Arqueología 

Génesis

Arqueología de Génesis

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Génesis 1. “Relatos antiguos sobre la creación”

En contraste con los relatos bíblicos sobre la creación, las historias antiguas sobre la aitadOn de Mesopotamia Egipto, y Siria-Palestina hacen mucho más que intentar explicar cómo el mundo físico llegó a existir. A menudo, los mitos de la creación elevaban un dios particular, ele un santuario particular, a la supremacía sobre los demás dioses con el fin de validar el prestigio de esa deidad, de ese santuario o de la ciudad en el cual el este estaba localizado.

Por ejemplo, los mitos de la creación de los egipcios tienden a aseverar que un montículo primordial o una «Isla de la creación» surgieron de un océano primitivo y que un dios específico creó todas las cosas desde ese sitio. Sin embargo, varios santuarios egipcios afirmaron ser el sitio de dicho montículo primigenio y aseguraron que el dios de ese santuario respectivo fue el gran dios creador. En Memphis, era Ptah.

En Hermópolis, era Thoth. En Heliópolis, fue re-Atum. Aquí, se decía que una piedra sagrada marcaba el mismo sitio donde re-Atum, en la forma de un ave «Bennu», descendió e inició el proceso creativo. Algunos temas comunes en los mitos de la creación incluyen la generación espontánea de dioses, la reproducción sexual entre dioses y la deificación de la naturaleza (p. ej. el sol y la luna). Un mito de la creación a menudo se enfoca en elementos geográficos y en otros elementos finitos del santuario asociado con el mito. Un mito egipcio, por ejemplo, presta especial atención a la creación del Nilo.

En ocasiones, los mitos de la creación narran batallas entre dioses y monstruos primitivos, caos acuático, a través del cual uno o más deidades alcanzan la supremacía. Algunas veces, la creación ocurre cuando un dios derrota a un monstruo primitivo y divide su cuerpo en dos partes, las cuales se convierten en cielo y tierra, o tierra y agua, etc. El mito de la creación babilonios Enuma Elish describe la derrota de la diosa madre y monstruo marino' Tiamat por parte del dios Marduk. Después, una terrible batalla en la cual Marduk le quita la vida a Tiamat, corta su cuerpo a la mitad como «un pez para ponerlo a secar» y lo usa para formar la bóveda celestial. Esta victoria supuestamente establece la supremacía de Marduk entre los dioses.

Los mitos de la creación de los griegos son similares. Después del caos inicial, las primeras deidades Gaia (diosa terrenal) y Urano (Dios del cielo) surgieron. Una serie de dioses similares a monstruos (como Cronos, Typhon y los Titanes) nacieron de ellos, pero 7.245 (hijo de Cronos) vence a estos seres y establece el orden del mundo actual. Los seres humanos en los mitos de la creación, desde varias fuentes, son creados típicamente como mano de obra para realizar e! «trabajo sucio» de los dioses. Algunos mitos retratan a los humanos como esclavos de los dioses, cuya función principal es alimentarlos con sus sacrificios.

El relato de Génesis desafía implícitamente las afirmaciones de estos mitos antiguos de la creación al afirmar la unidad y soberanía de Dios, al describir los cuerpos celestes y las criaturas del gran mar como sus creaciones y al presentar a los seres humanos como sus mayordomos, y verdaderamente portadores de su imagen, en vez de una creación tardía nacida de la necesidad o el ocio divino.

La narración de la creación en Génesis se refiere al sol y a la luna como la «gran luz» y la <(pequeña luz». ¿Por qué? Al describir estos cuerpos celestiales de esta forma, la Biblia los reduce a una condición de meros objetos físicos que «gobiernan» solo en el sentido en que emiten luz y delimitan el calendario. En contraste, en muchos idiomas antiguos las palabras traducidas «sol» y «luna» también se refieren al dios (diosa) sol y al dios (diosa) luna. Por ejemplo, la palabra hebrea traducida «sol» es shemesh, pero Shamash es también el nombre del dios sol de Mesopotamia. La palabra griega Selene traducida como «luna», es también el nombre propio de una diosa griega de la luna. Similarmente, los antiguos consideraban a las estrellas (o constelaciones) seres divinos. En contraste, la concisa declaración bíblica: «También hizo las estrellas» (Gn 1:16) degrada a estos cuerpos a la condición de objetos creados.

La narración de Génesis rechaza el tema central de la religión pagana: la deificación de la naturaleza. Interesantemente, no busca elevar a Yahveh sobre otros dioses. De hecho, en el relato del séptimo día de la creación (Gn 1:1-2:3) no se menciona a Yahveh; al Creador simplemente se le llama «Dios» (Elohim), un término más genérico. Incluso Génesis 2-3 no da indicios de que Yahveh necesitará establecer su supremacía sobre otras deidades. No hay una conquista de otros dioses o monstruos, y no nos dice que algún santuario o ciudad sea el lugar desde el cual Dios empezó su proceso creativo. No se menciona ningún objeto sagrado. El Dios de Génesis 1 es verdaderamente el Dios del universo.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Génesis 2. “La Ubicación del Edén”

El nombre Edén pudo haber tenido dos orígenes: la palabra Sumeria edén, la cual significa «estepa» o «campo abierto» o la palabra semítica idéntica, que significa «lujo» o «deleite». En las Escrituras, Edén es no solamente el nombre de un jardín en el cual los seres humanos habitaron, sino también una representación metafórica del Jardín de Dios (i.e., lugar de morada de Yahveh; Is 51:3; Ez 28:12-15; 31:8-18).

La ubicación precisa del Edén sigue siendo un misterio. Génesis 2:8 indica que el Señor plantó el jardín «al oriente del Edén». Esto sugiere un sitio al este de Canaán. Además, la Biblia asocia cuatro ríos con el Edén: el Pisón, el Guijón, el Tigris y el Éufrates (vv. 10-14).

Los ríos Tigris y Éufrates son indudablemente los dos ríos mesopotámicos que actualmente conservan los mismos nombres. El Guijón, (posiblemente de la palabra hebrea para «flujo o corriente») y el Pisón (usualmente entendido como una forma del verbo semítico con el significado de «brotar o surgir») son más difíciles de identificar.

Una vertiente llamada Guijón irriga Jerusalén, pero su localización no corresponde a la descripción de su ruta a través de la tierra de Cus (v. 13). Muchos estudiosos identifican el Guijón como el Nilo, debido a que Cus a menudo se relaciona con Nubia, al sur de Egipto. Si esta asociación es correcta, seda imposible encontrarle sentido racional a la descripción de la localización del Edén, debido a que esta región en ningún lado converge con el Tigris y el Éufrates.

Otros identifican a Cus como la tierra de los Casitas, al este del Tigris, también conocido como Kush durante tiempos antiguos. Esta teoría tiene un mejor sentido geográfico. Finalmente, aun, otros estudiosos postulan que el Guijón y el Pisón eran canales o afluentes del Tigris y el Éufrates.

Otro desafío es determinar la relación de los cuatro ríos con el único río que fluía por el Edén y lo irrigaba.

La mayoría de los estudiosos creen que eran ramificaciones del río del Edén, lo que implica que los cuatro ríos compartían una fuente común, lo que coloca al Edén en el norte de Mesopotamia o Armenia.

No obstante, esta suposición plantea un problema, ya que el Tigris y el Éufrates carecen de una fuente común. Sugerir que los cuatro ríos eran afluentes aguas arriba del río del Edén tiene algún sentido, debido a que estos dos ríos convergen en el sur de Mesopotamia antes de desembocar en el Golfo Pérsico. En este escenario el Edén puede aún, como se menciona arriba, haber estado localizado en el norte de Mesopotamia o en los montes de Armenia, desde los cuales emanan el Tigris y el Éufrates. Otro posible escenario habría sido el sur de Mesopotamia, donde convergen y llegan al término.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Génesis 3. “El tema de la serpiente en otra literatura antigua del Cercano Oriente”

En la mayor parte del Cercano Oriente, las personas veneraban y a menudo adoraban serpientes como símbolos de realeza, sabiduría, sanidad, fertilidad, muerte y otras fuerzas, tanto perjudiciales como beneficiosas. Sin embargo, en escritos antiguos las serpientes y las criaturas serpentinas desempeñaban sus papeles más importantes como enemigos, tanto de los humanos como de los dioses.


PUEBLOS TIERRAS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Génesis 4. “Sumer”

Para los israelitas de los tiempos bíblicos Sumer era una civilización antigua y clásica, similar a lo que la antigua Roma es para nosotros. Sumer (bíblico Shinar) se refiere a la región de Mesopotamia, el sur de Bagdad moderno que influenció enormemente el mundo bíblico. El término Sumerio se aplica a las personas que vivieron allí desde mediados del cuarto milenio (y posiblemente mucho antes). Sus principales ciudades fueron Uruk (bíblico Erech), Agadé (bíblico Acad), Ur, Nippur, Kish, Lagash, 'sin y farsa. La civilización y la cultura sumeria llegaron a su fin alrededor del año 1750 a.C. La identidad racial y el origen de los sumerios son desconocidos, pero no eran semitas (no pertenecían al grupo racial que incluía a los israelitas, cananeos, asirios, arameos y árabes).

Los sumerios crearon el primer sistema de escritura del mundo, el cuneiforme, un método también utilizado con otro lenguaje antiguo, el acadio. El cuneiforme sumerio era, de hecho, la base para la creación del cuneiforme' acadio. Esta escritura cuneiforme aparece en alrededor de 250,000 tablillas conocidas que datan desde aproximadamente el año 3200 a.C. hasta el siglo primero d.C.

Descifrar el sumerio ha demostrado ser difícil porque este lenguaje estaba lingüísticamente aislado. Mientras el inglés y el alemán están relacionados (un hablante inglés podría suponer que el apfel alemán significa «apple», es decir, manzana), no hay un idioma relacionado con el sumerio que ayude a interpretar el significado de sus palabras. Sin embargo, las tablillas bilingües que contienen acadio y sumerio le han permitido a los, estudiosos obtener un conocimiento práctico de los sumerios.

Los sumerios contribuyeron en numerosas maneras significativas con otras culturas antiguas del Cercano Oriente. Inventaron la rueda, el torno del alfarero y el sistema numérico sexagesimal (basado en el número 60) y recopilaron colecciones de leyes. En la arquitectura desarrollaron el arco, la cúpula y la bóveda.

Increíblemente, los ziggurats sumerios de 30.5 metros son torres-templo piramidales escalonadas de los que aún existen algunos. Su forma parece similar a la estructura descrita en la Torre de Babel del relato de Génesis 11, pero no se ha establecido una conexión directa.

La mitología sumeria también influenció fuertemente la religión del antiguo Cercano Oriente, incluyendo la adoración del sol, la luna, las estrellas y varios dioses moribundos, como Dumuzi (también llamado Tammuz).3 La literatura sumeria incluye himnos, proverbios, poemas de amor, lamentos y mitos épicos, y existen paralelos bíblicos interesantes en estos textos sumerios.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Génesis 5. “Lista de reyes sumerios”  

La lista de reyes sumerios, un registro antiguo de los reyes de Sumer y Acad, fue originalmente compuesta a finales del tercer milenio a.C. durante el reino de Utu-hegal de Uruk («Mapa 1» en el reverso de esta Biblia), con el fin de legitimizar la dinastía reinante. Esta exhibe notables similitudes con las genealogías de Génesis.

El preámbulo inicia con una terminología intrigante: «cuando la monarquía fue bajada del cielo». Continúa con una lista de sucesión de reyes, la duración de sus reinados y las ciudades respectivas desde las cuales gobernaban. Está anotado que los reyes gozaron de reinados extraordinariamente largos. Por ejemplo, «En-men lu-Anna gobernó 43,200 años; En-men-gal-Anna gobernó 28,800 años». Un gran diluvio, se pretende, habría cubierto la tierra, después del cual queda anotado que los reyes tuvieron reinados significativamente cortos, aunque todavía de increíble duración (de 140 a 1.200 años). Las genealogías en Génesis también se dividen en periodos de antes y después del diluvio, con largas longevidades antes de la inundación catastrófica de Génesis 5 y vidas de duración significativamente inferior después del mismo (cáp. 11). Sin embargo, a diferencia de la lista de reyes, las primeras genealogías de Génesis no son útiles para legitimar reyes posteriores.

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Génesis 6. “Relatos de inundaciones antiguas”

Las tradiciones de los antiguos en todo el mundo comparten en común la inclusión de historias de diluvios. Los relatos mesopotámicos han acaparado la mayor discusión debido a que están culturalmente más cerca del material bíblico que cualquiera de las otras narraciones no bíblicas. El relato del diluvio mesopotámico más famoso es la versión babilónica que se encuentra en la biblioteca del rey asirio Ashurbanipal (siglo séptimo a.C.) como parte de la extensa Epopeya de Gilgamesh.

En esta epopeya, Gilgamesh busca a un hombre llamado Utnapishtum. (el equivalente del Noé bíblico), cuya historia es contada de nuevo. Cuando uno de los dioses más altos, Enlil, se enoja por causa del ruido cacofónico que proviene de los seres humanos, decide inundarlos y destruirlos en un diluvio catastrófico. Enki, el dios de las aguas, revela el intento de Enlil al mortal Utnapishtim, y lo dirige para que construya una enorme arca y para que la llene con parejas de animales. Le ordena no revelar la razón de este proyecto de construcción fabuloso; además, en un punto crítico, Utnapishtim recibe órdenes de subir a bordo a su esposa con él. Durante siete devastadores días, Utnapishtim y su esposa son zarandeados en esta arca mientras la inundación se traga la tierra. Cuando finalmente las aguas decrecen, el arca queda acomodada en la punta de un alto monte. Utnapishtim envía una paloma, una golondrina y un cuervo, el cual no regresa, aparentemente al haber encontrado alimento.

Luego, el hombre desembarca y ofrece sacrificios abundantes a los dioses, quienes a su vez le conceden a él y a su esposa la vida eterna por haber salvaguardado el futuro de los seres humanos y los animales.

Un relato acadio que data aproximadamente del año 1600 a.C. vuelve a narrar básicamente la misma historia como incrustada en la Épica babilónica de Gilgamesh, excepto que el personaje de Noé se llama Atra-hasis. Una versión sumeria aún más antigua, conocida como el Eridu Génesis, contiene las historias de la creación y el desarrollo de las primeras ciudades, junto con un relato del gran diluvio. Aquí el héroe es Ziusudra.

Los lectores de la Biblia reconocerán inmediatamente las similitudes entre los relatos mesopotámicos y bíblicos. Pero también hay diferencias significativas. De acuerdo con la Biblia, Dios no estaba simplemente irritado con el estrépito de la humanidad; estaba profundamente afligido, hasta el punto de que «le dolió el corazón» por la magnitud del pecado humano (6:5-7). Tampoco la astucia de otra deidad frustró su plan; Dios mismo escogió preservar tanto la humanidad como la vida animal a través de Noé (vv. 13-22). Génesis también declara acerca de un periodo de diluvio más largo y, aunque Dios hizo un pacto con Noé, no le concedió la inmortalidad.

Al asumir una fecha posterior para la composición bíblica, algunos eruditos han sugerido que las narraciones mesopotámicas pudieron haber servido como un prototipo para las narraciones de Génesis. Pero la mayoría de los investigadores creen que el relato bíblico no es simplemente una modificación de las historias mesopotámicas, sino una de varias versiones de una historia común. Las diferencias pueden atribuirse a una revelación especial que Dios les dio a los escritores de la Biblia, incluyendo al autor de Génesis, a través de quien dio a conocer su plan de redención. Las otras versiones proporcionan confirmación extrabíblica de la historia, en vez de demostrar, como algunos han sugerido, que la narración bíblica es un mito.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Génesis 7. “La hipótesis documentaria”

Hasta hace poco tiempo, una gran parte de eruditos apoyaron la Hipótesis documental para explicar la composición del Pentateuco, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento. Esta teoría asegura que estos escritos en realidad se basaron en cuatro libros perdidos, conocidos (para facilitar la identificación) como J (Yavista o Javista), E (Elohista), D (Deuteronómico) y P (Código sacerdotal). Los argumentos principales para esta teoría son la existencia de la repetición y aparentes contradicciones dentro de estos cinco libros, así como el uso de diferentes nombres para Dios.

De acuerdo a esta hipótesis: J, el documento más antiguo, incluye grandes porciones de Génesis, pasajes de Éxodo y Números y algunos pocos y pequeños textos de Deuteronomio. En Génesis, J se refiere a Dios como Yahveh («el SEÑOR») debido a que el autor bíblico creía que las personas empezaron a usar el nombre Yahveh en los albores de la historia de la humanidad (véase 4:26, un texto «1»).

En un escrito un poco posterior, siguió la misma línea narrativa que J. En Génesis, E se refiere a Dios como Elohim (el término «Dios» más genérico) en vez de Yahveh porque, de acuerdo con los partidarios de E, el nombre Yahveh no fue revelado hasta el periodo del éxodo (véase Éx 3:15, un texto »E»).

D fue esencialmente el libro de Deuteronomio. Segunda de Reyes documenta que Jilquías el sacerdote encontró una copia de la Ley de Moisés cuando el templo de Jerusalén estaba siendo restaurado.' No obstante, de acuerdo a la Hipótesis documental, Deuteronomio fue redactado en esta época como un fraude piadoso para justificar la reforma de Josías.

P, escrito durante el periodo postexílico que siguió a la vuelta del exilio, incluía grandes porciones de Génesis, Éxodo, Levítico y Números. En Génesis, P se refería a Dios como Elohim dado que, como E, su autor o autores asumían que el nombre divino, Yahveh fue primero revelado en la época del éxodo (véase Éx 6:3, un texto «P»).

De acuerdo a esta teoría, los cuatro documentos fueron redactados independientemente uno del otro, pero fueron durante un periodo prolongado de tiempo recopilados y editados en el Pentateuco actual, con mucho del material E borrado. No obstante, argumentaron, el Pentateuco guarda significativas redundancias y contradicciones debido a que los cuatro documentos a menudo narraban las mismas historias o relatos parecidos con detalles inconsistentes. Así, por ejemplo, Génesis 1:1-2:4a fue identificado como el relato P de la creación, mientras que el resto de Génesis 2 fue considerado como un retroceso de la primera interpretación J.

Para refutar estos argumentos es útil reconocer que la repetición era una parte esencial de la narrativa del antiguo Cercano Oriente.

Los narradores de historias con frecuencia repetían deta-lles dos o más veces (algunas veces desde una perspectiva diferente o con diferentes detalles) y, a menudo, volvían contar historias paralelas (cf. las ocasiones en que un patriarca fingió que su esposa era su hermana: Abraham en los capítulos 12 y 20 e Isaac en el capítulo 26). Para un ejemplo posterior, véase las narraciones de la conversión de Pablo en Hechos 9, 22 y 26. En las narraciones antiguas, la repetición no se consi-deraba como una evidencia de varios autores, sino como una confirmación de un único autor.

El argumento sobre los nombres de Yahveh y Elohim puede basarse en una mala interpretación de ciertos pasajes, tales como Éxodo 6:2-3. Este pasaje ha sido traducido como »Yo soy el SEÑOR. Me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob bajo el nombre de Dios Todopoderoso, pero no les revelé mi verdadero nombre, que es el SEÑOR». Esta interpretación hace parecer (en línea con la porción P de la Hipótesis Documental) como si los patriarcas no conocieran el nombre Yahveh («el SEÑOR»), lo que les permitió a dichos estudiosos atribuir a J los pasajes en Génesis que se referían a Yahveh. Pero el texto alternativamente puede traducirse: »Yo soy el SEÑOR. Me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob bajo el nombre de Dios Todopoderoso. Y mi nombre es el SEÑOR. ¿No me di a conocer a ellos?». Interpretado de esa forma, estos versículos no aseguran que Abraham nunca había escuchado «del SEÑOR».

Actualmente, muchos eruditos han abandonado la Hipótesis documental y concuerdan en que está basada en una comprensión deficiente de la literatura del antiguo Cercano Oriente y que su contribución no es nada provechosa para nuestra comprensión del Pentateuco.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Génesis 10. “Ebla”

Durante excavaciones en la ciudad de Ebla (el Tell Mardikh moderno), en el reverso de esta Biblia, en el noroeste de Siria, los arqueólogos han descubierto la única y más grande colección de tablillas cuneiformes del tercer milenio a.C. desenterradas hasta la fecha. Inmensamente importante en el estudio del antiguo Cercano Oriente, este sitio ha entregado decenas de miles de textos completos y fragmentos.

Estos textos, los cuales incluyen tablas administrativas, léxicas, literarias y diplomáticas, fueron descubiertos en el palacio, el cual fue destruido por el fuego. Irónicamente,, el gran incendio pudo haber ayudado a preservar las tablillas al hornearlas, aunque algunas tablillas más importantes habrían sido endurecidas al horno, a propósito, cuando fueron creadas, con el fin de preservar su información por generaciones.

Los eblaitas utilizaban el sistema de escritura cuneiforme de los sumerios, adaptándolo a un lenguaje semítico.' Esto ha vuelto el descifrado y la traducción de los textos algo difícil y tedioso. De hecho, las primeras traducciones a menudo difieren drásticamente de las más recientes, al aprenderse más sobre el lenguaje eblaita. Como resultado, los primeros eruditos creían que habían encontrado un texto paralelo con los conocidos proverbios bíblicos, mientras que actualmente, este así llamado texto proverbial es considerado como meramente una lista de términos sumerios para cortes de carne! Algunos estudiosos habían creído ver referencias de los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob/Israel) en las tablillas Ebla, pero esto también ha demostrado ser una orientación falsa. En cierto momento, los historiadores antiguos creyeron que la información en los textos Ebla indicaban que la ciudad, durante su apogeo, controlaba un vasto imperio desde Egipto hasta el Golfo Pérsico. Muchos de estos primeros escritos ahora han pasado por una nueva revisión también, con el resultado de que la magnitud del antiguo poder de Ebla sigue bajo discusión.

La importancia de los documentos Ebla para los estudios bíblicos probablemente yace en lo que pueden decirnos acerca de la vida en Siria-Palestina en el tercer milenio a.C., en lugar de proveernos con algún paralelo específico con la Biblia, como se había esperado. La historia de estos documentos nuevamente les recuerda a los arqueólogos tener precaución al intentar vincular la historia antigua y descubrimientos literarios con el material bíblico.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Génesis 12. “Evidencia para Serug, Najor y Téraj

De acuerdo al Antiguo Testamento, la tierra natal de los patriarcas se encontraba en las regiones central y cureña de Turquía, en un sitio conocido como Aram Najarayin (Gn 24:10) o Padán Aram (25:20).1 Entre los nombres genealógicos de individuos en la lista de Génesis 11, tres de ellos, Serug, Najor y Téraj, han sobrevivido desde la antigüedad también como nombres de ciudades en esa región. Los nombres de estos personajes bíblicos han sido preservados en la misma área desde la cual la Biblia especifica que los patriarcas tuvieron su origen.

Serug, el bisabuelo de Abram vivió hasta la edad de 230 años y tenía treinta años cuando nació su hijo Najor(11:22-23). Su nombre, el cual corresponde al lugar llamado Sargi en las inscripciones asirias del siglo séptimo a.C., sobrevive como el moderno Suruc, 56.5 kilómetros al noroeste de Jarán.

Najor, el abuelo de Abram vivió hasta la edad de 148 años y tenía veintinueve años cuando nació su hijo Téraj (11:24-25).

Una ciudad llamada Najor se menciona en 24:10 como el hogar de los descendientes de Betuel, otro hijo de Najor (24:24). Esta ciudad particular también se menciona en textos de Mari y Capadocia desde el siglo decimonoveno hasta el decimoctavo a.C., así como en inscripciones asirias desde el siglo decimocuarto a.C. Posteriormente, los registros asirios del siglo séptimo a.C. se refieren a esta como Til Nakhiri, lo cual significa «Monte de Najor». Aunque la ubicación exacta de Najor se desconoce actualmente, numerosas referencias en textos antiguos lo ubican en el valle del río Balikh al sur de Jarán.

Téraj vivió hasta los 205 años y tenía 70 años cuando nació su hijo Abram (11:26,32). Una ciudad llamada Til Turahi («Monte de Téraj») se menciona en los textos asirios del siglo noveno a.C., la sitúan al norte de Jarán, también sobre el río Balikh.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Génesis 13. “Las ciudades del valle”

Sodoma, donde Lot eligió vivir, fue una de las cinco ciudades (Sodoma, Gomorra, Zoar, Admá y Zeboyín) mencionadas en el Antiguo Testamento como las «ciudades del valle» (véase Gn 13:12; 14:2). Estas ciudades no fueron lugares míticos, sino sitios históricos, y hay evidencia de su destrucción precisamente como se describe en la Biblia.

Zoar fue la ciudad a la cual Lot huyó en ocasión de la destrucción de Sodoma y Gomorra (19:18-22). Conocemos su localización desde el mapa Madaba, un mapa mosaico en el piso de una iglesia en Madaba, Jordania, que representa Tierra Santa (solo mucho tiempo después llamada Palestina) durante el siglo sexto a.C., El antiguo Zoar estaba en la costa sudeste del Mar Muerto, precisamente al sur del río Zared (Wadi Hesa), cerca del Safi moderno. Zoar tiene una larga historia. Esta se menciona varias veces en la Biblia (p.ej. Is 15:5; Jer 48:34) y era el sitio de la ciudad próspera de Zugar, controlada por los árabes durante la Edad Media.

Aproximadamente 13 kilómetros al norte de Safi yace d sitio arqueológico de Numeira, la cual estaba habitada durante los días de Lot. Las consonantes del nombre arábigo Numeira son similares a aquellas del nombre hebreo Gomorra. Muy posiblemente el nombre hebreo antiguo se preserva en este nombre arábigo moderno.

El sitio arqueológico de Bab edh-Dhra, 16 kilómetros al norte de Nurneria, también fue ocupado durante la época de Lot. Esta localización tuvo un establecimiento significativo durante el periodo inicial de la Edad del Bronce. Debido a que Bab edh-Dhra es la más grande ruina antigua en la región, es razonable que deba identificarse como Sodoma, la más famosa de las ciudades del valle, donde Lot «estableció su campamento» (Gn 13:12).

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Génesis 14. “La coalición de reyes mesopotámicos”


Ninguno de los reyes invasores o de los acontecimientos mencionados en Génesis 14 ha sido identificado o confirmado con evidencia arqueológica, pero la evidencia circunstancial en fuentes extrabíblicas arroja luz sobre este texto y apoya su historicidad. No hay razón para considerarla como ficción, como muchos estudiosos lo hacen.

«Amrafel, rey de Sinar» (i.e., al sur de Mesopotamia) ya no se identifica más, como lo fue una vez, con Hammurabi de Babilonia, pero la zona de la cual se dice que Amrafel provenía, Sinar, es Babilonia.

El nombre Arioc se traduce como Arriyuk o Arriwuk en los textos descubiertos en Mari  Nuzi en Mesopotamia en los siglos decimoctavo al decimoquinto.

Elasar puede representar a Azur o Larsa, una ciudad en el sur de Mesopotamia.

Quedorlaómer, la versión hebrea de Kudur-Lagamar, está compuesta de elementos damitas conocidos. Kudur significa «siervo de» y es incluido en los nombres de otros cinco reyes elamitas, y Lagamar fue una diosa elamita. De ese modo, Quedorlaómer puede interpretarse como «siervo de Lagamar».

Tidal es una forma de Tudkhalia, el nombre de cinco reyes hititas, quienes quizás vivieron después que este rey. Su título, «rey de Goiim» (significa «naciones»), esencialmente significa que era el jefe principal de una confederación de tribus independientes, que reflejaban la naturaleza descentralizada de las políticas Anta-tolian en los siglos decimonoveno al decimoctavo a.C.

Los registros contemporáneas documentan confederaciones mesopotámicas contemporáneas que se formaron después de la caída de la dinastía de Ur III (aprox. 2000 a.C.) y antes de que el rey Hammurabi llegara al poder (aprox. 1750 a.C.). Inmediatamente después de eso, Asiria y Babilonia controlaron la región entera.

Curiosamente, el rey Yandun-Lim de Mari (aprox. 1820 a.C.) dejó atrás una serie de invasiones hechas en Siria-Palestina con el fin de forzar la rendición de los reyes locales ante él, y este registro es muy similar a lo que vemos en Génesis 14. Esto no quiere decir que el episodio bíblico y las invasiones dirigidas por Yandun-Lim son una y lo mismo, pero crea el punto de que la narración bíblica encaja bien con lo que vemos en la historia del tiempo.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Génesis 15. “El periodo patriarcal: Mesopotamia en el tiempo de Abraham”

Cerca del fin del tercer milenio a.C., la tercera dinastía sumeria de Ur perdió la influencia predominante que había disfrutado sobre la mayor parte de Mesopotamia. Toda la región experimentaba seria inestabilidad política debido a que sus ciudades-estado continuamente se desafiaban unas a otras, así como también las del norte de Siria, y el poder frecuentemente cambiaba de manos.

Los reyes con nombres amoritas gobernaban muchas de esas ciudades-estado durante el periodo patriarcal. Los amoritas comprendían un extenso y diverso grupo de tribus semíticas del noroeste provenientes de Siria-Arabia. Muchos eruditos pensaron una vez que habían sido mayormente invasores nómadas que trajeron consigo la inestabilidad política generalizada que se menciona anteriormente, así como la decadencia urbana que caracterizó el fin del tercer milenio a.C. No obstante, los textos de Mari y otras fuentes indican que los amoritas incluían tanto a los pastores seminómadas (criadores de ganado) como a los grupos sedentarios, generalmente organizados alrededor de figuras patriarcales que se empezaron a formar en pueblos mesopotámicos y centros urbanos tan pronto como a mediados del tercer milenio a.C.

Este patrón cultural es similar a aquel que vemos que ocurre en los descripciones de los patriarcas de la Biblia.

Al concluir el tercer milenio a.C., incluso grandes cantidades de amoritas habían emigrado al sur de Canaán y al sur de Mesopotamia, quizás presionados por los horeos del norte.

Muchos amoritas se abrieron camino hasta posiciones de liderazgo. Los más famosos fueron Shamshi-Adad I en Asiria (desde finales del siglo decimonoveno hasta principios del siglo decimoctavo a.C.), y Hammurabi en Babilonia (primera mitad del siglo decimoctavo a.C.)

Los patriarcas bíblicos muy probablemente vivieron dentro de este temprano período del segundo milenio. La interacción intercultural que tuvo lugar entre los sumerios, acadios y amoritas, así como también entre los horeos y los hititas del norte, se refleja claramente en las narraciones patriarcales en términos de costumbres sociales, leyes e idiomas. Lejos de ser anacrónicos, los detalles de las historias bíblicas de los patriarcas encajan bien en el ambiente histórico del final del segundo milenio a.C. No hay evidencia que pueda conducir a los eruditos a cuestionar su autenticidad.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Génesis 16. “Dar nombre a los hijos”

Las personas del antiguo Cercano Oriente le atribuían un profundo significado a nombrar a los hijos. A diferencia de los padres actuales, quienes comúnmente eligen los nombres a menudo mucho tiempo antes del nacimiento del niño en base a la popularidad cultural, la tradición familiar, preferencia personal o sonoridad, los padres israelitas tendían a seleccionar los nombres basándose en las circunstancias que rodeaban el nacimiento o en palabras que se dijeron cerca del momento del mismo. Por ejemplo, en Génesis 35:18 leemos que Raquel, muriendo mientras paría, llamó a su hijo Benoní, («hijo del dolor»), aunque Jacob le cambió el nombre y lo llamó Benjamín 1«hijo de la mano derecha»).

En raras ocasiones Dios reveló un nombre a los padres de un niño antes de su nacimiento, indicando el papel divinamente establecido que el niño desempeñaría en la historia. Por ejemplo, Dios especificó el nombre Isaac, que significa «él ríe». Este nombre puede reflejar no sólo la risa de incredulidad de Abraham y Sara al darse cuenta de que verdaderamente tendrían un hijo en la ancianidad (17:17; 18:12; 21:6) sino también el gozo final que Isaac traería como el comienzo del cumplimiento de la promesa perdurable de Dios a Abraham (17:4-8; 21:1-2). Otro ejemplo claro de cuando Dios le pone el nombre a un niño es su propio Hijo Jesús (la versión griega de Joshua, que significa «él salva»), cuyo propósito divinamente revelado fue «salvar a su pueblo de sus pecados» (Mt 1:20-21). Véase también Oseas 1:4,6 y 9 para algunos nombres más sobrios que Dios diseñó para la descendencia del profeta Oseas.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Génesis 18. “El papel de los patriarcas en la vida familiar”


Con el fin de comprender la descripción de Abraham como el padre fundador de la fe de Israel, es bueno reconocer el papel clave que un patriarca como Abraham desempeñaba en la familia durante este periodo pre-monárquico. La estructura social de la época tenía tres niveles: tribu, clan y familia o casa (Jos 7:14). La unidad fundamental era la familia (bet ay en hebreo, que significa «casa del padre»). Estaba compuesta por un patriarca, (un adulto masculino responsable), su esposa, sus hijos y las esposas de estos, sus nietos y varios otros dependientes. Debido a que en las sociedades patriarcales el linaje o descendencia seguía adelante a través de los descendientes varones, las hijas casadas se unían a las familias de sus esposos.

La exploración de los establecimientos de la Edad del Hierro aunque existieron posteriormente al periodo patriarcal, nos brinda mucha información sobre la sociedad israelita patriarcal. Indican que dichas unidades sociales probablemente habitaban grupos de conjuntos de viviendas, unas pocas casas alrededor de un patio, rodeados por un muro pequeño. El patriarca de mayor edad y sus descendientes inmediatos ocuparían una de las casas, con sus hijos casados, y sus familias vivirían en otras casas dentro del conjunto. De forma semejante, Jacob, junto con sus hijos y sus familias, funcionaban como un pequeño clan patriarcal (Gn 46:5—7).

Varios pasajes bíblicos revelan mucho sobre la familia patriarcal dr. Abraham. El patriarca era responsable del bienestar socioeconómico y religioso de toda la familia (14:13-16). En Génesis 18, por ejemplo, la hospitalidad de Abraham hacia los tres visitantes reflejó las responsabilidades de parentesco que incluso incluían la protección de residentes temporales vulnerables o extranjeros residentes (cf. Lv. 19:33-34). Proveer agua para pies empolvados y servir una comida elaborada honraba a los invitados y, como en el caso de Abraham, demostraba su generosidad.

Al mismo tiempo, Abraham en Génesis 18 pudo haberse dado cuenta de que estaba hospedando invitados celestiales y por eso pudo haber sido especialmente hospitalario. El lazo formado durante la siguiente camaradería en el banquete dio lugar a una bendición de uno de los invitados y estableció una base para la intercesión de Abraham por Sodoma.

La naturaleza intocable de la hospitalidad patriarcal reaparece como una metáfora de Dios como el anfitrión de una fiesta en el Salmo 23:5-6 (cf. Mt 8:11; Lc 13:29).

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Génesis 19. “La destrucción de Sodoma y Gomorra”

De acuerdo a Génesis 19:24, una lluvia de fuego y azufre «cayó del cielo» sobre Sodoma y Gomorra, destruyendo ambas ciudades, así como la región circundante (vv. 25,29). Hasta la fecha, la ubicación de Sodoma aún se disputa. Algunos ubican la ciudad en el lado suroeste del Mar Muerto, otros en el lado norte de este cuerpo de agua cerca de la desembocadura del Jordán y todavía otros en el moderno Bab edh-Dhra en el lado sudeste del Mar Muerto.

Recientemente, los arqueólogos han puesto especial atención en Bab edh-Dhra, lugar en que encontraron evidencia de varios niveles de ocupación de la temprana Edad de Bronce. A pesar de que un estrato de ceniza y desechos quemados se han descubierto en excavaciones allí, la evidencia más dramática de que esto puede ser realmente el sitio de la antigua Sodoma proviene de un cementerio cercano. Los muertos habían sido enterrados en osarios o mausoleos, construidos sobre la superficie. Cinco de estas estructuras fueron excavadas y se descubrió que habían sido quemadas. Una inspección detallada de la más grande de estas (8m x 15.5m) indica que el fuego había empezado en el exterior. Las lata investigaciones geológicas determinaron que un terremoto se había había unido a la devastación.

Debido a que hubo varios niveles de ocupación distintos en Bab edh-Dhra (pruebas de que el sitio estuvo habitado durante varios periodos de tiempo), la evidencia tuvo que manejarse cuidadosamente. Por ejemplo, existe un estrato de ceniza considerable asociado con la ocupación de la Edad de Bronce III (la más antigua de los niveles "In de ocupación de la Edad de Bronce temprana), pero esto no puede asociarse con la destrucción bíblica de Sodoma porque sus ruinas señalan a una fecha muy anterior a la época de Abraham. De hecho, este primer daño relacionado con el fuego parece haber sido obra de los invasores. La ciudad de la Edad de Bronce III temprana es más probable que sea la Sodoma de la Biblia. Una ciudad mucho más grande, da evidencias de que fue destruida por una combinación de un terremoto y un incendio en aproximadamente el año 2350 a.C. Evidentemente, este sitio fue habitado nuevamente en el Bronce IV temprano, pero parece haber sido permanentemente abandonada por alguna razón alrededor del año 2150 a.C.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Génesis 20. “El Néguev: clima y características”

Durante miles de años las personas han apacentado sus rebaños y ganado siguiendo el ritmo de las estaciones en el Néguev, la porción sur de Israel ubicada entre región montañosa de Judá al norte y los desiertos de Zin, Shur y Paran al sur. De hecho, los patriarcas seminómadas (Abraham, Isaac y Jacob/ Israel) pastoreaban su ganado en el desierto como el Néguev durante el invierno y emigraban al norte al país montañoso de Judá, alrededor de Betel y Siquén, durante los meses de verano. Durante el periodo del Nuevo Testamento, el Néguev fue conocido como Idumea (Mr 3.8), En los tiempos bíblicos, el Néguev era mayormente el sur del Mar Muerto, unos 48 kilómetros de este a oeste y centrado alrededor de Berseba. Abierta, escabrosa y escasamente poblada, la región mantiene unos ásperos matorrales, pero no bosques. Tiene dos estaciones: un invierno apacible con lluvias periódicas y un verano caliente y seco. Debido a que menos de 200 milímetros de lluvia caen anualmente en el Néguev, la zona no es apta para la agricultura.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Génesis 21. “Costumbres y leyes en la antigua Mesopotamia”

Las leyes de la antigua Mesopotamia ofrecen varios paralelos interesantes con las historias de Génesis. En particular, numerosas regulaciones ilustran el matrimonio y asuntos de herencia encontrados en los relatos de los patriarcas. Por ejemplo:

Al igual que Saray procuraba una herencia para Abram a través de su esclava (Gn 16; cf. cap. 30), las leyes sumerias de Ur-Nammu (fundador y gobernador de la Tercera Dinastía de Ur, aprox. 2044-2007 a.C.), le permitían al esposo tomar una concubina después de esperar en vano a que su esposa principal le diera un hijo. Como en el caso de Saray, la esposa principal podría incluso iniciar el arreglo.

La ley orea en Nuzi' (mitad del segundo milenio a.C.) y el código de Hammurabi en Babilonia (inicios del siglo decimoctavo a.C.) le permitían a un hombre adoptar como legítimo heredero a cualquier niño que pudiera haber engendrado con una esclava (véase 17:18).

En Sumer, el hijo mayor heredaba todos los bienes de su padre y asumía la responsabilidad por sus hermanos y hermanas. Pero en Asiria y Nuzi los hermanos dividían la herencia del padre y el hijo mayor recibía una doble porción.

La ley Nuzi permitía que los derechos de una herencia se transfirieran al hijo nacido de la esposa principal después de que ésta adoptara a su hijo sustituto. De manera similar Isaac (aunque nacido después de Ismael) tenía el derecho de ser el heredero principal de Abraham (21:12).

La ley neo-babilónica incluía la provisión de que los hijos nacidos de una concubina estarían subordinados a cualquiera de los hijos nacidos de la esposa principal y que los hijos en conjunto de la esposa principal heredarían dos tercios de la herencia.

La desheredación de un hijo, una práctica permitida en ciertas sociedades, generalmente requería un mandato judicial que podría ser oficialmente anulado si se considera que el padre actuó injustamente. Algunos estudiosos, basándose en dichas prohibiciones en la ley Nuzi, han cuestionado la legalidad de la demanda de Sara de expulsar a Agar y a Ismael (cap. 21), lo cual por analogía puede indicar que Abraham vivió bajo costumbres y leyes similares. De hecho, Abraham tenía dudas de cumplir el deseo de Sara y lo hizo solo después de !la intervención divina (vv. 10-13).

Además de la legislación familiar, ciertas leyes y costumbres concernientes a contratos y otros acuerdos mencionados en Génesis tenían paralelos en Mesopotamia. Los pactos descubiertos en Mari' y en el moderno Tell Leilan (provenientes de una etapa temprana del segundo milenio a.C.) son notablemente similares a las narraciones de pactos en Génesis 21,26 y 31.

En cada caso, un juramento formal se solicitaba y entregaba.

Los juramentos eran seguidos por reportes de estipulaciones, que con frecuencia incluían una promesa de no hostilidad. Estos generalmente involucraban fiestas ceremoniales o sacrificios (26:30) y un intercambio de regalos, particularmente si las partes del acuerdo se habían encon-trado en persona (cf. 21:27-30).

El medio social cultural mesopotámico desde el cual los patriarcas surgieron nos ayuda a comprender las estructuras sociales patriarcales y prácticas descritas a lo largo de Génesis.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Génesis 22. “El monte Moria”

«El monte Moría», de acuerdo a 2 Crónicas 3:1, fue la localidad en Jerusalén don-de Yahweh se le apareció a David y lo inspiró a construir un altar y hacer sacrificios. Salomón luego construyó un templo en el mismo sitio.

Algunos eruditos tienen dudas en identificar este sitio como sinónimo del lugar donde Dios probó la fe de Abraham con el inminente sacrificio de Isaac, debido a que Génesis 22:2 nombra a Moria como una región, no como un monte específico. Asimismo, parece incongruente que Abraham haya transportado madera a Jerusalén, un área boscosa, en vez de recogerla en el sitio del sacrificio planeado. Por otro lado, no parece sorprendente que Abraham haya ido preparado a hacer e! sacrificio y que no haya querido tener el problema de buscar madera seca apropiada después de su llegada. Además, Moria en Jerusalén puede razonablemente describirse como una expedición de tres días desde Berseba (véase vv. 4,19).

Génesis 22:14 indica que las generaciones posteriores conocerían este sitio como «el monte o [la colina) del SEÑOR», lenguaje comúnmente usado en otras partes para Sión o Jerusalén (véase Sal 24:3; 1s 2:3; Zac 8:3). El monte Mona podría relacionarse con el verbo hebreo que significa «ver» o «proveer», un término teológicamente significativo que aparece en reiteradas ocasiones a lo largo de Génesis 22:1-19. En Jerusalén, como en ningún otro lugar, el Señor se-ría «visto» luego por su pueblo y les «proveería» a través de los beneficios de los sacrificios que él ordenaría. En base a esta asociación los escritores bíblicos pueden haber asumido que Abraham estaba preparado para ofrecer su sacrificio en el mismo monte en la cual los israelitas más tarde ofrecerían los suyos, el Monte de Sión en Jerusalén.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Génesis 23. “La cueva de Macpela”

Hasta la muerte de su esposa, Abraham vagó por Canaán como un pastor nómada.' Al necesitar una parcela para el sepulcro de su esposa Sara, compró la primera porción pequeña de un vasto territorio que Dios había prometido a sus descendientes (Gn 15:18). La compra incluía la cueva mortuoria y el campo en el cual se encontraba, ambos conocidos como Macpela, localizados en Hebron. El autor de Génesis señaló cuidadosamente que Sara, Abraham (25:9-10) e Isaac (35:27-29) fueron enterrados en esa cueva. Más tarde, en su lecho de muerte en Egipto, Jacob/Israel dio órdenes de que sus huesos fueran llevados a Canaán y que fueran enterrados en este sitio junto con los de su abuelo (Abraham), abuela (Sara), padre (Isaac), madre (Rebeca) y esposa (Lea) véase 49:29-32;50:13.

No es de sorprenderse que los israelitas recordaran esta cueva a lo largo de las generaciones. Un recinto monumental fue construido sobre el sitio durante la época de Herodes el Grande.3 Esta hermosa estructura de 61 x 33.5 m, que presentaba una similitud arquitectónica extraordinaria con el templo de Herodes en Jerusalén, aún se conserva Intacta en la actualidad. En su interior, bajo tierra, seis grandes molí:tíos medievales (tumbas vacías que sirven como monumentos) que conmemoran a los patriarcas y a las matriarcas enterrados allí. Una iglesia bizantina construida posteriormente en el interior de este recinto, ha sido convertida, de ida y vuelta, de una iglesia a una mezquita lo que ha dado paso a cambios sucesivos de mando (y por consiguiente de religión) en la zona. Durante el siglo decimocuarto a.C. los musulmanes sellaron las estructuras subterráneas debajo del complejo, pero desde entonces se han llevado a cabo investigaciones clandestinas. Una investigación del siglo veinte, bajo la dirección de Moshe Dayan de Israel, implicó el descenso nocturno de una niña de doce años, equipada con una cámara, en el área de una tumba! Los investigadores reportaron la existencia de escaleras, de un largo vestíbulo y de una sala sencilla.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Génesis 24. “Camellos”

Las primeras referencias bíblicas de camellos domesticados se dan en las historias de Abraham. Abraham tenía camellos (Gn 12:16), y sus criados los usaban como animales de carga (24:10). Los camellos también se mencionan en las historias de Jacob (30:43; 31:34, 32:15) y José (37:25) y se encontraban entre los amalequitas, ismaelitas y madianitas.

Los estudiosos han discutido la historicidad de estas referencias de camellos, debido a que la mayoría consideran que estos animales no fueron domesticados ampliamente hasta aproximadamente el año 1200 a.C., mucho tiempo después de la época de Abraham. Los argumentos que apoyan la domesticación posterior de los camellos incluyen:

Que ni las tablillas de Mari del siglo decimoctavo a.C. ni la correspondencia de Amarna del siglo decimocuarto a.C. mencionan camellos domesticados. Durante el período patriarcal el burro parece haber sido el animal utilizado principalmente para transporte. Por ejemplo, el «cuadro Beni Hasan», que retrata a semitas transportando mercancías a Egipto durante la Doceava dinastía (1900 a.C.) presenta que se usaban burros en lugar de camellos en las caravanas.

Por otro lado, vemos clara evidencia de la domesticación de camellos en el primer milenio, mu-cho tiempo después de la época patriarcas. Por ejemplo, el trabajo artístico en relieve asirio que retrata hombres montando camellos en batalla.

Otra evidencia sugiere que al menos algunos camellos fueron domesticados más antes. Fragmentos de huesos y otros restos arqueológicos han conducido a algunos estudiosos a postular el tercer milenio para la domesticación de camellos. Aunque muchos estudiosos consideran incierta esta evidencia debido a que es difícil distinguir los animales salvajes de los domésticos mediante el uso único de muestras de huesos, otra evidencia, tal como se describe a continuación, sugiere que las personas eran dependientes de los camellos en algún modo:

De este modo, la evidencia no nos obliga a considerar la presencia de camellos domesticados en Génesis como anacrónica. Sin embargo, dichos animales domesticados probablemente eran inusuales durante el segundo milenio, y pudieron haber sido poseídos casi exclusivamente por personas adineradas.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Génesis 25. “Los derechos del primogénito”


El término hebreo bet av («padre de familias») refleja el hecho que en el antiguo Israel la familia se basaba en la línea paterna: las herencias se otorgaban siguiendo la línea masculina. El patriarca tenía autoridad sobre toda la casa, incluyendo los hijos, las nueras, las hijas solteras y los nietos. Cuando el patriarca moría, el hijo primogénito pasaba a sella nueva cabeza de la familia, y el linaje paternal de la familia extendida continuaba a través de él. Por lo tanto, este hijo primogénito ejercía tanto privilegios especiales como responsabilidades únicas.

Varios textos bíblicos estipulan que el primogénito le pertenecía al Señor y que necesitaba ser redimido (debido a que todos los primogénitos Pertenecieron al Señor después de la plaga de los Primogénitos en Egipto, los israelitas debían, simbólicamente, volver a comprarlos con sacrificios de animales, de acuerdo a Éx 13:2,12-16; 22:29; Nm 3:13). El primogénito tenía prioridad sobre sus hermanos menores (Gn 43:33) y recibía una doble porción de la herencia,' así como una bendición específica (cap. 27; 48:14 ss.).

El patriarca/padre no tenía libertad de asignar arbitrariamente el derecho de nacimiento del hijo primogénito a un hermano menor (Dt 21:15-17), a pesar de que á primogenitura podía pasarse a otro hijo en circunstancias excepcionales (p.ej. Rubén perdió su primogenitura porque profanó el lecho de su padre; cf. 1Cr 5:1-2): Documentos de Nuzi y Mari' revelan que si una concubina daba a luz al primer hijo, se le podía quitar la primogenitura al niño si la esposa principal subsecuentemente tuviera un hijo. Esto sucedió en el caso de ismael e Isaac.

Asimismo, tenemos acceso a los documentos nuzi llamados los contratos de las «tablas de hermandad». Estos se referían a la venta de la primogenitura a alguien fuera de la familia (basándose en la argucia legal de adoptar al extraño como un miembro de la familia) con el propósito de transferir propiedades.

Aunque no idénticos al concepto de lo que vemos en Génesis 25:27 y subsiguientes, estos textos de nuzi indican que el derecho de nacimiento podía venderse o negociarse, lo cual ofrece un precedente a la venta de la primogenitura de Esaú a Jacob. El concepto subyacente a los derechos del primogénito tiene implicaciones teológicas. La nación de Israel disfrutaba una relación especial con el Señor como su primogénito (Éx 4:22 ss.) Pero el Salmo 89:27 indica que Cristo es el primogénito de Dios. Esto no debe verse como una contradicción. Los creyentes que están en Cristo comparten los privilegios que la relación íntima de Jesús con el Padre conllevan (Heb 12:23-24), y se nos advierte que no despreciemos o desvaloricemos nuestra primogenitura tal como lo hizo Esaú (Heb 12:16-17).

TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Génesis 26. “El cuento de los dos hijos de Appu”


En muchos aspectos, la historia neo-hitita de los dos hijos de Appu, es similar a la historia bíblica de los hijos gemelos de Isaac, Jacob y Esaú. Al igual que Isaac (Gn 25:24), Appu, adinerado pero de edad avanzada y sin hijos, oró por un heredero. El dios sol le concedió su petición, pero Appu nombró a! nido Mal porque, en su opinión, los dioses injustamente le habían negado un hijo durante mucho tiempo. Cuando la esposa de Appu quedó embarazada por segunda vez y dio a luz otro hijo, lo llamó Bien, dando a entender que los dioses habían actuado justamente esta vez.

Cuando los niños maduraron, Mal intentó estafara Bien con su porción legítima de la herencia al darle el ganado enfermo y quedarse con los animales sanos. Al percibir las acciones de Mal, el dios sol convocó a ambos hermanos para un juicio, y le otorgó el establecimiento legal al menor.

En ambas narraciones., de Appu y de Isaac, el hijo menor salió victorioso. En la historia de Appu, el engañador hermano mayor fue castigado, pero su honesto hermano menor fue recompensado apropiadamente. En el relato de Génesis, el hermano menor fue el engañador, pero a pesar de todo se quedó con la primogenitura y la bendición, ya que, a pesar de sus defectos de carácter, era el elegido de Dios.' Aunque Jacob y Esaú se reconciliaron años después, Génesis 27 demuestra claramente que la elección de Dios no estaba basada en algún mérito que Jacob tuviera que ofrecer, sino solamente en el plan de Dios para su pueblo. La historia de los dos hijos de Appu parece haber sido un tipo de relato moral, tal como lo indican los nombres artificiales de los hijos. En contraste, la historia bíblica de Isaac y sus hijos es históricamente cierta y extrañamente contradictoria. Similarmente, alguien que lea por primera vez esta historia no esperaría que la zaga de Jacob y Esaú girara de ese modo; de hecho, este relato revela un sorprendente aspecto de nuestro Dios, cuyo sistema de valores inesperado y aparentemente «invertido» nos vuelve a asombrar nuevamente.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Génesis “Jarán”

La antigua ciudad de Jarán, la cual probablemente deriva su nombre de la palabra acadia harranu («carretera»), se encuentra localizada en la Turquía moderna, aproximadamente 16 kilómetros al norte de la frontera con Siria. Situada estratégicamente en la histórica ruta comercial este-oeste, la cual- unía al río Tigris con el Mar Mediterráneo, Jarán era uno de los centros comerciales y religiosos más importantes del norte de Mesopotamia, ampliamente conocida por su adoración dedicada al dios luna, Sin.

Ocupada desde mediados del tercer milenio a.C. hasta varios siglos después del periodo del Nuevo Testamento, esta ciudad es mejor conocida por sus vínculos con los patriarcas bíblicos, quienes vivieron en ella a mediados de la Edad del Bronce (primera mitad del segundo milenio a.C.). Los textos de Mari certifican que Jarán era próspera' durante esta época. De camino a Canaán,

Abram y su familia vivieron allí durante un tiempo, quizás para cuidar a Téraj, el enfermo padre de Abram, quien finalmente murió allí (Gn 11:31-32).3 Abram (ahora Abraham) luego encontró una esposa para su hijo Isaac de entre algunos de sus parientes en Jarán (cf. 24:1-7,24), y el hijo de Isaac, Jacob, posteriormente obtuvo refugio en la región con su tío Labán (27:42-28:5), para quien trabajó durante 20 años. Antes de regresar a Canaán, Jacob se casó con Lea y con Raquel (las dos hijas de Labán) y fue padre de 11 hijos en Jarán (caps. 29-31).

Durante aproximadamente mil años des-pués de los patriarcas, Jarán continuó floreciendo en base a su comercio con otras naciones y a actividades relacionadas con el dios luna, Sin. Luego de una revuelta cívica, las fuerzas asirias capturaron la ciudad en el año 763 a.C., los oficiales asirios luego usaron su victo-ria para intimidar al rey de Judá, Ezequías, después de lo cual Asiria destruyó el reino del norte de Israel (1s 37:11-12). Jarán se convirtió en la última capital de Asiria en el año 612 a.C., pero los babilonios la capturaron en el año 609 a.C., quienes reavivaron la decadente adoración a Sin y restauraron Jarán como un próspero centro de negocios (cf. Ez 27:23).


SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Génesis 28. “Padán Aram”

El nombre geográfico Padán Aram se ha encontrado únicamente en Gé-nesis (p.ej. 28:2), y su significado y ubicación exacta son inciertos. Muchos eruditos creen que Padán Aram es un nombre alterno para Aram Najarayin («Aram de dos ríos»; 24:10), la región norte del río Éufrates, en los alrede-dores de Jarán, el cual figura prominentemente en Génesis como el hogar ancestral de los patriarcas.

El profeta Oseas menciona el viaje de Jacob al «país [o campo] de Aram» (Os 12:12). Algunos estudiosos consideran que esta frase es la traducción de Oseas de Podan Arara, basándose en ios hechos de que un texto ugarítico se refiere a los «campos de Aram» y que un sustantivo arábigo, podón, algunas veces significa «campo». No obstante, este argumento queda inconcluso.

Otros sugieren que Podan significa «camino», en base a la palabra similar acadia paddanu («carretera»). De este modo, Padán Aram significaría «camino de Aram». Un sinónimo de paddanu es la palabra harranu, la cual puede haber sido la fuente de Jarán, la ciudad de la cual Abram partió para Canaán (véase Gn 12:4— 5). Entendido desde esta perspectiva, Padán Aram de hecho sería un nombre opcional para Jarán. Aunque la incertidumbre con respecto al nombre permanece, los estudiosos están confiados de que Padán Aram se refiere ya sea a la - región alrededor de Jarán o a la propia Jarán.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Génesis 30. “Nuzi”

La antigua ciudad de Nuzi (el actual Yorghan Tepe; encuentre a Nuzi en el «Mapa 1»), localizado pocos kilómetros al suroeste de Kirkuk en Irak, les ha proporcionado a los arqueólogos abundancia de material. Las propiedades de la nobleza han entregado murales exquisitos, estatuillas, sellos cilíndricos y alfarería en un estilo apodado «Loza Nuzi ». Sin embargo, el descubrimiento más significativo han sido los extensos archivos que datan desde aproximadamente los años 1500-1350 a.C., durante los cuales el reino Mitanni controló Nuzi. La mayoría de las 3,500 tablillas en estos archivos provenían de hogares privados y documentan las vidas de la familias gobernantes de la ciudad, así también ofrecen información con respecto a la estructura política y las condiciones sociales de esta región y época.

Varios textos nuzi establecen semejanzas e iluminan los relatos bíblicos de los patriarcas. No todas las alegadas similitudes entre la Biblia y la información recopilada de Nuzi son certeras, pero como mínimo demuestran que el contexto de Génesis, en efecto, está enraizado en costumbres antiguas. Algunas de las congruencias planteadas más famosas incluyen:

Una pareja sin hijos podía adoptar a un criado como heredero (cf. la suposición de Abram de que su esclavo, Eliézer, heredaría su hacienda debido aún no había engendrado un hijo; 15:2-3).

Las tablillas legales demuestran que una esposa principal estéril podía darle su criada a su esposo, con el propósito manifiesto de proporcionarle un heredero, quien podría ser adoptado subsecuentemente por la esposa principal.

De acuerdo a estos textos, si la esposa principal posteriormente diera a luz a un hijo propio, este desplazaría al hijo de la criada, como el heredero legítimo (cf. las narraciones de Sara y Agar en 16:1-4; 21:8-10 y de las criadas de Lea y Raquel en 30:1-13). Los contratos matrimoniales descubiertos en Nuzi demuestran que los hermanos podían arreglar los matrimonios de sus hermanas, aunque con frecuencia estas tenían la opción de estar de acuerdo o en desacuerdo con la unión sugerida (cf. 24:29--60).

Los contratos matrimoniales descubiertos en Nuzi demuestran que los hermanos podìan arreglar los matrimonios de sus hermanas, aunque con frecuencia estas tenían la opción de estar de acuerdo o en desacuerdo con la unión sugerida (24:29-60). Los contratos matrimoniales los formulaba el padre, sin embargo, no se requería el consentimiento de la hija (cf. 24:16--30). Asimismo, existen semejanzas con la institución del matrimonio leviratico (cf. historia de Judá y Tamar).

Antes del descubrimiento de las tablillas nuzi, los eruditos habían supuesto que un editor posterior habían agregado las notas de que Labán les había asignado criadas a sus hijas cuando se casaron (29:22-24,28-29). Pero los investigadores han descubierto que los contratos matrimoniales de nuzi estipulan que a una novia se le debía entregar una criada, cuyo nombre debía registrarse debidamente en el contrato.

Las deidades familiares caseras específicas se consideraban sumamente importantes en Nuzi y eran entregados como herencia al heredero principal. Si la herencia se disputaba en la corte, la posesión de los ídolos familiares podía aceptarse como una prueba de que el difunto deseaba que la persona que los poseía fuera su heredero. De este modo, el robo de Raquel de los ídolos familiares pudo haberse interpretado como un delito serio, un intento de asegurar la riqueza de Labán para su esposo y sus posibles hijos futuros (31:22-37).

Algunos historiadores han argumentado que los arreglos nuzi que le permitían a un hombre adoptar a una mujer joven con oí propósito de casarla con su hijo, vierten luz sobre las dos diferentes alegaciones de Abraham de que su esposa era en realidad-su hermana (12:10-20; 20:1-18). Hay du-d35 de que esto sea un paralelo válido, pero estos incidentes al menos sugieren que las historias de los patriarcas probablemente tenían raíces en costumbres antiguas de las cuales sabemos poco o nada.

A pesar de que la ciudad de Jarán, en la cual Abraham vivió antes de peregrinar a Canaán, está a alguna distancia de Nuzi, los horeos controlaron ambas ciudades durante el segundo milenio a.C. Por lo tanto, no es una sorpresa que los archivos de nuzi y las historias bíblicas de los patriarcas reflejen las costumbres comunes y los arreglos legales.

Descubrimientos futuros de reliquias como estas tablillas pueden aclarar algunos asuntos bíblicos intrigantes.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Génesis 31. “Mari”


Mari, conocido actualmente como Tell Hariri, se localiza justo aguas abajo de la confluencia del río Éufrates con el río «Ha-bar»: Idealmente situado en la convergencia de varias rutas comerciales, conectaba a Sumer con Asiria y a Mesopotamia con Siria-Palestina, la cosmopolita Mari era un sitio ideal para comercio y comunicaciones entre reinos. La ciudad funcionaba como una zona de separación neutral entre las ciudades-estado sumerias del sureste y las tierras de las tribus pastoriles, llamadas amoritas, al norte. Estos nómadas criadores de ganado parecen haberse concentrado particularmente alrededor de la ciudad dejarán (cf. la estancia temporal de Abram allí, mencionada en Gn 11:31--12:5).2 Al migrar masivamente de Mesopotamia, se establecieron en la zona entre los años 2400-2200 a.C. De hecho, los habitantes del noroeste de Siria controlaron Mari después de este periodo, por eso los reyes más famosos eran de descendencia amorita.

Gran parte de la primitiva historia de Mari es desconocida. Fundada alrededor de los años 2900-2700 a.C., la ciudad adquirió riqueza e importancia, pero periódicamente era controlada por los grandes poderes del tercer milenio a.C. como Sargon de Akkad y la Tercera Dinastía de Un' En el año 1775 a.C. Zimri-Lim de Mari escapó de la dominación asiria, pero Hammurabi de Babilonia quemó la ciudad en el año 1761 a.C.

Iniciadas en 1933, las excavaciones de Mari han revelado un gran palacio y varios templos, incluyendo un zigurat. Asimismo, las excavaciones han suministrado decenas de miles de tablillas de arcilla con inscripciones cuneiformes que se han endurecido por causa del calor o los incendios producidos p.:,f los babilonios. Bien preservadas, estas tablas se refieren a una amplia variedad de temas, como la ,y administración del palacio, la administración provincial, harenes, gastos, registros de regalos, obras literarias, cartas y tratados.

Estos documentos de Mari arrojan luz sobre el estudio del Antiguo Testamento en varias formas:

Describen a los amoritas y su cultura, lo que nos ayuda a comprender el amplio ambiente cultural de los primeros israelitas. Exhiben similitudes entre muchos amoritas y nombres bíblicos, aunque pocos, si existe alguno, vínculos directos a personajes bíblicos específicos.

Mencionan las ciudades de Laish, la cual destruyeron y reconstruyeron los danitas (Jue 18), y Jazor una ciudad importante incluso antes de que los israelitas entraran en la tierra prometida (Jos 11:10).4

Se refieren a profetas paganos que funcionaron en algunas maneras similarmente a sus contrapartes bíblicos.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Génesis 33. “Sucot/Tell Deir Alla”

Sucot, localizado justo al este del río Jordán, se menciona en varios contextos bíblicos (pero nótese que el Sucot de Ex 12-13 y Nm 33 era un lugar diferente):

Después de encontrarse con Esaú cerca del río Jabbok, Jacob prosiguió hacia el río Jordán cerca de Penuel y construyó cobertizos para su ganado allí (Gn 33:17; los ríos, no los nombres de esas ciudades, están señalados en el «Mapa 2»). Jacob llamó a este lugar Sucot («refugios»).

Gedeón siguió la ruta de Jacob en reversa (Jue 8) mientras perseguía a los invasores madianitas.

Los habitantes de Sucot se negaron a alimentar sus tropas, y en venganza aquellos posteriormente saquearon la ciudad (Jue 8:13-17)

Muchos estudiosos relacionan a Sucot con el moderno Tell Deir Alla. Un templo importante existió aquí durante la Edad de Bronce tardía. Entre los restos encontrados en Sucot se encuentran fragmentos de una vasija de los años 1209-1201 a.C., ornamentada con un marco oval de una reina egipcia, y tres tablillas de barro en una escritura que aún no ha sido descifrada,

El Sucot de la Edad de Bronce tardía fue destruido alrededor del año 1200 a.C., posiblemente por Gedeón y sus tropas. Excavaciones del estrato de la Edad de Hierro 1 no proporcionan una evidencia de un establecimiento permanente allí en esa época (con la excepción de estructuras menores fechadas cerca del final de este periodo), pero existen evidencias de hornos utilizados para fundir bronce. Según 1 Reyes 7:46, Salomón ordenó la fundición de bronce en el área de Sucot para la creación de artículos diseñados para el templo.

Este sitio fue construido nuevamente durante la Edad de Hierro II. Una pared enmasillada de esta edad contiene una inscripción en arameo en tinta que menciona a Balan. Probablemente, un terremoto destruyó la ciudad durante el siglo ocho a.C. (cf. Am 1:1). El lugar estuvo deshabitado, sin embargo, hasta el periodo persa tardío, quizás sólo temporalmente debido a las temperaturas extremas del verano.

PUEBLOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS

Génesis 34. “Los horeos”

Los horeos entraron al norte de Mesopotamia, aparentemente desde la región del Cáucaso, durante el tercer milenio a.C. y se esparcieron a través del antiguo Cercano Oriente.

Cerca del siglo decimoctavo a.C. ya estaban bien establecidos en el área, y crearon el reino de Mitanni en el territorio norte, entre los ríos Tigris y Éufrates, a mediados del siglo decimosexto a.C.' Este reino se convirtió en un actor internacional importante durante la mitad del siglo segundo, a.C., pero su ubicación entre las áreas habitadas por los egipcios, hititas y asirios lo dejaba vulnerable a los ataques. Cerca del año 1250 a.C. Mitanni había dejado de existir como reino.

Se conoce poco sobre el idioma horeo porque la mayoría de los documentos que este pueblo dejó atrás se encuentran en acadio en vez de su propio idioma. No obstante, es seguro que los horeos no eran semitas.

En Nuzi, una ciudad horea al este del río Tigris, los arqueólogos han descubierto un archivo de textos cuneiformes que revelan mucho sobre la antigua cultura mesopotámica. Los horeos adoraban deidades como el dios tormenta, el dios sol y la diosa luna en el templo de Mesopotamia y panteón (templo dedicado a muchos dioses). Sobresalientes en metalurgia y en la fabricación de vidrio, también se les conocía por una alfarería decorada de manera muy compleja, ahora llamada «cerámica Nuzi».

Algunos eruditos han sugerido que los horites bíblicos (Gn 36:20-21; 14:6) eran horeos, pero es muy probable que esto sea incorrecto. Los horites fueron un grupo indígena tribal de finales del tercer milenio de la región de Seir al sur del Mar Muerto, mientras que los horeos fueron un pueblo que entró en el norte de Mesopotamia provenientes del norte durante el segundo milenio.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Génesis 35. “Betel”

El lugar santo de Betel («Mapa I») jugó un papel importante en las vidas de Abraham y Jacob/Israel, así como en la historia posterior de los israelitas. Abraham construyó un altar entre Betel y Hai (Gn 12:8), y Jacob, camino a Jarán, mientras huía de Esaú, experimentó un sueño vívido en Betel' (28:10-17), Antes de continuar con su camino, erigió una piedra conmemorativa en ese lugar. Además de funcionar como lugares de remembranza, dichas piedras ocasionalmente marcaban el sitio de una sepultura (35:20).

Los estudiosos de la Biblia han discutido durante mucho tiempo la ubicación precisa de Betel. la mayoría la han localizado en el moderno Teil Beitin,13 kilómetros al norte de Jerusalén, pero el Bireh, a pocos kilómetros más al sur, también se ha sugerido. Evidentemente, Betel estaba localizada dentro del área norte de Jerusalén, la que ahora se conoce corno la Unión del Oeste.

Tell Beitin, la cual muestra señales de ocupación empezando con el periodo Calcolítico, fue ocupada continuamente durante las Edades de Bronce Medias I y II, hasta que la ciudad fue destruida alrededor del año 1550 a.C. Una ciudad de la Edad de Bronce tardía, que data del siglo decimocuarto a.C., localizada en el mismo sitio, ostentaba casas de calidad superior, calles con suelos de laja y alcantarillas. Hay evidencia de su destrucción a finales de la Edad de Bronce, y un establecimiento posterior de la Edad del Hierro I en el sitio refleja una comunidad empobrecida. Esta ciudad continuó existiendo a través de la Edad del Hierro, pero no se encontró aquí ningún resto del templo de Jeroboam, el cual el ejército babilonio destruyó en el año 586 a.C.

De acuerdo al Onomasticon, escrito por Eusebio (269-339 d.C.) y revisado por Jerónimo (345-419 d.C.), Betel estaba localizada en el doceavo hito romano en el lado este del camino principal al norte, a Neapolis (llamado Siguen en el Antiguo Testamento); el Nablus moderno. En este antiguo manuscrito, Tell Beitin se describe cómo localizada en el hito catorceavo, lo que indica que,. si la información de Eusebio era correcta, esta no pudo haber sido Betel. Entonces, Betel puede haber estado situada un poco hacia el sur, en el Bireh actual, cerca de la ciudad de. Ramallah. No se ha realizado ninguna excavación en el Bireh, una ciudad actualmente habitada por palestinos.

Durante el periodo de monarquía en Israel, Betel («casa de Dios»), se vio envuelta en una controversia. Asociaciones con su historia y monumentos sagrados condujeron a las personas a transformarla en un centro de adoración idólatra.

Jeroboam I, por ejemplo, se aprovechó de las tradiciones santas relacionadas con Betel y, en contra de la voluntad de Dios, levantó un altar allí para que funcionara como un lugar de adoración alternativo del templo de Salomón (1R 12:26-30). Como resultado, los profetas censuraron severamente la adoración a Betel. Oseas (Os 4:15; 5:8; 10:5) llegó a referirse a Betel como Beth Aven, un retruécano despreciativo que significa «casa de maldad, Tales textos indican que hubo una discusión durante tiempos antiguos sobre si Betel era un lugar sagrado o un centro de apostasía.

El nombre de Betel fue el centro de debate en otro contexto. Betel aparece como el nombre de un dios en un tratado asirio del siglo séptimo a.C. y en algunos textos de Elefantina, localizados al sur de Egipto. En base a esos descubrimientos, algunos intelectuales han argumentado que la palabra Betel se usa en el Antiguo Testamento como un nombre divino en vez del nombre de un lugar. La mayoría de los intérpretes están poco convencidos de la validez de esta teoría, debido a que parece muy evidente que el Betel bíblico fue un lugar específico. De hecho, ciertos textos bíblicos parecen asegurar que Betel en sus inicios fue una ciudad antiguamente conocida como Luz (mencionada en Gn 28:19; 35:6; 48:3) pero re-nombrada por Jacob (Jue 1:23).

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Génesis 37. “Caravana comercial y rutas en el antiguo Cercano Oriente”


Según Génesis 37, José encontró a sus hermanos cerca de Dotan. Vencidos por los celos motivados por el favoritismo de su padre con su hermano menor, lo apresaron y finalmente lo vendieron a una caravana de ismaelitas que pasaba y que se dirigía a Egipto. Probablemente, dicha caravana iba rumbo al «Camino del mar» (Vía Maris), un antiguo camino que empezaba en Egipto, se ceñía a la costa mediterránea de Canaán como su rumbo serpenteante, pasaba justo al oeste de Dotan y continuaba a Meguido. Desde allí, los viajeros podían continuar más al norte hacia las zonas costeras de Fenicia o virar hacia el nor-este hacia Damasco' y de allí a Mesopotamia. El Camino real del rey, otra gran ruta durante la era del Antiguo Testamento, les permitía a las personas viajar de norte a sur a través de Transjordania y conectaba Damasco con el golfo de Agaba.

En épocas antiguas, los mercaderes usualmente viajaban en caravanas, y buscaban protección en el gran tamaño de estas en vista de los muchos peligros y la falta de alojamiento a lo largo del camino. Las caravanas tendían a ser bastante largas (una columna con trescientos burros no era extraordinaria) y a menudo incluían guardias armados. Textos antiguos de asirios, egipcios e hititas a menudo mencionaban las penurias de viajar. Animales salvajes, incluso leones, eran una fuente de peligro, y un mercader solo que transportaba sus artículos era un blanco tentador para los bandidos. Las condiciones extremas del clima, desde sequías hasta nevadas, también volvían riesgosos los viajes.

El elaborado sistema de caminos romano (ejemplificado por la famosa Vía Apia) todavía no existía durante la era del Antiguo Testamento. Los caminos no eran pavimentados, con frecuencia eran un poco más que senderos sucios, de caravanas anteriores. De hecho, durante muchos años los estudiosos solo podían suponer las localizaciones precisas de estos caminos, hacían conjeturas de la forma del terreno y extraían referencias de rutas encontradas en documentos antiguos. Sin embargo, recientemente, fotografías satelitales han demostrado ser herramientas útiles para ubicar estos trillados senderos.

Comprensiblemente, estos mercaderes transportaban sus bienes por mar o a través de ríos navegables siempre que fuera posible. A pesar de todas estas dificultades, los mercaderes comerciaban hasta grandes distancias en el antiguo Cercano Oriente; las mercaderías llegaron a la tierra de Israel desde lugares tan lejanos como la India o el sur de Arabia.

NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Génesis 38. “Matrimonio por levirato”

El «Deber de cuñado» mencionado en Génesis 38:8 se refiere a las obligaciones sociales y legales del levir (palabra latina para «hermano del esposo») de casarse con su cuñada viuda en el caso de que su hermano muriera y que la hubiera dejado sin hijos.

Este arreglo matrimonial, que de otro modo hubiera sido prohibido (véase Lv 18:16, 20:21) aseguraba la herencia del esposo muerto y perpetuaba su nombre (véase Dt 25:6), y así reflejaba el deseo común entre los antiguos israelitas de mantener una presencia en la tierra después de sus muertes en las personas de su descendencia.

Asimismo, este arreglo proporcionaba una «seguridad social» para la viuda sin hijos, quien estaba efectivamente desvalida y socialmente en desventaja en el antiguo Cercano Oriente. Los hititas y los asirios también practicaban el matrimonio por levirato.

En el caso de que el esposo muerto no tuviera hermanos (Rt 1:10-13), o si estos se negaran a cumplir su deber (Gn 38), otros parientes podrían voluntariamente asumir la responsabilidad del levir. Parece que esta regulación se aplicaba más estrictamente durante el periodo patriarcal que varios siglos después bajo la ley Mosaica (Dt 2.5:5-10). Esto no es sorprendente, ya que Génesis 38 narra un periodo en la historia de Israel en que «ser fructíferos» y «multiplicarse» era crítico para la existencia de las jóvenes naciones. Las consecuencias en esos primeros días para un cuñado que no cumplía con su responsabilidad eran severas (p.ej. muerte de Onán; vv. 8-10).

Tamar, en desesperación, usó a su suegro para tener un heredero legítimo. Es posible que su cultura considerara su acto como legalmente justificado; por analogía, la ley hitita estipulaba que si el hermano del fallecido también moría y por lo tanto, era incapaz de cumplir con su responsabilidad con la viuda, ella debía casarse con el padre del marido muerto.


TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Génesis 39. “Los dos hermanos”


Un texto egipcio llamado Papiro D'Orbiney que data de aproximadamente el año 1225 a.C., contiene una historia llamada «Los dos hermanos». Ilustrando vívidamente la fantástica naturaleza de la narrativa de la antigüedad, este cuento es un ejemplo curioso de una historia no bíblica que tiene similitudes sorprendentes con un texto bíblico.

En este relato ficticio, Bata vivía con su hermano mayor, Anubis, y le servía fielmente. Un día, la esposa de Anubis intentó seducir a Bata, quien rechazó sus aproximaciones. Furiosa, acusó a Bata de intentar violarla, y Anubis, lleno de ira, se preparó para matar a Bata. Pero Bata, advertido por una vaca, huyó justo a tiempo. Un lago lleno de cocodrilos apareció mágicamente entre los dos hermanos, y detuvo la persecución de Anubis. Anubis regresó a casa, ¡y procedió a matar a su esposa!

Entretanto, Bata cortó su propio corazón y lo puso en lo alto de un árbol de pino, un acto que lo volvió casi inmortal. Los dioses modelaron una hermosa mujer para Bata. Sin embargo, era una mujer inmoral, que entró en el harem del faraón y les reveló a los egipcios que Bata moriría si cortaban el árbol de pino. Ellos lo llevaron a cabo, pero Anubis, aparentemente preparado para reconciliarse con Bata, encontró el corazón de su hermano y le devolvió la vida.

Bata, a su vez, se transformó en toro y llevó a Anubis a la corte del faraón, donde la esposa de Bata, alarmada, persuadió al faraón para que sacrificara al toro. Su sangre hizo que dos árboles retoñarán. Al percatarse de que su esposo seguía vivo, la mujer ordenó que cortaran los árboles, pero una astilla entró en su boca y quedó embarazada. Dio a luz un varón, a quien el faraón crió como su príncipe heredero. El niño, (el mismo Bata), con el correr del tiempo se convirtió en faraón y nombró a Anubis como su virrey.

Aunque este cuento nos parezca estrafalario, muchos intelectuales han percibido las semejanzas asombrosas entre esta narración y el relato bíblico de José. Paralelos obvios incluyen la rivalidad entre hermanos, una falsa acusación de incesto y el ascenso al poder en Egipto. No obstante, no hay razón de suponer que la historia bíblica pueda derivarse del cuento egipcio. La característica extravagante de la historia egipcia contrasta con el tono real del relato histórico y bíblico. Al mismo tiempo, las semejanzas entre las historias puede que no sean accidentales.

Si fue creado después de la época de José, el cuento egipcio pudo haber sido influenciado por la realidad bíblica.

Si la historia egipcia existió antes de la época de José (y si asumimos que el papiro D'Orbiney no era su primera repetición), las evidentes similitudes incluidas en la narración de José pudieron haber tenido la intención de señalar el hecho de que el Dios de Israel podía elevar un hijo de Israel al poder, incluso en un contexto político. El argumento podría haber hecho que el relato bíblico mostrase que José alcanzó hasta el ideal de héroe egipcio. Es imposible, en el análisis final, hablar definitivamente de dependencia literaria en alguna de las direcciones en este caso; simplemente no existe suficiente evidencia para hacer un juicio certero.  


NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS

Génesis 42. “Hambruna en el antiguo Cercano Oriente”

La agricultura de subsistencia y la desnutrición crónica eran comunes en el mundo antiguo, y muchas personas, en un momento dado, sentían que estaban solo a un paso de morir de hambre. Causas naturales (sequías, langostas y plagas) originaban hambrunas frecuentes, así como acciones humanas, estados de sitio por guerras, la destrucción de campos por ejércitos invasores, hasta al agravamiento de la escasez de alimentos por el acaparamiento. Joel 1 vuelve a narrar la desolación producida por una plaga de langostas, mientras que Isaías 7 registra la devastación de la

economía de agricultura de Judá, por los invasores asirios.

Usualmente, las hambrunas en esta parte del mundo eran temporales y locales, pero se han documentado algunos casos extendidos y de larga duración. Una sequía prolongada y de gran alcance, y hambrunas consecuentes intermitentes centradas en Egipto tuvieron lugar desde el siglo veintidós hasta el siglo veinte a.C., tal como certifican los textos egipcios de este periodo de tiempo. Por ejemplo, Advertencias de Ipuwer describe el caos social relacionado con una hambruna en Egipto, e indica que durante este tiempo la gente moría de sed y prevalecían condiciones semejantes a las de desierto. Este periodo de frecuentes hambrunas corresponde a la era patriarcal; la Biblia registra hambrunas durante las vidas de Abraham (Gn 12:10), Isaac (26:1) y José' (caps. 41-42).

Siglos después, según Hechos 11:28, Agabus predijo una hambruna mundial, la cual verdaderamente sucedió entre los años 44 y 48 d.C., durante el reinado de Claudio. Esto lo atestiguan fuentes extra-bíblicas. Por ejemplo, Tácito, en Los Anales, 12.43 menciona «cosechas escasas» durante ese periodo.

LA VERACIDAD DE LA BIBLIA

Génesis 44. “La historicidad de las narrativas patriarcales”


No se ha encontrado ninguna mención de los patriarcas ;Abraham, Isaac, Jacob/Israel) en documentos extrabíblicos de su era (aprox. 1950-1550 a.C.), pero tampoco se espera encontrar dichas referencias. Viviendo como nómadas en los bordes de zonas pobladas, los patriarcas vagaron entre los grandes imperios de Mesopotamia y Egipto, y sus actividades habrían sido insignificantes para los escritores y Civ los analistas de ese periodo. Las narraciones bíblicas, las cuales por su parte hacen pocas referencias de los acontecimientos políticos de estos tiempos, son a pesar de todo históricas, no mito o ficción. Los escritores bíblicos simplemente seleccionaron el material apropiado para sus objetivos teológicos.

Existen varias razones (por encima y más allá del compromiso fundamental de fe) para que aceptemos los relatos bíblicos como históricamente confiables, entre ellas:

Debido a que los sistemas de escritura se usaron en el tercer milenio a.C., es in-necesario asumir que un largo periodo de transmisión oral existió entre los acontecimientos mismos y su documentación en registros escritos. Las personas de finales del tercer milenio y de principios del segundo milenio a.C. mantenían registros escritos y no dependían de la memoria para asuntos que conside-0 raban importantes. Los acontecimientos del periodo patriarcal pudieron haber sido registrados poco después de que sucedieron, en textos que los escritores bíblicos posteriormente usaron  como fuentes.

Nombres parecidos a Serug, Najor, Téraj, Abram/Abraham (Gn 11) y Jacob (cap. 25) aparecen en documentos de la primera 9 mitad del segundo milenio a.C., lo que demuestra que estos 7 nombres eran comunes durante este periodo.) Los nombres de los reyes mencionados en Génesis 14 son difíciles de explicar, Pero la evidencia coopera con la historia misma.

Aparentemente, algunos lugares mencionados en la narrativa patriarcal estuvieron escasamente habitados durante la época de los patriarcas, de modo que son difíciles de justificar arqueológicamente. No obstante, otros sitios tenían grandes poblaciones y son conocidos por la arqueología o textos contemporáneos de las vidas de los patriarcas. Por ejemplo, existe evidencia sólida relacionada con la ubicación de las ciudades del valle.

Los viajes de los patriarcas no deben considerarse como improbables. Textos de Ebla (aprox. 2300 a.C.; y Capadocia (aprox. 2000 al.) indican que los viajes, el comercio y los negocios ocurrían regularmente a lo largo del antiguo Cercano Oriente.

La ley familiar horea válida en Jarán (véase caps. 12; 24) y Nuzi, arroja luz sobre algunas actividades de la familia de Abraham que de otro modo, nos dejarían perplejos.' Se ha encontrado otra semejanza en una carta de Larsa (una antigua ciudad sumeria en el río Éufrates), esta indica que un hombre que no poseía hijos podía verdaderamente adoptar a su esclavo como heredero (véase 15:2).

Las historias patriarcales reflejan fielmente las costumbres que no se practicaban y las instituciones que no existieron durante períodos posteriores, algunos de los cuales eran prohibidas bajo las normas religiosas del Israel posterior. Por ejemplo, casarse con una media hermana (cf. Lv 18:9) o con dos hermanas simultáneamente (cf. Lv 18:18) era permitido durante el periodo patriarcal, pero era prohibido en la sociedad israelita posterior. Este hecho argumenta contra la idea aseverada por algunos críticos de que estas historias fueron inventadas durante del periodo de la monarquía israelita.

Así, varias fuentes del Cercano Oriente contemporáneo prestan apoyo a la historicidad de la narrativa del Génesis. Dios, tal como sabemos y creemos, se reveló a sí mismo a personas reales dentro de contextos de tiempo y espacio.



TEXTOS Y ARTEFACTOS ANTIGUOS

Génesis 50. “La inscripción Khu-Sebek y el entierro de Jacob”


La inscripción Khu-Sebek, descubierta en Abidos, Egipto, data del reinado de Senwosret III (mediados del siglo decimonoveno a.C.) durante el periodo del Reino medio de la historia egipcia. Esta contiene un relato en primera persona de la carrera de Khu-Sebek, quien subió al poder mientras servía al faraón (aparentemente como miembro de su guardia personal). Khu-Sebek alardeaba de su servicio apasionado al faraón, y particularmente resaltaba su valentía heroica durante una campaña en Canaán contra la ciudad de Siguen.

La inscripción justifica el cenotafio de Khu-Sebek (monumento conmemorativo) en el altar de Osiris en Abidos, mientras también logra aclarar dos aspectos del relato bíblico de la carrera de José. Primero, si alguien con un sobresaliente servicio capturaba la atención del faraón podía ser promovido a un rango alto dentro del gobierno egipcio o en el ejército. Segundo, la comprobación más certera de que un individuo obtuvo el favor del faraón era una sepultura distinguida o un monumento conmemorativo erigido en su honor. Apropiadamente, Génesis 50 describe el elaborado funeral del padre de José, Jacob/Israel, y menciona que José fue embalsamado.