Jeremías

Jeremías

Jeremías en varias versiones:   

1  2  3  4  5  6  7  8  9  10  11  12  13  14  15  16  17  18  19  20  21  22  23  24 25  26  27  

28  29  30 31  32  33  34  35  36  37  38  39  40  41  42  43  44  45  46  47  48  49  50  51  52

Tiempo de Lectura= 3:55 / Contiene: 52 capítulos, 1.364 versículos y 42.659 palabras.

MÉTODO CRÍTICO

1) ¿QUIÉN ESCRIBIÓ EL  LIBRO? Jeremías dictó  a Baruc su secretario.

2) ¿CUÁNDO FUE ESCRITO?  604 a 580 a.C.

3) ¿A QUIÉN FUE ESCRITO? Judá

4) ¿DE DÓNDE FUE ESCRITO? Jerusalén

MÉTODO  HISTÓRICO

1) ¿CUÁL ES EL TRASFONDO  HISTÓRICO DEL LIBRO? El profeta Jeremías vivió un una época triste en la historia del pueblo hebreo. Durante esta época, el pueblo del reino del sur, o Judá, fue llevado por Nabucodonosor a la cautividad en Babilonia, aunque Jeremías quedó en Jerusalén. Él escribió con autoridad en cuanto a la seguridad del juicio de Dios sobre un pueblo pecaminoso como también  de la grandeza del amor divino.

MÉTODO LITERARIO

1) ¿QUE GENERO DE LITERATURA ES EL LIBRO? Profecía, no cronológica, Drama (con una carta en una de sus partes)

MÉTODO PANORÁMICO

1) ¿CUÁL ES LA IDEA PRINCIPAL DEL LIBRO? El desarrollo y cumplimiento de varias profecías, a Israel y a naciones vecinas. La misericordia de Dios hacia Israel, sus justos juicios; y su plan de restauración. Mostrando a Dios marcando el ciclo de los acontecimientos de la historia; con el cumplimiento exacto de cada profecía, tomando la idea telescópica.

2) ¿CUÁL  FUE LA RAZÓN PRINCIPAL POR LA CUAL SE ESCRIBIÓ ESTE LIBRO? Anuncio de Juicios a Israel y a naciones vecinas.

PALABRAS CLAVE EN JEREMÍAS (RV1960)  escuchar (oír), volver (volverse, convertirse, arrepentirse), ramera, adulterio (s), maldad (malvado, iniquidad, pecado), corazón, abandonar, sanar (sanidad), pacto

ÉNFASIS: La infidelidad de Judá a Dios terminará en su destrucción; si cumplen las promesas de Deuteronomio, Dios tiene deparado un futuro radiante para su pueblo: un tiempo de restauración y un nuevo pacto; el corazón de Jehová para con su pueblo revelado por medio del corazón de Jeremías.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: Este libro es una combinación de historia, poesía y biografía. Jeremías a menudo utiliza el simbolismo para comunicar su mensaje.   

CÓMO LEER JEREMÍAS

    ¿Alguna vez has luchado entre saber y hacer la voluntad de Dios? No eres el único. La travesía de obediencia de Jeremías revela los desafíos que vivió al buscar entender y cumplir los propósitos de Dios para su vida. Aun después que tomó la decisión de obedecer a Dios, muchas presiones y persecuciones lo llevaron a preguntarse si había hecho lo correcto. En el proceso, Jeremías luchó con algunas de las preguntas más difíciles de la vida, interrogantes que nosotros también podemos enfrentar. Leer Jeremías nos da la oportunidad de adquirir conocimiento y perspectiva acerca de lo que significa servir a Dios aún en tiempos difíciles. Nos ayuda a descubrir sabiduría práctica para cada día, mientras buscamos seguir a Dios en medio de la oposición.

    Jeremías comparte con nosotros gran parte de su historia, más que la mayoría de los profetas. Su transparencia nos ayuda a ver no solo sus desafíos, sino también sus sentimientos acerca de estas experiencias. Él se identificó con el corazón quebrantado de Dios para con su pueblo, y a su vez, Dios se indentificó con el sufrimiento de Jeremías. Esto dificulta reconocer quién está hablando en ciertos momentos. ¿Qué están describiendo las palabras, las emociones de Dios, las de Jeremías, o de ambos?

    Jeremías advirtió a Judá acerca del futuro juicio de Dios con discursos apasionados, a menudo bañados de lágrimas. Estas palabras fueron difíciles de decir, pero nunca fueron declaradas con dureza. Evidencian el dolor de Dios, mientras Él trató incansablemente de alcanzar a un pueblo rebelde y fue forzado a traer juicio sobre sus persistentes pecados. Esta es la razón por la cual aun en medio de una destrucción inminente descubrimos promesas de esperanza acerca de la redención futura de Judá.

    Jeremías, al igual que muchos profetas del Antiguo Testamento, no se enfocó tanto en predecir el futuro sino en predicar a sus contemporáneos, tratando de llevarlos de regreso a una relación de amor con Dios. Los profetas sirvieron como comentaristas culturales, recordando a su sociedad los estándares del pacto (Deu 27-30). Estos adviertieron al pueblo del juicio próximo con la esperanza de que quizá se arrepintieran y aprovecharan la misericordia de Dios. Los profetas entendieron que la interacción de la justicia y la misericordia de Dios está diseñada para atraer a las personas de regreso a una relación de pacto con Él mismo.

    Aunque este pensamiento es la base de toda la tradición profética, tal vez es más claramente demostrado en el encuentro de Jeremías con Dios en la casa del alfarero (Jer 18:1-12). Dios le explica a Jeremías que cuando Él habla de juicio, no es una situación irrevocable. Él siempre habla de juicio con la esperanza de que el pueblo se vuelva y cumpla con las condiciones que le permitan a Él demostrar misericordia. Este es el principio: Dios siempre hace justicia, pero Él siempre está buscando cada oportunidad para mostrar misericordia.

    Después de haber visto cómo este principio funcionó en la historia de su propio pueblo rebelde, Jeremías reflexionaría en cómo la misericordia de Dios trasciende su propio juicio. Él escribió, «¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana... Aunque trae dolor, también muestra compasión debido a la grandeza de su amor inagotable. Pues él no se complace en herir a la gente o en causarles dolor.» (Lam 3:22-23, 32-33).

TÍTULO: Este libro deriva su título del autor humano, quien comienza con "las palabras de Jeremías..." (1:1). Jeremías relata más de su propia vida que cualquier otro profeta, contando de su ministerio, las reacciones de sus auditorios, sus pruebas y sus sentimientos personales. Su nombre quiere decir: "Jehová arroja", en el sentido de establecer un cimiento, o: "Jehová establece, coloca, o envía". 

    Siete otros Jeremías aparecen en las Escrituras (2R 23:31; 1Cr 5:24; 1Cr 12:4; 1Cr 12:10; 1Cr 12:13; Neh 10:2; Neh 12:1), y Jeremías el profeta es nombrado por lo menos nueve veces fuera de su libro (2Cr 35:25; 36:12; 36:21, 22; Dn 9:2; Esd 1:1; Mt 2:17; 16:14; 27:9). El Antiguo y Nuevo Testamento citan a Jeremías por lo menos siete veces: (1) Dn 9:2 (25:11, 12; 29:10); (2) Mt 2:18 (31:15); (3) Mt 27:9 (18:2; 19:2, 11; 32:6-9); (4) 1Co 1:31 (9:24); (5) 2Co 10:17 (9:24); (6) He 8:8-12 (31:31-34); y (7) He 10:16-17 (31:33, 34)


TEMAS:

Estructura de Jeremías

Título: “Profeta identificado con el corazón de Dios”

Versículo Clave: 1:10  

“Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, 

para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”

 Autor y fecha

    Jeremías quien sirvió como sacerdote y también como profeta, fue el hijo de un sacerdote llamado Hilcías (no el sumo sacerdote de 2 R 22:8 quien descubrió el Libro de la Ley). Él era de la pequeña villa de Anatot (1:1), llamada hoy día Anata, a unos 4,8 km al NE de Jerusalén en la porción de tierra que la tribu de Benjamín heredo. Cómo una lección visual a Judá, Jeremías permaneció soltero (16:1-4). Él fue asistido en el ministerio por un escriba llamado Baruc, a quien Jeremías dictaba y quien copiaba y tenía custodia sobre los escritos compilados de los mensajes del profeta (36:4, 32; 45:1). Jeremías ha sido conocido como "el profeta que lloraba" (9:1; 13:17; 14:17), viviendo una vida de conflicto debido a sus predicciones de juicio por parte de los babilonios invasores. Él fue amenazado, juzgado por su vida, colocado en un cepo, forzado a huir de Joacín, públicamente humillado por un falso profeta y arrojado a una cisterna. 

    Jeremías tuvo un ministerio dirigido en la mayoría  de los casos a su propio pueblo en Judá, pero que en ocasiones se expandió a otras naciones. Apeló a sus compatriotas a que se arrepintieran y evitaran el juicio de Dios por medio de un invasor (caps. 7, 26). Una vez que la invasión se hizo realidad después de que Judá rehusó arrepentirse, él les rogó que no resistieran al conquistador babilonio para prevenir la destrucción total (cap. 27). También llamó a los delegados de otras naciones a que dieran oído a su consejo y se sometieran a Babilonia (cap. 27) y predijo juicios de Dios sobre varias naciones (25:12-38, caps 46-51).

    La fecha de su ministerio, el cual cubrió cinco décadas, va desde el año 13 del rey de Judá, Josías, notado en el 1:2 (627 a.C.), hasta más allá de la caída de Jerusalén en manos de Babilonia en el 586 a.C.(Jer 39, 40, 52). Después del 586 a.C., Jeremías fue forzado a ir con un remanente que huía de Judá a Egipto (Jer 43, 44). Posiblemente estuvo ministrando en el 570 a.C. (44:30). Una nota rabínica dice que cuando Babilonia invadió Egipto en el 568/67 a.C. Jeremías fue llevado cautivo a Babilonia. Él pudo haber vivido hasta el punto de escribir la escena de conclusión del libro alrededor del 561 a.C. en Babilonia, cuando el rey de Judá Joaquín, cautivo en Babilonia desde 597 a.C., se le permitieron libertades en sus últimos días (52:31-34). Jeremías, sí aún estaba vivo para ese entonces, tenía entre 85 a 90 años de edad.   


Contexto Histórico de Jeremías 

    Los detalles de contexto de los tiempos de Jeremías son mostrados en 2 Reyes 22-25 y 2 Crónicas 34-36. Los mensajes de Jeremías muestran cuadros de: 1) el pecado de su pueblo; 2) el invasor a quién Dios enviará; 3) los rigores del sitio; y 4) las calamidades de destrucción. El mensaje de Jeremías de juicio inevitable por idolatría y otros pecados fue predicado en un período de cuarenta años  (alrededor del 627-586 a.C. y más allá de esa fecha). Su profecía se llevó a cabo durante los reinados de los últimos cinco reyes de Judá (Josías 640-609 a.C., Joacaz 609 a.C., Joacín 609-598 a.C., Joaquín 598-597 a.C. y Sedequías 597-586 a.C.) 

    La condición espiritual de Judá se caracterizaba por la adoración abierta de ídolos (cap 2). El rey Acaz, precedido por su hijo Ezequías mucho antes de Jeremías en los días de Isaías, había establecido un sistema de sacrificios de niños al dios Moloc en el Valle de Hinom afuera de Jerusalén (735-715 a.C.) Ezequías guió reformas y limpieza (Is 36:7), pero su hijo Manasés continuó promoviendo el sacrificio de niños junto con la idolatría abierta, la cual continuó hasta el tiempo de Jeremías (7:31; 19:5; 32:35). Muchos también adoraron a la "reina del cielo" (7:18; 44:19). Las reformas de Josías que llegaron a su punto culminante en el 622 a.C., forzaron una reprensión de las peores prácticas de manera externa, pero el cáncer mortal del pecado era profundo y volvió a florecer rápidamente una vez más después de un avivamiento superficial. La falta de sinceridad religiosa, la deshonestidad, adulterio, injusticia, tiranía en contra de los necesitados y la calumnia prevaleciente como la norma, no la excepción.     

    Políticamente, importantes acontecimientos ocurrieron en los días de Jeremías. Asiria vio su poder desvanecerse gradualmente; después Asurbanipal murió en el 626 a.C. Asiria se volvió tan débil que en el 612 a.C. su aparente capital invencible, Nínive, fue destruida (Nahum). El Imperio Neobabilonio bajo Nabopolasar (625-605 a.C.) se convirtió en la potencia militar con victorias sobre Asiria (612 a.C.), Egipto (609-605 a.C.), e Israel en tres fases (605 a.C., como en Daniel 1; 597 a.C., como en 2 Reyes 24:10-16; y 586 a.C., como en Jeremías 39, 40, 52).

    Mientras que Joel y Miqueas habían profetizado antes del juicio de Judá, durante el reinado de Josías, los principales profetas de Dios fueron Jeremías, Habacuc, y Sofonías. Más adelante, contemporáneos de Jeremías, Ezequiel y Daniel, jugaron papeles proféticos prominentes. 


Situación de Jeremías

Jeremías fue llamado al oficio profético en 626 a.C. Jerusalén fue parcialmente destruida, 606 a.C. y nuevamente en 597 a.C.; incendiada y asolada definitivamente, 586 a.C. Jeremías vivió durante terribles 40 años, el “ocaso de la monarquía” y “estertores de muerte de la nación”; una figura solitaria, patética, el último mensajero de Dios a la Ciudad Santa ya incurable y fanáticamente apegada a los ídolos, clamando sin cesar que si ella se arrepentía Dios la salvaría de Babilonia.   

La Situación Interna

      El reino del norte había caído, y gran parte de Judá. Había sufrido una derrota tras otra, hasta que solamente quedaba Jerusalén, que persistía en ignorar las repetidas amonestaciones de los profetas, y se endurecía en su idolatría y en su maldad. Estaba a punto de darse la hora del juicio.  

La Situación Internacional

      Disputaban la supremacía mundial Asiria, Babilonia y Egipto. Desde hacía 300 años Asiria, en el valle superior del Eufrates y con Nínive por capital, había regido el mundo, pero ahora se debilitaba.

Babilonia, en el sur del mismo valle, se fortaleza. Egipto, 500 Km. al suroeste, en el valle del Nilo, y que mil años antes había sido potencia mundial y luego había decaído, se volvía ambicioso de nuevo.

Como a mediados del ministerio de Jeremías, Babilonia triunfó. Quebrantando el poderío de Asiria en 607 a.C., y dos años después aplastó a Egipto en la batalla de Carquemis, 605 a.C. Rigió al mundo durante 70 años, los mismos 70 del cautiverio de los judíos.

El Mensaje de Jeremías.   

      Desde el comienzo, 20 años antes de que el conflicto se decidiera, Jeremías insistió incesantemente en que Babilonia triunfaría. A través de todas sus quejas amargas e incesantes contra la maldad de Judá, recurren a cada momento estas ideas:

1.      Judá será destruida por la Babilonia victoriosa.

2.      Si Judá se aparta de su maldad, de alguna manera Dios la salvará de ser destruida por Babilonia.

3.      Más adelante, cuando ya no parece quedar esperanza del arrepentimiento de Judá, si tan solamente por vía de conveniencia política se somete a Babilonia, Judá se salvará de ser destruida.

4.      Destruida Judá, se recuperará sin embargo, y aún regirá al mundo.

5.      Babilonia, destructora de Judá, será destruida ella misma, para no volver a levantarse jamás.   

La Osadía de Jeremías

            Incesantemente, Jeremías aconsejó a Jerusalén a que se rindiera al rey de Babilonia; tanto, que sus enemigos le acusaban de ser traidor. Nabucodonosor quiso premiarlo por haber así aconsejado a su pueblo; no solamente perdonándole la vida, sino también ofreciéndole cualquier honor que quisiera aceptar, aun un puesto honroso en la corte de Babilonia (39:12). Sin embargo Jeremías clamaba una y otra vez, que al destruir al pueblo de Dios el rey de Babilonia cometía un crimen nefando por el cual Babilonia sería después asolada para siempre (caps. 50, 51). 


Hallazgo arqueológico confirma la Biblia

Recientemente, el Museo Británico anunció el descubrimiento de una extraordinaria y muy significativa inscripción cuneiforme entre su gran colección de tablillas mesopotámicas. Muchos aclaman este hallazgo como otra asombrosa prueba de la veracidad del Antiguo Testamento, y sin duda que lo es.

            Mientras buscaba informes financieros entre algunos documentos babilónicos, Michael Jursa, profesor visitante de Viena, se topó con el nombre de un funcionario de la corte del rey Nabucodonosor de Babilonia. Este nombre también figura en el libro de Jeremías como uno de los oficiales del rey, aunque al deletrearse es un poco diferente.

            La tablilla, de más de 2500 años de antigüedad, estuvo en la colección del museo desde 1920, pero se ignoraba su importancia. Ahora se sabe que identifica a Nabu-sharrussu-ukin como el jefe eunuco de Nabucodonosor. Esto corresponde al nombre hebreo Nebo Sarsequín mencionado en Jeremías 39:3 (Nueva Versión Internacional). En realidad, esta nueva información ayuda a resolver un problema de traducción en el versículo. La mayoría de las Biblias no contienen este nombre de manera explícita. Por ejemplo, la versión Reina-Valera menciona los nombres en Jeremías 39:3 como “Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag”.

            Aquí, Samgar ha sido identificado como el nombre de un lugar relacionado con Nergal-sarezer en vez de formar parte de un nombre compuesto con Nebo, que lo sigue en esta versión. Pero en algunas traducciones más actuales, el nombre aparece como Nebo Sarsequín. Y de hecho este nuevo descubrimiento confirma que efectivamente es el nombre correcto de uno de los oficiales principales del rey Nabucodonosor. Los detractores de la Biblia que alegan que el libro de Jeremías es un relato ficticio escrito siglos después del período babilonio, se ven en serios apuros para explicar la exactitud con que se registraron los nombres de personas extranjeras de relativamente poca importancia.

            Una de las dificultades que desde hace mucho tiempo han enfrentado los críticos de la Biblia tiene que ver con las numerosas menciones de nombres aparentemente insignificantes, insertados aquí y allá. Algunos especulan que fueron agregados sólo para que los relatos parecieran auténticos. Otros sugieren que ciertos personajes importantes de historias posteriores fueron incluidos solapadamente en algunos relatos antiguos para cumplir una función poética. De ser así, ¿cómo se explica la alusión a alguien como Nebo Sarsequín, una figura de poca monta de un país extranjero y que tiene un nombre difícil que nunca vuelve a ser mencionado, y que resulta ser correcto? Es obvio que el autor del libro de Jeremías estaba muy familiarizado con los detalles de los tiempos en que escribió y que se preocupó de ser preciso.

            La conclusión lógica es que este libro fue indudablemente escrito por Jeremías en tiempos de la conquista de Judá por parte de los babilonios, bajo Nabucodonosor. Este descubrimiento es solamente el más reciente de muchos hallazgos arqueológicos que confirman la exactitud del libro de Jeremías. Una reciente excavación en Jerusalén dejó al descubierto una bula, que es un grabado en arcilla endurecida, con la impresión del sello que lleva el nombre de Jucal hijo de Selemías, hijo de Sevi. Esta persona, un funcionario de la corte del rey Sedequías, es mencionado en Jeremías 37:3 y 38:1-4.

            Otra bula, encontrada a corta distancia de la ya mencionada, tiene grabado el nombre de Gemarías hijo de Safán, el escriba real (36:10). Y antes de ésta, se encontraron dos notables bulas que llevan el nombre del escriba de Jeremías, Baruc hijo de Nerías.

            Todas estas personas existieron de verdad, como lo atestigua Jeremías. Estos hechos demuestran que el libro de Jeremías relata historia verdadera, al igual que todo el resto de la Biblia. BN

 

 

Jeremías Características Literarias

            Jeremías es el autor que escribe el libro más largo de la Biblia, es por lo tanto, la pieza literaria en contener más palabras, aunque muchos de sus capítulos se escribieron en prosas (caps. 7; 11; 16; 19; 21; 24-29; 32-45), incluye el apéndice (cap. 52). La gran mayoría de las secciones de la obra son predominantemente poéticas de la más alta calidad del A.T, según Luis Alfonso Schokel. Hay muchos pasajes de esta obra que son joyas imposible de reproducir (p.ej., 2:13, 26-28; 7:4, 11, 34; 8:20, 22; 9:23-24; 10:6-7, 10, 12-13; 13:23; 15:20;17:5-9; 20:13; 30:7, 22; 31:3; 15, 29-30, 31-34; 33:3; 51:10).

            La repetición poética fue utilizada por Jeremías con gran destreza (véase, p.ej., 4:23-26; 51:20-23). Jeremías combinaba la poesía con fragmentos largos de narrativa descriptiva y  autobiografía. También utilizó los criptogramas (25:26; 51:1, 41). En ciertas ocasiones las interpolaciones, citas textuales, son típicas del estilo de Jeremías.

            Al igual que su contemporáneo Ezequiel, Jeremías es prolífico en el uso de símbolos para comunicar su mensaje, como en el caso del cinturón inservible (13:1-11); la vasija de barro maltratada (19:1-12); un yugo destruido (cap.27); las grandes rocas (43:8-13). Este valor dado a uso didáctico de los símbolos también se ve en la manera en que el Señor le ordena a Jeremías abstenerse de casarse y tener hijos (16:1-4); no entrar a la casa donde había un funeral, un festín (16:5-9) y comprar un terreno en su pueblo natal, Anatot (32:6-15). De esta misma manera el Señor utilizó ayudas visuales para darle mensajes claros a Jeremías: la arcilla (18:1-10); dos canastas de higos (cap. 24).

(Biblia de Estudio NVI. p.1165)

Gobernantes y Profetas de la época de Jeremías

Retos de Interpretación

 

 

1.   ¿Cómo puede uno explicar que Dios prohíba la oración por los judíos (7:16) y que diga que aun la mediación de Moisés y Samuel no podrían evitar el juicio (15:1)?

2.  ¿Llevó a cabo Jeremías un viaje de varios cientos de kilómetros al río Eufrates o enterró su cinto cerca 13:4- 7?

3.   ¿Cómo pudo él pronunciar cosas tan severas acerca del hombre que anunció su nacimiento (20:14-18)?

4.   ¿Se relaciona la maldición sobre la línea real de Jeconías a Cristo (22:30)?

5.   ¿Cómo debe uno de interpretar las promesas del regreso de Israel a su antigua tierra (caps.30-33)?

6.   ¿Cómo cumplirá Dios el nuevo pacto con relación a Israel y la iglesia (31:31-34)?

 

 

 

Temas históricos y teológicos

 

 

 

 

Vista Panorámica de Jeremías

Jeremías, cuyo nombre significa “el Señor levanta,” es el profeta del Nuevo Pacto (30:1–33:25). En el tiempo de Dios este pacto se cumplirá a favor de Israel. Será escrito en el corazón (31:33), a veces considerada la parte donde la persona toma las decisiones. Jeremías, el escritor del libro (1:1), durante su ministerio con frecuencia hizo un contraste entre el glorioso futuro de Israel y su desobediencia a Dios. A través de asuntos y ocurrencias de la vida diaria, Dios hacía que Jeremías viera significados simbólicos. El vio los planes de Dios para la nación en el florecer de un almendro (1:11–12), en una olla hirviente (1:13–16), en un alfarero a su rueda (18:1–4) y en una cisterna (38:6–13). El impacto de muchos de sus sermones fue aumentando por el uso de demostraciones objetivas, tal como ponerse un cinturón arruinado (13:1–11), el romper vasijas (19:10–11) y el uso de un yugo (27:1–22). En su “sermón del templo” (7:1–8:3 y 26:1–24), Jeremías indicó que la fe sólo debe ponerse en Dios y no en objetos externos, ni siquiera en el templo mismo.

De los profetas del Antiguo Testamento, Jeremías es quien da más detalles personales. El comparte sus pensamientos y emociones profundas. Al comienzo del libro dice que es de los sacerdotes (1:1). Siendo sacerdote, amaba a Jerusalén y al templo, y si se perdieran, sería una doble tragedia para él. Frecuentemente Jeremías fue perseguido por las instituciones oficiales de Jerusalén, e incluso por su propia familia. En medio de todas estas dificultades Jeremías estaba consciente de la protección y guía de Dios.

Jeremías vivió durante un tiempo de realineamiento del poder mundial; en su tiempo cayó el imperio de Asiria, Egipto dejó de ser un gran poder y Babilonia ascendió como imperio. Durante su ministerio los reyes de Judá frecuentemente confiaron en negociaciones y acuerdos internacionales en lugar de en Dios. Al comienzo, Jeremías aprobó las reformas religiosas del rey Josías, pero pronto llegó a ser aparente que a pesar del avivamiento exterior el pueblo experimentó muy poco cambio espiritual.

Los capítulos 1–25 de Jeremías contienen sus primeras profecías contra Judá; del 26–45 son biográficos. Los capítulos 46–51 son oráculos contra los gentiles; el 52 proporciona información adicional (cp. 2 R 24:18–25:30) donde se nota el momento histórico de Jeremías. La siguiente gráfica presenta unos reyes y la fecha de sus mandatos.

El libro de Jeremías es citado con frecuencia en el Nuevo Testamento (cp. 31:15 con Mt 2:17; 7:11; cp. 31:31–34 con Mt 21:13; Mr 11:17; Lc 19:46; Ro 11:27; He 8:8–13). Jeremías advierte que el pecado trae juicio. El es conocido como el “profeta llorón.”

Las calamidades que él fue inspirado a predecir quebrantaban su propio corazón. En medio de la penumbra, sin embargo, hay rayos de esperanza (32:17, 27; 33:3).

Referencias Proféticas

Jeremías 23:5-6 presenta una profecía de la venida del Mesías, Jesucristo. El profeta Lo describe como un Renuevo de la casa de David (v.5; Mateo 1), el Rey que reinaría en sabiduría y justicia (v.5, Apocalipsis 11:15). Es Cristo, quien finalmente será reconocido por Israel como su Mesías verdadero, como el que proporcionará la salvación para Sus escogidos.(v.6; Romanos 11:26)

Importancia en la Biblia

    El mayor aporte teológico de Jeremías fue su concepto del nuevo → PACTO ( 31.31–34 ). Era necesario un nuevo pacto entre Dios y su pueblo porque este último había violado el anterior. Se necesitaba un pacto nuevo, un pacto de gracia y perdón escrito en el corazón humano, más que un pacto legal grabado en piedra.

    Jeremías veía en lontananza el amanecer de una era de gracia en la persona de Jesucristo. Desde ese día «no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado» ( 31.34 ). Tan importante es Jeremías 31.31–34 en la teología bíblica que es el pasaje más largo del Antiguo Testamento que se cita en el Nuevo Testamento ( Heb 8.8–12 ).

El Carácter de Dios en Jeremías


Cristo en Jeremías


Los 10 motivos de oración en Jeremías


Apuntes de Jeremías

 El libro de Jeremías es un constante recordatorio de la fidelidad de Dios a su palabra en el libro de Deuteronomio, de que sus elegidos sufrirán la maldición del exilio por su infidelidad a Jehová, pero serán restaurados más tarde con la esperanza de un nuevo pacto, el cual fue cumplido por medio de Jesucristo, el "Retoño justo" de David (Jer 23:5).