Lectura
Jeremías
Lectura de Jeremías
Tiempo de Lectura= 3:55 / Contiene: 52 capítulos, 1.364 versículos y 42.659 palabras.
Datos de Orientación de Jeremías
Contenido: oráculo de juicios contra Judá y las naciones, junto con oráculos de esperanza futura, entretejidos con narraciones sobre el papel de Jeremías en los días finales de Judá.
Profeta: Jeremías, de linaje sacerdotal, de la villa de Anatot, aproximadamente cinco kilómetros al sur de Jerusalén.
Fecha de actividad profética: del año 627 al 585 a.C. (ver 1:2, 3).
Énfasis: la infidelidad de Judá a Dios terminará en su destrucción; si cumple las promesas de Deuteronomio, Dios tiene deparado un futuro radiante para su pueblo: un tiempo de restauración y un nuevo pacto; el corazón de Jehová para con su pueblo revelado por medio del corazón de Jeremías.
Panorama del Libro de Jeremías
El libro de Jeremías es una colección de sus muchos oráculos, mayormente en forma poética, principalmente contra Judá y Jerusalén además de un gran número de narraciones en las que él desempeña la parte principal. La colección misma, tal vez "publicada" por Baruc (Jer. 36:32; 45:1-5) se compone de cuatro partes principales: Los capítulos 1-25 contienen oráculos y la interpretación de acciones simbólicas que anuncian la inminente desgracia de Judá y Jerusalén. Una gran parte de este material se presenta en forma de diálogo/conversación entre el profeta y Jehová. En los capítulos 26-36 dos colecciones de narraciones (no cronológicas) encierran el importante mensaje de esperanza de los 30-33. Los capítulos 37-45 contienen una serie de narraciones en orden cronológico que tienen que ver con eventos que son el cumplimiento de profecías de la primera parte. Los capítulos 46-51 contienen oráculos contra las naciones, mientras que el capítulo 52 es un epílogo histórico, reivindicado a Jeremías como profeta. El siguiente cuadro ayudaría al lector para que tenga un panorama del contenido del libro:
A Profecías de juicio contra Jerusalén (caps. 1-25)
B Narraciones que ofrecen esperanza para el futuro (caps. 26-36)
B* Narraciones con respecto a la caída de Jerusalén (caps 37-45)
A* Profecías de juicio contra las naciones (caps 46-51)
Epílogo (cap. 52)
Es importante notar que las narraciones en los capítulos 26-36 tienen mucha relación con los oráculos precedentes. Por ejemplo, el contenido del famoso sermón acerca del templo aparece en 7:1-29, mientras que la reacción al mismo aparece como la primera narración (cap 26). La política de ceder ante Babilonia e ir al exilia en 21:8-10 se convierte en el principal enfoque de las narraciones en los capítulos 27-29, y las razones para los juicios contra los reyes de Judá y los profetas presentados en los capítulos 22-23 encuentran expresiones narrativas en los capítulos 26-29 y 34-36. Esto sugiere que la razón de la primera colección de narraciones (no cronológicas) es temática e intencional.
Recomendaciones Específicas para la Lectura del Libro de Jeremías
Para lograr una buena comprensión del libro de Jeremías, se necesita tener cierta noción del hombre y de sus tiempos, así como de la naturaleza de los materiales que componen el libro.
En primer lugar, miremos algunos asuntos acerca de los tiempos en los que vivió Jeremías. Aunque Jeremías recibió su llamamiento durante el decimotercer reinado de Josías (de 31 años), sólo uno de sus oráculos está fechado en ese período (3:6-10). La mayoría nos llegan de los tumultuosos años en Jerusalén después de la muerte de Josías, durante los reinados de sus hijos (Joacim, 609-598 a.C., y Sedequías 597-586 a.C.) Josías mismo había reinado durante un tiempo de calma en el escenario internacional, cuando Asiria se encontraba en grave decadencia y tanto Egipto como Babilonia se disputaban la supremacía en el área costera que incluía a Judá. Josías había muerto en la batalla contra el faraón egipcio Necao (609), pero Necao a su vez fue vencido por Nabucodonosor de Babilonia en el año 605. El resto de los años finales de Judá se relacionan con los eventos políticos que siguieron.
Los hijos de Josías (y un nieto, Joaquín) pasaron sus pocos años de reinado como "pelotas de ping-pong", yendo y viniendo entre Egipto y Babilonia, siempre bajo el control de Babilonia pero constantemente pidiendo la ayuda de Egipto para deshacerse del yugo babilónico y lograr así un relativo grado de independencia. Estas tácticas políticas dieron como resultado el sitio por Nabucodonosor en el año 598 que puso fin al breve reinado de tres meses de Joaquín, al ser enviados éste y la mayoría de los líderes de Jerusalén al exilio en Babilonia (2 Rey 24:8-17; Jer 29:2; ver Ezequiel). No obstante, el último rey de Judá, Sedequías, volvió a estas tácticas políticas desesperadas, que finalmente llevaron a un segundo sitio y a la destrucción total de Jerusalén (año 586). Una rebelión más llevada a cabo por un remanente que quedó en Judá, finalmente resultó en la huida a Egipto en la tanto Jeremías como Baruc fueron llevados.
Fuera de esta historia, no es posible encontrarle sentido a Jeremías, ya que él desempeño un papel principal con su influencia en estos asuntos políticos en un período de veintidós años de los reinados de Joacim y Sedequías. La narración revela una gran cantidad de intrigas políticas, presentando figuras de palomas y halcones junto con voces a favor de Egipto y de Babilonia. Ya que los oráculos y las narraciones de Jeremías (hasta los acontecimientos del final, caps. 37-45) no se presentan en orden cronológico, es útil mantener a mano estos nombres, fechas y tácticas políticas a medida que se va avanzando en la lectura.
En segundo lugar, a Jeremías se le encomendó una tarea nada envidiable, es decir, enfrentarse a la casa real de David, los profetas, sacerdotes y el pueblo, y anunciarles la inminente destrucción de Jerusalén a la vez que instarles a aceptar el exilio en Babilonia si deseaban vivir y tener la esperanza de un futuro. El asunto aquí es la política de Jeremías a favor de Babilonia (después del primer exilio de Joaquín en el año 598), una postura contra la cual militaban en la corte real: muchos creían 1) que Jerusalén se encontraba segura por el pacto davídico y la presencia de Jehová en el templo (7:4-11) y 2) que el presente exilio de Joaquín sería transitorio (28:1-4). El mensaje de Jeremías es claro: !ríndanse ante Babilonia y vivirán, aunque el regreso tarde toda una vida!, resistan y morirán. Detrás de esta resistencia está una convicción que radicaba en la promesa de Jehová de rescatarlos de los asirios (Isa 36-37), de que Sion era inviolable por causa de su templo, el lugar de reposo y morada de Jehová.
Tercero, es necesario notar que los capítulos 1-25 forman el corazón de la palabra profética de Jeremías y probablemente representan gran parte del rollo que fue quemado por Joacim y escrito nuevamente con la ayuda de Baruc (cap. 36). Los oráculos iniciales anuncian el juicio inminente y las razones para éste (principalmente la infidelidad contra Jehová en forma de idolatría), y al mismo tiempo están llenos de súplicas a Judá, diciendo que si su pueblo se arrepiente, la ira de Jehová se aplacará. Pero las súplicas son ignoradas y finalmente dan lugar a la certeza del juicio inminente. Dentro de esta colección se encuentran muchos momentos fascinante de las propias interacciones de Jeremías con Jehová (por medio de argumentos, diálogos, lamentos y quejas) sobre el inminente desastre o sobre el maltrato que él mismo ha sufrido. Se puede facilitar la lectura de esta colección si se marcan cuidadosamente los cambios de interlocutores. También están incluidas varias acciones simbólicas interpretadas, que sirven para ilustrar lo que Jehová tiene que decir a Judá.
De las varias influencias recibidas por Jeremías, las más obvias son las de Oseas y Deuteronomio Jeremías hace considerable uso de las figuras alegóricas del primero sobre Israel como la novia infiel convertida en prostituta pero amada por Jehová, cuya infidelidad hará que él le entregue a sus "amantes". Esto, a la vez, refleja varias influencias deuteronómicas, especialmente la apelación a las estipulaciones del pacto, incluyendo las maldiciones por la infidelidad, especialmente el punto clave en cuanto a si servirán sólo a Jehová (Jer 11:1-13; 17:5-8). Relacionado con esto se presenta la figura del corazón incircunciso (4:1; 9:25; Deut 10:16; 30:6) y la promesa de la restauración después del exilio con un nuevo pacto (Jer 30-33). Al igual que en Deuteronomio, el asunto no es meramente idolatría sino sincretismo, es decir; adorar y servir a Baal al mismo tiempo que a Jehová. Pero Jehová es el único Dios, y por lo tanto un Dios celoso que no puede tolerar la idolatría, sin embargo, es compasivo y amoroso con su pueblo. Es esta mezcla de realidades la que encuentra una expresión conmovedora en el libro de Jeremías.
Un Recorrido por el Libro de Jeremías
Oráculos de juicio contra Judá y Jerusalén (1-25)
1:1-19
Introducción
Al leer la introducción, hay que notar varias claves importantes que sirven para el resto del libro. El encabezamiento (1-3) ubica a Jeremías socialmente (de una familia sacerdotal en una aldea) e históricamente. El llamamiento mismo (4-10) inicia el patrón de diálogo, cuando Jeremías, en humildad profética apropiada, se resiste al llamamiento. La primera visión (11, 12) le asegura el cumplimiento seguro de la Palabra de Dios por medio de él. La segunda visión (13-16) indica el origen del juicio de Dios que se aproxima (Babilonia, del norte). El requerimiento final (17-19) prevé tanto su papel como su disposición en estos eventos.
2:1-6:30
Oráculos contra la idolatría de Judá
Estas primeras series establecen el esquema para el resto del libro, la acusación de Jehová contra Judá/Jerusalén que se da en 2:1-3:5. Note lo siguiente: la figura alegórica básica de una novia que era anteriormente amorosa (2:2) y que se ha prostituido (2:20-25, 32, 33; 3:1-5), mayormente en la forma de idolatría (2:34); el papel de los dirigentes (reyes, oficiales, sacerdotes, profetas; 2:8, 26; caps. 21-23); y el asombro de Jehová por tal locura (2:10-19).
En la siguiente colección (3:6-4:4), hay que observar los muchos fuegos a la novia infiel de no ser como Samaria (quien también debe arrepentirse, 3:12-14), sino que vuelva a su esposo, con la amenaza de un destino funesto y seguro si no atiende a la advertencia. En seguida viene el anuncio del desastre que proviene del norte (4:5-31, retomando 1:14-16). Esta sección alterna entre palabras directas de Jehová (4:5, 6, 9, 11, 12, 15-18, 22, 27, 28) y las propias palabras de Jeremías (7, 8, 10, 13, 14, 19-21, 23-26, 29-31).
El capítulo 5 es una colección de oráculos cortos, con dos intervenciones de Jeremías (3-6, 12, 13) que anuncian alternadamente el juicio inminente (9, 10, 15-17) y las razones para éste, la injusticia social (26-28) que nuevamente se une a la idolatría (7, 8, 19). Note el pensamiento que hace eco a Isaías en cuanto a que la gente es como sus ídolos (21, ojos u oídos que no ven ni oyen).
El capítulo 6 concluye esta primera colección con el anuncio del sitio de Jerusalén. Nótese especialmente las súplicas inútiles del mismo Jeremías a su pueblo para que hagan caso (10, 11a, 24-26).
7:1-10:25
Más oráculos contra la idolatría
Los dos primeros grupos de oráculos en prosa (7:1-29; 7:30-8:3) describen un detalle desolador del sincretismo de Judá, que al mismo tiempo creía que la "devoción" del pueblo a Jehová y su presencia los mantenía seguros. Será de ayuda leer el capítulo 26 en conjunto con los sermones en el templo (7:1-29), los cuales narran la respuesta a este problema. El resto es una serie de oráculos poéticos que retoman la mayoría de los temas del primer ciclo (idolatría, abandono de la ley y el juicio), pero ahora fuertemente cargado con intervenciones de Jeremías, mayormente en forma de angustia sobre le inminente destrucción de Jerusalén o la alabanza al Dios a quien Judá ha desdeñado (nótese también la intervención del pueblo, 8:14-16). Finaliza con una oración (10:23-25) que hace eco a un tema profético común: aunque Judá merece lo que recibe, también lo merecen las otras naciones, anticipando, por tanto, los oráculos de los capítulos 46-51.
11:1-13:27
El pacto quebrantado
Éste primer oráculo (11:1-17) repite lo que se ha dicho anteriormente, ahora en términos de una novia que quebranta su pacto con Jehová. Observe la participación profunda de Jeremías en el resto de esta sección: un complot contra él por parte de su propio pueblo dará como resultado el juicio de ellos (11:18-23), su renovada queja acerca de la justicia de Dios (12:1-4) es contestada en términos de lo que el propio pueblo de Jeremías le ha hecho a él (12:5-13), y sin embargo, la justicia llegará a las naciones también (14-17). Una acción simbólica es luego interpretada en términos de la inutilidad de Judá y la inminente destrucción (13:1-14) y su propio ruego a Judá (13:15-23) es contestado nuevamente en términos de la esposa adúltera (24-27), regresando así al tema del pacto quebrantado.
14:1-17:27
El rechazo de Jehová por su pueblo
Esta serie continúa con el formato de diálogo entre Jehová y Jeremías: Jehová anuncia el juicio (14:1-6), Jeremías ora por su pueblo (7-9), pero ya que el juicio ha sido determinado, se le dice que no ore (10-16) sino que llore por ellos (17-18). Jeremías responde recordándole a Jehová de su pacto (19-22) a lo cual Jehová le contesta que ni aun Moisés ni Samuel podrían ayudarlos ahora (15:1-4, 5-9; 15:12-14). Jeremías por su parte responde con un lamento (10, 15-18) mientras que Jehová responde con un llamado al arrepentimiento y a ser fiel a su llamamiento, asegurándole liberación (11, 19-21). Después de una serie de prohibiciones personales que van ligadas a los juicios contra el pueblo (16:1-9), se le da la encomienda a Jeremías de proclamar tanto el juicio como la esperanza (10-18), mientras que otro oráculo de juicio (16:21-17:8) es seguido por un diálogo (17:9, 10) y un lamento personal (11-18). El oráculo final anuncia juicio por quebrantar el sábado (19-27; Exo 23:10-12; 31:12-17; 35:1-3).
18:1-20:18
Símbolos y lamentos
Dos acciones simbólicas interpretadas (18:1-17; 19:1-15) dan marco a otro lamento personal (18:18-23), el resultado del segundo es que Jeremías es golpeado (20:1-3), lo que a la vez, sirve como anuncio de juicio (4-6), seguido por un lamento personal final (7-18). Note que el terror del norte es finalmente identificado como Babilonia (4).
21:1-24:10
Juicio contra reyes y profetas
Los oráculos contra Sedequías concluyen esta sección que retoma 2:8 y 2:26. Una demanda hecha a Sedequías (cap.21) presentada al principio del sitio (año 588 a.C.) encabeza una serie de oráculos contra los reyes de Judá (cap.22, nótese a Joacim, 18; y a Joaquín, 24), quienes un día serán reemplazados por un verdadero Retoño de la línea de David (23:1-8). Estos son seguidos por oráculos contra falsos profetas y sacerdotes (23:33-40) y un oráculo final contra Sedequías y sus magistrados (cap 24). Note especialmente el oráculo mesiánico en 23:5, 6 que hace eco a Isaías 11:1, 10 que se repite en 33:15, 16 y se retoma en Apocalipsis 5:5.
25:1-38
Resumen de la Parte 1 y anticipación de la Parte 4
El anuncio del exilio de setenta años (1-14) está lleno de razones para ello, las cuales nos recuerdan los capítulo anteriores. Éste es seguido por el anuncio de juicios contra las naciones (15-33), que serán descritos claramente en los capítulos 46-51, y una palabra final contra los pastores (34-38), sirviendo de conclusión, al mismo tiempo, a los capítulos 21-24. El lector encontrará que las palabras en contra de Babilonia expresadas en 25:10 son repetidas en la declaración de Juan, en Apocalipsis 18:21, 23, sobre el destino funesto de "Babilonia".
La palabra de Dios ofrece esperanza, pero es rechazada (26-36)
26:1-24
Reacción al sermón de Jeremías en el templo
El breve resumen en los versículos 1-6 introducen la narración acerca de la reacción de Jerusalén al sermón de Jeremías en el templo en 7:1-29. Después de la reacción inicial (26:7-9) hay un juicio convocado a toda prisa (10-19), en el cual Jeremías se salva por una diferencia entre los sacerdotes/profetas y los magistrados, y por una comparación con Miqueas. El relato final lo compara con un profeta a quien no le fue tan bien (20-23) y otro a quien sí le fue bien (24).
27:1-29:32
Jeremías y los falsos profetas
Esta sección está dominada por el conflicto entre Jeremías y dos falsos profetas (Ananías y Semaías) sobre la política pro Babilonia de Jeremías. En contraste con Jeremías (cap. 26) y con su mensaje de esperanza por medio del exilio, estos dos hombres mueren. Note especialmente cómo el mensaje de esperanza por medio del exilio prepara el camino para la siguiente sección
30:1-33:26
Promesa de restauración y un nuevo pacto
Aquí encontramos la razón básica para la postura pro Babilonia de Jeremías ya que en ella se encuentra la única esperanza para el futuro. Por lo tanto, los capítulos 30 y 31 son una colección de oráculos costos que profetizan el retorno del exilio y la restauración de Sion (Deut 30:1-10), sin embargo, estos oráculos están entrelazados con momentos de juicio (Jer 30:5-7, 12-15, 23 24) con el propósito de recordar al pueblo qué fue lo que los llevó al exilio. Nótese los varios personajes en el relato de la restauración: el pueblo (ambos Israel u Judá), la tierra, la ciudad, el rey, los sacerdotes y especialmente el nuevo pacto.
Jeremías luego compra un campo en Anatot (32:1-25) como un pago inicial para ese futuro que vendrá después de este tiempo. Esto es seguido por otro anuncio de juicio en el tiempo del sitio (32:26-35), segundo por un oráculo en prosa sobre la restauración futura (32:36-33:26). Fíjese cómo 33:15, 16 retoma la promesa del Mesías de 23:5, 6
34:1-36:32
Sedequías, Joacim y el rollo de pergamino de Jeremías
En respuesta a los capítulos 30-33, estas narraciones ilustran la deslealtad al pacto (cap.34) y luego la lealtad al pacto (cap.35), con el rechazo de Joacim a las palabras de Jeremías (cap.36) que concluyen la sección. Se ha ofrecido verdadera esperanza a Judá, pero ha sido rechazada.
La caída de Jerusalén y sus consecuencias (37-45)
37:1-38:28
Jeremías y las políticas de la corte
Las narraciones en el ciclo final se encuentran en orden cronológico, describiendo claramente varios episodios que marcaron el final de Jerusalén. El primero (cap.37) refleja cómo Sedequías puso su falsa esperanza en Egipto, lo que resultó en el arresto de Jeremías. El segundo refleja la continua política de Sedequías contra Babilonia (38:1-13), que tuvo como resultado que Jeremías fuera echado en la cisterna. En el episodio final (14-28), Jeremías repita el consejo de rendirse a Babilonia y de esta manera salvar la vida.
39:1-41:15
Jeremías y la caída de Jerusalén
Este grupo de narraciones relata la caída de Jerusalén y los sórdidos eventos que siguieron, incluyendo el asesinato de Gedalías.
41:16-45:5
Jeremías y la huida a Egipto
Esta narración final contiene los últimos oráculos de Jeremías a los exiliados en Egipto, quienes todavía se resisten a Jehová, más una palabra final de Baruc.
Oráculos contra las naciones (46-51)
De acuerdo con la tradición profética, Jeremías habló, por muchos años, oráculos sobre el juicio de Jehová a las naciones, los mismos que se encuentran al final de su libro, para que el mensaje de ruina para Babilonia fuera la palabra final.
46:1-28
La ruina de Egipto
Los oráculos prometidos contra las naciones (1:10) ahora concluyen el libro. Comienza con la falsa esperanza de Judá, es decir Egipto. La derrota del ejercito de Egipto (46:2-12) será seguida por la ruina de su tierra (13-24), con una nota agregada sobre la esperanza de Israel (27, 28).
47:49:39
La ruina de los vecinos de Judá
Esta serie de oráculos condena a los vecinos más cercanos de Judá. que también son sus enemigos históricos, juzgados mayormente por su orgullo y por su trato hacia Israel. Comenzando con el sur (Filistea), el enfoque se mueve al oriente (Moab, Amón, Edom), y luego al noreste (Damasco, Hazor, Elam). Ellos son juzgados mayormente por su orgullo y por su trato hacia Israel.
50:1-51:64
La ruina de Babilonia
Aunque la postura de Jeremías era pro Babilonia con relación al futuro de Israel, también reconocía que el destructor debía ser igualmente destruido. Aquí especialmente podemos encontrar el motivo por el que Jehová, el Guerrero divino se lanzó en una guerra santa contra sus enemigos. Note en esta colección de oráculos, que anuncian la ruina de Babilonia, lo mucho que están relacionados con el futuro de Israel, comenzando con 50:2-7. La desolación de Babilonia será aún más completa que la de Jerusalén, producida por su crueldad hacia el pueblo de Dios, su arrogancia y sus propias idolatrías. Varios de estos oráculos servirán como la base para el anuncio de Juan sobre la ruina de una "Babilonia" posterior, la ciudad de Roma (Apoc 18).
52
Epílogo
Este epílogo histórico final sirve para indicar a Jeremías como profeta. El rey que rechazó sus palabras muere en la vergüenza pública (52:6-11) y el rey que las aceptó, aunque en prisión, continúa con vida y honrosamente (31-34).
El libro de Jeremías es un constante recordatorio de la fidelidad de Dios a su palabra en el libro de Deuteronomio, de que sus elegidos sufrirán la maldición del exilio por su infidelidad a Jehovah, pero serán restaurados más tarde con la esperanza de un nuevo pacto, el cual fue cumplido por medio de Jesucristo, el "Retoño justo" de David (Jer 23:5).