Entender la Biblia

Entender la Biblia

“Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es  que fue sembrado junto al camino.”

Mateo 13:19

>> Según este versículo: ¿Cuándo es que viene el malo y arrebata lo que fue sembrado en el corazón?

>> ¿Quién es el que tiene más responsabilidad?

 

  

LEER PARA COMPRENDER

 

     La capacidad de comunicarse por medio de palabras habladas y oídas, escritas y leídas, establece una diferencia fundamental entre el hombre y los animales. A menos que padezcan de algún impedimento por nacimiento o por enfermedad, las personas viven en comunicación oral y escrita unas con otras, y - lo que es mucho más importante aún - están en condiciones de comunicarse con su creador. Oraciones, confesiones de fe y cantos de alabanza conforman las vías de comunicación usuales de los seres humanos con Dios, como respuestas a la comunicación de Dios con sus criaturas.

 

     Si bien algunas personas Abraham y Moisés, recibieron mensajes orales de parte de Dios, desde la era apostólica los cristianos vienen dependiendo de su comunicación escrita: las Escrituras. Hoy día, la palabra escrita es la forma como Dios se manifiesta a los que son su pueblo. Para conocer la voluntad de Dios, y los planes que él tiene con sus seguidores, la lectura de las Escrituras es de vital importancia. 

 

 Sin embargo, leer las Escrituras es algo que resulta más fácil decir que hacer, dado que hay básicamente tres tipos distintos de lectura.

1) Información: La mayoría de las veces leemos para informarnos, como ocurre cuando leemos los diarios, los libros de texto, o la correspondencia comercial.

2) Placer: En momentos de ocio posiblemente busquemos desactivar tensiones leyendo novelas, dramas o tiras humorísticas puro placer.

 La gran mayoría del material que leemos pertenece a una de estas categorías.

       3)  Pero existe también un tercer tipo de lectura: Leer para Comprender. Un par de años atrás, el Dr. Mortimer J Adler, profesor de filosofía de la Universidad de Chicago, publicó una obra titulada "How to Read a Book" (Cómo leer un libro), en la que expresa la opinión de que sólo unas pocas personas han probado alguna vez este tipo de lectura. Es la manera de leer que emplea él, como filósofo profesional, al estudiar los escritos de Platón y Aristóteles. Papel y lápiz en mano, se detiene después de haber leído unas cuantas páginas, y hace unas notas a modo de resumen del material que acaba de leer, seguidas de una crítica de su acuerdo o desacuerdo con el autor, y las razones en que se funda su opinión.  

    Leer para comprender es, según el Dr. Adler, un procedimiento trabajoso, y al mismo tiempo una empresa llena de desafíos. Después de dos o tres horas dedicadas a este tipo de lectura, él se siente mentalmente agotado. Admite también que empleando este método, sólo alcanza a leer cuatro o cinco volúmenes al año. No puede sorprendernos, pues, que sean muy pocas las personas que practican con éxito el leer para comprender.  

    En la mayoría de los casos, donde la gente más se acerca a la lectura "comprensiva" es cuando leen cartas de amor. Ahí es donde leen "entre líneas", asimilando tanto lo que está escrito como lo que no está escrito, y tratando de detectar aun el más leve indicio de los sentimientos y las emociones del escritor o la escritora. Para citar al Dr. Adler:

"Cuando están enamorados y leen una carta de amor, la leen por todo lo que vale. Leen cada palabra tres veces; leen entre líneas y en los márgenes; leen el todo en términos de sus partes, y cada parte en términos del todo. Desarrollan una fina sensibilidad para contextos y ambigüedades, para insinuaciones e implicaciones. Perciben el color de las palabras, el olor de las frases, y el peso de la afirmaciones. Incluso toman en cuenta los signos de puntuación. Es entonces que realmente leen, como quizás nunca lo han hecho ante no lo harán después".  

 

 

    Leer el Nuevo Testamento para comprenderlo es un cometido desafiante, pero también gratificante. No cabe ninguna duda: el entrar en contacto con la comunicación escrita que Dios dirige a los cristianos, nos brinda información y placer. Pero leer para comprender es mucho más beneficioso, y también mucho más dificultoso. Quien quiere aplicar los principios de la lectura comprensiva a los documentos del Nuevo Testamento, deberá tener en mente unas cuantas preguntas básicas:   

1) El Autor: ¿Aparece su nombre en el texto mismo (como suele ser el caso de las epístolas) o solamente en el título (como en los evangelios)?  ¿Hay algún indicio en cuanto a su nacionalidad, educación, profesión o situación? 

 

2)  El destinatario (o los destinatarios): ¿Hay alguna alusión respecto del tipo de persona o personas a quienes iba dirigido originalmente el escrito en cuestión? ¿Cuáles fueron su nacionalidad, su condición como creyentes, sus problemas, sus defectos y virtudes?

 

3) La relación entre autor y destinatario (s): ¿Tenía el autor un conocimiento personal de los destinatarios, y en caso afirmativo, en virtud de qué?


4) La ocasión y el propósito: ¿Con qué propósito se dirigió el escritor a esta gente en este momento? ¿Qué problemas u ocasiones fueron los que motivaron la composición de este documento?

    Estas cuatro preguntas básicas son primordiales para quien intente leer un libro del Nuevo Testamento con miras a comprenderlo. Hay además otras cuatro preguntas básicas que pueden resultar provechosas y que merecen la atención del que estudia los documentos del Nuevo Testamento:

 

2. Autenticidad: ¿Existe alguna información en el libro mismo que arroje luz sobre la identidad del escritor cuyo nombre nos llegó por la tradición o que aparece en el documento?

 

3. Integridad: ¿Qué dicen las autoridades en materia de texto en cuanto a la unidad del documento? ¿Hay algunas secciones que parecen no pertenecer al escrito original?

 

4. Bosquejo: ¿Cómo se adaptan las diferentes secciones y los temas de cada libro a una unidad orgánica?

 

(Introducción al Nuevo Testamento por Robert G Hoerber)

 

 

IMPEDIMENTOS PARA ENTENDER LA BIBLIA