Comentario
Proverbios
Comentario de Proverbios
Dichos Sabios
Principalmente por Salomón
Sobre los Asuntos Práctico de la Vida
Con Énfasis Especial en la Justicia y en el Temor de Dios
Este libro, lo mismo que los Salmos y el Pentateuco, se divide conforme a sus títulos, en cinco partes:
Proverbios de Salomón 1-9
Proverbios de Salomón 10-24
Proverbios de Salomón que copiaron los varones de Ezequiel 25-29 (véase bajo cap. 25)
Palabras de Agur, 30 (véase bajo cap. 10)
Palabras del rey Lemuel, 31 (véase bajo cap. 31)
La mayor parte pues de los proverbios se atribuyen a Salomón, que guarda más o menos la misma relación con este libro, que David con el libro de los Salmos. Cada unos era el escritor principal. El libro de los Salmos es un devocionario; el de los Proverbios, un tratado de ética práctica.
Salomón, cuando era joven, tenía un anhelo ardiente de conocimiento y de sabiduría (1 Reyes 3:9-12). Llegó a ser el prodigio literario del mundo. Sus dotes intelectuales eran la admiración del siglo. Desde los fines de la tierra venían los reyes para escucharle. Disertó sobre botánica y zoología. Además de ser científico, gobernador político y comerciante de vastas empresas (véase 1 Reyes 9), era también poeta, moralista y predicador. Véase además 1 Reyes 4.
Un Proverbio es un dicho breve, sentencioso y axiomático, cuya esencia es la antítesis o la comparación. Son del todo inconexos. Se formulaban primordialmente para la juventud. El método oriental de enseñanza era la repetición constante de pensamientos sabios o prácticos, expresados en forma que fácilmente retuviera la mente.
Temas: Sabiduría. Rectitud. El Temor de Dios. Moralidad. Castidad. Diligencia. Dominio de sí mismo. Confianza en Dios. Diezmos. Uso debido de las riquezas. Consideración para con los pobres. Dominio de la lengua. Bondad hacia los enemigos. Elección de compañeros. Huid de la Mujer Mala. Alabanza de la Mujer Buena. Crianza de los Niños. Industriosidad. Honradez. Evitando el Ocio. El Pecado de la Holgazanería. La Justicia. Servicialidad. Contentamiento.Alegría. Reverencia. Sentido Común.
Técnica del método. El libro trata de inculcar virtudes en las cuales insiste la Escritura entera. Una y otra vez, en toda la Biblia, de múltiples maneras y mediante diferentes métodos, Dios ha dado al hombre gran acopio de instrucciones, renglón sobre renglón, precepto tras precepto, un poquito aquí y otro allá, en cuanto a cómo quiere El que el hombre viva, de tal modo que no nos quede excusa si erramos el blanco. Las enseñanzas de este libro de Proverbios no se expresa con él "Así ha dicho Jehová" de la Ley de Moisés, en donde las mismas cosas se nos enseñan como mandatos directos de Dios; más bien se nos dan como producto de la experiencia de uno que probó y gustó hasta saciarse casi todo cuanto el hombre pueda emprender. Moisés dijo: Estas cosas con mandamientos de Dios; Salomón dice: La experiencia demuestra que las cosas que Dios ha mandado son lo mejor para el hombre, y la esencia de la sabiduría humana es temer a Dios y guardar Sus mandamientos. Parece que Dios, a través de la larga historia de Su revelación de Sí mismo y de Su voluntad al hombre, haya recurrido a cuanto medio fuera posible, no solamente por mandamientos y por preceptos sino también mediante el ejemplo (véase también Eclesiastés) para convencerle de que Sus mandamientos son fieles y valederos para que el hombre viva por ellos. La fama de Salomón llevaba su voz hasta fines de la tierra, y le hacía ante el mundo entero un ejemplo de la sabiduría de los pensamientos de Dios. Este libro de los Proverbios ha sido llamado "el mejor manual de éxito, que un joven pueda seguir."
Capítulo 1. Objetivo del libro: promover sabiduría, instrucción, entendimiento, rectitud, justicia, equidad, prudencia, conocimiento, discreción, erudición y sano juicio (2-7). !Cuán admirables palabras! El punto de partida es el temor de Dios (7). Luego sigue el atender a la instrucción de los padres (8-9) y el evitar los malos compañeros (10-19). La Sabiduría, personificada, proclama en alta voz sus advertencias (20-33).
Capítulo 2. Para lograr la sabiduría, se le debe buscar de todo corazón. El lugar en donde hallarla es en la Palabra de Dios (6). Luego sigue una advertencia contra la "mujer extraña"; advertencia que se repite a menudo.
Capítulo 3. Un capítulo sumamente hermoso. Bondad; verdad; larga vida; paz; confianza en Dios. Honrando a Dios con nuestros haberes; prosperidad; seguridad; felicidad, y bienaventuranza.
Capítulo 4. La sabiduría ante todo; adquiera sabiduría. La senda de los justos es como aurora en aumento; la de los impíos es de oscuridad creciente.
Capítulo 5. Gozo y lealtad matrimoniales. Una advertencia contra el amor ilícito. Salomón tuvo muchas mujeres, pero aconseja lo contrario. Parece creer que es preferible una sola esposa (18, 19); véase Eclesiastés 7:28.
Capítulo 6. Amonestaciones contra compromisos dudosos en los negocios; contra la pereza, la astucia de la hipocresía, el orgullo, la mentira, el crear disensiones, el desprecio hacia los padres y el amor ilegítimo.
Capítulo 7. Amonestaciones contra la adúltera cuyo esposo anda lejos de hogar. Los capítulos 5-7 tratan de mujeres livianas; a juzgar por el espacio que Salomón les dedica, deben de haber abundado en aquel entonces.
Capítulos 8, 9. La Sabiduría, personificada como mujer, invita a todos a su banquete de bienes; en contraste con mujeres sensuales que invitan a los sencillos. "Las aguas hurtadas son dulces", 9:13-18.
Capítulo 10. Contrastes sucintos entre sabios y necios, justos y malos, diligentes y perezosos, ricos y pobres.
Capítulo 11. El peso falso es abominación de Dios. Como joya de oro en hocico de cerdo, as[i es la mujer hermosa y sin discreción. El de alma generosa prosperar[a. El que gana almas es sabio.
Capítulo 12. LA mujer virtuosa es corona de su marido. Los labios mentirosos son abominación a Dios. El haber más precioso del hombre es la diligencia. En la senda del justo no hay muerte.
Capítulo 13. Quien guarda su boca guarda su vida. La esperanza que se posterga es tormento del corazón. El camino del perverso es duro. Anda con los sabios, y será sabio.
Capítulo 14. El que presto se enoja, hará locura; el lento en ira es de gran entendimiento. El temor de Jehová es manantial de vida. El corazón tranquilo es vida para el cuerpo. El que oprime a pobre, afrenta a su hacedor.
Capítulo 15. La blanda respuesta quita la ira. Los ojos de Dios vigilan en todo lugar. La sana lengua es árbol de vida. La oración de los restos es deleite de Dios. El de corazón contento tiene fiesta continua. El hijo sabio alegra al padre.
Capítulo 16. El hombre dispone en su corazón su camino, pero Dios dirige sus pasos. La altivez de espíritu precede a la caída. La vejez es corona de honra, si se halla en el camino de la justicia.
Capítulo 17. El que engendra al necio, lo hace para tristeza suya. El corazón alegre es una buena medicina. Aun el necio, si calla, se le tiene por sabio.
Capítulo 18. La boca del necio obra su propia destrucción. La muerte y la vida están en poder de la lengua. Quien halla una buena esposa halla el bien, y recibe el favor de Dios. La humildad precede a los honores.
Capítulo 19. La esposa prudente es don de Dios. El que da al pobre presta a Jehová, el cual la dará el pago. En el corazón del hombre hay muchos pensamientos, pero el consejo de Dios permanecerá.
Capítulo 20. EL vino es escarnecedor. Es honroso para el hombre abstenerse de contiendas, pero todo insensato se mete en ellas. Los labios sabios valen más que piedras preciosas. Las pesas dobles y la balanza falsa son abominación delante de Dios.
Capítulo 21. Más vale vivir en un rincón del terreno, o en un desierto que con una mujer rencillosa en una casa grande. Quien cierra su oído al clamor del pobre, también calmará y no será oído. Quien guarda su lengua, guarda su alma de angustias.
Capítulo 22. La buena fama es mejor que muchas riquezas. El rico y el pobre se encuentra; Dios hizo a ambos. Instruye al niño en el camino en que debe andar, y cuando fuere viejo, no se apartará de él. El ojo misericordioso recibirá bendición. El hombre diligente en su trabajo estará delante de reyes.
Capítulo 23. No te afanes por hacerte rico. Oye a tus padres, para que en su vejez se alegren en ti. ¿Quién tiene ayes? Los que se detienen mucho en el vino. Al fin muerde como serpiente.
Capítulo 24. En la multitud de consejeros hay seguridad. No envidies a los malos. Pasé junto a la heredad del perezoso; estaba cubierta de espinas. Lo miré y recibí instrucción; un poco de sueño, y de cabecear, y así es como viene la pobreza.
Capítulo 25. La palabra bien dicha es como manzana de oro con figuras de plata. Si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber, y Jehová te lo pagará (citado en Romanos 12:20).
"Varones de Ezequías" (25:1). Se nos dice que este grupo de los proverbios de Salomón, capítulos 25-29, fueron copiados por escribas de Ezequías, quien vivió más de 200 años después de Salomón. El manuscrito de Salomón quizás se haya desgastado, o puede haberse extraviado en algún rincón del Templo. Un aspecto básico de las reformas de Ezequías fue el interés renovado en la Palabra de Dios (2 Reyes 18).
Capítulo 26. ¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Hay más esperanza del necio que de él. Como puerta que da vueltas sobre sus bisagras, así da vueltas el perezoso sobre su cama. La lengua mentirosa aborrece a aquel a quien ha herido.
Capítulo 27. No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que traerá el día. Más proverbios acerca de los necios.
Capítulos 28, 29. El que aparta del pobre sus ojos tendrá muchas maldiciones. El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio le reserva y calla. Más observaciones acerca de los necios. Salomón no gustaba de los necios, y no se cansaba de dedicarles sus pullas.
Capítulo 30. Proverbios de "Agur". No se sabe quién era. Probablemente haya sido un amigo de Salomón. Tanto agradaron a Salomón sus proverbios, que quiso incluirlos en su propio libro.
Capítulo 31. Consejos de una madre a un rey. Se cree que "Lemuel" haya sido otro nombre de Salomón. En tal caso, Betsabé fue la madre que le enseñó este hermoso poema. Aun cuando haya una sombra sobre su matrimonio con David (y quizás haya sido en esto víctima inocente, ya que David era rey), sin embargo, no ha habido madre que criara a un hijo más excelente. En su juventud, el carácter de Salomón era casi tan bueno, como el de cualquiera de toda la historia. Sin embargo, en su vejez, y a pesar de su propio proverbio (22:6) se "apartó". El poema es un acróstico, y resulta ser acerca de madres más bien que de reyes.
(Compendio Manual de la Biblia. Halley p.242)