejarse los apóstoles de sus padecimientos, se alegraban en ellos (41) 

Capítulo 6. Nombramiento de los siete

    Comúnmente llamados diáconos, aun cuando no en este pasaje. Este es el comienzo de la distinción entre oficiales espirituales y temporales en la Iglesia. La obra de caridad había crecido a tales proporciones que demandaba demasiado tiempo de los apóstoles. Ellos tenían otra obra que hacer. Eran los únicos que tenían conocimiento pleno y personal de la preciosas historia de Jesús. El único medio de darla a conocer era verbalmente. Ellos no debían permitir que se les apartase de esto por ninguna cosa, por más importante que fuera. Desde la mañana hasta la noche, en público y en privado, hasta su última gota de energía, debían seguir contando aquella historia, en sus rasgos generales y en sus menores detalles, a las multitudes que iban y venían.   

    Probablemente la Iglesia ya tenía uno o dos años de vida. Ya por fin comenzaba a aparecer entre la congregación los celos y las que de unos por otros. Es un triste contraste con el hermoso cuadro del capítulos 4:32-36. El nombramiento de los Siete parece haber dado buen resultado, pues a continuación se nos dice que los discípulos se multiplicaban grandemente (7)

    De los Siete, dos eran grandes predicadores: Esteban y Felipe. Felipe llevó el Evangelio a Samaria y al oeste de Judea. Esteban obraba milagros, y tuvo el honor de ser el primer mártir de la Iglesia. Frente al concilio, su rostro brillaba de gloria angelical (15), como si el cielo extendiese su mano a través del velo para darle la bienvenida al hogar (7:55, 56).

Capítulo 7. Sermón y martirio de Esteban

    El Sermón (2-53) fue en su mayor parte un resumen de la historia del A.T., con énfasis especial en las desobediencia de Israel, que presagiaba el homicidio del Mesías. Su referencia a que Dios no habitaba en un templo hecho de manos de hombres fue en contestación a la acusación de ellos de que él había predicado que Jesús destruiría el Templo (7:48; 6:14). Sea que él realmente lo haya dicho o no, claramente se implicaba que en el Evangelio de Cristo ya no había necesidad del Templo. 

    Su Martirio, 54.60. Murió como había muerto Cristo, sin la menor traza de resentimiento hacia sus despreciables asesinas (60). Algunos de los presentes pueden haber olvidado su sermón, pero el cuadro de su muerte, nunca. Entre éstos estaba Saulo de Tarso.   

    "Un joven llamado Saulo" (58). Aquí tenemos uno de los puntos decisivos de la historia. Aunque se efecto inmediato era iniciar a Saulo en su carrera de perseguidor de la iglesia, sin embargo podemos estar seguro de que las últimas palabras de Esteban dieron rectamente en el blanco, penetraron profundamente en el ser de Saulo, y prepararon el camino para la visión en el camino a Damasco. Saulo, joven aristócrata de Tarso, educado en Jerusalén a los pies de Gamaliel (22:3) al mismo tiempo que Jesús crecía en Nazaret, evidentemente estuvo ausente de Judea durante el ministerio público de Jesús, pues nunca Le había visto. Pero ahora, cuando la Iglesia iba en aumento, Saulo había vuelto. En toda su vida, jamás había visto una muerte como la de Esteban. Podemos creer que el martirio de Esteban haya sido, cuando menos en parte, el precio que se dio por el alma de Saulo.     

Capítulo 8. Extensión del Evangelio a Samaria y al oeste de Judea

    Primera Persecución de la Iglesia (1-3). Jesús había mandado a los discípulos que predicaran el Evangelio en todo el mundo (1:8). Probablemente había transcurrido un año, dos, o más, y todavía se hallaban en Jerusalén, obrando milagros, siendo objeto de una popularidad sin precedente, desafiando a los dirigentes de la nación y gozando de un tiempo magnífico, cuando Dios hizo estallar entre ellos la bomba de la persecución para impulsarles a la obra que les esperaba. Fue necesaria la persecución para iniciar la obra misionera de la Iglesia. Así, pues, fueron dispersados, llevando consigo el Evangelio a dondequiera que iban. Sin embargo, los apóstoles eran demasiado poderosos para que se les tocase, y quedaron algún tiempo en Jerusalén para cuidar de los intereses centrales de la Iglesia.  

    En Samaria (4-25). Esto era cosechar de la semilla que había sembrado Jesús mismo unos años antes (Juan 4:35). Fue Felipe quien llegó allí. Nótese que Dios le capacitó para que obrara milagros para confirmar su mensaje (6, 7, 13). Esto era necesario para contrarrestar los pretendidos milagros de Simón el mago. Pero Felipe no podía impartir el don especial del Espíritu Santo, y para esto fueron enviados Pedro y Juan. Probablemente  haya sido el don de lenguas, como el de Pentecostés, en la casa de Cornelio y en Efeso, o alguna manifestación visible del Espíritu Santo, para confirmar aún más la obra como del cielo. Pedro había abierto la puerta del Evangelio a los judíos, ahora a los samaritanos, y más tarde los gentiles.   

    El Etíope (26-39). Era tesorero del reino de Etiopía; un judío, o prosélito judío, que había venido como peregrino a Jerusalén. Era hombre piadoso, pues llevaba consigo un ejemplar de las Escrituras para leer cuando tuviera la oportunidad. Esto agradaba a Dios. Quien le envió un mensajero especial.

    Su Bautismo (36-39). La mención del rito aquí es conspicua. Era el rito inicial al hacerse cristiano. Jesús lo había mandado (Mat 28:19). Los 3.000 que creyeron en el día de Pentecostés, las primicias del Evangelio, fueron bautizados (2:38). Los samaritanos, cuando recibieron el Evangelio fueron bautizados (8:12, 16). Saulo fue bautizado (9:18; 22:16). Cornelio, el primer convertido gentil, fue bautizado (10:47, 48). Fue bautizada Lidia (16:15), y el carcelero de Filipos (16:33). También los corintios (18:8), y los efesios (19:5). Pablo habla del bautismo como una representación de la muerte y resurrección de Jesús, y de la unión con Él en la muerte y en la esperanza de la resurrección (Rom 6:3-7; Col 2:12).

    Felipe (40). recorrió unos 80 km. desde Azoto hasta Cesarea donde tenía su hogar (21:8, 9). Se le llama "el evangelista" para distinguirle de Felipe él apóstol (Lucas 6:14). Era diácono predicador. Tenía cuatro hijas (21:9)

Capítulo 9. La conversión de Saulo

    Saulo (9:1-30). Era de la tribu de Benjamín (Fil 3:5), tribu guerrera (Gén 49:27). Quizás su nombre le haya sido dado en recuerdo de rey Saúl. Era nativo de Tarso, tercer centro universitario del mundo, en donde puede haber estado cursando estudios post-graduados durante el ministerio público de Jesús. Era de familia rica e influyente, una de las más prominentes familias judías de sus días. Tenía en Jerusalén una hermana casada (23:16), y en Roma parientes bien conocidos que se hicieron cristianos antes de él (Rom 16:7, 11) . Parece haber sido miembro del Sanedrín (26:10, "di mi voto"). Su conversión se relata tres veces; aquí, en 22:5-16 y en 26:12-18. Era una verdadera visión y no un sueño. Fue realmente cegado (8, 9, 18). Su séquito oyó la voz (7). Permaneció en Damasco y Arabia tres años antes de volver a Jerusalén (Gál 1:17, 18). Luego estuvo solamente 15 días en Jerusalén (26-30); Gál 1:18) antes de volver a Tarso. Al convertirse Saulo, cesó la persecución de la iglesia, y desde entonces en adelante era objeto de persecución él mismo. 

    Pedro y Lida (32-35). Los apóstoles habían quedado en Jerusalén, posiblemente para que su influencia y prestigio refrenara en lo posible la persecución. Pero ahora Pedro pudo visitar el territorio que había sido evangelizado con tanto éxito por Felipe el diácono. Nótese que la curación del paralítico hizo que toda la región se convirtiera al Señor (35). Sarón era llanura costeña de Jope y Cesárea. 

    La Resurrección de Dorcas (36-43). Esta es una de las siete resurrecciones que narra la Biblia, aparte de la de Cristo. Las otras fueron hechas por Elías (1 Reyes 17), Eliseo (2 Reyes 4), Jesús (Mar 5; Luc 7; Juan 11) y Pablo (Hech 20). Nótese nuevamente que el milagro hizo que muchos creyeran (42).

    Pedro (43) tenía ahora a Jope como centro provisional. Esto fue probablemente entre cinco y diez años después de la fundación de la iglesia en Jerusalén. La región costeña estaba densamente poblada. Había muchas iglesias que Pedro podía ayudar a pastorear. Su residencia allí ayudó a preparar el camino para que fuera enviado a Cornelio.    

Capítulos 10, 11. La extensión de la iglesia a los gentiles

    Probablemente alrededor del año 40 d.C., diez años después de la fundación de la Iglesia en Jerusalén y cuando ya el Evangelio había sido predicado en forma cabal entre los judíos y los prosélitos judíos en toda Judea, Samaria y Galilea.

    Los apóstoles deben de haber entendido del último mandamiento de Jesús (Mat 28:19), que ellos debían predicar el Evangelio a todas las naciones. Pero todavía no les había sido revelado que los gentiles serían recibidos como gentiles. Parecen haber creído que para poder ser cristianos, los gentiles debían primeramente circuncidarse y hacerse prosélitos judíos. Había judíos dispersos en todas las naciones, y hasta que Dios les quitó el prejuicio, los apóstoles pueden haber creído que su misión era para con éstos solamente. Cuando menos, por algún tiempo, predicaron el Evangelio a los judíos (11:19).

    Fue necesaria una visión especial para inducir a Pedro a que fuera adonde el gentil Cornelio. Y aun después de haber sido convencidos los apóstoles, por operación directa del Espíritu Santo, de que debían recibir en la iglesia a los gentiles, el tema siguió siendo el problema más discutido de la generación apostólica, pues en términos generales el prejuicio judío era demasiado fuerte para que las prédicas de los apóstoles lo vencieran del todo.

    Los samaritanos, aun cuando en gran parte de origen gentil, sin embargo observaban la ley de Moisés. Así, pues, no hubo indecisión en cuanto a recibir a éstos. El eunuco etíope era judío, o prosélito judío; por lo tanto, fue bautizado. Pero cuando se trató de Cornelio, oficial del ejército romano, aun cuando era hombre bueno y piadoso,  era un incircunciso gentil, y fue necesaria una visión milagrosa dada especialmente por Dios, para convencer a Pedro para que fuera adonde aquél con el mensaje del Evangelio.

    La conversión de Cornelio (10:1-11:18). Intervino en esto la mano de Dios mismo. Se manifestó tanto a Cornelio como a Pedro. Parece como si Dios pensara que ya la Iglesia había limitado sus esfuerzos a los judíos demasiado tiempo. Había llegado la hora de extenderse más allá.

    Nótese que esto ocurrió en Jope. Era el mismo lugar en donde, 800 años antes, Dios había tenido que emplear alguna persuasión especial para inducir a Jonás a que fuera a una nación gentil.

    Es un hermoso capítulo. Pedro contó a la familia reunida la historia de Jesús y de Su resurrección. Dios selló la reunión con Su aprobación mediante le presencia visibles de Su Espíritu, y Cornelio y su familia fueron bautizados; los primeros frutos del mundo gentil. Pedro, a quien Dios había dado las llaves del reino, y quien había abierto la puerta del reino cristiano a los judíos, la había abierto ahora para los gentiles. El hablar en lenguas tal como en Pentecostés, y también en Samaria (8:17), y un poco más tarde en Efeso, era una evidencia tanto para Pedro como para Cornelio. No se le exigió a Cornelio que renunciara su carrera militar.      

    La Aprobación de los Ancianos de Jerusalén (11:1-18). Fue la referencia de Pedro a la manifiesta intervención de Dios en la conversión de Cornelio, lo que convenció a los ancianos de Jerusalén de que se debía recibir a los gentiles en la iglesia sin exigirles que se hicieran prosélitos judíos. Pero había en Jerusalén un grupo poderoso reacio en asentir a la decisión apostólica (15:5).  

    La Fundación de la Iglesia Gentil de Antioquía (19:26). Probablemente cerca del 42 d.C., poco tiempo después de haber aceptado Pedro al centurión gentil Cornelio. Hasta ahora se había predicado el Evangelio a los judíos solamente (19). No fueron los apóstoles, sino hombres de Chipre y de Cirene que habían estado en Jerusalén, los que introdujeron el Evangelio en Antioquía. Eran judíos o prosélitos judaicos ellos mismos. De alguna manera, Dios dio pruebas de Su aprobación (21). Grandes números de creyentes gentiles comenzaron a tomar parte en las asambleas cristianas, sin la formalidad de la circuncisión. La iglesia de Jerusalén supo de ello, y envió a Bernabé para que investigara el caso. Este aprobó plenamente la obra, y fue y trajo a Pablo para que le ayudará a cuidar de ella.    

    Antioquía. Era la tercera ciudad del Imperio Romano (superada únicamente por Roma y Alejandría), con unos 500.000 habitantes. Era la puerta entre el Mediterráneo y las grandes carreteras orientales, y centro oriental de operaciones de los Césares Julio, Augusto y Tiberio. Era llamada "Antioquía la Hermosa"; "Reina del Oriente""; hermoseada con "todo cuanto las riquezas romanas, la estética griega y el lujo oriental podían producir", pero "una de las ciudades más inmundas y más depravadas del mundo". En el "Bosque de Dafne" , centro suburbano de placer, de belleza inigualada, se celebraban fiestas religiosas acompañadas de excesos inmorales; en el cercano Líbano, el culto a Astarté practicado por las mujeres de Antioquía era tan indecente que más tarde Constantino lo abolió por la fuerza. Sin embargo, multitudes de sus habitantes aceptaron a Cristo; fue la cuna del título de "cristiano", y centro de un esfuerzo organizado para cristianizar el mundo.   

    Misión Caritativa a Jerusalén (27-30). Esta parece haber sido la visita mencionada en Gál 2:1,  14 años después de la conversión de Pablo. Fue uno de los primeros actos de la iglesia de Antioquía. 

Capítulo 12. La muerte de Santiago. Encarcelamiento de Pedro

    La Muerte de Santiago (12:1-2). Fue el primero de los doce, en morir; en el año 44 d.C., cuando la Iglesia ya tenía unos doce años de existencia. Santiago era uno de los tres del círculo más íntimo de Jesús. Este Herodes era hijo del que mató a Juan el Bautista. 

    Encarcelación de Pedro (3-25), y su liberación milagrosa. El relato de este incidente entre la visita de Pablo a Jerusalén (11:30) y su regreso a Antioquía (12:25), parece colocar la muerte de Santiago, el encarcelamiento de Pedro, y la muerte de Herodes, todos dentro de la duración de la permanencia de Pablo en Jerusalén. 

Capítulos 13, 14. Primer viaje misionero de Pablo 

    La Iglesia de Antioquía (1-3), primer centro del cristianismo gentil,  desde donde Pablo se propuso evangelizar el Imperio Romano. Uno de los maestros de esta iglesia era hermano adoptivo de Herodes, de donde podemos juzgar que la iglesia gozaba de prestigio. 

    Chipre (4-12). Aquí fue convertido el gobernador romano. El factor principal que le hizo decidirse fue el milagro. Cegar al hechicero no fue acto de Pablo sino de Dios. A partir de aquí, a Saulo se le llama Pablo. Pablo era forma romana de su nombre; en hebreo, Saulo.

    Antioquía de Pisidia (13-52). El que esta ciudad tuviera el mismo nombre de Antioquía de Siria de donde Pablo había venido, sería desde luego un punto de contacto y de simpatía. El sermón de Pablo fue la historia de la resurrección de Jesús y de su fondo profético. Muchos creyeron, pero los judíos incrédulos lograron expulsarle. 

    Iconio (14:1-6) Aquí se estuvo "mucho tiempo" (3). Obraba señales y milagros. Creyó una gran multitud tanto de judíos como de gentiles. Llegó Pablo a ser motivo de contienda en la ciudad. Sus enemigos tramaban apedrearlo, y huyó a Listra, situada a unos 32 km. al sur.  

    Listra (6-20). aquí la curación milagrosa del cojo impresionó grandemente a la ciudad. Aclamaron a Pablo y a Bernabé como dioses pero pronto cambiaron de modo de pensar y les apedrearon. Listra era la ciudad de Timoteo (16:1), quién posiblemente haya presenciado el suceso (2 Tim 3:11)

    Derbe (20-21). Arrojado de Listra, Pablo fue a Derbe, 48 km. al sureste, en donde hizo muchos discípulos. Luego, con su acostumbrado valor, volvió directamente a Listra, Iconio y Antioquía, para animar u confirmar a los discípulos.

    La "Espina es la Carne" de Pablo, de que se habla en 2 Cor 12:7, debe de haberle sido dada durante esta jira en Galacia, ya que fue catorce años antes de escribirse 2 Corintios, lo cual corresponde a la época de su visita a Galacia (Gál 4:13) 

Capítulo 15. El Concilio de Jerusalén

    El Problema de la Circuncisión de los Convertidos Gentiles

    Cerca del año 50 d.C., 20 años después de la fundación de la Iglesia y 10 años después de la recepción de los gentiles como tales.

    Aun cuando Dios había revelado de manera expresa a Pedro que a los gentiles se les debía recibir en la iglesia sin circuncidarles (cap. 10), y fueron convencidos de esto los apóstoles y los ancianos (11:18), sin embargo un sector poderoso de discípulos fariseos persistían en enseñar que era necesario circuncidarles (15:5). Los hermanos de Antioquía habían iniciado una agresiva campaña para cristianizar a los gentiles sin exigirles que se circuncidaran. La Iglesia se dividía por la discordia sobre el asunto. Dios, por medio de Su Espíritu, guió en este concilio a los apóstoles a que dieran expresión unánime y formal al acuerdo de que la circuncisión no era necesaria para los gentiles.

    Pedro. Esta es la última vez que se nombra a Pedro (17) en el libro de los Hechos. Hasta el cap. 12, Pedro es la figura más prominente. Fue el dirigente en el día de Pentecostés y durante los días que siguieron. Había recibido el primer gentil en la iglesia (cap 10). Durante estos 20 años, y teniendo por centro principal de operaciones a Jerusalén, creemos que debe de haber visitado las iglesias a través de toda Palestina y al norte hasta Antioquía. 

    Separación de Pablo y Bernabé (36-41). Esto fue a causa de Marcos, quien les había abandonado en su primer viaje (13:13). No se nos dice por qué. Posiblemente haya sido por timidez o temor; o posiblemente, no estaría todavía plenamente convencido acerca de la evangelización de los gentiles. Pero Pablo no estaba convencido de que Marcos fuera apto para soportar  las pruebas del viaje. Así pues, Pablo y Bernabé convinieron en trabajar por separado. Su separación, aunque brusca, no dejó resentimientos. Más tarde trabajaron unidos (1 Cor 9:6; Col 4:10) 

    

Capítulos 16, 17, 18.  Segundo viaje misionero de Pablo

    Silas. Poco se sabe de él. Aparece primeramente en Jerusalén (15:22). Luego como compañero de Pablo en este segundo viaje, así como Bernabé lo había sido en el primero. Debe de haber sido un hombre capaz, pues de otra manera Pablo no le hubiera escogido. Años después, le vemos con Pedro (1 Ped 5:12).

    Vuelve a Visitar las Iglesias de Galacia (1-6), en donde halla a Timoteo, quien le impresiona tan bien que lo lleva consigo. Desde ahora en adelante, Timoteo es siempre el compañero inseparable de Pablo. 

    Cambio de Planes de Pablo (6-7). Parece que procuraba ir a Efeso ("Asia"), pero Dios le detuvo. Entonces se propuso ir a Bitinia. Nuevamente Dios de lo impidió. ¿No hay algún consuelo para los cristianos indecisos en el hecho de que aun Pablo, tan íntimo con el Espíritu Santo, era a veces un poco lento en saber la voluntad de Dios en su propia vida? 

    La Visión en Troas (8-10). Troas era la antigua Troya. La visión del "varón macedonio" parece haber sido motivado por la presencia de Lucas, la cual se nota en el cambio de persona ("nos") en el versículo 10. Lucas probablemente habría venido desde Filipos a Troas, para persuadir a Pablo para que visitara Filipos.

    En Filipos (16:11-40). La primera convertida fue Lidia, comerciante de Tiatira. Posiblemente ella haya sido después fundadora de la iglesia de Tiatira (Apoc 2:18). La iglesia de Filipos fue la primera que fundó Pablo en Europa; una de las más fieles, y la única, hasta donde sabemos, de que él haya recibido algún pago por su trabajo. Dejó allí  a Lucas ("llegaron", tercera persona, 17:1), quien se le unió seis años después ("nosotros", 20:6). Otros cinco años más tarde, escribió Pablo la Epístola a los Filipenses.  

    En Tesalónica (17:1-9). Era la ciudad más grande de Macedonia. Véase la nota introductoria a 1 Tesalonicenses. Aquí hizo gran multitud de convertidos, y  sus enemigos le acusaron de "transformar el mundo", cumplimiento nada despreciable acerca de la magnitud de su trabajo. Véase también bajo las Epístolas a los Tesalonicenses. 

    En Berea (17:10-14). Unos 80 km. al oeste de Tesalónica. De los bereanos se dice que estudiaban sin prejuicios las Escrituras. Aquí Pablo tuvo buen éxito. 

    En Atenas (17:15-34). Aquí Pablo tuvo su recibimiento más frío. Era el hogar de Pericles, Sócrates, Demóstenes y Platón; durante mil años (500 a.C. hasta 500 d.C.) el centro de la filosofía, la literatura, la ciencia y el arte, y sede de la universidad más grande del mundo; la "Pedagoga de Europa". Aquí se daban cita las clases ilustradas de todo el mundo. Sin embargo, la ciudad estaba totalmente entregada a la idolatría. El discurso de Pablo en el Areópago es una de las obras maestras de la elocuencia de todos los siglos. Sin embargo, los atenienses se burlaban de la resurrección, aunque algunos creyeron. 

    En Corinto (18:1-18). Una de las principales ciudades del Imperio Romano. Véase la nota introductoria a 1 Corintios. Aquí estuvo Pablo un año y medio, y estableció una gran iglesia.

    Aquila y Priscila. Hay en las catacumbas inscripciones que sugieren que Priscila haya sido de una familia distinguida de elevada alcurnia en Roma, y que perdió su rango cuando se casó con un judío. Generalmente se le nombre e ella primero. Era indudablemente una mujer de talento poco común. Cuando ella y su esposo se convirtieron a Cristo por medio de Pablo en Corinto, se entregaron de todo corazón a la iglesia. Fueron con Pablo a Efeso (18:18), en donde más tarde se reunía una iglesia en casa de ellos (1 Cor 16:19). Poco mese después volvieron a Roma, en donde nuevamente se reunía una iglesia en su casa (Rom 16:3-5). Algunos años después, se hallaban nuevamente en Efeso (2 Tim 4:19). Fueron siempre amigos leales y constantes de Pablo.

    Apolo. Brillante y elocuente erudito de Alejandría, quien en Efeso, por medio de Priscila y Aquila, llegó a ser un cristiano bien instruido, y más tarde un caudillo poderoso en Corinto y en Efeso.

Capítulos 19, 20. Tercer viaje misionero de Pablo

Su obra en Éfeso. Cerca del 54-57 d.C.

    Aquí Pablo llevó a cabo la obra más admirable de toda su admirable vida. Grandes multitudes de adoradores de Diana se hicieron cristianos. Se fundaron iglesias en las ciudades de 160 km. alrededor. Éfeso llegó rápidamente a ser el centro principal del mundo cristiano. Aquí vivió en su vejez el apóstol Juan. Aquí se publicaron por vez primera ocho de los libros del N.T.: el evangelio de Juan, sus tres epístolas y Apocalipsis; Efesios, 1 y 2 Timoteo, y probablemente también 1 y 2 Pedro y Judas. 

    Efeso. Tenía 225.000 habitantes, y era la metrópoli de "Asia", nombre de la provincia romana que abarcaba la parte occidental de lo que hoy se conoce como Asia Menor. Era ciudad importante y magnífica, sobre la carretera imperial desde Roma al oriente; la columna vertebral del Imperio Romano, de que Éfeso era el centro. Era la puerta de Asia Menor, y sede del culto a Diana. 

    El Templo de Diana, en Efeso, era una de las siete maravillas del mundo antiguo. Tardó 220 años en construirse. "Del mármol más puro, brillaba como un meteoro". El culto de Diana era "impuro e impúdico", "fiesta perpetua de vicio". Las grandes multitudes que desde las regiones vecinas concurrían a sus festejos proporcionaban a Pablo una magnífica oportunidad para la diseminación del Evangelio. Tres años más tarde, Pablo tenía tan vasta multitud de discípulos que ya peligraba el prestigio de Diana. Más tarde, la influencia de ella se introdujo en la iglesia (Apoc 2).   

    Los Tres Años. Durante tres mese enseñó en la sinagoga (19:8). Luego durante dos años en la escuela de Tirano (9) diariamente; según un antiguo manuscrito, "desde la hora quinta hasta la décima". Era una aula de filósofo, un cuarto pequeño en donde apenas cabrían unas cuantas docenas de personas. Desde aquel cuarto tan reducido, Pablo sacudió hasta sus cimientos una ciudad poderosa. ¿No es admirable que en aquellos días, sin edificios para iglesias o seminarios, y a pesar de la persecución, la Iglesia progresó más rápidamente de lo que ha hecho en toda época posterior? Pablo llama a su permanencia en Efeso "tres años" (20:31), de manera que habrá enseñado algunos meses en otro sitio fuera de la sinagoga y la escuela, probablemente en los hogares.   

    Milagros Especiales (19:11). Fue la razón principal del señalado éxito de Pablo. Sin estos milagros el resultado sin duda habría sido apenas una fracción de los que fue. Tal parece como si Dios hubiera tenido especial interés en establecer el Evangelio en Efeso.

    Solamente en ciertas épocas pudo Pablo hacer milagros. No se nos dice que haya hecho milagros en Damasco, Jerusalén, Tarso, Antioquía, Antioquía de Pisidia, Derbe, Atenas o Roma. Sí hizo milagros en Chipre, Iconio, Listra, Filipos, Corintios, Efeso y Malta. El Señor usó Su propio criterio en conferir poderes sobrenaturales. En Efeso multitudes de desconocidos eran sanados mediante pañuelos que habían tocado el cuerpo de Pablo (19:12). Sin embargo, en otra época Pablo no podía sanar a su propio amado amigo y colaborador, Timoteo (2 Tim 4:20). 

    Los Hechiceros (13-20). Esta clase de convertidos fue tan numerosa, y tan plenamente convertida, que echaron al fuego libros de magia hasta por valor de una $8.000 (USA).

    Pablo Propone Visitar a Roma (21-22). Ya había completado la evangelización de Asia Menor y de Grecia (Rom 15:19), y estaba listo para seguir rumbo al oeste. 

    El Tumulto (23-41). Este provino de los lesionados intereses comerciales de Diana, tan gigantesco era el movimiento popular de abandono de aquel culto. Culminó en un tumulto frenético en el teatro, que tenía capacidad para 24.000 personas, en el cual Pablo casi pierde la vida (2 Cor 1:8). Si el Alejandro del versículo 33 es el mismo de 2 Tim 4:14, que era también de Efeso, entonces el que ahora era amigo de Pablo más tarde se hizo enemigo suyo.

    Pablo Visita Nuevamente a Grecia (20:1-4). Macedonia era la parte norte, y Acaya la parte sur, del país comúnmente llamado Grecia, aun cuando en el versículo 2, "Grecia" significa Acaya. Salió de Efeso en junio (1 Cor 16:8), y  de Filipos en abril del año siguiente (Hech 20:6), lo que da casi un año en Grecia; tres meses en Acaya (vs. 2, 3) y el resto en Macedonia. Probablemente fue en este tiempo que visitó Ilírico (Rom 15:19), al noroeste de Macedonia. No solamente enseñaba y afirmaba a las iglesias, sino que también recogía la ofrenda para los pobres de Jerusalén.  

    Las Cuatro Epístolas más Extensas de Pablo se escribieron por este tiempo.  1 Corintios, antes de salir de Efeso. 2 Corintios, mientras estaba en Macedonia. Gálatas, por el mismo tiempo, según la tradición generalmente aceptada. Romanos, mientras estaba en Corinto. 

    En Troas (7-12). Aquí, 7 u 8 años antes, había visto la visión que le envió a Macedonia. Había estado nuevamente el año anterior (2 Cor 2:12). Los discípulos de Troas celebraban la Cena del Señor cada semana, los domingos (7). Aun Pablo tuvo que esperar hasta este día (6) para poder hablarles. La resurrección de Eutico es uno de los siete casos a que se refiere la Biblia (véase bajo cap. 9:36).

    Despedida de los Ancianos de Efeso (17-38). Les recuerda que por su labor en Efeso no había recibido ni un centavo de pago. Por semejante tarea, un evangelista moderno pudo haber recogido una "ofrenda de agradecimiento" de medio millón de dólares. Los "lobos rapaces" (29) sí entraron; véase 1 y 2 Timoteo y Apocalipsis 2. "No verán mi rostro" (25); más tarde cambió sus planes, y les visitó de nuevo. 

Capítulos 21, 22, 23. Arresto de Pablo en Jerusalén

Cerca del 58 d.C.  Si pudo completar el viaje conforme lo proyectaba (20:16), llegó a Jerusalén en junio.

    Propósito del Viaje. Entregar la ofrenda para los pobres de Jerusalén, recogida en las iglesias gentiles. Era una gran ofrenda. Pablo había pasado un año recogiéndola (2 Cor 8:10). Sin embargo, se le previno una otra vez mientras recorría las ciudades de Asia, que tal viaje entrañaba su encarcelamiento (20:23). En Tiro (21:4) y en Cesarea (21:11), se renueva la advertencia con especial énfasis. En cada caso, es el Espíritu Santo el que la hace. Aun Lucas se une al ruego (21:12). Pero en la mente de Pablo estaba definitivamente resuelto que era la voluntad de Dios, aun cuando significara su muerte (13-14). ¿Por qué estas advertencias divinas? ¿Sería posible que Pablo estuviera equivocado, y que Dios tratara de manifestárselo? O ¿sería que Dios le aprobaba, o le preparaba? En todo caso, Pablo estaba resuelto a hacerlo. Por una parte, lo había prometido años antes (Gál 2:10). Los consideraba el gran medio práctico de demostrar la unidad de la iglesia. Había dedicado su vida a enseñar a los gentiles que ellos podían ser cristianos sin hacerse prosélitos judíos. Muchos de sus hermanos judíos le odiaban enconadamente por ello. Ahora quería coronar  su obra con una muestra realmente verdadera del amor fraternal entre judíos y gentiles. Visto de esta manera, esta visita de Pablo a Jerusalén es uno de los eventos históricos más importantes del N.T. Posiblemente, también, Pablo jamás había olvidado la agonía de los santos judíos, hombres y mujeres, cuando él  mismo los echaba a la cárcel años antes (Hechos 8:3), y largo tiempo haya estado resuelto a indemnizar a la iglesia de Jerusalén, hasta donde le fuera posible, por los sufrimientos que él mismo había causado.    

    Felipe (21:8-10). Este era Felipe el diácono del capítulo 8, el que llevó el Evangelio a Samaria y al oeste de Judea, región colindante con su propia ciudad. Tenía en Cesárea un hogar lo suficientemente espacioso para hospedar a Pablo y a sus acompañantes (8). Sin embargo, este era uno de los que fueron designados para administrar las beneficencias de la iglesia en aquellos días en que "todas las cosas les eran comunes" (6:1-6), uno de los indicios de que esa disposición no fue propuesta como estado permanente.

    El Voto de Pablo (17-26). Había tenido voto antes (18:18). Este era el voto de Números 6:2, 5, 9, 18. Aun cuando Pablo insistía de manera inflexible en que los ritos judaicos no eran necesario para los gentiles, era sumamente escrupuloso en guardarlos él mismo. Cumplir este voto, y pagar los gastos de los otros cuatro, contrarrestaría los rumores que circulaban, de que él enseñaba en contra de la ley de Moisés.

    El Tumulto (21:27-40). Ciertos judíos de Éfeso reconocieron a Pablo en el Templo. Le habían visto en las calles con Trófimo, gentil de Efeso, y supusieron que éste estuviera con él en el Templo, sitio vedado para los gentiles. Comenzaron a dar voces, y en un momento la turba le rodeó como una manada de perros salvajes. Si no hubiera sido por los soldados, habría sido muerto.   

    La Visión (23:11). Pablo se había propuesto, allá en Efeso (19:21), ir a Roma, pero no estaba seguro de poder salir con vida de Jerusalén (Rom 15:30-32). Ahora Dios le asegura de manera definitiva que ha de ver a Roma.

    Pablo es enviado e Cesarea (23:23-25). 70 jinetes, 200 soldados y 200 lanceros era un cuerpo de guerra considerable. Debe de haber sido muy grande la agitación pública. Cesarea era la capital romana de Judea. 

    La Epístola a los Hebreos. Si es correcta la opinión general de que Pablo escribió este libro, probablemente sería poco después de su llegada a Roma, unos tres años después del intento de lincharle en Jerusalén. La acerba enemistad contra él quizás explique la omisión de todo saludo en nombre suyo. Aun cuando los dirigentes supieran de quién venía, era mejor que no leyera su nombre en público.  

    La Muerte de Santiago. Dos años después del intento de matar a Pablo, y estado éste todavía en Cesárea, Santiago padeció la muerte a manos de la misma turba. Véase la nota a la Epístola de Santiago.

Capítulos 24, 25, 26. Encarcelamiento de Pablo en Cesarea. 

Dos años, del verano del 58 al otoño del 60 d.C.

    Cesárea era el lugar en donde, 20 años antes, Pedro había recibido en la iglesia al primer gentil. Cornelio era oficial  del  ejército romano. Quizás esta sea una de las razones porque Félix sabía algo del "Camino" (24:42).

    Lucas estuvo con Pablo en Cesarea. Se cree que es este tiempo haya escrito su Evangelio. Es la única visita de Lucas a Jerusalén, de que tenemos noticias. Sin duda aprovechó toda oportunidad de visitar a menudo Jerusalén, y posiblemente Galilea, y de conversar con todos aquellos apóstoles y colaboradores de Jesús que pudiera hallar. Puede haber estado aún viva María la madre de Jesús, de cuyos labios. Lucas puede haber aprendido directamente al relato con el cual comienza su Evangelio.

    Pablo ante Félix (24:1-27) Los cargos (5): "pestilencial", muy vago; "promotor de sediciones", completamente falso, ya que Pablo siempre enseñaba de la obediencia al gobierno; "intentó profanar el Templo" introduciendo en él a Trófimo (21:29), cosa que no había hecho; "caudillo de la secta de los nazarenos", lo cual él reconoció como cierto y que no era violación de ley alguna, ni judía ni romana. Pablo jamás omite hablar de la resurrección (15).

    Félix era casado con una judía, estaba familiarizado con las costumbres judías, y algo sabía de Cristo. Fue profundamente impresionado, y mandó a llamar a Pablo para que les explicara más extensamente el Evangelio, de cuyas implicaciones quedó espantado. Pero su avaricia (26) le impidió tanto aceptar a Cristo, como soltar a Pablo. 

    Festo su nombrado sucesor de Félix es el año 60 d.C. Fue en el ínterin entre  la salida de Félix y la llegada de Festo que la turba de Jerusalén aprovechó la ausencia de un oficial ejecutivo romano para matar a Santiago.  

    Pablo ante Festo(25:1-12). Los judíos todavía conspiraban para acechar a Pablo (3), pues parece que tenían pocas esperanzas de convencer a un gobernador romano de que Pablo hubiera hecho algo digno de muerte. Al ser acusado ante Festo, y viendo que éste procuraba a los judíos y que no había esperanzas de que se le hiciera justicia, Pablo resueltamente afirmó a Festo que si había hecho algo digno de muerte estaba dispuesto a morir, y apeló a César, lo cual como ciudadano romano tenía derecho de hacer. Con esto Festo nada podía hacer sino admitir la apelación. El César reinante era Nerón, monstruo humano. Pero Pablo sabía que si dejaba la causa en manos de Festo, sería entregado al Sanedrín, lo cual significaba la muerte segura. Escogió pues a Nerón. Además, él quería llegar a Roma.     

    Pablo ante Agripa (25:13-26:32). El discurso de Pablo ante Agripa y su sermón en Atenas generalmente se consideraban dos de los mejores ejemplos de oratoria que contiene la literatura. Ambos son muy breves, meros bosquejos de los debe de haber dicho, pues indudablemente habrá hablado una hora o más en cada caso. 

    Este Agripa era Herodes Agripa II, hijo de Herodes Agripa I quien 16 años antes había dado muerte a Santiago el hermano de Juan, nieto de Herodes Antipas que había matado a Juan el Bautista y se había burlado de Jesús, y bisnieto de Herodes el Grande que había asesinado a los niños en la ocasión del nacimiento de Cristo. Tenía su capital en Cesarea de Filipos, cerca de la transfiguración de Jesús unos 30 años antes. 

    Berenice su hermana, a quien había hecho su esposa. Se había casado antes con dos reyes, y había sido concubina de Vespasiano y de Tito. !Imaginemos a Pablo presentando su defensa ante semejante pareja! 

    Festo no lograba dar en ningún cargo contra Pablo que fuera digno de presentarse ante César, y pensaba que quizás Agripa le pudiera ayudar. 

    Agripa cuya familia había estado tan íntimamente relacionada con la historia entera de Cristo, naturalmente tendría curiosidad de oír a un hombre de las capacidades de Pablo, quien había levantado entre las naciones semejante conmoción acerca del hombre a quien su propia familia había condenado.

    La única diferencia que Festo podía ver entre Pablo y sus acusadores era que Pablo pensaba que Jesús aún vivía, mientras que ellos pensaban que había muerto (25:19).     

    La gran pompa (23) que Festo dispuso para esta ocasión era testimonio de la dominante personalidad de Pablo, pues ciertamente ningún preso común evocaría semejante ostentación de magnificencia real.

    Nótese la cortesía uniforme de Pablo en toda la entrevista, a pesar de que debe de haber sabido del carácter disoluto del rey.

    Nótese también, que reconocía como el gran punto en discusión la resurrección de Jesús de entre los muertos.

    "Dar coces contra el aguijón" (26:14). ¿El recuerdo de Esteban (8:1), o  el aguijón de su propia conciencia o ser?

    "Estas loco" (24). Para la mente carnal y pagana de Festo, la idea de una resurrección de entre los muertos era tan del todo inconcebible que no pudo refrenarse de exclamar que Pablo debía de estar loco. Pablo, todavía con la mayor cortesía, recuerda a Festo que Agripa conoce bien el relato de la resurrección de Jesús de entre los muertos, pues sucedió en la capital judía en una ocasión en que la nación entera estaba allí reunida.

    "Por poco me persuades" (28). La traducción es al incierta. Parece que Agripa estaba profundamente conmovido. O quizás lo haya dicho en son de burla. De todas maneras, estaba plenamente satisfecho de que Pablo era inocente de todo mal. 

Capítulos 27, 28. Viaje de Pablo a Roma

    Sale en el otoño del 60 d.C. Llega en la primavera del 61 d.C.

    Viaje hecho en tres naves. Una de Cesarea a mira; otra de Mira a Malta; y otra de Malta a Puteoli. 

    "El Ayuno" (9) era el Día de Expiación, como a mediados de septiembre, la navegación en el Mediterráneo era peligrosa; desde entonces hasta comienzo de marzo se suspendía todo.

    En el segundo barco había 276 personas. Cuando comenzaron a verse en dificultades Pablo demostró ser hábil navegante y un caudillo de hombres. Pablo había viajado mucho por el mar. Gran parte de sus viajes se hicieron de esta manera.

    El relato del naufragio de Pablo es clásico. Léalo a menudo. El sano buen sentido de Pablo y su fe en Dios nos hacen provecho.   

    En Roma, por fin Tres años antes, había escrito la Epístola a los Romanos, para informarles que ya estaba en camino. Los cristianos salieron para recibirle. De acuerdo con su procedimiento acostumbrado, convocó a los judíos para explicarles el Evangelio. "Ni cartas" (28:21); probablemente se habrán perdido en el naufragio. "En una casa alquilada" (v.30), con un soldado que le custodiaba (16). Esto no estorbaba seriamente su predicación. Durante estos dos años escribió  Efesios, Filipenses, Filemón, y posiblemente Hebreos, si él fue el autor de este libro. 

    Vida Posterior de Pablo. La creencia general es que Pablo fue absuelto, cerca del 63 ó 64 d.C. Si llegó o no a España tal como se había propuesto (Rom 15:28), no se sabe. La tradición sugiere que sí lo hizo. Parece bastante seguro que estuvo de nuevo en Grecia y Asia Menor alrededor del 65 al 67 d.C., en cuya época escribió las epístolas a Timoteo y a Tito. Luego fue arrestado de nuevo, llevado otra vez a Roma, y decapitado cerca del 67 d.C. Véase también bajo 2 Timoteo. 

    Resumen. Pablo nació en Tarso, de una familia distinguida y poseedora de la ciudadanía Romana. Fue educado en Jerusalén, mejor que cualquiera de sus compatriotas. Fue convertido mediante un milagro especial. Estuvo tres años en Arabia; luego cinco o seis en Tarso; después en Antioquía intermitentemente durante dos o tres años, y luego unos 15 años de viajar por Asia Menor y Grecia. Luego cinco años de prisión en Cesarea y en Roma;otros dos o tres de viaje viajes en el oriente; otra ves en Roma; y el cielo a los brazos de su amado Señor. 

    Escenario de los Trabajos de Pablo. Principalmente a lo largo de la carretera imperial que se extendía desde Roma 1600 km., al oriente, a través de Grecia y Asia Menor hasta Antioquía, en donde entroncaba con las rutas de caravana al Oriente. Esta carretera imperial era la vértebra del imperio romano. Pablo trabajó  con tanto éxito, que 50 años después,  en días de Trajano, los cristianos de Asia Menor eran tan numerosos que los templos paganos se veían casi desiertos. En los años subsiguientes, cayó el imperio pagano. No de manera literal, pero casi literalmente, el pequeño judío de Tarso cristianizó el Imperio Romano. Fue el mortal más grande de todos los siglos.   

    Tarso, ciudad natal de Pablo, era grande y rica, situada en una región fértil y densamente poblada al pie del paso de las montañas de Tarso, entronque de las rutas de comercio y de guerra entre el oriente y el occidente, lugar de las civilizaciones griegas y oriental.

    La ciudadanía romana de Pablo había sido concedida a su padre, quizás por algún servicio notable al Estado. Si no hubiera sido por ella, Pablo habría sido asesinado antes de estar bien comenzada su labor. Es una ilustración del hecho de que Dios usa los talentos humanos. Ninguno de los otros apóstoles tenía los dotes naturales necesarios para la obra que hizo Pablo.  

    Roma, ciudad reina del mundo y centro de la historia. Durante dos milenios (2 siglo a.C. hasta el 18 siglo d.C.), la potencia dominante del mundo. Todavía se le llama la "Ciudad Eterna". Tenía entonces 1.500.000 habitantes; la mitad de ellos, esclavos. Era capital de un imperio que se extendía unos 5.000 km. de este a oeste, y 3.000 de norte a sur, con 120.000.000 habitantes. 

    Alejandría era la segunda ciudad del Imperio Romano, con 800.000 habitantes y la biblioteca más grande de sus tiempos, de 700.000 rollos. No hay mención de que Pablo ni que ningún otro apóstol la haya visitado. El relato del Nuevo Testamento sigue la orilla norte del Mediterráneo. 

    

(Compendio Manual de la Biblia por Halley p.489)