Arqueología
Oseas
Arqueología de Oseas
LOS, TERRITORIOS Y GOBERNANTES ANTIGUOS
Oseas 1. “El valle de Jezrel”
El valle de Jezrel, ubicado entre el río Jordán y el Mar Mediterráneo, separa a Galilea en el norte, de Samaria' en el sur. Es parte de un gran valle que constituye el único pasaje de este a oeste a lo largo de Tierra Santa. Asimismo, es un trecho de tierra fértil que formó una importante intersección en la ruta comercial entre Egipto y el sur de Damasco en el norte.' Todos estos factores, además de su geografía relativamente plana, lo hicieron muy importante y han contribuido a su historia violenta.
Durante la conquista, cuando esta área estaba ocupada por los cananeos, 3 las tribus de José no pudieron arrebatar este territorio a sus ocupantes. El problema era que el territorio plano permitía el uso eficaz de carros, los cuales los israelitas no tenían en su arsenal (Jos 17:16). Durante el periodo de los jueces, Sisara, el general del rey cananeo Yabín, había dominado esta región con sus 900 carros (Jue 4:3). Jezrel es de gran importancia en Oseas, un libro de profecía dirigido contra el reino del norte de Israel.
Oseas 1:4 el profeta, siguiendo las instrucciones de Dios, nombró a su primer hijo Jezrel en una alusión irónica a la matanza en Jezrel llevada a cabo por Jehú contra la casa de Acab, y particularmente contra Jezabel, por su apoyo a los profetas de Baal (2R 9:1-10:11). La ironía es que la propia dinastía de Jehú sería destruida debido a su adhesión continua al culto a Baal.
Oseas 1:5 proclama que Dios quebrantaría el arco de Israel en el valle de Jezrel. Evidentemente, esto apuntaba a la derrota militar del reino del norte. Esta profecía sucedió en el 733 a.C. cuando Tiglat Piléser III conquistó el área.
Sin embargo, Oseas prometió que Dios redimiría Israel algún día. Haciendo uso del he-cho de que Jezrel significa «Dios siembra», en 2:17-22 prometió que un día Dios haría florecer a Israel nuevamente como un exuberante jardín.
NOTAS CULTURALES E HISTÓRICAS
Oseas 2. “Baal y los cultos a la fertilidad”
La adoración al dios tormenta cananeo Baal era objeto de una condenación singular por parte de Oseas y otros profetas. La vehemencia de la condenación profética a 3.23, estos cultos refleja cuán extenso y pernicioso 10 8 era el problema. Los textos bíblicos son los 2.2, 3 1 que primeros nos hablan acerca de Baal. Algunos ejemplos:
Números 25 (la narración sobre Baai Peor, la cual muestra la prominencia de la prostitución, sagrada dentro del culto( -1-
1 Reyes 18 (la contienda que involucraba a Elías y a los profetas de Baal en el monte Carmelo, que ilustra la popularidad del culto a Baal y el uso de la autolaceración para demostrarle devoción).
Oseas 2 (el v. 8 indica que el pueblo relacionaba a Baal con la prosperidad, y los vv. 16-17 sugieren que muchas personas identificaban a Baal y a Yahveh como único y el mismo).
Asimismo, los textos antiguos, en la forma de tablillas de arcilla con caracteres cuneiformes nos brindan mucha información sobre Baal, especialmente aquellas de inscripciones ugaríticas y fenicias. Los himnos y los poemas épicos de Ugarit nos proporcionan algo de «teología» del culto a Baal.'
El significado básico de la palabra bol es «señor», y esto apropiadamente sugiere la importancia de Baal en la región cananea. Se le llamaba "príncipe Baal (Señor) de la tierra». Aunque el dios El era nominalmente la deidad suprema en la mitología ugarítica, Baal supuestamente ejercía un papel directo en dirigir el panteón y efectivamente suplantaba a El.
La consorte de Baal (compañera) usualmente se identifica como la diosa Anat, aunque en ocasiones otra diosa, Aserá, asume el papel. Baal fue declarado rey después de que supuestamente derrotó al dios Yam («mar») en batalla.
En otro mito el dios Mot (muerte) asesina a Baal, pero con la ayuda de Anat este revive y derrota a Mot.
Baal no solo era exaltado corno una deidad principal, también actuaba específicamente como el dios tormenta cananeo, el «jinete de las nubes,' El nacimiento de una descendencia saludable y el evitar la hambruna eran preocupaciones principales en el antiguo Cercano Oriente y, en consecuencia, la fertilidad adquiría un significado religioso.
En Egipto, al dios Osiris se le identificaba con el Nilo y su inundación periódica, el cual constituía la base de la vida agrícola de este país. En Mesopotamia, el culto de Tamuz y su consorte, lnanna, representaban el poder de la fertilidad. Asimismo, se incluía la práctica de la prostitución sagrada.
Para Israel, una sociedad agraria situada en un clima seco, la veneración a un dios que podía mandar lluvia demostró ser una tentación irresistible. Un mito cananeo le atribuye la fertilidad agrícola a la «lluvia de Baal». Oseas 2:5 indica la aceptación del papel de Baal en cada nivel de la vida: «alimento» y «agua» para subsistencia, ((lana» y «lino» como bienes materiales y «aceite» y «bebida» para rituales o lujo personal.
Aunque la prostitución sagrada no era parte de cada culto de fertilidad, Israel incorporó este aspecto también (4:10-14), y la tentación sexual del culto demostró ser demasiado fuerte para que muchos israelitas la resistieran. Una gran cantidad de altares locales donde «los Baales» eran adorados empeoró la situación. Se les adoraba bajo diferentes nombres (Baal Peor, Baal Ammon, Baal Zafón, Baal del Líbano o Baal de Sidón; véase 2:13,17)." Una amplia variedad de representaciones de Baal en inscripciones fenicias certifican este fenómeno.
El hecho de que los israelitas identificaran a Baal con Yahveh es contundente. Aunque la adoración a Baal vista desde lejos era evidente-mente horrenda, quienes estaban involucrados en ella estaban tan influenciados por la cultura dominante que seguían convencidos de que eran seguidores devotos y ortodoxos del Señor, cuando eran al mismo tiempo adoradores de Baal.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Oseas 4. “Vet Avén: Una lección en la difícil geografía Bíblica”
Bet Avén se menciona siete veces en el Antiguo Testamento (Jos 7:2; 18:12-13; 15 13:5; 14:23; Os 4:15; 5:8; 10:5). En Josué y Samuel es realmente el nombre de un lugar, pero en el libro de Oseas, Bet Avén («casa de maldad») es una referencia derogatoria de Betel («casa de Dios»). De ese modo, pareciera que existen al menos dos sitios con el nombre de Bet Avén. Pero la ubicación del Bet Avén real es fuente de confusión.
Josué 7:2 sugiere que Bet Avén se ubicaba al este de Betel, usualmente identificada como el actual Beitin. Josué 18:12-13 declara que el límite norte de la tribu de Benjamín corría desde el Jordán, pasaba la región de Jericó hasta el «desierto de Bet Avén» y desde allí continuaba en dirección al sur hacia Betel.
En base a estas descripciones Bet Avén debió haberse situado al noreste de Betel. Pero 1
Samuel 13:5 indica que Bet Avén se encontraba al oeste de Micmás, usualmente identificada con el actual Mukhmas.' El problema es que Micmás se ubicaba al sur de Betel y, por supuesto, es imposible ver cómo Bet Avén pudo haber estado tanto al noreste de Betel como al oeste de Micmás, lo cual es el sur de Betel.
Puede ser que hayan existido dos lugares con el nombre Bet Avén, uno el mencionado en Josué, al noreste de Betel, y el otro, el de 1 Samuel, al oeste de Micmás. La situación se complica más ante el hecho de que, tal como se mencionó anteriormente, Bet Avén también se emplea como el segundo nombre de Betel.
Otra propuesta argumenta que había solamente una aldea llamada Bet Avén; sin embargo, esta propuesta depende de reubicar varios sitios. Si Betel en realidad estaba localizada en un sitio llamado el-Bireh (cerca del moderno Ramallah en el banco occidental) en lugar de estar ubicada en Beitin, entonces Beitin puede haber sido Bet Avén, y se puede decir que ambas estuvieron al noreste de el-Bireh y al oeste de Mukhmas. No obstante, la ubicación de Betel en el Bireh no ha sido muy aceptada todavía.
Todos estos lugares se encuentran en el área general del sector montañoso al norte de Jerusalén, y por eso una noción general de las localizaciones de Bet Avén y de otros sitios no está bajo discusión. Aún así, esto ilustra las dificultades que los estudiosos encuentran a menudo para identificar los sitios bíblicos con precisión.
Es conveniente que los lectores modernos recuerden que las ubicaciones exactas de mu-chos sitios mencionados en el texto son inciertas.
LA VERACIDAD DE LA BIBLIA
Oseas 12. “Uso del Antiguo Testamento por Oseas”
Oseas fue uno de los primeros profetas de Israel cuyo mensaje fue puesto por escrito. Sin embargo, el mensaje lo Is 66:25 81-3 de Oseas, al igual que el mensaje de los otros «profetas escrito-:16 res» de Israel, no puede entenderse aislado de la ley y de los libros de Josué y Jueces, libros a los cuales Oseas hizo referencia con frecuencia. Por ejemplo, Oseas empleó otras narraciones del Antiguo Testamento como sigue a continuación:
Los enfrentamientos de Dios con Jacob son pertinentes y relevantes para sus descendientes (Gn 25:25-26;28:11-16;29:16— , 30;32:24-27;Os 12:2-4,12).
La esclavitud de Israel en Egipto era un tipo de representación del cautiverio que vendría a manos de los asirios (8:13; 9:3,6).
El éxodo fue una señal de la gran misericordia y compasión de Dios (11:1; 13:4-6), pero también un acontecimiento 12E01'4 que sería revertido en el exilio de Israel y su cautiverio (10:5-8; ):6 11:1-5). Este hecho se repetiría en la restauración de las naciones bajo del reinado davídico (1:11; 2:15; 3:5; 11:11; 12:9).
Los Diez Mandamientos eran las reglas fundamentales por las cuales la nación debía vivir y por las cuales sería juzgada (Ex 20:1-17; Os 4:1-2;13:4).
El pacto de Dios con Israel (8:1-3,12) era fuente de grandes bendiciones (2:8,18-23; 13:4; 14:4-8) pero también traería maldi-ciones sobre aquellos que lo quebrantaran (4:6; 8:1-10., cf. Dt 28). La tendencia de Israel hacia la apostasía se reflejaba en la idolatría del pueblo durante el periodo de peregrinaje por el desierto, y continuó hasta la época de Oseas (Os 9:10; 13:4-6).
La ciudad de Guibeá era un ejemplo notable de la maldad en el pasado (Jue 19:12-30) y en los días de Oseas también (Os 10:9).
Sodoma, Gomorra, Admá y Zeboyín (ubicaciones inciertas) fueron ejemplos notorios del juicio de Dios (Dt 29:23; Os 11:8).
Las alusiones de Oseas de Génesis a Jueces son altamente significativas. Primero, ayudan a establecer el hecho de que estos libros ya habían sido escritos para la época de Oseas, en el siglo VIII a.C. (Muchos eruditos consideran estos libros pueden ser datados al siglo VI a.C. y aún más tarde). Segundo, la apreciación de Oseas de estos libros nos ayuda a comprender la interpretación bíblica temprana, lo que a su vez nos da una mejor comprensión de la forma en que el Nuevo Testamento interpreta el Antiguo Testamento.