Lectura
Hageo
Lectura de Hageo
Tiempo de Lectura= 0:10 / Contiene: 2 capítulos, 38 versículos y 1.131 palabras.
Datos de Orientación de Hageo
Contenido: cuatro oráculos que alientan al pueblo de Dios para construir el templo en Jerusalén.
Profeta: Hageo, un profeta posterior al exilio de Jerusalén y contemporáneo de Zacarías (ver Esd 5:1; 6:14).
Fecha de la actividad profética: un período de cuatro meses durante el segundo año del reinado de Darío de Persia (520 a.C.).
Énfasis: la necesidad del pueblo de Dios de reconstruir el templo como el lugar de la presencia de Dios y de su adoración; las dificultades actuales surgen del fracaso en este asunto; un futuro glorioso espera al pueblo de Dios y a Zorobabel (y así a la línea real de David).
Panorama de Hageo
Hageo, el décimo libro del "Libro de los Doce", consiste de informes de "cuatro palabras" dirigidas a Zorobabel el gobernador, a Josué al sacerdote y al pueblo de Jerusalén. Su primer interés es alentar al pueblo a continuar con la construcción del templo en Jerusalén.
La primera "palabra" de Hageo (1:1-11) anuncia que las recientes sequías y las pobres cosechas (parte de las maldiciones por la desobediencia al pacto; Deut 28:20-48) están conectadas con el fracaso de los que regresaron del exilio para construir la casa de Dios (aunque ellos ya habían construido sus propias casas), a lo que el pueblo responde favorablemente (Hag 1:12-15). Un mes y medio después de la segunda "palabra" los alienta a continuar la obra, prometiendo que la gloria del nuevo templo sobrepasará la del primero (2:1-9). Los veredictos sacerdotales sobre la corrupción sirven como base para la tercera "palabra" (10-19), con la que Dios promete bendecirlos "desde este día". La "palabra" final (20-23) es dirigida a Zorobabel, asegurándole que Dios estará en él.
Recomendaciones Específicas para la Lectura del Libro de Hageo
Para la compresión del libro de Hageo ayudará leer el libro de Esdras 1-6, que sirve como trasfondo para las palabras de Hageo registradas aquí. Después de que un grupo grande de exiliados regresaron en el año 539 a.C. bajo el edicto de Ciro, inmediatamente reconstruyeron al altar y pusieron los fundamentos del templo (Esdras 3). Entonces la obra se detuvo mientras el pueblo construía sus casa y trabajaba sus granjas. Ahora, unos diecinueve años más tarde, la obra en el templo no había avanzado, mientras tanto, ellos habían experimentado regularmente sequía y cosechas pobres. Mediante Hageo, Jehová llama la atención a la conexión entre estas dos realidades y los alienta a regresar a la tarea de reconstruir el templo.
Conforme avanza en la lectura, observe cuidadosamente los varios rasgos que distinguen a Hageo: 1) sus oráculo no son expresados en forma poética, sino en una especie de prosa rítmica; 2) son en su mayor parte sostenidos por medio de preguntas (Malaquías), que orientan la Palabra de Dios hacia el pueblo (Hag 1:4, 9; 2:3, 12, 13, 19); 3) él también hace uso efectivo de las repeticiones: "reflexionad" ocurre dos veces en el primer oráculo y en el tercero (1:5, 7; 2:15, 18); "Yo estoy con vosotros" ocurre en el primero y en el segundo (1:13; 2:4); que Dios "estremecerá los cielos y la tierra" ocurre en el segundo y en el cuarto (2:6, 21); y en el lenguaje que evoca a Josué 1:6, 7, 9, 19, los líderes y el pueblo son exhortados tres veces a "esforzarse" (2:4). Observe también que aunque hay una progresión obvia en las cuatro "palabras" también hay una clara correspondencia entre la primera y la tercera (la maldición del pacto es ahora trastocada por bendiciones del pacto) y entre la segunda y la cuarta (alentando a Zorobabel como líder).
Puesto que el asunto central de Hageo es la reconstrucción del templo, haría bien el lector en recordar el papel importante que el templo jugó en la vida de Israel, que sirvió como el lugar especial de la presencia de Dios (distinguiendo a Israel de los demás pueblos) y también el lugar de la adoración apropiada. Vea Recomendaciones para la lectura del libro de Éxodos y las notas sobre Éxodo, y recuerde que el Espíritu Santo es la manera en que Dios está presente entre ellos (Hag 2:5).
Vale la pena observar los días y las fechas para esos oráculos. El primero (29 de agosto del año 520) se da el primer día del mes (lunar), por lo tanto, en el tiempo de la fiesta de la Luna nueva (Núm 10:10; 28:11) y en el tiempo de la completa madurez del grano. El segundo (17 de octubre del año 520) viene al fin de la fiesta de los Tabernáculos (la fiesta de la Cosecha de Israel). El tercero y cuarto (18 de diciembre del año 520) se dan durante la temporada de cultivo para la cosecha de primavera. Todos estos eran períodos cuando la gente no tenía excusa de estar ocupada para poner atención al templo.
Aquí también se siente la tensión frecuente que se encuentra en la tradición profética entre las realidades presentes y el gobierno futuro de Dios. Como de costumbre, una (la esperanza presente) se pronuncia a la luz de la otra (la gloria futura). Observe la manera en que esto ocurre en relación al templo (2:1-5, 6-9) y también en relación a Zorobabel (2:20-23), ambos señalados por el sacudimiento escatológico de los cielos y la tierra.
Un Recorrido por el Libro de Hageo
1:1-15
El llamamiento a reconstruir el templo
Esta "palabra" empieza con el marco histórico (1), la queja de Dios con su pueblo (2), y el asunto importante (3); el fracaso para construir la casa de Dios, aunque los exiliados que regresaron han construido la de ellos. En el apogeo de la temporada de cultivo, Dios los llama a empezar a construir la casa de él. Esto es seguido por dos oráculos que ordenan acerca de la presente sequía y las razones de ella, "reflexionar acerca de vuestros caminos" (5, 6, 7-11; la sequía es una de las maldiciones por romper el pacto, Deut 28:38-40). Observe cuán diferente es la tercera parte a los primeros profetas (Hag 1:12-15), la respuesta del pueblo es realmente registrada y ¡es positiva!
2:1-9
La gloria del segundo templo
El lector puede tratar de imaginarse cómo alguien de setenta años o mayor podría haberse sentido cuando vio que el templo parcialmente construido obviamente no iba a ser como el de Salomón, y muy lejos de la gran visión de Ezequiel (Eze 40-43). Así, el pueblo es alentado a "esforzarse" porque con el tiempo el segundo templo excederá la gloria del primero (cumplirá finalmente cuando Jesús asume el papel del templo estando de pie en los atrio de este templo, Juan 2:13-22).
2:10-19
Un pueblo contaminado, purificado y bendecido
Dos asuntos acerca de la contaminación/descontaminación (10-13) se usan a manera de analogía (14-19b) para repetir la esencia de 1:18-11 (su tierra está "contaminada" porque el pueblo está "contaminado"), aunque el versículo 2:19c revierte la maldición, desde esté día Dios los bendecirá.
2:20-23
Un mensaje a Zorobabel
Zorobabel, heredero del trono de David pero gobernador vasallo de Judea bajo el gobierno persa, recibe la promesa de un derrocamiento futuro de los poderes del mundo y de que él llegará a ser "anillo de sellar" ("sello oficial"; Jer 22:24, 25, donde el último rey de Judá era un "anillo de sellar" que sería desechado), una palabra que también señala el tiempo del grandioso Hijo de David.
Hageo nos recuerda que el pueblo de Dios debe ser identificado como un pueblo de la presencia de Dios (el papel del templo), finalmente cunplido en la venida de Jesucristo y del Espíritu Santo.